Tu mirada en la obscuridad +Capítulo14.2+

Ahora me preguntaba quién era el zombi y quién no, ambos caminábamos de forma automática, no parecíamos ni siquiera fijarnos en lo que nos rodeaba. Me tardé en darme cuenta que mi chaqueta se había rasgado supongo que cuando había bajado por el árbol. Era una linda chaqueta que había comprado con el dinero del concurso y ahora estaba arruinada. Pero seguía sin importarme, la verdad ahora no me importaba lo que era, si no lo que estaba por pasar.
No nos dirigimos ni una palabra, caminamos silenciosos por las estrechas escaleras de concreto. Me quedé pasmado mientras mi compañero sacaba las llaves y abría la puerta del departamento que se trababa por lo viejo del edificio. La puerta roja cedió al tercer empujón y ambos pasamos sin una mirada, sin una palabra, sin un sonido.
Arrastré los pies hasta llegar al comedor, seguía triste e impactado. Me dejé caer en la silla no sabía qué hacer. Llorar no era una opción tampoco quería quedarme con los brazos cruzados esperando. Jonghyun se sentó de golpe en el sofá y lo volteé a ver. Ambos seguíamos procesando lo que acababa de pasar.
-No lo entiendo – Jonghyun rompió el silencio con estas palabras que también describían mi situación.- Por que quiere morir, por qué de la peor manera – golpeó con fuerza la mesa.
-Tampoco lo sé Jong – dije al borde de llanto. Nuestro amigo había dicho frente a nosotros que solo quería morir tranquilo y por el camino que ya había decidido.
-Es culpa de esa cosa – se puso de pie y caminó con una pisada pesada hasta la cocina. Empezó a abrir y cerrar gabinetes con fuerza – Ni siquiera descansará en paz, escogió a ese demonio, cuando lo vea te juro…
-¡Detente! – Sostuve su brazo al ver como seguía golpeando desesperado buscando algo.
-¡Dejame! – Jaló su brazo con fuerza tirándome al piso de la cocina – ¿Dónde está el alcohol? ¿Qué hiciste con mis cosas? – Preguntaba molesto mientras su rostro se enrojecía y sus ojos se volvían cristalinos – ¿Cómo es que lo soportas? ¿Cómo soportas saber que por tu culpa tu mejor amigo desaparecerá de una horrible manera?
-¿Crees que lo soporto? – Me levanté y grité molesto.
-No me refería a ti – dijo bajando el tono de voz y su mirada.- Todo fue mi culpa.
-¿Qué dices? – Me acerqué aún molesto y confundido – Yo fui quien tomo su vida a cambio de la mía.
-Tú no tienes la culpa – dijo abrazándome en un rápido movimiento que lo impactó – Yo lo arrinconé a hacerlo, llegué desecho a su casa y sufriendo por mi anhelo. Me destrocé a mi mismo sin pensar que afectaría a los demás. Así como lo hace Taemin ahora, me rendí de la vida y decidí buscar otra salida. Debí saber que Taemin era demasiado bueno, que se preocuparía que desearía evitar mi sufrimiento, pero solo estaba de egoísta pensando en ti – me estremecí cuando escuché esto y me aferré a su espalda.
-No fue culpa de nadie – dije aspirando su aroma en su hombro – todos nos dejamos llevar por nuestros propios deseos sin pensar en los demás. El único que vio por otros fue mi niño -empecé a llorar en su hombro, mientras el también hacía lo mismo. – Y ahora deseo ver por él, pero soy un inútil.
-Eres más útil que yo – Jonghyun dijo con una risita y separó su cabeza de mi hombro – creí haberte dicho que me culparas a mí y no te siguieras torturando – sus palabras hicieron que viera su rostro.
-Yo… – no me dejó terminar por que en ese momento había aprisionado mis labios con sus carnosos bordes. Un beso profundo y más intenso que el que nos habíamos dado antes. Sus labios estaban tan suaves, hasta sentía que mis labios estaban resecos comparados con la jugosa boca que los movía suavemente, al ritmo de su respiración parecía sincronizarse y acelerarse con ese beso.
