El pequeño príncipe de la tienda de abarrotes

El Pequeño Príncipe de la Tienda de Abarrotes +Capítulo 1+

El Pequeño príncipe de la tienda de abarrotes

(Fuerza Friki 2011)

  01

Las espinas llegaron hasta la torre más alta del castillo de piedra labrada. Las mortales enredaderas se habían vuelto el peor enemigo del reino, aprisionaba y herían a todas las personas.

El pequeño príncipe las vio en la ventana de su torre y tomó con fuerza el hechizo que el mago le había obsequiado, él deseaba utilizarlo para conseguir un dragón, pero ahora su reino lo necesitaba.

Presionó el orbe de luz contra su pecho y lo repitió su deseo tres veces:

-Ayuda a mi reino y deshazte de las espinas.

-Ayuda a mi reino y deshazte de las espinas.

-Ayuda a mi reino y deshazte de las espinas.

Ante los ojos azules del pequeño príncipe las espinas comenzaron a desaparecer y el orbe se esfumó en sus manos.  El reino  suspiró de alegría y le dedicaron una fiesta al joven príncipe por olvidar su egoísmo y salvarlos a todos.

El panadero personalmente…

-¡Ya basta! – Levanté mi vista del libro – Taemin, detente, por favor detente.

-¿Hermano? – Miré ese rostro lloroso y volví a mirar la imagen del libro, todos sonreían y festejaban al príncipe.

-No Taemin – me quitó el libro – no sigas. – Su traje negro me rodeo y abrazó, a diferencia de mi libro en ese lugar, todos lloraban, no había colores ni cielo despejado. Era un cuarto cerrado y todos nos daban el pésame. – No puedes desear como el príncipe, por favor no sigas leyendo.

Miré otra vez alrededor, mi hermano seguía hincado a mi lado. Lloraba mucho y se acurrucó en mi hombro para empapar mi traje también negro con sus lágrimas. Volví a ver el libro a mis pies y luego puse mi mano en la espalda y empecé a hacer pequeños círculos en su espalda.

-Todo estará bien hyung – dije abrazándolo muy fuerte. Me preguntaba cuándo iba a llorar yo, después de todo estaba en el funeral de mis padres y solo tenía 5 años.

 

 

El sol apareció en mi ventana y me llenó el rostro otra vez, me giré para evitar la incomodidad.

-¡Taemin si llegas tarde a la escuela te tocará trabajar el fin de semana! – El grito que provenía de la tienda debajo de mi cuarto.

-¡Ya voy Hyung! – Respondí gritando y arrastrándome para salir de la cama. Salí a gatas como si fuera de gelatina y llegué hasta al closet donde me paré jalándome de la manija.  Tome mi uniforme fui al baño y lavé mi rostro. Me cambié y bajé corriendo mientras hacía un estruendoso sonido en las estrechas escaleras de madera.

-Ya era hora – mi hermano dijo  mientras entraba a la tienda  y pasaba junto a él para ir a la cocineta junto a la oficina. Me detuve frente al refrigerador por el que pasé. Sonreí al ver el contenido y lo abrí para sacar una botellita de leche de plátano.

-Se supone que esas son para vender – dijo mi hermano mientras leía el periódico. Me lo decía siempre, pero nunca me detenía.

-¿Qué hay de desayunar? – Pregunté dirigiéndome a la cocineta.

-No mucho- dijo mi hermano aun clavado en el periódico – tendrás que conformarte con arroz y sobras de anoche. – Abrí el pequeño y viejo refrigerador para sacar algunos contenedores con las sobras de la cena. Cerré la puerta y  me quedé observando el calendario, ya era esa fecha, me llenaba de alegría.

Miré el reloj y me apresuré a desayunar, luego volví a subir  por mi mochila y lavar mis dientes. Cuando bajé de nuevo mi hermano seguía en el mismo puesto detrás del mostrador aún muy entrado en el periódico. Salté a su espalda y lo abracé por el cuello.

-Felices tres años – dije casi asfixiándolo.

-Está bien felicidades, pero ya déjame respirar.  – Me bajé lentamente y luego el giró su vista – Esta noche cocinaré algo especial, tienes que estar temprano o le daré tu cama al gato – yo solo asentí riéndome y salí corriendo por el pasillo con los estantes llenos de productos.

-Nos vemos en la tarde hyung – dije mientras abría la puerta y me giraba para despedirme.

