Las 6 Camas de mi Habitación

Las 6 Camas de mi Habitación +Capítulo 05+

05

Lo que los padres le hacen a sus hijos

Los días pasaban aun más lento. Mi espejo ya no era el mismo, al menos eso pensaba. Para agrandar mis problemas decidieron trasladar a mi pollifero amigo a un hospital con especialidad en hipnosis.  En nuestra despedida parecía aun humano, no sabía cómo iba a solucionar todo sin mi cerca. Últimamente era la única persona con la que hablaba, no podía parar de pensar que si se lo llevaban lejos perdería su último rastro de humano.

El día que se fue estaba lloviendo muy fuerte y cacareaba de un lado al otro, parecía gallina en fuga.  Pero cuando me puse de pie frente a él solo me dijo: es hora de dejar el pasado, vamos a salir de aquí los dos y tomó mi mano. Luego solo la soltó lentamente y  caminó hasta donde estaban los enfermeros.  Cuando me asomé por la ventana otra vez cacareaba y cantaba de un lado al otro.

Me quede solo en mi habitación las 6 camas vacías me causaban mucho dolor. Había perdido tanta gente. Mi apariencia ya no me importaba tanto en comparación con todo lo que había sucedido todos estos años.

Decidí ir con el doctor bueno para nada, tenía que salir de ese cuarto, de esa cama donde lo había perdido mientras lo tenía en mis manos. Del cuarto maldito donde la enfermera planeaba como robarle el corazón a mi amigo y donde se resguardaba del mundo mi pequeño novato. Quiero ir a casa, le demande al doctor.

Ya te habías tardado en venir a verme, por lo general te saltas tus citas, esa era la respuesta que tenía. Pero accedió a aceptar mi liberación si mis tutores me querían tomar. Intenté llamar a casa varias veces, las enfermeras me ayudaron, llamaban cada vez que podían.

Yo me preparaba para salir de ahí. No me importaban mis padres. Fui a la recepción y les dije que me iba, que ya era mayor de edad y podía decidir por mí. Ellas solo se veían algo confundidas y luego con tristeza. No podemos hacer nada, no tienes tus papeles aunque seas mayor de edad y tus padres responden por ti.  Ellos responden por ti, no podemos dejar que salgas solo, además por lo menos algún otro pariente o algún amigo que esté dispuesto a responder por ti.  En ese momento me di cuenta que no tenía a nadie, era la persona más solitaria del planeta, había perdido a todo aquel que había amado y ahora pagaba las consecuencias. Ni mis padres me querían.

Mis padres siguieron sin contestar por días y cuando contestaron dijeron que me quedara más tiempo. No podía seguir ahí.  No más, ni siquiera mi espejo podía salvarme ya.

Empecé a dejar de comer, de dormir, de hacer todo, si pudiese dejar de respirar lo haría sin problemas. Intentaron darme sueros, alimentarme por un tubo, de todo, pero yo estaba dispuesto a no seguir así. Intentaba llamar la atención de mis padres.

El doctor claramente dijo que mi condición se debía al encierro, que con sacarme de ahí sería suficiente. Todos los enfermeros buscaban alguna manera de que pudiese salir sin la ayuda de mis padres. Yo aun tenía confianza de que llegaran por mi cuando me pusiera muy mal.

Cuando mis fuerzas se apagaron solo me acurruqué en el lugar donde Jong había dejado este mundo y esperé a mis padres o a Jonghyun,  alguno de ellos vendría por mí. Por fin saldría esa noche de ese lugar. Pensaba en volver a ver a mi llameante amigo Minho, a mi pequeño Taemin y a mi dinosaurio Jong. Tal vez en un futuro no muy lejano vería a La Gallina Onew Jinki.  Todos esos nombres estaban en mi mente siempre lo habían estado no podía borrarlos, ahora me estaban llamado en el cansancio Kibum. Key ya no sentirás más frio, dolor, ni hambre, ellos o tus padres vendrán.

