Archivo mensual: agosto 2013

Mi primer Minkey +Capítulo 01+

Mi  Primer MinKey

01

Levanté la vista para ver los rayos del sol pasar entre las hojas de los árboles, suspiré de nuevo y vi hacía mi lado esperando respuesta de la persona que me acompañaba.

-¿Qué opinas? – Le pregunté ansioso mientras la chica de labios gruesos y alegre sonrisa seguía las pequeñas letras en su teléfono.

-Aun no termino – dijo levantando la mano para bloquearme y suspiré volviendo a ver hacía las canchas, me asombraba que pudiesen correr tanto en ese calor. Miré como todos los miembros del equipo de futbol corrían a un lado al otro detrás del balón. Yo solo sudaba de pensarlo y pasé mi vista a la refrescante fuente a la entrada de la preparatoria, me daban ganas de desnudarme y correr al lugar. Creo que estaba por hacerlo pero la voz de mi amiga me despertó de mi trance al ver las gotas caer – ¡Es muy lindo! –Abrazó el celular mientras se balanceaba de un lado al otro – ¡Me encantó cuando tomó su rostro y luego cuando…! – Cubrí la boca de mi amiga mientras un grupo de chicos pasaban y ella solo pudo sonrojarse.

-Perdón – dijo cuando bajé la mano al ver que los chicos no habían notado nada respiré aliviados.

-Tu lado fujoshi sale muy fácilmente – me burlé un poco de ella y en respuesta infló los cachetes algo enfadada para luego sonreír.

-No es algo que deba de avergonzarme – dejó el celular a su lado y me miró sonriendo de lado – además te puedo considerar aun más fujoshi que yo. – Soltó una suave risa mientras yo me apenaba algo, aunque no estaba seguro que fujoshi fuera un buen término para mí, el japonés nunca ha sido mi fuerte.

-Volviendo a la historia – tomó su celular cuando la interrumpí y volvió a mirar la pantalla. – Si es tan lindo ¿Por qué nadie la lee? – Bajé la cabeza algo desanimado y ella me miró.

-Creo que es complicado empezar con una pareja no existente – dijo viendo el pequeño blog donde había tratado de publicar – por lo general todos leen fanfiction, algo donde puedan identificar un personaje o sientan que es posible por cómo se tratan ¿Has intentado con alguna banda o grupo? Esos fanfics son muy leídos actualmente.

Negué suave – Me ha costado buscar información y cuando los veo, no sé, siento que no los puedo conocer como a mis mismos personajes, no paso tanto tiempo con ellos-

Mi amiga se puso de pie y comenzó a avanzar de un lado al otro – ¿Te gusta una serie de libros, manga o anime? – Afirmé un poco y luego suspiré.-

-Pero muchos ya han escrito sobre ello, solo quería tener mi propia historia para dedicarme a esto, pero muchas personas ya lo hacen, no creo conseguir ni un lector – la chica se paró frente a mí y negó con su dedo.

-Tú ya tienes una lectora – sonrió amplio y se señaló con la palma extendida sobre el pecho – la alegre Sulli siempre será tu primer admiradora y lectora regular.

-Gracias – sonreí leve al escucharla. Era bueno tener una amiga con esos gustos, al fin y al cabo nos habíamos conocido por nuestra extraña afición.

-Muy bien, busquemos algo de lo que conozcas más – se sentó a mi lado de nuevo cruzando los brazos- ¿Dónde pasas más tiempo y con quienes convives más? –me miró expectante y comencé a pensar.

-En mi casa – ella me miró alzando una ceja – y en la escuela – esperó que le dijera más pero notó que ya no había más lugares solo con verme.

-Contigo no se puede Taemin – dijo molesta- también paso mucho tiempo en la escuela, pero aun así voy a mis clases de teatro y canto y a veces al Karaoke ¿Qué podría haber de interesante en la escuela?  – Sus reclamos se detuvieron y por un momento se quedó helada – ¡Eso es!

Comenzó a buscar en su teléfono deprisa mientras yo intentaba observar lo que hacía.

-¿Qué es? – Pregunté después de un rato al no poder averiguar.

-Mira – me pasó el teléfono con una página con el sello de la escuela – en esta página las chicas hablan de los chicos populares y lindos – comencé a ver publicaciones con fotografías de algunos de mis compañeros entrenando, otros donde parecían acosarlos en la calle y además lugares donde les ponían calificaciones.

-Esto da miedo – seguí viendo las fotografías y Sulli volvió a hablar.

-Conoces a los chicos de la escuela, sabes como son y si lo publicamos aquí, tendrás más lectoras que te ayudaran.  – Sonaba de locos pero al seguir bajando note algo peculiar.

-Mi nombre – Sulli intentó arrebatarme el teléfono y yo me levanté mientras entraba al enlace.

-Espera – Sulli saltaba mientras yo alzaba los brazos – no veas eso – por fin se cargó la página y me giré para ver lo que decía mientras Sulli seguía intentando quitármelo.

-¿Es una ternura? – Vi mi foto con algunos comentarios- ¿Parece niña? ¿Es más joto que.. -Sulli se sonrojó y tomó el teléfono.

-No vayas a leer más, las chicas son muy crueles – afirmé mientras pensaba que clase de imagen podía dar y me volví a sentar. – No te desanimes – Sulli se paró frente a mí.

-No lo haré, pero aun siento que la idea es una locura – ella negó y me enseño una foto.

-No lo es, solo debes poner a dos de los chicos más populares en tu historia.

-¿Quiénes podrían ser? – Miré alrededor, me sentía incomodo intentando imaginarme así a mis compañeros.

-Choi Minho definitivamente – me enseño una fotografía de Minho hyung algo sudado  con su toalla después del entrenamiento – es muy popular y las chicas lo leerían aunque no les interesara el yaoi solo por tener su nombre.

-¡Minho hyung! –Negué con las manos y la cabeza, en donde podría caber eso, de seguro me mataría – me dejará gravemente herido.

-No se enterará, ningún chico sabe de esta página. – Sulli sonrió – además lo conoces, así que es perfecto para tu historia.

-¿Y con quién? – Aún así no podía hacer una historia yaoi con solo un chico – Sulli comenzó a buscar en la página y luego su nombre resonó hacia la entrada.  Las cuatro chicas con las que siempre estaba la estaban llamando.

-Tendremos que verlo luego – tomó su mochila y se comenzó a alejar – se que conseguiremos la pareja perfecta – me dijo a la distancia y luego siguió corriendo para encontrarse con las demás.

Debí escucharla cuando dijo que debíamos verlo luego pero mi día continuó tan monótonamente que en la noche estaba agotado.

 

 

-¿Por qué no se conecta? – Esperaba en mi pequeña habitación, sentado frente a la computadora  a que Sulli apareciera y me pasara la página. Tras ver como nadie leía mi historia ya la idea de  hacer fanfiction con mis compañeros no parecía nada alocada, al final nadie sabría que había sido yo.

-¡Taemin!-

-¿Si mamá? – Me levanté por un momento para ver que sucedía y tras cenar volví a mi ordenador sin señales de Sulli, comenzaba a aburrirme girando en la silla cuando recordé la página y no me quedó de otra que entrar por mis propios medios.

Estuve una hora buscando, fue difícil de encontrar pero al final, estaba ahí por fin, solo debía crear una cuenta con una clave de la escuela. No temí e utilicé la mía con un nombre falso para pasar como chica, quién había creado esta página si se dedicaba bastante a mantenerla actualizada y arreglada, las cosas eran diferentes a la mañana, bajé bastante y volví a ver l foto de Minho hyung, tal vez Sulli tenía razón y era el mejor personaje. Ya había alrededor de 6 o 7 fotos nuevas de él  miré entre las fotos, estaban Onew hyung, Jonghyun de los que podía reconocer, pero me parecían que no encajaban con la historia que merodeaba en mi mente.

Quería escribir una historia simple y con alto grado de sensualidad para atrapar a mis lectores. Alguien que siempre estuviese discutiendo con Minho que fuesen como el agua y el aceite pero en perfecta armonía juntos y entonces lo vi, y lo vi varias veces, alrededor de 12 fotos en las últimas dos páginas.

-Kibum – sonreí ante la idea. Mayormente conocido como Key, era un chico sonriente, divertido, con una personalidad que hacía que todas las chicas quisieran ser sus amigas y estar cerca de él, con la tendencia a creerse perfecto, conocimientos de moda, estilo fashonista y sobreprotector. Varias veces había entrado en conflicto con Minho porque sus personalidades no encajaban sería interesante que tuviesen una relación secreta y prohibida y ante todos aparentaran indiferencia y hasta odio para mantenerse juntos.

Me sentía tan satisfecho con la idea que comencé a escribir, estuve horas desarrollando la historia, los encuentros en el salón de arte, los besos desesperados en el área boscosa detrás de las canchas cuando Minho entrenaba por mucho tiempo y una triste despedida en la enfermería debido a la familia de Kibum. Mi historia se volvió un one shot, un largo y triste one shot. Estaba tan orgulloso que a las 3 de la mañana sin importar que nadie me fuese a leer hasta el día siguiente solo publiqué la historia como anónimo  y me fui a dormir contento. Tal vez nadie me leería pero fue divertido imaginar a Minho así.

 

 

Me levanté ese día aun satisfecho aunque algo cansado y tras todas mis rutinas matutinas salí de casa con dirección a la parada del autobús solo para encontrarme con mi vecino.

-Bu.. buenos días- dije algo avergonzado, definitivamente no era bueno verlo esa mañana, no después de todo lo que había hecho que hiciera en lo que había escrito.

-¿Cómo estas novato? – Sonrió leve y miró hacia la dirección donde el autobús aparecería.

-Bien Minho-hyung – siguió mirando y yo intenté ver en otra dirección.

-No dormiste nada anoche ¿Verdad? – Dijo intentando hacer conversación y yo salté un poco del susto.

-¿Cómo? – Pregunté tragando saliva.

-Tu luz estuvo prendida hasta tarde mocoso, ya estás en la preparatoria, deberías aprovechar cada vez que puedas dormir, vendrán los trabajos finales y lamentarás no haber descansado. – El autobús llegó y Minho subió deprisa yo subí al último sentándome hasta el frente lejos de él. Casi no hablábamos tanto solo por formalidad porque éramos vecinos y nuestras familias se conocían, aun así esa conversación había sido más larga de lo normal. Sentía que había cometido un error y uno muy grave que terminaría pagando si alguien se enteraba.

Llegué pensando que la mejor idea era quitar la historia tan pronto se pudiera, le pediría su teléfono a Sulli y la borraría, no quedaba de otra, pero para mi sorpresa tan pronto entré al salón Sulli me arrastró el exterior. Me llevó algo lejos y sacó su teléfono.

-¿Es tuya verdad? – Me enseño mi historia, tomé el celular y afirmé algo confundido.

-Si ¿Ya la leíste? – Pregunté asombrado.

-¿Qué si ya la leí? Creo que fui la última y eso que mis amigas me llamaron temprano esta mañana para que la leyera – dijo tomando el teléfono y abriendo los comentarios – tienes 217 comentarios hasta ahora, algunas son cosas malas pero a muchas les ha gustado.

-Tengo que borrarlo – dije asombrado, de verdad todo iba demasiado rápido y cada segundo me arrepentía más.

-Tenemos que borrarlo pronto – Sulli me secundó y la miré asombrado. – Te dije que ningún chico sabía de esta página ¿Verdad? – Afirmé confundido. -Bueno – hizo zoom a uno de los comentarios y me acercó el teléfono.

Al instante noté lo que quería que viera, era un comentario bajo el nombre de KEY y decía … Quién hizo esto me las pagará…  miré espantado a Sulli  -¿Cómo es…?

-El creó la página Taemin – Sulli vio alrededor – y ahora todas las chicas de seguro ya lo leyeron, tenemos problemas…

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 02+

02.- Tu penetrante mirada

-¡Taemin! – alguien gritaba mi nombre, sentía que algo me alejaba de la obscuridad que me había rodeado, me había quedado estático por un rato observando esos ojos a los que tanto les temía, por más humana que fuera su forma sus ojos aun tenían un rojo intenso – ¡Taemin! – me volvían a llamar, así que empecé a retroceder levemente hasta que sentí como la obscuridad que me rodeaba se transformaba en una obscuridad diferente, donde la luna alumbraba el pequeño parque al que había huido.
-¿Taemin dónde estabas? – Sentí una mano en mi hombro y colapse – ¿Estás bien? Pasé por aquí varías veces pero no estabas.
-Volvió hyung – sentí como mis fuerzas me abandonaban y no supe nada más solo pude oír otra vez los gritos de mi hyung.

-Posiblemente se deba a toda la conmoción que ha pasado – una voz masculina hablaba a mi lado.
-¿Entonces fue solo el estrés doctor?
-Si señora, se repondrá en poco tiempo. A veces la tristeza es lo que más daño le hace al cuerpo humano. – Estaba seguro que no había sido la tristeza, fue eso, eso se llevó mucha de mi energía, mi pecho aun dolía y ahora sentía que el dolor se expandía.
-¡Taemin! – mi hyung vio que abrí los ojos y ahora corría hacía mi.
-¿Te sientes mejor hijo? – mi madre también se acercó.
-Estoy bien – mentí – solo estaba cansado
-Taemin – Jinki me miraba muy serio, se veía bastante preocupado – ¿Todo está bien?
-Sí, no te preocupes hyung.

Salí del hospital esa misma tarde, decidí quedarme callado y no hablar de lo sucedido con mi hermano. Conocía a Jinki se preocuparía demasiado por mí e inclusive haría guardia fuera de mi puerta como cuando éramos niños, solo esperaba que esa cosa no volviera por ahora.
La noche fue eterna, ahora temía a la obscuridad y cualquier ruido me mantenía alerta por el temor de hacer algo más que no deseaba. Mi conciencia me carcomía poco a poco, era un asesino y de una de las personas que más me cuidaba, los celos me habían llevado a cometer un horrible crimen.
No deseaba volver a hacerlo, decidí ir hasta la cocina y buscar algo con que opacar mi sed, en la mesa alguien había dejado un cuchillo. Lo observé por un momento, su brillante filo me llamaba, me obligaba a acercarme poco a poco. Llegué hasta el lado de la pieza metálica y comencé a acercar mi mano. La mejor solución era terminar con todo, la única forma de deshacerse de un asesino. Tomé el cuchillo y lo empecé a llevar a mi cuello, era el lugar más seguro para no dejar un cabo suelto, no quería que nadie más muriera por mi culpa. El frio metal estaba cerca…
-¿Qué demonios estás haciendo? – sentí un fuerte golpe y luego caí al piso por el impulso, sobre mí calló mi hermano. Se empezó a incorporar y me lanzó una fuerte mirada – ¿Qué pensabas? Te pudiste haber hecho daño – sus ojos se volvieron cristalinos y las lágrimas querían salir.
-Lo siento hyung – empecé a llorar como niño pequeño, algo me había llevado a eso, no me había podido controlar. Mi pecho volvía a arder y ahora mi hermano me abrazaba con fuerza.
-Quiero que me digas qué pasó realmente Taemin – dijo mientras sujetaba mi cabeza y la oprimía contra su cálido pecho.
-Eso volvió – dije entre llanto mientras me aferraba a su pijama y la estrujaba en mis manos, no quería que me dejara solo, no sabía de lo que era capaz y si esa cosa iba a volver.
-¿Por qué no me lo dijiste? – mantenía la calma y acariciaba mi cabello mientras seguíamos tirados en el piso de mosaicos de la cocina, recargados contra la pared.
-Tenía miedo… -detuve mis palabras y seguí llorando.
-No temas, nos desharemos de eso – dijo tomando mi cara en sus manos y volteándola hacia su rostro – encontraremos una forma – mi hermano era el único que me apoyaba con este temor durante mucho tiempo nadie nos creyó, pero nosotros siempre supimos que si había pasado.
-No – se solté de sus manos y volví a hundir mi cabeza en su pecho – por mi culpa Key está muerto – dije y volví a llorar con fuerza – esa cosa se lo llevó por que yo lo deseé así.
El silencio se presenció, lo sabía mi hermano se quedó ahí sorprendido, de seguro ahora pensaba que era un verdadero monstruo.
-¡No digas eso! – me tomó de los hombros y me alejó de su cuerpo yo solo giré la cabeza para no verlo de frente – la muerte de Kibum fue un accidente, no fue tu culpa y si estuvo relacionado con esa cosa tampoco fue tu culpa – lo volteé a ver muy sorprendido – no dejes que te engañe con sus palabras, solo quiere engañarte.
-Hyung – lloraba de nuevo pero esta vez me sentía un poco mejor, aunque aún sabía que todo había sido por mi causa.