Era muy feliz, ya teníamos 3 años de felicidad.  Nuestro pasado no había estado tan bien pero ahora todo se veía mucho mejor. Tras la muerte de nuestros padres Joonmin y yo fuimos enviados a un orfanato  ya que en nuestra familia nadie nos quiso. Al principio pensamos que todo estaría bien si nos quedábamos juntos, pero fui adoptado rápidamente.

Me separaron de mi hermano y me metieron en un casa lujosa de una pareja que no podía tener hijos. No supe por qué no se llevaron a mi hermano conmigo, pero muchos decían que era porque ya tenía 10 años y las personas buscaban a niños más pequeños.

Aun así solo pasó un tiempo corto para que me mandaran a otro orfanato porque era muy callado y a la mujer no le gustaba como la veía. Nunca entendí a esa pareja.

Pasé mucho tiempo viviendo en ese lugar lejos de mi hermano. Una trabajadora social trató de regresarme al otro lugar para que me animara un poco, pero estaba lleno y no se podían dar el lujo de aceptar más niños.

Así que pasé de casa en casa por un tiempo, viví toda mi infancia en el sistema. A veces prefería estar en el orfanato porque ahí por lo menos seguía en la escuela y no incomodaba a nadie. No vi a mi hermano hasta que empecé la secundaria.

Un día mientras que salía el estaba esperándome afuera, tardé en reconocerlo pero me alegré mucho cuando averigüé que se trataba de él. A él también le costó trabajo, no esperaba que hubiese crecido tanto y hubiese cambiado el color de mi cabello.

Desde ese día nos juntábamos para vernos por las tardes, el tenía un trabajo decente  y estaba por terminar la preparatoria. Me sentía otra vez en mi familia, pero aun así tenía que seguir viviendo en el orfanato.

Cuando mi hermano cumplió la mayoría de edad empezó a hacer todos los trámites posibles para adoptarme. Sabía que tenía una pequeña tienda y una casa, además de que ya ganaba bien. Las personas del orfanato no estaban seguros de si era una buena idea, pero yo ya tenía casi 14 años y no era fácil que las personas adoptaran a un adolescente.

Apelaron por mí y dijeron que se trataba de mi propio hermano y el sistema era el que nos había separado. Así que le tomó un poco más de un año y medio pero otra vez estábamos juntos.

Y desde entonces celebrábamos ese día, como el primero de nuestras nuevas vidas. Y lo era después de eso entré a la preparatoria, hice amigos, todo se volvió más ameno y teníamos mucho que hacer por la tienda.

Cuando menos lo noté ya me encontraba frente a mi librería favorita a unas cuadras del colegio.  Me había perdido en los recuerdos de mi fastidioso y raro pasado.  Miré desde el cristal y noté algo que llamó mi atención al instante.  No pude contenerme y corrí al interior.

-¿Me preguntaba cuando te aparecerías? – La chica que acomodaba varios libros en  los estantes me dijo mientras miraba embobado en donde se encontraban los nuevos libros.

-Buenos días noona – dije haciendo una reverencia – ¿Qué no salía hasta finales de mes? – Pregunté señalando el libro de pasta azul y con un bello dibujo en la portada.

-Lo adelantaron por la firma de libros – dijo avanzando hasta donde yo estaba – apenas salió ayer en la tarde y ya vaciaron la mitad del estante. Y eso es porque nadie esperaba que saliera aun.

-Yo apenas venía a apartar el mío – dije con tristeza al no enterarme de la noticia. Se suponía que era mi libro favorito.

-No te preocupes por eso – dijo guiñándome un ojo y me dejó confundido. – Aunque aun no entiendo porque te gusta tanto estos libros, ya estás algo grande para leer estas cosas.

-Son asombrosos noona, están llenos de imaginación, los lugares son más que irreales y las ilustraciones asombrosas – dije orgulloso tomando el libro empaquetado para ver la contraportada. Adoraba los libros de fantasía, aunque esta colección era considerada como infantil debido a las ilustraciones y al lenguaje amistoso.

-Deberías estar leyendo novelas de misterio o algo más  – dijo dándose la vuelta – la verdad no se que lean los jóvenes de hoy, creo que ya ni leen ¿No quieres leer los Cazadores de Sombras, Crepúsculo o alguna otra de vampiros? – Me reí en el momento.

-Sabes que no me gustan esas historias, bueno los Cazadores de Sombras me entretienen un poco, pero Crepúsculo,  sabes que moriría si vuelvo a leer esa cosa. – Ella se rió también, sabía perfectamente que no me interesaban esas historias, las leía para ver que causaba tanta conmoción  pero creía que eran desastres.