Me pregunto por qué la cama de mi lado nunca tuvo a nadie. Alguien vendrá luego y verá una vacía habitación. Nunca más estará el ahí para conocer alguien más que luego se desvanecerá de su vida. Una enfermera entró y gritó al momento de verme, más enfermeros llegaron, buscaron a los doctores, solo hacían ruido a mi alrededor, yo quería que estuviesen callados. Quería descansar de ese lugar, solo quería salir de ahí.

Mis padres nunca llegaron, pero mis buenos amigos sí, todos dejamos ese lugar.  Todos estábamos en otro lugar…

 

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Las 6 Camas de mi Habitación +Capítulo 04+

04

Lo que la venganza afecta en el cuerpo

Hoy debía maquillarme muy bien, pensé, porque es el día que vamos a salir al pueblo.

Estaba contento no era una gran salida pero por lo menos íbamos por una bebida a un restaurante.  Debía verme excepcional ya que nuevas personas me verían por primera vez, que enorme privilegio. Salí con todos aquellos calificados para ello y tomamos nuestra bebida y volvimos, cualquiera diría que no fue nada, pero para mí fue suficiente salir de ahí por un momento, tenía mucho tiempo sin hacerlo. Cuando volví ahí estaba parado junto a la cama de en medio, de la hilera de Llamita y el novato, un nuevo chico.

Cabello parado de color café con restos de cabello decolorado en las puntas. No era tan alto pero parecía estar ahí parado sin hacer nada. Su piel era envidiable, deseaba arrancársela para usarla yo, pero eso sonaba a una locura. Luego entró La Gallina que había pasado toda su tarde en el patio dispuesto a dormir porque se había puesto el sol.

El chico nuevo no hablaba, a veces  hacía sonidos como de dinosaurio pero no hablaba, creo que estaba físicamente incapacitado para hablar. No sabíamos nada sobre él, solo que tenía la tendencia a suicidarse, lo cual no era novedad en esta ala. Mi interés por el fue creciendo. Todos los martes su hermana iba a verlo y a llevarle cosas, el solo parecía igual de triste que cuando llego, no había ningún cambio.

Un día me arme de valor y decidí mostrarle toda mi belleza  y preguntarle por su hermano.

El Dinosaurio era un cantante famoso, bueno al menos lo intentaba, tenía una hermosa voz y un gran talento. El fue seleccionado para un espectáculo con el papel principal después de una ardua competencia. El día del estreno unos tipos enmascarados lo golpearon y lo llevaron al callejón de atrás, donde le dieron de beber ácido a la fuerza. Su suplente tomó su lugar esa noche y todas las posteriores. Los maleantes habían destrozado su voz.

Intentó todo para recuperarla, tratamientos, operaciones de todo, pero los doctores dijeron que nunca más volvería a cantar. Al parecer ese era el único motor en toda su vida, no tenía nada más que eso. Hace tiempo le habían diagnosticado cáncer y no había forma de erradicarlo de su cuerpo. Pero sus deseos de cantar lo habían llevado a disfrutar su vida al máximo y ni temer el día de su muerte. Ahora no tenía nada, su hermana esperaba que volviera a estar feliz, por lo menos hasta su muerte. No quería que acabara cobardemente con su vida.

Yo lo podía observar ese chico de verdad sufría ¿Qué tenía de malo adelantar su inminente muerte? Sin embargo su hermana alabó mi belleza y me pidió que lo ayudara. Así fue como comencé a buscar una forma de que apreciara sus últimos días.

La Gallina y yo intentábamos todo para hacerlo sonreír. Le mostré mis mejores atuendos, la mejor zona del parque, le contaba sobre el Novato y sobre Llamita, intentaba todo. Parecía comenzar a suavizar sus facciones.

Después de un tiempo comenzó a disfrutar de las pláticas sobre belleza, de la comida extraña de la cafetería, de las expresiones pollescas de nuestro compañero. Le gustaba mucho la música le enseñamos algunos de los pasos del novato, parecía contento de aun poder expresarse. No paso mucho tiempo en que empezara a escribir para expresarse.

