Archivo mensual: octubre 2013

Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 07+

07.- Y la noche escarlata

 

-Gracias Taemin, ya puedes ponerte la camisa – el profesor me había analizado rápidamente después de que se le pasó el asombro causado al ver la marca – ¿Nos dejarías un momento a solas? – ahora me volteaba a ver mientras Jinki afirmaba con su cabeza permitiéndome salir.
-Está bien, tomaré algo de agua – dije con mi sonrisa y salté de la mesa, desde que había visto a esa cosa hace unas horas el dolor había desaparecido, pero mi preocupación había aumentado, tendría que hacer algo rápidamente.
-Sabes Onew – sonreí, parecía que el profesor y mi hermano eran muy buenos amigos – los humanos marcamos aquello que nos pertenece – ya habían empezado su plática sobre mí, se suponía que no debía escuchar pero la curiosidad me mataba – por ejemplo marcamos las reses con las iniciales de nuestra familia con un proceso muy doloroso para el animal. En África los animales son adornados con la pintura de las tribus y en la India ocurre lo mismo con los elefantes
-¿Entonces esa cosa marcó a Taemin como su pertenencia? – Grandioso yo le pertenecía a ese demonio desde pequeño, lo que me faltaba -¿Pero por qué la marca crece?
-Creo que indica la pertenencia y control que tiene sobre tu hermano, entre mayor sea la marca más de él le pertenecerá – se volteo y tomó unos papeles del escritorio – también revisé su salud y es un triste panorama Jinki – sostuve el aliento al oír estas palabras.
-¿Qué pasa? – el rostro de mi hermano se llenaba de miedo.
-Parece que esa marca también le va quitando su vida de forma gradual, su corazón no late como antes y deseo hacer análisis para ver su sangre, temo lo peor…
-¿Qué es lo peor? – Jinki se acercó lleno de miedo mientras el profesor lo veía con ojos de súplica.
-Está por dejar este mundo – dijo agachando la cabeza, parecía que le dolía bastante – necesitamos la ayuda de un experto, llamaré en este mismo instante – era obvio que no le gustaba ver sufrir a mi hermano. Por alguna razón lo sabía, siempre supe que esto pasaría desde que había hecho el trato, pero no deseaba preocupar a nadie. Ahora debía formar un nuevo plan… Un ruido detrás de mi hizo que volteara y pude ver un libro sobre el sillón.
Me acerqué al libro y lo sostuve con suavidad, no recordaba haberlo visto en ese lugar, pero luego me fijé en la página que se encontraba, en ella había el dibujo de una mujer desnuda con piel verde unida a un gran monstruo por una cadena.
Decidí leer, algo me invitó a hacerlo, era un cuento corto dentro de un libro con una portada de una chica árabe.
-Las mil y una noches – leí el título, conocía ese libro, en especial por algunas historias como la de los 40 ladrones y la lámpara mágica, pero esta era completamente diferente.
Dos hombres caminaban con un destino fijo y en el camino se encontraban a un enorme demonio el que tenía una mujer demonio danzando alrededor de él y unida por una cadena a su cintura. Por temor a la mujer demonio obedecieron sus palabras y lo hicieron con ella, después de que terminaron todos rendidos en el suelo cercas del gran demonio la mujer demonio les pidió sus anillos y los agregó a una argolla con cientos de ellos.
La demonio lo dijo claramente – estas son todas las veces que lo he engañado – los hombres se fueron con una moraleja bastante extraña, simplemente no esperaba leer algo así, pero me recordó a la chica del parque, gracias a ella me había salvado de Minho (como mi madre llamaba a eso).
Flash Back
Esa cosa me jalaba por el parque, mientras yo intentaba zafarme, parecía muy molesto, era obvio que lo había insultado al gritarle, pero por lo general solo me asustaba un poco y seguía molestándome.
-¡Ya basta!- Gritaba mientras me seguía jalando, parecía que no había nadie alrededor -¿A dónde me llevas? – Me dolía mucho la muñeca, estaba presionando con mucha fuerza.
-A divertirnos, no puedo tener un delicioso bocadillo conmigo y no sacarle provecho – su voz ahora tenía el tono normal, me calmé un poco pero aun me aterraba la idea de lo que estaba pasando, tal vez lo mejor era no hacerlo enojar nunca. Quería llorar, pero nunca lo haría en su presencia.
-Vaya, vaya, con que tienes uno nuevo – una voz junto a un árbol nos hizo voltear.
-A ti no te importa que tenga o no tenga – Minho contestó de forma retadora y ante nuestros ojos apareció una chica con una cadena que amarraba su cintura.
-Tienes razón, no me importa – dijo avanzando hacia nosotros – pero tu afición a los seres puros me da asco – dijo acercándose un poco más y deteniéndose por la cadena que la jalaba.
-¿Qué quieres? – Otra vez su voz seguía con ese tono molesto y luego vi como la chica trataba de acercarse y sentí el jalón que me ubicó detrás de su espalda.
-Te están buscando – dijo tranquilamente dándose la vuelta – ya pasaste mucho tiempo en el mundo de los humanos, es obvio que te llamarían tarde o temprano.
-Entonces ya voy. Y deja de estarte paseando por ahí – dijo con una sonrisa de lado – o podría contarle y estarías en problemas – la chica lo miró molesta y desapareció al instante.
-Lastima, yo estaba por disfrutar de algo delicioso – dijo molesto y luego volteo a verme – te dejaré un adelanto, no quiero privarte de ese placer – lo veía bastante confundido. Pero antes de darme cuenta ya estaba en mi rostro y presionaba sus labios con los míos, el movimiento era demasiado, sentía como su lengua intentaba hacer presión para abrir mi boca. Empecé a empujar y golpear mientras que cerraba con más fuerza mis dientes, pero su fuerza era demasiada y sostenía mi cintura sin problemas. Terminó abriendo mi boca, y su larga lengua jugaba dentro de ella, seguía golpeando y empujando, lancé un pisotón pero nada, el continuaba robándose mi respiración y lastimándome con sus filosos dientes. Me mordió por última vez el labio y sentí el sabor a sangre en mi boca, luego él se dedicó a lamer la herida. Soltó un quejido separándose un poco, era algo repugnante y erótico la forma en que disfrutaba mi sangre.
-Sabes demasiado bien, lo sabía, creo que en el futuro me será más difícil contenerme ahora que te he probado – lijo lamiendo una última vez mi barbilla y soltándome con delicadeza, mientras tomaba un profundo respiro bañado con mi aroma, lo odiaba, de verdad llegaría a odiarlo con todo mi corazón – me voy por ahora – se volvió a acercar provocándome un escalofrío – pero cuando regrese terminaré lo que empecé.

Tan solo recordarlo me provocaba nauseas, de verdad esa chica, fuera lo que fuera me había salvado. Podría ser como la mujer del cuento. Era demasiado raro, la infidelidad ocurría a aquel que era más posesivo y le daba menos libertades a su pareja, creo que ese era la moraleja de la historia. Aunque estaba llena de simbolismo y significado.
-¿El quería hacer eso conmigo? – La duda en forma de afirmación inundó mi cabeza y me quedé paralizado, me tardé mucho en darme cuenta que era lo que había pasado en el parque, tal vez si era demasiado inocente – pero él es un chico – me dije intentando sacar esa idea escalofriante. –El no es un chico, es un demonio – por fin lo veía, él quería hacer eso y yo no me había dado cuenta y cuando volviera las cosas se pondrían peor. Solté el libro del susto.
-¿Taemin estás bien? – Jinki estaba ahora frente a mí y me empezaba a sacudir para que reaccionara.
-Si hyung estoy bien – sacudí la cabeza para recobrar el conocimiento. Lo estaba preocupando de nuevo, eso era lo que menos deseaba, se suponía que yo me encargaría de todo – solo estaba leyendo.
-¿Qué leías? – Jinki me veía asombrado.
-Las mil y una noches – contesté con una sonrisa. Después de eso nos despedimos del profesor y salimos de su casa de forma tranquila, era obvio que mi hermano no deseaba preocuparme.
-Hyung – lo llamé sosteniendo su mano y el solo se sonrojó un poco, mi hermano era demasiado tímido incluso conmigo -¿Las mil y una noches son recopilaciones de cuentos verdad?
-Si Taemin – siempre que me daba una lección o enseñaba algo se tranquilizaba, era como una super enciclopedia, de verdad admiraba mucho a mi hermano – de hecho creo que son historias de India, China, Persia, Siria y Egipto. Todas ellas de diferentes lugares, por eso es un libro importante.
-¿Eso quiere decir que algunas de esas historias fueron reales? – Tan pronto pregunté esto mi hermano apretó mi mano con fuerza, era obvio que podían serlo, si lo que me estaba pasando era real, las historias de ese libro también estaban llenas de demonios.
-Puede ser – dijo dando un leve suspiro – pero en la mayoría de los casos la astucia del hombre derrota a los demonios – era obvio que en otros no, por eso se entristecía – pero sabes – ahora me volteaba a ver con su gran sonrisa – Sherezada es una chica asombrosa – se detuvo y acomodó mi cabello – su astucia hizo que siguiera contando estas historias para que el rey no la matara y manteniéndolo interesado por mucho tiempo logró vivir una larga vida y feliz como reina. Nunca vio la muerte como una opción – era obvio que mi hermano sabía de mi plan. Pero no importaba que hiciera, ya estaña decidido, posiblemente Sherezada era muy astuta desde el principio y yo demasiado torpe.
-Hyung, vamos más rápido – dije al ver como Jinki seme quedaba viendo con algo de lástima y tristeza – creo que hoy cenaremos pollo – me adelanté un poco y dije esto gritando mientras saludaba con mi mano. La respuesta fue inmediata por que el corrió tan aprisa que me costó seguir su paso.

