Tu mirada en la obscuridad +Final+

Epílogo
Ese parque no había cambiado nada, bueno si había cambios pero no tantos como uno esperaría. Las nuevas bancas de acero inoxidable y con aspecto moderno sustituían a esas mesitas de madera que habían estado por un largo periodo.
-¡Ya mueve! – Me había vuelto a perder en el tren de mis recuerdos que me obligaba a reconocer cualquier rastro del pasado.
-Lo siento viejo amigo, a veces me llama la nostalgia – respondí alegremente moviendo una pieza de ajedrez con mi mano aun firme pero algo arrugada.
-Siempre caes en la misma jugada – movió su pieza con agilidad – la gente ha de pensar que es raro que juegue con un vejestorio.
-¡Vejestorio! – Dije para atacarme de risa. – Cuidado con lo que dices que no tenemos tanta diferencia de edad.
-Pero eso no es lo que la gente ve, para ellos somos un adolescente y un anciano jugando ajedrez, hacke– me dijo el chico delgado con piel de porcelana y ojos alargados mientras se acomodaba su nuevo corte.
-Lo que la gente ve – dije mirando alrededor – es que estoy jugando con un famoso modelo. Han de pensar que soy tu abuelo o algo así.
-¡Hacke mate! – Dejé de ver alrededor para mirar asombrado al tablero. Luego sin más tire la pieza que representaba a mi rey.
-No es justo Kibum – dije mirando otra vez al chico que giraba los anillos que tenía en su mano – me iba mejor cuando jugábamos Mahjong.
-Pero ahora no es tan divertido, solo somos dos Onew –su rostro fue invadido por la tristeza.
-¿Aún lo extrañas? – Dije mirando al frente, por lo general me prohibía hasta decir MahJong, por que la simple palabra le traía dolorosos recuerdos.
-Lo extraño – dijo mirando a la chica que corría alegremente por la hierba mirando las nubes.
-¿Cuánto tiempo más va a quedarse? – Pregunté observando a la angelita que se había quedado inmóvil viendo al cielo – ya pasaron 3 años.
-No lo sé, pero espero que se quede más tiempo, me hace bien su compañía y me recuerda constantemente que Jonghyun está bien – su rostro se volvió rojo.
-Creo que también lo extraño, era un hombre divertido – dije con una sonrisa intentando acompañar en su dolor al chico que nunca había envejecido.
-Lo que 50 años le hacen a uno – dijo poniendo su mano en mi rostro – no entiendo como los ancianos pueden ser tan tiernos cuando sonríen.
-Solo tengo 70 – dije molesto retirando su mano lentamente – y gozo de una perfecta salud.
-Yo no gozo de ella y tengo 67 y me veo mucho mejor que tu – dijo modelando con una pose divertida y me hizo reír, pero al final acabé tosiendo.
-¿Estás bien? – No me di cuenta en qué momento se había parado para dar ligeros golpes en mi espalda.
-Estoy perfecto – dije con otra sonrisa.
-No me asustes así – se regresó a sentar frente a mí y clavó su vista en el piso. – Así empezó Jonghyun, pero yo no le daba mucha importancia, simplemente me gustaba cuidar de él y que siguiéramos juntos a pesar de todo lo que decían.
-Bueno un magnate cantante de 60 y un jovencito que tiene eternamente 17 son razón para hablar – empecé a guardar las piezas.
-Siempre pensaron que yo lo embaucaba – dijo mirándome con los ojos vidriosos.- Pocos sabían que yo era el único, pero aun así crearon una extraña lista de amantes.
-Creí que ya no hablaríamos de esto – dije doblando el tablero de ajedrez – Jonghyun dijo que ya no lo mencionaras, te lo dijo en el hospital, que nada de eso importaba. Ya deja de sentirte mal por esas cosas y recuerda las buenas.