Pero los buenos tiempos estaban por terminar. Su condición empeoró y se debía de quedar en cama todo el tiempo.  Pensaron que sería mejor trasladarlo a un hospital y que no se quedara en el manicomio. Su hermana se negó rotundamente, decía que él quería estar ahí, que así lo había escrito, que lo dejaran ser feliz por última vez.

Tenía conciencia a ratos y en otros no podía despertar en varios días. Cuando estaba despierto hablábamos, lo peinaba y arreglaba, ver mi esplendor todo el día le podría hacer daño pensaba.  Pero no me importaba, me gustaba hacer cualquier cosa junto a él, para estar encamado aun era bastante hiperactivo. Llegaron días en los que ni siquiera se pudo parar un momento, que le fallaba la respiración y que parecía que se iría en cualquier momento. Bueno era seguro que iba a pasar pero nadie estaba seguro cuando exactamente.

Una noche se levantó mientras dormíamos y caminó hasta mi cama, me desperté al ver su figura observándome.  ¿Quieres acostarte también?  Le pregunté y él respondió afirmativamente con la cabeza.  Se acostó frente a mí en mi cama ambos de lado sobre la almohada viendo nuestros rostros. Te vez bastante cansado, le dije mientras tocaba su rostro y acomodaba y cabello. El me detuvo y sostuvo mi mano descansándola sobre la cama. Ahí nos quedamos frente a frente sin soltar nuestras manos en silencio. Intentaba mantenerme despierto pero no tarde en sentirme muy cansado. Me voy a dormir le dije entre sueños, el volvió a asentir con su cabeza.  Luego sentí como un cálido sentimiento tocaba mi frente. Si definitivamente alguien había besado mi frente como cuando era niño.

Cuando canto el gallo (de nuevo mi compañero de cuarto)  desperté y sentía algo frio en mi mano. Era la mano del Dinosaurio lo que estaba helado, lo tome del hombro y trate de despertarlo para que regresara a su cama. Empecé a sacudir con fuerza al ver que no despertaba, continúe y continúe, gritaba como loco. Los enfermeros no tardaron en llegar y el aun no despertaba.

Comenzaron a jalarme para que lo soltara, JONGHYUN, JONG, seguía gritando mientras me separaban, tenía tanto tiempo sin llamar a las personas por su nombre que pensé que si lo hacía me contestaría sin problema pero no lo hizo. No se lo lleven, no nos separen, él quería estar conmigo, todos mis gritos no servían mientras me aferraba con fuerza al cuerpo de Jonghyun.  No me dejes, empecé a llorar, no me dejes, quédate aquí en esta habitación, pero con este último grito sentí como me separaban de él y me cargaban hasta el otro extremo de la habitación, parecía una distancia enorme, a un lugar al que no podría volver.

Me dejaron sentado contra la pared mientras lloraba. Tranquilo Key, me dijo una enfermera, el está en un lugar mejor. Ese era mi nombre tenía años sin oír mi nombre.

Ese día el Dinosaurio no despertó nunca más…

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Las 6 Camas de mi Habitación +Capítulo 03+

03

Lo que el abuso causa en un estudiante

Hubo cambios dentro del hospital (casa de locos) el personal fue evaluado y se pensaban hacer mejoras. Aunque apareció todo el asunto en las noticias mis padres nunca vinieron a verme, sabía que no vendrían ver tanta belleza podría dejar un trauma en sus vidas.

Sacaba cada uno de los horribles bellos que existieran en mi rostro, no importaba lo delgado que fuera, no dejaría que manchara mi pura belleza. Mi espejo me acompañaba, desde la muerte de mi vecino de cama me dedicaba más tiempo a mi belleza. Inclusive el doctor me había vuelto a poner en la fase de peligro (cuando puedo hacerme daño a mi mismo por mi obsesión).  Pero ese día llegó nuestro nuevo compañero de cuarto. Llegó caminando con la cabeza agachada y cargando una maleta.

Se trataba de un niño mono con el cabello cobrizo y un corte peculiar. Parecía tener potencial  para tener un gran estilo, pero no lo intentaba. Lo pusieron frente la cama de La Gallina en la hilera de Llamita. Un hongo, pensé, definitivamente se trata de un hongo. Me recosté en la cama y me puse a observar mi espejo.