Busqué cualquier grieta en sus labios sin tener éxito, el empezó a hacer lo mismo sobre los míos con su lengua, al pasar por la comisura de mi boca no la quise detener y abrí mis labios para que siguiera su camino. Por un momento chocó con mi lengua pero luego ambas cedieron el paso y avanzaron hasta la cavidad del frente. Por un rato imité como el músculo se movía y acariciaba mis encías y mi paladar dándome un placer en la boca que poco a poco cortaba su respiración, pero no quería que se detuviera. Simplemente deseaba seguir comunicando la desesperación, el acongojo y la tristeza de Jonghuyn en ese beso, era sentirlo de una nueva manera.
No pudo más y nos separamos para que respirara. Su cristalina mirada se encajó en mis ojos mientras exasperado robaba el aire de la cocina. Sus manos aun rodeaban mi cuerpo, y yo en algún momento había acomodado las mías sobre sus hombros y rodeado su cuello. Estaba tan concentrado en el beso que no había notado mi propio cuerpo apretándose contra el de Jong, tan firme y trabajado. Los malos pensamientos invadieron de nuevo mi mente y la voz en mi cabeza retumbó… Te he escogido por tu lujuria…
Desvié la mirada del perfecto rostro del chico melancólico frente a mí y decidí separarme. Pero los brazos que me rodeaban me lo impidieron. Como si se tratase de un acto reflejo al alejarlo Jonghyun se acercó a mi cuello y empezó a rosarlo con su punta de la nariz era cálido, se sentía bien sobre mi fría piel sin vida. Su nariz pasó por mi piel mientras su respiración seguía acelerada, lo atraje más a mí y me rendí ante ese sentimiento. Cuando sintió que lo abrazaba más del cuello y ponía mis manos en su nuca para jugar con su cabello su boca tocó mi cuello. Era aun más cálida y placentera que la nariz, daba pequeños besos y roses llegando hasta mi clavícula. A ratos deba mordiscos que se sentían bien en la piel.
Volvió a levantar su mirada y yo bajé mi rostro, no besamos de nuevo y avanzábamos entre besos hasta su cuarto. El sujetó mis caderas por un momento y luego bajó sus manos para apretar mis glúteos, ante tal acción di un empujón a mi rostro y mordí su labio. El me separó y me observó con unos ojos de complicidad y decisión. Lo veía en su mirada, algo en ella decía, ahora me has permitido hacer todo. Y eso no era mentira yo le permitiría hacer todo. Avanzó un poco más hasta que en mis torpes pasos de espaldas choque contra el borde de la cama y caí sobre ella doblando mis piernas. Jonghyun siguió mi rostro con su mirada todo el tiempo y subió a la cama con sus rodillas posicionándose sobre mí sin tocar mi cuerpo. Agachó la cabeza para alanzar mi rostro y posicionó sus antebrazos a ambos lados de mi cabeza para mantener el equilibrio sobre mí. Siguió compartiéndome el néctar de sus labios y en un momento movió sus manos para deshacerse de mi chaqueta rasgada color púrpura, sin separarse. Yo no dejaba de absorber y disfrutar mi nuevo placer que se encontraba dentro de su boca. Su chamarra de cuero también salió después de un momento mientras él seguía a gatas sobre mí. Comencé a retroceder en la cama, me estaba cansando de estar en el borde así que subí mis piernas y las use para impulsarme hasta la cabecera mientras Jonghyun me seguía gateando y no se separaba de mi rostro y mi cuello. Besaba y lamía sabroso, había encontrado mi cielo personal. Sus labios, sus caricias, su roce hacían que todo se sintiera correcto.
Toqué la cabecera y detuvimos nuestro avanzar, la mano de Jonghyun ahora pasó a mi estómago y comenzó a acariciar mi abdomen frió subiendo lentamente. Levantando la playera blanca. Yo no me quedé atrás y comencé a pasar mis manos por su cálido y sudado cuerpo desde la espalda donde levantaba la playera negra ajustada. El estaba caliente tan caliente que mi frio cuerpo no tardaría en derretirse. Me despojó de la playera extendiendo mis brazos hacia atrás y luego pegó su nariz a mi torso. Su perfecta nariz que me volvía loco. Me sentí apenado al ver su mirada clavada en mi rostro mientras comenzaba a besar mi abdomen y jugar con su lengua en el. Me sentí mal por un momento, mis manos en su espalda hasta donde había levantado su remera me hacían notar la diferencia de un cuerpo vivo y saludable y un frio cadáver. Se debía sentir como si estuviera besando y acariciando a una fría muñeca. Solté su espalda por un momento, ante mi inseguridad pero él no tardó en hablar.