-Jinki – me miró llorando ya – tu nunca sabrás lo que se siente ver a todos los que conoces marchitarse e irlos perdiendo poco a poco. Sin Jonghyun mi vida carece de sentido, me hubiera gustado envejecer a su lado y no seguir aquí mucho tiempo después de su partida. También me hubiera gustado acompañarlo en la otra vida – hizo una pausa y tomó aire profundamente. – Pero fue mi decisión, ahora debo estar con eso.
-El todopoderoso Key parece tener las cosas muy difíciles – me rompía el corazón verlo así, pero en esos tres años se había recuperado un poco. Desde la vez que lo vimos en el hospital devastado y las muchas veces que había intentado matarse de muchas formas, pero sin lograr nada. Ahora se veía resignado pero aun así infeliz. Miré al parque de juegos y observé a la chica sobre el pasamanos viendo al cielo -¿Por qué mira tanto hacia arriba? – Ese ángel era muy diferente a todos los que había visto y siempre me causaba curiosidad.
-Está buscando a Jonghyun, dice que le gusta asomarse a ver como estamos.
-Es bastante peculiar – dije intentando ponerme de pie y Key corrió a ayudarme.
-Es mi familia – Key dijo con una sonrisa. – Esa chica es un ángel nuevo por así decirlo, era una niña que estudiaba en la secundaria con Jonghyun pero nunca se atrevió a hablarle. Inclusive estaba muy enamorada de él y siempre lo observaba, pero tenía una enfermedad así que sus últimos días lo veía desde la ventana de su hospital.
-Entonces ¿Por eso se volvió el ángel de Jonghyun? – Pregunté avanzando por el camino.
-Creo que fue por eso, ni ella misma lo entiende, tampoco sabe qué pasó con el ángel anterior, solo está ahí para proteger a Jonghyun y las personas que él quiere. – Dijo mirando a la chica y esta lo miró de regreso con una sonrisa para bajar con un salto y correr hasta donde estábamos. – Pero – susurró – este es un secreto, ella no quería que se lo dijera a Jonghyun, es algo tímida.
-Guardaré tu secreto – le dije sonriendo para cuando la chica había llegado.
-¿Te llevó? – Preguntó el chico modelo, esa era su tercer profesión, había sido diseñador de modas y luego repostero. Supuse que traería otro auto ahora, siempre estaba cambiado, el era millonario y a Jonghyun también le había ido bien. Pero creo que Key ayudaba a la familia de la hermana de Jonghyun tras su muerte y hacía obras de caridad. Otro de los grandes misterios de por qué los inmortales llegan a generar grandes cantidad de dinero con facilidad en realidad tenía una respuesta muy simple, es porque tienen tiempo.
-No, debo hacer ejercicio y caminar a casa está bien para mi viejo cuerpo – dije riéndome y despidiéndome del chico con corazón de oro que no palpitaba.
Las cosas cambian a lo largo del tiempo, yo había cambiado, hasta Key que parecía congelado en el espacio temporal sufrió de los cambios de las épocas. Ya era todo un anciano que no se daba cuenta de que tan lento podía llegar a ser y así fue como empecé a escuchar la gran cantidad de susurros que aparecían todas las noches.
-Ya están saliendo – dije intentando ver a las creaturas obscuras que existían, me había vuelto bueno viéndolos y luego había perdido mi vista normal pero aun podía ver todas las criaturas con claridad. El profesor siempre apoyaba mis habilidades aunque al final fue un secreto que se llevó a la tumba.
-Apesta a ángel- un demonio hablaba desde las sombras, pero era obvio que no me lo decía a mi o a mi ángel.
-Ya déjalo – una voz familiar me hizo detenerme – Ónix me pidió que lo acompañara así que lo acompañaré.
-Qué asco Amatista – tenía razón ese era el nombre de esa chica demonio, decidí acercarme un poco más a ver – ya deberías dejar a Ónix, te da tareas ridículas. – Me acerqué con discreción detrás de un poste, sabía que los demonios están dispuestos a matar y más a alguien como yo, que se mete en sus asuntos.