Pasado un rato me di cuenta que nuestro nuevo compañero y La Gallina estaban hablando. Eso era bueno La Gallina no hablaba con muchas personas, creo que últimamente solo hablaba conmigo.

El chico se divertía en las clases de baile del salón, inclusive agregaba nuevos pasos, era bueno, mil veces mejor que nuestro instructor de pacotilla. No hablaba mucho, era muy introvertido y gritaba cuando la gente lo tocaba.  No podía aguantar a la gente observándolo, escapaba de los lugares solitarios o con mucha gente  y muchas veces solo se sentaba en un rincón.

Según las cotorras enfermeras se había intentado suicidar varias veces. Una vez trató de saltar del techo de la escuela pero un maestro lo detuvo, se cortó las venas pero lo encontraron antes de que se desangrara, se intentó asfixiar con una bolsa de plástico y por ultimo con una sobredosis, todos sus intentos en vano.

Le empecé a enseñar cómo usar productos de belleza y como sobrevivir en esta casa de locos (literalmente) por alguna razón me empezó a apodar mamá y yo le decía novato.  Era bueno tener una persona cuerda con quien hablar. Pero aun así el mayor problema es que no quería compartir el porqué de su situación y porqué no le gustaba que lo tocaran. Sus padres también se preocupaban por eso y por eso estaba en ese lugar.

Cuando tomo confianza de todos y en la terapia en grupo se levantó un día y dijo. En mi escuela me molestan e inclusive abusaron de mí varios compañeros y un profesor. Todos estábamos atónitos, creo que la mayoría queríamos ir a su escuela enfurecidos a golpearlos a todos. El doctor lo saco de la terapia en grupo y después se hizo una junta.

Todos sabíamos que algo así pudo haber pasado, pero nadie esperaba que fueran varias personas. Nuestro novato debía estar destrozado, por eso había terminado en un manicomio. Sabemos que los doctores y las autoridades se encargaron del asunto. El profesor terminó en la cárcel y los compañeros en un reformatorio, bueno todos menos uno. El hijo de un prominente político se salió con la suya.

El doctor le dijo al novato que pasaría algo de tiempo para que viera las cosas de forma normal.  Pero que algún día tendría de nuevo confianza. Parecía que las palabras del inepto doctor le daban fuerza a mi joven amigo. La Gallina lo protegía como podía y yo le enseñaba cosas. Era tan feliz de tener alguien que me admirara tanto tiempo.

Una tarde llego una visita para él, se trataba de un chico. Me daba mala espina, así que me quedé cerca para ver qué pasaba. Cuando El Novato lo vio su rostro se altero, al instante lo supe era el bastardo que se había escapado de la ley. El que más lo molestaba y había abusado de él. Le dijo que nunca se desharía de él y que se fuera haciendo la idea de vivir con él siempre siguiendo sus pasos, como su sombra. Intente ir para allá, pero la reja me lo impedía. De la nada apareció La Gallina y descargó una gran cantidad de picotazos sobre él.

Los enfermeros aislaron de nuevo al hombre pollo y nuestro novato regresó a su estado anterior en el cuál su vida no valía nada y solo estaba para que los demás abusaran de él. El doctor no vio mejoría en mucho tiempo aunque todos creían que La Gallina era un héroe sabían que no podrían proteger al chico de esa persona. Así que firmó una orden de traslado a otro manicomio en otro estado.

Era lo mejor, hasta sus padres lo aceptaron sin problemas, así fue como se marchó el único chico que no me llamaba Diva en el manicomio, aunque estaba feliz que se alejara de ese horrible chico.

Tiempo después vimos en las noticias que un joven se había suicidado en un manicomio al sur del país. Al parecer estando en aislamiento después de varios intentos se había mordido la lengua y desangrado hasta la muerte. Mi gran sorpresa fue cuando vi la foto del Novato en el televisor. Todos estábamos asombrados, todos lo sabíamos después de que nos dijeran que estaba mejorando y pensaban darlo de alta, ese desgraciado lo había encontrado. Siguió sus pasos como su sombra hasta la muerte.

