Archivo mensual: agosto 2014

Tu mirada en la obscuridad +Final+

Epílogo
Ese parque no había cambiado nada, bueno si había cambios pero no tantos como uno esperaría. Las nuevas bancas de acero inoxidable y con aspecto moderno sustituían a esas mesitas de madera que habían estado por un largo periodo.
-¡Ya mueve! – Me había vuelto a perder en el tren de mis recuerdos que me obligaba a reconocer cualquier rastro del pasado.
-Lo siento viejo amigo, a veces me llama la nostalgia – respondí alegremente moviendo una pieza de ajedrez con mi mano aun firme pero algo arrugada.
-Siempre caes en la misma jugada – movió su pieza con agilidad – la gente ha de pensar que es raro que juegue con un vejestorio.
-¡Vejestorio! – Dije para atacarme de risa. – Cuidado con lo que dices que no tenemos tanta diferencia de edad.
-Pero eso no es lo que la gente ve, para ellos somos un adolescente y un anciano jugando ajedrez, hacke– me dijo el chico delgado con piel de porcelana y ojos alargados mientras se acomodaba su nuevo corte.
-Lo que la gente ve – dije mirando alrededor – es que estoy jugando con un famoso modelo. Han de pensar que soy tu abuelo o algo así.
-¡Hacke mate! – Dejé de ver alrededor para mirar asombrado al tablero. Luego sin más tire la pieza que representaba a mi rey.
-No es justo Kibum – dije mirando otra vez al chico que giraba los anillos que tenía en su mano – me iba mejor cuando jugábamos Mahjong.
-Pero ahora no es tan divertido, solo somos dos Onew –su rostro fue invadido por la tristeza.
-¿Aún lo extrañas? – Dije mirando al frente, por lo general me prohibía hasta decir MahJong, por que la simple palabra le traía dolorosos recuerdos.
-Lo extraño – dijo mirando a la chica que corría alegremente por la hierba mirando las nubes.
-¿Cuánto tiempo más va a quedarse? – Pregunté observando a la angelita que se había quedado inmóvil viendo al cielo – ya pasaron 3 años.
-No lo sé, pero espero que se quede más tiempo, me hace bien su compañía y me recuerda constantemente que Jonghyun está bien – su rostro se volvió rojo.
-Creo que también lo extraño, era un hombre divertido – dije con una sonrisa intentando acompañar en su dolor al chico que nunca había envejecido.
-Lo que 50 años le hacen a uno – dijo poniendo su mano en mi rostro – no entiendo como los ancianos pueden ser tan tiernos cuando sonríen.
-Solo tengo 70 – dije molesto retirando su mano lentamente – y gozo de una perfecta salud.
-Yo no gozo de ella y tengo 67 y me veo mucho mejor que tu – dijo modelando con una pose divertida y me hizo reír, pero al final acabé tosiendo.
-¿Estás bien? – No me di cuenta en qué momento se había parado para dar ligeros golpes en mi espalda.
-Estoy perfecto – dije con otra sonrisa.
-No me asustes así – se regresó a sentar frente a mí y clavó su vista en el piso. – Así empezó Jonghyun, pero yo no le daba mucha importancia, simplemente me gustaba cuidar de él y que siguiéramos juntos a pesar de todo lo que decían.
-Bueno un magnate cantante de 60 y un jovencito que tiene eternamente 17 son razón para hablar – empecé a guardar las piezas.
-Siempre pensaron que yo lo embaucaba – dijo mirándome con los ojos vidriosos.- Pocos sabían que yo era el único, pero aun así crearon una extraña lista de amantes.
-Creí que ya no hablaríamos de esto – dije doblando el tablero de ajedrez – Jonghyun dijo que ya no lo mencionaras, te lo dijo en el hospital, que nada de eso importaba. Ya deja de sentirte mal por esas cosas y recuerda las buenas.
-Jinki – me miró llorando ya – tu nunca sabrás lo que se siente ver a todos los que conoces marchitarse e irlos perdiendo poco a poco. Sin Jonghyun mi vida carece de sentido, me hubiera gustado envejecer a su lado y no seguir aquí mucho tiempo después de su partida. También me hubiera gustado acompañarlo en la otra vida – hizo una pausa y tomó aire profundamente. – Pero fue mi decisión, ahora debo estar con eso.
-El todopoderoso Key parece tener las cosas muy difíciles – me rompía el corazón verlo así, pero en esos tres años se había recuperado un poco. Desde la vez que lo vimos en el hospital devastado y las muchas veces que había intentado matarse de muchas formas, pero sin lograr nada. Ahora se veía resignado pero aun así infeliz. Miré al parque de juegos y observé a la chica sobre el pasamanos viendo al cielo -¿Por qué mira tanto hacia arriba? – Ese ángel era muy diferente a todos los que había visto y siempre me causaba curiosidad.
-Está buscando a Jonghyun, dice que le gusta asomarse a ver como estamos.
-Es bastante peculiar – dije intentando ponerme de pie y Key corrió a ayudarme.
-Es mi familia – Key dijo con una sonrisa. – Esa chica es un ángel nuevo por así decirlo, era una niña que estudiaba en la secundaria con Jonghyun pero nunca se atrevió a hablarle. Inclusive estaba muy enamorada de él y siempre lo observaba, pero tenía una enfermedad así que sus últimos días lo veía desde la ventana de su hospital.
-Entonces ¿Por eso se volvió el ángel de Jonghyun? – Pregunté avanzando por el camino.
-Creo que fue por eso, ni ella misma lo entiende, tampoco sabe qué pasó con el ángel anterior, solo está ahí para proteger a Jonghyun y las personas que él quiere. – Dijo mirando a la chica y esta lo miró de regreso con una sonrisa para bajar con un salto y correr hasta donde estábamos. – Pero – susurró – este es un secreto, ella no quería que se lo dijera a Jonghyun, es algo tímida.
-Guardaré tu secreto – le dije sonriendo para cuando la chica había llegado.
-¿Te llevó? – Preguntó el chico modelo, esa era su tercer profesión, había sido diseñador de modas y luego repostero. Supuse que traería otro auto ahora, siempre estaba cambiado, el era millonario y a Jonghyun también le había ido bien. Pero creo que Key ayudaba a la familia de la hermana de Jonghyun tras su muerte y hacía obras de caridad. Otro de los grandes misterios de por qué los inmortales llegan a generar grandes cantidad de dinero con facilidad en realidad tenía una respuesta muy simple, es porque tienen tiempo.
-No, debo hacer ejercicio y caminar a casa está bien para mi viejo cuerpo – dije riéndome y despidiéndome del chico con corazón de oro que no palpitaba.
Las cosas cambian a lo largo del tiempo, yo había cambiado, hasta Key que parecía congelado en el espacio temporal sufrió de los cambios de las épocas. Ya era todo un anciano que no se daba cuenta de que tan lento podía llegar a ser y así fue como empecé a escuchar la gran cantidad de susurros que aparecían todas las noches.
-Ya están saliendo – dije intentando ver a las creaturas obscuras que existían, me había vuelto bueno viéndolos y luego había perdido mi vista normal pero aun podía ver todas las criaturas con claridad. El profesor siempre apoyaba mis habilidades aunque al final fue un secreto que se llevó a la tumba.
-Apesta a ángel- un demonio hablaba desde las sombras, pero era obvio que no me lo decía a mi o a mi ángel.
-Ya déjalo – una voz familiar me hizo detenerme – Ónix me pidió que lo acompañara así que lo acompañaré.
-Qué asco Amatista – tenía razón ese era el nombre de esa chica demonio, decidí acercarme un poco más a ver – ya deberías dejar a Ónix, te da tareas ridículas. – Me acerqué con discreción detrás de un poste, sabía que los demonios están dispuestos a matar y más a alguien como yo, que se mete en sus asuntos.
-¡Miren lo que encontré! – Una voz juguetona dijo detrás de mí y me provocó saltar asustado. Sostuve mi corazón pues su acción hacía que me faltara el aire – Lo siento hyung ¿Te encuentras bien? – Mi corazón se detuvo, un chico me ayudaba a ponerme de pie sus manos era suaves y cálidas, su cabello tenía el corte más tierno, sus ojos estaban llenos de inocencia y sus labios eran muy carnosos.
-¡Taemin! – La demonio gritó y me obligó a sostener sus hombros aun más incrédulo – ¡No recojas humanos de la calle, te va a dar algo! – El chico solo se comenzó a reír.
-¿Qué me puede dar si recojo a mi hermano de la calle Amatista? – La chica se paró en seco y comenzó a retroceder -¿Hyung de verdad estás bien? – Seguía incrédulo.
-¿Taemin? – Eso fue lo único que salió de mi boca después de inspeccionar su rostro con mis manos y peinar su cabello con suavidad.
-Si – afirmó con una sonrisa – te vez muy distinguido Jinki-hyung – dijo de frente y luego me dio un abrazo – te extrañé.
-¿Pero cómo? – Aun no entendía nada el estaba ahí, se podía tocar como a un humano, no tenía un aire demoniaco ni parecía algún tipo de espíritu.
-¿Y Amatista? – Levantó la cabeza para buscar al demonio que había desaparecido desde hace rato. – Iba a llevarme por leche de banana – puso una cara triste – ¿Quieres ir tu hyung? Junté suficiente dinero.
-¿Cómo es que estás aquí? – Seguía sin entender, pero el chico comenzó a avanzar tomándome de la mano y llevándome suavemente a donde quería.
-Minho me trajo, tenía que volver – dijo mirando de un lado al otro.-Ya no venden leche de banana donde mismo – se deprimió al momento.
-Hay una tienda electrónica adelante – dije señalando al lugar donde estaría la máquina donde pedías diversos productos.
-Gracias hyung – me jaló de nuevo al lugar, como cuando éramos jóvenes, parecía un sueño. Mi hermanito estaba ahí llevándome de un lado al otro. – Sentémonos por allá – señaló una barda de cemento baja que servía como banca.
-¿Creí que solo ibas por algo de tomar? – Una voz maquiavélica me despertó de mi fantasía y nos obligó a voltear antes de que llegáramos a sentarnos.
-¡Minho! – Me soltó y corrió al chico alto con grandes ojos que ahora tenía el cabello corto y usaba ropa deportiva. –Encontré a mi hermano – lo empezó a acercar a donde yo estaba.
-Ya me dijo Amatista – se notaba un poco molesto – ¿No venimos aquí por él? No quiero que te pongas como cuando la niña.
-Pero Sandy era muy agradable – parecía estar por llorar.
-Por eso te dije que no vinieras por personas que te agradan.
-Pero todos me llegan a agradar – se subió a la espalda del otro – además ahora solo vengo a dar un mensaje.
-Pues da tu mensaje y vámonos – lo sostuvo en su espalda y caminó hasta donde yo estaba.
-Pero me encontré con Jinki-hyung y quiero charlar un poco.
-¿Cómo es posible? – Detuve la escena antes de que Minho contestara. El me miró algo fastidiado y bajó a Taemin.
-No lo sé – dijo seriamente y luego se sentó en la barda. Yo me senté al lado de este mirándolo. Con el paso del tiempo tus miedos van cambiando – un día Taemin ya estaba así. Su alma se transformó en esto.
-¿Cómo están papá y mamá? – Taemin preguntó y yo lo miré tristemente.
-Taemin…
-Ellos están bien – mi ángel se hizo visible y habló, articulando palabras, nunca lo había visto hacerlo – tu madre está muy contenta todo el tiempo – la veía confundido.
-¿Puedes disculparte con mi padre? – La pregunta iba de nuevo a mi ángel – no estudié medicina como él quería y no me hubiese gustado estudiarla, me hubiera dedicado al baile o las artes. – El ángel asintió. –Gracias.