La mañana en la escuela pasó normal, pensé que lo mejor era alejarme de mi madre para que no me siguiera preguntando si estaba bien. Pero entre más tiempo estaba en la escuela más notaba la ausencia de Kibum, aunque por lo general solo me esperara cuando terminaran las clases, todos se veían más apagados sin él fue cuando me di cuenta de que algo más faltaba. Sabía que Jonghyun estaba muy mal estos días y no andaba de un lado para el otro como siempre pero ahora ni su versión triste se encontraba por ningún lado.
Decidí ir a preguntar a su salón y parecía que nadie lo había visto, la verdad me preocupé. No me di cuenta cuando se fue en el funeral, mi hermano dijo que pensaba que estaba con él cuando había desaparecido.
Salí de clases y fui a buscarlo a su departamento, el vivía solo porque su familia era de un pequeño pueblo de pescadores y lo había mandado a estudiar aquí por su cuenta. La verdad no era la mejor idea dejar a Jonghyun vivir solo pero era la única manera de que recibiera buena educación. Subí algunos pisos hasta su puerta.
Intenté tocar pero la puerta estaba abierta.
-Jonghyun-hyung – dije un poco bajo para no molestar y entré para ver un cuarto sin su presencia y más desordenado de lo habitual, el piso estaba cubierto de fotos, parecía que había sufrido bastante. Me dolió el corazón un poco, todas esas fotos eran de Key, ni siquiera Kibum podría tener tantas fotos de sí mismo. Miré de nuevo las fotos y luego noté un marco roto junto a uno de los sillones, era una foto de cuando los tres habíamos ido a acampar, nos veíamos sumamente felices y Key tenía su ropa de siempre, lo que no había sido una buena idea. Esbocé una pequeña sonrisa, habíamos sido tan felices. Luego volví a ver el ostentoso marco y me di cuenta de que eso había estado en la habitación de Key. Era una de las fotos de Key, por eso había tantas, Jonghyun había entrado a la casa de Kibum.
Solté el marco y corrí hasta la parada del autobús, al no pasar nada decidí tomar un taxi, apresuré al chofer, posiblemente Jonghyun había vuelto a casa de Key. Pero debía apresurarme, temía que algo pudiera pasarle. Mientras estaba en el taxi mi celular empezó a sonar.
-¿Dónde estás vine a recogerte a la escuela hace horas? – me había olvidado de mi hermano.
-Lo siento hyung, pero Jonghyun desapareció, voy a buscarlo – colgué al instante por que nos acercábamos a la casa de Key.
Bajé del taxi y pagué rápidamente, luego corrí hasta la puerta para ver que una de las ventanas laterales estaba rota, parecía que la casa se quedaría un tiempo abandonada, más ahora que toda la familia había muerto. Me abrí paso por los vidrios y entré para ver como el lugar se había detenido en el tiempo. Era como si en cualquier momento Kibum y su familia pasarían por la puerta para seguir con su vida. Nada se había movido de su lugar, parecía que nadie había entrado aunque la ventana estuviese rota. Miré de un lado al otro y luego subí, pensé que el mejor lugar para buscar sería la habitación de Key.
Cuando llegué vi la escena más escalofriante de mi vida, la habitación estaba desordenada, la ropa de Kibum estaba en todos lados más de sus fotos se encontraban en el piso, el olor a alcohol y vómito cubrían la habitación. Y la pieza más escalofriante se encontraba sobre la cama cubierta de camisas y pantalones de Key sobre el desorden estaba el chico más alegre, presumido y tiernamente arrogante del que yo me había enamorado, estaba destrozado, sujetaba con fuerza la cobija de Key mientras aspiraba su olor y cubría todo con su sangre.
-¡Jonghyun! – Grité asustado y me acerqué a él, olía bastante mal y estaba lleno de heridas – pero ¿Qué te hiciste? – lo volteé para que respirara mejor, parecía que llevaba dos noches tomando desde que se había perdido en el funeral.
-¡Taemin! – alguien gritó bajo las escaleras.
-¡Hyung acá arriba apresúrate!
-¿Qué pasó? – Jinki se detuvo al ver a Jonghyun en esas condiciones y el estado de la habitación de Key.
-Luego lo averiguamos, debemos de sacarlo de aquí porque si no se meterá en problemas.
-De acuerdo hermanito, le dije al taxista que me esperara afuera, ayúdame a levantarlo y lo llevamos a casa –mi hyung tenía muy buenas cualidades de líder así que hice todo lo que dijo y luego entre los dos lo bajamos por las escaleras y lo subimos al carro, luego nos alejamos del lugar.
Cuando llegamos a casa tuvimos suerte porque nuestra madre no estaba así que acomodamos a Jong en la habitación de Jinki.
-Será mejor que limpiemos sus heridas y luego lo dejemos descansar, espero que no sea nada grave – dijo poniéndose de pie para dirigirse al baño.
-Jonghyun ¿Por qué hiciste esto? – pregunté cuando nos quedamos solos en esa habitación acercándome a su cuerpo para ver su triste condición. Empezó a balbucear y acerqué más mi oído para entender sus leves sonidos guturales.
-Creo que te amo Key – abrí los ojos tanto como pude y sentí como dolía de nuevo – pero no te sientas tan importante, aun no estoy seguro – era obvio que lo estaba volviendo loco. Yo lo quería demasiado pero el ya le pertenecía a otra persona.
-Nunca me pudiste ver de esa manera – dije suavemente sentado en el piso y recargado en la cama – lo amas tanto como para seguirlo hasta en la muerte ¿Verdad? – me dolía aceptarlo, pero tenía tanto tiempo de saberlo. Mi temor se volvía enorme de verdad lo iba a seguir, no los podría separar, eso era prácticamente imposible, Jong y Key estarían juntos hasta en la muerte.
-Ya volví – Jinki entró a la habitación mientras que yo agachaba mi cabeza para cubrir mis lagrimas.
-Te lo encargo hyung – dije poniéndome de pie sin levantar mi cabeza – tengo algo que hacer. Tomé mi abrigo y salí del cuarto rápidamente, luego de la casa para terminar en un parque cercano donde por fin podría aceptarlo, ya no me importaba el dolor, era obvio que yo había causado aun más dolor no solo a Jonghyun si no también a mí.
-¡Tu cosa horrible! – Grite furioso en el parque – ¡Tengo un trato! ¿Qué no oyes que te estoy llamando? ¿No es lo que estaba esperando? ¿Le tienes miedo a la luz? ¿Tengo que buscarte de noche? ¡Contesta de una buena vez espanto!
-No tienes porque ser tan hiriente, te escuché la primera vez – aparecía detrás de mí sentado en una banca, lo reconocía por sus ojos ya que su apariencia era la de un chico alto con cabello un poco largo algo desalineado, parecía estar en forma y sus grandes ojos eran tan rojos como siempre.
-Vengo a hacer ese trato – dije con un tono de voz fuerte y volteándolo a ver con furia.
-Sabría que vendrías – dijo en un tono despreocupado y con una sonrisa, se levantó son un salto de la banca y luego se acercó a adonde estaba, de verdad era alto. Sentí un escalofrió pero esta vez no pensaba retroceder –yo nunca pierdo – dijo mientras acercaba su mano a mi rostro – y no pensaba perder a este interesante bocadillo – tomó un mechón de mi cabello y luego empezó a jugar con él.
-Hagamos el trato y terminemos con esto de una buena vez – le dije bastante enojado y algo nervioso, pero no dejaría que lo notara.
-Eres muy directo – pero deberás esperar – vienes aquí con ese olor tan delicioso y luciendo tan interesante que me es difícil no comerte, así que espera unos momentos a que me calme – soltó mi cabello y se alejó un poco, luego noté que mi abrigo estaba manchado con la sangre de Jonghyun, tenía miedo de preguntar si ese era el olor, al final opté por quitarme el abrigo.
-Si tanto te gusta el olor tómalo – eso volteó con mis palabras y luego le lancé el abrigo. Lo atrapó bastante contento y luego lo volvió a olfatear, para que luego se volviera cenizas en sus manos.
-Me deshice del olor – dijo orgulloso y luego se acercó – pero eso no impide que estés apetitoso, era solo un poco de aderezo.
-Ya déjalo – escondí mi miedo de nuevo – si no vas a escucharme me voy.
-No tengo que escucharte – dijo detrás de mí, se había movido tan aprisa que ni lo había notado – sé que me vas a pedir, tu vida por la de él – asentí aun parado en ese lugar inmóvil y fingiendo valentía – vamos tenemos que ir por el cuerpo – el chico comenzó a avanzar pero yo me quedé donde mismo.
-Con una condición – dije aun nervioso pero trataba de mantener el mismo tono.
-Adelante, dime tu condición – dijo aun con una esa tétrica sonrisa.
-Déjame quedar hasta que los vea juntos –lo dije con la mirada de odio marcada.
-Me parece razonable – dijo acercándose a mí de nuevo – suena a que tenemos un trato, tomó mi brazo y luego desabotonó mi camisa – creo que esto merece otra linda marca en mi aun más interesante bocadillo.
Sentí el dolor de la otra vez, ahora agregaba un nuevo dibujo a mi pecho. Ardía pero a la vez detenía el ardor de la cicatriz anterior.
-Listo – dijo alejando su largo dedo de mi pecho – ahora todos sabrán que me perteneces – se acercó un poco más y me olfateó de nuevo – mi bocadillo interesante huele tan delicioso ¿A caso te has acercado a la muerte estos días? – recordé la noche anterior, definitivamente estaba en una posición peligrosa, pero no me arrepentía de ello.
-Vamos por Kibum – dije alejándolo de mi.
-Bien, espero que estés listo para profanar una tumba – dijo alegremente mientras comenzaba a avanzar en dirección al cementerio

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 01+

01.- El último suspiro

 

-Hoy se cumple una semana –me dije a mi mismo mientras revisaba mi calendario. La cicatriz no se había cerrado pero estaba bien, esa había sido mi decisión. Vivir sin arrepentimiento y hacer todo lo que pudiera hacer mientras antes de que eso volviera.
-Buenas días Taemin – Jinki hyung salía de su cuarto frotándose los ojos mientras caminaba por el pasillo.
-Buenos días hyung, vas a llegar tarde si no te apresuras – le dije al verlo con su pijama aun y bostezando para avanzar lentamente hacía el baño.
-Lo bueno de estar en la universidad es que puedes faltar a algunas clases –mi hermano contestaba entre bostezos y dándome la espalda para dirigirse al baño.
-Espero no haber escuchado bien – la voz de mayor rango en la casa se hizo presente en la escena.
-Pero espero que nunca hagas eso Taemin, porque nuestros padres nos dan una buena oportunidad de pagar nuestros estudios y nosotros debemos esforzarnos siempre para agradecerles – Jinki estaba bastante asustado y corrió hasta el baño para encerrarse en el.
-¿Ya desayunaste? – mi madre me volteó a ver con una sonrisa de satisfacción que solo mostraba cuando lograba controlar a mi hyung.
-No tengo hambre – dije alejando la mirada.
-¿Enserio? – Me vio asustada – ya va toda una semana, creo que es mejor que vayamos al médico.
-Estoy bien mamá, es solo que me acostumbré a comer entre clases – ahora mentía para zafarme, pero desde que me habían rechazado no tenía apetito, ni mucho entusiasmo.

-No se les olvide repasar para el examen sorpresa de mañana –
-Profesor si dice que hay examen sorpresa yo no es sorpresa – perdí la noción del tiempo, de repente ya estábamos saliendo de clases, últimamente me pasaba mucho. No era como cuando era niño, poco después de vivir la experiencia más escalofriante de mi vida el tiempo pasaba muy lento veía a todos lados y todos los detalles, esperaba eso constantemente. Las noches eran eternas y los días solo me llenaban de nervios, pero ahora el tiempo se escapaba entre mis manos solo por mis pensamientos.
-¡Taemin! – Otra vez me había esperado, ese chico de cabello negro, bien vestido y con ojos felinos, me pregunto por qué siempre me esperaba – ¿Vas directo a tu casa? – Era lógico que deseaba pedirme algo.
-¿Qué necesitas hyung? – Sonreí para obtener respuestas rápido.
-Vamos a comer juntos, hace mucho que no salimos – me tomó del brazo.
-Está bien mamá – cuando se comportaba de esa manera solo le podía decir mamá, no me quedaba de otra.
-Perfecto, solo debemos esperar a Jonghyun – volteé rápidamente, ahora debía buscar un plan para escapar, me había costado evitarlo toda esa semana y ahora todo mi esfuerzo era en vano. Esta era la situación que quería evitar.
-Mamá yo…
-¡Key! – Demasiado tarde estaba atrapado – disculpa la demora ¿A dónde vamos a ir?
-Ya era hora te estábamos esperando – me había ocultado detrás de Kibum, pero no había tenido éxito al final.
-¿Estábamos? – Jonghyun se adelantó y alcanzó a verme – Taemin – dijo suavemente y luego causo un silencio incómodo, solo podía ver al piso mientras él me miraba con lástima – ¿Cómo estás? Te estuve buscando – Key giraba la cabeza de un lado a otro viendo nuestras reacciones.
-Todo bien hyung – dije y fingí una sonrisa luego me pegué a Key – ¿A dónde vamos a ir Key Umma? – el me miró un poco molesto, pero eso era lo que deseaba, que fuera honesto de una vez por todas, tenía tantas ganas de fastidiarlo que todo el camino me la pasé del brazo de Kibum. Eso no era una novedad pero ahora que sabía que estaba interesado en los chicos, se veía más incómodo además aprovechaba cualquier oportunidad para pegármele más.
-¿Te sientes bien Taemin? – debí suponer que Kibum también se daría cuenta, así que me aleje un poco.
-Estoy bastante bien, solo tengo la necesidad de estar a tu lado – mentí para seguir molestando a Jong, pero cuando volteé él no estaba viendo. Mire en una y otra dirección.
-¿Dónde se metió ese pesado de Jonghyun? – Kibum se percató de que lo estaba buscando, seguí viendo alrededor hasta que vi un puesto de helados y el chico de piel morena, mirada alegre y labios perfectos llamándonos con una sonrisa, sentí mayor dolor en mi nueva cicatriz.
-¡Taemin aquí venden nuestro helado favorito! – me sacaba una dolorosa sonrisa, como se suponía que podría olvidarlo.
Key me llevó hasta el lugar y me puse muy feliz detrás de Jong, podría comer nuestro sabor favorito, también me gustaba como sonaba, nuestro…
-¿Puede darme dos cucharas?
-Claro, aquí tiene
-Muchas Gracias
-Ten Taemin – sonreí ante la expectación de probarlo y empezamos a comer los dos del mismo cuenco, turnándonos y disfrutando como siempre, parecía que solo éramos nosotros dos como algún tiempo atrás.
-No veo por qué les gusta tanto esa cosa – Kibum se quejó detrás de nosotros, lo que provocó que Jonghyun se detuviera y volteara a verlo, luego tomó la cuchara y se la metió a la boca rápidamente a Key quien se quedó asombrado. Sacó la cuchara y se acercó al rostro del chico confundido luego la lamió de una forma sensual.
-Es delicioso ¿Verdad? – Kibum se quedó anonadado un rato ante las acciones y palabras de Jonghyun y luego lo empujó para alejarlo de su rostro.
-¿Cuándo piensas madurar? – Empezó a regañarlo y caminaron unos pasos, luego Key se detuvo – ¿Taemin estás bien? – Me había quedado congelado en ese lugar ya ahora venía por mi – tienes una semana muy raro, me empiezo a preocupar, no estás comiendo bien y pareces distraído ¿Te pasó algo? ¿Quieres ayuda? – Ahora entendía que deseaba entender que me pasaba, por eso había decidido que saliéramos y no estaba de tienda en tienda, ya me parecía que había algo raro.
-Ya déjalo Key –Jonghyun llegaba detrás de él alejarlo de mí – Taemin ya es grande se puede cuidar solo, que sea el más pequeño, no quiere decir que nunca va a crecer.
-¿Qué lo deje? – Kibum grito – mira como se encuentra, es obvio que pasó algo muy malo y parece que a ti no te interesa.
-Claro que pasó y claro que me interesa, pero no puedo hacer nada – Jonghyun le discutía de regreso, ahora estaban peleando por mi culpa.
-¿Por qué? – Kibum volvió a gritar.
-Porque yo fui quien le hizo daño – Jonghyun agachó su cabeza y recitó estas palabras como un susurro que me dolía más que los gritos.
-¿A qué te refieres? – Kibum lo volteaba a ver y ahora lo decía con una voz más calmada – ¿Qué le hiciste a mi niño?
-Tu niño, tu niño, ya podrías dejar eso, te digo que ya es lo bastante grande – Jonghyun regresaba a los gritos.
-Pues si él es mi niño y créeme que me interesa más que tú. Ahora dime qué le hiciste – Key volteo a ver a Jong que estaba callado y con una cara de sufrimiento era obvio que sus palabras lo habían herido, yo simplemente no lo soportaba más.
-Ya deja de gritarle – regañe a Key y lo empuje – no tienes por qué preocuparte por mí, simplemente no deseo tu lástima… – mis palabras fueron interrumpidas por un golpe en mi mejilla, Jonghyun me había golpeado.
-No digas cosas como esa – Jong me veía furioso pero su mirada pasó de mi a Key en un segundo quien se encontraba recargado en la pared con los ojos llorosos. Yo no estaba en su mirada por mucho tiempo, siempre era Kibum, yo solo era el mal tercio de siempre, aquel estorbo.
-¿Taemin qué pasa? –Key me dio una mirada tierna, mientras que Jong bajaba la vista y se veía más furioso.
-Nada pasa, es solo que no es culpa de Jonghyun – dije mirando a ambos, odiaba que Jong sufriera por Key, odiaba que le pusiera más atención, odiaba cada momento que pasábamos los tres juntos – ¡Todo esto es por tu culpa! Déjame en paz de una buena vez –Key estaba por llorar y Jonghyun planeaba golpearme de nuevo – todo estaría mejor si no estuvieras aquí, solo estas estorbando, no quiero volver a verte – grité y salí corriendo de ese lugar.
Corrí tan rápido como pude en el camino mi pecho ardía con gran intensidad, me dolía demasiado, acababa de decir cosas horribles, pero en mi mente dominaba el deseo de que Key estuviera muerto. Atravesé la sala rápidamente, subí las escaleras hasta mi cuarto y cerré la puerta. Simplemente no deseaba salir y el dolor en mi pecho me obligó a agacharme y presionar con fuerza con mi mano, era tan intenso que empezaba a quemar.
Después de un rato de agonizar en el piso me di cuenta que algo estaba mal, dolía demasiado. Me puse de pié apoyándome en la cama y desabotoné mi camisa mientras veía al espejo. Fue entonces que la vi, esa horrible marca ahora carbonizaba mi piel y tomaba una forma más definida, aguanté unos momentos, pensaba ir por mi hermano, pero terminé desmayándome del dolor.
Desperté a las 3 de la mañana, confundido y escuchando un ruido extraño, miré alrededor y encontré mi celular. Observé quien llamaba, se trataba de Jonghyun, pero pensé que lo mejor era ignorar esa llamada. El ruido se detuvo, pude ver que la pantalla decía que tenía 26 llamadas perdidas y varios mensajes, me disponía a leerlos cuando escuché que alguien tocaba el timbre de forma desesperada.
Me costó trabajo levantarme pero cuando lo logré mi madre ya había abierto, no tardó en entrar a mi habitación con una cara de susto.
-Jonghyun está aquí empapado y llorando – dijo viéndome con los ojos muy abiertos – dice que tiene algo importante que decirte – corrí pasando a mi madre y llegando a la sala donde estaba parado Jong cuando me vio corrió hasta donde estaba y me abrazó.
-Taemin – dijo entre llantos y abrazándome muy fuerte yo puse mis manos en su espalda confundido – Key está muerto – me quedé en silencio, mi madre detrás de nosotros empezó soltó un grito suave que se desató en llanto y Jinki la ayudó a llegar al sillón, yo seguía abrazando a Jonghyun y mis lágrimas estaban por brotar.
-¿Qué pasó? ¿A qué te refieres? – dije aferrándome fuertemente.
-Su familia tuvo un accidente hace unas horas, todos murieron, hablaron directamente conmigo porque encontraron mi número en el celular de Key, tengo que ir a identificarlo mañana – Jonghyun no paraba de llorar, pero todo sonaba tan tétrico – espero que no sea él, que todo sea un error, que mañana esté a nuestro lado como siempre, que me regañe, que lo pueda seguir viendo.
-Jonghyun – lloré junto con él, simplemente no podía contenerme. Kibum era de mis mejores amigos y siempre cuidaba de mí. Ahora se había ido y lo último que habíamos hecho era discutir y luego había deseado que desapareciera, sentía que todo era mi culpa.
El día siguiente fuimos todos a la estación de policía, aun tenía un poco de esperanza, pero esta se desvaneció al ver al chico de piel de porcelana y rasgos perfectos en la mesa del forense.
-Lamento su pérdida – eso era todo lo que nos decía mientras Jong sufría y yo luchaba contra mi sucia conciencia.
Los días pasaron como un suspiro, vacios, vanos y sub-reales, parecía un segundo que se disfrazaba de eternidad. El funeral fue pesado, Jonghyun se veía cada vez peor y yo solo podía repetir mis últimas palabras con él en mi cabeza. Me acerqué a su cuerpo a disculparme, de seguro mataría a quien lo había arreglado por que no iba nada con su personalidad y sus ostentosos trajes de siempre.
Me incliné un poco para acercarme más a su cuerpo y de la obscuridad del ataúd escuché una voz conocida – He esperado tu llamado Taemin – brinqué lejos del cuerpo y todos voltearon a verme mientras me alejaba sin dejar de ver la fuente de esa voz.
Corrí cuando noté que todos me veían, me alejé lo más rápido que pude, corrí sin detenerme, no quería estar cerca de esa voz, pero la marca comenzó a doler de nuevo, y me obligó a detenerme, el dolor era tan intenso que no me permitía respirar.
-Me llamas de nuevo, es hora de nuestro interesante trato –la voz estaba ahora delante de mí, pude ver otra vez esa sombra con esos dos puntos rojos intensos que eran sus ojos.
-Todo esto es tu culpa – luego lo entendí el dolor en mi
pecho, la muerte de Key eran dos eventos asociados.
-¿Qué no era tu deseo? – Caí al piso horrorizado, yo era la causa de todo, de verdad que había hecho lo peor del mundo y ahora esa cosa venía por mí.
-¿Qué quieres de mí? – Dije llorando, ya no me importaba el dolor, ahora lloraba porque estaba seguro que yo había sido la causa de la muerte de Key, era la peor persona del planeta había perdido a mi mejor amigo solo por celos y palabras estúpidas.
-Creo que eso lo debo preguntar yo – la sombra se acercó más a mí y adoptó una figura humana -¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Estás listo para nuestro trato?