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Las 6 Camas de mi Habitación +Capítulo 02+

02

Lo que la presión puede generar  en un atleta

Amaneció como siempre en mi habitación y canto un gallo, bueno mi compañero de cuarto. Me senté en el borde de la cama y saque mi espejo y empecé mi labor de todas las mañanas, tenía que lucir bien hoy también sino, no podría apantallar a todos con mi belleza.

En ese momento un enfermero llegó con una camilla a la habitación, parecía un chico bastante alto al que traían, su cabello castaño algo largo  y desordenado parecía quemado en las puntas al igual que el brazo que se podía ver saliendo de la sábana.  Lo pusieron en la cama frente a la mía. Una enfermera lo arropó con cuidado y luego me lanzo una mirada bastante agresiva. Pero no me importaba tenía que concentrarme en mi espejo.

El chico nuevo tenía ojos grandes, lo supe al siguiente día cuando fue a comer  a la cafetería o lo que fuese ahí. Yo solo me sentaba para que todos apreciaran mi atuendo de ese día, tenía una nueva bata, deprimente pero me hacía sentir mejor estar diferente a los demás, destacar era lo mío. Habían cortado su cabello dejándolo con un corto copetito, definitivamente un peinado de manicomio, pero en el no se veía mal. Sus brazos y piernas se encontraban vendados.

Por las mañanas tenía la necesidad de hacer ejercicio, correr, sentadillas, abdominales, lagartijas, de todo.  Yo pretendía no observar lo que hacía mirándome en mi espejo, pero sí que se torturaba a sí mismo.  Lo empecé a llamar llamita debido a que había llegado todo quemado.

No parecía una mala persona por el contrario era bastante agradable. Sin embargo tenía el peor de los caracteres cuando perdía en los juegos inútiles que hacían los doctores buenos para nada. Una enfermera que siempre estaba cuidando de él decía que era su obsesión de ganar su mayor problema que si no fuera por eso el sería perfecto.

Llegué a odiar a esa mujer, siempre se metía en mí habitación y hablaba con Llamita, al cual ya lo tenía fastidiado, creo que hasta La Gallina estaba fastidiada por que la perseguía a veces para que se saliera. Llamita solo le daba risa lo que hacía nuestro plumífero amigo, por lo que encontré una buena persona con la que hablar.

Poco a poco fui armando su historia. Llamita era un niño dotado en el aspecto físico, por físico me refiero a los deportes. Tenía una gran cantidad de trofeos y medallas desde pequeño. Su padre orgulloso lo inició en las competencias nacionales y le puso un arduo entrenamiento.

A él le gustaba correr, saltar, hacer de todo. Pero gracias a su padre generó una aberración a la derrota. Su padre decía constantemente en este mundo no hay espacio para los perdedores y le imponía fuertes castigos y entrenamientos agotadores  para que lo comprendiera. Llegó al campeonato internacional de atletismo, sin embargo fue descalificado debido a drogas que su padre hacía que tomara para el mayor desempeño. Nada ilegal, aclaraba, pero si problemáticas ante los test anti-doping.

Esa fue para Llamita la peor de las derrotas y se impuso un castigo a sí mismo, además del arduo entrenamiento, cada vez que fallara quemaría una marca en su brazo. La última vez que lo hizo se prendió en llamas por accidente.

El me parecía una persona bastante normal para estar ahí. Su padre lo visitaba frecuentemente y mejoraba rápidamente, estaba seguro que saldría en poco tiempo. Además su padre que se culpaba constantemente iba a terapia y había aprendido a no exigirle tanto a su hijo.

La verdad, me ponía orgulloso de Llamita cuando no se quejaba por perder o inclusive dejaba ganar a los otros en los torpes juegos del hospital. Era joven claro que podría salir de su complejo rápidamente y volver a su vida normal, bueno eso pensaba, los pacientes no son los únicos locos en un manicomio.