-Así es siempre – Minho volvió a hablar – es todo un misterio, nunca se a qué le está hablando, es un bocadillo bastante fastidioso.
-¿Qué es? – Mi confusión aumentaba.
-Tampoco lo sé – Minho volteo a ver a Taemin que hacía un puchero por lo último que este había dicho – el me dice a donde debemos ir y hace algunas cosas, luego vamos a otro lado. Así nos la pasamos. No come, solo si quiere probar algo o le invitan, no duerme, solo si cree que es cómodo un lugar para acurrucarse, tiene habilidades mayores que las de los humanos pero escazas para un demonio y siempre tiene mensajes o tareas del más allá.
-Solo tengo cosas que hacer y Minho me acompaña – dijo con una sonrisa.
-¿Cómo te va hyung? Hueles a niños ¿Tienes hijos? – Lo miré intrigado y él respondió ante mi reacción – por eso Minho ha estado en un solo lugar todo este rato. Has de oler a niños.
-Pues si tuve dos hijos un niño y una niña con mi esposa, le llaman Luna y es un encantó y ahorita ya vamos en nuestro tercer nieto, es un pequeño con corte de hongo al que llamarón Taemin.
-¡Genial! – Dio un grito de alegría -¿Puedo ir a conocerlos luego?
-Claro si Kibum quiere prestártelos por que insiste que son suyos – me reí y Taemin secundó mi risa Minho solo se nos quedó viendo.
-La vida de los humanos es muy rápida – dijo mirando al cielo – todo el tiempo que hemos estado Taemin y yo juntos parece solo unos minutos.
-Eso es porque no hacemos mucho Minho. Pero ahora debemos marcharnos debo de entregarle el mensaje de Jonghyun a Key.
-¿Eso es lo que tienes que hacer ahora? – Minho se puso de pie y le preguntó.
-Jonghyun me lo encargó.
-Pero que sea rápido, tengo ganas de dar otra probadita antes de que se te ocurra otra extraña misión.
-Está bien, pero debes llevarme en tus hombros – se puso de pie junto a él y no tardó en agacharse y subirlo a sus hombros.
-Lo hago porque esta noche pienso saborearte más –Taemin se sonrojó un poco y agarró la cabeza de Minho.
-Jinki-hyung luego pasó a visitarte, vete con cuidado, debo darle mi mensaje a Key – Minho empezó a caminar con él en los hombros y alejarlo poco a poco. El se despedía con una mano mientras giraba la cabeza para verme.
*Parece que Minho ya encontró su ángel* Miré a mi acompañante, volvía a hablar como siempre.
-¿No lo veo tan angelical? – Taemin ahora se movía sobre Minho haciendo que perdiera el equilibrio.
*Es porque es un ángel para un demonio, pero se puede sentir ese aire de bondad en él, el señor planeó grandes cosas para ellos* Los miré alejarse avanzando a entregar ese mensaje.
-Un demonio y un ser angelical, suena a tema para uno de mis libros – reí poniéndome de pie.
*Estas feliz de haber visto a tu hermano*
– Es más que obvio, se ve muy bien y sé que nos volveremos a ver – comencé a caminar con dirección a mi vieja casa donde mi adorable esposa me esperaba y cuando le contara esta historia no me creería por un momento y la terminaría convenciendo como siempre. Una vida feliz y productiva ahora se veía aun mejor por la presencia de mi hermano.
Taemin nunca dijo que mensaje tenía para Key, pero no pasó mucho tiempo para que las revistas y diarios anunciaran la muerte del joven modelo como todo un misterio. Como si el alma hubiese dejado el cuerpo.
Como dijo el volvió varias veces a mi casa a platicar o solo a pasar un rato alegre con los niños, a veces llevaba a Minho otra veces este lo esperaba fuera de la casa y así fue a lo largo de los años hasta la última vez que lo volví a ver, el día de mi muerte. El ángel de la muerte que vino por mí con una dulce sonrisa y promesas de la vida eterna y el paraíso.
Ese ángel de la muerte que aun vaga por el mundo de los humanos, protegido por un demonio, amando cada instante que pasa a su lado, sin importar la misión que venga.

 

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 15+

15.- Tu mirada en el amanecer

Pilares retorcidos, charcos negros, pastos secos de colores anormales, muros que parecían ondularse en el extraño ambiente rojizo. El aire se sentía ralo y pesado a la vez, ruidos industriales invadían mi cabeza. Me levanté poco a poco mirando árboles sin vida que rodeaban lo que parecía un patio muerto rodeado por los pilares zigzagueantes.
En el centro había una fuente, la cantera se encontraba destrozada y manchada y de la estatua de un pequeño diablillo salían borbotones de lava. El terror me invadió cuando el diablillo parpadeó dos veces y me lanzó una extraña sonrisa mostrándome sus colmillos retrocedí y tropecé con la hierba marchita. Aullidos y alaridos comenzaron a invadir el ambiente mientras un humo pesado hacía aparición a la distancia. Era la peor pesadilla de cualquiera, junté mis rodillas cerca del pecho y tapé mis oídos escondiendo mi rostro. El lugar generaba gran pánico en mi interior, todo el miedo que no había sentido en años o solo había sentido con Minho me invadió en ese momento.
Un asqueroso olor a podrido llegó y tapé al instante mi nariz, empecé a gatear mientras las nauseas me invadían buscando donde descargar el contenido de mi estómago y a gatas llegué atrás de unos de esos pilares tosiendo y convulsionándome por los espasmos del vómito. Y así fue como el delicioso café y pastelillo abandonaron mi estómago, ya no se veían nada deliciosos pero al fijarme bien detrás de ese pilar había huesos, huesos pequeños y con trozos de carne aun. Carne pútrida que no era de un animal.
-¡Un niño! – Grité retrocediendo de pie y luego choqué contra algo. Me giré aterrado y encontré a Minho, al instante como una acción simple lo abracé y comencé a llorar, estaba aterrado y el era lo único conocido.
-Tranquilo – me dijo abrazándome también – ese niño lleva siglos ahí – me dijo acariciando mi espalda y pegándose más a mi cuerpo. – Todo estará bien, solo nos quedaremos aquí por un momento.
-¿Dónde estamos? – Pregunté aun llorando enroscado contra su pecho.
-Estamos en el averno – tomó mis hombros y me separó suavemente – vengo a darle una lección a ese tipo y luego volvemos a casa.
Lo miré confuso mientras me sostenía ¿El averno no era su casa?
-Salgamos de este jardín – me dijo tomando mi mano y avanzando por las piedras que quemaban mis pies. Recordé el collar pero ya no estaba ahí. –Quité el collar porque necesitaba cargarte hasta este lugar – volvía a leer mi mente – fue algo complicado pero los torpes humanos siempre crean soluciones simples a sus tontos acertijos.
-El piso quema – miraba como las suelas de mis zapatos comenzaban a derretirse ante el contacto de las rojizas piedras.
-Es cierto – dijo girándose y de la nada puso una de sus manos debajo de mis piernas y la otra en mi espalda. Y en rápido movimiento me cargó en sus brazos.
-Está bien, bájame – dije al ver como comenzaba a avanzar rápidamente y salía del jardín a otro espacio similar con pilares también torcidos y esculturas que daban miedo mientras se iban deshaciendo – ¿No estoy pesado? – Me sentía mal siendo cargado por él. El solo se rió y luego giró su rostro para quedar frente al mío.
-Este delicioso bocadillo, se porta tan dulce asustado, te recomiendo que no me provoques en este lugar porque aquí no resistiría la necesidad de probarte – luego giró la cabeza hacía una estatua que estaba frente de nosotros – como ellos no resistieron la necesidad de afanarse por su soberbia y se convirtieron en estatuas de ellos mismos para ser afanados. – Miré bien a las estatuas y todas ellas eran tan diferentes, de diferentes épocas y con diferentes ropas, unas estaban más desechas que otras, en ellas se veía un enorme dolor, parecía ser el dolor de irse deshaciéndose poco a poco solo siendo admirada por otras estatuas que solo podían admirarse a ellas mismas.
Logramos salir mientras yo observaba el tétrico museo de figuras humanas sufriendo. Me bajó con delicadeza y comenzó a avanzar de nuevo
-En esta parte no hay ningún tipo de lava y erupción –se detuvo y se giró frente a mi – pero hay muchas otras cosas así que quédate detrás de mí. -Me pegué a su espalda y seguí sus rápidos pasos caminaba inspeccionando el ambiente las raras figuras que parecían mirarme. Luego sentí un crujido bajo mis pies y me quedé horrorizado al comprobar que había roto la caja torácica de alguien y luego vi más, huesos, todo el piso estaba tapizado de cráneos, fémures, costillas, humeros, falanges, todo tipo de huesos. Retrocedí un poco asustado por eso y sentí como una huesuda mano sujetaba mi zapato y otra subía hasta mi pierna encajando sus filosas falanges en ella. Quise gritarle a Minho pero el sonido se ahogó en mi garganta y las manos en mis piernas se empezaron a duplicar y jalarme hacía el piso.
-¡Deténganse! – Minho había vuelto y lucía molesto –No ven que él me pertenece – Hizo un elegante ademán con su mano y mi marca empezó a arder todas las manos que me sujetaban estallaron en llamas y me liberaron, había quedado de rodillas en el suelo y Minho me ofreció su mano para que me levantara.
-¿Qué fue eso? – Aun temblaba por el susto.
-Solo tienen hambre –dijo comenzando a caminar y tomándome la muñeca para que quedara detrás de él – la pereza los mantiene en este lugar, simplemente deciden quedarse aquí sin hacer nada hasta que quedan en ese estado, solo hacen otras cosas cuando se les presentan frente a ellos. No comen por que no desean moverse pero si se les presenta la oportunidad lo harán.
Volví a mirar el campo lleno de huesos y pude observar algunas personas que aun eran de carne, demacradas y delgadas que parecían pasar un rato placido sobre la hierba marchita.
-Estamos por salir del jardín de los pecados – me dijo mirándome fijamente – ahí afuera es más peligroso, por eso necesito que sostengas mi gabardina todo el tiempo bocadillo.
-Taemin – lo corregí, ya me había dicho otras veces por mi nombre, pero aun así no quería que me siguiera llamando de esa manera. El solo lanzó una picara sonrisa y continuó hablando.
-No te sueltes y nunca mires a los ojos de un demonio, es como si lo estuvieras retando y él sabrá todo lo relacionado contigo, TAEMIN- recalcó esta última palabra. Yo sujeté su gabardina y salimos a un lugar que parecía desértico con rocas grandes en pilares que rompían las leyes de la gravedad. Las arenas eran rojizas y despedían gases, volví a sentir nauseas, pero esta vez no quedaba nada en mi estómago que necesitara salir.
-Te estaba esperando – la chica de la cadena salió de la nada frente de nosotros – pero no esperaba que trajeras a tu cena contigo.
-Yo traigo y me llevo lo que me de la regalada gana – Minho contestó agresivamente a la chica de largo cabello que ahora tenía largar uñas afiladas y cuernos de borrego que resaltaban en su cabeza. –Vienes a llevarnos con él ¿Verdad? Supongo que este tipo de encargos son los que hacen que una mujer sumisa se moje.
-¡Minho! – Lo reprendí al instante al ver como la chica daba una cara de tristeza.
-Pero eso es lo que es, hace todo lo que alguien más quiere sin importar los medios, solo hace las tareas que se le encargan y es feliz siendo conformista. Solo es un asqueroso esclavo de alguien más – miré de nuevo y la chica se ponía aun más triste.
-No le hagas caso, cada quién decide lo que desea hacer – dije a la chica que solo se empezó a reír.
-Tu humano es muy gracioso Minho, si no es por que huele a muerte y sudor juraría que es un asqueroso ángel –la chica dio media vuelta y comenzó a caminar.