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Tres simples pasos para caer profundo *Primer paso* +Capítulo 01+

 

Primer Paso
Buscar lo desconocido

Capítulo 01

Miré por la ventana ese día parecía ser aún más aburrido que los anteriores, y ahí me encontraba encerrado de nuevo en la biblioteca, esperando que alguien fuera a verme.

Mi larga espera se detuvo en un instante, tres toques cortos y uno largo, era la señal.  Me acerqué al librero  que servía de entrada a mi biblioteca personal y dejé pasar a una persona que miraba nerviosa alrededor.

-Te tardaste mucho noona – tenía que quejarme llevaba toda la mañana esperando.

-Disculpa pero casi nunca estás sin vigilancia – la chica dejó una canasta sobre el sillón. – Conseguí todo lo que me pediste, es peligroso que lances mensajes desde tu ventana, podrían descubrirte.

-Está bien, me fijé que solo estuvieses tu Micaella noona – empecé a sacar las cosas de la canasta, ahí estaba todo, ropa sencilla, más papel, plumas y tinta para seguir escribiendo, inclusive uno de mis pasteles favoritos.

-Lo conseguiste – alcé la voz con alegría y llevé el pastel hasta el escritorio donde me senté a observarlo. –Mi único amor ha vuelto a mi lado – la chica solo se rió y se sentó en el sillón tomando uno de los libros de la enorme pila que tenía en la mesa.

-¿Expediciones?

-Si, estoy algo interesado en eso ahora, dejaré los experimentos de laboratorio de lado y me dedicaré a eso.

-Me agrada oír que dejarás los experimentos no he podido controlar el salpullido de la última vez y aun me desmayo cuando escucho el cencerro de Clavela – la chica empezó a hojear el libro, y yo recordé esa sesión de hipnosis de la última vez, simplemente me empecé a atacar de risa.

-Tu pediste eso, yo te sugerí que actuaras como gallina  – seguía riendo sin control – además te hubiese convenido. – Seguí riendo y me miró molesta.

-¿Y cómo piensas explorar? – Me detuve al ver mi realidad como odiaba esa realidad. – Te recuerdo que no puedes salir de esta área y mucho menos convivir con más personas.

-No tenías porque recordármelo – me sentí triste y luego volví a ver el pastelillo que estaba a medio comer en el escritorio – tu siempre sabes cómo hacerme sentir mejor – me comí la fresa, saboreando el dulce y fresco sabor – no sabes cómo te amo, tu nunca me impedirías salir.

-Se me pone la piel de gallina cuando hablas con ese pastel, necesito que me expliques tu plan, porque estoy segura que me harás participar en él, soy la única persona con quien hablas – ella tenía razón. En realidad no era la única persona con quien hablaba, pero si la única amiga que tenía por así decirlo. Mi vida ocurría detrás de esos muros repletos de libros y en la habitación que estaba anexa a ese despacho. Ese era todo mi mundo. Solo el mayordomo, mi institutriz y mi padre tenían permitido visitarme.  Y Micaella un día mientras que buscaba libros para ilustrarse como mujer moderna que decía ser me había encontrado, desde entonces yo había empezado a entender mejor a las personas y de un ser frio y solitario me había vuelto un chico normal otra vez.

-Quiero explorar este valle – dije mirando por la ventana – descubrí que la gente tiene un sistema de creencias muy variado y existen diferentes zonas, si es posible me gustaría llegar hasta el bosque – la miré con mis ojos de cachorro, eso siempre la convencía.

-Pero estás enfermo, no hay forma de que puedas salir – su voz tenía lástima y tristeza en ella.

-No quiero pasar el resto de mi vida detrás de estos muros observando como todos viven en el momento – me puse de pie y miré por la ventana – no sabes cómo envidio a Leonora, a mi hermano, a Pancho, a Perengana, a Mr. Jinki inclusive a Clavela y eso que es una vaca.

-A Clavela lo entiendo, ella parece feliz cuando come pastos y sale al campo, pero no deberías tener envidia de Perengana, esa mujer no sabe lo que es vivir – se rió de su propio chiste. –Está bien – se puso de pie – te ayudaré.

-Gracias – me levanté emocionado y terminé el resto de mi pastel de golpe.

-Pero con una condición – me quedé estático por lo general no escuchaba sus condiciones cuando sacaba alguna idea de mis libros – tomate tu tiempo, si te sientes mal estás obligado a avisarme y  no creas que iremos al bosque la primera vez que salgas, eso tomará su tiempo.

-Esa es más de una condición – mostré mi sonrisa – pero eso quiere decir que me ayudarás a salir varias veces – no podía sentirme más emocionado, saltaba de un lado al otro viendo la ropa y mirando por la ventana.

-Claro, este valle es muy grande no puedes verlo todo en un día – seguía demasiado contento, de verdad que había encontrado una buena amiga. – Ahora vete a cambiar si sales con el bombín, las polainas y el bastón todos sospecharán quien eres al instante aunque nadie te conozca.

– Como usted diga señora – imité a un militar y luego reí, caminé hasta la puerta que daba a mi cuarto y  antes de cerrar la puerta me asomé – disculpa por lo del salpullido – sonreí y me metí rápido antes de oír su regaño. Adoraba fastidiar a mi noona, ella me había enseñado todo lo que debía de saber. No mi vieja y encorvada institutriz con nariz de buitre que solo me enseñaba temas religiosos y me repetía como debía prepararme para acabar en el purgatorio.

 

Cuando todo estuvo listo nos asomamos los dos por entre el librero cerciorándonos que no hubiese moros en la costa. *Frase resultante del periodo español donde tribus del medio oriente habitaban en el territorio. Los cristianos (de la forma en que se llamaban los habitantes de la península Iberica) lucharon varias batallas para expulsarlos de su territorio. Los navíos de los moros eran impresionantes y siempre se cercioraban que no llegaran refuerzos por la costa. Por eso se usa la frase “No hay moros en la costa”*

-¿Taemin? – La chica bajita con cabello hasta los hombros me despertó de mi trance, concordaba bien con los otros miembros del servicio su largo vestido azul marino con delantal. Me pasaba muy seguido me perdía en mis propios conocimientos, por muchos años mis libros fueron mis únicos amigos.

-Disculpa, pensaba en un plan de acción – mentí mientras los dos salimos al pasillo que tenía años sin pisar. La verdad era algo angosto, y los cuadros de las paredes en su mayoría eran paisajes de pintores famosos. Mi padre era todo un coleccionista empedernido.

-Primero te daré un recorrido por la mansión – avanzó al final del pasillo y abrió la puerta que daba a las estrechas escaleras de servicio. Bajando por el obscuro recinto abrimos una segunda puerta que dio a la cocina.

-Buenos días – saludó ella a las chicas que estaban ahí – todas le correspondieron alegremente.

-Micaella – alguien la llamó con voz de autoridad – ha desaparecido una de mis tartas especiales de fresa – la chica tragó saliva y yo me escondí detrás de ella – ¿Y bien que tal estuvo? – Me volteó a ver algo asustada.

-Exquisita, como un pedazo de cielo que se deshace en la boca – temí en ese momento, pero no podía ocultar la verdad. Nos lanzó una fuerte mirada que me hizo temblar al instante y sentí como a mi corazón se le dificultaba bombear la sangre.

-¡Perfecto! – Gritó alegre y el gran hombre con algo de barba nos cargó a los dos con un abrazo – ¡Cuando el amo vuelva a la casa serviré tartas de cielo! – Giraba mientras nos sostenía y Micaella reía contenta, supongo que su manera de expresarse era única, era cálido y paterno.

-Es un excelente cocinero – le dije contento en medio del peculiar abrazo.

-Me agradas muchacho – me bajó  y movió la boina que tenía en mi cabeza era de color caqui como los pantalones que había conseguido Micaella – ¿Es tu pariente? – Preguntó a la chica que se quedó callada por un momento.

-Soy su primo – me apresuré a decir – puede llamarme Terrance – acerqué mi mano en señal de saludo. Había leído en libros de cortesía que así se debía de hacer, Micaella me miraba atónita.

-Mucho gusto pequeño, soy Fulanito – dijo abrazándome al instante y me cargó de nuevo – todo aquel que aprecie mis dones culinarios es bienvenido a mi cocina. – Me bajó – Tomén – sacó dos de mis amadas de la charola y me dio una a mí y otra a Micaella – coman bien, ambos están muy flacuchos y siempre que quieran más vengan a verme – afirmé contento, era como un sueño en mis manos tenía otro ángel de azúcar que me brindaría todo su amor.

Salimos de la cocina mientras yo seguía embelesado por la perfección de aquello a quien le daba todo mi corazón.

-No la sigas viendo de esa forma – Micaella habló cuando habíamos llegado al exterior de la mansión – es escalofriante.

-¿Lo escuchaste? Puedo ir cuando quiera – seguía más que emocionado, nunca pensé que el hombre que preparara mi comida fuera tan amable, sus platillos siempre lucían perfectos e implacables, siempre pensé que era un chef estirado y con cara de enojo. Ahora estoy seguro de algo, no  debes de juzgar a las personas por su comida.

– Lo sé – me dijo con una sonrisa- pero ahora te preparas para el plato fuerte  – giramos en la esquina de la mansión – Lee Taemin,  bienvenido seas al Valle de Dresde  – me señaló con su mano el amplio paisaje, mejor que las pinturas de la casa, más amplio con un cielo alto y cristalino, las pequeñas casas a lo largo del horizonte y lo mejor de todo el movimiento, había carretas, personas, animales. El viento hacía mecer la hierba y los árboles, era el lugar perfecto.  Me encantaba respirarlo, sentirlo, cerrar los ojos y escucharlo. Nunca pensé que lo tendría tan presente.

-¿Ahora qué quieres ver? – Me quedé atónito no sabía a dónde ir primero, miré la casa más lejana en el horizonte, pero aun así no podía elegir.

-Quiero tocar a Clavela  – ese era mi sueño desde que la había visto por la ventana cuando era niño ¿Qué se sentiría tocar una vaca?

-Bien en ese caso, vamos a los establos – no le pareció rara mi propuesta, pero eso me bastaba en el establo también había caballos y otros animales.  Eso era demasiado emocionante, sentí una punzonada en el pecho – ¿Estás bien? Ella me vio con una mirada suplicante – me debía calmar, si no, lo arruinaría todo.

-Estoy bien – me tranquilicé. – Solo pensaba qué animal tocar primero.

-Eres raro Taemin, muy raro – me dijo ella mientras seguía caminando con dirección a la construcción de madera detrás de la blanca mansión con grandes ventanales, balcones y barandales.

 

Entré al establo nervioso detrás de ella, me parecía ilógico esconderme así porque ella era mucho más bajita que yo, aun así supongo que el temor es una reacción normal a lo desconocido. *Temor: moción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza* No tenía razones para sentirme amenazado, tal vez no era temor.

-Clavela ha de estar de aquel lado – señaló uno de los pasillos de la construcción de madera, no esperaba que tuviéramos tantos animales en ese lugar.  – Los caballos están por aquí y las ovejas están en el granero del otro lado. – Señaló hacia otra puertita en uno de los lados del establo, era enorme, de verdad enorme, lleno de paja y algo obscuro, toda clase de olores inundaban el aire, algunos muy desagradables, otros más fáciles de soportar.

Un chico pasó con una cubeta de alfalfa y la colgó de un perchero oxidado en la pared.

-Buenos días Rogelio – mi acompañante se adelantó a decir.

-Micaella, es un gusto que vengas por acá –  dijo acomodando paja – ¿O es que acaso deseabas verme? ¿Ya pensaste en lo que te pregunté?

-No te hagas ilusiones – la chica me jaló y me puso a su lado – vine a enseñarle el lugar – su forma de hablar era algo agresiva.

-No había visto a tu amiga – giré el cabeza, confundido y Micaella se atacó de risa al instante.

-No es una chica – pudo pronunciar entre las risas. El muchacho alto con cabello corto y rostro de maleante se acercó más a mí con los ojos abiertos.

-Lo siento – me dijo – está muy obscuro aquí y eres tan delgado, tu nariz es muy fina, tu cabello es algo largo  y…

-Está bien así – me molesté, no quería que siguiera encontrando más similitudes con la apariencia de una chica. Ya sabía que mi cuerpo no era tan masculino, aunque el suyo se veía trabajado no era perfecto, se podía ver una barriga debajo de ese chaleco y camisa, no era un cuerpo perfecto como el del nuevo chico.

-Soy Rogelio – me prestó su mano y la tomé por cortesía – Terrance – recordé mi papel.

-Vamos Terrance – Micaella tomó mi mano – veamos primero a las vacas – me empezó a arrastrar lejos de ese lugar.

-Los acompaño, es la hora de comer del ganado – el chico comenzó a caminar junto a mi y me lanzaba miradas algo incómodas.

-¿Qué edad tienes? – Me preguntó en el camino.

-Dieciocho – contesté muy intrigado.

-Vaya aun eres muy pequeño.

-La edad no es importante – Micaella contestó aun más molesta. No entendía lo que estaba pasando.

-Pero un hombre debe cuidar y proteger a una dama, como podrá hacerlo si él es pequeño.

-Me parece que una dama puede protegerse a si misma y no quedarse en casa esperando a un simple borracho – el chico se quedó ahí y Micaella siguió avanzando.

-¡La cocina es el lugar de una mujer! – Fue lo último que gritó mientras nos alejábamos.

-Me desespera, como me desespera – dijo muy enojada – yo que lo saludo por cortesía y el que viene a fastidiarme con lo mismo.

-¿Por qué no le dices que te gusta alguien más? –Me seguía jalando y sujetando de la muñeca con fuerza.

-Por que no importa quién me guste a mí, si no lo que quiera él.

-Eso suena muy complicado – ella me soltó.

-Llegamos – abrió una puerta y una hilera de cajones con varios toros, vacas y becerros se presentó ante mí, era muchos animales. – Clavela está al fondo, la pobre ya está algo vieja  – comenzó a caminar mientras yo quedaba anonadado por los animales que nos miraban y empezaban a hacer  ruido – se comportan así porque ya es hora de que salgan  – me dijo suponiendo mi curiosidad.

Llegamos al final de pasillo y ella jaló un mecate que abrió una puerta de madera, en el interior una gran vaca blanca con manchas marrones estaba echada sobre la paja masticando.

-Clavela, te presento a tu más grande admirador – mi noona me dio una sonrisa y luego me acercó al animal porque me había quedado petrificado viendo – Taemin esta es la señora Clavela – empezó a reír.

Ella se agachó y yo la imité tomo mi mano y la puso sobre el lomo del animal, de verdad era grande y su piel era tan cálida. No era muy suave, si no que era aspera pero si seguías la línea de pelaje encontrabas algo suave, se movía, se sentía su respiración. La vaca se giró y me vio de forma despreocupada se giró y continuó masticando, comencé a reír mientras seguía acariciando.

-Eres todo un niño pequeño – Micaella se puso de pie. Yo avancé de cuchillas hasta la cabeza del animal para seguir acariciando.

-Creo que lo soy  – estaba tan contento de poder tocar al animal y que me viera con esa curiosidad. Escuché unas puertas abrirse y el despreocupado animal se empezó a levantar.

-Parece que Pancho ya va a sacarlas – Micaella se asomó.

-Vamos Clavela, no seas tan floja – el habló y luego nos miró. – Parece que tienes visitas – el hombre de unos treinta años con un bigote arreglado y de sombrero sonrió – Creí que no te acercabas a las vacas Micaella.

-Mi amigo quería verlas – me señaló y yo me levanté y extendí mi mano.

-Terrance, mucho gusto – el me dio un fuerte y cálido apretón.

-¿Viniste a ver a la reina del establo? – Preguntó con una sonrisa, había muchas personas agradables en ese lugar, solo uno me había fastidiado hasta ahora, pero Pancho parecía ser un buen hombre. – Soy pancho, su sirviente personal – otra cálida sonrisa acompañó la frase. – A ver a tus seguidores Clave – la vaca empezó a salir lentamente, luego la seguimos para ver como todas las vacas, toros y becerros se movían tras de ella. – Toda una reina – nos miró gracioso y luego caminó al exterior.

-Es asombroso – los grandes animales me rodeaban.

-Haz de ser citadino – me miró confuso – para mí es el pan de todos los días. – Los animales seguían avanzando mientras yo los veía sin parar, era una sensación asombrosa, la emoción me hizo sentir otra pequeña punzonada en el pecho, pero decidí ignorarla. Los cencerros comenzaron a sonar.

-¡Micaella! – Alguien gritó y volteé a ver como Pancho empezaba a acomodar a la chica que había caído al suelo, luego salía Rogelio del establo y también ayudaba.  Leonora no tardó en aparecer y tras de ella más chicas, yo también estaba ahí ayudando hasta que Mr. Jinki se asomó y parecía que se aproximaba al lugar, me tuve que alejar al instante, era la única persona que me podría reconocer.  Utilizando la conmoción me moví hacía atrás del establo. Y empecé a alejarme intentando no hacer mucho ruido así llegué hasta uno de los jardines de la mansión coloreado por todo tipo de flores y fragancias, decidí caminar por ahí un rato hasta que pasara la conmoción y luego buscaría a Micaella.

Estaba intentando identificar todas las flores del lugar, su especie, genero y familia cuando vi a nuestro nuevo sirviente, Minho. Ahora traía el uniforme de la casa, parecía que también trabajaba en el interior, pasó por el jardín y vi que tomó una rosa rosa, vaya que redundante. *  Los rosales son un conocido género de arbustos espinosos pertenecientes a la familia de las rosáceas, además de su uso ornamental también se usa de aceite esencial (perfumería y cosmética), usos medicinales (fitoterapia) y gastronómicos.*  Y luego siguió caminando al suroeste.  Lo seguí con la mirada para luego avanzar detrás de él, era bastante rápido pero aun así quería averiguar sobre su comportamiento él era mi única conexión con el bosque, debía conocerlo si deseaba ir algún día al lugar de las brujas.

Así caminó hasta las casas y habitaciones de los sirvientes de tiempo completo de la mansión. Para mi sorpresa se metió en una de las más grandes, miré confundido la casa de madera con chimenea.

-Esta es la casa del mayordomo – miré de un lado al otro y giré para asomarme por la ventana – estaba parado en medio de la habitación poniendo la flor sobre la mesa. Todo era muy raro, me quedé observándolo un rato mientras él estaba parado viendo la rosa. Su rostro era igual de perfecto como cuando lo había visto hace unos días, y su cabello ahora que no estaba invadido por el sudor se veía bastante suave. La puerta no tardó en abrirse y entró Mr. Jinki  al lugar y se asombró al ver a Minho ahí.

-Te estaba esperando – el más alto dijo mientras el otro solo respondía con una sonrisa y se empezaba a quitar el saco – ¿Fue un día pesado? – Jinki pasó junto a él y se sentó en una silla frente a la mesa, luego miró la rosa.

-Un poco, me preocupa una de las chicas, siempre se desmaya cuando está cerca del establo o de las vacas – se empezó a desabrochar los primeros botones de la camisa.

-¿Una chica? – Sus pasos lo dirijieron frente a Jinki.

-Sí, creo que ya debes conocerla, se llama Micaella – Jinki parecía tranquilo.