-Te entiendo nadie se le acerca a los talones de mi Anne Rice – Noona era toda una adicta a las historias de vampiros y ocultismo. Seguía buscando el Necronomicon y las brujas – pero tú sigues con tu Diana Wynne Jones e intentas descubrir secretos de tu absurdo Harry Potter – también le molestaba que Harry Potter tuviese tanto éxito, pero a mí me gustaba el mundo fantástico que había narrado J.K. Rowling, que aunque no tenía conocimientos literarios te atrapaba.

-Ya déjame, la última vez compre tú tan preciado Señor de los Anillos y el señor Tolkien me dejó más que confundido – La verdad los libros eran buenos, pero no eran mi estilo, me gustaban las historias simples que no te hacían pensar tanto y te transportaban a mundos fantásticos.

Después de nuestra misma discusión de todas las mañanas sobre los libros populares que nunca abandonaban las repisas hablamos de los nuevos no tan populares, Ken Follet, algunos Latinoamericanos que hasta hace poco habían sido traducidos al coreano (me refiero a Gabriel García Márquez ) y otros autores de Corea.

En especial de mi autor favorito de esa serie de libros de fantasía y con un excelente ilustrador.

-Por cierto el chico que ilustra ese libro, hizo un mural para el departamento de Medio Ambiente – la miré asombrado, a ella no le gustaban esos libros infantiles, pero amaba buscar datos curiosos – Luego podríamos pasar a verlo.

-Claro noona – mi noona era tan linda conmigo, desde que llegué me trató muy bien. Sabía que estudiaba en la universidad pero estaba todas las mañanas antes de sus clases y todas las tardes después de terminar en la librería, escondida en un rincón leyendo.

-Ahora ya vete, quedan 5 minutos para que llegues a clases – miré mi reloj y era cierto, había pasado tanto tiempo en la librería que ya casi era hora.

Me despedí y corrí a clases. Otro día lleno de fórmulas, escritos, estudios de idiomas, historia y educación física. Cansado y fastidiado llegué al club de baile, mi único alivio.

La verdad me terminó gustando mucho, nunca pensé que se me diera bailar, pero ahora que lo sabía lo disfrutaba bastante y tenía buenos amigos en eso también. De hecho me alegraba que fuera obligatorio estar en un club en esa escuela y que el club de literatura hubiese cerrado, si no nunca hubiese encontrado mi verdadera pasión.

-¿Taemin ahora no vas a ir con tu novia de la librería? – Me preguntó un chico al salir del club.

-No es mi novia y hoy debo volver pronto con mi hermano – dije mientras sacaba mis zapatos de los cajones para cambiármelos.

-Lástima, ya es hora de que salgas – dijo otro ya en la puerta – por eso te tachamos de inocente todo el tiempo – lo ignoré y luego miré al que me había preguntado.

-¿Querías algo de la librería? – A veces les gustaba pedir cosas que les daba pena comprar con noona, porque era bonita pero de todos modos querían sus extrañas revistas.

-Mi novia me encargó un libro – eso me asombró – pero no sé mucho de eso.

-¿Cuál es el nombre? – Ante mi pregunta el sacó un arrugado papel de su pantalón y lo comenzó a abrir.

-Las hadas de cristal, de la serie de La batalla de Arlequia – abrí grandes los ojos, no podía creer que alguien más leyera ese libro -¿Sabes cuál es?

-Sí, es mi libro favorito – contesté contento, tal vez algún día podría discutir de ello con la chica.

-Vaya vaya, al pequeño Taemin le gustan las hadas.

-El pequeño Taemin es más alto que tú – contesté ante su burla – podemos pasar ahora mismo, se estaba agotando muy aprisa, con suerte encontraremos una copia – dije y el accedió a ir conmigo en este momento. Tenía que ir con mi hermano, pero no quería dejar a la chica sin esa copia, posiblemente yo no podría tener la mía hasta finales de mes.

Pero para nuestra sorpresa cuando llegamos ya se habían agotado.

-Lo siento – dije algo triste.

-Está bien, era difícil desde un principio, por eso ella me lo pidió, pero se moría por ir a esa firma de libros, creo que tiene una extraña fijación con el autor. Dicen que será la primera vez que muestre su rostro – asentí contento, parecía que no era el único que conocía estos datos. Hablamos un poco más sobre el tema y luego él tomó otro camino. Nos despedimos de esquina a esquina y corrí de regreso a casa.