Pasaron días tranquilos sin eso cerca el dolor estaba presente, pero todo era mucho mejor.
-Ya no lo soporto Taemin- Jonghyun me había sacado del salón bastante molesto y ahora me empujaba hasta la azotea.
-¿Qué? – Pregunté torciendo la cabeza.
-Han pasado dos días y eso sigue en mi casa – dijo pareando una roca del techo.
-¿Eso? ¿Key? – Parecía que las cosas no seguían muy bien, esperaba que para este momento Jonghyun aceptara a Kibum.
-Si la cosa que se parece a Key, me va a volver loco – puso sus manos en la cabeza y empezó a jalar si cabello.
-¿Por qué? – Pregunté casi riéndome, me dolía mucho dejarlos juntos, pero era parte de mi plan y sabría que Jonghyun lo amaría como antes, pero se sentía tan bien verlo sufriendo por eso, alimentaba mi ego, pero ahora debía solucionar este problema. Debía unirlos rápidamente para desaparecer de este mundo y todos estuvieran bien, no quería arrastrarlos conmigo.
-Limpia todo el tiempo, se la pasa regañándome, continuamente critica mi ropa, compra muchas cosas inclusive ropa para él, no puedo evitar que salga, cocina para mí, me arropa en la noche – lo miré confundido y traté de decir algo – espera hay más, trata de no molestarme y sale de la casa cuando me enfado, se porta demasiado amable conmigo a veces, insiste en que quiere verte y sigue teniendo esos ojos y esa voz – deseaba reír, pero debía contenerme – ¿No es lo más horrible que puede pasar? – No aguanté más y solté la potente risa.
-Jonghyun, estás describiendo a Key de toda la vida – dije riendo con tal fuerza que tuve que sostener mi estómago para suprimir el dolor – Key está siendo Key como siempre, de hecho me alegra bastante.
-No te rías Taemin, mi problema es que eso es demasiado como Key – dijo dándome un golpe en la cabeza – no sé cuánto tiempo más podré soportar viendo a este Key sin pensar que es el otro – se sentó algo triste en el borde recargándose en la maya de seguridad.
-¿Por qué no quieres pensarlo? –Dije sentándome junto a él, convencerlo de que era Kibum era el primer paso para que ellos estuvieran juntos.
-Porque no quiero dañar al otro Key, el siempre fue importante para mí, de hecho creo que…
-Lo amabas – lo interrumpí al ver que se empezaba a trabar. El solo asintió y luego comenzó a llorar, de verdad era muy sensible, eso también me gustaba de él.
-Perdóname Taemin – ahora consideraba mis sentimientos, de verdad era muy especial, Key era un chico con suerte y Jonghyun también, eran el uno para el otro, me sentí mal por tardarme tanto tiempo en darme cuenta.
-No tienes que disculparte – dije acercándome y acostándome en su hombro, me gustaba su suave aroma, pero ahora olía a ropa limpia y suavizante, Kibum también lavaba su ropa, sonreí contento – siempre lo supe.
-Creo que fui el único idiota que no se dio cuenta – dijo recargando su cabeza sobre la mía.
-Yo creo que Kibum no lo sabe – dije viendo hacia el frente – nunca dejé que se enterara, a veces soy muy posesivo – dije riéndome, esperando el perdón de mis amigos.
-Está bien, posiblemente el no sentía lo mismo por mi – dijo levantando su cabeza y volteó a verme con los ojos llorosos.
-Sigues siendo bastante tonto – dije dándole un golpecito en el hombro- no cualquier chico vuelve de la muerte para estar al lado de la persona que ama.
-¿Key volvió por ti? – Me preguntó asombrado y me paré molesto mientras de la daba un coscorrón.
-Demasiado tonto Jonghyun – le dije alejándome – ¡Es obvio que volvió por ti! – grité desde la puerta hacia la escaleras dejándolo con los ojos muy abiertos en esa azotea.
Salí de clases aprisa, quería ir a ver a Key antes de que Jonghyun regresara a casa. Lo bueno es que hoy tenía ensayo en su club, pero cuando llegué algo andaba mal, sentí como el dolor de mi pecho disminuía y esa voz sonaba por el pasillo al departamento.
-Creo que es hora de que hagas tu parte del trato – esa horrible voz estaba en su modo odioso, me acerqué a la puerta.
-Ya te dije que no pienso hacerlo – dijo Kibum algo molesto y escuché como se rompió un plato.
-Tú eres mi pertenencia y si te digo que te deshagas de Onew deberás hacerlo, o es que acaso no quieres que Taemin se aleje sin dolor para que puedas estar con Jonghyun, se que no le harías algo a ese chico.
-No quiero – empezaba a llorar – no quiero – vi a Kibum tirarse en el piso – no pienso hacerlo.
-Tu lujuria te ha llamado estos día, no podrás resistirlo por mucho, por eso eres un ser perfecto, al final no pensarás en los demás, solo en ti mismo y te desharás del hermano de tu amigo sin problema.