-¡Miren lo que encontré! – Una voz juguetona dijo detrás de mí y me provocó saltar asustado. Sostuve mi corazón pues su acción hacía que me faltara el aire – Lo siento hyung ¿Te encuentras bien? – Mi corazón se detuvo, un chico me ayudaba a ponerme de pie sus manos era suaves y cálidas, su cabello tenía el corte más tierno, sus ojos estaban llenos de inocencia y sus labios eran muy carnosos.
-¡Taemin! – La demonio gritó y me obligó a sostener sus hombros aun más incrédulo – ¡No recojas humanos de la calle, te va a dar algo! – El chico solo se comenzó a reír.
-¿Qué me puede dar si recojo a mi hermano de la calle Amatista? – La chica se paró en seco y comenzó a retroceder -¿Hyung de verdad estás bien? – Seguía incrédulo.
-¿Taemin? – Eso fue lo único que salió de mi boca después de inspeccionar su rostro con mis manos y peinar su cabello con suavidad.
-Si – afirmó con una sonrisa – te vez muy distinguido Jinki-hyung – dijo de frente y luego me dio un abrazo – te extrañé.
-¿Pero cómo? – Aun no entendía nada el estaba ahí, se podía tocar como a un humano, no tenía un aire demoniaco ni parecía algún tipo de espíritu.
-¿Y Amatista? – Levantó la cabeza para buscar al demonio que había desaparecido desde hace rato. – Iba a llevarme por leche de banana – puso una cara triste – ¿Quieres ir tu hyung? Junté suficiente dinero.
-¿Cómo es que estás aquí? – Seguía sin entender, pero el chico comenzó a avanzar tomándome de la mano y llevándome suavemente a donde quería.
-Minho me trajo, tenía que volver – dijo mirando de un lado al otro.-Ya no venden leche de banana donde mismo – se deprimió al momento.
-Hay una tienda electrónica adelante – dije señalando al lugar donde estaría la máquina donde pedías diversos productos.
-Gracias hyung – me jaló de nuevo al lugar, como cuando éramos jóvenes, parecía un sueño. Mi hermanito estaba ahí llevándome de un lado al otro. – Sentémonos por allá – señaló una barda de cemento baja que servía como banca.
-¿Creí que solo ibas por algo de tomar? – Una voz maquiavélica me despertó de mi fantasía y nos obligó a voltear antes de que llegáramos a sentarnos.
-¡Minho! – Me soltó y corrió al chico alto con grandes ojos que ahora tenía el cabello corto y usaba ropa deportiva. –Encontré a mi hermano – lo empezó a acercar a donde yo estaba.
-Ya me dijo Amatista – se notaba un poco molesto – ¿No venimos aquí por él? No quiero que te pongas como cuando la niña.
-Pero Sandy era muy agradable – parecía estar por llorar.
-Por eso te dije que no vinieras por personas que te agradan.
-Pero todos me llegan a agradar – se subió a la espalda del otro – además ahora solo vengo a dar un mensaje.
-Pues da tu mensaje y vámonos – lo sostuvo en su espalda y caminó hasta donde yo estaba.
-Pero me encontré con Jinki-hyung y quiero charlar un poco.
-¿Cómo es posible? – Detuve la escena antes de que Minho contestara. El me miró algo fastidiado y bajó a Taemin.
-No lo sé – dijo seriamente y luego se sentó en la barda. Yo me senté al lado de este mirándolo. Con el paso del tiempo tus miedos van cambiando – un día Taemin ya estaba así. Su alma se transformó en esto.
-¿Cómo están papá y mamá? – Taemin preguntó y yo lo miré tristemente.
-Taemin…
-Ellos están bien – mi ángel se hizo visible y habló, articulando palabras, nunca lo había visto hacerlo – tu madre está muy contenta todo el tiempo – la veía confundido.
-¿Puedes disculparte con mi padre? – La pregunta iba de nuevo a mi ángel – no estudié medicina como él quería y no me hubiese gustado estudiarla, me hubiera dedicado al baile o las artes. – El ángel asintió. –Gracias.
-Así es siempre – Minho volvió a hablar – es todo un misterio, nunca se a qué le está hablando, es un bocadillo bastante fastidioso.
