Tu mirada en la obscuridad

Tu mirada en la obscuridad +Final+

Epílogo
Ese parque no había cambiado nada, bueno si había cambios pero no tantos como uno esperaría. Las nuevas bancas de acero inoxidable y con aspecto moderno sustituían a esas mesitas de madera que habían estado por un largo periodo.
-¡Ya mueve! – Me había vuelto a perder en el tren de mis recuerdos que me obligaba a reconocer cualquier rastro del pasado.
-Lo siento viejo amigo, a veces me llama la nostalgia – respondí alegremente moviendo una pieza de ajedrez con mi mano aun firme pero algo arrugada.
-Siempre caes en la misma jugada – movió su pieza con agilidad – la gente ha de pensar que es raro que juegue con un vejestorio.
-¡Vejestorio! – Dije para atacarme de risa. – Cuidado con lo que dices que no tenemos tanta diferencia de edad.
-Pero eso no es lo que la gente ve, para ellos somos un adolescente y un anciano jugando ajedrez, hacke– me dijo el chico delgado con piel de porcelana y ojos alargados mientras se acomodaba su nuevo corte.
-Lo que la gente ve – dije mirando alrededor – es que estoy jugando con un famoso modelo. Han de pensar que soy tu abuelo o algo así.
-¡Hacke mate! – Dejé de ver alrededor para mirar asombrado al tablero. Luego sin más tire la pieza que representaba a mi rey.
-No es justo Kibum – dije mirando otra vez al chico que giraba los anillos que tenía en su mano – me iba mejor cuando jugábamos Mahjong.
-Pero ahora no es tan divertido, solo somos dos Onew –su rostro fue invadido por la tristeza.
-¿Aún lo extrañas? – Dije mirando al frente, por lo general me prohibía hasta decir MahJong, por que la simple palabra le traía dolorosos recuerdos.
-Lo extraño – dijo mirando a la chica que corría alegremente por la hierba mirando las nubes.
-¿Cuánto tiempo más va a quedarse? – Pregunté observando a la angelita que se había quedado inmóvil viendo al cielo – ya pasaron 3 años.
-No lo sé, pero espero que se quede más tiempo, me hace bien su compañía y me recuerda constantemente que Jonghyun está bien – su rostro se volvió rojo.
-Creo que también lo extraño, era un hombre divertido – dije con una sonrisa intentando acompañar en su dolor al chico que nunca había envejecido.
-Lo que 50 años le hacen a uno – dijo poniendo su mano en mi rostro – no entiendo como los ancianos pueden ser tan tiernos cuando sonríen.
-Solo tengo 70 – dije molesto retirando su mano lentamente – y gozo de una perfecta salud.
-Yo no gozo de ella y tengo 67 y me veo mucho mejor que tu – dijo modelando con una pose divertida y me hizo reír, pero al final acabé tosiendo.
-¿Estás bien? – No me di cuenta en qué momento se había parado para dar ligeros golpes en mi espalda.
-Estoy perfecto – dije con otra sonrisa.
-No me asustes así – se regresó a sentar frente a mí y clavó su vista en el piso. – Así empezó Jonghyun, pero yo no le daba mucha importancia, simplemente me gustaba cuidar de él y que siguiéramos juntos a pesar de todo lo que decían.
-Bueno un magnate cantante de 60 y un jovencito que tiene eternamente 17 son razón para hablar – empecé a guardar las piezas.
-Siempre pensaron que yo lo embaucaba – dijo mirándome con los ojos vidriosos.- Pocos sabían que yo era el único, pero aun así crearon una extraña lista de amantes.
-Creí que ya no hablaríamos de esto – dije doblando el tablero de ajedrez – Jonghyun dijo que ya no lo mencionaras, te lo dijo en el hospital, que nada de eso importaba. Ya deja de sentirte mal por esas cosas y recuerda las buenas.
-Jinki – me miró llorando ya – tu nunca sabrás lo que se siente ver a todos los que conoces marchitarse e irlos perdiendo poco a poco. Sin Jonghyun mi vida carece de sentido, me hubiera gustado envejecer a su lado y no seguir aquí mucho tiempo después de su partida. También me hubiera gustado acompañarlo en la otra vida – hizo una pausa y tomó aire profundamente. – Pero fue mi decisión, ahora debo estar con eso.
-El todopoderoso Key parece tener las cosas muy difíciles – me rompía el corazón verlo así, pero en esos tres años se había recuperado un poco. Desde la vez que lo vimos en el hospital devastado y las muchas veces que había intentado matarse de muchas formas, pero sin lograr nada. Ahora se veía resignado pero aun así infeliz. Miré al parque de juegos y observé a la chica sobre el pasamanos viendo al cielo -¿Por qué mira tanto hacia arriba? – Ese ángel era muy diferente a todos los que había visto y siempre me causaba curiosidad.
-Está buscando a Jonghyun, dice que le gusta asomarse a ver como estamos.
-Es bastante peculiar – dije intentando ponerme de pie y Key corrió a ayudarme.
-Es mi familia – Key dijo con una sonrisa. – Esa chica es un ángel nuevo por así decirlo, era una niña que estudiaba en la secundaria con Jonghyun pero nunca se atrevió a hablarle. Inclusive estaba muy enamorada de él y siempre lo observaba, pero tenía una enfermedad así que sus últimos días lo veía desde la ventana de su hospital.
-Entonces ¿Por eso se volvió el ángel de Jonghyun? – Pregunté avanzando por el camino.
-Creo que fue por eso, ni ella misma lo entiende, tampoco sabe qué pasó con el ángel anterior, solo está ahí para proteger a Jonghyun y las personas que él quiere. – Dijo mirando a la chica y esta lo miró de regreso con una sonrisa para bajar con un salto y correr hasta donde estábamos. – Pero – susurró – este es un secreto, ella no quería que se lo dijera a Jonghyun, es algo tímida.
-Guardaré tu secreto – le dije sonriendo para cuando la chica había llegado.
-¿Te llevó? – Preguntó el chico modelo, esa era su tercer profesión, había sido diseñador de modas y luego repostero. Supuse que traería otro auto ahora, siempre estaba cambiado, el era millonario y a Jonghyun también le había ido bien. Pero creo que Key ayudaba a la familia de la hermana de Jonghyun tras su muerte y hacía obras de caridad. Otro de los grandes misterios de por qué los inmortales llegan a generar grandes cantidad de dinero con facilidad en realidad tenía una respuesta muy simple, es porque tienen tiempo.
-No, debo hacer ejercicio y caminar a casa está bien para mi viejo cuerpo – dije riéndome y despidiéndome del chico con corazón de oro que no palpitaba.
Las cosas cambian a lo largo del tiempo, yo había cambiado, hasta Key que parecía congelado en el espacio temporal sufrió de los cambios de las épocas. Ya era todo un anciano que no se daba cuenta de que tan lento podía llegar a ser y así fue como empecé a escuchar la gran cantidad de susurros que aparecían todas las noches.
-Ya están saliendo – dije intentando ver a las creaturas obscuras que existían, me había vuelto bueno viéndolos y luego había perdido mi vista normal pero aun podía ver todas las criaturas con claridad. El profesor siempre apoyaba mis habilidades aunque al final fue un secreto que se llevó a la tumba.
-Apesta a ángel- un demonio hablaba desde las sombras, pero era obvio que no me lo decía a mi o a mi ángel.
-Ya déjalo – una voz familiar me hizo detenerme – Ónix me pidió que lo acompañara así que lo acompañaré.
-Qué asco Amatista – tenía razón ese era el nombre de esa chica demonio, decidí acercarme un poco más a ver – ya deberías dejar a Ónix, te da tareas ridículas. – Me acerqué con discreción detrás de un poste, sabía que los demonios están dispuestos a matar y más a alguien como yo, que se mete en sus asuntos.
-¡Miren lo que encontré! – Una voz juguetona dijo detrás de mí y me provocó saltar asustado. Sostuve mi corazón pues su acción hacía que me faltara el aire – Lo siento hyung ¿Te encuentras bien? – Mi corazón se detuvo, un chico me ayudaba a ponerme de pie sus manos era suaves y cálidas, su cabello tenía el corte más tierno, sus ojos estaban llenos de inocencia y sus labios eran muy carnosos.
-¡Taemin! – La demonio gritó y me obligó a sostener sus hombros aun más incrédulo – ¡No recojas humanos de la calle, te va a dar algo! – El chico solo se comenzó a reír.
-¿Qué me puede dar si recojo a mi hermano de la calle Amatista? – La chica se paró en seco y comenzó a retroceder -¿Hyung de verdad estás bien? – Seguía incrédulo.
-¿Taemin? – Eso fue lo único que salió de mi boca después de inspeccionar su rostro con mis manos y peinar su cabello con suavidad.
-Si – afirmó con una sonrisa – te vez muy distinguido Jinki-hyung – dijo de frente y luego me dio un abrazo – te extrañé.
-¿Pero cómo? – Aun no entendía nada el estaba ahí, se podía tocar como a un humano, no tenía un aire demoniaco ni parecía algún tipo de espíritu.
-¿Y Amatista? – Levantó la cabeza para buscar al demonio que había desaparecido desde hace rato. – Iba a llevarme por leche de banana – puso una cara triste – ¿Quieres ir tu hyung? Junté suficiente dinero.
-¿Cómo es que estás aquí? – Seguía sin entender, pero el chico comenzó a avanzar tomándome de la mano y llevándome suavemente a donde quería.
-Minho me trajo, tenía que volver – dijo mirando de un lado al otro.-Ya no venden leche de banana donde mismo – se deprimió al momento.
-Hay una tienda electrónica adelante – dije señalando al lugar donde estaría la máquina donde pedías diversos productos.
-Gracias hyung – me jaló de nuevo al lugar, como cuando éramos jóvenes, parecía un sueño. Mi hermanito estaba ahí llevándome de un lado al otro. – Sentémonos por allá – señaló una barda de cemento baja que servía como banca.
-¿Creí que solo ibas por algo de tomar? – Una voz maquiavélica me despertó de mi fantasía y nos obligó a voltear antes de que llegáramos a sentarnos.
-¡Minho! – Me soltó y corrió al chico alto con grandes ojos que ahora tenía el cabello corto y usaba ropa deportiva. –Encontré a mi hermano – lo empezó a acercar a donde yo estaba.
-Ya me dijo Amatista – se notaba un poco molesto – ¿No venimos aquí por él? No quiero que te pongas como cuando la niña.
-Pero Sandy era muy agradable – parecía estar por llorar.
-Por eso te dije que no vinieras por personas que te agradan.
-Pero todos me llegan a agradar – se subió a la espalda del otro – además ahora solo vengo a dar un mensaje.
-Pues da tu mensaje y vámonos – lo sostuvo en su espalda y caminó hasta donde yo estaba.
-Pero me encontré con Jinki-hyung y quiero charlar un poco.
-¿Cómo es posible? – Detuve la escena antes de que Minho contestara. El me miró algo fastidiado y bajó a Taemin.
-No lo sé – dijo seriamente y luego se sentó en la barda. Yo me senté al lado de este mirándolo. Con el paso del tiempo tus miedos van cambiando – un día Taemin ya estaba así. Su alma se transformó en esto.
-¿Cómo están papá y mamá? – Taemin preguntó y yo lo miré tristemente.
-Taemin…
-Ellos están bien – mi ángel se hizo visible y habló, articulando palabras, nunca lo había visto hacerlo – tu madre está muy contenta todo el tiempo – la veía confundido.
-¿Puedes disculparte con mi padre? – La pregunta iba de nuevo a mi ángel – no estudié medicina como él quería y no me hubiese gustado estudiarla, me hubiera dedicado al baile o las artes. – El ángel asintió. –Gracias.
-Así es siempre – Minho volvió a hablar – es todo un misterio, nunca se a qué le está hablando, es un bocadillo bastante fastidioso.
-¿Qué es? – Mi confusión aumentaba.
-Tampoco lo sé – Minho volteo a ver a Taemin que hacía un puchero por lo último que este había dicho – el me dice a donde debemos ir y hace algunas cosas, luego vamos a otro lado. Así nos la pasamos. No come, solo si quiere probar algo o le invitan, no duerme, solo si cree que es cómodo un lugar para acurrucarse, tiene habilidades mayores que las de los humanos pero escazas para un demonio y siempre tiene mensajes o tareas del más allá.
-Solo tengo cosas que hacer y Minho me acompaña – dijo con una sonrisa.
-¿Cómo te va hyung? Hueles a niños ¿Tienes hijos? – Lo miré intrigado y él respondió ante mi reacción – por eso Minho ha estado en un solo lugar todo este rato. Has de oler a niños.
-Pues si tuve dos hijos un niño y una niña con mi esposa, le llaman Luna y es un encantó y ahorita ya vamos en nuestro tercer nieto, es un pequeño con corte de hongo al que llamarón Taemin.
-¡Genial! – Dio un grito de alegría -¿Puedo ir a conocerlos luego?
-Claro si Kibum quiere prestártelos por que insiste que son suyos – me reí y Taemin secundó mi risa Minho solo se nos quedó viendo.
-La vida de los humanos es muy rápida – dijo mirando al cielo – todo el tiempo que hemos estado Taemin y yo juntos parece solo unos minutos.
-Eso es porque no hacemos mucho Minho. Pero ahora debemos marcharnos debo de entregarle el mensaje de Jonghyun a Key.
-¿Eso es lo que tienes que hacer ahora? – Minho se puso de pie y le preguntó.
-Jonghyun me lo encargó.
-Pero que sea rápido, tengo ganas de dar otra probadita antes de que se te ocurra otra extraña misión.
-Está bien, pero debes llevarme en tus hombros – se puso de pie junto a él y no tardó en agacharse y subirlo a sus hombros.
-Lo hago porque esta noche pienso saborearte más –Taemin se sonrojó un poco y agarró la cabeza de Minho.
-Jinki-hyung luego pasó a visitarte, vete con cuidado, debo darle mi mensaje a Key – Minho empezó a caminar con él en los hombros y alejarlo poco a poco. El se despedía con una mano mientras giraba la cabeza para verme.
*Parece que Minho ya encontró su ángel* Miré a mi acompañante, volvía a hablar como siempre.
-¿No lo veo tan angelical? – Taemin ahora se movía sobre Minho haciendo que perdiera el equilibrio.
*Es porque es un ángel para un demonio, pero se puede sentir ese aire de bondad en él, el señor planeó grandes cosas para ellos* Los miré alejarse avanzando a entregar ese mensaje.
-Un demonio y un ser angelical, suena a tema para uno de mis libros – reí poniéndome de pie.
*Estas feliz de haber visto a tu hermano*
– Es más que obvio, se ve muy bien y sé que nos volveremos a ver – comencé a caminar con dirección a mi vieja casa donde mi adorable esposa me esperaba y cuando le contara esta historia no me creería por un momento y la terminaría convenciendo como siempre. Una vida feliz y productiva ahora se veía aun mejor por la presencia de mi hermano.
Taemin nunca dijo que mensaje tenía para Key, pero no pasó mucho tiempo para que las revistas y diarios anunciaran la muerte del joven modelo como todo un misterio. Como si el alma hubiese dejado el cuerpo.
Como dijo el volvió varias veces a mi casa a platicar o solo a pasar un rato alegre con los niños, a veces llevaba a Minho otra veces este lo esperaba fuera de la casa y así fue a lo largo de los años hasta la última vez que lo volví a ver, el día de mi muerte. El ángel de la muerte que vino por mí con una dulce sonrisa y promesas de la vida eterna y el paraíso.
Ese ángel de la muerte que aun vaga por el mundo de los humanos, protegido por un demonio, amando cada instante que pasa a su lado, sin importar la misión que venga.

 