Mi hermano pasó a la cocina cuando llegué y me puse en su lugar a atender a los clientes y mover cosas de la bodega,  por las tardes me gustaba ayudar por eso siempre recogía mi algo largo cabello rojo en una  coleta y me ponía mi playera sin mangas para hacer las descargas con el mandil con el logo de la tienda.  Joonmin siempre se esforzaba demasiado por mí.

-Gracias Halmoni- dije devolviéndole el cambio de la registradora.

-Taemin ya está todo listo, hora de cerrar – mi hermano salió de la cocina – Buenas noches Halmoni.

-¿Van a cerrar tan temprano? – La abuelita nos veía confusos, abríamos muy temprano y cerrábamos muy tarde.

-Si, Halmoni, disculpe las molestias pero hoy celebramos – dijo con una reverencia.

-Omo, es cierto, aigooo, aigooo, casi lo olvido, el pequeño Taemin ya tiene tres años aquí, en ese caso muchas felicidades – la señora salió rápido. Nuestros clientes comunes sabían que hoy celebrábamos más que nuestros cumpleaños o cualquier otra cosa.

Comimos mis platillos favoritos, reímos un rato con la televisión y las extrañas historias de mi hermano de las personas más locas que entraban a la tienda. Luego le entregué mi regalo, siempre me decía que fuera práctico así que le regalé calcetines y un par de pantalones nuevos.

Luego me dio mi regalo, que me asombró bastante en una caja de zapatos estaban unos tenis coloridos, eso me asombraba por lo general no gastaba dinero en caprichos como yo.

-Son para que bailes – dijo con una sonrisa –y este es mi agradecimiento por toda la ayuda – dijo con otro regalo, si rostro se iluminó, esa forma y tamaño correspondían a un libro, así que lo abrí rápido – era un libro, pero no cualquier libro era el de Las Hadas de Cristal.

-Gracias Hyung – mis lágrimas de felicidad estaban por salir, no podía creerlo, supuse que tardaría en tenerlo. Y ahora mi hermano me lo regalaba.

-Te lo mereces – dijo moviendo acariciando mi cabeza – si no fuera por tus historias me hubiese costado trabajo superar la muerte de nuestros padres y tu mundo de fantasía siempre nos acompañó en cada paso – no pude evitar abrazarlo de felicidad – tranquilo, no lo vayas a maltratar, no puedes llevar un libro maltratado a la firma del viernes – lo miré aun más asombrado y lo abracé más fuerte.

-Gracias, gracias, gracias hyung – mi felicidad era enorme, parecía que vería a mi autor favorito.

 

 

Y así fue como había conseguido un lugar en esa larga fila, estaba lleno de niños y por alguna extraña razón chicas, muchas chicas.

-Me asombra la cantidad de chicas que hay – el chico de delante de mí me habló.

-Tienes razón Hyung, nunca antes pensé que tendría tantas fans de preparatoria – dije mirando hacía los dos extremos de la fila.

-Inclusive hay algunas ajummas  – dijo mirando a unas mujeres que hablaban con un tono alto y también traían libros, pero no parecían traer niños – a lo siento, mi nombre es Kim Kibum, pero todos me dicen Key – extendió su mano y yo lo saludé formalmente. Era un chico hermoso con finas facciones y mirada alargada. Cabello con un estilo muy original y su ropa demostraba que no era poca cosa, sus zapatos coloridos, pantalones de diseñador pero modernos y su chamarra original llena de brillos. Además traía colgando unos lentes negros bastante únicos.

-Me llamo  Lee Taemin, mucho gusto – dije después de analizarlo un poco.

-Es bueno ver otro chico por aquí – me dijo con una sonrisa – pensé que sería el único.

-Lo mismo pensaba, pero es mi autor favorito, no deseaba perdérmelo – dije contento abrazando mi copia contra el pecho.

-El tuyo también, lo amó, me he basado en algunos de sus pasajes para mis diseños, incluso adoro al ilustrador – sonreí al ver más personas que pensaban como yo – ¿Te digo un secreto? – Me acerqué al chico para que me dijera, por alguna razón sentía confianza con él – el ilustrador también estará aquí hoy.

-¿Enserio? – Levanté la voz y todos me voltearon a ver en especial Key con una mirada de enojo – lo siento – dije bajito.

-Lo que pasa es que van a hacer un importante anuncio, por eso decidieron mostrar  la cara del autor por fin, aunque ya había lanzado 5 libros – parecía que él sabía muchas cosas que yo no.