Categorías: Tu mirada en la obscuridad | Etiquetas: , | Deja un comentario

Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 06+

06.- Tu cuerpo me hace falta

Un fuerte dolor inundó mi pecho ese ardor volvía y con mayor fuerza que antes. Me empecé a presionar el pecho intentando detener el dolor ya que este avanzaba por mi cuerpo, veía borrosa la escena inundada de una espesa neblina con olor azufre. Sentí nauseas y me tire de rodillas al piso que no se sentía como piso.
-¡Taemin! – la voz de Key inundó mis oídos y luego vi a mi hermano frente a mí.
-¿Qué está pasando? – Jonghyun se acercó a eso, intentando tener una explicación, me dolía haberlos metido a todos en esto, mucho más por que Jonghyun estaba aquí, se suponía que no debía saber nada, el dolor físico y emocional me dañaban y el temor de que ellos fueran culpados de mi crimen me daba nauseas, pero ahora las sirenas se oían muy distantes, estábamos escapando, pero simplemente no entendía como.
El dolor comenzó a descender y llegamos a un lugar desordenado y tapizado de fotos regadas por e piso.
-¡Mi departamento! – Jonghyun gritó mirando de un lado al otro.
-¿Taemin te encuentras bien? – Mi hermano acariciaba mi cabeza con ternura.
-¿A dónde se fue? – Key buscaba de un lado al otro a eso.
-¿Cómo llegamos aquí? – Jonghyun seguía confundido, desde que lo había visto peleando con eso mi preocupación había aumentado, no quería que él se metiera en esto, pero ahora era seguro que debíamos contarle todo. No había otra forma de explicar sobre Kibum aquí y esa cosa rondando, tal vez si él conocía todos los hechos no sería engañado de forma tan estúpida como me pasó a mí.
-¿Qué es esto? – Kibum recogió una de las fotos regadas por todo el piso de la habitación.
-¡No lo toques! – Jonghyun gritó dejando de lado su inspección y curiosidad a todo – no dejaré que manches algo tan puro – empujó a Kibum y se dispuso a recoger las fotos.
-¿Crees qué era puro? – Kibum agachó la cabeza, se veía dolido, pero yo aun no podía levantarme para evitar que Jonghyun siguiera hablando, era obvio que había lastimado bastante a Key hace unos momentos. Ya era mucho con que él mismo se llamara monstruo y ahora Jonghyun decía que no era Kibum.
-Hyung – intenté pararme pero la presión en mi pecho me lo impidió así que me aferré con fuerza a Jinki.
-¿Taemin qué pasa? – Me retorcí del dolor y sentí como lo que quemaba daba un último estrago con gran fuerza por todo mi cuerpo.
-Esa cosa lo hizo de nuevo – dijo Key acercándose a mí y luego tocó mi frente.
-¿Qué hizo? – Preguntó mi hermano.
-Dice que necesita la energía vital de Taemin para que las cosas pasen – Key me dio una mirada preocupada – pero ahora es diferente – dijo viendo como sufría – la otra vez solo se petrificó después de que regresé, ahora sufre mucho – Key me recostó sobre su regazo mientras se sentaba en el suelo, luego me empezó a acariciar la cabeza mientras me dejaba apretar su mano con fuerza.
-Déjame ver – mi hermano se agachó y empezó a desabotonar mi camisa.
-¿Pero qué…? – Jonghyun lanzó un grito, no deseaba que él lo viera, pero en este momento simplemente no podía hablar – ahora si lo mato – gritó furioso – dime donde está, tu zombie – dijo tomando el cuello de la camisa de Kibum con fuerza.
-¡No lo sé! – Gritó Kibum dando un manotazo a la mano de Jonghyun librándose del amarre- También quiero hacerle daño, pero no puedo ni tocarlo. Simplemente llegó de la nada para tomar la vida de Taemin a cambio de la mía, soy el ser más egoísta que existe – Key lloraba de nuevo, no quería verlo llorar.
-A crecido demasiado – dijo Jinki ignorando la discusión que ocurría y llamando la atención de los chicos.
-¿Crecido? – Jonghyun se agachó -¿Taemin ya tenía eso?
-Desde pequeño – dije entre mi respiración cortada con una mueca de dolor que intentaba esconder detrás de una sonrisa. No quería que Jonghyun se preocupara por mí, me hacía sentir especial pero a la vez patético.
-Tengo que llevarte con el profesor – Jinki se levantó y empezó a mirar su celular. El profesor era uno de los maestros de Jinki en la universidad estaba muy interesado en lo que mi hermano le contaba. Al principio fue escéptico, pero reconoció mi marca de un libro antiguo y después de varias insistencias de su alumno fue convencido.
Mi hermano aun buscaba en su celular cuando este empezó a sonar.
-Bueno – dijo intrigado y todos pudimos oír como la voz del otro lado comenzaba a gritar.
-¡Hijo, Taemin no está en casa! – la voz de mi madre hizo que Jong y Key voltearan a verme. – Me preocupa, hace poco me llamaron para decirme que alguien había robado el cuerpo de Kibum, quería decirle a Taeminnie y darle apoyo, pero no estaba…
-Tranquila mamá está conmigo, vino a recogerme a la universidad – mi hermano mentía, Key dejó de mover la mano que me acariciaba suavemente, parecía que apenas podía creer que había salido de esa tumba. Y Jonghyun simplemente encajaba una fuerte mirada en Kibum, llena de odio y desesperación. Las cosas no estaban bien, ignoré el dolor por un momento y me puse de pié utilizando todas mis fuerzas.
-Vamos a casa Jinki-hyung – dije mirándolo mientras que Kibum se paraba detrás de mi tratando de cuidar que no cayera.
-Pero no estás bien- Jonghyun se me acercó demasiado haciendo que mi corazón latiera y avivando el dolor.
-El tiene razón Tae, debemos llevarte con alguien – mi hermano ya había cortado la llamada.
-Creo que te llevaré al hospital en mi motocicleta – Jonghyun tomó mi mano con fuerza y luego me jaló por la habitación.
-No Jonghyun – dije intentando zafarme y muy bajo, siempre seguía preocupándose así por mí, como podría olvidarlo – no es una buena idea, los médicos no le dan importancia a esto.
-El tiene razón Jong – mi hermano miraba triste al piso – simplemente lo toman como un salpullido o alergia.
-Eso no está bien – Kibum se adelantó a decir – en ese caso llévalo con ese profesor y pronto, esa cosa le quita un poco de su vida cada vez que necesita hacer algo, como ahora que nos trajo hasta aquí.
-¿Tu cómo sabes tanto? – Jonghyun seguía mirando muy molesto a Kibum.
-Simplemente lo sé- Kibun giró su cabeza y lanzó un pequeño quejido – ¡Ya deja de ser tan petulante conmigo y empieza a preocuparte por Taemin que es el que está sufriendo más!– Key lo regañaba y hacía que su cara expresara una enorme confusión.
-Tranquilos iré con el profesor de mi hermano, pero primero debemos ir con mamá porque no quiero que se preocupe hyung – ya había causado bastantes problemas y quería salir de ahí. Jinki solo asintió y me decidió ayudar a caminar hacia la puerta del departamento.
-Voy con ustedes – Kibum se adelantaba e intentó seguirnos, pero mi hermano se detuvo y se giró.
-Lo siento Key, pero no puedes ir, tendrás que quedarte aquí.
-¿QUÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE? – El grito de Jonghyun fue impresionante e hizo que Key volteara algo molesto a verlo.
-Lo siento también Jonghyun pero Kibum no puede andar por las calles y mucho menos cerca de personas que lo conocieron –mi hermano lo vio con autoridad.
-Está bien – dijo muy bajo, mirando hacia otro lado – pero ni creas que trataré a eso como Key.
-¡No soy eso! – Key se quejó – está bien Onew, no saldré por ahora, pero me llamarás al celular de Jonghyun para decirme que está pasando.
-¿Por qué mi celular?
-¡Porque yo no tengo! ¿Se te olvida que estoy muerto?
-Me voy por ahora – Jinki volvió a alzar la voz con autoridad – traten de no matarse o rematarse entre ustedes.

Cuando llegué a mi casa decidí tomar un baño caliente después de saludar a mi madre fingiendo que todo estaba bien. Lo bueno de ser un hijo tranquilo es que ni siquiera notó que llevaba las mismas ropas que ayer y que estaba cubierto de tierra.
Tras hablar con el profesor de mi hermano nos dio cita esa tarde en su casa por lo que pasaríamos el resto de la mañana y después de la comida un rato aparentando frente a nuestra madre. Ella odiaba el tema desde que éramos pequeños, pensaba que se trataba de una forma de llamar su atención y nos había llevado varias veces con diversos psicólogos, al final decidimos no hablar más sobre el tema y dejarlo como una etapa de la infancia para nuestros padres.
-¡Taemin! – mi madre gritó desde abajo en las escaleras, era algo temprano para la hora de comer. Me levanté con dificultad de la cama, por alguna razón me sentía un poco mejor – ¡Tienes visitas mi niño! – nadie me visitaba, el único que venía a recogerme a la casa era Kibum y muy rara vez Jonghyun porque inquietaba un poco a mi madre, aunque después de lo que pasó ahora lo trataba como de la familia, la muerte de Key había mostrado un lado muy dulce de Jonghyun que había cautivado a mi madre y no podía negarlo, también a mi.
Bajé por las escaleras pensando que si se trataba de Jong de seguro era por lo de Key, me sentía inquieto al dejarlos solos en ese departamento, me dolía ver a Kibum siendo tratado de esa manera, pero me dolía más el hecho de que estuviesen solos.
-Tu amigo de la escuela vino a verte – mi madre me dijo al oído y señalando hacía la sala.
-¿Qué amigo? – Me asombré bastante, no tenía muchos amigos, simplemente no deseaba que las personas que quería sintieran el miedo que había sentido, pero era idiota, simplemente me terminé apegando de las personas más asombrosas y amables del planeta y ahora estaban en esto.
-Un chico muy agradable y alto – mi madre me sacó de mis tristes pensamientos de cómo arrastraba a todos a mi pesadilla – dijo que se llamaba Choi Minho, también es muy apuesto. – Me paralicé en ese mismo instante, alto y apuesto, esas palabras retumbaban en mis oídos. *No es posible porque dijo agradable * decidí asomarme y creo que mi corazón se detuvo.
-¡Taemminie! – el chico alto de mis pesadillas ahora tenía ropa juvenil y se encontraba sentado en el sillón de mi sala, al verme simplemente se puso de pie – Señora Lee, no debió molestarse, pude haber vuelto otro día. – Mis oídos de seguro me engañaban, no era posible que esa cosa se comportaba de esa forma.
-¿Qué haces aquí? – Lanzaba una mirada llena de odio y ganas de matarlo.
-No seas grosero hijo, no vez que tu amigo Minho vino a verte – mi madre me dio un empujoncito.
-No se preocupe señora, entiendo a su hijo, han sido días duros para él – dijo acercándose y acariciando mi cabeza, yo retiré su mano con fuerza.
-¡Taemin compórtate! – Mi madre estaba muy molesta, la tonta había caído en su juego, pero no pensaba dejar que eso la siguiera manipulando.
-No mamá, no le hagas caso, él es…
-¡Ya basta Taemin! – Me jaló del brazo hacia la puerta – ahora vayan los dos a divertirse, no seas desconsiderado con tu amigo que vino a visitarte tan alegremente.
-Entonces le devuelvo a su hijo en un rato señora. Prometo que no llegaremos tarde.
-Claro que si, gracias por invitarlo ¡Diviértanse! – Mi madre me había entregado con el mismo demonio.
-Ni pienses que voy a ir a algún lado contigo – dije mientras él seguía caminando delante de mí y me detuve.
-Tarde o temprano me deberás acompañar, creí que ya te habías hecho la idea – se acercó a mí , como odiaba cuando lo hacía, me lanzaba esa mirada penetrante e invadía mi espacio personal para sus asquerosas acciones.
-Eso lo sé – dije calmándome un poco, no pensaba retroceder ante esa cosa – pero quiero que me dejes en paz hasta que nuestro trato se termine, también que no molestes a Key, Onew y más que nada a Jonghyun.
-Sigues con lo mismo – con su dedo limitaba mi cara – cada instante eres más esquicito, yo podría hacer que Key y Jonghyun no se llevaran como antes, no es difícil considerando la situación actual así tendrías una oportunidad de quedarte y poseer aquello que más deseas.
-¡Detente! – Empujé su mano con decisión – nuestro trato se queda como antes, yo me quedo hasta que ellos dos estén juntos, no pienso seguir cayendo en tu juego – comencé a caminar hacía el parque – y una cosa más – lo volteé a ver con odio – no te vuelva a acercar a mi madre.
-Pero que adorable bocadillo – ahora aparecía delante de mi rostro haciendo que retrocediera un poco – ¿Crees qué puedes decirme que hacer? – Rió con ironía – todo lo que hago tiene una razón, al final tendré el resultado que deseo, tú me odiarás con toda tu alma, por romperle el corazón a tu madre; transformar a Kibum en un ser perfecto, por destrozar las ilusiones de tu hermano y borrar la sonrisa del chico que más quisiste – se acercó otra vez a mi oído y con leve susurro lanzó las temibles palabras – así te llevaré con más placer.