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 15+

15.- Tu mirada en el amanecer

Pilares retorcidos, charcos negros, pastos secos de colores anormales, muros que parecían ondularse en el extraño ambiente rojizo. El aire se sentía ralo y pesado a la vez, ruidos industriales invadían mi cabeza. Me levanté poco a poco mirando árboles sin vida que rodeaban lo que parecía un patio muerto rodeado por los pilares zigzagueantes.
En el centro había una fuente, la cantera se encontraba destrozada y manchada y de la estatua de un pequeño diablillo salían borbotones de lava. El terror me invadió cuando el diablillo parpadeó dos veces y me lanzó una extraña sonrisa mostrándome sus colmillos retrocedí y tropecé con la hierba marchita. Aullidos y alaridos comenzaron a invadir el ambiente mientras un humo pesado hacía aparición a la distancia. Era la peor pesadilla de cualquiera, junté mis rodillas cerca del pecho y tapé mis oídos escondiendo mi rostro. El lugar generaba gran pánico en mi interior, todo el miedo que no había sentido en años o solo había sentido con Minho me invadió en ese momento.
Un asqueroso olor a podrido llegó y tapé al instante mi nariz, empecé a gatear mientras las nauseas me invadían buscando donde descargar el contenido de mi estómago y a gatas llegué atrás de unos de esos pilares tosiendo y convulsionándome por los espasmos del vómito. Y así fue como el delicioso café y pastelillo abandonaron mi estómago, ya no se veían nada deliciosos pero al fijarme bien detrás de ese pilar había huesos, huesos pequeños y con trozos de carne aun. Carne pútrida que no era de un animal.
-¡Un niño! – Grité retrocediendo de pie y luego choqué contra algo. Me giré aterrado y encontré a Minho, al instante como una acción simple lo abracé y comencé a llorar, estaba aterrado y el era lo único conocido.
-Tranquilo – me dijo abrazándome también – ese niño lleva siglos ahí – me dijo acariciando mi espalda y pegándose más a mi cuerpo. – Todo estará bien, solo nos quedaremos aquí por un momento.
-¿Dónde estamos? – Pregunté aun llorando enroscado contra su pecho.
-Estamos en el averno – tomó mis hombros y me separó suavemente – vengo a darle una lección a ese tipo y luego volvemos a casa.
Lo miré confuso mientras me sostenía ¿El averno no era su casa?
-Salgamos de este jardín – me dijo tomando mi mano y avanzando por las piedras que quemaban mis pies. Recordé el collar pero ya no estaba ahí. –Quité el collar porque necesitaba cargarte hasta este lugar – volvía a leer mi mente – fue algo complicado pero los torpes humanos siempre crean soluciones simples a sus tontos acertijos.
-El piso quema – miraba como las suelas de mis zapatos comenzaban a derretirse ante el contacto de las rojizas piedras.
-Es cierto – dijo girándose y de la nada puso una de sus manos debajo de mis piernas y la otra en mi espalda. Y en rápido movimiento me cargó en sus brazos.
-Está bien, bájame – dije al ver como comenzaba a avanzar rápidamente y salía del jardín a otro espacio similar con pilares también torcidos y esculturas que daban miedo mientras se iban deshaciendo – ¿No estoy pesado? – Me sentía mal siendo cargado por él. El solo se rió y luego giró su rostro para quedar frente al mío.
-Este delicioso bocadillo, se porta tan dulce asustado, te recomiendo que no me provoques en este lugar porque aquí no resistiría la necesidad de probarte – luego giró la cabeza hacía una estatua que estaba frente de nosotros – como ellos no resistieron la necesidad de afanarse por su soberbia y se convirtieron en estatuas de ellos mismos para ser afanados. – Miré bien a las estatuas y todas ellas eran tan diferentes, de diferentes épocas y con diferentes ropas, unas estaban más desechas que otras, en ellas se veía un enorme dolor, parecía ser el dolor de irse deshaciéndose poco a poco solo siendo admirada por otras estatuas que solo podían admirarse a ellas mismas.
Logramos salir mientras yo observaba el tétrico museo de figuras humanas sufriendo. Me bajó con delicadeza y comenzó a avanzar de nuevo
-En esta parte no hay ningún tipo de lava y erupción –se detuvo y se giró frente a mi – pero hay muchas otras cosas así que quédate detrás de mí. -Me pegué a su espalda y seguí sus rápidos pasos caminaba inspeccionando el ambiente las raras figuras que parecían mirarme. Luego sentí un crujido bajo mis pies y me quedé horrorizado al comprobar que había roto la caja torácica de alguien y luego vi más, huesos, todo el piso estaba tapizado de cráneos, fémures, costillas, humeros, falanges, todo tipo de huesos. Retrocedí un poco asustado por eso y sentí como una huesuda mano sujetaba mi zapato y otra subía hasta mi pierna encajando sus filosas falanges en ella. Quise gritarle a Minho pero el sonido se ahogó en mi garganta y las manos en mis piernas se empezaron a duplicar y jalarme hacía el piso.
-¡Deténganse! – Minho había vuelto y lucía molesto –No ven que él me pertenece – Hizo un elegante ademán con su mano y mi marca empezó a arder todas las manos que me sujetaban estallaron en llamas y me liberaron, había quedado de rodillas en el suelo y Minho me ofreció su mano para que me levantara.
-¿Qué fue eso? – Aun temblaba por el susto.
-Solo tienen hambre –dijo comenzando a caminar y tomándome la muñeca para que quedara detrás de él – la pereza los mantiene en este lugar, simplemente deciden quedarse aquí sin hacer nada hasta que quedan en ese estado, solo hacen otras cosas cuando se les presentan frente a ellos. No comen por que no desean moverse pero si se les presenta la oportunidad lo harán.
Volví a mirar el campo lleno de huesos y pude observar algunas personas que aun eran de carne, demacradas y delgadas que parecían pasar un rato placido sobre la hierba marchita.
-Estamos por salir del jardín de los pecados – me dijo mirándome fijamente – ahí afuera es más peligroso, por eso necesito que sostengas mi gabardina todo el tiempo bocadillo.
-Taemin – lo corregí, ya me había dicho otras veces por mi nombre, pero aun así no quería que me siguiera llamando de esa manera. El solo lanzó una picara sonrisa y continuó hablando.
-No te sueltes y nunca mires a los ojos de un demonio, es como si lo estuvieras retando y él sabrá todo lo relacionado contigo, TAEMIN- recalcó esta última palabra. Yo sujeté su gabardina y salimos a un lugar que parecía desértico con rocas grandes en pilares que rompían las leyes de la gravedad. Las arenas eran rojizas y despedían gases, volví a sentir nauseas, pero esta vez no quedaba nada en mi estómago que necesitara salir.
-Te estaba esperando – la chica de la cadena salió de la nada frente de nosotros – pero no esperaba que trajeras a tu cena contigo.
-Yo traigo y me llevo lo que me de la regalada gana – Minho contestó agresivamente a la chica de largo cabello que ahora tenía largar uñas afiladas y cuernos de borrego que resaltaban en su cabeza. –Vienes a llevarnos con él ¿Verdad? Supongo que este tipo de encargos son los que hacen que una mujer sumisa se moje.
-¡Minho! – Lo reprendí al instante al ver como la chica daba una cara de tristeza.
-Pero eso es lo que es, hace todo lo que alguien más quiere sin importar los medios, solo hace las tareas que se le encargan y es feliz siendo conformista. Solo es un asqueroso esclavo de alguien más – miré de nuevo y la chica se ponía aun más triste.
-No le hagas caso, cada quién decide lo que desea hacer – dije a la chica que solo se empezó a reír.
-Tu humano es muy gracioso Minho, si no es por que huele a muerte y sudor juraría que es un asqueroso ángel –la chica dio media vuelta y comenzó a caminar.
-Ángeles asquerosos – Minho volvió a hablar entre susurros – otros seres sumisos.
Avanzamos un poco más hasta llegar a una cueva muy parecida a la del parque. Entramos lentamente y yo no me solté para nada de la gabardina de Minho. Cuando entré versiones más demoniacas de los chicos de la tarde me veían con sus ojos, agaché la cabeza recordando las palabras del chico alto. Ese había sido el error de mi infancia quedarme prendado de esos grandes ojos rojos.
-Esperaba tu regreso – el fornido hombre que se hacía llamar avaricia ahora tenía amplios cuernos en la cabeza, no tenía cabello y su piel era de color grisáceo.
-Es la última vez que vuelvo – dijo molesto y empujándome otra vez detrás de él.
-Trajiste a tu linda mascota – se rió y se levantó del sillón – ¿Crees que si traes algo puro te permitirán volver al espacio de los humanos sin problemas? Ese chico no tiene ángel.
-Pero tiene el favor del de arriba – Minho presionó con fuerza mi muñeca y yo tomé su mano con mi mano libre para darle seguridad.
-¿Qué favor? Solo fueron abandonados por él, acéptalo Minho, aunque yo no hubiese aparecido hubieras terminado como un demonio solo porque nadie se dignó a darte un guardián – se volvió a sentar.
-Me volví un demonio porque tú me volviste así – Minho habló subiendo el tono de voz. – Me hiciste caer en tu juego y luego me trajiste aquí volviéndome en la abominable criatura que soy.
-Ahora el pequeño Icarios tiene moral – avaricia rió.
-¡No me llames así! – Minho gritó molesto.
-Tienes razón debería llamarte lujuria porque ese es el pecado que te trajo hasta mi y te volvió lo que eres.
-Me llamo Minho ahora – sacó fuego verde de su mano – y este chico me pertenece a mí, así que espero que no te vuelvas a meter con él y también me dejes a mí.
-Él se puede ir – dijo tranquilo ese ser que empezaba a dar algo de temor – me dan asco los seres tan buenos, pero tú y yo somos inseparables – empezó a caminar y tomó el rostro de Minho, luego sacó su larga lengua y lo lamió – recuerda que tu eres mío y yo soy tuyo.
-Yo no te quiero a ti – Minho contestó y el demonio empezó a presionar con su mano con fuerza. Yo reaccioné y lo empujé. Todos los demonios me miraron asombrados y luego comenzaron a acercarse.
-Interesante – dijo acercándose a mi – tienes el mismo potencial que mi oveja negra – tomó mi brazo y me levantó del piso – nuestro trato sigue en pie, aunque no es un trato que me agrade yo puedo hacer que sigas andando por ahí pero a cambio debes pertenecerme a mí – pataleaba intentando zafarme. Lo miré furioso directo a los ojos.
-No gracias – dije fuerte y claro.
-Piénsalo bien – chasqueó los dedos y vi como Minho era sujetado por todo el grupo de demonios – el me pertenece desde niño, así como lo hizo contigo. Sabes él no tenía una enfermedad como tú.
-¡Cállate! ¡No le cuentes a Taemin! – Todos los demonios lo sujetaban mientras que el chico de la playa y la chica de la cadena veían en silencio pegados a la roca de la cueva,
-El simplemente me decidió seguir por que le parecía genial, y así fue creciendo como un simple humano mientras yo le enseñaba los verdaderos placeres que los humanos podían tener – puso su otra mano en mi estómago y me estremecí – cuando llegó a la adolescencia ya había matado por placer, devorado carne humana, vivía de fiesta en fiesta y gozaba de todas las mujeres que caían en su redes, era un chico perfecto y nunca nadie me detuvo por que este niño no tenía un ángel. Empezó a subir su mano levantando mi playera.
-Pero este chico no se conformaría con eso, me juró lealtad eterna a cambio de que lo volviese un demonio como yo y cumplí mi parte del trato. Pero el aun así quería más y me pidió que lo hiciera completamente mío – sonrió de una forma asquerosa, cual pervertido fuera de una escuela secundaria de chicas. – Sabes qué me dijo, tírame rico, como solo tú sabes hacerlo así yo seré tuyo y tú serás mío. – Minho tenía una triste mirada, al escuchar estas palabras solo pude escupir en su rostro. El sacó su larga lengua y lamió el escupitajo – Delicioso, Minho sabe bien lo que está rico – dijo levantándome más y pasando su lengua por mi abdomen. Sentí la marca calentarse.- Esta marca es útil pero solo en el plano terrestre – de rió – sabes este chico es muy poderoso entre los humanos, pero aquí abajo es un inútil.
-Lo mismo para ti – respondí con una sonrisa triunfal – tienes muchos poderes aquí abajo, pero en el mundo necesitas de Minho, fui la carnada perfecta ¿No es así? – Lancé otra retadora mirada – Pero no tengo nada que perder, así que aceptaré nuestro trato, solo tu sales perdiendo – me miró molesto era obvio que solo quería asustarme y en realidad no esperaba que aceptara el trato.
-¿Sabes lo que significa? – Me miró molesto – de ahora en adelante me pertenecerás a mí y no a Minho – me bajó.
-Pero usted dejará a Minho en completa libertad – se sentó fastidiado.
-Estúpido humano que das tu vida por un demonio que la arruinó en un principio.
-Se equivoca – dije acercándome al sillón con decisión –yo estoy agradecido con él porque me dio más tiempo, porque conocí buenos amigos y porque cumplió su palabra.
-No sé cómo aguantaré a un asqueroso humano moralista como tu – giró su cabeza descontento.
-Pero necesita uno como yo si desea hacer maldades con su grupo en el mundo humano – dije triunfante, la situación había cambiado tanto en unos momentos – y es obvio que Minho ya no piensa obedecerlo como antes. Así que solo déjalo marcharse y confórmate conmigo.
¡Suelten a Minho! – El salió de la bola de demonios mirándome tristemente agaché la cabeza, no quería que el supiera que estaba aterrado – bien pero también deberás hacer otras cosas que él hacía por mí – sujetó mi cintura y pegó mi cuerpo al suyo quedando sobre él en el sillón rojo. Me aterraba la idea, pero estaba bien, solo debía aguantar esa actitud hasta que se fuera Minho.
-¡No lo pienses! – Llegó y me tomó la mano alejándome del asqueroso ser – Él ya me pertenece a mí, ni sueñes en volver a tocarlo.
-Minho ¿No es lo que querías? – Miró a Minho decidido, mi plan no había funcionado esperaba que el alto deseara más su libertad que a mí – tu libertad a cambio de un moribundo humano, es un trato perfecto ¿Verdad Taemin? – Me lanzó una mirada triunfante, como diciéndome el no me va a dejar.
-Si vuelves a mencionar su nombre te arrancaré tu asquerosa lengua y la incineraré aquí frente a todos – Minho me sujetó más fuerte y se dispuso a salir.
-No dejen que se lleve a Taemin – todos lo miraron asombrados – si tengo a Taemin, Minho no se irá de nuestro grupo, el muy idiota se ha vuelto a enamorar. – Minho se giró sorprendido. Todos nos comenzaron a rodear. Uno de ellos encajó sus largas uñas en mi brazo mientras me separaban de Minho.
-¡Minho! – Extendía mi mano mientras lo alejaban de mí. El giró a ver a avaricia mientras todos me sostenían cerca de la pared de la cueva.
-Exacto Minho, no dejarás a Taemin, siempre te pasa cuando te enamoras, das todo por ese ser – dijo riéndose – como te enamoraste de mí en tu pasado, como te enamoraste de ese estúpido ángel que te alejó de mí y como te has enamorado de este torpe humano que daría su vida por ti, definitivamente la más patética de tus historias. Creí que seguirías diciéndote a ti mismo que los demonios no podían amar – se rió con una sonora carcajada que retumbó por toda la cueva.
Miré a Minho furioso a mitad de la cueva.
-¡Minho vete! – Grité a todo pulmón- ¡Déjame aquí y lárgate! ¡No dejes que te tenga! – Me volteó a ver con decisión y luego dio un salto largo hacía el sillón. De la nada ya estaba recargado con las rodillas en el sillón y tomando la cara de el demonio grande. El otro solo abrió ampliamente los ojos y luego Minho con un ágil movimiento tomó su lengua y la cortó para sujetarla en su mano que se prendió en esas llamas verdes.
-Te dije que incineraría tu lengua si volvías a pronunciar su nombre – el otro demonio solo lanzó una mirada de odio y luego golpeó con fuerza el rostro de Minho, gritó sin sentido y comenzó a avanzar hasta donde había caído el cuerpo.
Lo empezó a golpear repetidamente, Minho parecía inconsciente por que no se movía, los golpes se repetían y repetían sobre la cabeza de Minho.
-¡Déjalo! – Grité intentado zafarme pero me sujetaron con más fuerza y alguien me mordió.
-¡Suéltenlo! – Alguien más llegó gritando y para mi sorpresa Onew estaba empujando a todos los demonios y los espantaba con una luz blanca que salía de su mano.
-Jinki-hyung – lo abracé con fuerza cuando llegó hasta mí mientras éramos rodeados por los demonios.
-¿Estás bien Taemin? – Me alegré y asentí rápidamente.
-¿Cómo llegaste aquí? – Key encontró la entrada y me guió con ayuda de esto, me mostró una pluma.
*¿Encontraste a Taemin? * La pluma vibró y habló.
-Sí, está a mi lado.
*Dice el ángel que puedes herir a los demonios con la luz de tu mano, pero no serán heridas muy graves*
-Eso me basta – Jinki se portaba muy valiente, lo cual era raro en él. Empujaba a los demonios para abrirnos paso, estábamos cerca de la salida.
-Espera falta Minho – le dije señalando a donde el demonio aun golpeaba con ira el cuerpo.
-Déjalo Taemin – Jinki me jaló – No podemos rescatarlo, además es un demonio.
-¡No! – Grité y me solté para llegar al frente empujando algunos demonios. Pero estos no tardaron en atraparme de nuevo, luego escuché una cadena y una chica apareció a mi lado golpeando y rasguñando demonios -¡Corre por él torpe humano! – Asentí y seguí corriendo hasta empujar a avaricia y alejarlo del cuerpo de Minho. Lo tomé con mis brazos y al ver que el demonio se acercaba de nuevo lo protegí con mi cuerpo. El empezó a golpearme pero no pensaba moverme.
-¡Muévete bocadillo! – Minho estaba consiente sonreí y negué con la cabeza mientras sentía los puñetazos en mi espalda.
-Ya no estás solo – le dije, todo este tiempo temía estar solo, ese era su mayor temor, al contrario del mío que era estar con alguien, pero ambos habíamos fallado. Los golpes se detuvieron y levanté rápido la cabeza para ver al chico de la playa golpeando de regreso al enorme demonio.
-¡Llévatelo!
-¿Pero tú? – Dije mientras recogía a Minho del piso.
-No necesito que un estúpido humano se preocupe por mi – dijo encajando sus filosas uñas en el pecho del demonio mientras se apoyaba con sus pies en él. – Además ya no tiene lengua ya no tiene ningún poder ¡Amatista! – La chica de la cadena se giró a verlo – Sácalos de aquí – se acercó a nosotros y abrió paso, rápidamente salimos de la cueva con ayuda de Jinki que sujetó el otro brazo de Minho.
-Por aquí está el portal – dijo ella caminando hasta donde unas rocas negras se curvaban en arco sobre la roja arena.
-Key ya vamos a salir – Jinki habló con la pluma.
Recosté a Minho en el piso, parecía que sus heridas sanaban rápido.
-Eres demasiado interesante bocadillo – dijo al ver que yo me sentaba en una piedra al lado de él.
-Taemin – dije fingiendo enojo – no hay de qué – agregué mientras recuperaba mi respiración.
Jinki me vio y caminó hasta donde estaba, cuando llegó se hincó frente a mí y tomó mis manos.
-Yo cerraré mis ojos un rato – Minho anunció y lo miré curioso.
-¿Estás bien? – Asentí, me agradaba que mi hermano se preocupara por mí -¿No te duele? – Miró donde estaba la mordida.
-No, solo se ve más fea de lo que es.
-No te vuelvas a ir de esa manera – recargó su cabeza sobre mis manos que aun sujetaba sobre mi regazo.
-Todo está bien Jinki – dije sonriendo.
-Sí, creo que está bien – dijo levantando el rostro – eres mi hermanito y te quiero – Jinki parecía triste al decirlo – estoy orgulloso de tus decisiones, pero no quiero que me dejes, no sería lo mismo sin ti. – Solté una mano y acaricié su cabeza.
-Tienes un brillante futuro por delante – lo abracé – te quiero hermano – dije apretándolo con fuerza.
-Te quiero Taemin, más de lo que crees – me dijo sujetándome.
*El portal está listo* La pluma volvió a hablar.
Y así fue como abandonamos el averno los tres mientras que la chica corría de regreso para ayudar al otro demonio en la cueva. Nos reunimos con todos en la vista nocturna del parque, la verdad se sentía bien respirar el aire del plano terrestre de nuevo.
Caminamos de regreso a casa llevando a Minho con nosotros. Era una ventaja que le agradara a nuestra madre.
*Dios tenía un plan para ustedes, el nunca los abandonaría* Esas fueron las últimas palabras del ángel de Jinki antes de desaparecer de la vista de los demás, yo lo seguía viendo por que estaba muriendo. Me pregunté cuánto tiempo más me quedaba mientras recostábamos a Minho en mi cama y Jinki salía agotado a su cuarto.
-Ten cuidado Taemin – me dijo mientras entraba a su habitación – no se te olvide que es un demonio.
-No temas Jinki – le dije brindándole una sonrisa y haciendo que se sonrojara.
Entré al cuarto después de haber ido a la cocina por un tentempié, la verdad me moría de hambre y al día siguiente debíamos aguantar el regaño de nuestra madre por haber llegado tan tarde a casa.
Minho se removió en la cama y abrió los ojos para verme comer.
-¿Gustas un poco? – Pregunté al ver como se quedaba mirándome fijamente.
-Yo no como asquerosa comida humana – dijo sentándose en la cama y tocándose la cabeza por el dolor.
-¿Estás bien? – Pregunté al verlo adolorido.
-Estoy con eso basta – me volvió a ver – lo que escuchaste en la cueva, olvídalo – dijo como una orden – se que nadie me ha correspondido antes y tu no debes hacer solo por tu apestosa bondad – me levanté del piso y me senté a su lado en la cama.
-Lo olvidaré entonces – dije mordiendo el pan y dando un trago a la leche de plátano – es imposible que un demonio se enamore de un humano – dije brindándole una sonrisa – en especial si el humano se ha enamorado de él – abrió grandes los ojos.
Y nos quedamos en silencio sentados en esa cama un buen rato.
-Quiero ver el amanecer – dije medio adormilado cayendo en su hombro.
-¿Duele? – Preguntó al verme sudando y respirando con dificultad, era obvio que la hora había llegado y él se había dado cuenta de que me estaba doliendo.
-No tanto como pensé que dolería – tomó mi rostro con sus manos y me giró frente a él – déjame llevarme tu dolor.- Sus labios impactaron con los míos en un suave choque, el comenzó buscar los bordes de mis labios con su lengua mientras yo hacía conciencia de mis propios labios. Me abrazó fuerte y yo abrí mi boca para sentir mejor ese beso. También lo rodeé con mis brazos, no quería perder más tiempo, sabía que no me quedaba.
Ya me había besado antes pero esta vez era diferente. La guerra entre nuestras lenguas tuvo que ser interrumpida por nuestra necesidad de respirar y tomar algo de aire.
-De verdad eres un suculento bocadillo – dijo recostándome en la cama con suavidad y comenzó a besarme el cuello con un suave y cálido tacto, lenta y placenteramente. Empezó a desabrochar mi pijama mientras yo subía su remera negra con mis manos mientras disfrutaba su marcado abdomen. Minho me había hecho sentir tantas cosas y vivir tantas cosas, y aun así parecía darme más.
-Déjame probarte – dijo cuando me despojó de la parte superior de mi pijama y yo solo asentí. Empezó a besar y morder mi pecho suavemente, yo comencé a sentir la necesidad de sus roces, su lengua jugando con mis pezones, todo me llevaba al completo éxtasis y me inundaba de felicidad. Bajó hasta mi ombligo y sentí como sus manos acariciaban mi entre pierna y bajaban el pantalón lentamente.
-También probaré esto – dijo esto antes de empezar a lamer mi miembro latente y excitado, sin aviso alguno lo metió a su boca. Me sentí llenó de placer y empecé a lanzar gemidos. Me quitó por completo los pantalones y se bajó los suyos, volvió a besarme. Y luego fue hasta mis piernas y sacó su larga lengua para meterla por mi entrada, al principio sentí una punzada, pero luego sus movimientos hicieron que me fuera acostumbrando.
-Dame tu cuerpo – dijo otra vez acercándose a mi rostro.
-Creí que mi cuerpo ya era tuyo – le contesté con una sonrisa y el ensartó su miembro en mi interior me aferré a él sintiendo algo de dolor, encajé mis uñas en su espalda y presioné con fuerza su cuerpo contra el mío. Se comenzó a mover después de un rato besando mi hombro, lamiendo y mordiendo mientras el vaivén de nuestros cuerpos hacía que cada vez estuviera más profundo en mí. Sentí un choque eléctrico después de compartir tanto placer y me corrí sobre su abdomen el continuó por unos segundos más hasta que también curvó la espalda en un choque eléctrico y se dejó caer con espasmos sobre la cama sosteniendo mi cuerpo.
Me acurruqué a su lado mientras el observaba por la ventana.
-De verdad eres delicioso – dijo besando mi cuello – pero mejor vístete – me dijo mientras él se sentaba en la cama con la sabana cubriéndolo. Lo miré curioso, yo lo quería seguir abrazando, además me dolía – el amanecer está por aparecer- seguía con su mirada clavada en la ventana. Torpemente me puse la pijama y me senté a su lado recargado en la pared, él me jaló y me acomodó entre sus piernas. Luego puso sus brazos sobre mis hombros y me abrazó por detrás.
-Gracias por el amanecer Minho – dije recargándome en sus brazos y sosteniéndolos con mis manos.
-Ahora me vas a agradecer por cosas que yo no hice, he de ser el demonio más patético de todos y solo por el dulce aroma de un suculento bocadillo – dijo en mi oreja.
-Enserio de verdad muchas gracias – volví a decir mientras el sol salía lentamente y lo veía alegre desde mi ventana. Sosteniendo al ser del que me había enamorado y me había regalado hermosos momentos, de eso se trataba la vida de hermosos momentos que podíamos compartir, gozar y comparar con los amargos momentos que también la formaban.

Key
Pasaron dos días desde que recibimos la noticia de Onew y ahora estaba destrozado en esa colina observando como todos entraban a la blanca iglesia de debajo, sollozando a ratos y golpeando el suelo con fuerza e otros, me dejé caer en el pasto. Y empecé a tener recuerdos, bellos recuerdos de cuando lo conocí, de cuando lo vi desesperado abriendo mi ataúd de cuando jugábamos videojuegos o cocinaba para él. Cuando fuimos de campamento, todo inundaba mi mente. Pero el momento más presente fue cuando Onew llegó lleno de lágrimas a nuestro departamento.
-Ya no está – fue lo único que pudo articular y luego la madre de Taemin llamó a Jonghyun.
Taemin había muerto, habían encontrado su cuerpo la mañana siguiente que había regresado junto con Jinki y Minho, estaba dormido en su cama pacíficamente cual ángel. Sin respirar, sin moverse ni un centímetro, lo había llamado varias veces y no se había despertado. En un último intento había pegado su cabeza al pecho de su hijo buscando señal de cualquier latido.
Los gritos de una madre desesperada hicieron que Jinki fuera a la pieza para encontrar a su madre sacudiendo con fuerza el cuerpo de su hijo y llamándolo. La ambulancia no tardó en llegar después de la llamada de Onew y se llevaron el cuerpo de Taemin sin vida tratando de consolar a la mujer.
-Una enfermedad incurable – El doctor dio el veredicto mientras Jonghyun sostenía las manos de esa mujer, yo solo escuchaba todo desde la esquina del pasillo. Con una gorra y lentes esperando que él estuviera sonriendo en una cama de hospital, pero todos lo sabíamos era demasiado tarde.
Vi entrar a la desconsolada mujer y a su esposo sosteniéndola a la capilla detrás de ella iba Jonghyun que jalaba a Onew en un estado autista, luego seguía el profesor Minwoo y otros amigos de la escuela, parientes y demás.
-Nos dejaste Taemin, qué esperabas que hiciéramos sin ti –dije sollozando otra vez – ni siquiera puedo estar cerca de ti para darte mis respetos ¿Por qué te fuiste? Se suponía que irías a mi graduación, que comeríamos con Jonghyun, que volveríamos a ir a acampar. Que viviríamos juntos en la ciudad en el futuro ¿Por qué nunca consideraste que yo quería eso?
Volví a ver como todos los invitados vestidos de negro entraban, de seguro estaban observando el angelical cuerpo inerte en ese ataúd. Error Taemin había sido crenado, lo recordé, ya nunca lo vería de nuevo en una pieza, ya no podría regañarlo ni consentirlo.
-Un cadáver en medio de un montón de cadáveres – esa voz me hizo girar la cabeza.
-Ah – dije desanimado – solo eres tu – lo odiaba pero en ese momento no tenía ganas de discutir.
-Vaya forma de saludar a tu amo y señor – dijo recargándose en uno de los árboles – demasiados humanos – dijo mirando la escena.
-Todos querían a Taemin y tú te lo llevaste – estaba molesto pero ya no tenía fuerzas, solo lágrimas abandonaban mis ojos.
-También lo traje a ver – dijo mientras sacaba algo de su gabardina, yo volteé a verlo incrédulo.
En sus manos tenía una esfera brillante, no era sólida solo estaba hecha de luz, como una estrella que parpadeaba.
-Está contento de estar aquí y verte – dijo sosteniendo la luz con delicadeza – es un bocadillo muy extraño.
-¿Eso es Taemin? – Pregunté mientras me ponía de pie y me acercaba a la luz.
-¿Qué más podría ser? No-muerto ignorante – dijo acercando la luz a mí como para enseñarme.
-Taemin – hablé y la luz se expandió y contrajo – te extraño Taemin – dije al destello que era ahora en la mano del demonio. Sentí un cálido momento y luego la luz volvió a expandirse y contraerse.
-No soy tu traductor, ni pienses que te haré el favor de decirle – Minho discutió con ese cálido brillo.
-Dime por favor – sostuve el brazo del demonio pidiendo suplicante.
-Pero tienes que darme algo a cambio – dijo mientras me analizaba de arriba abajo. Yo afirmé – Esa foto de tu bolsillo, entrégamela.
-Aquí tienes – le entregué mi preciada fotografía de los álbumes de Taemin, Jonghyun se había puesto a coleccionarlas después de la muerte del pequeño, era su forma de recordarlo y yo me había quedado con esta donde sonreía felizmente después de nuestra clase de baile, poco tiempo después de habernos conocido. El recuerdo estaría por siempre, no necesitaba la foto más que las palabras de Taemin. Minho la observó por un momento y luego la guardó con cuidado en su gabardina mientras sostenía delicadamente el alma de Taemin con la otra.
-Dice que él está muy bien, que los extraña y les agradece por todo, peo que no se preocupen más porque está con quien ama – Minho se sonrojó y lo miré intrigado – ¿Contento? ¿Podrías no hacerme decir cosas tan vergonzosas? – Se empezó a alejar y las lágrimas invadieron mi rostro.
-¡Maldito demonio! – Grité haciendo que se volteara – ¡Mas te vale que cuides a Taemin! ¡Si no lo haces te perseguiré eternamente! ¡Y créeme que puedo! ¡Tú me hiciste eterno! ¡Cuídalo o sufrirás las consecuencias! – El chico alto de gabardina negra y grandes ojos se giró y solo levantó la mano de espaldas despidiéndose y llevándose a mi mejor amigo en sus manos.
Yo con el corazón roto me volví a tirar en el piso aun sollozando por la perdida, Jonghyun llegó corriendo después de un rato y me abrazó también llorando. Hasta que me calmé y el calló dormido en mis piernas de tanto llorar pensé en las palabras de Taemin.
-Niño tonto, yo debería ser quien te agradeciera a ti – dije mirando el tranquilo y melancólico rostro de Jonghyun que descansaba en mi regazo.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo14.2+