-Ángeles asquerosos – Minho volvió a hablar entre susurros – otros seres sumisos.
Avanzamos un poco más hasta llegar a una cueva muy parecida a la del parque. Entramos lentamente y yo no me solté para nada de la gabardina de Minho. Cuando entré versiones más demoniacas de los chicos de la tarde me veían con sus ojos, agaché la cabeza recordando las palabras del chico alto. Ese había sido el error de mi infancia quedarme prendado de esos grandes ojos rojos.
-Esperaba tu regreso – el fornido hombre que se hacía llamar avaricia ahora tenía amplios cuernos en la cabeza, no tenía cabello y su piel era de color grisáceo.
-Es la última vez que vuelvo – dijo molesto y empujándome otra vez detrás de él.
-Trajiste a tu linda mascota – se rió y se levantó del sillón – ¿Crees que si traes algo puro te permitirán volver al espacio de los humanos sin problemas? Ese chico no tiene ángel.
-Pero tiene el favor del de arriba – Minho presionó con fuerza mi muñeca y yo tomé su mano con mi mano libre para darle seguridad.
-¿Qué favor? Solo fueron abandonados por él, acéptalo Minho, aunque yo no hubiese aparecido hubieras terminado como un demonio solo porque nadie se dignó a darte un guardián – se volvió a sentar.
-Me volví un demonio porque tú me volviste así – Minho habló subiendo el tono de voz. – Me hiciste caer en tu juego y luego me trajiste aquí volviéndome en la abominable criatura que soy.
-Ahora el pequeño Icarios tiene moral – avaricia rió.
-¡No me llames así! – Minho gritó molesto.
-Tienes razón debería llamarte lujuria porque ese es el pecado que te trajo hasta mi y te volvió lo que eres.
-Me llamo Minho ahora – sacó fuego verde de su mano – y este chico me pertenece a mí, así que espero que no te vuelvas a meter con él y también me dejes a mí.
-Él se puede ir – dijo tranquilo ese ser que empezaba a dar algo de temor – me dan asco los seres tan buenos, pero tú y yo somos inseparables – empezó a caminar y tomó el rostro de Minho, luego sacó su larga lengua y lo lamió – recuerda que tu eres mío y yo soy tuyo.
-Yo no te quiero a ti – Minho contestó y el demonio empezó a presionar con su mano con fuerza. Yo reaccioné y lo empujé. Todos los demonios me miraron asombrados y luego comenzaron a acercarse.
-Interesante – dijo acercándose a mi – tienes el mismo potencial que mi oveja negra – tomó mi brazo y me levantó del piso – nuestro trato sigue en pie, aunque no es un trato que me agrade yo puedo hacer que sigas andando por ahí pero a cambio debes pertenecerme a mí – pataleaba intentando zafarme. Lo miré furioso directo a los ojos.
-No gracias – dije fuerte y claro.
-Piénsalo bien – chasqueó los dedos y vi como Minho era sujetado por todo el grupo de demonios – el me pertenece desde niño, así como lo hizo contigo. Sabes él no tenía una enfermedad como tú.
-¡Cállate! ¡No le cuentes a Taemin! – Todos los demonios lo sujetaban mientras que el chico de la playa y la chica de la cadena veían en silencio pegados a la roca de la cueva,
-El simplemente me decidió seguir por que le parecía genial, y así fue creciendo como un simple humano mientras yo le enseñaba los verdaderos placeres que los humanos podían tener – puso su otra mano en mi estómago y me estremecí – cuando llegó a la adolescencia ya había matado por placer, devorado carne humana, vivía de fiesta en fiesta y gozaba de todas las mujeres que caían en su redes, era un chico perfecto y nunca nadie me detuvo por que este niño no tenía un ángel. Empezó a subir su mano levantando mi playera.
-Pero este chico no se conformaría con eso, me juró lealtad eterna a cambio de que lo volviese un demonio como yo y cumplí mi parte del trato. Pero el aun así quería más y me pidió que lo hiciera completamente mío – sonrió de una forma asquerosa, cual pervertido fuera de una escuela secundaria de chicas. – Sabes qué me dijo, tírame rico, como solo tú sabes hacerlo así yo seré tuyo y tú serás mío. – Minho tenía una triste mirada, al escuchar estas palabras solo pude escupir en su rostro. El sacó su larga lengua y lamió el escupitajo – Delicioso, Minho sabe bien lo que está rico – dijo levantándome más y pasando su lengua por mi abdomen. Sentí la marca calentarse.- Esta marca es útil pero solo en el plano terrestre – de rió – sabes este chico es muy poderoso entre los humanos, pero aquí abajo es un inútil.
-Lo mismo para ti – respondí con una sonrisa triunfal – tienes muchos poderes aquí abajo, pero en el mundo necesitas de Minho, fui la carnada perfecta ¿No es así? – Lancé otra retadora mirada – Pero no tengo nada que perder, así que aceptaré nuestro trato, solo tu sales perdiendo – me miró molesto era obvio que solo quería asustarme y en realidad no esperaba que aceptara el trato.
-¿Sabes lo que significa? – Me miró molesto – de ahora en adelante me pertenecerás a mí y no a Minho – me bajó.
-Pero usted dejará a Minho en completa libertad – se sentó fastidiado.
-Estúpido humano que das tu vida por un demonio que la arruinó en un principio.
-Se equivoca – dije acercándome al sillón con decisión –yo estoy agradecido con él porque me dio más tiempo, porque conocí buenos amigos y porque cumplió su palabra.
-No sé cómo aguantaré a un asqueroso humano moralista como tu – giró su cabeza descontento.
-Pero necesita uno como yo si desea hacer maldades con su grupo en el mundo humano – dije triunfante, la situación había cambiado tanto en unos momentos – y es obvio que Minho ya no piensa obedecerlo como antes. Así que solo déjalo marcharse y confórmate conmigo.
¡Suelten a Minho! – El salió de la bola de demonios mirándome tristemente agaché la cabeza, no quería que el supiera que estaba aterrado – bien pero también deberás hacer otras cosas que él hacía por mí – sujetó mi cintura y pegó mi cuerpo al suyo quedando sobre él en el sillón rojo. Me aterraba la idea, pero estaba bien, solo debía aguantar esa actitud hasta que se fuera Minho.
-¡No lo pienses! – Llegó y me tomó la mano alejándome del asqueroso ser – Él ya me pertenece a mí, ni sueñes en volver a tocarlo.
-Minho ¿No es lo que querías? – Miró a Minho decidido, mi plan no había funcionado esperaba que el alto deseara más su libertad que a mí – tu libertad a cambio de un moribundo humano, es un trato perfecto ¿Verdad Taemin? – Me lanzó una mirada triunfante, como diciéndome el no me va a dejar.
-Si vuelves a mencionar su nombre te arrancaré tu asquerosa lengua y la incineraré aquí frente a todos – Minho me sujetó más fuerte y se dispuso a salir.
-No dejen que se lleve a Taemin – todos lo miraron asombrados – si tengo a Taemin, Minho no se irá de nuestro grupo, el muy idiota se ha vuelto a enamorar. – Minho se giró sorprendido. Todos nos comenzaron a rodear. Uno de ellos encajó sus largas uñas en mi brazo mientras me separaban de Minho.
-¡Minho! – Extendía mi mano mientras lo alejaban de mí. El giró a ver a avaricia mientras todos me sostenían cerca de la pared de la cueva.
-Exacto Minho, no dejarás a Taemin, siempre te pasa cuando te enamoras, das todo por ese ser – dijo riéndose – como te enamoraste de mí en tu pasado, como te enamoraste de ese estúpido ángel que te alejó de mí y como te has enamorado de este torpe humano que daría su vida por ti, definitivamente la más patética de tus historias. Creí que seguirías diciéndote a ti mismo que los demonios no podían amar – se rió con una sonora carcajada que retumbó por toda la cueva.
Miré a Minho furioso a mitad de la cueva.
-¡Minho vete! – Grité a todo pulmón- ¡Déjame aquí y lárgate! ¡No dejes que te tenga! – Me volteó a ver con decisión y luego dio un salto largo hacía el sillón. De la nada ya estaba recargado con las rodillas en el sillón y tomando la cara de el demonio grande. El otro solo abrió ampliamente los ojos y luego Minho con un ágil movimiento tomó su lengua y la cortó para sujetarla en su mano que se prendió en esas llamas verdes.
-Te dije que incineraría tu lengua si volvías a pronunciar su nombre – el otro demonio solo lanzó una mirada de odio y luego golpeó con fuerza el rostro de Minho, gritó sin sentido y comenzó a avanzar hasta donde había caído el cuerpo.
Lo empezó a golpear repetidamente, Minho parecía inconsciente por que no se movía, los golpes se repetían y repetían sobre la cabeza de Minho.
-¡Déjalo! – Grité intentado zafarme pero me sujetaron con más fuerza y alguien me mordió.
-¡Suéltenlo! – Alguien más llegó gritando y para mi sorpresa Onew estaba empujando a todos los demonios y los espantaba con una luz blanca que salía de su mano.
-Jinki-hyung – lo abracé con fuerza cuando llegó hasta mí mientras éramos rodeados por los demonios.
-¿Estás bien Taemin? – Me alegré y asentí rápidamente.
-¿Cómo llegaste aquí? – Key encontró la entrada y me guió con ayuda de esto, me mostró una pluma.
*¿Encontraste a Taemin? * La pluma vibró y habló.
-Sí, está a mi lado.
*Dice el ángel que puedes herir a los demonios con la luz de tu mano, pero no serán heridas muy graves*
-Eso me basta – Jinki se portaba muy valiente, lo cual era raro en él. Empujaba a los demonios para abrirnos paso, estábamos cerca de la salida.
-Espera falta Minho – le dije señalando a donde el demonio aun golpeaba con ira el cuerpo.
-Déjalo Taemin – Jinki me jaló – No podemos rescatarlo, además es un demonio.
-¡No! – Grité y me solté para llegar al frente empujando algunos demonios. Pero estos no tardaron en atraparme de nuevo, luego escuché una cadena y una chica apareció a mi lado golpeando y rasguñando demonios -¡Corre por él torpe humano! – Asentí y seguí corriendo hasta empujar a avaricia y alejarlo del cuerpo de Minho. Lo tomé con mis brazos y al ver que el demonio se acercaba de nuevo lo protegí con mi cuerpo. El empezó a golpearme pero no pensaba moverme.
-¡Muévete bocadillo! – Minho estaba consiente sonreí y negué con la cabeza mientras sentía los puñetazos en mi espalda.
-Ya no estás solo – le dije, todo este tiempo temía estar solo, ese era su mayor temor, al contrario del mío que era estar con alguien, pero ambos habíamos fallado. Los golpes se detuvieron y levanté rápido la cabeza para ver al chico de la playa golpeando de regreso al enorme demonio.
-¡Llévatelo!
-¿Pero tú? – Dije mientras recogía a Minho del piso.
-No necesito que un estúpido humano se preocupe por mi – dijo encajando sus filosas uñas en el pecho del demonio mientras se apoyaba con sus pies en él. – Además ya no tiene lengua ya no tiene ningún poder ¡Amatista! – La chica de la cadena se giró a verlo – Sácalos de aquí – se acercó a nosotros y abrió paso, rápidamente salimos de la cueva con ayuda de Jinki que sujetó el otro brazo de Minho.
-Por aquí está el portal – dijo ella caminando hasta donde unas rocas negras se curvaban en arco sobre la roja arena.
-Key ya vamos a salir – Jinki habló con la pluma.
Recosté a Minho en el piso, parecía que sus heridas sanaban rápido.
-Eres demasiado interesante bocadillo – dijo al ver que yo me sentaba en una piedra al lado de él.
-Taemin – dije fingiendo enojo – no hay de qué – agregué mientras recuperaba mi respiración.