Categorías: Tu mirada en la obscuridad | Etiquetas: , | Deja un comentario

Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 05+

05.- Entre lágrimas de plata

-¡Jonghyun! – Alguien me llamaba, pero simplemente no deseaba contestarle, estaba muy cansado, ya no quería despertar- ¡Jonghyun! – su voz seguía sonando, era como si tratara de revivirme, insistía demasiado, solo quiero descansar.
-Jonghyun – una nueva voz apareció parecía que no me dejaría relajarme ese día, solo estaban molestándome – debes responderle – la voz femenina y tranquila se hacía presente y era como un suave susurro, empecé a pensar que no era tan molesta como la otra, tal vez no era tan malo que me llamaran – el te necesita, por favor ayúdalo – sus palabras me convencieron fácilmente y comencé a recobrar fuerzas, sentí una sensación cálida y acogedora recorriendo mi cuerpo y luego sentí como el sol se asomaba por mis párpados abriéndose paso entre las pestañas.
-¡Vamos Jonghyun! – alguien estaba dándome golpecitos en el rostro.
-¿Onew? – Me asombré al ver al hermano de mi amigo tirado frente a mi llorando y tratando de despertarme con desesperación. Luego miré a mi alrededor, simplemente no sabía dónde estaba -¿Qué hacemos aquí?.
-Idiota estabas por tirarte – Onew me lanzó un golpecito y yo caí de lado asombrado, era una azotea, había pensado suicidarme, lo recordaba, pero en mi mente no había razones para ello.
-Rápido levántate – dijo luego poniéndose de pie y extendiendo su mano – tenemos que encontrar pronto a Taemin, miró en aquella dirección – señaló hacia la parte más lujosa de la ciudad y luego una idea vino a mi mente.
-La casa de Key – dije susurrando y llenándome de melancolía, ahora entendía mi aspecto, el día anterior había bebido y buscado pelea para quitarme el sufrimiento de encima, no entendía lo que me pasaba, siempre le había tenido cariño a Kibum y a veces nos propasábamos con nuestros juegos, pero nunca pensé que me llegara a hacer tanta falta.
-Bien debemos ir rápido para allá – me volteo a ver con decisión en su mirada, parecía que algo malo estaba pasando ¿A caso Taemin también sufría una depresión tan grande como la mía? Entonces era normal sufrir así por un amigo. Me sentí aliviado por un momento pero luego me sentí inquieto al pensar que Taemin se podría llegar a sentir de esta manera, aunque era más amigo de Key que yo.
Subimos al taxi, pero yo seguía adentrado en mis pensamientos y con una fuerte resaca. Recuerdo cuando te conocí, ya eras amigo de Taemin, el te trajo a mi vida. Primero te odie, parecía que le ponías demasiada atención al chico y estabas molesto por que me había invitado ese día, luego tu forma de vestir y tu ropa de marca, tu forma de criticar a los demás y la forma en que trataste a mi novia. Definitivamente odiaba todo de ti tu forma de contonearte y hacerme sentir incómodo, tu mirada felina y la forma en que arrastrabas las palabras, tus constantes regaños y tu moral extrema. Ante mis ojos solo eras un ñoño, presumido, hijo de mami y de papi, solo un chico flor obsesionado por la moda.
El taxi se detuvo y apenas me di cuenta pero Onew me jaló para que bajara, luego caminamos a tu casa y el vidrio estaba roto como lo había dejado cuando había entrado con desesperación la primera vez por esa foto. La foto que los tres amábamos donde salíamos felices como simples chicos, después de un tiempo me empezaste a agradar. Tu voz se volvió normal para ti, tu moral me causaba risa y nos protegía de mis tonterías, siempre sabías donde se juntaban las chicas y todas te hablaban sin problemas, te volviste útil para mí. Me enseñaste a vestirme bien e inclusive me alimentabas bien, eras como una madre.
Escuchamos voces sobre las escaleras y Onew me empezó a jalar para subir. Pocas veces estuve en tu casa y tú en la mía, siempre salíamos los tres juntos o tu con Taemin, rara vez querías estar a solas conmigo, es que acaso tu me seguías odiando como al principio que me lanzabas tu mirada de desaprobación.
Onew escuchó las voces en tu cuarto, donde había estado ayer. Era la segunda vez que entraba a tu casa buscando respuestas a mi dolor. Al final terminé tratándote como un buen amigo y me gustaba jugar contigo decirte baby y comportarme de forma curiosa, creí que todo era inocente, pero ahora lo veo tu contoneo me enloquecía, tu voz me crispaba la piel, que cuidaras a Taemin me enojaba y provocaba molestarte. Tu mirada felina me llamaba y yo solo buscaba a otras personas para alejarme, de seguro seguía siendo lo que más podías llegar a aborrecer.
Estábamos fuera de tu cuarto y el chico tembloroso decidió abrir la puerta empapado de temor. Recuerdo el último día que estuvimos juntos tu lloraste y no resistí abrazarte, todo había sido mi culpa, ahora entendía, Taemin lo sabía antes que yo, pero que patético era solo lastimaba más al chico por que no sabía reaccionar ante sus sentimientos y luego me ocultaba de los míos, si pudiera verte una vez más te lo diría, y luego te seguiría, me costaba ver mi vida después de ti. Te sigo odiando entraste a mi vida solo para hacerme dependiente a ti y ahora que te has marchado soy un inútil sin tu compañía, ya no quiero seguir tomando, peleando y buscando mujeres para olvidarte, solo lo hice un par de días y me quedé asqueado, hasta me contagiaste tu ridícula moral.
-Taemin, por favor reacciona – arrastraste tus palabras y entraron a mis oídos taladrando mi cabeza, no era la resaca era algo aun más doloroso, como las visiones que había buscado al oler tu ropa, al escanear tus fotos con mi mirada, al entrar en tu espacio. Era esa visión que intentaba atrapar y vivir con ella como un último recurso, por fin la encontraba.
Onew abrió la puerta de golpe, al parecer compartía mi visión, pero estaba por detenerlo, porque tu visión debía pertenecerme solo a mí.
Tu grito salió de la habitación y vi aquello que no creí volver a ver jamás, piel de porcelana, mirada felina, tu cabello perfectamente ordenado pensaba seguir admirándote pero todo se apagó ante mis ojos…