El Psicólogo lo analizó por última vez y decidió que era tiempo de marcharse, que no se volvería a hacer daño solo por una simple derrota. Me despedí de él esa mañana y le di uno de mis mejores  productos para el cuidado del cabello. Las enfermeras también se despedían, los otros pacientes igual, parecía que nuestro carismático amigo tenía más fans que yo. Cosa que me molestaba demasiado.

Salí de mi habitación a mostrar mi esplendor  al jardín, solo para que me llamaran un rato más tarde. Parecía que La Gallina revoloteaba de un lado al otro y nadie entendía por qué, bueno solo le hablaba a algunos pacientes. Cuando llegué a preguntarle solo me dijo ella se lo llevó. Al momento supe que teníamos que buscar a Llamita antes de que fuera demasiado tarde.

La Gallina me lo había dicho esa mujer lo preocupaba desde que habían dicho que Llamita saldría parecía más odiosa de lo normal.  Lo buscaron por todos lados, yo también prestaba mi hermosa presencia para esa tarea. Cuando lo encontramos ya era demasiado tarde, aunque su padre lo esperaba en la recepción nadie se figuraba como decirle. Su hijo ahora se encontraba muerto en un armario de limpieza y alguien le había sacado el corazón mientras estaba con vida.  Un enfermero me alejó de ese lugar al igual que a otros pacientes, todos estaban desconsolados.

Esa mujer se había obsesionado hasta un punto en que si no lo tenía con ella, no dejaría que nadie más lo tuviese. La encontraron desangrada en el techo con el pecho abierto y dos corazones dentro de ella.

Tiempo después se dieron cuenta que había cambiado los informes varias veces y escondido píldoras para que Llamita se quedara más tiempo. Todos estaban asustados, muchos pacientes fueron trasladados. La peor de las noticias llegó cuando se enteraron que el padre de la Llamita se había suicidado por la culpa.

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Las 6 Camas de mi Habitación +Capítulo 01+

01

Lo que el estrés puede causar en una persona saludable

Y fue así como llegó un chico peculiar a mi habitación. Supongo que estaba bien y parecía tener un poco de estilo, no tanto como yo. Tenía cabello lacio algo largo pintado de un color castaño claro, supongo que podría medir  casi lo mismo que yo, pero no estaba seguro.

Lo ubicaron en la cama junto a la ventana una cama nos separaba. Además  ese día que llego estaba ocupado con una nueva crema facial que me habían mandado. Aplicaba y aplicaba esperaba que las marcas de la edad desaparecieran, a veces me preguntaba ¿Qué edad tenía? No importaba en realidad debía tener alguna enfermedad por la cual los años no pasaran en mi, ya que seguía siendo joven y hermoso.

Mi compañero no se movió en algunos días estaba completamente sedado. Había intentado suicidarse saltando a la autopista, por lo que rumoraban las enfermeras chismosas.  Era normal en esta zona del manicomio, se especializaban en personas que eran autodestructivas. Cuando empezó a mostrar señales de mejoría solo se quedaba sin hacer mucho, dormía hasta tarde, veía televisión en la sala común y comía lentamente. Parecía que le gustaba estar sin hacer nada, en lo personal me empezó a parecerme aburrido.

Un día en el comedor sirvieron pollo y se podría decir que tuvo un ataque o algo así. Gritaba de un lado al otro, POLLO, POLLO, POLLO, muchos se descontrolaron en ese momento, así que mi compañero terminó en confinamiento con camisa de fuerza.

Cuando volvió parecía igual de calmado que antes y sin ganas de hacer nada. Pero esa misma tarde mientras arreglaba mi cabello frente a mi espejo de fantasía empecé a oír un ruido peculiar. Era como un cacareo, si de eso trataba volteé hacía dos camas a mi derecha y ahí se encontraba mi compañero moviéndose de forma peculiar con las manos en la cintura y los codos hacía atrás, ahora era una gallina.

Los doctores no podían explicar lo que había pasado. Pasaba horas en el jardín picoteando el piso con la nariz, un comportamiento bastante interesante. Comencé a averiguar cosas sobre él.