-Una muchacha simpática – el chico lanzó una pícara sonrisa y luego se sentó sobre las piernas de mi mayordomo. Me quedé petrificado en la ventana, algo me decía que no debía seguir viendo, pero nada me lo impedía. –Espero que solo la veas como una muchacha simpática – los brazos del moreno rodearon el cuello del castaño que lanzó otra sonrisa. Luego pasó algo que nunca hubiese imaginado, ambos se comenzaron a probar, la presión de ambos labios seguía un ritmo que se marcaba por las respiraciones de ambos sujetos que se iban acelerando.  Los brazos de mi mayordomo rodearon la cintura del chico y este se pegó más a él aun sobre sus piernas sobre la silla que se mecía y parecía que estaba por romperse.

Una punzonada en mi corazón me hizo agacharme y tirar una de las macetas al borde de la ventana. Traté de respirar, pero la emoción era demasiado intensa. Escuché voces.

-Creo que hay alguien afuera – la voz de Jinki me hizo intentar pararme.

-No te detengas – la otra voz sonaba incitante, como si también me lo dijera a mí – me parece más sensual si nos están observando – me levanté con ayuda de la pared y solo vi de reojo como el chico ya le estaba quitando la camisa a Jinki, mientras el otro subía la suya. Seguían besándose, pero yo no me podía quedar más tiempo, aunque moría de curiosidad, esa curiosidad podría matarme como a un gato. *Originalmente se decía el cuidado mató al gato, preocuparse demasiado era malo para la salud y los gatos eran vistos como cautos y cuidadosos, proviene del siglo XVI en Inglaterra, con el paso del tiempo se cambió por la curiosidad, es fácil que una persona metiche muera por su indiscreción.* Mis pensamientos me ayudaron a que el dolor se calmara y de la nada Micaella me encontró en el jardín de rosas.

-¿Dónde estabas? – Preguntó asustada y yo solo la volteé a ver aletargado – Vámonos ya, Perengana ya viene de regreso, dieron la noticia de que automóvil se había descompuesto en el camino, agradece por eso, si no te hubiesen atrapado – afirmé y ella me jaló para que entráramos a la casa. Simplemente no supe como llegué a mi habitación pero no podía sacar esa imagen de mi mente.

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Hot Cakes (Segunda parte)

El Deshielo

Key y Onew rodearon a Minho decididos mientras este  se defendía por turnos con su paraguas.

-¡Solo detente! – Key rasgo con la daga la gabardina e hizo que retrocediera logrando que Onew lo atrapara.

-¡Suéltame! – El alto se removía en los brazos del castaño que sonreía.

-Buen trabajo Key – Onew sonrió amplio mientras el rubio recuperaba el aliento – debes desistir por ahora Minho – el sonriente habló con seriedad.  – Déjanos hablar con Taemin.

-No desistirá – Minho levantó un poco la mirada al cielo mientras cortaba la frase y luego les miró- ya tuvieron su oportunidad de hablar con él y no sirvió de nada.  Ya ha dejado de ser un ser celeste, ha pasado demasiado tiempo en el espacio humano, si no me deshago de él no podrá haber un nuevo señor de las nubes.

-¡Minho! – Key alzó la voz al escuchar su razonamiento.

– Es más rápido que Taemin vuelva ahora que sabemos dónde está a que nazca un nuevo dios – Onew se apresuró a decir.

-No es así – Minho saltó empujándolo. – Ya está todo preparado para que nazca un nuevo dios de las nubes, solo debo matar al anterior.

Key corrió a gran velocidad acercándose pero el alto lanzó la gruesa y pesada gabardina bloqueando su vista. Cuando la gabardina cayó ya no se podía ver al alto en ningún lado.

-¿A dónde fue? – Key comenzó a buscarlo girando rápido.

-Por Taemin – El alto se levantó despacio.

-Debemos detenerlo – Key se dispuso a correr pero fue detenido por Onew quien lo tomó del brazo.

-No podemos – señaló hacía arriba- acaban de ordenar que no interfiramos. – Key se quedó en silencio para escuchar las palabras que retumbaban en su cabeza.

-Pero… – Le miró suplicante a Onew y este solo pudo suspirar.

-Aun podemos correr hasta allá e intentar disuadirlo – dijo con una sonrisa y Key afirmó algo más tranquilo.

Ambos se dispusieron a correr ignorando las voces que retumbaban con fuerza desde el cielo y que solo ellos podían escuchar.

 

El Pantano

Jonghyun corría cojeando alrededor de la gran rana que lanzaba su lengua sin nada de compasión.

-¡Taemin cuidado! – El chico volvía a ser bloqueado por un tronco que caía, parecía que no había logrado avanzar nada y otra vez el moreno salía volando por los aires y cayendo directamente de estomago en una rama, golpeando con fuerza y sacándole el aire.

-¿Estás bien Jonghyun? – Preguntó desde detrás de un tronco mientras la rana saltaba y hacía que el piso retumbara.

-No te preocupes por mi – El chico se empujó de la rama y cayó desde lo alto directo al piso. Taemin saltó para verlo después del quejido que soltó tras el golpe seco que dio. – Estoy bien – levantó una mano.

La gran rana se puso enfrente de Taemin. – Señor Taemin debe desistir y volver al cielo – dijo con la suave voz.

-¡No le hagas caso! – Jonghyun  grito y la rana se giró un poco tomándolo con la lengua. –

-Le está causando problemas al señor Minho y a todos en este mundo – Habló algo raro debido a que tenía su larga lengua de fuera y cargaba a Jonghyun que empujaba con sus brazos el amarre de su cintura tratando de escapar.

-¡Miente Taemin! – Jonghyun volvió a gritar y la rana lo golpeo con fuerza directamente contra un gran tronco.

-¡Cállate! – La voz de la rana se volvió fuerte y ronca. Y Jonghyun solo pudo reír.

-Solo tiene miedo de desaparecer – siguió riendo mientras el anfibio comenzó a golpearlo agresivamente contra el árbol una y otra vez.

-¿Miedo de desaparecer? – Taemin lo volteo a ver retrocediendo.

-¡Si, solo es miedo! – La rana se detuvo y lo elevó más.

-¡Todos desapareceremos! – Dijo aun ronco mientras seguía subiendo al moreno.

-Pero tú estás desesperado – Jonghyun le lanzó una mirada aguda- El gran señor de los charcos no puede existir sin la lluvia, la lluvia no puede caer sin las nubes. Tu eres el primero en desaparecer si Taemin no vuelve pronto. – Jonghyun tomó una rama mientras seguía subiendo- ¡Solo acepta tu destino! – Empuño el lado filoso directamente sobre la lengua de la rana  y esta soltó un fuerte chillido soltándolo.

El moreno cayó desde muy alto y azotó en el piso con fuerza.

-¡Jonghyun! – Taemin quiso acercase pero el chico se arrodillo torpemente.

-¡Corre Taemin! –Dijo fuerte y el chico se quedó viéndole un rato asustado mientras la rana se seguía quejando de dolor. Taemin retrocedió un poco viéndole y luego comenzó a correr para chocar directamente con el chico alto de playera negra estrecha.

-¿Minho? – Le miró aterrado retrocediendo.

Una roca voló desde atrás y  parecía ir directamente a la cabeza del alto pero este la detuvo con una sola mano.

-¡Déjalo abusivo! – Jonghyun gritó desde atrás lanzando otra roca y el alto la bloqueo con su paraguas

-¡Hey tu! – Minho habló a la rana que parecía estar llorando- ¡Deshazte de ese! – La rana afirmó con los ojos llorosos y tomó a Jonghyun con la lengua.

-¿Por qué escapaste? – El alto se dirigió a Taemin y este le vio algo asustado. Nunca lo había visto tan molesto.

-¡El no escapó! – Jonghyun gritó – ¡Yo lo secuestré! – Comenzó a reír de nuevo y Taemin volteo a verlo.

-¿Sabes que es una ofensa grabe robar a un ser celeste? – Minho lo cuestionó y el moreno solo afirmó.

-¡Jonghyun no mientas! – Taemin gritó – Gracias por todo, pero no debes mentir por mí.

Taemin se armó de valor y se puso frente a Minho. – Por favor déjalo ir.

-No te preocupes Taemin, ya sé que pasará conmigo, estoy destinado a desaparecer, tu solo vete. – Taemin lo volteo a ver mientras el otro seguía en lo alto debido a la rana.

-Déjalo ir – Taemin  le volvió a ver al alto decidido.

-Lo dejaré ir cuando todo acabe – Minho levantó su paraguas – ahora debes rendirte – Taemin negó y el paraguas bajó con fuerza hasta donde se encontraba pero alcanzó a moverse rápidamente.

-Primero debes hablar conmigo – Taemin corrió un poco torpemente entre los arboles derrumbados por la rana que le veía.

-No hay que hablar – le miró directamente corriendo hacía el con destreza- me lo dejaste muy claro con tu espejismo. – El chico se sonrojó recordando lo que había hecho disfrazado como niebla.

-Pero tengo más que decir – la sombrilla cayó justo junto a él cortando otro árbol. Y el chico volvió a correr colina abajo tan rápido como podía. Al seguir solo logró tropezarse y rodó por la colina cayendo en un pantano.

-¡Taemin cuidado! – Jonghyun gritó desde lo lejos y Taemin se giró deprisa para no ser cortado.

-¿Por qué no te rindes? – Minho se paró junto a él mientras el chico se levantaba con dificultad de las anegadas aguas.

-Está resbaloso – dijo riendo mientras se sostenía del alto para no resbalar.

-¡Taemin!- La voz de Key se escuchó en lo alto y luego un fuerte golpe.

-¡TEN CUIDADO! – Jonghyun gritó fuerte antes de quejarse -¡Están ahí abajo!  – Los pasos se fueron acercando pero se detuvieron de golpe y Onew cayó el piso.

-No podemos ir más cerca, nos están deteniendo del cielo- Key tocó la invisible pared que había detenido a Onew y Taemin los miró con una sonrisa.

-¡Minho aun pueden regresar! – Onew gritó fuerte y luego Jonghyun pasó cojeando.

-Espera – Key lo detuvo tomando su brazo.

-Tranquilo, yo no soy del cielo – Jonghyun dijo con una sonrisa.

-Pero te castigarán – Key le miró con preocupación y Jonghyun tomó su mano con cuidado para liberar su brazo.

-No temas, de todos modos desapareceré en menos de un mes- dio un paso para atrás pasando el campo de fuerza- están por abrir la presa que detendrá a este viejo río – sonrío y se giró para seguir cojeando hacía el pantano donde los dos chicos estaban de pie.

Taemin vio bajar a Jonghyun y luego miró a Minho – Minho – Sonrió amplio – Gracias – Minho le miró alarmado y se alejó un poco.

-¿No cederás? –El alto tomaba con la mano temblorosa el paraguas con cualidades de espada.

-No quiero ceder –Taemin volteo al cielo y luego miró al alto – No puedo ceder.

Jonghyun avanzaba tan rápido como podía por la pendiente intentando no tropezar pero con bastantes heridas como para alentar su paso.

El alto suspiro y acarició la cabeza del de cabello cobrizo. –Escucharé ahora lo que me querías decir – le miró tranquilamente – considéralo como tu último deseo.

Taemin le sonrió a Jonghyun quien seguía intentando llegar tomando troncos y luego volvió la mirada al alto. Las lágrimas invadieron sus ojos y un sentimiento melancólico y de alegría lo impulso sobre el pantanoso lodo a abrazar al alto.

El agua les llegaba a las rodillas pero aun así no parecía incomodarle al más bajo que se aferraba con fuerza al alto que observaba asombrado- Minho – después de estar un rato pegado a él levanto la mirada y lo observó con ojos llorosos. – Me quiero quedar en el mundo de los humanos- el alto afirmó con un triste suspiro- ¿Quieres quedarte conmigo aquí? Así te podría ver más y no tendría que verte alejarte cada vez. – Taemin sonrió amplio mientras las lágrimas recorrían sus mejillas. – Porque me duele mucho verte alejarte de mi.

-Taemin – El de cabello obscuro acarició su rostro y Taemin lo miró satisfecho, no le importaba la respuesta negativa de su compañero, con tan solo haber dicho lo que deseaba estaba muy feliz. – Me quiero quedar contigo en el mundo de los humanos – El alto dijo y Taemin lo miró sorprendido abriendo los ojos ampliamente mientras se alejaba un poco. – ¿Sabes qué significa que también quiera esto? – Taemin soltó una mirada de dolor y afirmó.

Minho lo jaló hacía él y lo abrazó con fuerza. Jonghyun se detuvo al verlo y se quedó estático pensando que las cosas estaban tranquilas pero el grito de Key lo alarmó.

-¡NO LO HAGAN! – Key y Onew seguían golpeando la barrera invisible con fuerza y gritado. Jonghyun volvió la vista a la pareja en el pantano.

Taemin se estiró un poco cerrando los ojos y disminuyendo el aliento para besar al alto y luego bajó el rostro apenado.  Minho le miró con una cálida sonrisa y tomó su mentón para acercar su rostro y rozar despacio sus labios para luego hacer mayor presión sintiendo los suaves labios del pelirrojo tan cálidos como su persona. A diferencia de su frío ser lleno de lluvia sintió como esa calidez lo inundaba mientras compartía el néctar de los deliciosos bordes del chico. Mientras cerraba los ojos junto al menor compartiendo el beso estiró su brazo con el paraguas sin separarse de los calientes labios que parecían llenar su vacio ser. Deseaba con todo el corazón quedarse pegado por la eternidad a esos labios pero su mano se alejó lo suficiente para luego con un fuerte movimiento atravesar la espalda del pelirrojo pasar por su cuerpo atravesando también su cuerpo y surgiendo detrás de su espalda.

-Te amo Minho- el chico dijo sobre sus labios y las lágrimas recorrieron las mejillas del alto mientras se aferraba al cuerpo que comenzaba a desaparecer.

-Yo también – Alcanzó a decir mientras su cuerpo parecía caer al pantano difuminándose y desapareciendo como el de las nubes pero dejando gotas de rocío que caían sobre las frías aguas del pantano.

-¡Taemin! – Jonghyun llegó al borde del pantano muy tarde y tras el aparecieron Key y Onew que veían asombrados la escena donde solo algo de vapor y rocío quedaban.

-Se fueron sin dejar rastro – Onew se dejó caer en el piso mientras veía la triste escena.

-¡Esos tontos! – Key comenzó a llorar – ¡Todo para nada!- Jonghyun estuvo en silencio un momento y luego vio hacia el cielo.

-No lo fue – por fin abrió la boca el moreno y Key le miró con ojos llorosos – Ellos tuvieron su momento – sonrió un poco y luego miró hacia el pantano. – Yo también di todo por un momento como ese – miró al cielo de nuevo.

-Tenemos que volver – Onew dijo desde el piso mirando hacia abajo y Key pasó la vista a él – El nuevo señor de las nubes ha nacido, también el nuevo señor de la lluvia. – Key miró molesto a los cielos.

-¡YA LO TENÍAN TODO DESTINADO! ¡MALDITOS! – Key golpeo con fuerza un árbol y Jonghyun se puso de pie.

-Creo que ellos nos controlarán por siempre – sonrió- me gustó conocerles, ahora debo volver y disfrutar los días que me quedan. También disfruten sus vidas, no importa que tan largas o cortas sean, deben ser felices en ellas. – El moreno comenzó a caminar mientras que Key seguía con la vista clavada en él y Onew se levantaba despacio mirando el pantano que parecía tan pacifico y sin señales de las dos creaturas que habían sellado sus destinos por un deseo.

 

 

Epilogo:

-¿No debería estar lloviendo? – Onew le preguntó a un pequeño que parecía tomar cosas de uno de los estantes que parecían formados por un esponjoso material.

-¡Hyung!- El chico de cabello negro y revuelto saltó y dejó caer frutas sobre el blanco piso y estas se hundieron un poco. –Yo… – Le miró con grandes ojos suplicantes, esos ojos obscuros y grandes que combinaban con el cabello del niño de rostro pequeño.

-Minho, no puedes evitar tus deberes así de fácil – dijo actuando serio y luego le brindó una sonrisa.

-¿Minho? – Una mata de cabellos rojizos se asomó detrás de la esponjosa pared y al ver al mayor en el lugar se giró deprisa intentando desaparecer.

-Taemin – Onew habló con voz fuerte – ¿Tu le dijiste a Minho que se quedara? – El pequeño se detuvo en seco algo aterrado.

-No hyung – Minho habló rápido corriendo hasta donde estaba Taemin – yo quise quedarme para jugar con Taemin.

Onew los miró y luego negó con la cabeza.- ¿Qué voy a hacer con ustedes?  – Los niños se tomaron de la mano.

-¡Atraparnos! – El par de pequeños comenzaron a correr alejándose del castaño que sonreía- Una segunda oportunidad – habló hacia el aire – para mí una eternidad como niñero y para el planeta una etapa de largas sequías de seguro. –Miró hacía el frente- Por lo menos Key debería estarme ayudando.

 

 

Sin embargo Key caminaba con un cálido abrigo por una calle abarrotada y miraba a la gente moverse en el frio ambiente del principio de la primavera.

-No se han encontrado muertos ni heridos por el repentino derrumbe en la presa principal ocasionado por el deshielo… – Se detuvo al escuchar las noticias orgulloso y luego siguió caminando alejándose del poblado. Avanzó automáticamente hasta llegar a la cueva que había estado visitando todo ese invierno.

-No tenías por que hacerlo – Una voz lo recibió esta vez y el chico sonrío con superioridad.

-Considéralo una deuda saldada, pero nunca más te haré un favor – Key avanzó quitándose el abrigo y dejándolo en el sillón en el cual estaba sentado el chico de baja estatura, ojos de cachorro y ahora cabello blanco. – ¿Nuevo estilo? – Key sonrió al ver el cambio.

-Creo que esto es tu culpa – señaló su cabeza- ahora seré un río de deshielo por siempre.

-Se te ve bien, solo agradéceme y ya. – Key dijo molesto por la actitud del ser que acababa de salvar.

-Gracias – el chico soltó una mirada tierna y una sonrisa y tomó una chaqueta- Ahora iré por algo de comer.

-¡Oye! – Key se puso frente a él molesto.

-¿Qué sucede? – El de corta estatura le miró despreocupado.

-Tu dijiste que debía ser feliz en mi existencia – le hizo un puchero y el de pelo blanco le sonrío.

-Entonces tomaré la responsabilidad – tomó su mano – vamos a comer algo.

-Eres una bestia- la diva de la nieve giró su rostro aun molesto y el irreverente río besó su mejilla.

-Pero una bestia muy linda – entrelazó sus dedos y lo jaló – ya vamos a comer.