Ahora me preguntaba quién era el zombi y quién no, ambos caminábamos de forma automática, no parecíamos ni siquiera fijarnos en lo que nos rodeaba. Me tardé en darme cuenta que mi chaqueta se había rasgado supongo que cuando había bajado por el árbol. Era una linda chaqueta que había comprado con el dinero del concurso y ahora estaba arruinada. Pero seguía sin importarme, la verdad ahora no me importaba lo que era, si no lo que estaba por pasar.
No nos dirigimos ni una palabra, caminamos silenciosos por las estrechas escaleras de concreto. Me quedé pasmado mientras mi compañero sacaba las llaves y abría la puerta del departamento que se trababa por lo viejo del edificio. La puerta roja cedió al tercer empujón y ambos pasamos sin una mirada, sin una palabra, sin un sonido.
Arrastré los pies hasta llegar al comedor, seguía triste e impactado. Me dejé caer en la silla no sabía qué hacer. Llorar no era una opción tampoco quería quedarme con los brazos cruzados esperando. Jonghyun se sentó de golpe en el sofá y lo volteé a ver. Ambos seguíamos procesando lo que acababa de pasar.
-No lo entiendo – Jonghyun rompió el silencio con estas palabras que también describían mi situación.- Por que quiere morir, por qué de la peor manera – golpeó con fuerza la mesa.
-Tampoco lo sé Jong – dije al borde de llanto. Nuestro amigo había dicho frente a nosotros que solo quería morir tranquilo y por el camino que ya había decidido.
-Es culpa de esa cosa – se puso de pie y caminó con una pisada pesada hasta la cocina. Empezó a abrir y cerrar gabinetes con fuerza – Ni siquiera descansará en paz, escogió a ese demonio, cuando lo vea te juro…
-¡Detente! – Sostuve su brazo al ver como seguía golpeando desesperado buscando algo.
-¡Dejame! – Jaló su brazo con fuerza tirándome al piso de la cocina – ¿Dónde está el alcohol? ¿Qué hiciste con mis cosas? – Preguntaba molesto mientras su rostro se enrojecía y sus ojos se volvían cristalinos – ¿Cómo es que lo soportas? ¿Cómo soportas saber que por tu culpa tu mejor amigo desaparecerá de una horrible manera?
-¿Crees que lo soporto? – Me levanté y grité molesto.
-No me refería a ti – dijo bajando el tono de voz y su mirada.- Todo fue mi culpa.
-¿Qué dices? – Me acerqué aún molesto y confundido – Yo fui quien tomo su vida a cambio de la mía.
-Tú no tienes la culpa – dijo abrazándome en un rápido movimiento que lo impactó – Yo lo arrinconé a hacerlo, llegué desecho a su casa y sufriendo por mi anhelo. Me destrocé a mi mismo sin pensar que afectaría a los demás. Así como lo hace Taemin ahora, me rendí de la vida y decidí buscar otra salida. Debí saber que Taemin era demasiado bueno, que se preocuparía que desearía evitar mi sufrimiento, pero solo estaba de egoísta pensando en ti – me estremecí cuando escuché esto y me aferré a su espalda.
-No fue culpa de nadie – dije aspirando su aroma en su hombro – todos nos dejamos llevar por nuestros propios deseos sin pensar en los demás. El único que vio por otros fue mi niño -empecé a llorar en su hombro, mientras el también hacía lo mismo. – Y ahora deseo ver por él, pero soy un inútil.
-Eres más útil que yo – Jonghyun dijo con una risita y separó su cabeza de mi hombro – creí haberte dicho que me culparas a mí y no te siguieras torturando – sus palabras hicieron que viera su rostro.
-Yo… – no me dejó terminar por que en ese momento había aprisionado mis labios con sus carnosos bordes. Un beso profundo y más intenso que el que nos habíamos dado antes. Sus labios estaban tan suaves, hasta sentía que mis labios estaban resecos comparados con la jugosa boca que los movía suavemente, al ritmo de su respiración parecía sincronizarse y acelerarse con ese beso.
Busqué cualquier grieta en sus labios sin tener éxito, el empezó a hacer lo mismo sobre los míos con su lengua, al pasar por la comisura de mi boca no la quise detener y abrí mis labios para que siguiera su camino. Por un momento chocó con mi lengua pero luego ambas cedieron el paso y avanzaron hasta la cavidad del frente. Por un rato imité como el músculo se movía y acariciaba mis encías y mi paladar dándome un placer en la boca que poco a poco cortaba su respiración, pero no quería que se detuviera. Simplemente deseaba seguir comunicando la desesperación, el acongojo y la tristeza de Jonghuyn en ese beso, era sentirlo de una nueva manera.
No pudo más y nos separamos para que respirara. Su cristalina mirada se encajó en mis ojos mientras exasperado robaba el aire de la cocina. Sus manos aun rodeaban mi cuerpo, y yo en algún momento había acomodado las mías sobre sus hombros y rodeado su cuello. Estaba tan concentrado en el beso que no había notado mi propio cuerpo apretándose contra el de Jong, tan firme y trabajado. Los malos pensamientos invadieron de nuevo mi mente y la voz en mi cabeza retumbó… Te he escogido por tu lujuria…
Desvié la mirada del perfecto rostro del chico melancólico frente a mí y decidí separarme. Pero los brazos que me rodeaban me lo impidieron. Como si se tratase de un acto reflejo al alejarlo Jonghyun se acercó a mi cuello y empezó a rosarlo con su punta de la nariz era cálido, se sentía bien sobre mi fría piel sin vida. Su nariz pasó por mi piel mientras su respiración seguía acelerada, lo atraje más a mí y me rendí ante ese sentimiento. Cuando sintió que lo abrazaba más del cuello y ponía mis manos en su nuca para jugar con su cabello su boca tocó mi cuello. Era aun más cálida y placentera que la nariz, daba pequeños besos y roses llegando hasta mi clavícula. A ratos deba mordiscos que se sentían bien en la piel.
Volvió a levantar su mirada y yo bajé mi rostro, no besamos de nuevo y avanzábamos entre besos hasta su cuarto. El sujetó mis caderas por un momento y luego bajó sus manos para apretar mis glúteos, ante tal acción di un empujón a mi rostro y mordí su labio. El me separó y me observó con unos ojos de complicidad y decisión. Lo veía en su mirada, algo en ella decía, ahora me has permitido hacer todo. Y eso no era mentira yo le permitiría hacer todo. Avanzó un poco más hasta que en mis torpes pasos de espaldas choque contra el borde de la cama y caí sobre ella doblando mis piernas. Jonghyun siguió mi rostro con su mirada todo el tiempo y subió a la cama con sus rodillas posicionándose sobre mí sin tocar mi cuerpo. Agachó la cabeza para alanzar mi rostro y posicionó sus antebrazos a ambos lados de mi cabeza para mantener el equilibrio sobre mí. Siguió compartiéndome el néctar de sus labios y en un momento movió sus manos para deshacerse de mi chaqueta rasgada color púrpura, sin separarse. Yo no dejaba de absorber y disfrutar mi nuevo placer que se encontraba dentro de su boca. Su chamarra de cuero también salió después de un momento mientras él seguía a gatas sobre mí. Comencé a retroceder en la cama, me estaba cansando de estar en el borde así que subí mis piernas y las use para impulsarme hasta la cabecera mientras Jonghyun me seguía gateando y no se separaba de mi rostro y mi cuello. Besaba y lamía sabroso, había encontrado mi cielo personal. Sus labios, sus caricias, su roce hacían que todo se sintiera correcto.
Toqué la cabecera y detuvimos nuestro avanzar, la mano de Jonghyun ahora pasó a mi estómago y comenzó a acariciar mi abdomen frió subiendo lentamente. Levantando la playera blanca. Yo no me quedé atrás y comencé a pasar mis manos por su cálido y sudado cuerpo desde la espalda donde levantaba la playera negra ajustada. El estaba caliente tan caliente que mi frio cuerpo no tardaría en derretirse. Me despojó de la playera extendiendo mis brazos hacia atrás y luego pegó su nariz a mi torso. Su perfecta nariz que me volvía loco. Me sentí apenado al ver su mirada clavada en mi rostro mientras comenzaba a besar mi abdomen y jugar con su lengua en el. Me sentí mal por un momento, mis manos en su espalda hasta donde había levantado su remera me hacían notar la diferencia de un cuerpo vivo y saludable y un frio cadáver. Se debía sentir como si estuviera besando y acariciando a una fría muñeca. Solté su espalda por un momento, ante mi inseguridad pero él no tardó en hablar.
-Eres tan refréscate – dijo mientras lamía y saboreaba uno de mis pezones que disfrutaba el contacto. Traté de responder algo pero de mi boca solo salió un gemido que asemejaba al sonido de un gato. Su playera no tardó en desaparecer y me dedique a recorrer su perfecta espalda con mis manos mientras él me llenaba de placer.
Su mano que jugaba en mi abdomen descendió hasta mi pantalón y tocó mi despierto bulto. Me estremecí y levanté mi rodilla en un reflejo. Pero mi rodilla ahora rosaba también con su bulto, el comenzó acariciar en círculos mientras yo soltaba más sonidos curiosos que le hacía mostrar sonrisas mientras jugaba con mi ombligo.
-No… te…burles… – logré articular esas palabras pero luego un sonido más fuerte y erótico surgió de mi garganta. El rió abiertamente al oírme y yo en venganza comencé a mover mi rodilla en círculos haciendo que su extensión creciera al ritmo de la mía.
-¿Quieres jugar? – Dijo con la respiración cortada intentando sonar como una amenaza, pero se ahogaba entre sus propios gemidos a ratos roncos y a ratos agudos. Subió su mano hasta mi cinturón y lo abrió sin problemas, luego se concentró en el pantalón. Bajándolo lentamente haciendo que muriera (de nuevo) de las ansias poco a poco. Mi rodilla se detuvo cuando vi que su mano entraba a mi bóxer para seguir acariciando un momento y luego sacar mi miembro de su escondite. Lo sobó con el pulgar cerca de la punta, luego bajó lentamente con el índice. Me lanzó una mirada y al instante supe lo que tenía pensado hacer.
Antes de que pudiera decir algo su lengua ya se paseaba por la base de mi miembro, era húmeda y cálida se sentía demasiado bien, demasiado. En mi cabeza había explosiones causadas por el placer y mi cuerpo se retorcía ante el sentimiento. Su lengua comenzó a recorrer la extensión de abajo hacia arriba y de arriba abajo, yo sentía como si me faltara el aire, aunque era imposible ya que no necesitaba respirar, pero aun así lo deseaba tanto en ese momento. Sin aviso su lengua se detuvo y sus labios se abrieron para tomar todo de un bocado. Ahora su cavidad albergaba mi despierto miembro que palpitaba ante el subir y bajar de sus labios, su lengua aun jugaba con mi punta desde el interior. Los movimientos de su boca y el vaivén de esta se cordinaron con mis propios espasmos y mis caderas. Un esalofrío recorrió mi cuerpo, mi columna se dobló y levanté mi cadera.
Me había venido y en la boca de Jonghyun, lo miré asombrado. Y el lanzó una mirada llena de lujuria, saco mi miembro de su boca y tragó el contenido.
-Refrescante dijo mientras agachaba el cuerpo en una curva para llegar a mi boca y besarme, luego lamió mi cuello de nuevo. Mientras hacía esto pude escuchar el sonido de su cinturón al ser desabrochado y el zipper de sus pantalones bajarse. Ahora el estaba hincado entre mis piernas bien abiertas. Regresó hacia atrás y remojó varios de sus dedos en su boca, estaba por bajar la mano pero la detuve.
-No puedo sentir dolor – dije tomando su mano y sentándome para quedar cerca de su rostro.
-No te quiero hacer daño – me dijo de cerca, yo bajé mi mano hasta su bóxer para sentir el enorme, caliente y palpitante bulto.
-No me puedes hacer daño, no temas por eso –lo besé buscando otra vez ese néctar y ese calor, comencé a masajear su miembro con una mano mientras la otra se introducía dentro del bóxer para sacarlo. –Solo hazlo – dije recostándome de nuevo y abriendo más las piernas.
Me miró y le lancé una mirada sensual en respuesta, el tomó su miembro con una mano y la otra la apoyó en el colchón. Y lo introdujo lentamente, lo miré fingiendo molestia pero me había inundado de placer al instante al sentirlo tan engrosado dentro de mí.
Exhalé un gemido y me acerqué más a su cuerpo él en respuesta tomó una de mis piernas y la puso en su hombro para introducirse mejor. Gocé el momento en que comenzó a mecerse, sus caderas llevaban un ritmo suave al principio pero se fueron acelerando. Se dejó de recargar en el colchón y sus dedos pasaron a mi miembro que se había vuelto a despertar por el movimiento de Jonghyun y del colchón.
El rechinido de la cama era opacado por nuestros gemidos y el choque de nuestros cuerpos. Martilleaba y martilleaba, lo sentía fuerte dentro de mi cuerpo e inundaba mis oídos. Mis caderas también comenzaron a moverse mientras el miembro del chico de mis sueños rosaba mis paredes internas y masturbaba con rapidez y demencia mi miembro. El vaivén se volvió constante, todos nos sincronizamos al mismo tiempo, el colchón, Jonghyun y yo ahora seguíamos ese ritmo. Me doble para alcanzar su cuello y besarlo mientras todo pasaba. Mientras me inundaba de placer y los espasmos de nuestras caderas nos indicaban que nos acercábamos al momento deseado.
Continuó moviéndose a ese ritmo que me enloquecía, luego el escalofrío delirante volvió mientras lo acompañaban nuestros sonidos de éxtasis. Me curvé y lancé un grito ahogado y me corrí sobre nuestros vientres en la mano de Jonghyun, el se aferró a mi cuerpo y tomó mi hombro con sus dientes mientras su cuerpo temblaba ante lo inminente. Y no pasó ni un segundo cuando sentí la cálida semilla de Jonghyun en mi interior.
Caí rendido en la cama aun con algunos espasmos del momento, Jong cayó sobre mí. Nos esperamos hasta que recuperara la respiración y dejara de estremecerse con ese ritmo que me había vuelto loco y luego salió de mí. Acurrucándose a mi lado.
-Desearía que Taemin lo viera – dijo con la respiración aun cortada acomodándose en la almohada y extendiendo un brazo.
-¿Qué? – Me levanté para verlo mejor y con una mirada incrédula.
-No esto – dijo riéndose levemente – me refiero al deseo y la felicidad de sentirse vivo – me calmé y me acosté sobre su brazo acurrucándome con su bien formado pecho. – Como uno se llena de vida y es feliz por pequeñas cosas.
-¿Quieres convencerlo de que quiere vivir para qué él demonio acepte nuestro trato? – Pregunté empezando a descubrir su plan.
-Quiero que el desee vivir – afirmó con su cabeza – que sienta como me siento vivo cuando estamos todos juntos riendo o discutiendo, que sienta como me siento lleno de vida cuando sonríes, como disfruto cada momento a tu lado, como me llena de vida cuando cocinas para mí y como me siento en el paraíso cuando hacemos cosas como esta – me abrazó.
-No creo que Taemin sienta lo mismo – dije sonriendo – pero sé que disfruta cuando come sus cosas favoritas, cuando charlamos todos, cuando le acaricias la cabeza y cuando lo haces reír- Dije mirándole – mañana mismo tenemos que mostrarle todo eso. Debemos enseñarle lo felices que somos juntos, como disfrutamos de la vida y lograr que quiera quedarse aunque sea en manos del demonio.
-Prometo no llorar mañana – Jonghyun me abrazó aun más fuerte – pasaremos todo el día a su lado enseñándole las cosas buenas de la vida – empezó a llorar.
-Más te vale que no llores frente a mi niño – le pique la pansa haciendo que se retorciera por las cosquillas y luego me puse serio.- Jonghyun.
-Dime Key– me miró también con seriedad. – Estoy dispuesto a dar mi nueva vida por Taemin – retrocedí un poco para verlo mejor – se que yo ya debería estar muerto, pero mañana haré todo con decisión por el pequeño. Solo te pregunto qué estás dispuesto a dar tu para saber si detenerte – me miró asombrado y luego se acercó a mi rostro.
-Estoy dispuesto a darlo todo, hasta mi vida – dijo rozando nuestras narices – así que deberás intentar detenerme, pero no puedo asegurarte que lo logres – me besó en ese instante tierna y cálidamente. Diciéndome que no me dejaría solo, que éramos los dos o nada, pero aun así haría todo para que él se viera involucrado. Tras el beso no tardó en caer rendido entre mis brazos. Me quedé ahí toda la noche observándolo tan angelical y pacífico. Cuando pensé esto giré mi cabeza y vi la razón de mi alarma. La angelita estaba parada cerca de los pies de la cama observándonos. Me apené al instante y me cobijé con las sabanas escondiendo mi rostro en el pecho de Jonghyun. ¿De verdad había visto todo? ¿Qué pensaba un ángel de eso?
La vergüenza me dejó congelado en ese lugar hasta la mañana siguiente cuando nuestro plan para que Taemin conociera la alegría de estar vivo fuera llevado a cabo.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 14+

14.-Es aun más dulce, que la misma miel.

En la escuela todos me veían de una forma extraña. Decidí ir a clases por que ya había faltado bastante y ahora mi hermano simplemente no deseaba hablarme desde que la noche anterior había dicho que no me importaba morir y esta mañana solo me lanzaba miradas llenas de odio mientras desayunábamos y no se atrevió a cruzar ni una sola palabra conmigo. También lo había oído gritarle a su ángel varias veces, pidiendo que se alejara, que todo era su culpa y que ahora no podía hacer nada. La chica solo repetía que no podía que lo que más amaba en ese momento era a Lee Jinki y abandonarlo era contra su ley divina. La noche anterior había sido demasiado intensa, pero se sentía bien, hablar con ángeles te llena de paz y seguridad. Los pensamientos lo invadían mientras los murmullos rodeaban la escena. Hablar con Minho por el contrario te llenaba de inquietud y te ponía demasiado nervioso.
-Ignóralos – Jonghyun llegó a mi salón y ahora estaba delante de mí.
-No me preocupa lo que digan – dije con una sonrisa – era de esperarse que dijeran algo si la policía vino a interrogarlos y a preguntar sobre mí.
-Aun así no deberían de andar de chismosos – ahora levantó la voz y varios de mis compañeros se quedaron viendo –vamos a casa.
Lo seguí mientras me contaba lo que había pasado en la escuela esos últimos días, el también había faltado un día, pero tenía la habilidad de ponerse a l corriente. Él y Kibum respetaban mi decisión, pero ahora Jonghyun parecía evadir el tema.
-Acompáñame al frente – dijo cuando salíamos de la escuela – Kibum nos espera ahí.
-Solo por un momento porque sigo castigado – también deseaba aparentar.
Llegamos a una pequeña cafetería frente a la escuela donde Kibum nos esperaba ahora con el cabello rubio y lentes obscuros en una esquina del cafetín.
-¿No quieren tomar nada? – Sonrió mientras nos sentábamos.
-No puedo quedarme mucho tiempo, se supone que estoy castigado – dije sonriendo.
-No puedo creer que llegaría el día en que vería a mi niño castigado – dijo Kibum en su sentido maternal – y siempre pensé que sería culpa de Jonghyun.
-¡Oye! ¿Por qué todo termina siendo mi culpa?
-No puedes negar que eres una mala influencia. Mis padres siempre lo decían.
-Tu tampoco eres tan buena influencia
Sus pleitos me hicieron reír un buen rato.
-¿No quieres venir a comer a nuestro departamento? – Jonghyun preguntó con algo de nostalgia – Key preparará algo delicioso.
-No puedo – dije con algo de tristeza – ¿Ahora es el departamento de los dos?
-Ya ves Jonghyun estás diciendo cosas innecesarias – Key le dio un codazo.
-Pero quedamos que de ahora en adelante viviríamos juntos – Key se sonrojó al instante y le lanzó un pisotón. Yo solo pude reír.
-Vamos pídele a tu madre que te deje ir – Key me dijo de frente – cocinaré tus platillos favoritos. Yo la llamaría pero no creo que quiera recibir una llamada de ultratumba.
-Está bien – parecía que insistían mucho.
-Excelente, luego podemnos ir al karaoke – Jonghyun habló alto y entusiasmado – y también al cine, hay muchas películas por ver en esta vida – dicho esto Key le dio otro codazo.
-¿Qué tal estuvo la playa? – Kibum cambió el tema.
-Fue muy lindo, el mar es enorme – sonaba como un niño pequeño – la noche anterior fui a bailar a un club como los que a ti te gustan – dije contento de contarle a mi umma mi aventura.
-Yo también quiero ir, la próxima vez deberíamos ir juntos – dijo otra vez con una sonrisa, por alguna razón me dolía.
-La próxima vez no vayan a un club de fresas, deberían ir a una buena fiesta en casa de TaePong – dijo Jonghyun- creo que habrá una en una semana, deberíamos ir los tres.
-No quiero ir con tus extraños amigos – Kibum dijo en su tono de diva dando sorbos al café – no creo que ni siquiera sepan de la existencia del jabón. Y déjame te digo que fue uno de los primeros descubrimientos del hombre.
-No empieces Key – Jonghyun hizo un puchero – yo quiero verte bailar y no pienso ir a un club de fresitas – cuando dijo esto el rostro de Kibum se sonrojó por completo.
-Me alegra poder verlo – dije muy bajo, reconociendo que mi trato con Minho estaba hecho. De verdad eran el uno para el otro, me tomó demasiado tiempo aceptarlo, pero ahora que lo veía me podía ir sin arrepentimiento. Por lo menos mi corta vida había traído algo bueno. Me dolía haberle hecho daño a Kibum y alejarlo de la vida eterna y la salvación como decía el ángel. Por eso cumpliría una condena parecida, eso estaba bien para mi.
-Taemin- levanté mi mirada, se había clavado en el vaso del frapuchino con chocolate blanco y amargo con la gran montana de crema y chispas de chocolate que tanto me gustaba, al lado estaba mi pastelillo de chocolate favorito. Tenía un relleno de chocolate derretido, seguido de una capa de pastel mármol, mezcla de chocolate y vainilla, se cubría de una capa de betún de chocolate y trozos de chocolate que formaban un mosaico en triángulos y el toque perfecto una fresa cubierta en chocolate -¿Te encuentras bien? Estabas murmurando algo – me encontré con el rostro de Key.
-Umma debo hablar con mi otra umma – dije con una sonrisa poniéndome de pie – no debiste pedir todo esto – dije señalando las cosas mientras acomodaba la silla para salir. Me vas a poner gordo – salí a la calle para hablar por teléfono. Mientras salía la voz de Jonghyun retumbó.
-¡No digas mentiras Taemin, sabemos que es imposible ponerte gordo!
Hablé con mi madre, parecía bastante tranquila con el hecho de que saliera con Jonghyun a comer. Aunque se suponía que estaba castigado, parecía que mi madre no sabía cómo castigar a alguien.
Cuando regresé a la cafetería pude ver a Jonghyun llorando mientras que Kibum lo consolaba acariciando su espalda. Cuando me vió acercarme, le dio un codazo para que el chico pasara a limpiar su rostro.
-¿Te dio permiso? – Preguntó rápidamente antes de que yo preguntara que había sucedido.
-Si – dije lanzando una mira a Jonghyun que escondía su rostro.
Después de esa impresión todo en el café continuó con su curso normal. Reímos y comimos, luego pagamos y salimos a caminar hacía el departamento. Mientras pasábamos por el parque observe el camino por el que Minho me había arrastrado.
Me empecé a preguntar donde se había metido, no lo había visto, por lo general fastidiaba todo el tiempo, al principio me asustaba demasiado, ahora solo lo veía en momentos incómodo, pero me gustaba preguntarle cosas y que me respondiera con mentiras o verdades.
-¿Taemin? – Key se había detenido y ahora volteaba hacía mi.
Giré mi cabeza a un lado y traté de hacer una sonrisa.
-Umma – dije después de un rato de verlo – creo que no puedo ir – Jonghyun se giró a verme asombrado – desde pequeño pensé que era mejor no tener amigos y no apegarme a nadie, simplemente sabía que llegaría este día. Pero ahora me hago daño, perdonen mi egoísmo, pero me duele ser tan feliz – Jonghyun comenzó a llorar.
-Ya no puedo más Key – dijo con mucho sentimiento.
-Lo sé – Kibum lo miró y luego caminó hacia mí. – Nuestro pequeño no lo hace más difícil – me abrazó y sus sollozos inundaron mis oídos. Jonghyun también avanzó a donde estábamos y nos abrazó a los dos.
-Se suponía que tendrías un día muy divertido con nosotros – Jonghyun lloraba – se suponía que aparentaríamos que todo estaba bien. Se suponía que te convenceríamos que la vida es muy buena y que hay mucho por hacer en ella, que te quedarías con nosotros.
-Jonghyun, no tienes por que convencerme de eso, se que la vida es genial y deseo quedarme con ustedes – las lágrimas me invadieron a mi también, por fin era honesto. – No me quiero ir, no quiero desaparecer tan fácil, quiero estar con ustedes, por favor, quiero vivir – el sentimiento de descontrol me invadió, me abrazaron con más fuerza – Ummaaa – sentí mis lágrimas recorrer el rostro – por favor ayúdame, quiero quedarme no quiero desvanecerme, quiero vivir, quiero vivir – empecé a repetir esa frase más de una vez.
-Está bien mi niño – presionó mi cabeza contra su pecho – yo también quiero que vivas, no quiero perderte.
-¿De verdad deseas vivir? – Una nueva voz retumbó en los oídos de todos. Giramos nuestras cabezas con asombro.
Recargado en un tronco se veía al chico que había visto en la playa, esta vez no sostenía la cadena, pero también estaba de negro como la vez pasada y nos observaba con su mirada.
-¿Quién eres tú? – Jonghyun se puso enfrente de nosotros.
-¿De verdad deseas vivir? – Volvió a preguntar ignorando a Jonghyun.
Asentí y Key me miró sorprendido. Yo sabía que ese chico era un demonio como Minho pero Key y Jonghyun solo me miraban confundidos.
-Bien humano de mierda – dijo acercándose provocando que Jonghyun se pusiera en pose para golpearlo – es tu día de suerte – siguió avanzando hasta acercarse mucho a mí. Él desea verte.