Jinki me vio y caminó hasta donde estaba, cuando llegó se hincó frente a mí y tomó mis manos.
-Yo cerraré mis ojos un rato – Minho anunció y lo miré curioso.
-¿Estás bien? – Asentí, me agradaba que mi hermano se preocupara por mí -¿No te duele? – Miró donde estaba la mordida.
-No, solo se ve más fea de lo que es.
-No te vuelvas a ir de esa manera – recargó su cabeza sobre mis manos que aun sujetaba sobre mi regazo.
-Todo está bien Jinki – dije sonriendo.
-Sí, creo que está bien – dijo levantando el rostro – eres mi hermanito y te quiero – Jinki parecía triste al decirlo – estoy orgulloso de tus decisiones, pero no quiero que me dejes, no sería lo mismo sin ti. – Solté una mano y acaricié su cabeza.
-Tienes un brillante futuro por delante – lo abracé – te quiero hermano – dije apretándolo con fuerza.
-Te quiero Taemin, más de lo que crees – me dijo sujetándome.
*El portal está listo* La pluma volvió a hablar.
Y así fue como abandonamos el averno los tres mientras que la chica corría de regreso para ayudar al otro demonio en la cueva. Nos reunimos con todos en la vista nocturna del parque, la verdad se sentía bien respirar el aire del plano terrestre de nuevo.
Caminamos de regreso a casa llevando a Minho con nosotros. Era una ventaja que le agradara a nuestra madre.
*Dios tenía un plan para ustedes, el nunca los abandonaría* Esas fueron las últimas palabras del ángel de Jinki antes de desaparecer de la vista de los demás, yo lo seguía viendo por que estaba muriendo. Me pregunté cuánto tiempo más me quedaba mientras recostábamos a Minho en mi cama y Jinki salía agotado a su cuarto.
-Ten cuidado Taemin – me dijo mientras entraba a su habitación – no se te olvide que es un demonio.
-No temas Jinki – le dije brindándole una sonrisa y haciendo que se sonrojara.
Entré al cuarto después de haber ido a la cocina por un tentempié, la verdad me moría de hambre y al día siguiente debíamos aguantar el regaño de nuestra madre por haber llegado tan tarde a casa.
Minho se removió en la cama y abrió los ojos para verme comer.
-¿Gustas un poco? – Pregunté al ver como se quedaba mirándome fijamente.
-Yo no como asquerosa comida humana – dijo sentándose en la cama y tocándose la cabeza por el dolor.
-¿Estás bien? – Pregunté al verlo adolorido.
-Estoy con eso basta – me volvió a ver – lo que escuchaste en la cueva, olvídalo – dijo como una orden – se que nadie me ha correspondido antes y tu no debes hacer solo por tu apestosa bondad – me levanté del piso y me senté a su lado en la cama.
-Lo olvidaré entonces – dije mordiendo el pan y dando un trago a la leche de plátano – es imposible que un demonio se enamore de un humano – dije brindándole una sonrisa – en especial si el humano se ha enamorado de él – abrió grandes los ojos.
Y nos quedamos en silencio sentados en esa cama un buen rato.
-Quiero ver el amanecer – dije medio adormilado cayendo en su hombro.
-¿Duele? – Preguntó al verme sudando y respirando con dificultad, era obvio que la hora había llegado y él se había dado cuenta de que me estaba doliendo.
-No tanto como pensé que dolería – tomó mi rostro con sus manos y me giró frente a él – déjame llevarme tu dolor.- Sus labios impactaron con los míos en un suave choque, el comenzó buscar los bordes de mis labios con su lengua mientras yo hacía conciencia de mis propios labios. Me abrazó fuerte y yo abrí mi boca para sentir mejor ese beso. También lo rodeé con mis brazos, no quería perder más tiempo, sabía que no me quedaba.
Ya me había besado antes pero esta vez era diferente. La guerra entre nuestras lenguas tuvo que ser interrumpida por nuestra necesidad de respirar y tomar algo de aire.
-De verdad eres un suculento bocadillo – dijo recostándome en la cama con suavidad y comenzó a besarme el cuello con un suave y cálido tacto, lenta y placenteramente. Empezó a desabrochar mi pijama mientras yo subía su remera negra con mis manos mientras disfrutaba su marcado abdomen. Minho me había hecho sentir tantas cosas y vivir tantas cosas, y aun así parecía darme más.
-Déjame probarte – dijo cuando me despojó de la parte superior de mi pijama y yo solo asentí. Empezó a besar y morder mi pecho suavemente, yo comencé a sentir la necesidad de sus roces, su lengua jugando con mis pezones, todo me llevaba al completo éxtasis y me inundaba de felicidad. Bajó hasta mi ombligo y sentí como sus manos acariciaban mi entre pierna y bajaban el pantalón lentamente.
-También probaré esto – dijo esto antes de empezar a lamer mi miembro latente y excitado, sin aviso alguno lo metió a su boca. Me sentí llenó de placer y empecé a lanzar gemidos. Me quitó por completo los pantalones y se bajó los suyos, volvió a besarme. Y luego fue hasta mis piernas y sacó su larga lengua para meterla por mi entrada, al principio sentí una punzada, pero luego sus movimientos hicieron que me fuera acostumbrando.
-Dame tu cuerpo – dijo otra vez acercándose a mi rostro.
-Creí que mi cuerpo ya era tuyo – le contesté con una sonrisa y el ensartó su miembro en mi interior me aferré a él sintiendo algo de dolor, encajé mis uñas en su espalda y presioné con fuerza su cuerpo contra el mío. Se comenzó a mover después de un rato besando mi hombro, lamiendo y mordiendo mientras el vaivén de nuestros cuerpos hacía que cada vez estuviera más profundo en mí. Sentí un choque eléctrico después de compartir tanto placer y me corrí sobre su abdomen el continuó por unos segundos más hasta que también curvó la espalda en un choque eléctrico y se dejó caer con espasmos sobre la cama sosteniendo mi cuerpo.
Me acurruqué a su lado mientras el observaba por la ventana.
-De verdad eres delicioso – dijo besando mi cuello – pero mejor vístete – me dijo mientras él se sentaba en la cama con la sabana cubriéndolo. Lo miré curioso, yo lo quería seguir abrazando, además me dolía – el amanecer está por aparecer- seguía con su mirada clavada en la ventana. Torpemente me puse la pijama y me senté a su lado recargado en la pared, él me jaló y me acomodó entre sus piernas. Luego puso sus brazos sobre mis hombros y me abrazó por detrás.
-Gracias por el amanecer Minho – dije recargándome en sus brazos y sosteniéndolos con mis manos.
-Ahora me vas a agradecer por cosas que yo no hice, he de ser el demonio más patético de todos y solo por el dulce aroma de un suculento bocadillo – dijo en mi oreja.
-Enserio de verdad muchas gracias – volví a decir mientras el sol salía lentamente y lo veía alegre desde mi ventana. Sosteniendo al ser del que me había enamorado y me había regalado hermosos momentos, de eso se trataba la vida de hermosos momentos que podíamos compartir, gozar y comparar con los amargos momentos que también la formaban.

Key
Pasaron dos días desde que recibimos la noticia de Onew y ahora estaba destrozado en esa colina observando como todos entraban a la blanca iglesia de debajo, sollozando a ratos y golpeando el suelo con fuerza e otros, me dejé caer en el pasto. Y empecé a tener recuerdos, bellos recuerdos de cuando lo conocí, de cuando lo vi desesperado abriendo mi ataúd de cuando jugábamos videojuegos o cocinaba para él. Cuando fuimos de campamento, todo inundaba mi mente. Pero el momento más presente fue cuando Onew llegó lleno de lágrimas a nuestro departamento.
-Ya no está – fue lo único que pudo articular y luego la madre de Taemin llamó a Jonghyun.
Taemin había muerto, habían encontrado su cuerpo la mañana siguiente que había regresado junto con Jinki y Minho, estaba dormido en su cama pacíficamente cual ángel. Sin respirar, sin moverse ni un centímetro, lo había llamado varias veces y no se había despertado. En un último intento había pegado su cabeza al pecho de su hijo buscando señal de cualquier latido.
Los gritos de una madre desesperada hicieron que Jinki fuera a la pieza para encontrar a su madre sacudiendo con fuerza el cuerpo de su hijo y llamándolo. La ambulancia no tardó en llegar después de la llamada de Onew y se llevaron el cuerpo de Taemin sin vida tratando de consolar a la mujer.
-Una enfermedad incurable – El doctor dio el veredicto mientras Jonghyun sostenía las manos de esa mujer, yo solo escuchaba todo desde la esquina del pasillo. Con una gorra y lentes esperando que él estuviera sonriendo en una cama de hospital, pero todos lo sabíamos era demasiado tarde.
Vi entrar a la desconsolada mujer y a su esposo sosteniéndola a la capilla detrás de ella iba Jonghyun que jalaba a Onew en un estado autista, luego seguía el profesor Minwoo y otros amigos de la escuela, parientes y demás.
-Nos dejaste Taemin, qué esperabas que hiciéramos sin ti –dije sollozando otra vez – ni siquiera puedo estar cerca de ti para darte mis respetos ¿Por qué te fuiste? Se suponía que irías a mi graduación, que comeríamos con Jonghyun, que volveríamos a ir a acampar. Que viviríamos juntos en la ciudad en el futuro ¿Por qué nunca consideraste que yo quería eso?
Volví a ver como todos los invitados vestidos de negro entraban, de seguro estaban observando el angelical cuerpo inerte en ese ataúd. Error Taemin había sido crenado, lo recordé, ya nunca lo vería de nuevo en una pieza, ya no podría regañarlo ni consentirlo.
-Un cadáver en medio de un montón de cadáveres – esa voz me hizo girar la cabeza.
-Ah – dije desanimado – solo eres tu – lo odiaba pero en ese momento no tenía ganas de discutir.
-Vaya forma de saludar a tu amo y señor – dijo recargándose en uno de los árboles – demasiados humanos – dijo mirando la escena.
-Todos querían a Taemin y tú te lo llevaste – estaba molesto pero ya no tenía fuerzas, solo lágrimas abandonaban mis ojos.
-También lo traje a ver – dijo mientras sacaba algo de su gabardina, yo volteé a verlo incrédulo.
En sus manos tenía una esfera brillante, no era sólida solo estaba hecha de luz, como una estrella que parpadeaba.
-Está contento de estar aquí y verte – dijo sosteniendo la luz con delicadeza – es un bocadillo muy extraño.
-¿Eso es Taemin? – Pregunté mientras me ponía de pie y me acercaba a la luz.
-¿Qué más podría ser? No-muerto ignorante – dijo acercando la luz a mí como para enseñarme.
-Taemin – hablé y la luz se expandió y contrajo – te extraño Taemin – dije al destello que era ahora en la mano del demonio. Sentí un cálido momento y luego la luz volvió a expandirse y contraerse.
-No soy tu traductor, ni pienses que te haré el favor de decirle – Minho discutió con ese cálido brillo.
-Dime por favor – sostuve el brazo del demonio pidiendo suplicante.
-Pero tienes que darme algo a cambio – dijo mientras me analizaba de arriba abajo. Yo afirmé – Esa foto de tu bolsillo, entrégamela.
-Aquí tienes – le entregué mi preciada fotografía de los álbumes de Taemin, Jonghyun se había puesto a coleccionarlas después de la muerte del pequeño, era su forma de recordarlo y yo me había quedado con esta donde sonreía felizmente después de nuestra clase de baile, poco tiempo después de habernos conocido. El recuerdo estaría por siempre, no necesitaba la foto más que las palabras de Taemin. Minho la observó por un momento y luego la guardó con cuidado en su gabardina mientras sostenía delicadamente el alma de Taemin con la otra.