-¿Cómo sabes tanto Kibum?- Pregunté algo asombrado.

-Aun no te puedo decir el por qué, pero te lo diré después del anuncio.

De un momento a otro abrieron las puertas de la sala de conferencias de ese lujoso hotel, pasamos de forma ordenada, pero algunas chicas se empujaban. Yo entré revisando la sala  era amplia e inclusive había una gran cantidad de prensa en el interior.

-Parece  que el anuncio si va a ser muy importante – Kibum me dijo y lo volteé a ver.

Luego un montón de gritos se hicieron presentes, miré a todas las chicas que gritaban a nuestro alrededor y armaban alboroto.

-Vaya con que esa es la razón por la cual había tantas chicas – dijo Kibum.

-¿Cuál es hyung? – Lo miré confundido.

-Dime Key – luego señaló al frente, donde  tres personas entraban saludaban y se sentaban en el pódium donde se llevarían a cabo las firmas – el autor es bastante guapo – tenía razón el autor era un chico alto con cabello negro y ojos grandes, se veía bastante bien.  –Aunque el ilustrador se ve muy lindo y simpático – también tenía razón el chico de al lado tenía una amplia sonrisa y ojos pequeños pero sonrientes.

Seguí comentando con Kibum sobre todo lo que pasaba, estaba contento de estar con alguien ese día, cuando llegó su turno para firmar se veía demasiado emocionado.

El chico lo saludó y luego firmaron, luego le dio la mano y sonrió. Lo mismo hizo con el ilustrador, el cual parecía más amable. Me había dado cuenta que con los niños era al revés que mi autor era más amable y atento mientras que el chico sonriente apenas y se les acercaba.

Por fin fue mi turno, moría de emoción, creí que mi corazón se detendría en ese momento.

-Buenas Tardes –sonrió para mi, mientras entregaba mi libro.

-Buenas Tardes  – respondí mientras que firmaba.

-Me alegra ver que también tengo lectores como tu – me dijo entregándome el libro ya firmado – toma, muchas gracias por venir.

-No gracias a usted – dije tomando el libro y sujetando su mano. Luego pasé a su lado.

-Hola ¿Qué tal? – Dijo el artista, parecía mayor que el chico alto e inspiraba confianza.

-Mucho gusto – salude con una reverencia y le entregué mi libro.

-¿Cuál es tu escenario favorito? – Me preguntó con una amplia sonrisa – quiero saber donde debo firmar.

-Me encanta la selva perdida de Falancia – dije muy contento – pienso que fue el mejor  de tus trabajos en este libro, aunque amé más la cascada de los destellos en el país de Gunamo – me asombré mucho de que hablara tanto y tapé mi boca – lo siento – me sonrojé bastante en ese momento. Noté que ambos me veían y luego se miraban entre ellos para sonreír.

-Bien en Falancia será – dijo aun sonriendo y firmó con gran destreza – me alegra que mencionaras justamente en los dos escenarios que me tardé más en crear, fueron un arduo trabajo. Me alegra que se pueda notar – me sonrió y saludo y así fue que bajé con la ilusión invadiéndome por completo.

-¿Qué tanto te dijo? – Preguntó Kibum cuando bajé del pódium.

-Sobre cuales ilustraciones se había esforzado más – dije contento sin que Key entendiera de que hablaba.

Nos quedamos un rato más viendo las firmas y discutiendo que nos gustaba más sobre los 5 libros.

-Debí tomarme una foto con ellos como esa chica – ahora Key hacía berrinche mientras veía a las últimas chicas pasar.

-No temas Key hyung, la próxima vez nos sacamos una foto – dije muy contento por haber conocido a mi autor favorito, pensando que no sería la última vez, vendría a que firmara cada uno de sus libros.

Pero en ese momento empezaron a realizar el comunicado de prensa, dijeron los futuros planes de ambos, la fecha para el sexto libro, unas reseñas del autor y el ilustrador y al final anunciaron que se realizaría una película, miré a Kibum asombrado, pero era obvio que el ya lo sabía.

-¿Cómo lo supiste? – Pregunté recordando que me lo diría tan pronto lo anunciaran.

-Pues me encargaron realizar todos los vestuarios – me dijo cerca del oído muy orgulloso del papel que debía desempeñar – como mencioné que varios de mis diseños se inspiraban en los libros a mi casa de diseñador le encargaron todos los trajes.