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Casa del ritmo de la Luna Llena

 

 

Dibujo de Taemin
Casaritmo

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Tu mirada en la obscuridad +Introducción+

Tu mirada en la obscuridad
*Introducción*

Aun recuerdo la primera vez que sentí ese escalofriante miedo, un temor enorme que me invadió hasta los huesos, no se podía comparar a nada de lo que había sentido a mi corta edad de 6 años, era la primera vez que algo me aterraba de esa manera.
-Camina más rápido Taemin – mi hermano me jalaba con fuerza – vamos muy tarde, ya obscureció en el patio –dijo mientras abría la puerta de la casa de mis abuelos, ellos vivían en un pequeño poblado en una casa donde el gran patio conectaba a todas las habitaciones.
-Está muy obscuro Jinki hyung– dije con un miedo infantil, un miedo muy simple, no era parecido al terror que penetraría mi cuerpo en unos momentos, solo era un simple susto, una incomodidad por lo desconocido.
-Tranquilo, yo te cuido, solo guarda silencio para que mamá no escuche – dijo mientras ponía su dedo frente sus labios y luego tomaba mi mano. Habíamos jugado con los chicos del pueblo hasta tarde y ahora que volvíamos no quería que mi madre se enterara que me había tenido fuera todo ese rato.
-Gracias hyung- mi gran amor cuando era pequeño solo podía tratarse de mi hermano, no había nada mejor en este mundo para mí, lo admiraba, imitaba y aunque a veces me hacía maldades, como cualquier hermano, debía seguir siempre a su lado, eso era en todo lo que pensaba.
Caminamos silenciosamente por el obscuro patio mientras el sostenía con fuerza mi mano y volteábamos a un lado y al otro siguiendo los diferentes ruidos que alcanzaban nuestros oídos.
-¿Qué fue eso hyung? – dije ante el silbido de alguien, miraba de un lado al otro tratando de encontrar la fuente de ese sonido.
-No lo sé – dijo Jinki también buscando – apresurémonos – dijo esto y me jaló para empezar a correr pero se detuvo en seco y choqué con él.
-¿Estás bien hyung? – en este momento mi leve temor se transformó en miedo al ver en la dirección que mi hermano estaba observando. Frente a nosotros en la azotea veíamos una figura humana, esbelta y bastante alta, pero por simple sentimiento sabía que eso no era humano.
-Hermosos bocadillos – ahora eso hablaba me escondí detrás de mi hermano mientras el miedo penetraba mi carne y hacía que me entumiera en ese lugar – no deberían salir de noche – de la nada estaba debajo, en el patio y se interponía entre la puerta y nosotros. La sombra seguía completamente obscura y solo podía observar dos puntos brillantes de color rojo en su cabeza.
Sus ojos estaba encajando su tétrica mirada hacía mi, Jinki estaba congelado frente a mí, no decía nada, no hacía nada. Intentaba moverlo pero no podía, estaba congelado en ese lugar – Hyung, vámonos hyung – lloraba sin parar al ver cómo me observaba la extraña sombra que parecía estirarse anticipando algo.
-Me agrada como me vez – la sombra dijo agachándose frente a nosotros – puedes sostener tu mirada ante mí, pareces ser un bocadillo interesante – se acercó hasta mi, haciendo que retrocediera y callera en el piso del patio, estaba por soltar el llanto más profundo.
-Déjalo – mi hyung se movía y empujaba a la alta criatura.
-Otro bocadillo interesante – dijo dando unos pasos para atrás y se puso en cuclillas inclinando la cabeza de lado como examinándonos – me vas a necesitar en el futuro – dijo suavemente y se puso otra vez de pié.
-Déjalo – Jinki gritó de nuevo, pero eso seguía avanzando hasta mí de un momento a otro ya estaba frente a mi rostro y lo tomó con su mano.
-Cuando me necesites solo llámame y llegaremos a un interesante trato – empezó a desabotonar mi camisa y Jinki corrió hasta el lugar para empezar a golpearlo por detrás – solo debo dejar una marca para que me contactes – sus ojos rojos bajaron a mi pecho luego soltó mi cara levantó su mano y luego solo un dedo, dio un pequeño giro a su muñeca y su dedo se encendió rojo fuego, yo me quedaba ahí sollozando levemente mientras mi hyung gritaba como loco. Puso su dedo en mi pecho, quemó mi piel, dolía pero sentía un miedo mayor. Me volvió a observar en otro momento y luego se levanto.
-¿Qué le hiciste? – Mi hermano de 11 años seguía golpeando y empujando, luego me vio y me sostuvo viendo al ser con odio – ¡Contesta qué le hiciste!
-Delicioso bocadillo dos, nos volveremos a ver – le dijo revolviendo su cabello – crece más delicioso para mí, lo mismo para ti interesante bocadillo – como en un solo instante ya se encontraba otra vez en el viejo techo de la casa, clavando sus ojos en nosotros – esperaré tu llamado Taemin – el susurro se escuchó en el aire de todo el patio, el miedo me invadió de una forma horrible, la figura desapareció y rompí en llanto. Mi pecho me dolía, sentía esos ojos rojos clavados en mí y mi cabeza daba demasiadas vueltas, la cicatriz de mi pecho ardía demasiado y Jinki gritaba desesperado por nuestros padres.
Después de eso ya nada me daba miedo, mi peor experiencia me había enseñado que nada daba tanto miedo, pero ahí me encontraba en esa azotea gris de la escuela sosteniendo con fuerza la maya que la rodeaba esperando mientras veía la pequeña puerta por donde pasaría esa persona.
Esta era la segunda vez que sentía este miedo, escuche pasos en las escaleras tras la puerta esta se abrió frente a mí y ahí estaba la persona que había estado esperando, no creí que llegara en algún momento, sabía que no era posible, pero me aferraba con fuerza a mis últimas esperanzas.
-Taemin – agaché mi cabeza, su tono de voz hacía que conociera la respuesta, me había aferrado todo este tiempo hasta este momento – lo siento – mi corazón lo esperaba pero aun así se rompió en mil pedazos –no estoy interesado en los chicos – un pretexto, lo sabía, era porque tenía a alguien en mente ¿Por qué no solo me decía la verdad? Solo necesitaba decirme: me gusta alguien más, tú nunca me llegarás a gustar, déjame de una buena vez.
-Gracias por venir Jonghyun–hyung – dije volteándome viendo hacía el patio de aquella escuela, 3 pisos debajo de mí nadie se había dado cuenta de lo que pasaba, como la otra vez que me había invadido el miedo, solo nosotros dos lo sabíamos y nunca lo olvidaría porque me había dejado esa marca, esa cicatriz igual que la otra me dolería por las noches o cuando el recuerdo invada mi mente.
-¿Taemin estás bien? – escuché su voz detrás de mí. Sabía que él nunca me correspondería pero era mi mayor deseo intentarlo.
-Estoy bien – dije mirando abajo y viendo un rostro familiar entre todas las personas que caminaban, una de las personas que más odiaba pero más quería en todo el planeta, esperándonos como siempre – solo me preguntaba cuánto tiempo dolerá esta cicatriz.

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Tres simples pasos para caer profundo +Introducción+

TRES SIMPLES PASOS PARA CAER PROFUNDO

Introducción

El aire del campo es más puro que el de la ciudad, los aromas que lo invaden son los más esquicitos y distintivos, desde el humo acompañado con el olor a comida de las pequeñas casitas hasta los amplios jardines y prados con perfumes de gardenia, lavanda, azucenas, rosas y todas aquellas bellas flores que colorean el paisaje. Esas eran las palabras en los libros de mi padre, en lo personal odiaba el campo, bueno no él campo en sí, creo que eso estaba bien, lo que odiaba era la mansión que siempre me tenía retenido viendo esos paisajes sin poder disfrutarlos.

-El señorito está por cumplir 18 – otra vez hablaban de mi, si no era por los sirvientes me sentiría abandonado en esa mansión, con mi padre encerrado en su despacho leyendo todo el tiempo y escribiendo sus raros libros.

-¿Va a ir a estudiar a la capital como su hermano?

-No lo sé Leonora, la universidad tiene demasiadas solicitudes.

-¿Tu cómo sabes eso?

-Mi hermano mayor quiere entrar, está por hacer el examen, dice que ahora la gente es aceptada por sus conocimientos y no por su dinero.

-Dile que siga soñando – Leonora siempre era demasiado honesta y molestaba a las más jóvenes con su actitud, pero todas la respetaban porque era una mujer casada y trabajadora, aunque era obvio que la pobre de Micaella sufría más por que se consideraba una mujer del nuevo siglo. Eran un dueto cómico para mí, pero luego en mi teatro privado apareció un nuevo personaje que  no esperaba ver.

-¡Minhooo! – Leonora gritó bastante fuerte – ¡Ya deja de cortar leña, con eso es suficiente!

-¡Está bien noona! – En ese momento voltee a ver al chico que se encontraba al otro lado del jardín cerca del pequeño establo. Mis pensamientos se detuvieron en ese momento. Ahí estaña un chico alto y sudoroso cortando leña. En ese momento entendí por que las personas esculpían figuras masculinas, observé al chico sin camisa dejar el hacha de lado y secarse el sudor de la frente con su brazo.  Al girarse pude notar sus músculos bien trabajados y su figura contorneada, me quedé estático un momento y el chico comenzó a avanzar hasta la parte del patio donde estaban Leonora y Micaella. Desde la ventana de esa habitación apenas pude distinguir  un poco de su rostro. Su cabello negro empapado por el sudor contorneaba sus cejas que marcaban sus grandes y profundos ojos, sus nariz y sus labios formaban un buen perfil, simplemente era un joven ejemplar, yo por mi lado me sentía tan esbelto y femenino a veces. Tal vez el trabajo en el campo podía hacer que una persona se viera así.

-Ya es la hora de comer muchacho – Leonora hablaba con él, así que decidí poner mucha atención a lo que conversaban –apenas es tu primer día aquí y ya te quieres matar de cansancio.

-Lo siento Noona, pero quiero hacer todo lo posible para agradecerle a Onew la oportunidad de trabajar aquí.

-Este muchacho es demasiado bueno. Te digo Micaella, lo voy a casar muy pronto, cosas como esta no se desperdician.

-¿Vas a volver a estar de casamentera? – Micaella dio un salto para atrás –si es así me debo de alejar, ya te dije que no me gustan tus métodos para casar a chicas inocentes.

-Es solo que tu eres demasiado rara, yo te llevé buenos partidos.

-Minho ¿Vienes de la parte cercana al bosque verdad? – Micaella optó por ignorar a Leonora, lo cual me agrado por que hizo una pregunta interesante.

-Si, de hecho la cabaña de mi padre ya se encuentra dentro del bosque.

-¿No es peligroso ahí? – La chica con el uniforme azul marino abrió grande los ojos – he oído que está lleno de brujas.

-No hay mucho problema, mi abuela era una bruja – la chica saltó para atrás al oír esto – pero no te preocupes eso fue hace mucho tiempo, además pocos hombres se dedican a la brujería y mi casa está llena de hombres.

-En eso tiene razón solo conocí un chico que se dedicaba a la brujería – Leonora comenzó a avanzar hacia la cocina donde todos los sirvientes se juntaban a comer – era bastante bueno cuando predecía el futuro, fui hace como 5 años a verlo para ver si mi hijo nacería saludable, tenía solo unos 14 años y ya era asombroso.

Las voces y las figuras se perdieron de mi vista, mi función de teatro se había terminado, pero esta vez merecía una ovación de pie, por que se había vuelto muy interesante.

-Mañana tengo que escapar de nuevo de este lugar – dije decidido al ver las paredes que me aprisionaban y recordaba mis escapadas unos años atrás antes de que me pusieran a mi niñera de tiempo completo. Pero ahora quería saber más sobre este chico y las cosas que rodeaban el valle, creo que había conseguido un nuevo interés en una pequeña conversación.

 

 

El campo con sus verdes planicies,  sus amplios paisajes, sus aberrantes sembradíos, ya lo odiaba. Siempre que hacía algo mis padres me mandaban de regreso a la casa de campo, a que aprendiera mi lección en el lugar más aburrido de la tierra. Amaba mi bella ciudad llena de tiendas, fiestas y las mujeres, lo mejor de todo eran todas aquellas damas dispuestas a entregarte sus placeres. Pero mi estilo de vida era completamente desaprobado por mis padres y al ser el único heredero varón solo volvía la desgracia más grande.

-Sebastián – dije aún molesto de ver la campiña – llévame al lado del bosque quiero que lean mi fortuna.

-Señor, la señora fue muy clara de que tenía prohibido ver cualquier dama, eso incluye madame Carmela.

-Pues llévame con una anciana o algo así, sabes bien que no vengo al prado sin que me digan la suerte antes de llegar a esa casona aburrida.

-Conozco alguien muy bueno para descifrar el destino – dijo el cochero asomándose por la ventanita con su larga nariz.

-Bien llévame con esa persona – dije molesto, se había metido en mis asuntos pero no me importaba, ver a las brujas del bosque era lo que más me divertía en ese lugar, no pensaba ignorar mi única diversión.

-Es aquí – el chofer se detuvo frente a una pequeña casita, algo en ruinas.

-¿Qué clase de bruja vive aquí? ¿Es joven? – pregunté al ver el pequeño lugar, las brujas más grandes decoraban sus casas con miles de objetos exóticos y todo para llamar la atención de los  que deseaban conocer su fortuna. Muchas eran estafadoras, otras se dedicaban a seducir y algunas hasta habían logrado que ricachones les entregaran sus fortunas, yo siempre me cuidaba de ello y escogía brujas de confianza o con un buen cuerpo, dependiendo de lo que deseaba.

-Es el mejor que conozco señor, se lo garantizo.

-¿El mejor? – me asombré ante estas palabras, pero me decidí a entrar de esta forma Sebastián no molestaría más, que podía pasar si entraba a hablar con un chico.

-Buenas tardes – la puerta rechinó detrás de mi y se cerró, el lugar parecía una cabaña común y corriente, no había ni una mesa de lectura, ni objetos raros –ese viejo cochero está jugando conmigo.

-Pasa, siéntate – un chico apareció detrás de mí e hizo que saltara del susto. Luego lo vi adelantarse contoneándose ante mí con su esbelta y delicada figura, su piel se veía bastante pálida pero fina, como las muñecas de mi hermana.

-¿Tu les las cartas? – dije asombrado al ver como se sentaba en la mesa común, donde parecía que comía y preparaba la comida, pensé que era bastante extraño.

-A veces, prefiero leer otras cosas – dijo algo molesto y girando los ojos parecía que se desesperaba de mi, en ese momento observé su delicado rostro y sus ojos casi felinos – si no piensas sentarte, vete. No quiero que desperdicies mi tiempo, tengo muchas cosas por hacer- su actitud era la de toda una diva, pero aunque estaba ofendido y sentía que todo era una farsa en mi cuerpo se creó una enorme necesidad de hacer lo que él decía.

-¿Cuál es tu nombre? – Pregunté mientras me sentaba frente al chico y lo miraba fijamente.

-Llámame Key – dijo mientras sacaba un saco de su pantalón que contenía varias rocas.

-¿Cuánto me va a costar esto? – Dije al ver que no me cobraba por adelantado como las otras brujas que había visitado.

-Tú sabrás cuanto pagarme. Bien está todo listo- las rocas ahora formaban figuras sobre la mesa – Dame tu mano – extendió su brazo y yo puse mi mano en su palma en ese momento sentí una descarga eléctrica, pero no estaba seguro su procedencia.

-Pero no te he preguntado nada –dije al ver que estaba por empezar a leer lo que fuera a leer.

-No tienes por que hacerlo – dijo luego sentí como apretaba un poco mi mano, para luego ver como las piedras se iluminaba poco a poco y aire comenzaba a salir de la mesa, luego se iluminó más y sentí una fuerte brisa en el rostro, pero esta se terminó rápidamente.

-¿Qué pasó? -Mire asombrado al chico que veía con ojos muy abiertos

-Algo no salió bien – dijo poniéndose de pie y caminado hasta un estante para tomar un libro.

-¿Algo está mal en mi futuro? – También me levanté y caminé hasta donde estaba él.

-No es eso –dijo hojeando el libro – es que no puedo ver tu futuro.

-¿Qué clase de brujo no puede ver el futuro? – Dije mientras intentaba ver lo que hojeaba.

-Pude ver tu pasado y la pregunta que deseas hacer, pero no tu futuro – en ese momento yo ya me encontraba sobre su hombro viendo las páginas del libro y pude respirar su fresco aroma, no era ningún perfume costoso, posiblemente solo era su olor natural, pero era más que perfecto. El chico volteó a verme y me alejé rápido, luego decidí decirle algo de forma molesta para que no notara mis intenciones.

-Creo que solo eres un estafador – el chico rodo los ojos, dejó el libro en el estante y adopto una posición de superioridad, luego cruzó los brazos.

-Jonghyun eres el primogénito de una familia rica y vives una vida de excesos por eso siempre terminas castigado en este lugar –no me asombró nada eso, cualquiera podría saberlo – esta vez fue por tu relación con la hija del socio de tu padre, que rompiste por una dama de sociedad casada con la que te acostaste varias veces – bueno me impresionó un poco más – tus padres te enviaron como castigo y por seguridad por que su esposo está detrás de tu cabeza.  Reprobaste el examen de la universidad de forma desastrosa, careces de talentos y aunque presumas todo el tiempo tienes baja autoestima  – ahora solo me estaba fastidiando. – Vienes en busca de tu fortuna haciendo preguntas tontas, pero nunca lo que de verdad deseas preguntar, quieres saber si encontrarás una chica buena que te corrija y con la que puedas compartir el resto de tu vida porque en realidad eres un romántico, pero temes debido a que la primer chica que amaste te engaño con tu mejor amigo.

-¿Ya fue suficiente? – sentía un horrible deseo de llorar, sentía mis ojos cargados de lágrimas apresurándose a salir.

-Disculpa – dijo agachando la cabeza – pero no me gusta que duden de mis habilidades, te daré un hechizo para que te sientas mejor – dijo estoy caminó hasta un estante para subir unas escaleras tratando de alcanzar la parte superior. Me quedé viendo ese chico se contoneaba hasta subiendo las escaleras podía ver su bien formado trasero desde abajo, sus piernas delgadas y ese movimiento que me obligó a girar un poco la cabeza. –Aquí está –dijo bajando las escaleras.

-¿Qué es eso? – me preguntaba qué clase de pócima me daría ¿Si la olvidaba mi futuro aparecería ante sus ojos?

-Solo es un dulce – dijo abriendo el frasco – te sentirás un poco mejor, me disculpo por mis palabras pero espero que no me vuelvas a menospreciar.

-¿Qué eres? – de mi mente solo pudieron salir esas palabras.

-¿Qué soy? – Dijo confundido inclinado la cabeza – soy un excelente hechicero y me visto mejor que tú aunque soy pobre.

-Te gusta insultarme – dije acercándome a él con la necesidad de tocar su rostro, me había embrujado, de eso estaba seguro.

-Solo digo que esos zapatos y ese abrigo no hacen juego, deberías cuidar más tu apariencia si quieres seguir con la vida de Casanova que llevas, solo has de atraer a chicas sin sentido del buen vestir o corrientes – decidí abrazar ese esbelto cuerpo, sus insultos solo me incitaban más a tocarlo, pero la puerta se abrió de golpe.

-¡Hermano me pagaron 2 rubines por cuidar las vacas! – entró un niño entre 12 y 13 años.

-Buen trabajo ¿Y tú hermana? – el chico se acercó a la puerta.

-Viene con Minho, parece que ambos también consiguieron buenos trabajos en la mansión.

-Oppa – una niña de 11 corrió hasta la puerta seguida por un chico bastante alto – soy ayudante en la cocina – dijo muy contenta.

-Gracias por llevarlos Minho – le dijo al chico alto y lo abrazó, esto me hizo enfurecer, pero luego vi que Sebastián y el cochero seguían afuera esperando.

-Te dejaré Key, parece que tienen mucho de qué hablar – dije poniéndome el sombrero y saliendo por la puerta – aquí está tu dinero – le di una buena cantidad, por lo general las otras brujas pedían eso.

-No tienes porque, no fui muy útil – dijo intentando devolverme el saco de monedas.

-Está bien me aconsejaste, pediré unos mejores zapatos.

-Si eso deberías hacer, también arregla tu cabello – dijo con su aire de superioridad. Solo pude reír y empezar a avanzar al coche.

-Nos vemos pronto, creo que será difícil deshacerte de mí.

-Hasta luego caballero – la niña me hizo una reverencia y me pareció muy tierno.

-¡Vayan a lavarse las manos! – ya casi es hora de comer.

-Nos vemos, la próxima vez lograré leer sin problemas – me grito como despedida.

-¿Descubrió algo interesante señorito? – Sebastián ahora me hablaba mientras que el carruaje empezaba a avanzar.