-¿Qué es? – Mi confusión aumentaba.
-Tampoco lo sé – Minho volteo a ver a Taemin que hacía un puchero por lo último que este había dicho – el me dice a donde debemos ir y hace algunas cosas, luego vamos a otro lado. Así nos la pasamos. No come, solo si quiere probar algo o le invitan, no duerme, solo si cree que es cómodo un lugar para acurrucarse, tiene habilidades mayores que las de los humanos pero escazas para un demonio y siempre tiene mensajes o tareas del más allá.
-Solo tengo cosas que hacer y Minho me acompaña – dijo con una sonrisa.
-¿Cómo te va hyung? Hueles a niños ¿Tienes hijos? – Lo miré intrigado y él respondió ante mi reacción – por eso Minho ha estado en un solo lugar todo este rato. Has de oler a niños.
-Pues si tuve dos hijos un niño y una niña con mi esposa, le llaman Luna y es un encantó y ahorita ya vamos en nuestro tercer nieto, es un pequeño con corte de hongo al que llamarón Taemin.
-¡Genial! – Dio un grito de alegría -¿Puedo ir a conocerlos luego?
-Claro si Kibum quiere prestártelos por que insiste que son suyos – me reí y Taemin secundó mi risa Minho solo se nos quedó viendo.
-La vida de los humanos es muy rápida – dijo mirando al cielo – todo el tiempo que hemos estado Taemin y yo juntos parece solo unos minutos.
-Eso es porque no hacemos mucho Minho. Pero ahora debemos marcharnos debo de entregarle el mensaje de Jonghyun a Key.
-¿Eso es lo que tienes que hacer ahora? – Minho se puso de pie y le preguntó.
-Jonghyun me lo encargó.
-Pero que sea rápido, tengo ganas de dar otra probadita antes de que se te ocurra otra extraña misión.
-Está bien, pero debes llevarme en tus hombros – se puso de pie junto a él y no tardó en agacharse y subirlo a sus hombros.
-Lo hago porque esta noche pienso saborearte más –Taemin se sonrojó un poco y agarró la cabeza de Minho.
-Jinki-hyung luego pasó a visitarte, vete con cuidado, debo darle mi mensaje a Key – Minho empezó a caminar con él en los hombros y alejarlo poco a poco. El se despedía con una mano mientras giraba la cabeza para verme.
*Parece que Minho ya encontró su ángel* Miré a mi acompañante, volvía a hablar como siempre.
-¿No lo veo tan angelical? – Taemin ahora se movía sobre Minho haciendo que perdiera el equilibrio.
*Es porque es un ángel para un demonio, pero se puede sentir ese aire de bondad en él, el señor planeó grandes cosas para ellos* Los miré alejarse avanzando a entregar ese mensaje.
-Un demonio y un ser angelical, suena a tema para uno de mis libros – reí poniéndome de pie.
*Estas feliz de haber visto a tu hermano*
– Es más que obvio, se ve muy bien y sé que nos volveremos a ver – comencé a caminar con dirección a mi vieja casa donde mi adorable esposa me esperaba y cuando le contara esta historia no me creería por un momento y la terminaría convenciendo como siempre. Una vida feliz y productiva ahora se veía aun mejor por la presencia de mi hermano.
Taemin nunca dijo que mensaje tenía para Key, pero no pasó mucho tiempo para que las revistas y diarios anunciaran la muerte del joven modelo como todo un misterio. Como si el alma hubiese dejado el cuerpo.
Como dijo el volvió varias veces a mi casa a platicar o solo a pasar un rato alegre con los niños, a veces llevaba a Minho otra veces este lo esperaba fuera de la casa y así fue a lo largo de los años hasta la última vez que lo volví a ver, el día de mi muerte. El ángel de la muerte que vino por mí con una dulce sonrisa y promesas de la vida eterna y el paraíso.
Ese ángel de la muerte que aun vaga por el mundo de los humanos, protegido por un demonio, amando cada instante que pasa a su lado, sin importar la misión que venga.

 

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