-Eres asombroso Kibum – dije con los ojos muy abiertos, me llenaba de alegría de conocer la persona que haría los vestuarios, de saber que habría una película y la firma. Se volvía un día cada vez mejor, no se comparaba con nada a mi pasado.

Kibum y yo salimos juntos a comer algo a un café y seguíamos hablando muy entusiasmados, luego me acompañó hasta mi casa, aunque no era tan tarde deseaba seguir hablando con alguien sobre esto. Pasamos por las calles, asombrado porque me decía que también vivía en esa zona pero en el área de los departamentos.

-Aquí adelante está la tienda de mi hermano – dije contento caminando por la estrecha calle.

-De verdad es muy cerca de mi casa – me dijo viendo de un lado al otro – ¿También vas a la librería que está cerca de la preparatoria verdad? –  Me preguntó reconociendo el camino y solo asentí asombrado.- Ya sé porque te me hacías conocido.

-¿Me habías visto antes? – Pregunté muy curioso.

-Solo un momento con Hyori Noona – dijo riendo y luego se quedó estático, como si se hubiera vuelto de piedra.

-¿Kibum? – Intentaba que reaccionara pero alguien me llamó.

-¡Taemin, ya volviste¡ – Miré atrás y vi al lechero cerrando su camioneta – ¿Cómo te fue con eso de las hadas de los caramelos en el bosque de arcoíris e unicornios?

-Es “Las hadas de cristal, La batalla de Arlequia” – dije molesto – ¿Vienes a hacer  la entrega Jonghyun?

-Claro como todas las tardes con crema, queso, mantequilla y leche de verdad, productos naturales y artesanales – siempre hablaba como si fuera un anuncio ambulante. – Tu hermano dijo que estabas muy emocionado con la firma del libro.

-Claro fue asombroso e inclusive conocí a Key – dije y recordé al chico paralizado a mi lado – Kibum ¿Estás bien? – Aun tenía la mirada perdida, en ese momento Jonghyun se volteó y avanzó hasta nosotros.

-Buenas Tardes – saludó con su sonrisa – pero si es el joven Kim – dijo mirando atentamente a mi amigo.

-Buenas Tardes – saludó algo trabado, pero parecía que había recobrado los sentidos.

-Gracias por estar con el pequeño Taemin, tiene gustos muy raros – dijo Jonghyun y lo golpeé en señal de que no me agradaba que dijera que mis libros eran raros, como siempre.

-La verdad tenemos gustos muy parecidos – dijo mirándome – me alegró hacer un nuevo amigo.

-Muy bien, estoy muy contento. Ahora me debo ir, aun me faltan pedidos – Jonghyun se acercó a la camioneta – Nos vemos mañana joven Kim, le llevaré su leche temprano, adiós Taemin – arrancó la camioneta y se fue. Key seguía estático en ese lugar.

-¿También Jonghyun reparte a tu casa? – Intenté hacer una broma por lo sucedido pero parecía muy ido para que Key me hiciera caso.

-Si todos los fines de semana –dijo con la mirada perdida.

-¿Y desde cuando te empezó a gustar? – Pregunté molesto porque aun no me ponía atención.

-Creo que desde el primer día que lo vi, ya van dos años –  siguió en su mundo de fantasía por un momento y luego reaccionó en sus palabras – no espera, no me gusta, lo que pasa es…

-No sigas Kibum, es más que obvio – dije riendo – te enamoraste del lechero – no podía parar de reír.

-Que pesado Taemin –dijo molesto – sabes qué, ya me voy – y se fue sin más. No me dejó ni siquiera presentarlo a mi  hermano, ni su teléfono, ni nada, tal vez no debí burlarme de él.

 

Cuando entré a la tienda mi hermano me interrogó y luego cenamos, pasé a mi cuarto contemplando aquellas dos perfectas firmas. Primero vi la del chico gracioso con una gran sonrisa, decía Lee Jinki, no como en todas las esquinas de las ilustraciones donde decía Onew. Me había dado su verdadero nombre, me moría de felicidad. Luego pasé a las primeras para ver la firma que más había deseado.  Y ahí estaba con letras grandes y negras Choi Minho, contuve un gritillo de emoción y abracé el libro con fuerza. De verdad había sido el mejor día de mi vida.

Comencé a sentir cansancio mientras abrazaba aquel libro y dije medio adormilado.- Que los vuelva a ver pronto, que los vuelva a ver pronto, que los vuelva a ver pronto. – Tras estas palabras el sueño me ganó, las emociones de esa tarde me habían agotado por completo.

Continuará…

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