Caminamos por el bosque hasta una cueva, en el camino les fui explicando a Key a Jonghyun quien era él o más bien lo poco que sabía de él. Observamos asombrados al entrar, parecía una guarida de unos adolescentes o vándalos.
Solo había unos viejos muebles en el interior, las paredes estaban pintadas con grafiti de todo tipo y le piso estaba lleno de botellas de cerveza. Pudimos ver como un grupo de chicos y chicas que descansaban en los sillones se iban poniendo de pié ante nuestra presencia.
Kibum se movió a un lado de repente y vi como tomaba la mano del ángel de Jonghyun, no sabía que se podían tocar a los ángeles, pero ella en ese momento parecía más una chica que un ángel. Se veía aterrada y debía estarlo, por lo menos había doce personas ahí y no podría llamarlas personas, definitivamente eran demonios.
-¿Todos ellos son..? – Jonghyun no terminó la pregunta por qué al instante asentí.
-Señor ya lo traje – el chico que nos acompañaba se adelantó y camino hasta un hombre que estaba en un sillón
-Huelen bien – una chica se acercó a Jonghyun y a mi. Parecía estarnos olfateando de forma inofensiva hasta que de la nada su mandíbula se expandió alargando su boca y de ella aparecieron una fila de finos y delgados colmillos, estuvo por morder a Jonghyun pero la chica que había visto varias veces con el cabello largo y la cadena la detuvo.
-Esa no es forma de tratar a la visitas – dijo el hombre del sillón – me presentaría humanos, pero no tengo un nombre, no tengo la necesidad de uno como ustedes. Pero para que no haya inconvenientes llámenme Avaricia – Jonghyun rió.
-¿De qué te ríes humano? – Un chico alto y moreno con cabellos azules se adelanto frente a Jonghyun algo molesto.
-Avaricia suena a nombre de Taibolera – Jonghyun seguía riendo. El demonio estuvo más cerca de él de forma amenzante, pero parecía que Jong no se detendría.
-¡Jonghyun! – Kibum llamó desde atrás, junto al ángel, donde nadie le prestaba atención – Es mejor que cuides tus acciones aquí – La mirada de Key logro que Jonghyun parara de reír y luego afirmó con la cabeza.
-Un grupo interesante de humanos – dijo el hombre del sillón – pero yo solo pedí al niño sin ángel.
-Disculpe señor, pero ellos querían hacer un trato con usted – el chico que nos trajo hablaba con respeto.
-Un trato – sonrió mostrando unos filosos dientes – Minho es el de los tratos – dijo mirándonos- es verdad es un humano sin ángel, ni siquiera tiene la marca de haber tenido alguno una vez.
Todos me voltearon a ver, me sentí incómodo, aunque me asombraba escuchar que no tenía un ángel, era obvio que Jonghyu tenía y Key había tenido, y mis sospechas aumentaron con las penetrantes miradas demoniacas.
-Lee Taemin- pronunció mi nombre y se puso de pie, yo simplemente me quedé petrificado – el chico abandonado por el de arriba, me puedes decir que te hace tan importante como para que uno de mis demonios decida esconderse de mí en una cárcel humana.
-¿Minho está en la cárcel? – Pregunté asombrado.
-Y aun así desconoces todo lo que causas, inocencia e ignorancia – dijo avanzando hacía mi – se que a Minho le gusta eso, pero a mí no me prende. Se suponía que su castigo se levantaría cuando se comiera a su hermano, pero no lo hizo, se suponía que le devolvería sus poderes cuando hicieran el trato y te arrastrara hasta aquí, pero no lo hizo. Se suponía que si te tomaba a la fuerza como cualquier demonio volvería a confiar en él, pero al final fue un cobarde- Tomó mi rostro – No solo se dejó atrapar en su tonto ritual, sino que además fue a divertirse como si gozara de su libertad con tantas cuentas pendientes. Debería tomarte para mi, deberías pertenecerme ahora, hacer todo lo que no hizo, desangrarte y morderte mientras satisfago mis necesidades, yo pienso tomarte al instante, para mi tirarme a un niño bonito como tú solo es una tarea cotidiana ¿Qué dices todo terminará más pronto a mi lado? – Escuchaba su mano quemarse al contacto de mi piel, podía ver el humo salir, pero parecía no importarle. Cerré los ojos y luego l marca empezó a arder y una luz destelló, y el fuego verde comenzó a salir de su mano que me había tocado. La apartó deprisa y nos miró con recelo.
-No puede tocarlo – Kibum habló, parecía que se comunicaba con la chica – tiene la marca del demonio y eso quiere decir que solo él puede tocarlo.
-Qué angelita tan atrevida – dijo sacudiendo su mano para apagarla – por lo visto tampoco puedo tocar a tu humano y aquel chico es un recipiente nada más. Que grupo tan aburrido – se volvió a sentar en el sillón.
-Señor, el niño sin ángel quiere vivir – cuando dijo el chico de la ropa negra esto el otro se giró a nosotros con interés – podría hacer que Minho volviera.
-¿Qué te hace pensar que lo quiero de regreso? – Dijo molesto.
-Lo quiere de regreso – dije mientras observaba como me volvía a ver con odio – por eso me trajo hasta aquí y pensó tomarme – mi estómago se revolvió – quiere que Minho venga.
-No digas pendejadas humano, tu inteligencia no da para más.
-Le dio demasiadas oportunidades al tipo como para que no desee que esté aquí – Jonghyun habló y él lo miró de nuevo.
-Ya cállense –se levantó – aunque quieras vivir, ya no puedes hacerlo – me observó – ya es demasiado tarde, tu trato está hecho y tu enfermedad te atacará. Tu cuerpo humano es inservible, ni siquiera sería un buen recipiente como el de aquel chico – señaló a Kibum.
-Pero aun así puede hacer algo – dije tragándome el miedo.
-Yo puedo hacerlo todo – dijo con una sonrisa de lado haciendo que sus colmillos destellaran – solo necesito saber que estás dispuesto a darme a cambio.
-Yo me doy a cambio – Jonghyun dijo alto levantando la mano y lo volteé a ver asombrado.
-Yo también – dijo Key detrás de nosotros.
-Yo no los quiero a ustedes, un humano con un ángel que no lo permitirá, me es inútil y un contenedor tiene mal sabor para los demonios – dijo volviendo a verme.- Déjame tenerte, el niño abandonado por el de arriba, tu también podrías servirme, eres demasiado bueno, pero te enseñaré lo divertido, lo incorrecto, lo impuro, será divertido. Debes considerarte afortunado, me encantará enseñarle a ese que te abandonó lo que puedo llegar a hacer contigo.
-No siga, Dios no lo abandonó – una voz de chica nos hizo voltear – en la mano de Key el ángel temblaba y parecía cada vez más humano.
-¿Tu como puedes saberlo? Tienes a lo mucho 4 años humanos siendo ángel – una chica con ropa entallada y medias de red habló.
-Usted quiere a Taemin aquí para retener a eso – Jonghyun habló otra vez – pero como piensa retenerlo.
-Se volverá un ser perfecto como nosotros – dijo señalando a la sala – no querían vida para él. Pues obtendrá algo mejor.
-Se equivoca – me di cuenta de algo – yo no quiero vivir por vivir, quiero vivir por mis amigos y mi familia. Quiero estár junto a ellos y no hacer nada que los defraude. Si esta es la opción que me dá prefiero morir.
-¿Entonces por qué no escogiste la salvación? – Preguntó mientras me giraba.
-Porque no me la merezco – empecé a avanzar – por que hice un trato con Minho y el cumplió su parte ahora es mi turno y cumpliré la mía – salí de la cueva con decisión y Key y Jonghyun siguiéndome.
-Ha de haber otra forma – dijo Kibum algo decaído.
-Vamos a buscar a eso– Jonghyun habló – dijeron que estaba en prisión. Dijo que podría hacer algo si Taemin quería vivir.
-Minho pedirá también algo a cambio o dirá eso de que su cuerpo ya no sirve – Key se veía abatido
-Los demonios mienten – dije suavemente y luego se me ocurrió un posible lugar para encontrar a Minho.

Key
Vi como Jonghyun y Taemin se adelantaban y luego regresé al teléfono celular de Jong que utilizaba estos días. Llevaba buen rato en esa llamada, solo esperaba que hubiese escuchado. Acerqué la bocina a mi oído y me dedique a hablar.
-¿Escuchaste? – No obtuve respuesta en ese momento – de todos modos ya sabes a donde vamos, iremos con la policía, no puedes seguir molesto con tu hermano más tiempo, ya dijo lo que querías que dijera – dije algo molesto. El día anterior Onew se había comportado como un idiota y le había gritado a Taemin, a nosotros e inclusive a la chica que nos había contado la historia. Nos trató como basura por apoyar a Taemin en su idea de rendirse y luego le había echado toda la culpa al ángel. Pero aun así después de todas sus estupideces quise que escuchara por el bien de Taemin.
-Gracias Key – por fin escuché algo después de una larga espera – intentaré averiguar lo del ángel. Los alcanzaré más tarde, no creo que Taemin quiera verme – colgó después de eso y yo corrí para alcanzar a los otros dos que se me habían adelantado.

-Ya me canseeeeeeeeeé .
-Ya deja de quejarte Jonghyun – tenía rato escuchando sus quejas y me empezaba a fastidiar.
-Pero ya es la cuarta estación de policía en la que estamos – se sentó en una de las sillas de plástico junto a la puerta – no podemos saber si está aquí y tal vez ya terminó en la cárcel.
-Lo dudo, aparenta ser menor de edad – dije sentándome en la silla de al lado – aunque no podemos sacarlo sin un tutor, ni siquiera podemos saber dónde está.
-Estoy arto de esperar a que nos hagan caso solo para preguntar si está aquí – Jonghyun se desparramó en la silla fastidiado.
-Ya baja la voz – le di un codazo viendo que Taemin se acercaba.
-Me dijo el sargento que podemos pasar después de esa mujer – señaló a una señora que lloraba desconsoladamente.
-Creí que ya nos tocaba – Jonghyun se adelantó en la silla molesto.
-Yo la dejé pasar hyug – Taemin agachó la cabeza apenado – dice que perdió a su hijo y le dijeron que volviera en 48 horas y luego pidieron que llenara unos papeles.
-¿Pero que le pasa a la gente? – Grité algo molesto y todos voltearon a verme, Jonghyun jaló mi manga para que me volviera a sentar.
-¿Entonces primero preguntaremos si está aquí –Jonghyun buscaba saber si procederíamos como en las otras tres cedes policiacas – y luego intentaremos que nos dejen verlo?
-Bueno hyung – Taemin empezó a hablar pero luego dos policías panzones pasaron hablando detrás de nosotros.
-Ese chico no come ni duerme, te lo aseguro.
-Ya trabajaste demasiado.
-Enserio además me dice humano y sus ojos están hechos de azufre ardiendo.
-Deberías dormir más – le dio una palmada en la espalda – vamos por esos pastelillos, alejarte de las celdas te hará sentir mejor.
-Bueno creo que lo encontramos – me levanté y caminé al escritorio viendo como se iba la mujer aun en llanto con otro policía.
-Espérame Key – Taemin me siguió – ¿Qué piensas hacer?
-Sacarlo – dije como si nada y me acerqué al sargento sentado detrás del alto escritorio. – Buenas tardes, venimos a sacar a nuestro amigo – dije con aire de superioridad.
-¿Quién es su amigo? – El hombre alzó una ceja y mostró una cara de inconformidad.
-Minho – dijo Taemin algo nervioso.
-Díganme el nombre completo – dijo molesto – aun así si no viene un adulto no pueden sacarlo.
-No creo que usted conozca el nombre completo – dije otra vez superiormente – venimos por un chico arrogante, alto, con cabello castaño obscuro y ojos grandes y tétricos – su cara de disgusto pasó a ser de miedo.
-¡Teniente! – Gritó – Vinieron por el chico, tráigalo.
-Claro, en lo que canta un gallo – parecían contentos de librarse de él.
-Entre más pronto se lo lleven de aquí, mejor para nosotros, no levantaremos cargos.
-Gracias oficial – me alejé triunfante del escritorio.
-¿Qué tal salió? – Preguntó Jonghyun cuando regresaba a donde habíamos estado sentados.
-Key umma estuvo asombroso – Taemin alimentó mi ego – En un momento lo van a traer.
-¿Y luego que haremos con él? – Jonghyun tenía razón, nos habíamos concentrado en saber donde estaba que ahora no sabíamos que era lo que seguía.
Escuchamos ruidos de pelea y algunos gritos en la parte de atrás.
-Señor el chico se niega a salir dice que se quedará aquí – el teniente regresó corriendo aterrado.
-Díganle que sus amigos vinieron – el sargento se puso de pie.
-No – dije serió y luego lancé una sonrisa – Díganle que Taemin está aquí, solo digan eso.
El teniente salió corriendo y Minho no tardó en salir de la parte de atrás caminando como si nada. Todos le iban abriendo paso y lo miraban algo asustados.
-No muevan mi celda – dio la orden mientras pasaba al vestíbulo de la comisaría – pienso volver.
Todos se lanzaron miradas asombrados, y luego el chico alto nos volteo a ver.
-Mi delicioso bocadillo vino a buscarme – Taemin se movió con un ligero escalofrío. – Parece que por fin me dejará probarlo.
Jonghyun se puso delante de nosotros y luego le lanzó una mirada.
-Vámonos de aquí – dije dándome la vuelta para salir. Supe que los demás me siguieron y así avanzamos hasta el parque.
-¿Seguirán sin decirme porque me fueron a buscar? – Minho habló rompiendo el silencio -¿O es que quieren que me meta en su mente otra vez?
-Dame más tiempo – Taemin dio un paso al frente y habló con fuerza.
-Ya te di mucho, nuestro trato ha terminado, tú me perteneces, qué más puedo obtener de ti – Taemin agachó la cabeza.
-Debes hacer algo por él – Jonghyun se adelantó molesto.
-Ya hice mucho por él – Minho se dio vuelta – ya no quiero seguir haciendo cosas por un simple humano, me he vuelto patético.
-¡Dale más tiempo! – Alguien gritó desde el otro lado del claro donde estábamos parados.
Todos giramos la cabeza y encontramos a Onew seguido por el profesor. Corrió hasta donde estábamos y se tropezó y rodó en la yerba.
-Ya te dije que ya no quiero nada de ustedes – Minho le dijo cuando llegó rodando a sus pies.
*Yo puedo darte algo* La voz retumbó de nuevo en nuestras cabezas. Pude ver de nuevo al ángel de Onew mirando con decisión al demonio.
-Tú no puedes darme nada – dijo dándose vuelta.
*Quieres obtener lo que te quitó ese demonio por tu traición al grupo* – Minho comenzó a hacer su carcajada profunda y molesta.
-Ya no deseo nada de él, ya no deseo nada de nadie – dijo aun entre risas – no soy tan patético para seguir con esos perdedores y mucho menos para que un ángel se apiade de mí. De ahora en adelante me dedicaré a vagar por el mundo de los humanos sin volver al averno.
-Creí que si los demonios no volvían perdían gran parte de sus poderes – el profesor habló mientras veía asombrado.
-No necesito esos poderes – rió de nuevo – soy mejor que eso. Ahora regresaré a donde estaba, esperaba algo mejor bocadillo, la próxima vez que me vuelvas a ver espero que no tengas ese medallón y me dejes disfrutarte. No vengas a verme para pedirme cosas, ya se agotó tu tiempo.
-¡Tu agotaste su tiempo! – Jonghyuj volvió a gritar.
-¡Yo no agoté su tiempo! – Minho gritó con una voz con eco – fueron los suyos los que no le dieron tiempo desde un principio – señaló a los ángeles.
-El chico abandonado por Dios – dije recordando lo que había pasado en la cueva.
*No fue abandonado* El ángel volvió a hablar.
-No le dieron un ángel – dijo el profesor– solo hay dos maneras de volverse un demonio, la primera es que un ángel se revele del de arriba y la segunda es que un espíritu en tormento atrapado en este mundo se llene de rencor. Si un ángel no lo guía se queda atrapado en este mundo.
-¿Mi hermano se quedaría atrapado en este mundo? –Onew preguntó sorprendido.
*Como Minho*Todos miramos al ángel sorprendidos.
-Por eso ese demonio tenía interés en Taemin solamente – Jonghyun habló y Minho lo vio alzando una ceja.
-¿Qué demonio? – Se adelantó con un movimiento fugaz hasta Jonghyun.
-El de la cueva en el parque – Jonghyun intentó recordar – dijo que lo llamáramos A… aa…aaaa.
-Avaricia – dije molesto –Avaricia Jonghyun ¿No te reíste de eso?
-Ese maldito – se giró a Taemin -¿Intentó tocarte? – Taemin lo miró confundido -¿Intentó tocarte? – subió el tono de voz asustando a Taemin. El solo asintió. – Vamos – dijo tomando su muñeca y vimos como su mano ardía al contacto con Taemin – me las pagará.
De un momento a otro una llama verde surgió del piso y luego Taemin y Minho desaparecieron ante nuestros ojos. Onew corrió hasta ese lugar y luego giró de un lado al otro buscándolos.
*Se fueron al averno* El ángel habló *Minho odia ir al averno, solo está con ese grupo de demonios cuando están en el mundo humano*
-¡La cueva! – Jonghyun gritó.
*Ya no están ahí* Ahora una voz dulce habló, miré y era la pequeña angelita. *Se fueron todos, sabían que iría a buscarlos*
*Esto está mal* El otro ángel volvió a hablar *Minho es más poderoso en el mundo de los humanos, que en el averno, por eso necesita estar cerca de ese grupo de demonios*
-Tienen que llevarnos – Jonghyun habló.
*Nosotros no podemos entrar* *Solo algunos humanos y seres obscuros*
-Entonces yo puedo ir – me adelanté hacía el ángel.
*Pero si vas puedes terminar volviéndote un demonio*
-No es mucha diferencia de lo que soy ahora – dije con una sonrisa.
-No Key tu eres bueno- Jonghyun se adelantó – No eres como un demonio.
*El tiene razón aun tienes moral y una conciencia, perderías todo si fueras al averno*
*No quiero que Kibum vaya* La angelita tomó mi mano y me detuvo.
-No lo hagas, no quiero perderte – Jonghyun me abrazó por la espalda.
-Yo voy – Onew se adelantó – los traeré a ambos de vuelta.
*Nosotros no podemos guiarte*
-Pero yo conozco una entrada, en el cobertizo del parque – dije recordando el lugar al que había ido.
-Te acompañaré Jinki – el profesor puso su mano en el hombro del chico.
*Lo siento profesor, pero no tiene las habilidades de Jinki* Buscó confundido, era obvio que no podía ver al ángel. *El señor le dio esas habilidades para ayudar a su hermano* *Te protegeré desde aquí y Kibum me ayudará a mantener la puerta abierta, pero todo dependerá de ti*
Comencé a avanzar pero luego me fijé que el ángel no nos seguía.
*Jinki, no caigas ante tus demonios personales, por favor recuerda que tu hermano es tu sangre, tu hermano es solo tu hermano* Onew la miró sorprendido.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 13+

13.- El aroma nocturno, que desprende tu piel

Key
El profesor logró hacer que el doctor se retirara aunque fue algo complicado, pero teníamos que armar un plan.
-La marca ha salvado a Taemin todos estos años – Jonghyun fue el primero en decir lo que nadie quería decir.
-Es la misma cosa inexplicable que hace que Key ande por ahí –el profesor habló y lo miré molesto por la forma en que lo dijo – lo siento – entendió mi mirada. – Pero es la verdad. Hasta el momento no sabemos como ocurre todo esto y que es lo que esa criatura quiere en verdad.
-Es obvio esa cosa quiere a Tae – dijo Jonghyun algo molesto – pero primero quiere hacerlo sufrir.
-No me parece tan obvio – dije interrumpiendo – si quería a Taemin pudo tomarlo desde pequeño por lo que nos han contado, sin embargo parece que también quiere a Onew, pero con él es más complicado. Si no, simplemente no hubiese deseado hacer un trato conmigo por él. Por otro lado le dio más tiempo de vida a Taemin, es algo que simplemente no puedo llegar a comprender.
-Tal vez le gustan más los adolescentes o era demasiado pequeño para tocarlo – Jonghyun me respondió.
-Es un demonio, según los relatos no importa la edad, además si los mismos humanos violamos a niños pequeños no entiendo porque un demonio no lo haría – el profesor habló, haciendo que deseara que se pudiera revolver mi estómago por tan cruel realidad – si lo que desea es a Taemin creo que tenía las capacidades para llevárselo hace mucho tiempo, creo que lo que desea es la decisión de Taemin.
-Libre albedrio – dije mientras miraba un punto fijo – el hizo lo mismo conmigo, me dio a entender que todo era mi elección. Parecía que disfrutaba que uno escogiera el camino que él quería.
-¿Pero qué quiere que haga Taemin? – Jonghyun se puso frente a mí y me preguntó con una triste mirada.
-No sé que quiera, pero creo que hay algo más, porque los sucesos de ayer no cuadran con su forma de actuar – el profesor tenía razón – ayer atacó a Taemin sin darle una opción y sin su modus operandi común.
-¿Sin su modus… qué? – Jonghyun interrumpió.
-Sin la manera que siempre lo hace – me molesté por un momento ante la ignorancia de Jonghyun.
-Lo siento, no todos preferimos estudiar que ir a divertirnos – Jonghyun se quejó.
-Debo buscarlo – dije cuando vi el rostro quejumbroso de Jonghyun – se que si lo llamo vendrá, después de todo me trata como si fuera de su propiedad.- Salí corriendo a toda prisa de la casa.
-Espérame voy contigo – Jonghyun me siguió mientras avanzaba por la calle con dirección al parque. Por alguna razón sabía que debía ir a un lugar obscuro y conocía el lugar perfecto.
Corrí entre los árboles hasta llegar al pequeño cobertizo intentando idear un plan de cómo llamarlo. Jonghyun no tardó en alcanzarme en ese lugar junto a su ángel que me veía muy asustada por el lugar en que nos encontrábamos.
-¡Hey tu! ¡Ven aquí! ¿No ves que te tengo un trato? ¿Qué pasó con eso de que siempre sabías todo y veías todo? – Seguía gritando y mirando en todas direcciones.
-Deja de gritar, apenas pasaron las tres de la tarde y aun no me recupero – una voz que me inquietaba se alzó suavemente de una de las esquinas más obscuras – ¿Qué es ese trato?
-Sé lo que tiene Taemin – me aventuré a decir.
-Sé que sabes, ya era hora de que alguien se diera cuenta, esperé demasiado para que algún humano ignorante lo notara – dijo saliendo de las sombras cruzando los brazos y recargándose en el pared.
-¿Cómo querías que lo notaran si ocultaste todos los síntomas? – Jonghyun dio un paso mientras tenía una voz llena de ira.
-No hubiese durado mucho si no hacía eso, de por si la vida de los humanos ya es fugaz – dijo sin moverse de esa pared. Jonghyun estaba por responderle pero lo interrumpí.
-¿Por qué lo hiciste? – Giró la cabeza para verme -¿Por qué le diste más tiempo?
-Para entretenerme más – pude sentir esas mentiras al instante.
-¡Mientes! – Dije en un solo grito haciendo que me mirara con mayor interés.
-Mentir es algo común en mí, pero también lo es aferrarme a aquello que quiero poseer y Taemin es algo que deseo poseer – dijo con un poco de honestidad, pero no podría saberlo, todo el tiempo parecía estar mintiendo.
-Eres un maldito – Jonghyun intentó golpearlo pero parecía que ahora no podía hacerlo.
-En este lugar esa chica no puede hacer nada, se considera maldito- el dijo caminando hacía mi – buena elección Kibum – estaba por tocar mi rostro pero Jonghyun se puso entre nosotros.
-Déjalo – ahora lo miraba con ira.
-¿De qué trato querías hablar? – Dijo retrocediendo un poco.
-Quiero cambiar – dije pasando frente a Jonghyun – mi vida por la de Taemin.
-Tu vida no vale tanto – dijo al instante.
-Pero ese fue el primer cambio ¿No es así? ¿No puedo invertirlo? – Me sentía impotente en esta circunstancia.
-Ese no fue el primer cambio – dijo tranquilo – además la vida de un humano vale más que la de un pseudo-demonio – ahora me miraba dando a entender que de verdad ya no era humano.
-Además el no se quiere quedar, si él no lo desea no puedo hacer nada, ya intenté convencerlo pero el chico está preparado desde pequeño para esfumarse.
-Espera, Taemin ha de tener razones para quedarse – Jonghyun habló – danos tiempo para convencerlo y luego te puedes llevar mi vida a cambio.
-¿Para qué quiero la vida de un fastidioso humano? – Ante esta respuesta Jonghyun se empezó a irritar.
-Dinos, te daremos lo que quieras – dije empezando a llorar.
-Por ahora solo quiero a su hermano, pero ninguno de ustedes está dispuesto a dármelo y Taemin no aceptará irse a cambio de él. Así que es hora de resignarnos y entender que ustedes nunca pueden ganar.
-Tu tampoco ganas todo – Jonghyun lo enfrentó – no estás obteniendo lo que quieres.
-Cuida tus palabras chico, recuerda que Kibum aun me pertenece – la amenaza lo hizo retroceder. “Eso” empezó a caminar hacia la puerta – No crean que vine ayudar, ni hice un acto de bondad, soy un demonio, tampoco me llamen con tanta falta de respeto, si quieren verme llámenme por mi nombre, es Minho – abrió la puerta para salir – y el cambio que hizo ese chico es porque ustedes estuvieran juntos, par de idiotas como si pudieran separarse, ya es demasiado tarde – simplemente salió y me dejé caer en el piso llorando amargamente.
-Tranquilo, encontraremos una solución – Jonghyun se puso junto a mí y me rodeo con sus brazos.
-No debí hacer que mis padres discutieran – empecé a llorar más fuerte – nada de esto hubiese pasado.
-Fue un accidente, no fue tu culpa ni la de nadie, todo pasó por un descuido – ahora me acariciaba la espalda.
-Siempre lo supieron, sabían cómo te veía y cuando me vieron en ese lugar contigo estallaron – seguía lleno de culpa, desde el momento de mi muerte, no lo había notado.
-No te culpes más, cúlpame a mí, por abrazarte en ese momento, por no entender lo que sentía, por estar a punto de besarte y tu madre me descubrió, no fue tú culpa, yo fui quien causó todo. No quiero que te sigas torturando, por favor tortúrame a mí, no te dañes más.
Lo miré sorprendido, aun no podía pensar que esas palabras salían de su boca, estaba por besarme, mis padres no se enojaron por el simple abrazo. Por un momento olvidé el accidente, simplemente la culpa desapareció, no fue nadie y a la vez fuimos todos, muchas causas y muchos efectos, pero así es la vida llena de causas y muchos efectos que le siguen. Levanté mi rostro para encontrarme con su bello rostro con piel perfecta.
El ya me esperaba con su mirada, si hubiese levantado mi rostro ese día, me pregunto si hubiera sido de la misma manera. No tarde en sentir la presión de sus labios sobre los míos, sus cálidas manos recorriendo mi fría espalda. Rodé su cuello son mis manos y me puse jugar con su cabello mientras empujaba su cabeza para sentir mayor presión en mis labios. Nos separamos asombrados y se sentó a mi lado.
-Disculpa, yo… – no dejé que dijera nada más, tomé su mano y me levanté.
-Debemos irnos de aquí – le dije ahora con nuevas esperanzas, aun debíamos hablar con Taemin, sabía que podría haber una solución, yo había vuelto de la muerte – a ella le afecta mucho este lugar – dije señalando a la esquina junto a la ventana donde se encontraba la pequeña ángel asustada.
-¿Cómo es ella? – Me preguntó poniéndose de pie y ayudándome a pararme.- Quiero poder verla como tú.
-Es muy tierna – era la única forma de describirla por el momento – y creo que ya la has visto, pero por luego te la enseñaré, por ahora debemos ir a casa de Taemin.