-Dice que él está muy bien, que los extraña y les agradece por todo, peo que no se preocupen más porque está con quien ama – Minho se sonrojó y lo miré intrigado – ¿Contento? ¿Podrías no hacerme decir cosas tan vergonzosas? – Se empezó a alejar y las lágrimas invadieron mi rostro.
-¡Maldito demonio! – Grité haciendo que se volteara – ¡Mas te vale que cuides a Taemin! ¡Si no lo haces te perseguiré eternamente! ¡Y créeme que puedo! ¡Tú me hiciste eterno! ¡Cuídalo o sufrirás las consecuencias! – El chico alto de gabardina negra y grandes ojos se giró y solo levantó la mano de espaldas despidiéndose y llevándose a mi mejor amigo en sus manos.
Yo con el corazón roto me volví a tirar en el piso aun sollozando por la perdida, Jonghyun llegó corriendo después de un rato y me abrazó también llorando. Hasta que me calmé y el calló dormido en mis piernas de tanto llorar pensé en las palabras de Taemin.
-Niño tonto, yo debería ser quien te agradeciera a ti – dije mirando el tranquilo y melancólico rostro de Jonghyun que descansaba en mi regazo.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo14.2+

Ahora me preguntaba quién era el zombi y quién no, ambos caminábamos de forma automática, no parecíamos ni siquiera fijarnos en lo que nos rodeaba. Me tardé en darme cuenta que mi chaqueta se había rasgado supongo que cuando había bajado por el árbol. Era una linda chaqueta que había comprado con el dinero del concurso y ahora estaba arruinada. Pero seguía sin importarme, la verdad ahora no me importaba lo que era, si no lo que estaba por pasar.
No nos dirigimos ni una palabra, caminamos silenciosos por las estrechas escaleras de concreto. Me quedé pasmado mientras mi compañero sacaba las llaves y abría la puerta del departamento que se trababa por lo viejo del edificio. La puerta roja cedió al tercer empujón y ambos pasamos sin una mirada, sin una palabra, sin un sonido.
Arrastré los pies hasta llegar al comedor, seguía triste e impactado. Me dejé caer en la silla no sabía qué hacer. Llorar no era una opción tampoco quería quedarme con los brazos cruzados esperando. Jonghyun se sentó de golpe en el sofá y lo volteé a ver. Ambos seguíamos procesando lo que acababa de pasar.
-No lo entiendo – Jonghyun rompió el silencio con estas palabras que también describían mi situación.- Por que quiere morir, por qué de la peor manera – golpeó con fuerza la mesa.
-Tampoco lo sé Jong – dije al borde de llanto. Nuestro amigo había dicho frente a nosotros que solo quería morir tranquilo y por el camino que ya había decidido.
-Es culpa de esa cosa – se puso de pie y caminó con una pisada pesada hasta la cocina. Empezó a abrir y cerrar gabinetes con fuerza – Ni siquiera descansará en paz, escogió a ese demonio, cuando lo vea te juro…
-¡Detente! – Sostuve su brazo al ver como seguía golpeando desesperado buscando algo.
-¡Dejame! – Jaló su brazo con fuerza tirándome al piso de la cocina – ¿Dónde está el alcohol? ¿Qué hiciste con mis cosas? – Preguntaba molesto mientras su rostro se enrojecía y sus ojos se volvían cristalinos – ¿Cómo es que lo soportas? ¿Cómo soportas saber que por tu culpa tu mejor amigo desaparecerá de una horrible manera?
-¿Crees que lo soporto? – Me levanté y grité molesto.
-No me refería a ti – dijo bajando el tono de voz y su mirada.- Todo fue mi culpa.
-¿Qué dices? – Me acerqué aún molesto y confundido – Yo fui quien tomo su vida a cambio de la mía.
-Tú no tienes la culpa – dijo abrazándome en un rápido movimiento que lo impactó – Yo lo arrinconé a hacerlo, llegué desecho a su casa y sufriendo por mi anhelo. Me destrocé a mi mismo sin pensar que afectaría a los demás. Así como lo hace Taemin ahora, me rendí de la vida y decidí buscar otra salida. Debí saber que Taemin era demasiado bueno, que se preocuparía que desearía evitar mi sufrimiento, pero solo estaba de egoísta pensando en ti – me estremecí cuando escuché esto y me aferré a su espalda.
-No fue culpa de nadie – dije aspirando su aroma en su hombro – todos nos dejamos llevar por nuestros propios deseos sin pensar en los demás. El único que vio por otros fue mi niño -empecé a llorar en su hombro, mientras el también hacía lo mismo. – Y ahora deseo ver por él, pero soy un inútil.
-Eres más útil que yo – Jonghyun dijo con una risita y separó su cabeza de mi hombro – creí haberte dicho que me culparas a mí y no te siguieras torturando – sus palabras hicieron que viera su rostro.
-Yo… – no me dejó terminar por que en ese momento había aprisionado mis labios con sus carnosos bordes. Un beso profundo y más intenso que el que nos habíamos dado antes. Sus labios estaban tan suaves, hasta sentía que mis labios estaban resecos comparados con la jugosa boca que los movía suavemente, al ritmo de su respiración parecía sincronizarse y acelerarse con ese beso.
Busqué cualquier grieta en sus labios sin tener éxito, el empezó a hacer lo mismo sobre los míos con su lengua, al pasar por la comisura de mi boca no la quise detener y abrí mis labios para que siguiera su camino. Por un momento chocó con mi lengua pero luego ambas cedieron el paso y avanzaron hasta la cavidad del frente. Por un rato imité como el músculo se movía y acariciaba mis encías y mi paladar dándome un placer en la boca que poco a poco cortaba su respiración, pero no quería que se detuviera. Simplemente deseaba seguir comunicando la desesperación, el acongojo y la tristeza de Jonghuyn en ese beso, era sentirlo de una nueva manera.
No pudo más y nos separamos para que respirara. Su cristalina mirada se encajó en mis ojos mientras exasperado robaba el aire de la cocina. Sus manos aun rodeaban mi cuerpo, y yo en algún momento había acomodado las mías sobre sus hombros y rodeado su cuello. Estaba tan concentrado en el beso que no había notado mi propio cuerpo apretándose contra el de Jong, tan firme y trabajado. Los malos pensamientos invadieron de nuevo mi mente y la voz en mi cabeza retumbó… Te he escogido por tu lujuria…
Desvié la mirada del perfecto rostro del chico melancólico frente a mí y decidí separarme. Pero los brazos que me rodeaban me lo impidieron. Como si se tratase de un acto reflejo al alejarlo Jonghyun se acercó a mi cuello y empezó a rosarlo con su punta de la nariz era cálido, se sentía bien sobre mi fría piel sin vida. Su nariz pasó por mi piel mientras su respiración seguía acelerada, lo atraje más a mí y me rendí ante ese sentimiento. Cuando sintió que lo abrazaba más del cuello y ponía mis manos en su nuca para jugar con su cabello su boca tocó mi cuello. Era aun más cálida y placentera que la nariz, daba pequeños besos y roses llegando hasta mi clavícula. A ratos deba mordiscos que se sentían bien en la piel.
Volvió a levantar su mirada y yo bajé mi rostro, no besamos de nuevo y avanzábamos entre besos hasta su cuarto. El sujetó mis caderas por un momento y luego bajó sus manos para apretar mis glúteos, ante tal acción di un empujón a mi rostro y mordí su labio. El me separó y me observó con unos ojos de complicidad y decisión. Lo veía en su mirada, algo en ella decía, ahora me has permitido hacer todo. Y eso no era mentira yo le permitiría hacer todo. Avanzó un poco más hasta que en mis torpes pasos de espaldas choque contra el borde de la cama y caí sobre ella doblando mis piernas. Jonghyun siguió mi rostro con su mirada todo el tiempo y subió a la cama con sus rodillas posicionándose sobre mí sin tocar mi cuerpo. Agachó la cabeza para alanzar mi rostro y posicionó sus antebrazos a ambos lados de mi cabeza para mantener el equilibrio sobre mí. Siguió compartiéndome el néctar de sus labios y en un momento movió sus manos para deshacerse de mi chaqueta rasgada color púrpura, sin separarse. Yo no dejaba de absorber y disfrutar mi nuevo placer que se encontraba dentro de su boca. Su chamarra de cuero también salió después de un momento mientras él seguía a gatas sobre mí. Comencé a retroceder en la cama, me estaba cansando de estar en el borde así que subí mis piernas y las use para impulsarme hasta la cabecera mientras Jonghyun me seguía gateando y no se separaba de mi rostro y mi cuello. Besaba y lamía sabroso, había encontrado mi cielo personal. Sus labios, sus caricias, su roce hacían que todo se sintiera correcto.
Toqué la cabecera y detuvimos nuestro avanzar, la mano de Jonghyun ahora pasó a mi estómago y comenzó a acariciar mi abdomen frió subiendo lentamente. Levantando la playera blanca. Yo no me quedé atrás y comencé a pasar mis manos por su cálido y sudado cuerpo desde la espalda donde levantaba la playera negra ajustada. El estaba caliente tan caliente que mi frio cuerpo no tardaría en derretirse. Me despojó de la playera extendiendo mis brazos hacia atrás y luego pegó su nariz a mi torso. Su perfecta nariz que me volvía loco. Me sentí apenado al ver su mirada clavada en mi rostro mientras comenzaba a besar mi abdomen y jugar con su lengua en el. Me sentí mal por un momento, mis manos en su espalda hasta donde había levantado su remera me hacían notar la diferencia de un cuerpo vivo y saludable y un frio cadáver. Se debía sentir como si estuviera besando y acariciando a una fría muñeca. Solté su espalda por un momento, ante mi inseguridad pero él no tardó en hablar.
-Eres tan refréscate – dijo mientras lamía y saboreaba uno de mis pezones que disfrutaba el contacto. Traté de responder algo pero de mi boca solo salió un gemido que asemejaba al sonido de un gato. Su playera no tardó en desaparecer y me dedique a recorrer su perfecta espalda con mis manos mientras él me llenaba de placer.
Su mano que jugaba en mi abdomen descendió hasta mi pantalón y tocó mi despierto bulto. Me estremecí y levanté mi rodilla en un reflejo. Pero mi rodilla ahora rosaba también con su bulto, el comenzó acariciar en círculos mientras yo soltaba más sonidos curiosos que le hacía mostrar sonrisas mientras jugaba con mi ombligo.
-No… te…burles… – logré articular esas palabras pero luego un sonido más fuerte y erótico surgió de mi garganta. El rió abiertamente al oírme y yo en venganza comencé a mover mi rodilla en círculos haciendo que su extensión creciera al ritmo de la mía.
-¿Quieres jugar? – Dijo con la respiración cortada intentando sonar como una amenaza, pero se ahogaba entre sus propios gemidos a ratos roncos y a ratos agudos. Subió su mano hasta mi cinturón y lo abrió sin problemas, luego se concentró en el pantalón. Bajándolo lentamente haciendo que muriera (de nuevo) de las ansias poco a poco. Mi rodilla se detuvo cuando vi que su mano entraba a mi bóxer para seguir acariciando un momento y luego sacar mi miembro de su escondite. Lo sobó con el pulgar cerca de la punta, luego bajó lentamente con el índice. Me lanzó una mirada y al instante supe lo que tenía pensado hacer.
Antes de que pudiera decir algo su lengua ya se paseaba por la base de mi miembro, era húmeda y cálida se sentía demasiado bien, demasiado. En mi cabeza había explosiones causadas por el placer y mi cuerpo se retorcía ante el sentimiento. Su lengua comenzó a recorrer la extensión de abajo hacia arriba y de arriba abajo, yo sentía como si me faltara el aire, aunque era imposible ya que no necesitaba respirar, pero aun así lo deseaba tanto en ese momento. Sin aviso su lengua se detuvo y sus labios se abrieron para tomar todo de un bocado. Ahora su cavidad albergaba mi despierto miembro que palpitaba ante el subir y bajar de sus labios, su lengua aun jugaba con mi punta desde el interior. Los movimientos de su boca y el vaivén de esta se cordinaron con mis propios espasmos y mis caderas. Un esalofrío recorrió mi cuerpo, mi columna se dobló y levanté mi cadera.