-¿Estás bien? – una voz me llamaba, pero decidí tomarme mi tiempo para despertar.
-Tuve un buen sueño – dije aun con los ojos cerrados tratando de recordar con todo detalle lo que había sucedido en mi sueño, su voz, su figura, su piel blanca su mirada de asombro al verme ahí. Había encontrado el cielo de Kibum, pensé dormir un poco más pero la mis ojos se empezaron a abrir y vieron hacia una esquina donde un chico de cabello algo rubio se encontraba en el piso presionando su cabeza con ambas manos y una mirada de terror -¿Onew? – me apresuré a llamarlo, pero luego me di cuenta que yo estaba sobre la cama, levanté un poco la vista y quedé horrorizado.
-¿Jong? – Esa era su voz.
-¿Quién eres? – retrocedí sobre la cama tratando de alejarme de él. Pero me tropecé con un cuerpo más, me asomé a verlo y ante mí mi mejor amigo con una mirada perdida se encontraba inmóvil en la cama, como perdido. -¡Taemin! ¡Taemin! – empecé a moverlo para que hiciera algo mientras veía a esa cosa frente a mí. Eso era hermoso, no podía negarlo, pero me asustaba bastante tenerlo frente a mi- ¡Vamos levántate!
-No se puede – dijo con los ojos vidriosos.
-¿Quién eres tú y que le hiciste a Taemin? – Le grité mientras me ponía entre él y el cuerpo inerte de mi amigo – ¿Quién te permitió tomar la forma de Key?
-Soy Key – empezó a sollozar – Taemin no despierta.
-¡Tú no eres Kibum! – Sus ojos se abrieron grandes – Kibum murió hace unos días – esas palabras me dolían y me costaba aceptarlas, pero eran la realidad – ¡Ni se te ocurra tocar a Taemin!
-Tienes razón – empezó a mirar las palmas de sus manos – yo ya no soy Kibum, ni Key, ni nada parecido, solo soy un monstruo – se dejó caer al piso y comenzó a llorar como un niño pequeño, su llanto era fuerte y claro. Provocara que me tensara y tuviera la necesidad de abrazarlo, pero no, no caería en ese juego, el no podía ser Kibum. Empecé a sacudir a Taemin, pero no logré nada.
-¡Onew ven a ayudarme de una buena vez! – Le grité al chico catatónico de la esquina, para que se moviera.
-Está así desde que le conté lo que pasó – dijo lo que estaba en el cuerpo de Kibum en el piso aun en llanto.
-¡Pues deja de llorar de una vez y cuéntame! No soporto ver a las personas llorar, termino llorando yo también, así que si tienes que decirme algo, tu zombi, dímelo de una vez – dije asustado pero quería entender que estaba pasando.
-Es cierto estoy llorando – el chico se levanto y empezó a pasar su mano en su rostro para luego ver sus saladas lágrimas – puedo llorar.
-Claro que puedes llorar – estaba por gritarle pero una voz con eco dijo estas palabras. Cuando volteé al otro lado de la habitación un chico alto de abrigo negro, cabello castaño y revuelto y grandes ojos se encontraba mirándonos – tu cuerpo se está acostumbrando a tenerte de regreso –dijo mientras avanzaba a Key, que no era Key, y este lo miraba con odio –pero no te emociones demasiado, hay sentimientos que no podrás recuperar – dijo acercándose más y tocando el cabello de Key. Luego lo tomó de la cintura presionándolo contra su cuerpo y le dijo cerca del oído – deberías agradecerme porque puedes sentir pacer.
Me llené de ira al ver esto y salté rápido de la cama para empujar a ese tipo.
-Jonghyun – lo que parecía Kibum se escondió detrás de mí para alejarse de esa cosa. Lo volteé a ver molesto y decidí aclarar todo.
-No sé lo que seas, pero déjame te digo que estás en el cuerpo de mi amigo y no permitiré que ese chico lo toque de esa manera – el asintió y me dio una hermosa sonrisa, de verdad me confundía pero me giré al ver a esa cosa que empezaba a reírse de una forma macabra -¿Qué demonios eres? – Pregunté apretando mi puño con fuerza.
Rió de nuevo, pero ahora no fue tan tétrico como la vez anterior – ¿Y tú qué humanos eres? –siguió riendo, lo que me hizo molestar y decidí propinarle un buen golpe en el rostro. Como resultado giró su cabeza y observó como su labio comenzaba a sangrar – Me puedes tocar – dijo mirando la sangre – hace mucho que no entro en una buena pelea, creo que le debo agradecer a tu amiga. – Me confundía pero no me importó y traté de golpearlo de nuevo, pero esta vez se giró y me golpeo de regreso, nos empezamos a golpear como podíamos mientras Kibum, lo que estaba en su cuerpo, gritaba que me detuviera.
-Jonghyun detente, no sigas su juego, trata de engañarte – decía tratando de acercarse pero parecía que algo se lo impedía. Entre los golpes vi como se dirigía al otro lado del cuarto y empezaba a mover al chico paralizado – ¡Onew detenlo, le va a hacer daño! – Pero por más que lo movía seguí en su estado de pánico.
-¡Ya basta! – Una nueva voz apareció y luego algo rojo se cruzó en mi camino y ambos terminamos golpeando al obstáculo que se había metido haciendo que este callera.
-¡Taemin! – El grito desgarrador de Key, que no es Key, me hizo notar lo que había sucedido, el chico se había metido en la pelea para detenernos y ambos lo habíamos golpeado. Key, que no es key, corrió para sentarlo con cuidado y luego abrazarlo.
-Estoy bien Key – dijo sangrando de la nariz.
-Claro que no, estás sangrando, tengo que ir por el botiquín – Key, que no es Key ¿O sí lo es? Salió corriendo por la puerta de la habitación.
-Huele bastante bien – el chico alto ahora esta hincado olfateando de cerca a Taemin – tengo ganas de probarte delicioso.
-Aléjate – Taemin dio la orden en una voz monótona y luego le lanzó una mirada. Intentó ponerse de pie, pero el alto se lo impidió.
-Una probadita no le hace daño a nadie – dijo poniéndose frente a él y avanzado hacia su rostro. Taemin retrocedía quedando cada vez más acostado debajo de él y sosteniendo su peso con los codos. Simplemente observe los ojos de miedo de mi joven amigo y reaccioné pateando al chico alto y tomando la mano del pelirrojo. Lo ayudé a levantarse y el chico del piso me lanzó una mirada llena de odio, luego desapareció y antes de darme cuenta ya estaba a mi lado provocándome un buen susto.
-Aquí está el botiquín – Key, que deseaba que fuera Key, entró al cuarto y jaló a Taemin a la cama, presionó su tabique nasal e hizo que pusiera la cabeza hacia atrás. –Quédate un rato así mi niño, voy a ver si puedo hacer que Onew reaccione dándole a oler alcohol – dicho esto tomó la botella del botiquín y se agachó frente al rubio, que había sido de mucha utilidad en una esquina de la habitación.
-Me empiezo a sentir ignorado – dijo el chico alto a mi lado que parecía sentirse mal al no ser el centro de atención. Pero con Key así era, parecía que el mundo gira a su alrededor, aunque eso no era Key, tal vez – que no piensan temerme – dijo de nuevo y fingí no escucharlo – digo sus almas me pertenecen, no deberían solo ignorarme ¿Ese es su nuevo plan para que me vaya? Les diré que no va a funcionar pienso atormentarlos por siempre.
-¿Sus almas? –Me giré para encontrarme con esos ojos que me veían con placer al ver que alguien se había interesado.
-Sí, gracias a ti, sus almas me pertenecen – dijo haciendo que un escalofrió recorriera por mi cuerpo y luego sintiera algo de culpa.
-¡Ignóralo Jonghyun! – Key, que me provocaba como Key, gritaba mientras ayudaba a Onew a ponerse de pie – solo intenta estafarte como a nosotros, pero descubrí que si se aburre y no sigues su juego simplemente se va.
-No tienes por qué decirle eso – dijo cruzando los brazos como niño pequeño y dejándose caer en el sillón.
-¿Onew qué haces aquí? – Taemin se paró y ahora estaba tratando de ayudar a su hermano mientras hacía la cabeza hacia atrás.
-¿Pero qué pensabas Taemin? – comenzaba el regaño, no entendía mucho de lo que estaba pasando pero el chico de mi lado al oír el grito se acomodó hacia adelante.
-Lo siento hyung – dijo jalando su playera – pero no podía quedarme sin hacer nada.
-Trajiste a Key de entre los muertos – dijo dándole un coscorrón – eso te suena lógico.
-Para mi si – dijo el chico al lado mío con una sonrisa de lado en su rostro.
-¡Tu no hables! – Dijo molesto Onew apuntándolo – me pienso deshacer de ti tan pronto como pueda.
-Me gustará verte intentarlo – sonrió burlonamente y cruzó una pierna – pero ahora tengo que sacarlos de aquí, porque viene la policía – lo miré bastante asustado. Luego comenzamos a escuchar sirenas que se acercaban pero solo fue por un momento ya que luego una neblina se empezó a formar en el cuarto y no podía ver lo mismo que antes.