Tae
Desperté en mi cama algo mareado y confundido, sabía que había logrado llegar a casa antes de las 2:30 y por eso estaba vacía, también recordaba que había llegado demasiado cansado y Minho había desaparecido rápidamente.
-Hijo ¿Te encuentras bien? – Mi madre estaba sentada junto al borde de mi cama – Llevas dormido desde ayer, intenté despertarte varias veces, pero no pude, hasta tenías fiebre. Estuve muy preocupada, tú nunca te enfermas.
-Estoy bien mamá – dije algo cansado aun pero sentándome en la cama como si nada – no te preocupes.
-Me alegra porque estás castigado – su tono cambió drásticamente – ¿Qué pensabas en salirte así de la casa, como un ladrón? ¿Dónde te fuiste a meter? ¿Desapareciste y hasta la policía vino a buscarte?
-¿La policía? – Interrumpí a mi madre algo asombrado.
-Están locos, creen que tu profanaste la tumba de Kibum – dijo algo exasperada – te vinieron a buscar también cuando estabas enfermo, pero tu amigo Minho los echó al instante.
-¿Minho vino? – Las ansias de preguntar me ganaron, sabía que debía andar por ahí pero escuchar de que estaba era muy raro.
-También vino Jonghyun a buscarte, lo vi con otro chico en la entrada pero cuando llegué solo estaba él. Creo que me acostumbré a verlo con Kibum – me abrazó al instante – Se que ha sido difícil para ambos hijo pero deben apoyarse y no hacer cosas solo por su tristeza. No quiero perderte – sus lágrimas rodaban y las podía sentir caer en mi pijama.
-Tranquila mamá – dije abrazándola también – no me perderás – mentí para reconfortarla.
-Gracias mi niño – dijo separándose – ahora buscaré a tu hermano, estaba muy preocupado hasta permitió la visita de Minho, yo sé que no le agrada– eso último fue muy raro. Pero salió rápidamente del cuarto y no tardó en entrar mi hermano lentamente y se recostó a mi lado sobre la cama. No cruzó palabras por un buen rato, lo que me pareció muy curioso.
-No sé qué decirte primero – eso fue lo primero que pudo decir me acomodé a su lado.
-¿No piensas regañarme primero? – Ese podía ser un buen comienzo.
-Minho ya me contó lo que hicieron – me asombré bastante – creo que al que debería regañar es a él por hacer lo que hizo, pero no es como si pudiera ser de influencia para un demonio.
-No creo que nada pudiera influir en él – dije riendo.
-Taemin – dijo de forma seria en casi un susurro – estás muriendo – pude sentir como temblaba parecía por llorar.
-Eso lo sé, fue parte del trato – dije intentando calmarlo.
-No entiendes – seguía recostado ahí con un tono triste – estás muy enfermo, no te queda mucho tiempo, el trato es lo que te mantiene con vida. Más bien la marca.
-¿Esto? – Miré la marca central sobre mi pecho jalando de mi pijama – con que ese era el truco – mi hermano me volteó a ver asombrado, en sus ojos decía por qué no le das importancia. Pero algo en mí ya lo sabía, no es como si supiera de mi enfermedad, pero sabía que algo inevitable estaba en mí.
-No te preocupa, aunque logre liberarte morirás, no quiero que eso pase – mi hermano levantó su torso y se giró para verme.
-No me liberes – dije con una sonrisa – solo deja que las cosas pasen, de todos modos esperaba que pasara – dije tranquilo.
-Pero no podrás hacer nada más ¿No querías estudiar medicina? ¿Y tus amigos? ¿Y mamá? ¿Qué hay de mí? – Negué con la cabeza.
-Se que dejo a todos en buenas manos Jinki-hyung – dije sentándome.
-Por favor no te rindas – los ojos de mi hermano se llenaron de súplica.
-El tenía razón – dije mirando a la otra esquina de tu cuarto – tu ángel es hermoso hyung.
-¿A qué te refieres? – Jinki me veía confundido.
-Tienes un bello ángel que cuida de ti es una chica alta y bella – Jinki volteó al otro lado del cuarto con curiosidad – se que puedes verlo hyung – me miró curioso – tu puedes ver esas cosas, es solo que siempre vez las cosas malas. Pero si te fijas también hay muchas cosas buenas – él se sentó y clavó la vista hacia donde yo miraba.
-Tú siempre vez las cosas buenas, pero aun así tienes una actitud negativa hacia la vida –me regaño.
-Tú siempre vez el lado positivo, pero esta vez date el lujo de ver las cosas buenas y no buscar las malas para encontrar un punto de luz en la obscuridad, solo encuentra una luz que brilla más.- Dije tomando su cabeza con mis dos manos y girándola hacia una esquina del cuarto.
-Una luz tenue… – dijo mirando asombrado – es una figura borrosa… fue interrumpido por la llegada de alguien corriendo que se aventó directo a la cama.
-Ya era hora de que despertaras, estábamos muy preocupados por saber si te volverías a levantar – Jonghyun me presionaba la cabeza con fuerza.
-Estoy bien Jonghyun, deja de lastimarme – dije contento y luego vi a una chica que saltaba también por el cuarto, parecía un ángel pero se veía menos celestial y sus alas eran más pequeñas. Más si las comparabas con las del ángel de mi hermano. No tardó en notar que la estaba viendo y me dedicó una cálida sonrisa.
-Bien yo no diré nada, pero de seguro Kibum te va a regañar, abriré la ventana para que entre – se puso de pié y caminó hasta la ventana. No tardó en entrar Key con una cara de susto una vez que estuvo abierta.
-¿En qué pensabas por irte de esa forma y luego volver para dormitar varios días? – Ese fue su saludo inicial.
-Lo siento – dije esto al verlo serio y parado junto a la ventana. No pasó mucho tiempo a que corriera a abrazarme.
-No lo vuelvas a hacer – me dijo presionando mi cuerpo con fuerza, por un momento creí que me dejaría sin aire. – Y tu Jonghyun, si vuelves a sugerir que suba por un árbol créeme que te mato – giró su cabeza para verlo -Tenemos que hacer un nuevo plan – dijo aun sosteniéndome.
Todos nos acomodamos en la cama y me contaron todo lo ocurrido con el profesor, con Minho y la policía. La verdad se veían entusiastas en poder decidir como librarme de esto y las nuevas ideas del profesor.
No pueden hacer mucho>> Una voz se escuchó en mi cabeza y pude notar que todos la oyeron por que se detuvieron de hablar y miraban confundidos.
-Un ángel – dijo Kibum primero que nadie – pero no lo veo.
-Porque aún no se muestra – dije al notar que el ángel de mi hermano daba unos pasos al frente – y posiblemente Jonghyun no podrá verlo. –Desde hace rato notaba que Jonghyun no podía ver a la chica que se divertía en la habitación viendo la escena.
Todo fue mi culpa>> En ese momento el resplandor se hizo más fuerte y observé como Key clavaba la mirada a ese lugar. Mi hermano tampoco tardó en notarlo y se cayó del borde de la cama al instante.
Jonghyun seguía viendo confundido.
-¿Eres un ángel? – Mi hermano preguntó desde el piso.
Soy su ángel Lee Jinki>> Escuchamos otra vez en nuestras cabezas.
-No es justo también quiero verlo – dijo Jonghyun poniéndose de pie.
Discúlpeme, solo pocos pueden verme>> Jonghyun siguió mirando a todos lados Lo mismo pasa con mi joven compañera >> señaló al ángel de Jonghyun <>
También debo pedir una gran disculpa a todos ustedes>>
-¿Por qué? – Me asombre de ver un ángel disculparse.
Minho causó todos estos problemas por mi culpa>>
-¿A qué se refiere? – Kibum se levantó para preguntarle.
Su venganza era contra mí, ustedes fueron arrastrados por mi falta de experiencia y mi pasado>> La chica parecía muy triste, en ese momento Jinki se puso de pie también.
Les debo una explicación desde hace tiempo, pero no deseaba romper nuestras leyes ni atraerlos a nuestros conflictos>>
-¿Y ahora por qué es diferente? –Jonghyun preguntaba algo curioso desde el otro lado de la habitación.
Ahora tengo el permiso divino para pasar por algunas de nuestras leyes y contarles lo sucedido, por el momento Minho no se va a acercar así que acomódense no quiero incomodarlos con mi relato>>
Key y Onew se volvieron a sentar, Jonghyun solo se acomodó en la pared, yo solo seguía en la cama esperando.
No soy un ángel mayor solo soy un humilde siervo más del señor, por cuestiones del destino terminé conociendo a Minho el demonio mientras intentaba salvar al niño que cuidaba. Los demonios como Minho se alimentan de niños pequeños que están solos en la noche, pero yo rompí las reglas y protegí a mi humano presentándome ante él y pidiendo misericordia. Por ese momento funcionó y la verdad la curiosidad de ambos nos puso a hacernos preguntas, después de varios años en que me venía a preguntar cosas de ángeles y yo le preguntaba sobre los demonios el desarrollo una necesidad de hacerme caer en su juego>>
-Me asombra que no lo intentara durante años – Jonghyun habló en medio del silencio de la habitación porque todo ocurría en nuestras mentes.
Para los demonios los ángeles somos seres aburridos, solo aquellos que libran batallas o los ángeles mayores los entretienen>> Contestó con una sonrisa y luego prosiguió -Hacer caer a un ángel de la guarda es una tarea imposible, no sentimos deseo y solo amamos a quien cuidamos, no necesitamos nada más. Pero el seguiría intentando. Tras la muerte de la creatura del señor que había cuidado me debí quedar un tiempo más entre la familia para dar paz y esperanza, como dicta nuestra ley. En ese tiempo Minho intentó con más anhelo. Lamentablemente rompí la ley por segunda vez y sin alguien a quien dar amor incondicional terminé enamorándome del persistente demonio>>
Todos nos miramos asombrados, no esperábamos que un ángel pudiese contar una historia como esa. Bueno supongo que los demás no pensaban escuchar a un ángel contarles algo a lo largo de su vida.
Pero como ángel no siento deseo, la verdad me conformaba con verlo hacer excentricidades todo el tiempo, como no puedo mentir él se enteró de mis sentimientos e intentó con más anhelo intentar atraparme en su juego, pero eso era más que imposible>>
-Eso debió frustrarlo bastante, había influido en ti pero no de la manera que deseaba – Key dijo haciéndose para delante.
Estaba molesto, pero no parecía tan molesto, nunca supe lo que sentía, los ángeles tampoco no hacemos la ilusión de ser amados de regreso, nos conformamos solo con amar, como mi compañera>> Observó a la chica que también se veía inmersa en el relato.
-Es ese sentimiento de ver a la persona que amas feliz y no necesitas nada más – corroboró Kibum mientras lanzaba una mirada a Jonghyun que respondió al instante.
Amar sin nada a cambio, pero siguiendo siempre las órdenes de Dios. Y así fue, me asignaron a un nuevo humano y me marché, sin remordimientos ni ganas de quedarme solo porque era mi deber divino y estaba dispuesto a cumplirlo>>
-¿El se molestó porque lo dejaste? – Jinki habló por primera vez en todo el rato.
-El estaba herido por que lo dejaste – contesté, eso era lo que sentía de Minho cuando hablaba del tema –los demonios dicen que no pueden amar pero si desear, el te deseaba a su lado – Todos me voltearon a ver confundidos – Pero también están los otros demonios – dije mirándola.
Tienes razón Minho estuvo en problemas con otros de su grupo, eso nunca lo entendí pero parecían un grupo de demonios que se entretenían en el mundo y su líder se molestó bastante con él. No lo entendí hasta que apareció esa noche Minho debía llevarse al humano en mi cuidado como venganza para vagar libremente como antes y dar a entender a todos en su grupo que no había influido mi presencia en él, así que por eso vino por Lee Jinki>>
-¿Pero si me quería a mi por qué está molestando a Taemin? –Mi hermano se puso otra vez de pie.
No puedo explicarlo, pero esa noche el cambió de parecer>>
-¿No querría que Onew diera la vida por su hermano? Parece que le gusta hacernos elegir.
-¡No él no quiere eso! – Mi hermano gritó y todos volteamos a verlo –Intenté hacer el cambio pero él lo rechazó, ahora solo quiere a Taemin – temblaba y apretaba sus puños con fuerza.
No comprendo sus planes, no es como si antes los comprendiera, pero mis errores los han arrastrado a todos, me siento arrepentido, espero su perdón>>
-¿Pero hay algo que podamos hacer? – Jonghyun volvía a hablar – aun debe haber formas de salvar a Taemin.
-Tú debes conocer un modo de salvarlo ¿Cómo podemos hacer que viva? – Key también preguntaba, yo solo analizaba la historia, y me empezaba a preguntar si era cierto eso de que los demonios no podían amar.
Taemin ya perdió la vida, no queda nada por hacer conforme su muerte, pero puede alcanzar la salvación aun>>
-El aún puede ir a ese cálido lugar brillante – Key dijo absorto en otros pensamientos.
Exacto, aun puede entrar al paraíso si es lo que desea, perdóname Kibum, por no darte esa opción>>
-Esa fue mi decisión – dijo Key – no es necesario disculparse, pero no quiero que Taemin pierda esa oportunidad.
-¿Estás diciendo que piensas dejar morir a mi hermano solo para que valla al cielo? – Jinki gritó molesto.
-Cálmate Onew – Jonghyun intervino – no hay mucho que podamos hacer, Key solo intenta hacer lo único que podemos. A mí también me duele, pero ya oíste al doctor rechoncho ese, no hay muchas posibilidades para Taemin está en las manos de Minho y no quiero que se salga con la suya.
-No creo que nosotros debamos decidir – Key volteo a verme -¿Qué es lo que quieres Taemin? – Todos me miraron.
Solo tú puedes conseguir la salvación, es tu propia decisión>>
-Por favor – mi hermano volvió hablar aun muy alterado – deben ayudarlo – parecía dirigirse a los ángeles – el aun es muy joven, no hagan decidir como desea morir, eso es demasiado cruel – las lágrimas pasaban por sus mejillas, yo no pensaba en mi inminente muerte, si no en las razones de Minho.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 12+

12.-El trato está hecho

Tae
No llegamos a ver el amanecer en el océano, pero pudimos observar el sol de la mañana desde la playa. No había mucha gente y el sonido de las olas era muy agradable. Era el chico más feliz solo viendo la escena. Las gaviotas volaban sobre el tono azul con destellos producidos por ese claro sol. En algunos lugares el mar chocaba con las rocas produciendo columnas de espuma blanca que brillaba de forma alegre.
-¿Piensas quedarte todo el tiempo solo observando? –No me moví ante esa voz, en esos momentos ya no me importaba mucho lo que pensaba. –Mi bocadillo tiene gustos peculiares, siempre me dan tanta hambre las miradas llenas de ilusión y soñadoras, deseo probarte.
-No puedes – dije con seguridad sin dejar de clavar mi mirada en el paisaje. Seguía inmerso en mis pensamientos cuando alguien tropezó conmigo.
-¡Fíjate mocoso! – Un chico fornido que parecía venir a tomar el sol se veía bastante molesto. – No te quedes sentado en el medio del paso – dijo levantando su puño. De seguro planeaba golpearme. Más que nada para sorprender a la chica que tenía agarrada de su brazo, con cabello largo y lucía más joven que él.
-Disculpe – me apresuré a decir pero la chica se puso en frente de él.
-Noooo, opaaaaa – su voz sonaba fastidiosa mientras arrastraba las palabras. No sonaba tan curioso como cuando Key lo hacía, si no que era desagradable. – Mi lindo opaaaaa no debería molestarse por chicos torpes, mejor llévame por algo para desayunar.
-Claro que sí cariño – los dos comenzaron a avanzar, no caminaron muy lejos y luego el chico se tropezó y cayó sobre la arena con toda la cara, quise soltar una carcajada, pero ahora “eso” reía sin control.
-Jajajajaj, el pedazo de carne se lo merecía – seguía riendo junto a mí.
-¿Odias a las parejas felices? – Me limité a preguntar.
-Odio cualquier cosa feliz, me provoca arrancarle la felicidad a todas las cosas, pero lo que más odio son las cursilerías – dijo sentándose – por que no solo acepta la tipa que le atrae físicamente el pedazo de carne ese y el otro debería aceptar que se la quiere tirar.
-Muchas relaciones no se basan en eso – por alguna razón ahora era más fácil conversar con Minho, desde que estuvimos en el camión y él se sentó del otro lado del pasillo me gustaba discutir sus extrañas y algo tétricas ideas. Le agradecía al medallón que me había dado mi hermano, ahora entendía un poco más del ser que me arrancaría la vida.
-Pero todos los humanos están llenos de lujuria y solo buscan placer, cuando estás en una relación mueres por ser tocado, por sentir las yemas de los dedos acariciando el otro cuerpo, por saborear el dulce elixir de su boca, por morder cada tramo de su piel, el dulce aroma que desprende y el dulce sabor que te deja.- Me alejé un poco, pero hasta ahora parecía tener algo de sentido su discurso – y después de probarlo de esa manera, de haberlo disfrutado, de haberte inundado de placer, disfrutas su sangre y su carne y te dejas llevar por la deliciosa sensación de engullirlo.- Y Minho lo hacía de nuevo, me dejaba completamente trastornado.
-¿Qué pasa si quieres más? – Temí preguntar -¿Si te volvió completamente loco esa sensación? ¿Si deseas tener a esa persona a tu lado para siempre? ¿O si la deseas tanto pero simplemente la quieres más que tu deseo de tocarla?
-Toda una masa humana soñadora – dijo esto y me obligó a voltear – Los humanos debería solo dejar que los invada el placer y hacernos las cosas más fáciles. Pero es cierto y odio ese hecho, que muchos de ustedes quieren más, se conforman con estar a su lado como esa chica ilusa que se conforma con desayunar junto a su novio hecho de músculos. Lamentablemente por mucho que diga amar esa chica, ese hombre de carne solo busca otra cosa – lo miré sorprendido. Luego vi la pareja que estaba ya lo bastante lejos, deseé pararme y correr tras esa chica y decirle sobre su novio. – No puedes decirle nada, los humanos son tan idiotas y simples como para aferrarse a una ilusión y si se lo dices no te lo creerá.
-Pero alguien debe decírselo – musité algo molesto, deseaba decirle aunque no me creyera. Así que me paré deprisa pero su voz detuvo mi andar.
-¿Cuántas veces negaste los sentimientos de Jonghyun hacía Key? ¿Cuántas veces los negó él? –Abrí ampliamente mis ojos y luego me volví a dejar caer sobre la arena – Los humanos tienen ojos pero prefieren estar ciegos, prefieren no ser lastimados. Por eso los demonios somos seres superiores aquello que nos gusta lo tomamos, lastimamos pero nunca somos lastimados y no amamos. Amar es para las criaturas creadas por él.
-¿Entonces los demonios nunca se enamoran? – Por alguna razón quise preguntar.
-No, ese sentimiento es innecesario, los demonios deseamos – dijo y luego vio al cielo. Miré también el sol ya estaba en lo más alto, luego empecé a escuchar cantos con miles de voces coordinadas, sonaba hermoso y el brillo que rodeaba todo era pálido y placentero.
-¿Qué es eso? – Pregunté mientras veía a todos lados figuras brillantes que se detenían un momento a cantar. Para luego ver como Minho se presionaba el estómago como si sufriera dolor.
-Es hora del Ángelus – dijo retorciéndose – debo buscar una sombra.- Parecía que de verdad estaba sufriendo, no sabía qué hacer, también parecía que no podía moverse.
Busqué en todos lados hasta que vi un pequeño toldo cerca de un negocio cerrado. Por un momento pensé en tomar a Minho y llevarlo, pero luego recordé el medallón.
Lo volví a mirar, lanzaba quejidos de dolor mientras los cánticos aumentaban en volumen y las oraciones comenzaban, parecía dolerle y mucho. Tomé el medallón y vacilé un momento luego lo pasé por mi cabeza para librarme y tomar a Minho.
-Te ayudaré – le dije pasado su brazo por mi hombro – por allá hay un poco de sombra, es mejor que nada.- Su cara estaba llena de incredulidad y dolor. Logré levantarme junto con él y dimos pasos torpes hasta el toldo. Lo dejé sentarse en una esquina recargado a uno de los postes donde había bastante sombra.
-Estúpido bocadillo – dijo entre una respiración forzada – te podías haber librado de mi por un tiempo.
-Cada vez que pienso que me libro de ti regresas haciendo algo que me hace enojar más, así que no tiene ningún sentido dejarte sufriendo bajo el sol – dije sentándome a su lado al ver que su equilibrio fallaba.
-Las creaturas del de arriba son demasiado torpes – dijo recargándose en mi. Luego pasó su nariz por mi cuello. – Tienes un embriagante aroma, déjame aspirarlo solo hasta que pase. – En ese momento cerró los ojos y se quedó inmóvil. Solo por unos minutos pareció un chico normal. Pero cuando los cánticos y las oraciones terminaron sentí su lengua recorrer mi garganta hasta mi oreja.
Me paré rápidamente dejándolo caer sobre la arena y tomé el medallón de mi bolsillo para ponérmelo, el seguía acostado en la arena. Recargaba su cabeza en sus manos que se apoyaban en la blanca superficie con los codos, parecía que no pensaba detenerme. Sin perderlo de vista me puse el medallón.
-Bien hora de marcharnos – dijo poniéndose de pie –si me puse así en medio día no quiero que me veas a las tres de la tarde.
Simplemente seguía asombrado de su extraña actitud, a lo mejor no me había detenido ni hecho nada más como agradecimiento. Pero no creo que los demonios pudieran agradecer, todo era muy raro, mil preguntas rondaban en mi cabeza, y aunque había preguntado muchas cosas estás últimas horas solo tenía más dudas.
-¿Por qué pude oír los cánticos y ver la luz? – Esa fue la primera que se dignó a salir.
-Porque ahora puedes ver ángeles – contestó como si se tratara de lo más obvio.
-¿Pero porqué? – Dije confundido – Hasta anoche no podía verlos.
-No pienso decírtelo o si quieres te puedo dar una mentira, la mayor parte del tiempo contesto con mentiras – dijo avanzando como si nada hacía el andador junto a la playa. Me pregunté que había sido verdad y que era mentira de lo que me había contado. Pero mientras subíamos las escaleras una fuerte ráfaga me empujó.
Parecía que me iba a golpear pero sentí que alguien me sujetaba de la espalda y luego me vino el olor a quemado.
-¡Tus manos! – Pude decir después de analizar la situación mejor. Minho me sostenía al borde de las escaleras, se había movido aprisa y ahora me sujetaba mientras sus manos se quemaban al contacto con mi cuerpo. Pero el parecía ignorarme y lanzaba una mirada asesina al inicio de las escaleras donde había otro chico que tenía una cadena en su mano. Con rápido movimiento la jalo y la chica de la vez del parque apareció en el otro extremo.
Minho me acomodó al final de las escaleras sobre la arena, pero no dejó de ver al chico del otro lado. Su mirada indicaba que también era un demonio como él.
-Yo quería ayudarte para que terminaras pronto lo que se te había indicado – dijo avanzando un par de escalones jalando la cadena que sujetaba a la chica – pensé que si le rompía las piernas podrías cogértelo pronto y volver como se te había indicado.
-Como siempre ayudando a los demás – respondió Minho con una mirada llena de ira – pero no puedo ni tocarlo, ahora por tu culpa tardaré en sanar – dijo mostrando ambas palmas que parecían hechas de ceniza.
-Tu capacidad de sanar se ha vuelto una verdadera incomodidad para mí – dijo avanzando más en las escaleras llegando frente a mi alto compañero – se suponía que vendría a recoger tu cuerpo en un jodido estado después del ángelus.
-Lastima, parece que tengo más habilidades de las que crees – el chico lo miró con odio ante la respuesta de Minho.
-Minho, creí que aprenderías tu lección de no jugar con criaturas puras solo por tu deseo. Entiendo la necesidad de hacer caer a un ángel, pero un humano ¿Qué es lo que estás pensando?- Dijo volteando a verme y me causó un escalofrío.
-Me pregunto qué pensaré – dijo girando la cabeza al mar y hablando con un tono irónico como siempre – creo que no en la misma mierda que tu – dijo esto y el chico intentó golpearlo pero Minho dio un salto hacia atrás.
-Me estás provocando – dijo mirándolo bastante molesto y jaló la cadena para que la chica quedara frente a mí – creí que solo eras un demonio de lujuria, pero parece que quieres algo de mi ira.
-Sabes perfectamente que la ira no me va muy seguido – dijo como si nada y se dispuso a caminar escaleras arriba – yo decido como hacer las cosas con mis pertenencias y no me interesa lo que tu o él digan, para mí no tiene sentido que lo forcé y lo haga mío sin su voluntad, es más delicioso cuando el cae en el pecado ¡Vámonos Taemin!
Caminé un poco hacía la derecha para esquivar a la rara pareja y subir por las escaleras. Pero el chico sostuvo mi muñeca.
-Te castigarán otra vez Minho – dijo el sosteniendo con fuerza mi brazo – y todo por el alma de un chico insípido y moribundo. Te entendía mejor cuando se trataba de un ángel, pero un jodido humano de mierda, no te servirá de nada, solo te satisfacerá una vez y luego qué – su presión me dolía pero podía ver el humo saliendo de esa muñeca, se estaba haciendo daño por Minho y se veía algo de desesperación en sus ojos ¿A los demonios pueden importarle otros demonios?
-¡Detente! – La chica habló al fin y arrancó la mano del chico de cabello café y algo bajito de mi muñeca. – Te estás lastimando – dijo sujetando la mano con delicadeza – sabes que no puedes detener a Minho una vez que escogió una presa, ya déjalo, la vida del chico es corta, cuando termine el volverá.
-No creo volver – Minho habló ahora desde arriba de las escaleras – así que ya no vengan a buscarme y no vuelvan a tocar lo que me pertenece si no quieren que les arranque los brazos ¡Vamos Taemin!