Me había venido y en la boca de Jonghyun, lo miré asombrado. Y el lanzó una mirada llena de lujuria, saco mi miembro de su boca y tragó el contenido.
-Refrescante dijo mientras agachaba el cuerpo en una curva para llegar a mi boca y besarme, luego lamió mi cuello de nuevo. Mientras hacía esto pude escuchar el sonido de su cinturón al ser desabrochado y el zipper de sus pantalones bajarse. Ahora el estaba hincado entre mis piernas bien abiertas. Regresó hacia atrás y remojó varios de sus dedos en su boca, estaba por bajar la mano pero la detuve.
-No puedo sentir dolor – dije tomando su mano y sentándome para quedar cerca de su rostro.
-No te quiero hacer daño – me dijo de cerca, yo bajé mi mano hasta su bóxer para sentir el enorme, caliente y palpitante bulto.
-No me puedes hacer daño, no temas por eso –lo besé buscando otra vez ese néctar y ese calor, comencé a masajear su miembro con una mano mientras la otra se introducía dentro del bóxer para sacarlo. –Solo hazlo – dije recostándome de nuevo y abriendo más las piernas.
Me miró y le lancé una mirada sensual en respuesta, el tomó su miembro con una mano y la otra la apoyó en el colchón. Y lo introdujo lentamente, lo miré fingiendo molestia pero me había inundado de placer al instante al sentirlo tan engrosado dentro de mí.
Exhalé un gemido y me acerqué más a su cuerpo él en respuesta tomó una de mis piernas y la puso en su hombro para introducirse mejor. Gocé el momento en que comenzó a mecerse, sus caderas llevaban un ritmo suave al principio pero se fueron acelerando. Se dejó de recargar en el colchón y sus dedos pasaron a mi miembro que se había vuelto a despertar por el movimiento de Jonghyun y del colchón.
El rechinido de la cama era opacado por nuestros gemidos y el choque de nuestros cuerpos. Martilleaba y martilleaba, lo sentía fuerte dentro de mi cuerpo e inundaba mis oídos. Mis caderas también comenzaron a moverse mientras el miembro del chico de mis sueños rosaba mis paredes internas y masturbaba con rapidez y demencia mi miembro. El vaivén se volvió constante, todos nos sincronizamos al mismo tiempo, el colchón, Jonghyun y yo ahora seguíamos ese ritmo. Me doble para alcanzar su cuello y besarlo mientras todo pasaba. Mientras me inundaba de placer y los espasmos de nuestras caderas nos indicaban que nos acercábamos al momento deseado.
Continuó moviéndose a ese ritmo que me enloquecía, luego el escalofrío delirante volvió mientras lo acompañaban nuestros sonidos de éxtasis. Me curvé y lancé un grito ahogado y me corrí sobre nuestros vientres en la mano de Jonghyun, el se aferró a mi cuerpo y tomó mi hombro con sus dientes mientras su cuerpo temblaba ante lo inminente. Y no pasó ni un segundo cuando sentí la cálida semilla de Jonghyun en mi interior.
Caí rendido en la cama aun con algunos espasmos del momento, Jong cayó sobre mí. Nos esperamos hasta que recuperara la respiración y dejara de estremecerse con ese ritmo que me había vuelto loco y luego salió de mí. Acurrucándose a mi lado.
-Desearía que Taemin lo viera – dijo con la respiración aun cortada acomodándose en la almohada y extendiendo un brazo.
-¿Qué? – Me levanté para verlo mejor y con una mirada incrédula.
-No esto – dijo riéndose levemente – me refiero al deseo y la felicidad de sentirse vivo – me calmé y me acosté sobre su brazo acurrucándome con su bien formado pecho. – Como uno se llena de vida y es feliz por pequeñas cosas.
-¿Quieres convencerlo de que quiere vivir para qué él demonio acepte nuestro trato? – Pregunté empezando a descubrir su plan.
-Quiero que el desee vivir – afirmó con su cabeza – que sienta como me siento vivo cuando estamos todos juntos riendo o discutiendo, que sienta como me siento lleno de vida cuando sonríes, como disfruto cada momento a tu lado, como me llena de vida cuando cocinas para mí y como me siento en el paraíso cuando hacemos cosas como esta – me abrazó.
-No creo que Taemin sienta lo mismo – dije sonriendo – pero sé que disfruta cuando come sus cosas favoritas, cuando charlamos todos, cuando le acaricias la cabeza y cuando lo haces reír- Dije mirándole – mañana mismo tenemos que mostrarle todo eso. Debemos enseñarle lo felices que somos juntos, como disfrutamos de la vida y lograr que quiera quedarse aunque sea en manos del demonio.
-Prometo no llorar mañana – Jonghyun me abrazó aun más fuerte – pasaremos todo el día a su lado enseñándole las cosas buenas de la vida – empezó a llorar.
-Más te vale que no llores frente a mi niño – le pique la pansa haciendo que se retorciera por las cosquillas y luego me puse serio.- Jonghyun.
-Dime Key– me miró también con seriedad. – Estoy dispuesto a dar mi nueva vida por Taemin – retrocedí un poco para verlo mejor – se que yo ya debería estar muerto, pero mañana haré todo con decisión por el pequeño. Solo te pregunto qué estás dispuesto a dar tu para saber si detenerte – me miró asombrado y luego se acercó a mi rostro.
-Estoy dispuesto a darlo todo, hasta mi vida – dijo rozando nuestras narices – así que deberás intentar detenerme, pero no puedo asegurarte que lo logres – me besó en ese instante tierna y cálidamente. Diciéndome que no me dejaría solo, que éramos los dos o nada, pero aun así haría todo para que él se viera involucrado. Tras el beso no tardó en caer rendido entre mis brazos. Me quedé ahí toda la noche observándolo tan angelical y pacífico. Cuando pensé esto giré mi cabeza y vi la razón de mi alarma. La angelita estaba parada cerca de los pies de la cama observándonos. Me apené al instante y me cobijé con las sabanas escondiendo mi rostro en el pecho de Jonghyun. ¿De verdad había visto todo? ¿Qué pensaba un ángel de eso?
La vergüenza me dejó congelado en ese lugar hasta la mañana siguiente cuando nuestro plan para que Taemin conociera la alegría de estar vivo fuera llevado a cabo.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 14+

14.-Es aun más dulce, que la misma miel.

En la escuela todos me veían de una forma extraña. Decidí ir a clases por que ya había faltado bastante y ahora mi hermano simplemente no deseaba hablarme desde que la noche anterior había dicho que no me importaba morir y esta mañana solo me lanzaba miradas llenas de odio mientras desayunábamos y no se atrevió a cruzar ni una sola palabra conmigo. También lo había oído gritarle a su ángel varias veces, pidiendo que se alejara, que todo era su culpa y que ahora no podía hacer nada. La chica solo repetía que no podía que lo que más amaba en ese momento era a Lee Jinki y abandonarlo era contra su ley divina. La noche anterior había sido demasiado intensa, pero se sentía bien, hablar con ángeles te llena de paz y seguridad. Los pensamientos lo invadían mientras los murmullos rodeaban la escena. Hablar con Minho por el contrario te llenaba de inquietud y te ponía demasiado nervioso.
-Ignóralos – Jonghyun llegó a mi salón y ahora estaba delante de mí.
-No me preocupa lo que digan – dije con una sonrisa – era de esperarse que dijeran algo si la policía vino a interrogarlos y a preguntar sobre mí.
-Aun así no deberían de andar de chismosos – ahora levantó la voz y varios de mis compañeros se quedaron viendo –vamos a casa.
Lo seguí mientras me contaba lo que había pasado en la escuela esos últimos días, el también había faltado un día, pero tenía la habilidad de ponerse a l corriente. Él y Kibum respetaban mi decisión, pero ahora Jonghyun parecía evadir el tema.
-Acompáñame al frente – dijo cuando salíamos de la escuela – Kibum nos espera ahí.
-Solo por un momento porque sigo castigado – también deseaba aparentar.
Llegamos a una pequeña cafetería frente a la escuela donde Kibum nos esperaba ahora con el cabello rubio y lentes obscuros en una esquina del cafetín.
-¿No quieren tomar nada? – Sonrió mientras nos sentábamos.
-No puedo quedarme mucho tiempo, se supone que estoy castigado – dije sonriendo.
-No puedo creer que llegaría el día en que vería a mi niño castigado – dijo Kibum en su sentido maternal – y siempre pensé que sería culpa de Jonghyun.
-¡Oye! ¿Por qué todo termina siendo mi culpa?
-No puedes negar que eres una mala influencia. Mis padres siempre lo decían.
-Tu tampoco eres tan buena influencia
Sus pleitos me hicieron reír un buen rato.
-¿No quieres venir a comer a nuestro departamento? – Jonghyun preguntó con algo de nostalgia – Key preparará algo delicioso.
-No puedo – dije con algo de tristeza – ¿Ahora es el departamento de los dos?
-Ya ves Jonghyun estás diciendo cosas innecesarias – Key le dio un codazo.
-Pero quedamos que de ahora en adelante viviríamos juntos – Key se sonrojó al instante y le lanzó un pisotón. Yo solo pude reír.
-Vamos pídele a tu madre que te deje ir – Key me dijo de frente – cocinaré tus platillos favoritos. Yo la llamaría pero no creo que quiera recibir una llamada de ultratumba.
-Está bien – parecía que insistían mucho.
-Excelente, luego podemnos ir al karaoke – Jonghyun habló alto y entusiasmado – y también al cine, hay muchas películas por ver en esta vida – dicho esto Key le dio otro codazo.
-¿Qué tal estuvo la playa? – Kibum cambió el tema.
-Fue muy lindo, el mar es enorme – sonaba como un niño pequeño – la noche anterior fui a bailar a un club como los que a ti te gustan – dije contento de contarle a mi umma mi aventura.
-Yo también quiero ir, la próxima vez deberíamos ir juntos – dijo otra vez con una sonrisa, por alguna razón me dolía.
-La próxima vez no vayan a un club de fresas, deberían ir a una buena fiesta en casa de TaePong – dijo Jonghyun- creo que habrá una en una semana, deberíamos ir los tres.
-No quiero ir con tus extraños amigos – Kibum dijo en su tono de diva dando sorbos al café – no creo que ni siquiera sepan de la existencia del jabón. Y déjame te digo que fue uno de los primeros descubrimientos del hombre.
-No empieces Key – Jonghyun hizo un puchero – yo quiero verte bailar y no pienso ir a un club de fresitas – cuando dijo esto el rostro de Kibum se sonrojó por completo.
-Me alegra poder verlo – dije muy bajo, reconociendo que mi trato con Minho estaba hecho. De verdad eran el uno para el otro, me tomó demasiado tiempo aceptarlo, pero ahora que lo veía me podía ir sin arrepentimiento. Por lo menos mi corta vida había traído algo bueno. Me dolía haberle hecho daño a Kibum y alejarlo de la vida eterna y la salvación como decía el ángel. Por eso cumpliría una condena parecida, eso estaba bien para mi.
-Taemin- levanté mi mirada, se había clavado en el vaso del frapuchino con chocolate blanco y amargo con la gran montana de crema y chispas de chocolate que tanto me gustaba, al lado estaba mi pastelillo de chocolate favorito. Tenía un relleno de chocolate derretido, seguido de una capa de pastel mármol, mezcla de chocolate y vainilla, se cubría de una capa de betún de chocolate y trozos de chocolate que formaban un mosaico en triángulos y el toque perfecto una fresa cubierta en chocolate -¿Te encuentras bien? Estabas murmurando algo – me encontré con el rostro de Key.