Categorías: Tu mirada en la obscuridad | Etiquetas: , , | Deja un comentario

Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 04+

04. Me he quedado sin nada

-¡Jinki vas a llegar tarde a tu clase! – un grito al otro lado de la puerta despertó mis apacibles sentidos. Sacudí un poco la cabeza intentando averiguar qué era lo que pasaba a mí alrededor. Estaba sentado en el piso, y recargado en la cama, poco a poco recordé lo que había sucedido la noche anterior.
-Jonghyun – me giré rápidamente para buscar al chico de cabello castaño que habíamos traído a casa la noche anterior. Para mi asombro la cama estaba vacía. Mi preocupación aumentó cuando recordé que mi hermano no llegaba la noche anterior así que me paré aprisa y salí de mi cuarto corriendo hasta el de Taemin, esperaba que estuviera en esa habitación con Jonghyun. Pero mis esperanzas me abandonaron al ver su cama en perfecto estado y la habitación inundada por un sepulcral silencio.
-Hijo no despiertes a tu hermano – mi madre estaba ahora detrás de mi – el pobrecito a de estar cansado y es sábado. Mejor arréglate de una buena vez, porque te dejé estudiar esa carrera pero espero que te esfuerces, ese fue nuestro trato.
-Si mamá, solo estaba revisando si tenía un libro que le presté – mentí no quería que mi madre se preocupara por Taemin.
-Bueno apresúrate –me dio una palmadita en el hombro y regresé aprisa a mi habitación. Miré de un lado al otro buscando una solución, decidí cambiarme y fingir que me dirigía a la universidad para librar las sospechas de mi madre. Pero la verdad tenía una muy mala espina de todo lo que estaba pasando.
Empecé a desvestirme cuando uno de mis libros cayó al piso y se abrió en una página muy peculiar. Era una pintura de un demonio que parecía atormentar a una mujer con un blanco vestido, sus ojos saltones y grandes eran el centro de la imagen. Tenía muchos de esos libros, me había vuelto obsesivo con esas cosas desde mi experiencia en la infancia. Mi inútil carrera, según mi madre, también era otra forma de conocer y prepararme para ese día que temía.
Estudios antropológicos con especialidad en ocultismo, cualquier padre se desmayaría si su hijo estudiara algo como eso. Pero nada se podía hacer, era la persona más decidida y lucharía contra eso con todas las herramientas y forma que pudiera tener.
Estaba por cerrar y guardar el libro pero un segundo libro cayó del estante ahora era una copia de Drácula donde se añadía un grabado de cómo había hecho el pacto con el demonio a cambio de la vida inmortal. Me empecé a sentir inquieto, por lo que tomé los libros rápido y los volví a poner en el estante y luego me alejé para seguir cambiándome, cuando terminé de ponerme una playera de manga larga pasando el cuello de la prenda por mi cabeza pude ver como un objeto se acercaba a una enorme velocidad hacía mí. Me alcancé a agachar torpemente y el libro chocó contra la pared y quedó abierto en otro dibujo.
Miré en todas las direcciones buscando la fuente de eso y luego me acerque torpemente al libro, un poco asustado, desde el trauma de mi infancia me había vuelto la persona más asustadiza, muchos amigos me apodaron chiken, por ser miedoso y otra peculiar razón. Cuando estuve lo suficiente cerca pude ver una imagen igual de tétrica que las anteriores.
Dos niños pequeños rodeados de toda clase de demonios y alimañas, era un grabado del siglo XVI, me alejé un poco y luego tomé el libro dando un resbalón. Y salí corriendo a prisa bajando las escaleras y pasando por la cocina.
-¡Jinki el desayuno! – mi madre casi bloquea mi paso, pero no se lo permití. Y seguí corriendo.
-¡Comeré algo en la universidad! – le grité desde fuera de la casa mientras ella se asomaba extrañada, por alguna razón sabía que debía ir primero a la biblioteca.
Después de tomar el autobús y bajarme en el centro de la ciudad entré a la biblioteca con el libro que había volado decidí ir hasta el estante, estaba siguiendo una loca corazonada, pero era la persona más crédula del planeta así que los presentimientos y corazonadas eran como hechos científicos para mí.
Llegué hasta el estante y empecé a pasar los dedos por los libros buscando el número consecutivo del libro que tenía en mis manos, estaba por llegar cuando un pequeño suspiro me hizo voltear al otro lado y vi como un libro salía lentamente del estante y caía frente a mí. No quería creerlo pero era similar a lo que había pasado en casa, por alguna razón no me causaba desconfianza, algo quería darme información estaba petrificado del miedo, pero no desconfiaba de eso.
Me acerqué con precaución al libro, era un libro que conocía muy bien, un libro al que le temía desde mi infancia, un libro que decidí leer antes de encontrarme con eso.
-Fausto – susurré y trague saliva. Voltee a todos lados tratando de averiguar si era otra broma de mis compañeros o de verdad todo estaba pasando -¿Qué es lo que quieres? – empezaba enloquecer, ahora le preguntaba a la nada que era lo que quería, una brisa hizo que unas páginas se movieran y lo siguiente que vi me aterrorizó por completo.
En el libro habían colocado una foto junto a una ilustración de Fausto haciendo su trato con el diablo, pero mi mayor temor era la foto, esa foto que había visto incontables veces en casa, sobre el buró de mi hermano, esa foto que reflejaba su sonrisa antes de que el fatídico día llegara. Ahora la foto del día que habíamos salido a pescar juntos con nuestro padre estaba en las páginas de ese libro.
-¡Taemin! – dije en voz alta y dejé caer el libro por un escalofrió que atravesó mi cuerpo como una descarga eléctrica. Ante este sonido varios libros más cayeron del estante los títulos me eran muy conocidos, El retrato de Dorian Grey, otra vez Drácula y más literatura de ese tipo caía de los estantes y comencé a temer lo peor.
-¿Todo bien? – una chica se asomó y vio el desorden pero se quedó con la boca abierta al ver como los libros caían de la nada. Este era el mejor momento para salir de ahí, tomé la foto del piso y corrí hasta el exterior.
Comencé a escuchar esas voces, siempre me rodeaban pero ahora se volvían más fastidiosas y luego aparecieron esas palabras que había escuchado en mi cabeza aquella noche, las que me habían hecho paralizar cuando vi la criatura en el tejado.
-Tenía tantas ganas de saborearte durante mucho tiempo – escuchaba a Taemin llamarme y llorar detrás de mí pero no me podía mover, parecía estarse repitiendo mi pasado – tienes compañía, creo que esta noche disfrutaré bastante – Luego salió de mi mente y habló claro – Hermosos bocadillos, no deberían salir de noche – ahora estaba más consciente de lo que me rodeaba, pero seguía inmóvil, Taemin me llamaba, eso se acercaba, pero seguía congelado en ese lugar – Jinki, me quedaré con tu hermano – escuché sus palabras en mi mente de nuevo – nunca pensé que cuando te encontrara tendrías algo tan delicioso contigo – escuché que hablaba con Taemin y este caía en ese momento reaccioné y ahí estaba en medio de la callé, las personas se me quedaban viendo. Esto no era como la otra vez, que eso estaba tocando a mi hermano frente a mis ojos, ahora estaba en el centro de la ciudad y me había quedado paralizado.
Caminé aprisa y me alejé de la muchedumbre, luego me di cuenta que había avanzado varias cuadras, hacía la parte donde estaban los edificios más altos. Debía encontrar a Taemin pronto, llamé a su celular, me sentí tonto por no haberlo intentado desde el principio, pero nadie me contestó.
-Ya viste, su alma huele bastante bien – una voz aguda tras de mi me hizo voltear, pero en ese lugar no había nadie.
-Si, ese chico no es un alma totalmente pura, pero tampoco un pecador, sabrá delicioso, solo deja que se tire – volví a buscar la fuente de la voz, pero nada, luego voltee hacia arriba y vi algo sobre el edificio, en ese momento supe de lo que hablaban… lo que fueran. Corrí al edificio, entre empujando a la gente y me escabullí en el ascensor, cuando llegó al último piso de la forma más lenta que se podía, salí disparado a buscar las escaleras, las personas me veían raro. Pero eso no era novedad ese día, veía de un lado al otro buscando, al final del pasillo divisé un señalamiento que indicaba el lugar correcto, corrí empujando a un chico que se puso en mi camino y tropecé con una chica que cargaba una gran cantidad de copias. Pero me levanté rápido y abrí la puerta de las escaleras de emergencia.
Los peldaños parecían eternos, subí entre tropiezos y con problemas para mantener una respiración constante, pero al final logré abrir la puerta esperando haber llegado a tiempo.
Para mi sorpresa lo había logrado llegar a ver cómo el chico de cabello castaño estaba parado en la barda de esa azotea, viendo hacía el frente sobre la calle principal. Pero no podía detenerme ahora, aunque respirara con fuerza y me doliera el estómago. Tomé un poco de fuerzas y aire y grité.
-¡Jonghyun detente! – el chico no volteó a verme y luego escuché más de esas molestas voces.
-Hazlo, ya no tienes nada, qué sentido tiene la vida – seguían rodeando toda la azotea.
-Key – el chico soltó un suspiro y adelantó uno de sus pies. Mi corazón se detuvo, sostuve la respiración y mis ojos se cristalizaron ante el asombro y el llanto que estaba por ocurrir. Pasó un segundo y vi como la figura de ese chico bajara lentamente y se perdía al final del borde de la azotea, cuando quedó solo su cabello ante mi vista corrí y grite intentando llegar, pero en realidad el tiempo se movía muy aprisa aunque para mi fuese una horrible eternidad.
Me tire de rodillas sobre el concreto del edificio y luego escuché gritos de agonía. Levanté mi vista para encontrar a un chico con grandes ojos y cabello obscuro, tenía un largo abrigo negro y me causaba algo de temor ¿De dónde había salido ese chico? Lo miré bien y vi que se dedicaba a lanzar llamas a todos lados en la azotea y estas eran acompañadas por esos gritos de dolor de esas voces que habían llevado a Jonghyun a su muerte.
En ese momento no me importaba que tan extraño o poco creíble fuera todo lo que estaba pasando, mi depresión no me permitía ni siquiera asombrarme. Luego escuché un sonido de tranquilidad, algo que no puedo describir por que no es un sonido que alguna vez hubiera escuchado y luego unas cuantas plumas blancas cayeron del cielo.
-¿Creí que no se metían en asuntos humanos? – el chico de negro habló con una voz que reconocí al instante y me puse de pié tan rápido como pude, solo para ver Jonghyun desmayado recargado en el borde de la azotea. –Pero que molesto me servía más muerto, supongo que ahora tendré que improvisar – el chico hablaba de nuevo, decidí alejarme de él y llegar hasta Jonghyun.
-Jong, despierta, Jong – dije dándole golpecitos en el rostro y luego voltee a ver a el chico.
-¿Qué le hiciste? – me paré furioso ante él.
-Yo nada, mi plan era dejar que las cosas pasaran y luego tomar su alma – dijo con su sínica voz –pero no esperaba encontrar a mi delicioso bocadillo en este lugar – en ese momento estaba seguro, se trataba de esa cosa, aquello que había aparecido en mi mente y la de mi hermano por muchos años.
-Aléjate – grité al ver que se acercaba – no tienes por que estar aquí, ni tienes por qué estar cerca de mi hermano.
-Corrección ahora debo estar cerca de tu hermano – estaba usando su fastidiosa voz de nuevo – no te dije que pensaba quedármelo.
-¡He dicho que te alejes!
-¿Qué piensas hacer?- Se reía de mí – ¿Poner en práctica todos los conocimientos que has adquirido todos estos años? – Desapareció y al siguiente instante ya se encontraba frente a mí – lamentablemente muchos han olvidado cómo usarlos y tu nivel es demasiado bajo como para si quiera hacerme un rasguño.
-¡Cállate! – lancé un golpe con toda la fuerza en mi puño, pero él se esfumó y apareció a mi lado.
-Que gracioso y torpe bocadillo – su risa me fastidiaba – ahora muévete para que pueda llevarme por lo que vine – empezó a avanzar hasta Jonghyun y decidí ponerme en el camino.
-¡No te lo llevarás! – dije tragando saliva y poniéndome entre eso y el chico de cabello castaño.
-Podríamos cambiar – dijo acercando su mano a mi rostro – el por tu hermanito – susurró en mi oreja y la propuesta hizo que me estremeciera. Deseaba aceptar pero una corazonada me lo impidió.
-Ni lo sueñes – dije casi gritando y empujándolo para que se alejara de mí y de Jonghyun – no pienso hacer ningún trato contigo, Jonghyun se queda conmigo y me encargaré de que no le pongas tus sucias manos a Taemin – dije esto y el empezó a atacarse de risa, pero una risa más humana y que no se podía parar, por un momento pareció un chico normal.
-Taemin ya está en mis manos – dijo entre las risas mientras sostenía su estomago por el dolor causado por las mismas. Me paralicé y me volví a dejar caer sobre el techo con las rodillas y luego sujeté mi cara y presioné con fuerza. Debí vigilarlo mejor, debí estar más tiempo con él, no debí dejar que saliera solo, era el peor hermano que podría existir. – Sentimientos de desesperación, hermoso aroma el que producen, si sigues así no me podré resistir – se agachó frente a mí y se acercó a mi cabello – hueles aun más delicioso que la primera vez que te encontré – ahora acariciaba mi cabeza – puedo oler ese deseo en ti, incesto, me gusta tu mente – lo empujé al oír esto último.
-Jamás tocaría a mi hermano – dije furioso, poniéndome otra vez de pie.
-Diría que eres muy aburrido por no hacerlo, pero que tengas moral que impide que te venza el deseo hace que te vuelvas más delicioso, ahora tengo un incontenible antojo de ti – dijo poniéndose de pie, por alguna razón si lo había logrado tumbar cuando lo había empujado – pero no lo haré, tu hermano está primero, solo olfatearlo a la distancia me provoca un apetito insaciable.
-Dime dónde está – le grité otra vez.
-Ese chico intenta alejarlo de mí, pero no puede esconderlo de mí – decía mientras miraba al lado oeste de la ciudad – aunque hubiera sido más divertirlo hacerlo que lo cambiara por el cuerpo inerte del moreno, así podría volver a ver la cara de sufrimiento del chico vanidoso y el dolor de mi suculento bocadillo. – Vio a lo lejos otra vez y luego se dio la media vuelta. –Pero por lo visto ni tu ni ella me van a permitir llevármelo así que regresaré por él en otra ocasión, nos veremos pronto delicioso bocadillo.