El viaje de regreso fue algo incómodo, parecía que Minho se hundía en los recuerdos y miraba al exterior temiendo por las tres de la tarde. En cambio la conversación con los demonios me había dado un trago amargo. Sabía que iba a desaparecer pronto, pero el término moribundo me asustaba. Sabía lo que Minho deseaba de mí pero el simple hecho de oírlo de esa forma me causaba un sentimiento de inquietud. Pero esas cosas pasaron a segundo plano mientras intentaba descubrir el pasado del chico alto que se había vuelto a sentar del otro lado del pasillo con miedo a tocarme.
-Minho – decidí preguntarle, después de todo el autobús iba casi vacío – ¿Un ángel fue una de tus pertenencias, como nos llamas?
-El ángel nunca lo fue – dijo algo molesto – creí que había caído pero simplemente se fue – dijo suspirando y luego me volteó a ver con una sonrisa pícara – pero puedo comerme a cualquier ángel que yo quiera, solo que son tan poca cosa y no me llaman la atención.
En ese momento comencé a reír y él me miró asombrado.
-El ángel de esa mujer te miró como molesto – dije aun riendo – y luego dijo que si tú lograbas hacer un ángel caer con tus trucos él podía convertirte en un santo.
-Dile que se muestre al cobarde – dijo poniéndose de pie y todos en el autobús voltearon a verlo – siempre se esconden de nosotros – Me costó un buen rato para convencerlo de que se sentara.
-Es la primera vez que escucho un ángel hablar – dije después de un rato acomodándome en el sillón para tomar una siesta, el cansancio me invadía por completo.
-Parece que no queda mucho tiempo – dijo él y volteé algo cansado a verlo – si quieres estar más tiempo aquí, podemos hacer otro trato, puedes entregarme a tu hermano y te daré más tiempo – negué con la cabeza, sentía que estaba preocupado por mí, pero posiblemente solo se tratara del sueño que tenía en ese momento.
-No quiero más tratos – dije con palabras cansadas – menos por mi hermano.
-Pero no tienes mucho tiempo – dijo cambiándose de lugar para quedar a mi lado – solo un par de días. Puedo extender la marca y hacer que te quedes más, soy tan poderoso que puedo –volví a negar con mi cabeza y el sueño me ganó por completo.

Key
-Kibum, Kibum – escuchaba voces a mi alrededor que me llamaban y alguien me sostenía podía sentir un brazo debajo de mi cuello y una mano en mi hombro. Poco a poco abrí los ojos y mire a Jonghyun que me sostenía y Onew mirándome fijamente.
-¿Estás bien? – Onew preguntó primero.
-Sí – dije con una sonrisa. – Solo hablaba con una amiga – ahora confundí a los dos chicos.
-Onew creo que si se hizo daño – Jonghyun lo volteó a ver con curiosidad –el muerto viviente está diciendo disparates.
-No me hice daño Jonghyun – dije molesto e incorporándome aprisa – ella me quiso mostrar algo.
-¿Qué ella? – Onew preguntaba aun más asombrado.
-El ángel de Jonghyun – dije como si nada pasara y me puse de pie – ¿No teníamos que ir con el profesor? – dije caminando en la dirección que iban antes de introducirme en los recuerdos de esa chica. Llenos de un sentimiento cálido y tristeza.
-Espera Key – Jonghyun corrió a mi lado, llamándome Key. Eso era demasiado para mí -¿Tengo un ángel?
-Claro y ella cuida bien de ti – dije contento, pero no pensaba contarle sobre la historia de ella, parecía que no quería que se enterara. No por ahora – Ya casi es medio día, ya faltaste a clases Jonghyun, no hay mucho que podamos hacer por ahora más que ir a ver al profesor de Onew.
Onew afirmó y llegamos hasta ese lugar, claro en el camino fuimos discutiendo de todo como siempre lo hacíamos, pero ahora Jonghyun me trataba como un igual, aunque aun hacía los chistes de zombis, muertos vivientes y vampiros.
Al tocar el timbre salió el hombre que apenas conocía que nos había ayudado la última vez, cuando me desmayé. Era lato con cabello descuidado, llevaba lentes y estaba muy mal vestido, tanto que provocaba un deseo enorme de arrancarle las viejas ropas fuera de moda y quemarlas en el patio.
-Bienvenidos- saludó con una amplia sonrisa.
-Buenos días profesor – Onew saludó formalmente – ya tiene un nuevo plan para que probemos.
-Pasen primero – dijo abriendo la puerta y haciendo un ademán con su mano.
Nos sentó en la sala y nos invitó café por alguna razón acepté aunque aun no me acostumbraba a comer, simplemente nunca tenía apetito.
-Los resultados de Taemin llegaron esta mañana – dijo rompiendo una nueva discusión entre Jonghyun y yo sobre cómo debía comer cuando iba de visita.
-¿Y qué pasó? – Onew se puso de pie para preguntar -¿La marca le estaba quitando la vida? ¿Cuánto tiempo le queda?
-Aun no estoy seguro, el doctor dijo que vendría personalmente a explicarnos – dijo calmado dando un sorbo al café – por ahora quiero hacerle un examen médico al joven Kim Kibum, si él me lo permite, solo mientras llega el doctor.
-¿Para qué? – Jonghyun se puso de pie molesto – creí haberte dicho que lo dejaras en paz, Key no es ninguna rata de laboratorio.
-No deseo hacerle daño y sé que quieres que se quede contigo, pero tengo curiosidad de saber cómo funciona su cuerpo.
-No funciona – eso fue lo único que pude decir mientras veía a Jonghyun. Acababa de oír que deseaba que me quedara con él.
-Por eso solo haré un sencillo análisis médico, no tardará mucho y Jinki puede estar presente – decidí que no tenía nada de malo y terminé accediendo ante dicho examen médico. Aunque Jonghyun se molestó bastante y se quedó sentado en el sillón con los brazos cruzados.
-Haz lo que quieras – eso fue lo único que me dijo, no quería que se molestara así pero también tenía curiosidad.
-Primero quiero escuchar tus latidos – dijo tomando el estetoscopio. En ese momento solo pude reír.
-Mi corazón no late desde el día de mi muerte – dije aun entre risas y él se acercó deprisa para escucharlo. También descubrió que no respiraba, que no necesitaba comer ni dormir, para el todo era demasiado raro. Probó mis reflejos y eran perfectos, mis pupilas se dilataban de forma normal ente la luz, mis tímpanos aun percibían sonido.
Todo un misterio médico, mientras que el sufría por intentar entender mi cuerpo Onew solo se quedaba viendo su celular y revisaba la hora.
-No temas – dije mientras el profesor salía por comida para probar mi sentido del gusto –Taemin está bien, lo puedo sentir. – Dije al denotar su preocupación. – El dijo que regresaría por la tarde y así será.
-Aun así me preocupa, está con esa cosa y Taemin nunca había salido de noche y mucho menos pasaba la noche fuera de casa sin avisar y si no era contigo o con Jonghyun.
-Siempre lo envidié por eso – dije intentando llevar a Onew a otro tema, si seguía preocupándose así por su hermano se iba a desgastar – nunca pude quedarme a dormir con Jonghyun, nunca lo invité a mi casa y siempre decía que tenía algo más que hacer cuando me invitaba.
-¿Y eso por qué? – Me preguntó muy curioso, nunca le había podido decir esto a nadie, pero no sentía vergüenza, así que no importaba.
-Tenía ese sentimiento que me invadía, el deseo de querer tocarlo, de que me tocara, de que no podría parar si me lo ponían enfrente dormido e indefenso – por fin me liberaba de ese peso, se sentía muy bien decir los pecados.
-Pero eso es normal, uno piensa que no podrá detenerse, pero se asombra del autocontrol que puede llegar a tener – su respuesta me asombró bastante.
-Oh – lancé una risita -¿Onew –hyung tienes a alguien que te gusta? – El abrió grandes los ojos, como si hubiera descubierto su mayor secreto pero no obtuve ninguna respuesta por que el profesor entró con una charola con diferentes tipos de comida.
Las pruebas duraron un rato más hasta que apareció el doctor en la puerta bastante agitado y sosteniendo los papeles frente a él.
El doctor pasó como si nada a la sala y se sentó.
-Viejo amigo, tráeme un vaso con agua – mandó desde el sillón y luego preguntó -¿Quién es el chico?
-Mi hermano, pero no se encuentra aquí – dijo Onew algo molesto por la actitud de ese hombre.
-Pero debo llevármelo a la clínica en este mismo momento – al decir esto Jonghyun se levantó.
-Primero díganos usted lo que nos tiene que decir y luego nosotros decidiremos si lo llevamos o no – parecía exaltado por algo.
-Aquí está el agua – entró el profesor entregando el vaso y el hombre bajito y regordete lo tomó aprisa.
-El chico tiene una enfermedad terminal – fue lo primero que dijo, algo que no nos asombró tanto.
-Bueno eso ya nos lo suponíamos doctor Park, pero queríamos saber de qué se trata – dijo el profesor Kim bastante tranquilo, nosotros solo nos empezábamos a desesperar.
-No – el doctor se puso de pie – no entienden, el chico tiene una enfermedad terminal desde pequeño, una rara enfermedad en la que su sistema inmunológico ataca sus propios órganos, en este momento no debería ni poder moverse – ahora si nos había asombrado.
-¿A qué se refiere? – Onew fue el primero en hablar mientras todos nos lanzábamos miradas.
-A que es un defecto de nacimiento, las personas que la padecen rara vez llegan a los 8 años y es difícil detectarla porque tienen un alto número de defensas, pero la sangre de este chico está contaminada, el hígado, los riñones y hasta dudo que los pulmones estén funcionando, parece que viviera con otra cosa.
-Taemin nunca se enferma – Jonghyun habló primero y todos volteamos a verlo. Pero el tenía razón, todos sabíamos que era muy raro, pero Taemin nunca había tenido ni un simple resfriado, por lo menos eso nos contaba.
-¡La marca! – El profesor habló y corrió por un libro de estante, uno de los símbolos principales en la marca, en el pecho de Taemin es este. Levantó un libro sobre Egipto y en él se veía la cruz egipcia como todos la llamaban.
-Ank – Onew se levantó con dirección al libro – el símbolo de la inmortalidad, de la vida después de la muerte, de la vida eterna.- Parecía perdido dentro de las páginas.
-Creí que era una coincidencia porque de ella se bifurcaban más líneas y volutas – el profesor respondió y ahora el doctor era el que estaba confundido.
-Ahora me dirán que el chico sobrevive con una simple marca, Kim Minwoo deja esas tonterías y deja que el chico valla a la clínica, ha vivido más de lo que se esperaba, el doble de su tiempo pero aun así una falla cardiaca es inminente.- Me levanté en ese mismo instante al igual que Jonghyun.
-¿Quiere decir que Taemin de todos modos va a morir? – Me asustaba saberlo.
-¿Cuánto tiempo le queda? – Jonghyun preguntó un instante después de mí.
-El chico morirá a menos que le haga un trasplante, pero para entrar a la lista necesita estar en la clínica y en sus condiciones con todo y aquello que lleva reteniendo su colapso no tiene más que unos días – dijo sentándose como si perdiera las esperanzas – puedo convencerlos de que sea el primero en la lista porque en su sangre está una posible cura para esta enfermedad, pero aun así, las probabilidades son bajas.
-¡Ya basta! – Onew gritó – no quiero oír más.- Parecía dolido, el profesor empezó a acariciar su espalda pero Onew solo retiró su mano y se fue caminando de una forma lenta. Nadie pudo decir nada, el simplemente salió por la puerta lentamente mientras dejaba un camino de desesperación y tristeza.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 11+

11.- Ya nada niega la verdad

Tae
El sonido era estruendoso, el ambiente estaba cargado de olor a cigarro, alcohol y todo tipo de esencias, todo tipo de personas, todos disfrutaban el ambiente de forma diferente.
Me fijé bien en lo que me rodeaba, todos bailaban me quería unir a ellos, la música empezaba a invadir mis oídos de forma adictiva. Las vestimentas eran variadas, en el centro del club había unas cuantas plataformas donde diferentes bailarines se divertían, a las orillas había personas tomando, riéndose o en un estado más apasionado.
-Toma, apaga tu sed – me dijo el chico con el que ahora me encontraba en la pista. Por alguna razón eso y yo habíamos sido acogidos por ese grupo de chicos mientras que esperábamos la entrada al club.
-Gracias – contesté tomando la botella de cerveza, me moría de sed así que acepté el gesto del chico alto con cabello pintado de un tono claro. Desconocía su nombre o el de alguno de sus amigos, pero no me importaba en lo más mínimo me gustaba llevarme por la embriagante música, seguí bailando no dándole más importancia.
Los chicos de ese grupo entraban y dejaban la pista a ratos, las chicas parecían querer bailar todo el tiempo, pero no lo hacían sin pareja. Yo bailaba a ratos con ellas, porque no quería alejarme de ese lugar mi cuerpo me pedía a gritos bailar.
-Bailas muy bien y eres muy lindo – dijo una de ellas abrazándome, provocándome que me sonrojara. Su aliento apestaba a alcohol y se tambaleaba.
-Tranquila, no asustes al chico – dijo el tipo alto que se había quedado a mi lado casi toda la noche. La apartó y se la llevó de regreso, otro chico más me jaló con él y terminamos bailando energéticamente sobre una de las plataformas. Parecían chicos divertidos, me hubiese gustado ser su amigo, pero ya no tenía tiempo para eso, esa noche solo disfrutaría.
Las luces cambiaron un poco y la música se tornó más movida, el club se llenó de una nueva melodía, Hands Up, la conocía bien. Key y Jonghyun adoraban esta canción y siempre se ponían a saltar levantando la mano al escucharla. Seguí moviéndome con el ritmo, pronto vi como varias personas me observaban al moverme pero simplemente no me importo.
Luego alguien tocó mi hombro y decidí voltear.
-Toma – el chico alto había vuelto y me entregaba otra cerveza – tenemos que hacer lo que dice la canción – gritó cerca de mí y seguimos bailando.
Pasó un rato hasta que sentí que el sudor bajaba por mi espalda y el aire se escapaba de mis pulmones, ni mis fuertes y rítmicas bocanadas permitirían que me recuperara. Decidí ir a sentarme un momento, igual la canción que estaban tocando no era de mis preferidas.
-¿A dónde…? – No escuché bien al chico alto y me acerqué un poco más para oír lo que me preguntaba. -¿A dónde vas? – Ahora si había oído. Me acerqué a su oreja a contestar.
-Me sentaré un momento – le dije.
-Vamos a la barra – tomó mi mano y me jaló a ese lado.
-¿Por qué no vamos a la mesa? – Dije pero el volteó confundido -¿Por qué no vamos a la mesa? – Grité ahora cerca del oído.
-Tu amigo la está ocupando – me gritó de regreso y decidí voltear en la dirección de la mesa donde los chicos descansaban y dejaban sus bebidas y donde las chicas pusieron sus suéteres y bolsos.
Y ahí estaba el demonio haciendo sus tareas demoníacas. Ahora besaba a una chica de forma apasionada en uno de los pequeños sillones. La chica estaba prácticamente sobre él y la tomaba de la cintura con fuerza, ambos ya se mecían demasiado.
-¿Qué quieres tomar? – La voz del chico lo despertó de seguir viendo esa escena y apretando los puños con fuerza.
-Creo que nada, será mejor que me vaya ahora que esta distraído – dijo en tono de voz normal, lo cual no era fácil de escuchar en ese lugar. Me di la vuelta y me dispuse a salir.
-¿Ya te vas? – El chico me siguió y me preguntaba esto al oído. Solo afirmé –entonces te acompaño – caminó a mi lado hasta la salida. Tenía mis oídos aturdidos por la música, pero hasta el aire se sentía más limpio.
-¿Dónde vives? – El chico me preguntó aun con tono de voz alto.
-No te preocupes puedo llegar solo – dije sin problemas estaba algo mareado y feliz, por así decirlo, pero solo habían sido dos cervezas, podía aguantarlas.
-No lo creo – dijo riendo – caminas bastante raro. – Se acercó más y tomó mi mano – Yo te llevaré.
Me empezó a jalar con demasiada emoción y velocidad, si iba tan rápido claro que mi cabeza daría más vueltas. Ahora recordaba que Jonghyun siempre me decía que las personas debían aprender a beber, aunque era obvio que él no sabía cómo. Siempre terminaba poniéndose muy mal, simplemente no tenía autocontrol.
Y ahí estaba de nuevo llenando mi mente con sus recuerdos, a estas alturas esperaba haberlo olvidado o simplemente haberme rendido por completo. Pero el corazón es testarudo y la razón débil.
Cuando me fijé el chico me había arrastrado hasta un callejón y me empujó contra la pared de una forma muy brutal. Luego me tomó de las manos y las puso contra la pared.
-No me puedo resistir más a algo tan lindo como tu – dijo y luego me plantó sus labios sobre los míos.
¿Qué sentía en este momento? Confusión creo, simplemente no lo entendía, debería sentir miedo. Pero no lo sentía, debía estar preocupado, pero algo simplemente me decía que ese tipo tendría su merecido dentro de poco.
-Eres muy obediente – dijo alejándose de mis labios con su respiración acelerada y luego se dispuso a bajar a mi cuello.
-No me gusta compartir lo que me pertenece – una voz se hizo presente en el callejón y lo obligó a voltear. Detrás de él apareció la sombra negra a la que más temía y al ver mi cara de susto giró su cabeza sobre su hombro – ahora que has tocado lo mío debes ir directo al infierno – Minho tomaba su forma humana tras de él y lo empujaba con un solo brazo para que saliera volando directo contra la pared del frente. Golpeó el muro fuerte y luego cayó dos metros abajo sobre un montón de basura.
Me volteó a ver con una mirada de odio, pero ahora sus ojos no eran rojos. Volvían a tomar el tono café con solo un ligero toque de rojo en los bordes.
-¿Desde cuándo dejas que cualquiera te toque? – Dijo molesto avanzando hacía mi.
-No hay mucha diferencia entre él y tú – dije molesto y comencé a avanzar fuera de ese callejón.
-Creo que aun no entiendes que me perteneces bocadillo – dijo y luego vi una luz que provenía de detrás de mí. Gire y vi su mano en llamas, como cuando era pequeño, luego chasqueó los dedos y el cuerpo de ese chico se incendió en una llama verde.
El gritaba y se retorcía del dolor mientras que las llamas lo cubrían.
-¡Detente! – Grité viendo la horrible escena.
-Espero que te sirva para recordar quien soy – dijo chasqueando de nuevo y el chico estaba libre de las llamas y parecía no estar herido.
-Ni lo intentes, lo recuerdo a cada momento – dije girándome para regresar a casa.
-Debes seguir bailando – dijo parándose frente a mi – me estaba entreteniendo bastante con tu seductor bamboleo.
-Estabas más entretenido con otra cosa – seguía molesto por eso.
-No me dejas tocarte, tenía que quitarme la sed con otra cosa – dijo acercándose y soplando en mi oreja para luego volver a aspirar – pero creo que la comida chatarra no se compara con este fino bocadillo gourmet.
-Me regreso a casa – dije caminando otra vez, por un momento me había petrificado, pero no podía tocarme, aunque aun así intentaba provocarme.
-Es tu noche de placer – dijo a mi lado – ha de haber otra cosa que desees hacer en esta vida – me hizo pensarlo un momento, pero había otra cosa que deseaba hacer además de bailar sin control.
-Una película de terror – dije con la mirada perdida. Nunca había visto una, no me llamaban la atención me parecían absurdas. Mi hermano las adoraba y Kibum y Jong me habían invitado a una unos días antes de mi torpe confesión y la muerte de Key.
-Conozco un cine abierto, vamos – dijo empezando a avanzar. Nunca pensé que conociera un cine, que conociera algo.
-¿No me vas a decir que estoy desaprovechando o una de tus locas e inmorales lecciones sobre el placer? – Pregunté asombrado, no esperé que accediera tan fácil.
-Si quieres una lección de placer puedo ofrecértela mi bocadillo – dijo mirándome – pero esta es tu noche y tú decides – se giró para seguir caminando.
Caminé por la acera un rato y luego me tropecé sin caer.
-No quiero que te mallugues mi fruto prohibido – dijo mirándome y parecía que había tratado de detenerme por si me caía, pero era obvio la razón por la que no me había tocado – si solo bebiste dos cervezas, me asombra lo poco que aguantas.
-Vamos por mi película para que vuelva a casa – dije avanzando a su lado con orgullo, fingiendo que estaba bien – y deja de ponerme más apodos raros.
-El alcohol te vuelve aun más rebelde – dijo caminando detrás de mí. – Te ayudaría a caminar, pero debes quitarte el medallón.
-Creí que ayudar no estaba en tu vocabulario demonio posesivo – hablaba normal con él, lo que me asombraba – además no pienso quitármelo esta vez no me engañarás para que lo haga.
-No tengo que engañarte, al final tu mismo me permitirás tener todo, ya te lo había advertido, tu alma, tu vida y tu cuerpo me pertenecerán – volvía con su discurso habitual, ya me había acostumbrado, a lo que más le temía ahora solo parecía una molestia.
Seguí avanzando con un poco de dolor de cabeza y luego me di cuenta que había seres brillantes. No eran solo algunos, todo se empezaba a llenar de ellos.
-¿Qué son esos? – Presioné mi frente y cerré mis ojos tratando de acomodar mi vista.
-Son ángeles, eso deben ser, por el momento creo que son ángeles.
-Hay muchos – dije abriendo los ojos y entrecerrándolos intentado identificar las formas.
-Claro que sí, todos tienen un ángel – dijo caminando ignorando.
-¿Por qué están mirándote? – Pregunté al notar como todos se paraban o giraban al vernos pasar.
-Porque soy un demonio – dijo como si nada pasara.
-¿Por qué se quedan parados y no hacen nada? – Volví a preguntar, parecía que lo fastidiaba.
-Yo qué se, no los puedo ver – dijo molesto y avanzando más rápido – solo se muestran cuando quieren, malditos esclavos empáticos.
-¿Por qué los puedo ver? – Era raro que los viera de repente.
-Bien ahora me siento observado, tenías que decirme que me estaban viendo, aunque sentirme observado por ellos, me parece excitante – había cambiado el tema. Pero aun así me intrigaban tanto las criaturas, había tantas como personas en la calle, si una detrás o junto a cada persona.
-¿Todas las personas tienen ángeles? – Pregunté para ver si mi observación era correcta.
-Si casi todas – dijo girando en una calle.
-¿Jonghyun tiene uno? – Necesitaba saberlo.
-Deberías sacarlo de tu mente, esa también me pertenece. Pero sí el fastidioso tiene un ángel aun más fastidioso y odioso que él. No deja de estar jodiendo y no sigue las reglas como los otros – me alegré un poco al oír sobre esto.
-¿Y Key? – Sabía que Kibum era un caso diferente.
-El ya no tiene ángel, pero si tenía uno era un ser moralista y me encantó cuando se lo arrebaté, se sintió tan bien como cuando como carne – dijo enfrente del cine al que se refería. Me asombré que aun estuviese abierto. Nos paramos un momento ahí afuera, parecía que la plática relacionada con los ángeles le afectaba.
-¿Y mi ángel? – Pregunté a lo mejor él lo había visto alguna vez.
-No tienes – dijo serió.
-Tienes razón, hice un pacto contigo, supongo que no merezco un ángel – dije algo triste, pensé que si lo podría ver el me daría una solución para mi asunto – ¿Y mi hermano?
-Tu hermano puede ver pero no desea ver seres puros, solo los obscuros, pero si girara su vista vería el ser más perfecto y hermoso junto a él – me dolió, era la primera vez que decía algo así – bien para que no te quejes yo pagaré los boletos – sacó una cartera rosada de piel de su pantalón.
-¿De dónde sacaste eso? – Pregunté suponiendo la respuesta, cuando todos dejaron las cosas en la mesa del club él se ofreció a cuidarlas, eso había sido bastante raro.
-De la mesa del club – dijo pidiendo los boletos al hombre adormilado que veía la televisión en la taquilla – los humanos son demasiado ingenuos.
Tras decirle algunas cosas que solo ignoró entramos al cine, entonces descubrí que clase de lugar era. Estaba lleno de parejas que se besuqueaban en la obscuridad. No se podía ver mucho pero toda clase de gemidos y sonidos provenían de las butacas, decidí ignorar esto y me senté a ver la pantalla. Mi primera película de terror simplemente no me daba miedo, pero me hacía sentir algo emocionado. Me intrigaba la historia, era una película vieja pero famosa en corea. Dos hermanas que vivían con su madrastra, todo fue tan psicológico y retorcido, ahora entendía porque mi hermano le gustaba verlas aunque estuviera llorando de miedo todo el tiempo.
-Eso fue interesante – salió estirándose Minho – los humanos tiene una concepción muy tonta sobre los espíritus. Pero obtuve buenas ideas para divertirme. – eso no era buena idea no quería que se subiera a mi cuerpo en la noche debajo de las sábanas. Era una idea escalofriante.
-Está por amanecer – miré hacia las montañas para ver el tono naranja que empezaba a salir.
-Bien en ese caso escoge un último destino – me asombré. Sonaba como los tres deseos del genio de la lámpara. Volvía con Sherezada, parecía que ese libro me perseguiría por un largo tiempo.
-La playa, nunca fui a la playa – era demasiado por pedir, pero no me quería quedar sin decirlo.
-Pediste lo mismo – dijo agachando la cabeza y sacando algo de su pantalón – como no me dejarás tomar una motocicleta. Usemos esto para comprar boletos de autobús – sacó varias carteras negras, rojas, cuadradas, rectangulares. En este momento no me quedo otra más que reír.