-Umma debo hablar con mi otra umma – dije con una sonrisa poniéndome de pie – no debiste pedir todo esto – dije señalando las cosas mientras acomodaba la silla para salir. Me vas a poner gordo – salí a la calle para hablar por teléfono. Mientras salía la voz de Jonghyun retumbó.
-¡No digas mentiras Taemin, sabemos que es imposible ponerte gordo!
Hablé con mi madre, parecía bastante tranquila con el hecho de que saliera con Jonghyun a comer. Aunque se suponía que estaba castigado, parecía que mi madre no sabía cómo castigar a alguien.
Cuando regresé a la cafetería pude ver a Jonghyun llorando mientras que Kibum lo consolaba acariciando su espalda. Cuando me vió acercarme, le dio un codazo para que el chico pasara a limpiar su rostro.
-¿Te dio permiso? – Preguntó rápidamente antes de que yo preguntara que había sucedido.
-Si – dije lanzando una mira a Jonghyun que escondía su rostro.
Después de esa impresión todo en el café continuó con su curso normal. Reímos y comimos, luego pagamos y salimos a caminar hacía el departamento. Mientras pasábamos por el parque observe el camino por el que Minho me había arrastrado.
Me empecé a preguntar donde se había metido, no lo había visto, por lo general fastidiaba todo el tiempo, al principio me asustaba demasiado, ahora solo lo veía en momentos incómodo, pero me gustaba preguntarle cosas y que me respondiera con mentiras o verdades.
-¿Taemin? – Key se había detenido y ahora volteaba hacía mi.
Giré mi cabeza a un lado y traté de hacer una sonrisa.
-Umma – dije después de un rato de verlo – creo que no puedo ir – Jonghyun se giró a verme asombrado – desde pequeño pensé que era mejor no tener amigos y no apegarme a nadie, simplemente sabía que llegaría este día. Pero ahora me hago daño, perdonen mi egoísmo, pero me duele ser tan feliz – Jonghyun comenzó a llorar.
-Ya no puedo más Key – dijo con mucho sentimiento.
-Lo sé – Kibum lo miró y luego caminó hacia mí. – Nuestro pequeño no lo hace más difícil – me abrazó y sus sollozos inundaron mis oídos. Jonghyun también avanzó a donde estábamos y nos abrazó a los dos.
-Se suponía que tendrías un día muy divertido con nosotros – Jonghyun lloraba – se suponía que aparentaríamos que todo estaba bien. Se suponía que te convenceríamos que la vida es muy buena y que hay mucho por hacer en ella, que te quedarías con nosotros.
-Jonghyun, no tienes por que convencerme de eso, se que la vida es genial y deseo quedarme con ustedes – las lágrimas me invadieron a mi también, por fin era honesto. – No me quiero ir, no quiero desaparecer tan fácil, quiero estar con ustedes, por favor, quiero vivir – el sentimiento de descontrol me invadió, me abrazaron con más fuerza – Ummaaa – sentí mis lágrimas recorrer el rostro – por favor ayúdame, quiero quedarme no quiero desvanecerme, quiero vivir, quiero vivir – empecé a repetir esa frase más de una vez.
-Está bien mi niño – presionó mi cabeza contra su pecho – yo también quiero que vivas, no quiero perderte.
-¿De verdad deseas vivir? – Una nueva voz retumbó en los oídos de todos. Giramos nuestras cabezas con asombro.
Recargado en un tronco se veía al chico que había visto en la playa, esta vez no sostenía la cadena, pero también estaba de negro como la vez pasada y nos observaba con su mirada.
-¿Quién eres tú? – Jonghyun se puso enfrente de nosotros.
-¿De verdad deseas vivir? – Volvió a preguntar ignorando a Jonghyun.
Asentí y Key me miró sorprendido. Yo sabía que ese chico era un demonio como Minho pero Key y Jonghyun solo me miraban confundidos.
-Bien humano de mierda – dijo acercándose provocando que Jonghyun se pusiera en pose para golpearlo – es tu día de suerte – siguió avanzando hasta acercarse mucho a mí. Él desea verte.

Caminamos por el bosque hasta una cueva, en el camino les fui explicando a Key a Jonghyun quien era él o más bien lo poco que sabía de él. Observamos asombrados al entrar, parecía una guarida de unos adolescentes o vándalos.
Solo había unos viejos muebles en el interior, las paredes estaban pintadas con grafiti de todo tipo y le piso estaba lleno de botellas de cerveza. Pudimos ver como un grupo de chicos y chicas que descansaban en los sillones se iban poniendo de pié ante nuestra presencia.
Kibum se movió a un lado de repente y vi como tomaba la mano del ángel de Jonghyun, no sabía que se podían tocar a los ángeles, pero ella en ese momento parecía más una chica que un ángel. Se veía aterrada y debía estarlo, por lo menos había doce personas ahí y no podría llamarlas personas, definitivamente eran demonios.
-¿Todos ellos son..? – Jonghyun no terminó la pregunta por qué al instante asentí.
-Señor ya lo traje – el chico que nos acompañaba se adelantó y camino hasta un hombre que estaba en un sillón
-Huelen bien – una chica se acercó a Jonghyun y a mi. Parecía estarnos olfateando de forma inofensiva hasta que de la nada su mandíbula se expandió alargando su boca y de ella aparecieron una fila de finos y delgados colmillos, estuvo por morder a Jonghyun pero la chica que había visto varias veces con el cabello largo y la cadena la detuvo.
-Esa no es forma de tratar a la visitas – dijo el hombre del sillón – me presentaría humanos, pero no tengo un nombre, no tengo la necesidad de uno como ustedes. Pero para que no haya inconvenientes llámenme Avaricia – Jonghyun rió.
-¿De qué te ríes humano? – Un chico alto y moreno con cabellos azules se adelanto frente a Jonghyun algo molesto.
-Avaricia suena a nombre de Taibolera – Jonghyun seguía riendo. El demonio estuvo más cerca de él de forma amenzante, pero parecía que Jong no se detendría.
-¡Jonghyun! – Kibum llamó desde atrás, junto al ángel, donde nadie le prestaba atención – Es mejor que cuides tus acciones aquí – La mirada de Key logro que Jonghyun parara de reír y luego afirmó con la cabeza.
-Un grupo interesante de humanos – dijo el hombre del sillón – pero yo solo pedí al niño sin ángel.
-Disculpe señor, pero ellos querían hacer un trato con usted – el chico que nos trajo hablaba con respeto.
-Un trato – sonrió mostrando unos filosos dientes – Minho es el de los tratos – dijo mirándonos- es verdad es un humano sin ángel, ni siquiera tiene la marca de haber tenido alguno una vez.
Todos me voltearon a ver, me sentí incómodo, aunque me asombraba escuchar que no tenía un ángel, era obvio que Jonghyu tenía y Key había tenido, y mis sospechas aumentaron con las penetrantes miradas demoniacas.
-Lee Taemin- pronunció mi nombre y se puso de pie, yo simplemente me quedé petrificado – el chico abandonado por el de arriba, me puedes decir que te hace tan importante como para que uno de mis demonios decida esconderse de mí en una cárcel humana.
-¿Minho está en la cárcel? – Pregunté asombrado.
-Y aun así desconoces todo lo que causas, inocencia e ignorancia – dijo avanzando hacía mi – se que a Minho le gusta eso, pero a mí no me prende. Se suponía que su castigo se levantaría cuando se comiera a su hermano, pero no lo hizo, se suponía que le devolvería sus poderes cuando hicieran el trato y te arrastrara hasta aquí, pero no lo hizo. Se suponía que si te tomaba a la fuerza como cualquier demonio volvería a confiar en él, pero al final fue un cobarde- Tomó mi rostro – No solo se dejó atrapar en su tonto ritual, sino que además fue a divertirse como si gozara de su libertad con tantas cuentas pendientes. Debería tomarte para mi, deberías pertenecerme ahora, hacer todo lo que no hizo, desangrarte y morderte mientras satisfago mis necesidades, yo pienso tomarte al instante, para mi tirarme a un niño bonito como tú solo es una tarea cotidiana ¿Qué dices todo terminará más pronto a mi lado? – Escuchaba su mano quemarse al contacto de mi piel, podía ver el humo salir, pero parecía no importarle. Cerré los ojos y luego l marca empezó a arder y una luz destelló, y el fuego verde comenzó a salir de su mano que me había tocado. La apartó deprisa y nos miró con recelo.
-No puede tocarlo – Kibum habló, parecía que se comunicaba con la chica – tiene la marca del demonio y eso quiere decir que solo él puede tocarlo.
-Qué angelita tan atrevida – dijo sacudiendo su mano para apagarla – por lo visto tampoco puedo tocar a tu humano y aquel chico es un recipiente nada más. Que grupo tan aburrido – se volvió a sentar en el sillón.
-Señor, el niño sin ángel quiere vivir – cuando dijo el chico de la ropa negra esto el otro se giró a nosotros con interés – podría hacer que Minho volviera.
-¿Qué te hace pensar que lo quiero de regreso? – Dijo molesto.
-Lo quiere de regreso – dije mientras observaba como me volvía a ver con odio – por eso me trajo hasta aquí y pensó tomarme – mi estómago se revolvió – quiere que Minho venga.
-No digas pendejadas humano, tu inteligencia no da para más.
-Le dio demasiadas oportunidades al tipo como para que no desee que esté aquí – Jonghyun habló y él lo miró de nuevo.
-Ya cállense –se levantó – aunque quieras vivir, ya no puedes hacerlo – me observó – ya es demasiado tarde, tu trato está hecho y tu enfermedad te atacará. Tu cuerpo humano es inservible, ni siquiera sería un buen recipiente como el de aquel chico – señaló a Kibum.
-Pero aun así puede hacer algo – dije tragándome el miedo.
-Yo puedo hacerlo todo – dijo con una sonrisa de lado haciendo que sus colmillos destellaran – solo necesito saber que estás dispuesto a darme a cambio.
-Yo me doy a cambio – Jonghyun dijo alto levantando la mano y lo volteé a ver asombrado.
-Yo también – dijo Key detrás de nosotros.
-Yo no los quiero a ustedes, un humano con un ángel que no lo permitirá, me es inútil y un contenedor tiene mal sabor para los demonios – dijo volviendo a verme.- Déjame tenerte, el niño abandonado por el de arriba, tu también podrías servirme, eres demasiado bueno, pero te enseñaré lo divertido, lo incorrecto, lo impuro, será divertido. Debes considerarte afortunado, me encantará enseñarle a ese que te abandonó lo que puedo llegar a hacer contigo.
-No siga, Dios no lo abandonó – una voz de chica nos hizo voltear – en la mano de Key el ángel temblaba y parecía cada vez más humano.
-¿Tu como puedes saberlo? Tienes a lo mucho 4 años humanos siendo ángel – una chica con ropa entallada y medias de red habló.
-Usted quiere a Taemin aquí para retener a eso – Jonghyun habló otra vez – pero como piensa retenerlo.
-Se volverá un ser perfecto como nosotros – dijo señalando a la sala – no querían vida para él. Pues obtendrá algo mejor.
-Se equivoca – me di cuenta de algo – yo no quiero vivir por vivir, quiero vivir por mis amigos y mi familia. Quiero estár junto a ellos y no hacer nada que los defraude. Si esta es la opción que me dá prefiero morir.
-¿Entonces por qué no escogiste la salvación? – Preguntó mientras me giraba.