-Creo que encontré mi próximo amante – dije entre susurros, si ya había probado y disfrutado toda clase de chicas supuse que un chico sería una nueva experiencia y no estaba contra las órdenes de mis padres.

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Hot Cakes (Primer parte)

Hot Cakes

 

La Lluvia

Sobre la caliente carretera llena de secos espejismos él chico alto caminaba sosteniendo con fuerza su sombrilla. Los ratos del sol arremetían con fuerza sobre la negra superficie del parasol pero esto no parecía inmutar al alto chico de ojos redondos, cejas pobladas y cabellos descuidados.

-Señor Minho- Una suave y aguda voz vibró desde él hombro de la gruesa gabardina negra. La alta figura y su larga sombra se detuvieron a mirar sobre su hombro para escuchar las leves palabras- Aquí tampoco ha venido- Él chico alto movió su paraguas y miró al cielo azul y cristalino. -Ni una sola nube – Suspiró después de decirlo y volvió a subir la vieja sombrilla -¿No deberíamos volver? – La aguda voz volvió a intercederá él chico siguió su camino sin inmutarse -¿Sientes la humedad? -Preguntó dirigiéndose a la fuente de la diminuta voz. Claro qué era húmedo él lugar, la carretera se rodeaba por grandes helechos y árboles gruesos qué sostenían una espesa vegetación.

-Claro qué la siento- Dijo en un tono pesado y después de un momento se dio cuenta de la gruesa gabardina qué cubría él bien formado cuerpo.

-¿No siente calor señor Minho? – Él chico negó y miró hacía él frente. -En este lugar la humedad es falsa- Avanzo con su pasó constante y decidido…

 

Él chico podía sentir cómo la anomalía regía en el poblado próximo. Sus pasos lo acercaban paulatinamente al lugar, él blanco campanal se erguía majestuosamente al final de la carretera qué bajaba la colina con una suave pendiente. -Es ahí – Dijo a la nada, por qué la voz de su había estado silenciosa por un largo rato. No parecía preocupado o animado sólo seguía con una seriedad devastadora. Si una sonrisa se dignara a mostrarse en su perfecto rostro de seguro se hubiera coronado cómo la persona más cálida de la tierra. Pero nada alteraba su apariencia robótica al avanzar al pueblo.

En las afueras del poblado notó una casona de paredes blancas y techo de tejas rojas con la puerta abierta. Junto a la estrecha puerta vio él letrero dónde enunciaba bebidas frías. Él fuerte espejismo del lugar le hacía sentir la necesidad de beber algo refrescante. Se quedó de pie frente al lugar un momento luchando contra la visión, sin embargo terminó rindiéndose. Pero antes de entrar tenía qué estar de acuerdo al fuerte espejismo por lo qué comenzó a desabotonar la gabardina sacando uno a uno los botones.

 

 

Tenía qué verse afectado por él clima qué en esa zona era húmedo en extremo y durante esas fechas rodeaba los 40 grados centígrados. Al terminar de abrir él grueso sacó lo bajó rozando por sus fuertes brazos dejando a la vista sólo una camiseta negra sin mangas qué se ajustaba a su torso. Mostraba su acondicionada figura de una forma deliciosa dejando poco a la imaginación y mucho a la vista.

Pasó sobre su hombro la gabardina sosteniéndola con una mano y con la otra tomando la sombrilla negra ahora funcionando cual bastón.

Por fin se decidió a entrar a la habitación comunal de la casucha qué servía de algún modo cómo tienda de abarrotes. -¿Puedo ayudarle? – Las amables palabras surgieron de la boca de una joven vendedora qué quedó atónita al girarse a verle.

-Quiero algo fresco.- Se dignó a decir mientras era observado por los profundos ojos avellana de la chica con la boca abierta. Después de un rato de silencio la joven se movió sacudiendo la cabeza y soltó un leve claro mientras se hundía en su propia vergüenza coloreando sus mejillas de rojo.

La chica al salir de su aletargado estado tomó un refresco de la nevera y se giró para mostrarlo- ¿Esté está bien?- Preguntó con una sonrisa al alto qué sólo afirmó mientras sacaba algunas monedas de las apretadas bolsas de su pantalón.

Miró alrededor y observó la pequeña televisión qué era vista por dos ancianos en una mesa de la esquina. Parecían jugar ajedrez pero se habían detenido para observar las noticias.

Fijó la vista en la pantalla y en ella estaba él reporte del clima con una chica y él mapa de fondo. La chica miró él rostro del mayor perdido en las noticias y vio la pantalla rápido.

-¿Es raro verdad? -Dijo alto, llamando no sólo su atención, sino también la de los ancianos qué eran los únicos clientes en las 3 mesas.

El alto pasó su vista por las tres mesas de plástico buscando algo peculiar. -¿Qué es raro chamaca? – Uno de los ancianos se atrevió a decir al no saber a qué se refería. La chica sonrió, para decir su descubrimiento- En las noticias, parece qué las nubes han desaparecido por completo en él mapa.

Minho, cómo había sido llamado por la voz, volvió a ver él televisor. -No digas tonterías- uno de los ancianos le llamó la atención a la joven. -Mejor enciende el ventilador- Él otro anciano respondió y movió él caballo negro hacía adelante reanudando él partido de ajedrez. Él alto suspiro y vio hacía la chica qué encendía un pequeño ventilador de pie. -¿Llegó alguien al pueblo hoy? -Preguntó deprisa dejando unas monedas en la barra.

 

Pues, sólo pocos turista s- la chica habló despacio por la rara pregunta- Por lo general se encuentran en la plaza o la iglesia del lugar es un espacio histórico- Sonrió después de explicar y él alto tomó su paraguas y salió deprisa.

-Sólo ha pasado un día y ya lo están notando – La voz suave y aguda volvió a escucharse. -Me temo qué si no terminó esto pronto, habrá graves problemas – el alto habló mirando hacia el centro del pueblo.

-Puedo sentirlo cerca- La voz dijo por última vez y él alto alzo la vista hacía él campanal blanco al centro de la plaza. -Vamos hacía ese lugar, no perdonaré esto-

Los pasos del alto se volvían cada vez más pesados conforme se acercaba a la plaza del poblado. Sabía qué se acercaba al motivo de su búsqueda conforme sentía más y más seco el ambiente y cada expresión de humedad desaparecía.

Sus ojos recorrieron el alegre paisaje. Frondosos árboles se erguían sobre la plaza, algunas personas caminaban bajó su sombra, niños corrían tras simples burbujas de jabón.

 

Mientras tanto en la pequeña tienda más retirada la chica tomaba las monedas qué habían sido depositadas en la barra por el curioso chico qué había huido del lugar. Las miró por un momento en su palma abierta -Me dio de más- Dijo después de contar la cantidad -Abuelo cuida la tienda- ordenó al anciano qué sólo movió su mano para no interrumpir sus propios pensamientos enfocados en el juego de ajedrez. -No tardo, voy a devolverle su dinero. -la chica salió corriendo sin esperar alguna otra señal de aprobación del anciano.

El alto vio nubes rosadas paseándose en una de las esquinas de la plazuela. No se trataba de lo qué buscaba pero le llamó la atención el esponjoso dulce rosado. Llegó hasta dónde el vendedor repartía las nubecillas a niños y adultos por igual. Y no muy lejos de ahí, en una pequeña banca un chico parecía disfrutar más qué cualquiera del dulce. Cómo si se tratará de la última vez qué lo comería o la primera vez qué lo había probado. Pero al reconocerlo el alto sabía qué se trataba de un poco de ambas lo qué hacía qué su semblante se volviese alegre y melancólico a la vez. Sus ojos rasgados y cabello rojizo desentonaban en la plaza y su fino cuerpo parecía moverse más ligeramente a comparación de los demás.

Lo observó por un leve instante antes de tragar saliva y tomar aire profundamente. Dio unos cuantos pasos hasta quedar enfrente del chico sentado y esté alzó su vista recorriendo su cuerpo de abajo hacia arriba deteniéndose en sus ojos. Cuándo sus ojos se encontraron el alto se estremeció y el chico de la banca brindo una amplia sonrisa. -Tenías razón Minho hyung, aquí abajo es genial- Sonrió aun más y adelanto un poco del algodón de azúcar -¿Gustas?

 

-Tenemos qué hablar- El alto corto de una manera tajante las palabras del chico y lo miró con ojos castigadores. El menor se disponía a abrir la boca para contestar pero se detuvo -Pero aquí no – De giró rápido – ¡Sígueme! – Ordenó con autoridad y comenzó a avanzar dejando atrás la plaza y la muchedumbre.

La chica había llegado a la plaza con las monedas sobrantes en mano. Giraba de un lado al otro intentando ver sobre la muchedunbre a su último cliente. Al notarlo, sintió gran alegría. Hace unos momentos pensaba qué nunca más podría volverlo a encontrar, pero el destino ahora le brindaba una segunda oportunidad.

La chica sujeto las monedas con fuerza y miró al chico alto con manga cortas ser seguido por otro chico sonriente hacía una de las calles qué conectaban con la plaza.

Parecía qué escapaban del ajetreo mientras uno jugaba con un algodón de azúcar. La muchacha no dudó por mucho y se le hizo conveniente seguirlos. Caminó con cuidado y pasos leves por algunas cuadras intentando alcanzarlos. Tenía el impulso de gritar, pero por alguna razón notó cierta incomodidad y un ambiente pesado entre los dos individuos qué seguía.

Dieron la vuelta en una calle empedrada la cual se notaba bastante solitaria y la chica decidió sólo quedarse en la esquina. A estas alturas podía sentir qué algo raro estaba pasando.

-Vuelve ahora mismo -El alto rompió el silencio después de mirar alrededor y al mismo momento el de cabello rojo terminó su algodón.

Señor Taemin -Una voz aguda asombró a la chica y enfocó la vista entrecerrando los ojos para buscar la procedencia. -Ya pasó medio día, si no vuelve pronto las consecuencias serán horribles- Siguió buscando hasta qué notó algo pequeño y verde moviéndose en el hombro del alto.

El pelirrojo parecía no dejar de sonreír en ningún momento y sólo miró al cielo y luego al piso. –

-Me alegra qué hayas sido tu quien me vino a buscar, siempre me dijeron qué era hermoso aquí abajo -La chica sintió como la vista del chico se dirigía a ella – Perdona, pero no quiero volver, no aún -El alto pareció quejarse y tomó su paraguas.

Debo pedirte qué desistas- Dijo en un tono exigente. El menor lo miró y sonrió aún más amplio entrecerrando los ojos, se veía tan alegre e infantil. -No me queda otra solución- El alto se movió muy aprisa, tanto así qué la chica no notó como había avanzado tan pronto. Pero el momento qué más la impactó fue cuándo notó qué el paraguas había sido empuñado directamente en el torzo del chico alegre y atravesaba su cuerpo. La chica llevó sus manos a su boca mientras sus ojos se quedaban plenamente abiertos. Soltó un sonido y al instante notó su error. El alto volteo a verla y el miedo recorrió su cuerpo desde la punta de sus pies hasta su cabeza impulsando un agudo dolor y una voz qué le pedía a gritos qué corriera. Pero sus piernas no respondían.

-El chico habló atragantándose un poco mientras el paraguas aún estaba en su interior – Yo, no quiero ceder – Por fin pudo decir llamando la atención del alto y con dos torpes pasos avanzó hacía el cuerpo del mayor enterrando más el paraguas y haciendo qué su herida rozara en el. Gemidos del dolor qué debía causarle salieron mientras avanzaba y una tos leve inundó la calle mientras el alto lo veía aún más asombrado y se quedaba estático. -Gracias Minho hyung – El chico dijo aún sonriendo y cerró los ojos mientras sus labios chocaban en un suave rose con el alto. Sólo fue un tacto escaso reconociendo la superficie seca de sus labios y su cuerpo fue invadido por un temblor. Lo siguiente fue aún más asombroso para la chica. Ante sus ojos el cuerpo del pelirrojo se difuminó y comenzó a evaporarse desde los bordes se iba desintegrando y flotando hacía el  cielo.

 

-Señor Minho- La chica anonadada escucho la suave voz tan cerca por lo que giró para ver la pequeña ranita en su hombro e intento moverse, pero sus torpes piernas aún en estado de aboco la obligaron a caer hacía atrás dando un sentón.

-¿Qué fue eso? -El alto preguntó viendo hacía el aire dónde el otro chico había terminado de evaporarse.

-Sólo fue niebla- La chica pudo sentir como el piso de concreto soltaba calor. Por alguna razón pudo notar qué algo había cambiado aunque lo desconocía y el temor del alto moviéndose hacía ella hizo qué temblara- Parece qué alguien quería confundirnos-La pequeña rana volvió a hablar y el alto tomó su paraguas.

Dio pasos firmes hacía dónde la chica estaba y está trató de alejarse arrastrándose -¡Alto! -Soltó un fuerte grito y las lágrimas comenzaron a caer -¡Aléjate! –

 

-¿Señor Minho? -El anfibio salto hasta su hombro- No pensará en matar al verdadero – Dijo con preocupación y la chica siguió retrocediendo hasta qué topó con la pared y el terror la inundó.

No estoy seguro -Dijo serio y miró a la chica -Si no desea volver será la mejor opción – El chico se puso de cuclillas frente a ella – No quiero qué la tierra pase por todos los problemas qué implica-Dijo y mostró una sonrisa qué relajó cada músculo del cuerpo de la muchacha y luego pasó su mano frente a su rostro. No tardó en ponerse todo nubloso y mientras sus párpados se volvían pesados las cosas se fueron obscureciendo.

 

 

 El Río

El moreno entró a la caverna iluminada con algunos pequeños focos y linternas. Al observar al chico de cabello rojo moverse y sentarse sobre el sillón en el qué había estado dormitando sonrió ampliamente.

-Me alegra qué despiertes – Dijo entregándole una bolsa de plástico qué traía consigo -Hice la comida -dijo con orgullo mientras se sentaba en el piso frente a él tomando la segunda bolsa y sacando el contenido.

El chico río, sacó lo qué parecía ser una bebida y comenzó a beber.

-¿Ya sabes a quien mandaron? -El chico moreno de no muy alta estatura preguntó mientras mordía una hamburguesa atragantando sus palabras. El pelirrojo afirmó algo entristecido y miró fijamente sus papas fritas.

-¿Es peligroso? ¿Cayó en el señuelo? –Varias preguntas fueron lanzadas por el moreno de músculos marcados y mirada enternecedora que comía hamburguesa despreocupadamente

-Es Minho -Dijo el del sillón intentando mostrar una sonrisa.

-¿Qué es un Minho? -El del piso inclinó la cabeza, algo confundido.

-Minho es su nombre terrestre, así como el tuyo es Jonghyun – El joven rió por la graciosa pregunta.

-¿Y quién es él? – El moreno volvió a comer tranquilo de la hamburguesa.

-La lluvia que cae – El menor observó el vaso de refresco y como las pequeñas gotas se condensaban en el exterior por el hielo en el interior.

-Eso es genial. -El bajito dijo con animó.- Es justo lo qué deseabas. –Dijo sonriendo y el pelirrojo acompaño la sonrisa.

-Es cierto -dijo tomando el vaso con fuerza- pero parece qué lo hice enojar -Dijo algo desanimado y al notarlo el más bajó se levanto.

-En ese casi, sólo debemos hacer qué se contente- Sonrió y le metió papas al pelirrojo a la fuerza en la boca-

-¡Oye!- El del sillón se quejó atragantado y el moreno comenzó a correr escapando de los lanzamientos de papas del chico.

 

 

 La Nieve y el Granizo

Blanco como la nieve con cabello cambiante como… Bueno eso era difícil de describir, el chico que se sentaba en el pequeño café tenía un día el cabello negro, al siguiente rubio y siempre varios colores invadían su cabeza a la vez. Últimamente había adoptado un tono amarillo paja que le quedaba bastante bien.

Tomó un sorbo de café con delicadeza como si de un fino té se tratara y el fuese parte de la nobleza inglesa. Miró su reloj y luego alrededor – Llegará tarde.- El tenía la costumbre de llegar elegantemente tarde, pero le parecía algo imperdonable que alguien más se lo hiciera a él.

Tras dar otro sorbo a su café observó en el borde del las mesas dispuestas en la calle como un chico tropezaba contra un mesero y comenzaba a disculparse mientras sonreía. -Este torpe nunca aprende- se levantó suspirando pesadamente y dejó suficiente dinero en la mesa para pagar su café y dejar una propina.

-¿Qué piensas que haces? – Esas fueron las primeras palabras que salieron en forma de saludo. Aspiro profundamente sabiendo que estaba atado a ese chico y a su torpeza por más que una simple amistad y miro a las personas que lo observaban debido al escándalo que había causado al tropezar con el mesero.

-Key – El chico de ojos pequeños y cabello castaño dijo con una amplia y amigable sonrisa- Creo que choqué- decía mientras seguía haciendo reverencias en forma de disculpa al desafortunado mesero.

-Vámonos de aquí – dijo poniendo su mano en el hombro del de cabello castaño y piernas gruesas. Se sentía tan observado que el ambiente se volvía incomodo.

-Está bien – El contrario tomó una mochila del piso y se dispuso a seguir el paso del chico pálido de piernas largas que se apresuraba para ir a un lugar más privado y poder charlar con el muchacho.

 

-¿Qué podemos hacer? – Se dispuso a hablar cuando cruzaron la pequeña plaza que adornaba esa pacifica ciudad.

-¿De qué? – El chico lo miró algo confundido y el de cabello claro solo pudo hacer una mueca que reflejaba todo su dolor interno debido a la falta de comprensión del mayor.

-¡Ya deberías estar enterado de lo que está pasando! – Dijo con fuerza y el chico se detuvo abriendo sus ojos y dejado ver sus ojos castaños. Pensó un momento y después de un rato golpeo con su puño su palma abierta.

-Lo de Taemin – dijo feliz de entender mientras el chico de piernas flacas golpeaba con fuerza su frente – ¿Qué quieres que hagamos? – Pregunto ahora dejando de lado su sonrisa.

-Debemos encontrarlo- Dijo con fuerza el chico de piel blanca y ojos felinos mientras en su semblante se veía la preocupación que le causaba esa discusión.

-Pero Minho ya vino a buscarle – El mayor se sentó en una banca y el chico le imitó poniéndose a su lado.

-Pero debemos encontrarle antes que él, sabes que no confío en el – el chico cruzó los brazos con un aire de superioridad- el patán sugirió cambiarle como si nada.

-Pero era lo más sencillo, si no todo podría llegar a un estado peligroso- el mayor explicó la solución utilizando la razón.

-¿Tu también? – El peli amarillo se puso de pie indignado.

-No – el chico negó rápido con la cabeza y manos intentando de calmar la furia de la diva. – Me refiero a que entiendo a que se refería- Suspiró y miró al piso- También entiendo que eso implicaría que Taemin debería desaparecer por completo para que eso sucediera.

-Es por eso de que debemos encontrarlo y convencerle, antes de que sea demasiada tarde- El chico de chaqueta rosa dijo y luego abrió tiernamente los ojos al mayor parpadeando un par de veces- debes ayudarme.

El mayor no se podía resistir a esta técnica, simplemente entraba directo a su cerebro y evitaba que pensara las consecuencias como siempre. Los ojos de perrito de su compañero siempre dictaban sus acciones.

-Lo haré- simplemente no intentó luchar, sabría que no ganaría, no contra él. Se levantó y vio alrededor.

-¿Dónde empezamos a buscar? – El de piel pálida tomó la mano del chico entrelazando sus dedos y le dedico una sonrisa.

-Tenemos que adelantarnos a Minho – dijo con seguridad comenzando a caminar- Debemos buscar con quien tiene contacto Taemin en la tierra.