Key
Llegamos a casa de Taemin muy temprano, apenas amanecía, pero nos asombramos al ver las patrullas al exterior. Varios oficiales estaban fuera de la puerta de la casa.
-Kibum quédate aquí – dijo Jonghyun dejándome al otro lado de la calle y corriendo hacía la casa. Miré a mi nueva amiga voltearme a ver confundida.
-Cuídalo- sonreí desde el otro lado de la acera y Jonghyun también volteo a verme, luego se giró rápido al verme sonriendo ahí. Me puse detrás de un árbol y decidí esperar y observar desde ahí.
Al principio pensé que la madre de Taemin había exagerado y llamado a la policía, pero tenía que pasar más tiempo para que lo consideraran como desaparecido. No entendía lo que pasaba, pero luego los policías fueron dejando el lugar poco a poco y las patrullas arrancaron para alejarse por la calle principal.
Pasaron unos momentos y Onew y Jonghyun llegaron corriendo hasta donde estaba.
-¿Qué pasó? ¿Qué hacían aquí? – Pregunté mientras los dos recuperaban el aliento.
-Vinieron por Taemin- dijo Jonghyun- parece que un testigo lo vio en el cementerio el día que profanaron tu tumba.
-Ese maldito demonio anda por ahí haciendo que Taemin luzca más culpable – dijo muy molesto el hermano del pequeño.
-Le hablaré al celular –dije tranquilo, no sentía ese tipo de preocupación, sentía necesidad de saber de Taemin, pero no temor a los policías.
-Ya lo intenté, pero no contesta – dijo Onew molesto.
-Bueno Taemin –me contestó al instante.
-Key, buenos días – tan atento como siempre, parecía bien, pero aun así debía decirle algo por no estar en su casa en toda la noche. Fingí un poco de enojo.
-¿Dónde estás? – Pregunté en un tono de demanda – Tu familia está muy preocupada ¿En qué pensabas?
-Lo siento Kibum – dijo algo arrepentido. – Voy en camino a la playa, siempre quise ir.
-¡Espera! –Jonghyun gritó – fuiste a la playa y no me llevaste – gritó contra el teléfono.
-Ese no es el punto Jonghyun – le dije empujándolo.
-¿Por qué? – Onew dijo por lo bajo y miraba el piso mientras presionaba con fuerza sus manos formando apretados puños – ¿Por qué no me contesta a mí?
-¿Hyung? – Se escuchó al otro lado del teléfono.
-¿Por qué te escapaste con eso? ¿Por qué no me dejaste que cuidara de ti? – Onew estaba por llorar.
-Lo siento hyung, me tengo que ir, perdóname, volveré esta tarde – la llamada se cortó.
-Onew vamos con el profesor – le dije tocando su hombro – debemos decirle que eso sigue por aquí.
-Vamos – dijo levantando la mirada y muy decidido.
Empezamos a caminar, pero luego noté que la chica no nos seguía.
-¿Sucede algo? – Siempre iba tras Jonghyun pero ahora solo se quedaba viendo a la casa de Taemin. Negó con la cabeza y luego extendió su mano para que la tomara.
Jong y Onew se me quedaban viendo pero no me importaba hablar con la nada. Tomé la mano pensando que quería decirme algo telepáticamente como siempre. Pero para mi sorpresa todo giró a mí alrededor y miles de rayos de colores me llevaron a otro lugar donde llovía.
Mire a todos lados, estaba en un lugar diferente, un poco más rural. Llovía con fuerza pero no me mojaba, simplemente sabía que no estaba en ese lugar. En un pequeño techo de una parada de camión se encontraba ahí ese ángel pero ahora con una forma más humana traía puesto un uniforme y veía hacía el otro lado de la calle. Frente a ella estaba el más lindo chico con la sonrisa más perfecta.
-Jonghyun – dije suavemente. Ante mis ojos estaba Jonghyun jugando en la lluvia una joven y tierna versión de Jong, debía estar en la secundaria. Vi de nuevo a la chica que estaba a mi lado viendo también la alegre escena, su mirada estaba llena de ilusión, alegría y tal vez amor.
Muchos sentimientos llegaron a mí con esa escena pero luego sentí el dolor, la tristeza, la separación y el deseo de proteger esa sonrisa. Ahora lo entendía ella se había vuelto ángel por Jonghyun.
-¿Por qué me muestras esto? – Le pregunté algo preocupado por la respuesta.
-Temo por lo que venga en el futuro – dijo en mi mente – por eso quiero que tu protejas esa sonrisa si todo termina mal.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 10+

10.- Golpea fuerte en mi pecho

¿En qué momento apareció? Me preguntaba mientras abría mis ojos poco a poco. Esa tarde había sentido dolor, extrañaba esa sensación que presiona tu cuerpo y te estremece, descubrí que no era fácil describirlo. Porque uno está acostumbrado a sentir dolor pero cuando no lo siente no puede describir de qué se trata. He escuchado de personas que nacen sin la habilidad de sentir dolor debido a una enfermedad en los nervios. Es muy peligroso porque no saben que se están haciendo daño a ellos mismos, muchos de los bebés que nacen con esto mueren a corta edad debido a que al no sentir no tienen señales de auto supervivencia. Por mi lado sabía que todo lo que hacía me estaba dañando, no sentía dolor pero tenía un razonamiento si me quedaba más tiempo en ese apartamento sería el único que sufriría. Pensaba todo esto mientras veía eso que había parecido simplemente no le di importancia.
La habitación estaba hecha un desastre, era el resultado de nuestra épica batalla en la tarde. Recordaba poco de lo ocurrido, pero todo se veía tan tranquilo, no sabía si se habían desecho de eso o no. Me sentía mal por no haber ayudado, revisé la habitación, en la obscuridad no pude ver nada irregular – Espero que todos estén bien- pensé mientras veía toda la obscuridad y las sombras que reflejaba esa luz de en medio de esa habitación -¿En qué momento apareció? – Me volví a preguntar al ver esa luz. La volví a ignorar y vi hacía la esquina de la puerta, mi maleta improvisada y mis cosas seguían en el mismo lugar.
Caminé hacia ellas. Quería saber cómo estaba Taemin, cómo estaba Jonghyun, si Onew lo había logrado, todas esas cosas rondaban por mi mente pero no podía quedarme más tiempo, si no me arrepentiría de irme. Pero no deseaba ver a Jonghyun con mi monstruoso ser y vivir una vida que ya no me pertenecía. Tomé mis cosas y decidí salir. Pero para mi sorpresa la luz se puso frente a mí.
-No piensas dejarme salir – la forma humana de esa luz negó con la cabeza -¿Sabes qué no soy una buena criatura? – le hablé de la forma más natural, como si siempre hubiese estado ahí, tal vez siempre había estado ahí, pero nunca me había dignado a verla.
Afirmó con una sonrisa ante mi última pregunta.
-Entonces lo mejor será que me vaya – le dije intentando avanzar de nuevo, pero puso sus brazos sobre mí tratando de detenerme. – No puedo quedarme aquí – sentí como algo cálido recorría mi piel ante su contacto. Ella afirmó, parecía que deseaba que me quedara.
-No quiero que te vayas – una voz resonó en mi cabeza, una voz suave y pacífica, me recordaba a una que había escuchado tiempo atrás.
-¿Eres un ángel verdad? –Pregunté y ella afirmó, al parecer solo podía comunicarse conmigo por pensamientos y di yo deseaba oír eso que me decía. – Entonces sabes que hice un pacto con un demonio y por eso no puedo seguir tu mismo camino – ella afirmó de nuevo. Volví a tomar la maleta que había dejado en el piso.
-Pero quiero que te quedes – su armónica voz me volvió a llenar de paz la mente. –Se que saliste de tu sendero y buscaste el mal por egoísmo, pero me pidieron que te vigilara, tu ángel está preocupada por ti, también tu familia. Además quiero ser egoísta también y pedirte que te quedes con Jonghyun – no entendí porque lo último era egoísta, parecía que esta chica me conocía más de lo que esperaba.
-Lo siento, no puedo seguir dañándome de esta forma, también tengo instinto de auto supervivencia – dije moviéndola a un lado suavemente.
-Vuelve este suplicio tu penitencia – la había pasado y volteé a verla asombrado – se que duele, a mí también me duele, pero todo tiene una razón de ser, y quiero que te quedes con nosotros Key – su armoniosa voz era muy convincente, simplemente decidí escucharla, era lo que debía hacer después de haber ignorado la otra y haber caído como un idiota en la mayor estafa de un demonio pervertido.
-Me quedaré por un tiempo – le dije y ella solo sonrió.
-¿Con quién hablas? – Jonghyun se apareció en el pasillo frotando un ojo como niño pequeño adormilado, despeinado y con su pijama de siempre, solo el pantalón. Mi acompañante solo sonrió y corrió tiernamente hacia él y empezó a brincar a su alrededor.
-Con ninguna persona – contesté al ver la tierna escena de la chica que lo veía como si se tratara el mejor regalo de la tierra. Deseaba yo también tener un sentimiento así de puro.
-¿Ya te encuentras mejor? – Dijo terminando de frotarse un ojo y viéndome con curiosidad. El Jonghyun adormilado era de lo más lindo.
-Sí, gracias – dije aun sin creerme su amabilidad – regresa a dormir – le dije empezando a recoger las maletas que había hecho. Le preguntaría sobre todo lo que había pasado la mañana siguiente.
-Buenas noches – dijo dando la vuelta – tu también intenta descansar un poco más – un vuelco en mi corazón hizo que sintiera un latido, lo que daría porque bombeara sangre por mis venas.
-Ya duérmete – le mandé con mi tono de madre del que siempre se burlaba Taemin – que los ángeles te acompañen – dije por lo bajo viendo como la chica saltaba con alegría detrás de él. – Jonghyun me preguntó ¿Si hubiese muerto por completo y viajado a donde tendría que ir ahora sería tu devoto ángel y me hubiese quedado a tu lado sin dañarte?

Amaneció en el departamento y yo ya me encontraba preparando el desayuno. La comida balanceada y saludable como a Jonghyun le gustaba pero nunca podía prepararse. Escuché un ruido detrás de mí.
-Más te vale que te hayas lavado la cara y las manos antes de presentarte en mi cocina – dije con una sonrisa, me gustaba hacer las labores domésticas para Jong.
-Rápido Kibum, vístete, Onew me habló, esa cosa estaba con Taemin anoche y nunca volvieron a casa – Tomó mi mano y me jaló al exterior de la cocina. Intentó moverme más pero yo me quedé estático mirando fijamente a Jonghyun -¿Qué pasa? – Me preguntó acercando su rostro.
-Me llamaste Kibum – me llené de alegría y luego recordé lo que había dicho después – luego celebro, debemos buscar a mi hijo -Corrí hasta la puerta. Jonghyun también estaba incrédulo de que me hubiese llamado por mi nombre, pero reaccionó rápido al verme en la puerta.

Tae

Mi madre me pasó a la sala y el chico ahora platicaba con mi padre alegremente, mi padre rara vez estaba en casa y ahora platicaba con él.
-¿Qué es lo que quieres? –Pregunté lleno de odio.
-¡Taemin! –Mi madre golpeó mi nuca – Esa no es forma de tratar a un amigo.
-No se preocupe señora Lee, es tarde y llegué de sorpresa – volvía a aparentar como odiaba que lo hiciera – creo que también me molestaría si fuera Taeminnie.
-No tienes derecho a llamarlo Taeminnie – Jinki llegó a la escena más que molesto.
-Hijo, tu también –mi madre lanzó una de sus miradas asesinas – saben que chicos, suban a la habitación de Taemin, yo les llevaré algo allá arriba.
Mi madre empezó a insistir y terminamos los tres lanzando miradas de odio entre nosotros en el pasillo de arriba.
-Hoy me divirtieron bastante – el primero en hablar fue Minho.
-Por qué no desapareces de una vez – Jinki trató de golpearlo.
-No quiero, me agrada estar aquí, deberíamos quedarnos más tiempo Taemin- dijo intentando acercarse a mí, yo seguía asustado de lo de la tarde por lo que intenté retroceder pero la pared se interpuso en mi huida.
-¡Déjalo! – El grito de mi hermano me hizo abrir los ojos que había presionado con fuerza al sentir el frio muro. Su mano tocó el borde de mi rostro y cerré de nuevo los ojos, empezó a acariciar pero…
-¡Un medallón! – Miré a la cosa de enfrente sujetando su mano con fuerza y como esta se veía quemada y aun salía humo y algunas cenizas caían.
-Perfecto – Jinki dijo poniéndose entre esa cosa y yo – parece que no puedes tocarlo, el medallón si funciona.
-Bravo bravo – dijo el chico aplaudiendo – un éxito entre todas las fallas del día de hoy.
-Por lo menos yo tuve un éxito, tu solo fallaste el día de hoy.
-Esta es la guerra Onew, por más que protejas a uno de los tuyos no debes olvidar que los otros también pueden caer – dijo esto acercándose a mi hermano y tomó su rostro con fuerza, Jinki intentó zafarse, pero sus rostros seguían acercándose, relamió sus labios con su larga lengua dispuesto a saborear a mi hermano, como el decía. No lo soporté más y lo empuje.
-¿Pero qué haces? – Gritó verificando las marcas donde lo había tocado, también se había quemado de la misma forma que su mano.
-¿Está todo bien haya arriba? – Mi madre preguntaba desde la sala.
-Si señora Lee – Minho me miró con un profundo odio – solo le contaba algo a Taemin.
-Está bien, pero no hagan tanto ruido – mi madre era una mujer muy ingenua – Jinki, ven a ayudarme a la cocina, deja a tu hermano con su amigo – la reina de la ingenuidad. Miré preocupado a mi hermano.
-Tranquilo todo está bien, no me tardaré, solo recuerda que no puede tocarte – Jinki me dijo tomando mi mano y soltándome suavemente.
-Vaya sabe desaprovechar muy buenas oportunidades – eso lanzaba una sonrisa pícara y lo volteé a ver con duda, me contestó de una forma muy rara – si yo fuera él ya te habría tomado por la fuerza hace mucho tiempo, puede que te hubiese gustado – dijo abriendo la puerta de mi cuarto y entrando como si nada.
-¿Cómo sabías que era mi habitación? – Dije mientras él se acostaba en la cama.
-Ya he estado aquí varias veces – dijo tomando mi pijama de debajo de mi almohada y aspirando su olor – tu aroma es tan tentador y te vez tan delicioso cuando te duermes, me he controlado tanto para no comerte.
-Pues sigue controlándote, dentro de poco te puedes llevar mi alma – respondí molesto al ver como empezaba a morder mi pijama.
-Me controlo bastante bien – dijo sentándose – todos estos años, viéndote tan delicioso, oliendo tan esquicito, el sabor salado de tu piel, tu exquisita sangre, me tomo mi tiempo para detener mis impulsos, pero cuando me molesto simplemente no puedo parar. Esta tarde creí que lo lograría que saborearía más de ti. Pero si piensas que solo quiero tu alma te equivocas, deseo tu cuerpo, tu vida, tu esencia, tu aroma, simplemente lo deseo todo – estaba parado muy cerca de mi suspiraba estas palabras a mi oído sin tocarme. Solo pude cerrar mis ojos, pero luego sentí como se alejaba.- No es tan divertido si no me permites tocarte – dijo acostándose en mi cama y descansando su cabeza en sus brazos para ver el techo – ponte a hacer lo que siempre haces ¿No piensas estudiar hoy como loco para la universidad a la que quiere tu padre que entres?
-¿También piensas meter a mi padre en esto? – Dije molesto al ver que conocía los deseos y ambiciones de mi viejo.
-No tiene sentido, la verdad casi no le tienes aprecio y mi objetivo es dañar todo lo que aprecias, no deberías culpar a ese hombre por arruinar tu vida, cúlpame a mi – dijo girándose para acostarse de lado en la cama y darme la espalda – fue por mi culpa que volviste tu vida tan aburrida, que alejaste a todas las personas, que no tienes sueños ni ilusiones para el futuro, porque sabes que me perteneces y al final vendrás conmigo – el tenía razón, si no tenía amigos y no salía era por temor a él. Por el simple hecho de saber que vendría por mi algún día y me alejaría de todo lo de aquí.
Me senté a estudiar al ver que no diría o haría nada más, por lo menos mi padre y mi madre estarían orgullosos de mí antes de desaparecer eso pensé.
-Key piensa quedarse con Jonghyun – dijo cuando avanzó un poco más la noche, me asombraba que Jinki no hubiese vuelto más que una vez para checar que hacía eso y otra para traer bebidas y algunas galletas. Ya era tarde, mi madre debió suponer que Minho se quedaría esa noche por que no había dicho nada más y todos creían que estaba ya dormido en mi cama. Pero no creo que eso durmiera, solo miraba la pared en silencio, algo me decía que era lo único que hacía.
-Eso es bueno – dije repasando varias fórmulas del libro y haciendo anotaciones con el lápiz.
-Puede que no te quede mucho tiempo en este mundo – dijo girando en la cama para ver de nuevo al techo- tú no eres como los otros con quienes he hecho tratos.
-Soy especial – dije anotando todavía, me había acostumbrado a su presencia en mi cuarto. Tenía varias horas ahí sin moverse – y tú estás herido – dije dándole a entender que sabía lo que pasaba.
-Mi bocadillo tan interesante como siempre – dijo sentándose en la cama –pero me repondré rápido, no debes preocuparte por mí – ahora se ponía de pie.
-Yo no me preocupo por ti – dije aun viendo el libro – no me interesa lo que te pase, si desapareces es mucho mejor para mí.
-Pero yo si me preocupo por ti – lo miré asombrado ante sus palabras ahora estaba recargado en mi escritorio – tu vida es muy aburrida y la piensas abandonar de la misma manera. Cada vez que hacía un trato las personas despilfarraban dinero, comían como locos, bebían sin control, pedían mujeres y se dejaban llevar por los placeres. Tú ni siquiera te has tirado a una chica – se detuvo un momento y luego lanzó una ligera sonrisa – bueno o un chico, comes mucho pero no excedes, rara vez te satisfaces a ti mismo, si no es que lo bajas con una ducha helada, y si lo haces es con la foto de Jonghyun que tienes debajo de tu colchón, ni siquiera vez a otras personas, eres un fiel y asqueroso puritano. Te estoy dando la oportunidad de que hagas las cosas sin control, por lo menos una noche deberías dejarte llevar por el placer.
-Yo paso – dije molesto ante sus palabras – es cierto soy un asqueroso puritano, pero así estoy bien.
-Ha de haber una cosa, solo una cosa que quieras hacer antes de morir – dijo son una pícara sonrisa.
-No quiero hacer eso – dije levantando mi mano dándole a entender que lo tocaría si se acercaba más.
-¿Pero qué tal bailar? – Abrí los ojos – bailar sin control toda la noche hasta no poder más – era lo que más me llamaba la atención, Key me invitaba a veces pero siempre me alejaba de algo tan divertido, si me llegaba a gustar mucho mi vida sería doloroso dejarla, eso pensaba cuando sugerían actividades divertidas – bailar representa el deseo del cuerpo humano, tu cuerpo está lleno de deseo, puedo sentirlo, es como un aroma que surge por los poros de tu piel. Mi delicioso bocadillo se movería a un ritmo exquisito.
Afirmé con mi cabeza y luego escuché a Jinki pasar por el pasillo.
-¿Vendrás verdad? – Minho había abierto mi ventana y ahora se disponía a salir por ella. Abrí los ojos ampliamente. Pensaba en ese momento todos los pros y contras de esa situación.
-Taemin ¿Sigues despierto? – Mi hermano preguntaba fuera de mi puerta.
Me levanté y decidí seguir los grandes ojos que me guiaban al exterior, había caído en su juego una vez más, pero esta vez mi deseo era mayor, simplemente no me podría detener, disfrutaría de esa noche para esfumarme luego.
-No soy Sherezada- repetí en mi cabeza – soy el sultán y estoy cayendo en el engaño.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 09+