Categorías: Tu mirada en la obscuridad | Etiquetas: , , | Deja un comentario

Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 03+

03.-Acércame al olvido

Vagaba por la obscuridad, creo que ya tenía tiempo haciéndolo o tal vez no, era difícil saberlo, era como si el tiempo no pasara, como si los instantes se escaparan de mis manos ¿Cómo me vería en ese momento? Debía estar hecho un desastre, no recordaba haberme peinado, en realidad no recordaba nada, pero veía algo necesario en peinarme y arreglarme, estaba seguro que tenía que ir algún lado.
-No puedo ir a algún lado sin verme bien – dije en el enorme vació y solo escuchaba un eco. Era tan pacífico y tranquilo todo que me daba bastante miedo. Me volví a preguntar cuánto tiempo llevaba aquí para volver a descubrir que no había tiempo. No me sentía ni cansado, ni adolorido era como si mi cuerpo flotara, como si cualquier dolor desapareciera y como si la paz reinara todo mi interior. El silencio se volvía cada vez más cómodo, no escuchaba nada, ni mi respiración ni los latidos de mi corazón rompían ese funesto pero tranquilo silencio.
Seguía flotando sin dirección, creo que tampoco había dirección en ese lugar, solo era un espacio sin nada, pero con todo a la vez, supongo que el lugar más difícil de explicar eso debía ser. Me podría haber desesperado de estar ahí, pero simplemente no ocurrió, tampoco existía la desesperación o la incomodidad.
-Ya estas cerca – una suave y bella voz me hizo recuperar un poco los sentidos. Dejé de flotar y toque un piso, o eso parecía, ahora caminaba, era como si de la nada supiera la dirección correcta, mis insonoras pisadas me ayudaron a acercarme un poco más y al final de la oscuridad sentí una cálida luz en mi rostro – vamos, ven a la luz, ya no falta mucho.
Esa luz me incitaba a seguirla a sumergirme en ella, su calor y brillo me generaban un placer un a calma extremos. Todos mis sentidos volvieron el olor era lo más fresco y perfumado, mejor que las diferentes colonias que me compraba, el sabor que aspiraba mi boca era dulce y sofisticado, mejor que mis postres y bebidas favoritas, el sentimiento era suave y delicado como una bella seda o las mejores telas de mis conjuntos más preciados, a la vista era lo más brillante y hermoso más que mi imagen en el espejo, eran tan familiar y complejo, sentía como esa voz y muchas otras me llamaban a ese lugar, si ahora también podía escuchar el sonido era hermoso pero….
-Pero … – repetí de nuevo estaba intentando recordar una pieza importante de lo que yo era.
-Pero no es tan hermoso como la voz de ese chico – una voz grave y fuerte apareció detrás de mí.
-Key, está bien, estás por llegar, solo sigue avanzando – la voz tranquila que me llenaba de seguridad me hablaba de frente.
Eran dos sensaciones tan diferentes a mis espaldas una fría y aterradora y frente a mí una cálida y amigable, me dispuse a seguir avanzando, podía ver personas que me esperaban en ese lugar.
-No puedo aceptar un no por respuesta – algo sostuvo mi brazo impidiendo que avanzara.
-Kibum, vamos juntos, no mires hacía atrás y sigue avanzando – la voz amable me seguía llamando.
-Si vas nunca volverás – la otra voz decía cosas extrañas – ¿Acaso piensas dejarlos solos?
-Negué con la cabeza – empezaba a recordar más cosas de quién era.
-¿Qué no era ese tu plan? – la voz seguía diciendo cosas y ahora había hecho que me detuviese por completo – nunca dejar a ese par solos – negué de nuevo con la cabeza.
-Key sígueme, solo ignóralo, el no tiene ningún poder aquí, tú decides –la voz amable se comenzaba a alejar al igual que la luz.
-Tu egoísmo es perfecto, tu vanidad tu mayor virtud, tu avaricia es lo que puede salvarte y tu lujuria… – la voz se detuvo y se escuchó una tétrica risita – tu lujuria es la razón por la que te he escogido. En ese lugar no hay espacio para ti.
-No es cierto Key, solo trata de confundirte – la voz amable empezaba a sonar un poco melancólica – todos son bienvenidos aquí.
-¡Calla de una vez! – la voz detrás de mi ordenó y el lugar retumbó – no vez que este chico hizo todo lo posible para que sus dos amigos nunca estuvieran juntos – sentí un horrible escalofrío era verdad, me había vuelto la tercer rueda desde que conocí a ese par, simplemente no podía permitir su felicidad era de lo peor – Es un chico vanidoso que haría cualquier cosa para conseguir lo que quiere ¿No es así Kibum? –sentí otro escalofrío.
-Es cierto – al fin podía volver a hablar, me dejé caer en el piso y la luz se alejó demasiado.
-No Key, tú no eres malo, debes venir con nosotros, nadie te juzgará, no dejes que te confunda – la voz amable seguía diciendo cosas buenas pero cada vez más difíciles de escuchar.
-Yo te puedo dar lo que tú quieres – giré mi cabeza para ver aquello que me hacía ver lo que en realidad era –te permitiré ser tan egoísta como desees, satisfacer tu vanidad con belleza eterna – una sombra negra con ojos rojos hablaba de forma fluida y alegre – te daré aquello que más codicias y… – se acercó a mí ahora tenía la forma de un chico alto y atlético, con grandes ojos que me obligaban a verlos – y alimentaré tu lujuria como siempre lo has deseado.
-No Key si vas con él nunca podrás regresar – la cálida voz dijo de forma lejana, pero parecía que la luz había desaparecido, solo me invadía esa obscuridad.
-Tú no eres… – dije girando un poco el rostro, aceptaba todos esos pecados, pero solo le correspondían a una persona y nadie más.
-Lo sé, lo sé, soy uno de los seres más inteligentes – dijo poniéndose de pie y alejándose un poco – tú quieres a Jonghyun y eso es lo que tendrás si aceptas mi trato.
-Pero Taemin – recordé por que no podía, todo este tiempo, desde que los conocí sabía que a Taemin le gustaba Jonghyun, no podía hacerlo.
-De eso ya me he encargado, de ahora en adelante tienes el camino libre, solo debes aceptar – empezó a retroceder mientras me seguía viendo.
-¿Qué debo aceptar? – dije poniéndome de pie.
-Debes darme al hermano de Taemin.
-¿Onew? – me asombró bastante, en realidad me llevaba bien con Onew, me agradaba no podía hacerle daño -¿Qué quieres con él?
-Podemos decir que si no lo detengo se volverá un fastidio para mí.
-Lo siento pero no puedo – dije mientras me arrepentía de todo.
-Supongo que no me quedará otra cosa que intentar hacer un trato con Jonghyun, al tipo no le queda mucho tiempo de vida, así que puedo intentarlo.
-Espera ¿Qué le pasa a Jonghyun? – me asombré al oír esto, esa tarde lo había dejado bien, algo triste y molesto pero estaba bien. Mis padres me habían ido a recoger del centro comercial por un compromiso y me habían encontrado con Jonghyun. Ese no había sido el problema, Jonghyun me abrazaba por las hirientes palabras de Taemin, pero solo era un abrazo para consolarme, nada más, aunque mis padres no lo interpretaron de buena manera. Fue cuando pasó, discutían entre ellos mi padre le gritaba a mi madre que ella me había hecho gay por tanta moda que me había impuesto y siempre me trataba como niña. Mi madre le gritaba que eran sus exigencias y comentaba sobre su familia yo solo me quedaba tapando mis oídos en el asiento trasero intentando soportar todo, pero todo se vino debajo de un momento a otro, sentí un poco de dolor, pero no más solo fue un momentáneo dolor y luego la paz y este lugar.