El rubio afirmó como si se tratase de su idea. De todos modos si funcionaba sabría que se nombraría a sí mismo el autor de esa estrategia y su compañero lo dejaría sin problemas. Era por eso que lo había escogido, era por eso que había decidido permanecer a su lado y llenar con algo de compañía la triste vida que ellos estaban transcurriendo. Era el mejor plan para no terminar en la demencia como Minho o en la completa depresión como Taemin.

 

 

La Cuenca

Una lejana villa a pie de monte despertaba al son del amanecer. El chico algo bronceado con lentes de sol avanzaba por la avenida principal, mientras las tiendas del distrito comercial, solo esa larga calle, se iban abriendo.

Se acercó a un negocio de forma robótica después de olfatear el ambiente cerrando los ojos para percibir el dulce olor.

-¿Tiene parquecitos? – Preguntó al darse cuenta que se había dirigido a la puerta de una pequeña panadería tradicional.

El alto hombre con bigote lo miró de arriba a abajo por la moda característica del chico. La chaqueta colorida de hombros anchos para acentuar su amplia espalda, los pantalones entallados marcando sus piernas y los ostentosos lentes negros que terminaban con su corte moderno.

-¿Extranjero? – El hombre preguntó mientras alargaba el brazo invitándolo a pasar.

El chico mientras entraba reía un poco- No – negó mientras escogía algo de pan de los pequeños estantes- Tengo mucho tiempo viviendo por aquí.

-Nunca había visto a un muchacho con tu estilo por este pueblo- El hombre dijo recibiendo la charola con algunos panes recién horneados.

-Eso es porque me la paso moviendo entre toda está cuenca- el chico volvió a sonreír- ¿Cuánto es? – Preguntó sacando algunas monedas y dándose cuenta que quedaba poco en su bolsillo.

El hombre cobró el pan después de envolverlo y el chico bronceado salió algo desanimado.

-Ya tendré que conseguir más- Suspiró pesadamente caminando hacía el borde del pueblo – No me gusta que todo se tenga que pagar con papeles y metales.

Volvió a suspirar y luego miró la bolsa que contenía el pan – Por lo menos mi huésped estará feliz- sonrió al darse cuenta y comenzó a ir más rápido.

-¡El gran Jonghyun lo ha logrado!- Gritó mientras alzaba su brazo libre.

 

 

El Clima

Se encontraba de pie frente al montón de televisiones, recto y mostrando su gran altura observando serio las pantallas donde diferentes pronósticos del clima aparecían. Suspiró pesado y miró de nuevo,  lo que no había querido que aconteciera por fin había sucedido. Todas las pantallas demostraban el estado de todo el globo.

-Ni una sola nube en el mundo – Una señora con abrigo rojo se paró junto a él y bajó la bolsa de mandado que cargaba con varias verduras para ver las pantallas. – Esto nunca lo había visto. – Entonó como si su vida hubiese sido muy larga y se acercó más a ver una de las televisiones – ¿Qué cree que suceda joven? – Preguntó y giró la cabeza notando que el chico ya no estaba. Busco alrededor pero no se le veía cerca, parecía que se había desvanecido.

 

Las Nubes

Caminando por la calle algo nervioso, intentando no llamar la atención, mirando en todas las direcciones cuan fugitivo. Por primera vez el seguro y confidente Jonghyun caminaba por su pueblo favorito pasando desapercibido.

-¿Estamos cerca? – La razón de su comportamiento tan asustadizo preguntó y el solo miró a todos lados y afirmó.

-El parque no queda lejos- miró sobre su hombro aun inseguro de toda la idea – puedes verme desde la nevería de enfrente. No debes llamar la atención.

El chico lo miró algo molesto e hizo un puchero. – Yo vine a ayudar, te has quedado sin dinero por mi culpa así que debo hacer algo también-

-Te digo que no importa, solo quedate en un lugar seguro mientras consigo algo – el chico vió como alguien con una guitarra ya estaba cantando en el punto central de ese parque – La gente de por aquí adora mi voz – entonó prepotente y con un poco más de confianza. Pero en su interior seguía temeroso por haber sacado al chico que le había pedido que lo escondiera.

El pelirrojo después de discutir un rato con el chico bajito no tuvo otra opción más que pasarse a sentar en la heladería y soltar un suspiro. Miró hacía la plaza donde el otro ya se había puesto de pie y comenzaba a entonar notas suaves.

Al escucharlo no pudo evitar clavar su vista mientras las notas se volvían más altas y llenas de sentimiento. Más gente se detuvo alrededor y se quedaba anonadada al tenerlo enfrente. La personas dejaban el dinero en el sombrero negro que había dejado en el piso, este parecía irse llenando tan rápido que el menor se sentía inútil.

-Solo salí para causar problemas- Dijo algo triste y miró como una mujer se caía de sentón en el piso con la respiración agitada. Solo pudo correr como varias otras personas a tratar de ayudar.

El chico que llegó primero la levantó con cuidado y la sentó en una de las jardineras cercanas mientras una joven le entregaba una botella de agua.

-Es un golpe de calor – la chica se atrevió a decir mientras abanicaba a la pobre mujer que aun respiraba con dificultad.

-La temperatura ha subido bastante por lo que ha sucedido con el clima estos días- Varios más comenzaron a hablar y el chico solo pudo bajar la mirada. Eso al igual que todo era su culpa, se sentía egoísta y completamente absurdo. Había hecho que su único amigo por ahora se quedase sin dinero y además dañaba a todos con sus caprichos.

-La gente debe cuidarse más cuando no hay sombra – Alguien llegó y lo despeinó con cariño con su cálida mano y luego levantó el brazo para mostrarle una bebida fría frente a él. El chico le volteo a ver abriendo los ojos despacio y parpadeando una vez asombrado. No se había dado cuenta cuando el moreno había dejado de cantar.

-Pero aun así creo que es culpa de la sombra que siempre fue fiable por mucho y ahora los ha abandonado – dijo mirando mientras varios ayudaban a la mujer a ponerse de nuevo de pie ya que se había detenido su ataque causado por la insolación.

-¿También tienes deseos no? – Extendió más el brazo para acercarle la bebida y el pelirrojo la tomó – Si las nubes desaparecen por unos días las cosas se ponen diferentes, pero como todos ellas necesitan un descanso.

El chico rió por esta comparación y luego abrió la lata de té helado, para dar un dulce y sencillo sorbo – Mi primer descanso en miles de años – Rió por la comparación y el chico lo empujó con el hombro.

-Ya que salimos sin sentir temor vamos por un helado – El más bajo dijo intentando seguir con el buen ánimo, el no debería estar temeroso si desde un principio toda la idea había sido arriesgada. El pelirrojo sonrió y se adelantó a la nevería donde había esperado sentado.

Lo miró alejarse y al instante se dio cuenta que su preocupación no era la misma que hace unos días debido a que ahora sentía cariño por el chico. Al principio solo se trataba de un plan arriesgado para que aquel que había conocido descubriera algo de sí, pero ahora temía por la vida de su nuevo amigo. – El señor de las nubes resultó ser un pequeño – dijo riendo al ver cómo le llamaba desde la heladería y luego miró a todos alrededor de él. – Espero que todos me perdonen por mi pecado.

 

Al terminar el cremoso helado los chicos volvieron a salir a la plaza. Esta vez el entretenimiento era diferente, no había más cantantes en el centro del área de juegos del pequeño parque. En cambio parecía estar abierto a los bailarines que quisieran involucrarse y mostrar sus mejores pasos y trucos.

Jonghyun, el seguro y algo bronceado, decidió seguir y después de unos instantes notó que su acompañante se había quedado prendado junto con más espectadores en los chicos que mostraban sus habilidades para el baile. Caminó unos pasos hacia atrás y se paró junto al de piel más pálida.

-¿Quieres intentar Taemin? – Le preguntó al notar que su cuerpo se movía suave ante el ritmo y marcaba el tiempo de la música.

-Nunca he bailado – dijo con los ojos llenos de brillo disfrutando del espectáculo.

El más bajo se paró detrás de él. -Creo que es innato en ti.- Dijo mientras lo empujaba y el chico se tambaleo intentado no caer y llegando al medio del parque donde ya todos lo observaban y los bailarines le abrían paso para que hiciera algo.

Taemin completamente avergonzado tragó saliva y se puso derecho. Por un momento pensó correr y adentrarse entre el público de nuevo pero eso no le serviría de nada. La pena sería aun mayor si huía y sentiría que había perdido una buena oportunidad.

Tras un momento de volver a sentir la música volvió a sonreír y comenzó a moverse, parecía tan sencillo ahora que se movía y que sus brazos y piernas lo guiaban a la vez que su cuerpo armonizaba por completo.

Las personas que se habían quedado en silencio por un momento volvieron a aplaudir mientras el chico seguía solo el ritmo sin notar su entorno. Cuando ya no pudo más y se sentía satisfecho con el dio un paso atrás como todos los bailarines lo hacían y otro pasó a seguir bailando.

Los chicos de alrededor le felicitaban y sentía como algunos ponían su mano en el hombro mientras le decían: Buen trabajo ¿Dónde aprendiste a moverte así? Debes enseñarme y más palabras parecidas.

Pero Taemin se perdió un instante entre los cumplidos cuando vio unos ojos sonrientes y una mirada felina clavándose en el, sabía que había sido descubierto pero no pensaba moverse, así como el par que ahora lo veía fijamente entre la muchedumbre estaba estático mientras lo observaba. El sonido de la música bajó, las voces de la gente se redujeron y aunque había movimiento a su alrededor parecía no haber nadie más. Ninguno de los tres soltaría la mirada clavada, sentían que si lo hacían perderían a los otros de vista. Solo se quedaron estáticos entre la muchedumbre mientras el tiempo corría a su alrededor.

 

 El Hielo

El chico de cara sonriente y el chico de seguro caminar pasaban por la plaza de un poblado no tan pequeño. Empezaban a desesperarse y sentir que su búsqueda era una causa perdida ¿Cómo podrían ganarle al que veía todo?

-No ha de ser tan fácil – dijo Key sintiendo su inminente derrota – Ha de estar escondido en algún lugar, no es posible que lo encontremos así de fácil.

Se giró a ver a su acompañante y observó que no le había puesto atención. Enfurecido estaba por reclamarle ¿Cómo era posible que alguien lo ignorara?

De su boca estaban por salir las palabras pero al enfocar su vista en lo que el otro veía quedó anonadado.

-Lo encontré- El de cara sonriente dijo mientras comía una pierna de pollo frito de la cubeta que cargaba. Disfrutaba del mundo de los humanos pero ahora que había encontrado a su objetivo posiblemente tendría que volver.

Ahí estaba la forma humana de lo que buscaban bailando en la calle, sin temor a ser encontrado. Key lo miró sorprendido y cuando terminó de bailar sintió como sus miradas se cruzaron y la sostuvo. Tenía preocupación en su mirada pero a la vez estaba llena de orgullo. Parecía que las consecuencias que tanto temía el, para el chico de cabellos cobrizos solo eran algo ajeno.

Después de sostener intensamente las miradas por algún tiempo la razón volvió a ellos. Estaban rodeados de gente que se movía alrededor por que el espectáculo callejero había terminado. Taemin suspiró y caminó un poco sabiendo que sería seguido por las dos figuras que aun lo enmarcaban con sus miradas desaprobatoria.

Caminó algunas calles alejándose del parque y sonrió al recordar como algo similar había pasado unos días atrás.

-Tienes que volver ya – El chico rubio tomó su muñeca  mientras decía esto y lo jaló intentando avanzar.

-No puedo Key- Dijo mirándole con una sonrisa y Key lo volteo a ver asombrado. Siempre que le decía algo obedecía, siempre había sido como un niño pequeño, dócil y tranquilo.

Key abrió la boca grande para empezar con su regaño, pero el chico sonriente habló primero.

-Si pasas más tiempo en el mundo de los humanos comenzarás a sentir dolor, tristeza y desesperación- Se acercó a él aun sonriendo sin soltar su cubeta de pollo frito- Nunca las has sentido podría ser muy dañino para ti.

El menor negó y le miró con cariño – He sentido una enorme tristeza las últimas décadas, al principio no sabía lo que sentía, solo podía sentirlo y marchitarme mientras esperaba que pasara, pero ahora sé bien que es lo que he sentido.

-Taemin pero aun así debes volver – Key suavizó su expresión al escucharle y volvió a hablarle con cariño. El entendía bien eso que el menor sentía era la soledad mezclada con melancolía y la vida eterna, una tristeza que los humanos no podrían entender. Onew tomó un pedazo de pollo frito y comenzó a comerlo esperando la reacción del pelirrojo.

-No puedo volver hasta tener mi respuesta – dijo decidido soltándose del agarre que le había impuesto el rubio y luego miró con determinación al castaño – gracias por venir por mí, se que están preocupados pero sigo esperando a Minho.

-¡Minho te matará! – Key lanzó deprisa estas palabras y Onew cambió su expresión afirmando.

-El está muy dedicado a su quehacer, para el todo esto es solo un obstáculo y la solución más rápida es la mejor – Onew dijo dejando de lado la cubeta de pollo. – No podemos hacer otra cosa más que llevarte a la fuerza.- Se acercó despacio al chico quien abrió los ojos, grande,  al ver al tranquilo castaño actuar y antes de que pudiese moverse para intentar escapar algo empujó a Onew quien intentó mantener el equilibrio agitando los brazos pero lamentablemente solo terminó golpeando el pavimento.

Jonghyun apareció detrás del cuerpo recién caído y tomó la mano del chico de cabello cobrizo comenzando a correr tan veloz como podía. Taemin lo seguía torpemente pero sin detenerse, todo había pasado muy rápido pero sabía que si era atrapado por ellos dos, todo lo que había intentado hacer no habría servido de nada.

Tras una larga carrera los dos llegaron a la cueva. Miraban al piso con la respiración entrecortada y daban profundas bocanadas intentando recuperar el aliento.

-¿Quiénes eran esos? – Jonghyun preguntó dejándose caer en el sillón  con una sonrisa.

-Mis amigos – Taemin dijo sentándose en el piso- ¿Qué siento? – El moreno rió un poco, varías veces había escuchado esa pregunta.

-Sientes cansancio, pasará pronto, corrimos mucho en el mundo de los humanos – se inclinó hacía el frente- ¿Qué clase de amigos son esos?- El pelirrojo lo miró curioso por la pregunta y levantó una ceja inclinando la cabeza.

-Me refiero a que tan cercanos o si saben… -Sus palabras fueron interrumpidas  por una sombra que apareció en la entrada de la cueva.

-¡TAEMIN! – La poderosa y aguda voz retumbó en las paredes.

Jonghyun se puso de pie deprisa y Taemin se levantó retrocediendo mientras que la figura a contraluz tomaba forma mientras avanzaba hacia el lado más obscuro de la gruta.

-¿En este lugar has estado? – Miro alrededor con mirada desaprobatoria – ¡Vámonos ahora mismo! – Demandó mientras caminaba hacía él y Taemin seguía retrocediendo.

– Que mal educado al entrar a la casa de alguien más sin permiso y además criticarla – Jonghyun tomó su brazo y lo torció detrás de su espalda.

-¿Qué haces? – Key chilló intentando zafarse – ¡Suéltame bestia! – Seguía demandando removiéndose para escapar del agarre.

-No sigas – Jonghyun sonrió – sentirás dolor si sigues moviéndote así, ahora hasta dislocaste tu brazo- Taemin miró atentamente y el hombro de Key no estaba en el lugar correcto. La carne se había estirado y mostraba como el hueso sobresalía detrás en la espalda. –Taemin trae unas cuerdas, parece que no ha decidido quedarse quieto – Jonghyun seguía sosteniendo el brazo mientras el de pelo rubio seguía tratando de escapar. Taemin corrió por las cuerdas y después ayudó a Jonghyun a atar al rubio.

-¡Suéltame ahora! – Era uno de los gritos que habían inundado la cueva por los últimos minutos.  Taemin lo miraba con ojos grandes algo preocupado mientras Jonghyun estaba sentado en el sillón escuchando música.

Taemin se preguntaba si podía liberarlo cuando Jonghyun no le viera, pero tenía que hacer que prometiera primero que no le diría a nadie, ni siquiera a Onew donde estaba. Mientras pensaba en la forma de hacerlo sintió un ligero piquete en la espalda.

-¡Ahhhh! – Saltó con tan grito que hizo que Key se callara y Jonghyun corriera hasta el lugar.

-¿Te hizo algo? – Preguntó Jonghyun preocupado.

-¿Cómo podría hacerle algo si estoy aquí atado? – Key repeló aun viendo a Taemin.

-No hyung – Taemin rápido negó antes de que empezarán a pelear – La araña volvió a morderme – El chico dijo sacudiendo sus ropas con desesperación. Jonghyun solo pudo reír.

-No te rías – Taemin lo vio haciendo un puchero  y miró alrededor a ver si no estaba el arácnido cerca – no me gustan esas criaturas.

-Claro que no te gustan – Key le miró, soltó un quejido y cayó al piso. – Eres un ser divino – el rastro del dolor comenzó a invadir su rostro- No sientes ninguna empatía por las criatura subterráneas, si sigues más tiempo en este mundo comenzarás a sentir mucho dolor – miró un poco su hombro-  No solo por heridas graves, si no todos los tipos de dolor y tu cuerpo decaerá y se podrirá como el de todos los humanos.

-Key – Taemin se acercó preocupado mientras el perfecto Key sudaba por el creciente dolor -¿Te duele mucho? – El chico intentaba tocar su hombro con cuidado.

-Yo me encargo – Jonghyun se inclinó junto a él – Taemin dale algo para que muerda.

-No quiero tu clemencia bestia – Key dijo molesto mientras Taemin intentaba poner un poco de soga en su boca.

-No es mi clemencia princesita – Jonghyun lo miró desafiante- es la de tu amigo – tomó la soga de la mano de Taemin y se la metió a la fuerza a la boca de Key. – Voy a contar hasta tres y volveré a poner el hombro en su lugar – miró a Taemin – sujétalo fuerte – y luego miró a Key – tu muerde eso con fuerza – sonrió de lado – va a doler – lo último lo dijo cantado.

-¡1! – Tomó el hombro del rubio con ambas manos – ¡2! – Se hizo hacia atrás estirando los brazos – ¡3! – Jaló con gran fuerza  volviendo a colocar el hombro en el lugar correcto mientras Key soltaba un potente grito.

-¿Estás bien? – Taemin lo miró mientras Key comenzaba a desmayarse del dolor.

-Ayúdame a subirlo al sillón – Jonghyun lo cargó con cuidado y lo recostó en el sillón mirándole.

-¿Estará bien? – Taemin seguía preocupado por todo lo sucedido. Nunca había visto a Key en ese estado.

-Sí, se repondrá pronto – Jonghyun sonrió para calmarlo – Y tan pronto salga de la cueva sus cualidades celestes volverán, por lo que no volverá a sentir dolor nunca.

Taemin no podía dejar de verlo preocupado. Key solo se preocupaba por él y tenía más poderes en el mundo de los humanos que él, pero en el mundo subterráneo era tan frágil. Acomodó sus cabellos.

-Deberías ir a descansar – Jonghyun le miró – yo lo cuidaré.

-Pero… – Taemin temía por lo que había pasado y sabía que Jonghyun era más decidido que el.

-No le haré nada – sonrió amplio – solo confía en mí. – El moreno empujó al pelirrojo suave y este se fue más profundo en la cueva aun volteando a ver a Key que ya hacía en el sillón.

Jonghyun caminó un rato y luego se sentó en el piso junto al chico para verle dormir.