-Eres tan refréscate – dijo mientras lamía y saboreaba uno de mis pezones que disfrutaba el contacto. Traté de responder algo pero de mi boca solo salió un gemido que asemejaba al sonido de un gato. Su playera no tardó en desaparecer y me dedique a recorrer su perfecta espalda con mis manos mientras él me llenaba de placer.
Su mano que jugaba en mi abdomen descendió hasta mi pantalón y tocó mi despierto bulto. Me estremecí y levanté mi rodilla en un reflejo. Pero mi rodilla ahora rosaba también con su bulto, el comenzó acariciar en círculos mientras yo soltaba más sonidos curiosos que le hacía mostrar sonrisas mientras jugaba con mi ombligo.
-No… te…burles… – logré articular esas palabras pero luego un sonido más fuerte y erótico surgió de mi garganta. El rió abiertamente al oírme y yo en venganza comencé a mover mi rodilla en círculos haciendo que su extensión creciera al ritmo de la mía.
-¿Quieres jugar? – Dijo con la respiración cortada intentando sonar como una amenaza, pero se ahogaba entre sus propios gemidos a ratos roncos y a ratos agudos. Subió su mano hasta mi cinturón y lo abrió sin problemas, luego se concentró en el pantalón. Bajándolo lentamente haciendo que muriera (de nuevo) de las ansias poco a poco. Mi rodilla se detuvo cuando vi que su mano entraba a mi bóxer para seguir acariciando un momento y luego sacar mi miembro de su escondite. Lo sobó con el pulgar cerca de la punta, luego bajó lentamente con el índice. Me lanzó una mirada y al instante supe lo que tenía pensado hacer.
Antes de que pudiera decir algo su lengua ya se paseaba por la base de mi miembro, era húmeda y cálida se sentía demasiado bien, demasiado. En mi cabeza había explosiones causadas por el placer y mi cuerpo se retorcía ante el sentimiento. Su lengua comenzó a recorrer la extensión de abajo hacia arriba y de arriba abajo, yo sentía como si me faltara el aire, aunque era imposible ya que no necesitaba respirar, pero aun así lo deseaba tanto en ese momento. Sin aviso su lengua se detuvo y sus labios se abrieron para tomar todo de un bocado. Ahora su cavidad albergaba mi despierto miembro que palpitaba ante el subir y bajar de sus labios, su lengua aun jugaba con mi punta desde el interior. Los movimientos de su boca y el vaivén de esta se cordinaron con mis propios espasmos y mis caderas. Un esalofrío recorrió mi cuerpo, mi columna se dobló y levanté mi cadera.
Me había venido y en la boca de Jonghyun, lo miré asombrado. Y el lanzó una mirada llena de lujuria, saco mi miembro de su boca y tragó el contenido.
-Refrescante dijo mientras agachaba el cuerpo en una curva para llegar a mi boca y besarme, luego lamió mi cuello de nuevo. Mientras hacía esto pude escuchar el sonido de su cinturón al ser desabrochado y el zipper de sus pantalones bajarse. Ahora el estaba hincado entre mis piernas bien abiertas. Regresó hacia atrás y remojó varios de sus dedos en su boca, estaba por bajar la mano pero la detuve.
-No puedo sentir dolor – dije tomando su mano y sentándome para quedar cerca de su rostro.
-No te quiero hacer daño – me dijo de cerca, yo bajé mi mano hasta su bóxer para sentir el enorme, caliente y palpitante bulto.
-No me puedes hacer daño, no temas por eso –lo besé buscando otra vez ese néctar y ese calor, comencé a masajear su miembro con una mano mientras la otra se introducía dentro del bóxer para sacarlo. –Solo hazlo – dije recostándome de nuevo y abriendo más las piernas.
Me miró y le lancé una mirada sensual en respuesta, el tomó su miembro con una mano y la otra la apoyó en el colchón. Y lo introdujo lentamente, lo miré fingiendo molestia pero me había inundado de placer al instante al sentirlo tan engrosado dentro de mí.
Exhalé un gemido y me acerqué más a su cuerpo él en respuesta tomó una de mis piernas y la puso en su hombro para introducirse mejor. Gocé el momento en que comenzó a mecerse, sus caderas llevaban un ritmo suave al principio pero se fueron acelerando. Se dejó de recargar en el colchón y sus dedos pasaron a mi miembro que se había vuelto a despertar por el movimiento de Jonghyun y del colchón.