-Porque no me la merezco – empecé a avanzar – por que hice un trato con Minho y el cumplió su parte ahora es mi turno y cumpliré la mía – salí de la cueva con decisión y Key y Jonghyun siguiéndome.
-Ha de haber otra forma – dijo Kibum algo decaído.
-Vamos a buscar a eso– Jonghyun habló – dijeron que estaba en prisión. Dijo que podría hacer algo si Taemin quería vivir.
-Minho pedirá también algo a cambio o dirá eso de que su cuerpo ya no sirve – Key se veía abatido
-Los demonios mienten – dije suavemente y luego se me ocurrió un posible lugar para encontrar a Minho.

Key
Vi como Jonghyun y Taemin se adelantaban y luego regresé al teléfono celular de Jong que utilizaba estos días. Llevaba buen rato en esa llamada, solo esperaba que hubiese escuchado. Acerqué la bocina a mi oído y me dedique a hablar.
-¿Escuchaste? – No obtuve respuesta en ese momento – de todos modos ya sabes a donde vamos, iremos con la policía, no puedes seguir molesto con tu hermano más tiempo, ya dijo lo que querías que dijera – dije algo molesto. El día anterior Onew se había comportado como un idiota y le había gritado a Taemin, a nosotros e inclusive a la chica que nos había contado la historia. Nos trató como basura por apoyar a Taemin en su idea de rendirse y luego le había echado toda la culpa al ángel. Pero aun así después de todas sus estupideces quise que escuchara por el bien de Taemin.
-Gracias Key – por fin escuché algo después de una larga espera – intentaré averiguar lo del ángel. Los alcanzaré más tarde, no creo que Taemin quiera verme – colgó después de eso y yo corrí para alcanzar a los otros dos que se me habían adelantado.

-Ya me canseeeeeeeeeé .
-Ya deja de quejarte Jonghyun – tenía rato escuchando sus quejas y me empezaba a fastidiar.
-Pero ya es la cuarta estación de policía en la que estamos – se sentó en una de las sillas de plástico junto a la puerta – no podemos saber si está aquí y tal vez ya terminó en la cárcel.
-Lo dudo, aparenta ser menor de edad – dije sentándome en la silla de al lado – aunque no podemos sacarlo sin un tutor, ni siquiera podemos saber dónde está.
-Estoy arto de esperar a que nos hagan caso solo para preguntar si está aquí – Jonghyun se desparramó en la silla fastidiado.
-Ya baja la voz – le di un codazo viendo que Taemin se acercaba.
-Me dijo el sargento que podemos pasar después de esa mujer – señaló a una señora que lloraba desconsoladamente.
-Creí que ya nos tocaba – Jonghyun se adelantó en la silla molesto.
-Yo la dejé pasar hyug – Taemin agachó la cabeza apenado – dice que perdió a su hijo y le dijeron que volviera en 48 horas y luego pidieron que llenara unos papeles.
-¿Pero que le pasa a la gente? – Grité algo molesto y todos voltearon a verme, Jonghyun jaló mi manga para que me volviera a sentar.
-¿Entonces primero preguntaremos si está aquí –Jonghyun buscaba saber si procederíamos como en las otras tres cedes policiacas – y luego intentaremos que nos dejen verlo?
-Bueno hyung – Taemin empezó a hablar pero luego dos policías panzones pasaron hablando detrás de nosotros.
-Ese chico no come ni duerme, te lo aseguro.
-Ya trabajaste demasiado.
-Enserio además me dice humano y sus ojos están hechos de azufre ardiendo.
-Deberías dormir más – le dio una palmada en la espalda – vamos por esos pastelillos, alejarte de las celdas te hará sentir mejor.
-Bueno creo que lo encontramos – me levanté y caminé al escritorio viendo como se iba la mujer aun en llanto con otro policía.
-Espérame Key – Taemin me siguió – ¿Qué piensas hacer?
-Sacarlo – dije como si nada y me acerqué al sargento sentado detrás del alto escritorio. – Buenas tardes, venimos a sacar a nuestro amigo – dije con aire de superioridad.
-¿Quién es su amigo? – El hombre alzó una ceja y mostró una cara de inconformidad.
-Minho – dijo Taemin algo nervioso.
-Díganme el nombre completo – dijo molesto – aun así si no viene un adulto no pueden sacarlo.
-No creo que usted conozca el nombre completo – dije otra vez superiormente – venimos por un chico arrogante, alto, con cabello castaño obscuro y ojos grandes y tétricos – su cara de disgusto pasó a ser de miedo.
-¡Teniente! – Gritó – Vinieron por el chico, tráigalo.
-Claro, en lo que canta un gallo – parecían contentos de librarse de él.
-Entre más pronto se lo lleven de aquí, mejor para nosotros, no levantaremos cargos.
-Gracias oficial – me alejé triunfante del escritorio.
-¿Qué tal salió? – Preguntó Jonghyun cuando regresaba a donde habíamos estado sentados.
-Key umma estuvo asombroso – Taemin alimentó mi ego – En un momento lo van a traer.
-¿Y luego que haremos con él? – Jonghyun tenía razón, nos habíamos concentrado en saber donde estaba que ahora no sabíamos que era lo que seguía.
Escuchamos ruidos de pelea y algunos gritos en la parte de atrás.
-Señor el chico se niega a salir dice que se quedará aquí – el teniente regresó corriendo aterrado.
-Díganle que sus amigos vinieron – el sargento se puso de pie.
-No – dije serió y luego lancé una sonrisa – Díganle que Taemin está aquí, solo digan eso.
El teniente salió corriendo y Minho no tardó en salir de la parte de atrás caminando como si nada. Todos le iban abriendo paso y lo miraban algo asustados.
-No muevan mi celda – dio la orden mientras pasaba al vestíbulo de la comisaría – pienso volver.
Todos se lanzaron miradas asombrados, y luego el chico alto nos volteo a ver.
-Mi delicioso bocadillo vino a buscarme – Taemin se movió con un ligero escalofrío. – Parece que por fin me dejará probarlo.
Jonghyun se puso delante de nosotros y luego le lanzó una mirada.
-Vámonos de aquí – dije dándome la vuelta para salir. Supe que los demás me siguieron y así avanzamos hasta el parque.
-¿Seguirán sin decirme porque me fueron a buscar? – Minho habló rompiendo el silencio -¿O es que quieren que me meta en su mente otra vez?
-Dame más tiempo – Taemin dio un paso al frente y habló con fuerza.
-Ya te di mucho, nuestro trato ha terminado, tú me perteneces, qué más puedo obtener de ti – Taemin agachó la cabeza.
-Debes hacer algo por él – Jonghyun se adelantó molesto.
-Ya hice mucho por él – Minho se dio vuelta – ya no quiero seguir haciendo cosas por un simple humano, me he vuelto patético.
-¡Dale más tiempo! – Alguien gritó desde el otro lado del claro donde estábamos parados.
Todos giramos la cabeza y encontramos a Onew seguido por el profesor. Corrió hasta donde estábamos y se tropezó y rodó en la yerba.
-Ya te dije que ya no quiero nada de ustedes – Minho le dijo cuando llegó rodando a sus pies.
*Yo puedo darte algo* La voz retumbó de nuevo en nuestras cabezas. Pude ver de nuevo al ángel de Onew mirando con decisión al demonio.
-Tú no puedes darme nada – dijo dándose vuelta.
*Quieres obtener lo que te quitó ese demonio por tu traición al grupo* – Minho comenzó a hacer su carcajada profunda y molesta.
-Ya no deseo nada de él, ya no deseo nada de nadie – dijo aun entre risas – no soy tan patético para seguir con esos perdedores y mucho menos para que un ángel se apiade de mí. De ahora en adelante me dedicaré a vagar por el mundo de los humanos sin volver al averno.
-Creí que si los demonios no volvían perdían gran parte de sus poderes – el profesor habló mientras veía asombrado.
-No necesito esos poderes – rió de nuevo – soy mejor que eso. Ahora regresaré a donde estaba, esperaba algo mejor bocadillo, la próxima vez que me vuelvas a ver espero que no tengas ese medallón y me dejes disfrutarte. No vengas a verme para pedirme cosas, ya se agotó tu tiempo.
-¡Tu agotaste su tiempo! – Jonghyuj volvió a gritar.
-¡Yo no agoté su tiempo! – Minho gritó con una voz con eco – fueron los suyos los que no le dieron tiempo desde un principio – señaló a los ángeles.
-El chico abandonado por Dios – dije recordando lo que había pasado en la cueva.
*No fue abandonado* El ángel volvió a hablar.
-No le dieron un ángel – dijo el profesor– solo hay dos maneras de volverse un demonio, la primera es que un ángel se revele del de arriba y la segunda es que un espíritu en tormento atrapado en este mundo se llene de rencor. Si un ángel no lo guía se queda atrapado en este mundo.
-¿Mi hermano se quedaría atrapado en este mundo? –Onew preguntó sorprendido.
*Como Minho*Todos miramos al ángel sorprendidos.
-Por eso ese demonio tenía interés en Taemin solamente – Jonghyun habló y Minho lo vio alzando una ceja.
-¿Qué demonio? – Se adelantó con un movimiento fugaz hasta Jonghyun.
-El de la cueva en el parque – Jonghyun intentó recordar – dijo que lo llamáramos A… aa…aaaa.
-Avaricia – dije molesto –Avaricia Jonghyun ¿No te reíste de eso?
-Ese maldito – se giró a Taemin -¿Intentó tocarte? – Taemin lo miró confundido -¿Intentó tocarte? – subió el tono de voz asustando a Taemin. El solo asintió. – Vamos – dijo tomando su muñeca y vimos como su mano ardía al contacto con Taemin – me las pagará.
De un momento a otro una llama verde surgió del piso y luego Taemin y Minho desaparecieron ante nuestros ojos. Onew corrió hasta ese lugar y luego giró de un lado al otro buscándolos.
*Se fueron al averno* El ángel habló *Minho odia ir al averno, solo está con ese grupo de demonios cuando están en el mundo humano*
-¡La cueva! – Jonghyun gritó.
*Ya no están ahí* Ahora una voz dulce habló, miré y era la pequeña angelita. *Se fueron todos, sabían que iría a buscarlos*
*Esto está mal* El otro ángel volvió a hablar *Minho es más poderoso en el mundo de los humanos, que en el averno, por eso necesita estar cerca de ese grupo de demonios*
-Tienen que llevarnos – Jonghyun habló.
*Nosotros no podemos entrar* *Solo algunos humanos y seres obscuros*
-Entonces yo puedo ir – me adelanté hacía el ángel.
*Pero si vas puedes terminar volviéndote un demonio*
-No es mucha diferencia de lo que soy ahora – dije con una sonrisa.
-No Key tu eres bueno- Jonghyun se adelantó – No eres como un demonio.
*El tiene razón aun tienes moral y una conciencia, perderías todo si fueras al averno*
*No quiero que Kibum vaya* La angelita tomó mi mano y me detuvo.
-No lo hagas, no quiero perderte – Jonghyun me abrazó por la espalda.
-Yo voy – Onew se adelantó – los traeré a ambos de vuelta.
*Nosotros no podemos guiarte*
-Pero yo conozco una entrada, en el cobertizo del parque – dije recordando el lugar al que había ido.
-Te acompañaré Jinki – el profesor puso su mano en el hombro del chico.
*Lo siento profesor, pero no tiene las habilidades de Jinki* Buscó confundido, era obvio que no podía ver al ángel. *El señor le dio esas habilidades para ayudar a su hermano* *Te protegeré desde aquí y Kibum me ayudará a mantener la puerta abierta, pero todo dependerá de ti*
Comencé a avanzar pero luego me fijé que el ángel no nos seguía.
*Jinki, no caigas ante tus demonios personales, por favor recuerda que tu hermano es tu sangre, tu hermano es solo tu hermano* Onew la miró sorprendido.

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