09.- Mirada de obscuridad

Había corrido a consolar a Key, no deseaba oír nada más sabía que esa cosa lo quería manipular para que le hiciera algo a mi hermano. Vi como lanzó su mirada y entendí al instante que sus planes eran que me molestara con Kibum, pero yo no haría algo como eso. Sabía que ese trato estaba mal pero no podía culpar a mi amigo, el era demasiado valioso para mi, tanto como mi hermano, no quería un estúpido trato en donde fuera uno u otro.
Lo abracé con fuerza, su cuerpo estaba tan frio, supongo que eso era normal en el ahora.
-Tranquilo Kibum, ignóralo, creí que ignorarlo era la solución – acariciaba su cabello hincado a su lado quería protegerlo, era obvio que se trataba del mismo Kibum de siempre, pero esa cosa lo engañaba con su propio temor de volverse un monstruo.
-¿Taemin? – Me miró con sus ojos llorosos y con ternura, sentí como se aferró tomando mi playera.
-No te preocupes Kibum, el no puede cumplir su parte del trato, así que tu no debes cumplir la tuya – le dije dándole a entender que estaba enterado y no me importaba– quédate aquí con Jonghyun era obvio que él te necesita, yo ya no tengo esa clase de sentimientos por él – había decidido hace tiempo alejarme y eso lo sabía, solo había utilizado esa sucia técnica para deshacerse de Jinki, era obvio que los estudios de mi hermano representaban un peligro para él, bueno esa fue mi conclusión en ese momento. Le lancé una mirada retadora al ver como Kibum se calmaba ante mis palabras y yo arruinaba sus planes. Parecía que podía ser Sherezada.
-¡No me provoques pequeño bocadillo! – Sentí un fuerte jalón en mi brazo que acompañaba estás palabras me jaló un poco más y luego sentí un dolor asombroso en mi espalda provocado por la fría pared. – Tu no deberías meterte en mis planes – estaba muy enojado, no lo había visto así, ni siquiera cuando lo había insultado en el parque.
-¡Suelta a mi niño! – Key forcejeaba contra su brazo, su mano había tomado mis dos muñecas y las había puesto sobre mi cabeza, con una sola mano me levantaba del piso, mis piernas pataleaban tratando de zafarme pero era demasiado duro el amarre. Quise gritar pero mis gritos eran ahogados, vi como Key se levantaba de donde había sido aventado, pero cerré los ojos al instante que esa larga lengua se depositaba en mi cuello y luego los filosos dientes la acompañaban para marcar mi cuello y partes de mi pecho. Un fuerte sonido hizo que abriera los ojos, Kibum había roto una lámpara contra su cabeza, pero él no se detenía.
-Detente, por favor detente – mis lágrimas querían salir, al ver a mi amigo luchando por mí y a punto de presenciar una de las escenas más vergonzosas, parecía que no sería Sherezada, era demasiado débil y tonto. Su mano estaba en mi cintura, sentí como tocaba mi piel debajo de la camisa poco a poco fue subiendo tocándome con bastante calor hasta llegar a mi pezón y apretarlo con fuerza quise gemir pero su lengua se encontró de nuevo en mi paladar y todos los rincones de mi boca, volvía a morder y sofocarme de forma salvaje. Una silla se rompió en la espalda de mi atacante pero eso solo hizo que se separara por un momento.
-Que gracioso –giró su cabeza pero seguía tocando mi tórax y subiendo mi playera- pero ahora no quiero interrupciones – lanzó a Key con tal fuerza que aterrizó en una mesa que estalló ante su peso.
-¡KEY! – Mi corazón se detuvo al ver el cuerpo de mi amigo, atravesado por maderos y vidrios. Luego esa cosa se separó de mi y lanzó una mirada diferente, sus ojos eran más humanos y se veían llenos de tristeza, me quedé embobado viendo esa mirada, ya no me estaba tocando, ni acariciaba mi cuerpo con su asquerosa mano, solo me veía lleno de dolor.
-¡TAEMIN! – El grito de Key y el sonido de mi celular me hicieron voltear, cuando volví a ver a mi atacante su tenebrosa mirada había vuelto y volvía a acercarse a mi rostro, pero pasó de lado hasta mi oreja.
Mordió mi lóbulo una vez y se delimitó el borde de mi oreja con su lengua – Eres más delicioso de lo que recordaba, fueron duros días sin ti – volvió a morder y sentí una punzonada de dolor, mi oreja estaba sangrando el ahora lamía el cálido líquido que bajaba por mi cuello. Pude ver a Kibum con un vidrio en su mano pero al tocar el hombro de esa cosa se rompió en cientos de pequeñas piezas, Key se movía con dificultad pero seguía golpeando la espalda.
-Key – dije suavemente ante la excitación que me producía que lamiera con tanta suavidad y sin lastimarme.
-Eres demasiado puro – dijo alejándose un poco y lanzándome otra mirada confusa – te vuelves cada vez más delicioso, preocupándote primero por los demás cuando tú estás en una situación peligrosa – tomó mi barbilla y obligó a que abriera mi boca, me besó otra vez, pero también fue suave, es como si el odio y el rencor de hace unos momentos hubiera desaparecido, solo le quedaba el deseo.
Algo jaló el cuerpo de Minho y caí al piso, Kibum se me acercó y puso un trapo sobre mi lóbulo, debía de seguir sangrando pero yo ya no lo sentía.
Jonghyun golpeaba con fuerza el rostro del chico alto mientras este le devolvía los golpes.
-¿Key estás bien? – Su cuerpo seguía atravesado por varias cosas -¿No te duele?
-Estoy bien, vamos salgamos pronto de aquí – se levantó y me ayudó a pararme – pero Jonghyun…
-El me dijo que te sacara, ahora sígueme – salimos al pasillo y mi hermano entró con varias cosas velas, polvos y demás, luego se asomó y le entregó un collar a Key.
-Pónselo mientras intentamos esto – Kibum seguía presionando en mi oreja con ese pañuelo blanco y luego retiró un vidrio de su brazo para moverse mejor. Al instante que lo sacó la herida desapareció de forma gradual y no dejó ninguna marca, ambos nos quedamos asombrados.
-De verdad soy un monstruo – dijo viendo el brazo atravesado hace unos momentos.
-Yo creo que es una habilidad asombrosa – dije intentando animarlo – ahora el todopoderoso Key también es indestructible – me volteó a ver aun con los ojos muy abiertos y luego sonó el ascensor y apareció el profesor de Jinki con un libro y otra bolsa de objetos como los que traía mi hermano.
-¡Taemin! – Llegó corriendo a ver mi condición.
-Profesor Kim – lo saludé tranquilo.
-¿Tu hermano ya empezó? – Key asintió – le dije que me esperara, es muy peligrosos que trate de sellarlo él solo – el profesor corrió dentro del departamento y lo seguí, Key trato de detenerme pero terminé jalándolo hasta la puerta para que también lo viera.
Jonghyun y Minho seguían peleando en el interior, Jinki trazaba dibujos con sal en el piso y prendía velas, el profesor llegó a ayudarlo con esto. No comprendía el plan pero parecía ser una extraña ceremonia como la de las películas.
-¡ESTÚPIDO ÁNGEL DEJA DE ENTROMETERTE! – el grito me hizo voltear y vi como Minho le gritaba al aire sobre la cabeza de Jonghyun.
-Creo que le puede hacer daño por culpa de un ángel – volteé a ver a Key diciéndole esto, el afirmó desde el otro lado de la puerta – vamos a ayudar – jalé su mano. No podía quedarme ahí solo viendo mientras todos intentaban librarme de mi pesadilla.
– Me senté junto al profesor y comencé a prender velas
-Taemin – Jinki me lanzó una mirada y luego afirmó con la cabeza, sabía que no me quedaría con los brazos cruzados mientras ellos hacían todo lo posible por detenerlo –Está bien, pero ponte el amuleto que tiene Key – yo afirmé y tome el colguije lo pasé por mi cabeza y seguí prendiendo velas.
-¡Jonghyun mantenlo en ese lugar ¡ – Jinki gritó tomando una tiza y comenzó a correr alrededor de donde ambas figuras peleaban y se daban duros golpes. Escribía cosas que copiaba de un libro.
-¿El experto les dijo que hicieran esto? – Pregunté al profesor al ver la escena sacada de una película.
-Nos lo sugirió, tenemos otras técnicas por si esta no funciona, pero tu hermano quiso que intentáramos cuando escuchó de tu ataque – el profesor me contestaba mientras juntaba las velas encendidas y corría hacia el círculo.
Jinki corrió hacia la derecha para trazar algo más pero se tropezó y golpeo fuertemente el piso. Tomé esta oportunidad para tomar la tiza y continuar lo que hacía siguiendo el diseño del libro mientras el se recuperaba de la caída. Key ponía las velas donde indicaba el profesor y cuando mi hermano se paró y trazó un último diseño gritó.
-¡Está todo listo Jonghyun, sal de ahí! – Así que Jong empujó a Minho y luego saltó fuera del círculo, mi hermano abrió una botellita con agua de color rosado y la lanzó, una luz salió del piso con una brisa con un olor suave entre lavanda y rosas, parecía que la luz rodeaba el círculo.
Minho estaba en medio repasando los símbolos con la mirada en el piso, luego vio a mi hermano.
-Nada mal mi delicioso bocadillo, parece que me has atrapado aquí adentro – rió fuertemente y jaló la cabeza hacia atrás mostrando mayor demencia en su risa.
-¡Minwoo te toca! –Mi hermano lanzó el libro al profesor y el tomó unas tijeras.
– Lo siento Taemin – dijo mientras cortaba un mechón de mi cabello – empezó a hablar en un idioma extraño y luego lanzó el cabello al centro del círculo y cuando pasó por la luz con brisa aromática se transformó en mi. Key estaba a mi lado me abrazó sorprendido, del otro lado Jonghyun abría la boca demasiado grande ante tal escena.
-Ese es tu bocadillo – Jinki dijo cuando el chico que era idéntico a mi dio un paso hacía donde estaba Minho.
-Tienes razón, es igual de lindo que mi interesante bocadillo – dijo tocando el rostro del chico suavemente con su mano – hasta su aroma es el mismo – se acercó más al cuerpo del chico, por un momento me estremecí al ver esto, creo que es por que rara vez puedes ver como aprovechan de ti desde otro ángulo. Pero me dolía que lo tocara de esa manera – pero es un truco barato comparado con el verdadero Taemin – tomó su cuello y comenzó a presionar su garganta el chico llevó sus manos hacia las manos del demonio que lo sofocaban.
-¡Detenlo! – Key gritó – lo está matando – ahora comenzaba a llorar mientras se aferraba a mi brazo.
-Taemin tiene inocencia en su mirada, tiene una sonrisa apagada por su pasado, sus pensamientos son para sus amigos, su mayor emoción es estar enamorado, su conciencia es su mayor carga y su pureza hace que su sabor sea esquicito – seguía presionando, Jonghyun quiso acercarse molesto pero mi hermano jalo su brazo y negó con la cabeza. Yo solo veía asombrado por la forma en que me conocía tan bien – esta solo es una sombra barata de Taemin, no acepto simples retratos, quiero al verdadero – lanzó su mirada hacía mi.
-¿No se supone que no puede ver al exterior? – Jinki preguntó.
-No entiendo lo que está pasando, se supone que no se daría cuenta, que sería engañado por el círculo – la presión en el cuello de mi sombra fue demasiado, un crujido sonó y el chico soltó los brazos que habían forcejeado todo este rato, ahora colgaban inertes a ambos lados del cuerpo del chico. Minho sacó sus manos y luego el cuerpo cayó con la cabeza en una dirección distinta al cuerpo y el cuello con una horrible protuberancia, escondí mi cabeza en el pecho de Key, no podía ver la escena de mi mismo con los ojos sin vida y un cuerpo inerte.
-¿Tienes otro truco verdad? Te espero mi delicioso bocadillo, se que quieres a tu hermano solo para ti.
-Calla de una vez, Minwoo, pasa al plan B.
-Ya lo tengo preparado Onew – volvió a decir otras cosas y Kibum se desmayó, sentí el peso de su cuerpo e intenté detenerlo, veía como se empezaba a convulsionar, estaba por gritar para que parara ese extraño cántico.
-¡Detente! – Jonghyun se me adelantó – le estás haciendo daño a Key –miraba asustado la escena. Pero Minho solo comenzó a reír.
-Es obvio que las criaturas obscuras menores desaparecerían primero – su risa retumbaba en mis oídos.
-¡Cambio de plan Onew! – El profesor Kim lanzó el libro y tomó unos cubos de la maleta, luego le lazó uno a Jinki y otro a Jonghyun – ¡Taemin necesito tu ayuda! Puedes dejar a Key por un momento. Yo también recibí un cubo nos colocamos en cuatro esquinas y ahora Onew y el profesor recitaba juntos raras palabras. Creo que esa había sido la razón por la cual mi hermano no había llegado a casa la noche anterior, me sentía algo inútil viéndolo intentar tanto y yo habiéndome rendido hace muchos años atrás. Vi todo esto con un poco más de esperanza pero mi esperanza aumentó cuando Minho tomó su cabeza con ambas manos y empezó a gritar de dolor. Fue bajando hasta el piso y parece que se retorcía por el sufrimiento. Giré mi cabeza no podía seguir viendo esto. Sentí demasiado calor viniendo de enfrente y volví a levantar la mirada solo para ver como el círculo explotaba como si fuera de vidrio.
El silencio invadió la habitación un rato mientras todos veíamos de un lado al otro, esperando encontrar eso a lo que temíamos.
-¿Lo logramos? – Jonghyun fue el primero en preguntar.
-Parece que si – mi hermano me veía sorprendido.
-¡Nos deshicimos de esa cosa! – el profesor gritó de alegría.
Todos empezamos a saltar por la habitación. Gritábamos, nos abrazábamos e inclusive mi hermano me cargó y me hizo girar de la alegría. Reímos un rato, repasamos la anécdota y al final debíamos salir de ahí.
-Yo puedo llevarme a Kibum – el profesor dijo mientras recogía las cosas. Kibum seguía inconsciente en el sillón. Nos habíamos asustado un rato, porque no respiraba, pero bueno Key no podía respirar. Pero no tardo en quejarse y acomodarse, así que estábamos aliviados de ver que aun tenía su segunda vida.
-Depende de Jonghyun – dije volteando a verlo.
-Está bien aquí – dijo lanzando una mirada al profesor que daba algo de miedo – no es ningún experimento científico, aunque no sea Key, aun es un chico o algo parecido.
-Bueno, pero aun así vendré a verle después – dijo tomando su abrigo y luego salió del departamento.
-¡Gracias Minwoo! – Mi hermano estaba completamente feliz – hora de volver a casa Taemin.
Salimos solo despidiéndonos y viendo como Jonghyun tapaba a Key con una manta, la verdad parecía que ahora lo aceptaba un poco más.
-Creo que Jonghyun y Key se llevarán muy bien de ahora en adelante – dije contento sosteniendo la mano de mi hermano.
-Parece que ahora todo saldrá bien – dijo aun con su enorme sonrisa.
-Muchas gracias hyung – dije acercándome y le di un beso en su mejilla. El se sonrojó al instante y luego solté su mano y corrí para adelantarme – ¡Vamos a casa a cenar! – grité contento corriendo y mi hermano intentó alcanzar mi paso, reía como nunca, ahora quería disfrutar un poco más la vida. Llegué primero a la puerta y la abrí jadeando de alegría, sentí una pequeña punzonada en el pecho.
-Hijo que bueno que llegaste – mi madre me recibió – tú también Jinki, aun me debes explicaciones de anoche – dijo algo molesta. Me disponía a subir para no involucrarme en el regaño de Jinki. –Taemin tu amigo te espera en la sala.
Giré la cabeza ante esas palabras y luego quise asomarme, pero algo me lo impedía, después de tantos años me sentía libre, no me lo podían quitar. Negué con la cabeza, podía ser alguien más.
-Vamos Minho ya estuvo buen rato esperándote, ve con él -mi madre ahora dictaba mi triste sentencia.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 08+

08.- Es densa como la malta

Sentí los rayos del sol sobre mi cara, era un hermoso atardecer, una buena ubicación para una ventana. Una de las pocas cosas buenas de ese apartamento. Nunca había estado en el apartamento de Jonghyun cuando vivía y tampoco lo había dejado que se quedara en mi casa por mucho tiempo. Debía aceptarlo temía a lo que pudiera hacer, ese chico provocaba cosas raras en mi.
-Ya es tarde y aun no recibo la llamada de Onew- estaba hablando detrás de mí, el simplemente ignoraba mi presencia. Pero no me importaba, estaba feliz por estar a su lado aunque fuera solo un momento.
-Posiblemente aun estén con ese profesor – dije mientras empezaba a recoger algo de ropa.
-No toques eso – caminó hasta mí y me arrancó la ropa de mis manos.
-Espera eso es mío – dije al reconocer los pantalones plateados y entallados de mi marca favorita, los había comprado en Italia tan pronto salieron, mi madre me había llevado – mi madre los obtuvo para mí – los jalé de regreso.
-Estos no son tuyos, son del verdadero Kibum – dijo sosteniendo el otro lado – te prohíbo que los toques.
-Te he dicho que son míos, cantante muerto de hambre, los traje desde Italia – dije jalando con más fuerza.
-No me importa que tanto actúes como Key, no eres Key y estos no son tu pantalones –jaló de nuevo y escuché el peor sonido de la tierra, tela fina rasgándose, me paralicé al instante.
-¿Pero qué demonios has hecho? – Grité muy enfadado – arruinaste un par de costosos pantalones, no solo eso animal, este era un recuerdo de mis padres – me detuve un momento, tenía un enorme rengo de sentimientos en ese momento, me quedé viendo la tela, sentía, odio, enojo, tristeza, nostalgia, pasión era toda una gama de sentimientos. Sería por que me estaba acostumbrando a mi cuerpo o por estar cerca de Jonghyun.
-No soy ningún animal – ahora me gritaba de regreso llorando – no quiero que manches la imagen de mi amigo, no quiero que tus sucias manos cojan algo que él amaba tanto.
-Lo siento – dije notando que él tenía razón, yo ya no era ese Key. – Repararé esto mañana – dije dejando los pantalones en el sillón – te los puedes quedar – parecía que el apreciaba esas cosas, mis fotos, mi ropa, algunos de mis libros, podía reconocer todas esas cosas que había llevado a su casa.

Nunca me dio sueño, simplemente no podía dormir, tomé algo de dinero de Jonghyun y salí a comprar muy temprano, debía pagarle luego, pero no era lógico que tomara dinero de mi cuenta. Creo que tras la muerte debería empezar una vida, tal vez lejos de Jonghyun y Taemin para no causar más problemas.
Compré algunos víveres y regresé a hacer el desayuno. La cocina de Jonghyun era un desastre, por lo que me tomó más de lo que esperaba, también le faltaban muchos utensilios y solo tenía palillos de madera desechables que habían sido lavados varias veces para ser usados como vajilla normal, este chico tenía problemas.
-Buenos días – dije alegremente al ver como entraba en su ahora limpia cocina y se quedaba con la boca abierta – ve a lavarte la cara y las manos, no te serviré el desayuno si te quedas ahí todo repugnante.
-No deberías tocar las cosas de los demás – dijo algo molesto y caminó al lavabo para mojarse la cara de una forma abominable, como una persona tan descuidada podía tener tan bella piel. Le pegué con el cucharon y me vio asombrado.
-Ve a tu baño y lávate como se debe – dije ordenándole – preparé tu favorito, pero si no haces lo que te digo me lo comeré todo yo – el miró asombrado la cazuela, tiempo atrás me había dicho que era su comida favorita, eso nunca lo olvidaría. Con eso lo convencí se fue quejándose y pateando cosas hasta el baño – ¡Y no vuelvas a entrar solo con pantalones a la cocina! – eso había estado cerca, estuve por tirarlo y besar su perfecto pecho mientras tocaba su perfecta espalda, era un pervertido, un monstruo pervertido, eso era un ero-monstruo, eso era lo que debía ser. Debía salir pronto de esa casa si quería contenerme, parecía que muerto era aun más difícil que vivo.

No me habló para nada, creo que simplemente seguía molesto, pero no lo culpaba, el tenía algo de razón yo no era Key, se puso su uniforme y salió del departamento. Me quedé sentado en el rincón del sillón que me designó molesto antes de que se fuera, no quería que saliera por ahí a comprar cosas ni que tocara nada en su departamento.
-¡No puedo más! – Grité ante la desesperación de la mugre que me rodeaba.
Saqué una vieja aspiradora que encontré en el closet, que tuve que arreglar para poder sacarla, recogí todas las fotografías y mi vieja ropa y las puse con cuidado en un sillón, eran cosas que ya no me pertenecían, pero estaría muy contento que él las tuviera era le esencia de mi recuerdo en esa casa, con solo eso era feliz.
Lave los pisos, ventanas y aspiré la alfombra, saqué toda esa basura, cuando llegué a su cuarto casi muero de nuevo, latas de cerveza, revistas eróticas, cigarrillos, cajas de pizza y otras envolturas de comida cubrían una capa de ropa que parecía no haber sido lavada en años y enmarcado un montón de papeles, exámenes y tareas se distribuían a las orillas de la habitación.
-Pero que tonto eres para el inglés Jonghyun – dije levantando una hoja donde había sacado un 14 en el examen, luego vi un libro lleno de dibujos y caricaturas del profesor sufriendo varias muertes dolorosas – aunque no creo que ese sea el mayor de tus problemas. Tendré que tener una charla con ese chico sobre todos sus asquerosos vicios – decidí sacar de ese departamento todos esos asquerosos hábitos, fumar, beber, las revistas eróticas (estas últimas no eran tan malas, pero no deseaba que Jonghyun pensara en eso, también dolía).
El baño fue el mayor de los tormentos, ahora nada me salvaría ante tal desgracia, pero me armé de valor e hice que rechinara de limpio. Me debería de sentir cansado pero no podía. Me senté un momento y decidí conseguir algo de ropa, Jonghyun me había dado unas ropas viejas el día anterior. Era lo peor que había vestido en toda mi vida, pero su olor me inundaba los pulmones así que tenía sentimientos divididos ante tales prendas. Bueno cualquier cosa era mejor que el traje de mi funeral cubierto de tierra y sangre de Taemin.
Me levanté y decidí ir por provisiones y algo de ropa, mi ropa ahora era de Jonghyun así que me conformaría con algo sencillo pero con estilo. No encontré dinero, era obvio que mi anfitrión se lo llevaría para que no quisiera salir, pero eso no me impidió dirigirme al distrito comercial.
Debía buscar un trabajo o algo, pero era difícil ir por ahí con el rostro de un muerto al que buscaba la policía, unos lentes negros fueron mi primer solución, lástima que no fueran de marca, pero debía andar por ahí buscando como obtener dinero. Jonghyun tenía razón era un niño consentido que no sabría como valerse en la vida real, o en este caso en la muerte.
Por fin vi una forma de obtener dinero para ropa y la comida de esa tarde. En el parque organizaban un concurso de baile y mis habilidades eran bastante buenas. Así había conocido a Taemin, era buenos días cuando nos juntábamos en la clase de baile y luego conocí a Jonghyun porque me dijo que estaba en la misma prepa a la que yo pensaba ir que también era el lugar deseado por él. Creo que me alegraron la vida de pretensión y vacía que estaba viviendo, no puedo creer que yo haya destruido eso con mi egoísmo.
No importó más participé en ese concurso y gané fácilmente y con mi premio fui de compras. Adoraba las compras, me hacían feliz, pero ahora no podía gastar tanto. Decidí solo comprar lo necesario y volver a casa de Jonghyun a preparar la comida.

-¿Pero qué demonios has estado haciendo? – Jonghyun estaba molesto y gritándome mientras entraba a la casa.
-Solo limpié un poco – dije molesto ante su actitud – tu que vives en un chiquero, no tienes derecho a reclamarme, ahora quítate ese uniforme que pienso lavarlo – no iba a dejar que su discurso de que no eres Key empezara de nuevo, esta bien yo no era Key, pero pensaría en sus intereses por que aun lo consideraba un amigo. El se fue a su cuarto molesto y luego gritó.
-¿Qué pasó? – Llegué corriendo asustado.
-¿Dónde quedaron mis cosas? – Me tomó del borde de mi nueva camisa y me empujó contra la pared.
-Las saqué de aquí, solo te estabas dañando a ti mismo – dije algo molesto ante su actitud y lo miré fijamente.
-¡DEJA DE VERME CON ESOS OJOS! – Salió del cuarto y se fue a sentar a la sala mientras fingía ver la tele.

-Jonghyun, quiero ver a Taemin – dije algo molesto triste por que aun no me contaba.
-No puedes hoy – dijo cortante cambiando el canal.
-¿Por qué no puedo? – Alargué mis palabras en señal de súplica, era una costumbre que tenía para verme más lindo.
-¡POR QUE HOY LO LLEVARON A SACARLE SANGRE! – Se paró de golpe.
-¿POR QUÉ? – Pregunté asustado.
-El profesor quiere hacer más análisis por que teme por Taemin – dijo esto entre lágrimas.
-¡Llévame con él! – Ordené después de un momento de silencio.
-No puedo, déjame solo de una vez.
-Está bien, dejaré tu espacio para que te calmes y cuando vuelva cenaremos – tomé mi abrigo y salí, pensé ir por Taemin, pero no me alejé por si me necesitaba Jonghyun.

Cuando volví el ya se había dormido, se encontraba todo descubierto en su cama, por lo que decidí arroparlo y le acomodé el cabello. Salí corriendo de ese lugar cuando sentí mis mejillas calentarse y enrojecerse ante la tierna escena.
-Ya deja de pensar en esas cosas Kibum – me dije dando golpecitos en la cabeza – solo unos días más y te irás de aquí, solo unos días más.

Una nueva mañana se asomó y tenía otra noche sin dormir, deseaba sentir cansancio y sueño, eso era algo que extrañaba, también deseaba sentir muchas cosas más.
-Ya te levantaste – dije al escuchar al chico que estaba detrás de mi entrar en silencio – espero que te hayas lavado.
-No sigas, no caeré más en el juego – dijo molesto sentándose en la mesa y cruzando los brazos, otra vez sin playera.
-No te preocupes, me pienso ir en unos días – dije sonriendo mirando a las ollas para no tener que voltear de nuevo.
-¿A dónde vas? – Preguntó poniéndose de pie.
-Aun no lo sé – removía el caldo con el cucharón – pero debo valerme por mi mismo.
-No lo hagas – su voz se encontraba en mi oído y sus brazos en mi cintura – no quiero que te lleves el recuerdo – si mi corazón estuviese latiendo se habría detenido al instante, sentía que eso me llevaría al cielo, con eso era más que feliz, ya era suficiente.
-Debo irme, recuerda no soy Key – le dije quitando ese nudo de sus brazos que aprisionaba mi cintura y él se alejó. Luego salió corriendo a su cuarto y salió con el uniforme corriendo de la casa. Le hacía mucho daño, debía irme de ahí pronto. Preparé algunas cosas, pero no logré nada al intentar salir mi propio deseo me detuvo.
-No puedes irte –esa voz regresaba, la horrible voz que me había engañado.
-Debo irme – esta vez no voltearía, esta vez no volvería atrás.
-Sabes que si te vas no te prometo cuidar de Jonghyun ni dejar en paz a Taemin.
-Ya cállate – grité ante sus palabras, tapé mis oídos con fuerza, ya no más, me había ido.
-Necesito que te deshagas del hermano de mi delicioso bocadillo.
-No pienso hacerlo así que déjame – algo tomo mi muñeca y me jaló hacía atrás.
-Sabes que esta mañana Jonghyun corrió a buscar a Taemin, es obvio que si te vas no tardará en olvidarte aun y con todos los bellos recuerdos que quisiste dejarle – su rostro ahora estaba frente al mío.
-No me importa a quién busque, solo déjalos en paz – me volvía a romper, no sabía que hacer. Era tan débil.
-Creo que es hora de que hagas tu parte del trato – volvía a lo mismo, era cierto aun no me deshacía de ese trato.
-Ya te dije que no pienso hacerlo – dije jalando mi brazo con fuerza y tirando uno de los platos de la mesa.
-Tú eres mi pertenencia y si te digo que te deshagas de Onew deberás hacerlo, o es que acaso no quieres que Taemin se aleje sin dolor para que puedas estar con Jonghyun, sé que no le harías algo a ese chico – el tenía razón no quería que saliera herido y ahora deseaba estar con Jonghyun, volví a sentir desesperación y tristeza, ya no me podía mover de ese lugar.
-No quiero – empecé a llorar – no quiero – el peso de mi cuerpo no me permitió estar de pie más, ahora dejaba mis rodillas descansar en el piso– no pienso hacerlo.
-Tu lujuria te ha llamado estos día, no podrás resistirlo por mucho, por eso eres un ser perfecto, al final no pensarás en los demás, solo en ti mismo y te desharás del hermano de tu amigo sin problema – lo sentía él tenía razón al final no resistiría más …
La puerta se abrió de golpe y luego alguien corrió a mí y me abrazó.
-Tranquilo Kibum, ignóralo, creí que ignorarlo era la solución – dijo mientras acariciaba mi cabello, levanté la cabeza y frente a mi estaba Taemin con una enorme sonrisa.
-¿Taemin? – Era el ser más horrible, yo quería hacerle daño al hermano de ese chico solo para mi beneficio.
-No te preocupes Kibum, el no puede cumplir su parte del trato, así que tu no debes cumplir la tuya – sus palabras eran reconfortantes, pero aún así lo volteé a ver algo confundido y entendió al instante – quédate aquí con Jonghyun era obvio que el te necesita, yo ya no tengo esa clase de sentimientos por él – supe al instante que mentía pero parecía que funcionaban sus palabras hacían enojar al chico alto que me había arrastrado a esta pesadilla.
-¡No me provoques pequeño bocadillo! – algo lo separaba de mi lado, me levanté asustado al ver como el chico lo levantaba tomándolo del brazo y luego lo empujaba con fuerza contra la pared. – Tu no deberías meterte en mis planes – se veía muy molesto me acerque a jalarlo pero me empujó a un lado.
-¡Suelta a mi niño! – Grité a todo pulmón y empecé a jalar el brazo con el que sostenía ambas manos sobre su cabeza. Tenía una gran fuerza por que los pies de mi amigo no tocaban el piso. Empezó a morder su cuello y lamer las marcas que iba dejando. Decidí golpearlo con una lámpara, pero esta se rompió al instante de tocarlo.
-Detente, por favor detente –Taemin estaba por llorar, eso estaba abusando de él frente a mis ojos y no podía hacer nada, tomé una silla cuando vi que su mano se escurría debajo de su camisa y empezaba a tocarlo mientras lo besaba evitando sus gritos. La levanté tan alto como pude y golpee de nuevo, solo para que la silla terminara hecha astillas en el piso.
-Que gracioso – dijo lanzándome una mirada mientras subía la playera de Taemin- pero ahora no quiero interrupciones – me lanzó muy fuerte al otro lado de la sala y caí sobre la mesa de cristal, traté de levantarme, pero mi brazo era atravesado por un gran vidrio y mi pierna estaña encajada en una de las patas de la silla que se acababa de romper.
-¡KEY! – El grito de Taemin me asombró, debía doler, pero no lo hacía, ni siquiera había sangre, no podía levantarme, pero me arrastré un poco para tomar algo que llevaba sonando un rato en el piso.
-¡TAEMIN! – El celular de Taemin estaba sonando en el piso, era mi única esperanza, Jonghyun podía golpear a esa cosa, pero Onew contestó.
-¡Esa cosa está haciéndole daño a Taemin! – Grité en el teléfono – rápido ven al departamento de Jong – solté el celular al instante y tomé uno de los vidrios para intentar dañar a nuestra pesadilla, lucharía hasta que mi cuerpo se volviera pedazos.

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