El rechinido de la cama era opacado por nuestros gemidos y el choque de nuestros cuerpos. Martilleaba y martilleaba, lo sentía fuerte dentro de mi cuerpo e inundaba mis oídos. Mis caderas también comenzaron a moverse mientras el miembro del chico de mis sueños rosaba mis paredes internas y masturbaba con rapidez y demencia mi miembro. El vaivén se volvió constante, todos nos sincronizamos al mismo tiempo, el colchón, Jonghyun y yo ahora seguíamos ese ritmo. Me doble para alcanzar su cuello y besarlo mientras todo pasaba. Mientras me inundaba de placer y los espasmos de nuestras caderas nos indicaban que nos acercábamos al momento deseado.
Continuó moviéndose a ese ritmo que me enloquecía, luego el escalofrío delirante volvió mientras lo acompañaban nuestros sonidos de éxtasis. Me curvé y lancé un grito ahogado y me corrí sobre nuestros vientres en la mano de Jonghyun, el se aferró a mi cuerpo y tomó mi hombro con sus dientes mientras su cuerpo temblaba ante lo inminente. Y no pasó ni un segundo cuando sentí la cálida semilla de Jonghyun en mi interior.
Caí rendido en la cama aun con algunos espasmos del momento, Jong cayó sobre mí. Nos esperamos hasta que recuperara la respiración y dejara de estremecerse con ese ritmo que me había vuelto loco y luego salió de mí. Acurrucándose a mi lado.
-Desearía que Taemin lo viera – dijo con la respiración aun cortada acomodándose en la almohada y extendiendo un brazo.
-¿Qué? – Me levanté para verlo mejor y con una mirada incrédula.
-No esto – dijo riéndose levemente – me refiero al deseo y la felicidad de sentirse vivo – me calmé y me acosté sobre su brazo acurrucándome con su bien formado pecho. – Como uno se llena de vida y es feliz por pequeñas cosas.
-¿Quieres convencerlo de que quiere vivir para qué él demonio acepte nuestro trato? – Pregunté empezando a descubrir su plan.
-Quiero que el desee vivir – afirmó con su cabeza – que sienta como me siento vivo cuando estamos todos juntos riendo o discutiendo, que sienta como me siento lleno de vida cuando sonríes, como disfruto cada momento a tu lado, como me llena de vida cuando cocinas para mí y como me siento en el paraíso cuando hacemos cosas como esta – me abrazó.
-No creo que Taemin sienta lo mismo – dije sonriendo – pero sé que disfruta cuando come sus cosas favoritas, cuando charlamos todos, cuando le acaricias la cabeza y cuando lo haces reír- Dije mirándole – mañana mismo tenemos que mostrarle todo eso. Debemos enseñarle lo felices que somos juntos, como disfrutamos de la vida y lograr que quiera quedarse aunque sea en manos del demonio.
-Prometo no llorar mañana – Jonghyun me abrazó aun más fuerte – pasaremos todo el día a su lado enseñándole las cosas buenas de la vida – empezó a llorar.
-Más te vale que no llores frente a mi niño – le pique la pansa haciendo que se retorciera por las cosquillas y luego me puse serio.- Jonghyun.
-Dime Key– me miró también con seriedad. – Estoy dispuesto a dar mi nueva vida por Taemin – retrocedí un poco para verlo mejor – se que yo ya debería estar muerto, pero mañana haré todo con decisión por el pequeño. Solo te pregunto qué estás dispuesto a dar tu para saber si detenerte – me miró asombrado y luego se acercó a mi rostro.
-Estoy dispuesto a darlo todo, hasta mi vida – dijo rozando nuestras narices – así que deberás intentar detenerme, pero no puedo asegurarte que lo logres – me besó en ese instante tierna y cálidamente. Diciéndome que no me dejaría solo, que éramos los dos o nada, pero aun así haría todo para que él se viera involucrado. Tras el beso no tardó en caer rendido entre mis brazos. Me quedé ahí toda la noche observándolo tan angelical y pacífico. Cuando pensé esto giré mi cabeza y vi la razón de mi alarma. La angelita estaba parada cerca de los pies de la cama observándonos. Me apené al instante y me cobijé con las sabanas escondiendo mi rostro en el pecho de Jonghyun. ¿De verdad había visto todo? ¿Qué pensaba un ángel de eso?
La vergüenza me dejó congelado en ese lugar hasta la mañana siguiente cuando nuestro plan para que Taemin conociera la alegría de estar vivo fuera llevado a cabo.

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