-Si no vuelves, morirá pronto – dijo esa cosa en mi oído al ver que me había perdido en los recuerdos que acababan de volver.
-No espera – simplemente no podía dejar que eso pasara, empecé a llorar – hagamos ese trato, pero prométeme que Taemin estará a salvo y Onew no pasará por nada malo. También debes prometerme que Jonghyun no tendrá nada que ver en esto.
-Lo prometo –dijo con una sonrisa el chico – ahora despierta.
Sus últimas palabras me confundieron, pero de un momento a otro me sentía pesado de nuevo, sentía como había ruido en mi interior, pero era diferente mi corazón seguía callado luego escuché voces.
-Te vez tan apetitoso cuando cavas – reconocía un poco esa voz.
-Deja de jugar por ahí y cava, parece que cavo más rápido que tú – esa voz era aun más familiar.
-Eso jamás, muévete mi suculento bocadillo.
Un golpe se escuchó, abrí los ojos y sentí que no me podía mover libremente, me empezaba a desesperar, pero aun así no me podía mover para entender donde estaba.
-Parece que ya está aquí – en ese momento me di cuenta donde estaba, era un ataúd, estaba encerrado en un ataúd, obscuro y espantoso, con un fuerte olor a tierra. Grite y patalee todo lo que pude, empecé a arañar la tapa.
-¡Key! – alguien gritaba mi nombre, escuché que alguien más golpeaba y arañaba hasta que por fin se abrió – Kibum – un chico de cabello rojizo con la mirada llorosa y lleno de tierra abrió la tapa de esa trampa mortal y ahora me veía de frente mientras yo estaba acostado y confundido.
-¿Taeminnie? – me asombré bastante al ver llorando a mi niño de esa manera, pero me senté para verlo mejor hincado sobre la otra mitad de la tapa de la caja.
-Kibum, no me vuelvas a dejar así – dijo abrazándome con fuerza, solo pude corresponder a su abrazo, su cuerpo estaba helado lo sabía aunque el mío también estuviese helado.
-Toma Taemin – me separé un poco y me quité el saco negro que traía – estás helado – se lo di y él me volteo a ver para estallar en el llanto mientras se lo ponía torpemente.
-Soy la peor persona del planeta –dijo entre el llanto y yo me empecé a levantar del lugar viéndolo confundido. Taemin era la persona más bondadosa e inocente que conocía no tenía por qué decir eso.
-Eres la mejor persona que conozco Taemin – dije agachándome enfrente de él, saliendo por fin de la horrible caja para muerto. – Hasta viniste por mí – ahora tenía una vaga idea, estaba en un cementerio, había estado enterrado pero Taemin me había salvado.
-Es hora de correr – dijo el chico alto que estaba fuera del hoyo y desapareció en un abrir y cerrar de ojos del borde. Luego escuchamos unas voces y voltee a ver a Taemin, el me miró asustado y salimos rápidamente del sepulcro y corrimos detrás de ese otro chico que iba a gran velocidad sin siquiera voltear.
Cansados y de milagro llegamos hasta unas calles luego donde el chico nos esperaba recargado en una pared.
-Son muy lentos – dijo sonriendo de nuevo, había algo en su sonrisa que me causaba pavor –creí que los atraparían y no podría seguir disfrutando.
-Tú nos dejaste atrás – Taemin dijo con la respiración cortada.
-Eso no me importa, no me puedo preocupar por un simple humano y un no muerto –volvió a lanzar esa risita –además si te atrapan mi bocadillo, puedo comerte donde sea. Es solo que no sería tan entretenido como ahora, cuando me aburra todo acabará – de la nada apareció detrás de Taemin, era como si se hubiese desvanecido y aparecido en un nuevo lugar, me asombré pero luego reconocí esa voz, esos ojos y ese cuerpo.
-Ya lo sé, no sigas repitiéndolo – salto algo asustado y se alejó un poco, era obvio que le tenía miedo a esa cosa.
-¡Ya déjalo! – Dije al ver como acercaba su rostro más hacia la oreja de Taemin. Mi cabeza me empezó a doler.
-Parece que empiezas a entenderlo – ahora el chico estaba junto a mí y ponía su mano en mi hombro – espero que recuerdes todo rápido, así podré llevarme lo que me corresponde.
-¡Suelta a Key!– Taemin lo empujó y lo veía bastante furioso – no vez que acaba de levantarse, dale tiempo para que entienda lo que pasó – ahora comenzaba a llorar de nuevo.
– Me pregunto si no te darás cuenta o si lo haces a propósito – el chico aparecía de nuevo en otro lado, ahora junto a Taemin – pero cada vez estás más suculento, tengo tantas ganas de probarte en este momento.
-Dijiste que Taemin estaría bien – dije mirando molesto como ese algo tocaba a Taemin y decía cosas como esas. El dolor de mi cabeza se volvió más agudo y las memorias comenzaron a fluir.
-¿Key estás bien? – Taemin corrió hasta donde me había agachado presionando la cabeza, pero me había dado cuenta de una horrible verdad, algo que temía demasiado y de la tontería que había cometido.
-Yo debería estar muerto.
-Tranquilo Key, todo estará bien – ahora Tae tenía su mano en mi espalda, podía sentirla pero era tan diferente al sentimiento de mi cuerpo. Mi corazón seguía sin latir, mi piel estaba muy pálida, no sentía ni frio ni calor pero percibía la temperatura de la mano de Tae, ahora era algo así como un zombie, no era humano, solo los restos de lo que una vez fue humano.
-No sé porque sufres, si te he otorgado la belleza eterna – la odiosa voz hablaba de nuevo – ¿Qué no era eso una de las cosas que buscabas?
-No de esta manera – ni siquiera podía llorar, simplemente no tenía lágrimas mi cuerpo ya no era el de un humano – me has vuelto un monstruo.
-Claro que no podías volver como un humano normal, deberías agradecerme ahora eres un ser más cercano a la perfección, sin cansancio, sin dolor, sin lágrimas, sin necesidad de respirar o comer, solo disfruta – su voz retumbaba en mi cabeza.
-¿Qué le hiciste a Kibum? – Taemin se había parado enfrente del otro chico.
-Lo hice mejor – contestó con una sonrisa y luego se acercó a su rostro – quieres que haga lo mismo contigo, te aseguro que tiene muchas ventajas – movió un mechón de su cabello detrás de su oreja – disfrutarías mucho mi interesante bocadillo – la lengua de eso tocó la oreja de Taemin haciendo que se estremeciera.
-¡Teníamos un trato! – Grité molesto al ver como Taemin era manipulado por eso.
-Sí, aun lo tenemos, pero tú no has cumplido tu parte – dijo sonriéndome y Taemin volteó a verme confundido – además el también hizo un trato conmigo. Si no, simplemente no hubiera considerado traerte de regreso, pero luego vi potencial en ti.
-¿A qué te refieres? – Taemin lo volteó a ver de nuevo, pude ver algo de miedo en sus ojos – creí que con mi trato bastaba, fue mi culpa – eso empezó a reír.
-Mi dulce bocadillo tiene un alto grado de inocencia, eso lo hace más apetitoso – tomó con su mano el rostro de Taemin – tu amigo murió por un accidente, yo no tuve nada que ver con eso. Gracias por ser tan cándido, manipularte de es muy sencillo, ahora su lengua pasaba por el contorno del rostro de mi amigo mientras este tenía la mirada perdida y lloraba en silencio, había sido engañado igual que yo, ambos le habíamos vendido nuestra alma al diablo.

Categorías: Tu mirada en la obscuridad | Etiquetas: , | Deja un comentario

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.