La Gallina (apodo dado por mi) era un joven con un prominente futuro. Desde temprana edad trabajaba en una importante compañía. Llegó a ser asistente del vicepresidente rápidamente y parecía que ocuparía ese puesto en un corto tiempo. Tenía un gran departamento, un auto, una bella prometida inclusive una casa en la playa.  Su única imperfección era su torpeza, tendía a tropezarse y a caerse con facilidad.

Eso fue lo que lo llevó a este estado.  Un día mientras servía el café y otras bebidas a unos inversionistas se tropezó y toda la charola cayó directamente sobre el traje italiano de uno de los mafiosos más poderosos de la ciudad. Triste desperdicio de un buen traje italiano. Tuvo que ser despedido, las cuentas empezaron a agobiarlo y para no perder a su prometida, que era bastante interesada, pidió préstamos.

La grave situación lo llevó a las apuestas y terminó debiendo todavía el doble, su vida se desmoronó. Los prestamistas lo golpearon y posteriormente le quitaron todo,  su novia se casó con otro y lo llamó un desperdicio de humano. El estrés  le generó varias enfermedades y los costos del hospital ya lo habían dejado completamente en la calle. Su única salida de la miseria que lo rodeaba era la muerte. Planeo su muerte por algún tiempo, pero al desesperarse simplemente terminó saltando a la autopista, era lo más barato según él.

El golpe no fue efectivo y terminó en el hospital con más cuentas y una demanda. El juez decidió que sufría de demencia por el estrés así que lo mandó a esta institución. Y ahora era un pollo gigante en mi habitación. Cantaba en las mañanas y se dormía temprano, cacareaba todo el día de un lado al otro y rara vez hablaba con las personas. Algo que me parecía muy curioso es que comía pollo. Un pollo comiendo pollo.

Un día  que me veía perfecto y no encontraba que más hacer para verme mejor, me acerque a su cama y le pregunté ¿Por qué eres un pollo? El solo sonrió y me dijo por que los pollos tienen una vida más sencilla no como la de los humanos, quiero seguir siendo un pollo por siempre.

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Las 6 Camas de mi Habitación (Intro)

Las 6 camas de mi habitación

(Fuerza Friki 2011)

 

Me encontraba en mi gran habitación, en la que me habían metido mis padres hace tiempo. Sabía que había pasado por lo menos un año, pero no me importaba por que la noción del tiempo me había abandonado. Las camas en dos filas, tres de un lado y tres del otro, eran lo único en esa habitación,  nada más.

A veces me preguntaba ¿Cómo llegué aquí? ¿Por qué no había salido? Había visto tantas personas estar ahí e irse o trasladarse pero yo ya llevaba mucho tiempo en esa cama con sabanas blancas solo acompañado de mi pequeño espejo de fantasía. Si tan solo me dieran un espejo decente.

Recordé que había tenido un buen espejo hace tiempo, pero me lo habían quitado después de que lo había roto e intentado usar para arrancar un barro de mi perfecto rostro. De hecho esa historia se parecía a la razón por la cual mis padres me habían aventado ahí.

Ese día me veía al espejo como siempre y había descubierto que mi atuendo y cabello eran perfectos pero luego me di cuenta que mis ojos se veían más pequeños de lo normal, por lo menos eso pensé. Los ojos grandes se me verían mejor, de eso estoy seguro. Así que tomé un cuchillo y me dispuse a cortar mis párpados. Mi madre solo gritaba histérica, no entendía que su bello y hermoso hijo único podía ser aun más bello. Por eso terminé aquí, en esta casa de locos con mi espejo como único compañero constante. Mis padres rara vez me visitaban y nadie era tan hermoso como para que yo le hablara. Ni siquiera me importaban los nombres de las demás personas, solo los llamaba por apodos, de todas formas nadie conocía mi nombre.

De seguro viviría mucho tiempo solo en ese manicomio rodeado de torpes enfermeras, estúpidos ayudantes y patéticos doctores. Esperando que pusieran más personas en mi misma habitación para que admiraran mi belleza…

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