-Creo que sobreactué por que te pareces demasiado a él- sonrió un poco y luego miró hacía el techo de la cueva.

-¿A quién me parezco? – El chico atado en el sillón habló y el moreno dio un salto por la sorpresa.

-No es nada – Pudo decir después de un rato de que ambos se vieran fijamente  y luego tocó su frente- ya se fue la fiebre.

-Dime ¿A quién me parezco? – Demando subiendo un poco la cabeza mientras seguía acostado de lado y atado en el sillón.

-Esa es una larga historia – el moreno volvió a sonreír – mejor dime quien eres en verdad. Taemin adora usar sus nombres mundanos. – Se acercó un poco a su rostro. – Tu le enseñaste eso ¿Verdad?

-¿C..cómo supiste? – El chico tartamudeo un poco.

-También lo llamas por su nombre mundano y siempre me ha dicho de un chico que le contaba las maravillas del mundo de los humanos – Jonghyun le pegó en la frente con el dedo y Key se quejó por el dolor. – Ya deja de sentir culpa.

-¿Qué te crees? – Dijo ante el golpe y luego se asombró por lo que había dicho, suspiro y se sentó aun atado en el sillón – La nieve. – Jonghyun le miró confundido – Me preguntaste quién era en realidad, soy la nieve que cae – Key proclamó con orgullo y Jonghyun se sentó junto a él.

-¿Hay tantos dioses en el cielo? – Le miró con gran interés y Key suspiró  de nuevo entendiendo que tendría que explicar más cosas.

-El agua tiene muchas formas y cualidades – empezó – desde los estados en que se puede presentar a todas las formas que  puede tener en esos estados – Jonghyun afirmó  ya que entendía bien esa parte. – Así  que en el cielo habitan aquellos que distribuyen y canalizan el agua en todas sus formas. Está el vapor que obtiene el agua, las nubes que los acumulan  y las diferentes formas de que regrese al mundo de los humanos. – Jonghyun volvió a afirmar esperando más de la explicación.

-En algunas culturas si hay un dios para cada una de las actividades, en otras no las hay  pero nosotros no nos llamamos de tal manera solo nos decimos por nuestro nombre – Key sonrió recordando. – Se puede decir que hay muchos de nosotros, pero todos nos necesitamos.

-Entonces ustedes necesitan a Taemin que es el señor de las nubes para hacer su trabajo – Jonghyun miró al piso jugando con los dedos- Ya que sin nubes no puede nevar, por eso lo quieres de vuelta.

-No es solo eso – Key negó rápido – Taemin es un ser delicado, no puede estar en el mundo de los humanos, le pertenece solo al cielo. No es como yo que debo bajar al mundo de los humanos para entregar nieve. El solo tiene poder y presencia en el cielo, si está mucho tiempo aquí se dañará.

-Creo que te equivocas- Jonghyun interrumpió – el es más fuerte de lo que piensas. Solo déjalo tener unas vacaciones. No quiere hacer daño a nadie así que no tardará en volver para que el estado natural de las cosas se restaure, solo dale tiempo.

-No puedo – Key dijo fuerte haciendo que el mayor volteara- Una de las personas que lo buscan lo matará si lo encuentra.

-¿El chico del pollo? – Jonghyun preguntó alarmado.

-No Onew quiere ayudarme a llevarlo de regreso antes de que el no encuentre – Key le miró suplicante.

-¿Él es? – Jonghyun preguntó mientras intentaba conectar a todos los personajes.

-El granizo – Jonghyun afirmó ante la respuesta y se puso de pie.

-Entonces el torpe granizo  – contó con uno de sus dedos – la perfecta y temperamental nieve – señaló a Key y contó el segundo de sus dedos.

-¡Oye! – Key se empezó a remover de nuevo – ¿A quién le dices temperamental?

-Solo falta – levantó el tercer dedo – la lluvia que cae – miró a Key quien se puso serio y afirmó – ¿Es a quien llaman Minho?

-Si decidimos llamarlo Minho – Key miro al piso – yo les puse sus nombres mundanos.

-Tenemos un problema – Jonghyun volvió a sentarse  y se recargó en el sillón mirando hacía el techo.

-¿Qué  problema? – Key se acercó a su rostro a verlo y esperar la respuesta.

-Taemin espera por Minho – Jonghyun no dejó de ver el techo y Key se alejó despacio sentándose con la mirada perdida.

Ambos estuvieron en silencio sin moverse, intentando entender lo que sucedía.

-Debemos persuadirlo – Key dijo después de un rato después de sacudir la cabeza.

-No es posible – Jonghyun suspiró y bajó la mirada para luego pasas sus manos por su cabeza- Me pidió que le ayudara hasta que viera a Minho, todo esto es solo para verlo, no es para jugar en el mundo de los humanos, es para llamar su atención.

-¿Todo solo por Minho? –Key dijo molesto.

-A veces hacemos todo por una persona – Jonghyun sonrió mientras los recuerdos le invadían.

-¿Esa persona es quién se parecía a mi? – Jonghyun le volteó a ver asombrado.

-Un poco – suspiró -¿Sabes cómo nacen los llamados dioses de río? – Key solo negó. -Como somos criaturas subterráneas no podemos ser seres divinos que descienden, perderíamos todos nuestros poderes. Entonces para crear una criatura de inframundo primero debes hacer que pertenezca a él.

-¿Pertenecer al inframundo? – Key le miró asombrado.

-Si tomas un humano con cuerpo que decae y se pudre – Jonghyun le miró – Y lo mandas al inframundo y así si es seleccionado se vuelve el ser de ese rio.

-¿Eso quiere decir que moriste? – Key le miró un poco aterrado.

-Sí, me ahogué en el río que ahora soy – sonrió un poco – más bien se puede decir que me ahogaron en el río.

-¿La persona que lo hizo… -Key empezó la pregunta pero fue interrumpido.

-Exactamente, era la persona que se parecía a ti – Jonghyun sonrió – Yo a diferencia de ustedes tengo recuerdos humanos y obscuridad en mi ser.

Key se acercó a verlo y luego regresó a sentarse – Mientes – dijo firmemente  – No hay obscuridad en ti, fuiste ahogado en un río pequeño, pero lo aceptaste desde el principio, nunca tuviste ira hacia los humanos. Ni una pequeña inundación.

-¿Cómo lo sabes? – Jonghyun le miró abriendo los ojos ampliamente.

-Lo puedo sentir, se donde hay bien y mal, soy una criatura celeste ¿Lo olvidas?- Key le volvió a ver agudizando la mirada y mostrando los ojos felinos – tu lo perdonaste desde mucho antes que te ahogara en el río. – Jonghyun sonrió-

-Yo le perdoné todo desde antes que lo hiciera- volvió su vista al techo recordando los suaves recuerdos- le perdonaría todo si lo volviese a hacer.

-¿Aun puedes sentirlo? – Key bajó la mirada.

-¿Qué? – Jonghyun preguntó viéndole curioso-

-Eso que los humanos sienten – Key seguía mirando bajo – eso que llaman amor. – Jonghyun sonrió.

-Claro que puedo sentirlo – se agachó para verle- es algo que no se puede dejar de sentir.

-¿Si me quedo en el mundo de los humanos podré sentirlo? – Key le miró esperanzado y Jonghyun solo negó suave haciendo que Key bajara la vista de nuevo y sus ojos se pusieran vidriosos por las lágrimas que amenazaban salir.

-No importa en qué mundo estés –Jonghyun tomó su barbilla y subió su rostro para que lo viese fijamente – es algo que llegará sin importar donde estés. Señalo con el rostro hacía el interior de la cueva – ¿No es acaso lo que siente Taemin?  – Key miró hacía el extremo de la cueva asombrado, no esperaba que un ser del cielo pudiese compartir un sentimiento tan humano.

-¿Taemin lo siente? – Key preguntó anonadado.

-El desea ver a este ser más que nada en el mundo y no teme morir para estar con él – Jonghyun sonrió – eso es amar, aunque muchas veces no es correspondido. Qué tu no lo sientas no significa que no hay alguien que te ama.

-¿A qué te refieres? – Key le miró asombrado.

-A qué el chico del pollo está muy cerca – Jonghyun sonrió – Ahora que es de noche puedo ver bien como viene tan preocupado y extenuado solo porque no te ha visto.

-¿Onew? – Key miró hacia la entrada-

-El será más difícil de controlar  – Jonghyun pensó y tomó más cuerda del piso- tendré que prepararle una trampa – miró a Key – pero antes tengo que esconderte, si te ve este estado se pondrá más agresivo. – Se acercó para cargarlo  suave y llevarlo al interior de la cueva mientras lo veía asombrado –

-¿A… a dónde me llevas? – Jonghyun sonrió – Tendrás que quedarte en el cuarto de Taemin

 

 

La Caverna

Taemin despertó despacio y después recordó el día anterior – Debería ir a ver a Key – Se giró un poco solo para encontrarse con Key también acostado en la cama – Key – le habló suave sacudiendo su cuerpo.

Key comenzó a despertarse y lo miró  -Desátame por favor- Taemin afirmó y comenzó a remover las sogas.

-¿Qué pasó? – Preguntó mientras desamarraba sus pies y Key frotaba sus propias muñecas para quitar el dolor que la cuerda le había causado.

-Creo que Onew venía para acá – dijo mirando a Taemin.

-Ah, vino a rescatarte – Taemin terminó de desamarrarlo.

-¿Qué cosas dices? – Key giró un poco la cabeza.

-Pues Onew siempre se preocupa por ti – Taemin sonrió -¿Por eso están juntos no?

-Estamos juntos para no volvernos locos – Key se levantó – No sigas pensando cosas raras, tenemos que ver cómo está la situación allá.

Ambos chicos salieron en silencio hacía el extremo frontal de la cueva mientras dudaban por lo sucedido. Al llegar al lugar el chico sonriente estaba sin conocimiento atado a una estalagmita  y el moreno se encontraba en el sillón completamente dormido y abrazando un sartén con fuerza.

-¿Qué pasó? – Key preguntó intentando darse una idea y Jonghyun despertó dando un salto y tomando el sartén.

-¡Onew hyung! – Taemin corrió a intentar despertar al chico que estaba amarrado.

-¡Oye! – Jonghyun señaló a Key con la sartén – ¿Cómo te desataste?

-¿Qué pasó? – Onew comenzó a despertarse poco a poco.

-Tuvimos una épica batalla el chico del pollo y yo, al final de todo el agotamiento yo salí victorioso- Jonghyun se señaló con una sonrisa-

-Entré y estaba obscuro, así que me dejó inconsciente golpeándome con la sartén – el chico castaño dijo con una sonrisa-

-Que bajo – Key miró amenazante a Jonghyun.

-Tenía que cumplir mi promesa- Jonghyun sonrió – aun tienes tiempo aquí Taemin  – Taemin volteó a verlo con una sonrisa- Gracias hyung – hizo una venia.

-No, debe volver ahora mismo – Key dijo fuerte  y Jonghyun se puso enfrente.

-¿Quieres que vuelva a dislocar tu brazo? – Preguntó en un tono gracioso.

-¡¿Dislocaste su brazo?! – Onew alzó la voz- Suéltame para que te enseñe una lección.

-No estoy loco – Jonghyun pasó a sentarse en el sillón mientras que Key veía fijamente a Onew. Hace hambre ¿Verdad Taemin?  – le sonrió al chico que veía asombrado moverse con desesperación al tranquilo Onew.

-¿Qué le pasa Key hyung? – Se acercó al otro que seguía anonadado mirando al castaño, pero no recibió respuesta.

-Tranquilo Taemin, no es nada – Jonghyun le sonrió – Uno se siente impotente por qué no puede hacer nada para proteger al otro y el otro a descubierto la empatía por primera vez. Es como cuando sentiste hambre por primera vez, están entendiendo sentimientos que pensaban que no tenían por pasar tanto tiempo en el cielo.

Taemin los volvió a ver, intentando entender lo que sucedía.

-Espero que ese chico Minho también haya pasado suficiente tiempo en el mundo de los humanos – Jonghyun dijo haciéndose hacia delante en el sillón.

-No entiendes- Key se giró a verle- piensas que Minho sentirá compasión por Taemin ¿Ese es tu plan? – Jonghyun volteo a verle- de nosotros Minho es quien pasa más tiempo en el mundo de los humanos, ha bloqueado cualquier tipo de sentimiento inútil para desempeñar su trabajo. – Onew se detuvo y miró hacía ellos.

-La lógica nublará todos sus sentidos, no importa que haya estado 5 días seguidos aquí, su único objetivo es hacer que llueva –Onew miró a Taemin.

-Está bien – Taemin sonrió – no quiero que sienta compasión por mi ni nada. – Miró a Jonghyun – tampoco tienes que preocuparte como ellos hyung, solo debo hablar con él y esta es la única forma.

-Pero… – Key comenzó a hablar y luego giró drásticamente la mirada hacía la entrada al mismo tiempo que Onew.

-El está aquí – dijo Onew seriamente.

-¿Pero cómo? – Key corrió hacía donde Onew y comenzó a desatarlo.

-Viene con el señor de los charcos – Taemin sonrió ampliamente.

-¡¿Qué?! – Jonghyun saltó asombrado- ¿Por qué no me dijiste?  Tenemos que movernos si está con un ser del inframundo nos encontrarán fácilmente.

-Está demasiado cerca- Onew se ponía de pie removiendo las sogas de su cuerpo. -Pequeño río, llévate a Taemin –

-¿A quién le dices pequeño río? – Jonghyun saltó molesto y Taemin lo detuvo-

-No me tienen que llevar, está bien.

-No lo está – Key remarcó con fuerza- Jonghyun hazle caso a Onew y lleva a Taemin lejos, nosotros les daremos tiempo.

Jonghyun afirmó y tomó al chico de las piernas para cargarlo sobre su hombro y correr hacia el interior de las cavernas para seguir los conductos y tiros alejándose deprisa.

-Tenemos que salir – Onew tomó la mano de Key y este miró como la sostenía- Vamos, afuera tendremos de vuelta la fuerza.

-Pero afuera no podré decirte lo que deseo decirte – soltó su mano – siempre pensé que si estaba contigo no me aburriría.

-Me lo puedes decir luego – Onew volvió a tomar la mano del rubio pero este la volvió a soltar.

-Sabes que aún hay tiempo – Key le miró seriamente.

-Sé lo que vas a decir, solo no importa, así está bien, no me estás lastimando ni nada así – Onew volvió a sonreír.

-No mientas – Key le brindó una aguda mirada- Se que yo te lo pedí –tragó saliva- que fuéramos pareja, pero no pensé que tu sentías algo por mí, para mí todo este tiempo solo fue un juego para parecer humano.

-Está bien – Onew le volvió a sonreír.

-No está bien, no puedo jugar así con tus sentimientos – Key avanzó un poco. – Perdoname, pero aquí debo terminar mi juego, disculpa todo el daño que te cause.

-¿Key? – El castaño se acercó para abrazarlo desde la espalda y lo estrechó contra su precio – No entiendes, tu no me hiciste daño, me hiciste una persona muy feliz.  – Key bajó la vista y comenzó a llorar despacio.

-Te elegí por que eras tan amable conmigo – dijo el rubio entre lágrimas – creí que así entendería más sentimientos, pero ahora estoy seguro. Tú sentiste todo y yo solo fui frío e insensato.

-No es así – Onew lo pegó más a él-  solo danos más tiempo, se que llegarás a sentir. Es solo que no te has dado la oportunidad.

-Onew, no es eso – Key suspiro- simplemente tú no eres la persona con la que puedo llegar a sentirme de esa manera. Hice muy mal en arrastrarte a esto, pero tú solo eres un amigo para mi.

-No digas eso – Onew habló bajo – hemos estado mucho tiempo juntos.

-Por eso me disculpo, te dañé con mi juego – poco a poco la presión del castaño se iba aflojando al sentir como algo en él se rompía-  y cuando salgamos de aquí, yo regresaré a ser el bastardo egoísta que quiere todo para sí mismo  y tu volverás a ser el ser sonriente sin preocupaciones. Si no lo acabamos ahora te seguiré reteniendo y nunca llegaré a amarte- Onew terminó soltándolo mientras sentía como comenzaba a llorar.

-Perdona – Key hizo una reverencia y luego corrió al exterior. Esperando volver a ser el egoísta de siempre sin importarle los sentimientos de los demás. Pero Onew se quedó en la cueva aun con lágrimas en los ojos.

-Eres un tonto, no me importaba cuantos siglos más pasaran, solo seguiría esperando aunque nunca sucediera- Golpeó con fuerza la pared y después de respirar profundo salió detrás del pelo rubio solo para encontrarse en la entrada con el chico alto de la gabardina negra.

 

El Charco

El alto los miró y luego vio en dirección de la cueva.

-¿Ustedes también están involucrados en esto? – Preguntó demandante mientras mantenía la vista.

-Lamentablemente terminamos involucrándonos- Onew contestó con una sonrisa.

-Señor Minho –la pequeña voz desde su hombro hizo su aparición.

-Si también siento como se aleja –la pequeña rana saltó – síguelos – comandó el alto y la rana entro a la cueva saltando.

-¡Key atrápala!- Onew dijo al chico que estaba un poco más atrás.

-Pero está resbalosa – Key hizo cara de asco mientras la rana se adentraba a la cueva.

-En ese caso depende de nosotros para detener a Minho – Onew se puso en posición delante del alto mostrando los puños y Key se paró detrás de él sosteniendo una daga esperando el movimiento del alto que levantaba despacio la sombrilla.

-Tendré piedad de ustedes – dijo alto – y tampoco demoraré mucho. Esto tiene que acabar ahora.

 

Hacia el interior de la cueva Jonghyun seguía corriendo tan rápido como podía con Taemin en su hombro.

-Es rápido – se apresuró a decir y tomó otra dirección – tenemos que salir, tiene más habilidades bajo tierra – Taemin miró hacia atrás intentando distinguir algo en la obscuridad.

-Es aquí – Jonghyun dio otra vuelta y salió directo a un bosque subiendo por las paredes de la roca- Tenemos que seguir – bajó a Taemin con cuidado, no estamos lo suficientemente lejos para que se comunique con el – Taemin lo miró suplicante. – No Taemin, si lo vez ahora todo acabará, debes estar con vida más tiempo para que puedas hablar con él.

-Pero él no cambiará – Taemin sonrió- No importa cuántos días pase en la tierra, Minho seguirá igual, todos están pasando por mucho ahora por mi culpa, es mejor que lo termine de una vez- dijo tranquilo mirando hacía el túnel sintiendo como la presencia se acercaba.

-No digas tonterías – lo jaló – vamos ya, no te puedes rendir tan pronto. – Taemin lo miró y afirmó suave poniéndose de pie y tomando su mano para comenzar a correr.

-¿Hacía donde vamos? – Preguntó mientras corría.

-Subamos más en las montañas, hay varias cavernas entre la nieve – miró hacia atrás- Key podrá encontrarnos pero no Minho.

-Está bien- Taemin siguió corriendo hasta que sintió el jalón de Jonghyun al detenerse.

-Está aquí – dijo mirando a todos lados – ¡Muestrate! – Gritó al aire esperando ver a quienes les seguía.

-Aquí estoy – una pequeña voz habló desde el piso.

-¿Dónde?  – Jonghyun miró alrededor mientras Taemin enfocaba la vista en un solo lugar.

-¡Aquí! – Bajó la vista y observó a la pequeña rana verde.

-¿Eso es? – Miró a Taemin bastante confundido. Taemin afirmó sonriendo.

-¿Cómo que eso es? – La pequeña y aguda voz volvió a preguntar.

– Pues esperaba algo más grande del gran señor de los charcos – Jonghyun tomó la mano de Taemin – Vámonos, tenemos que alejarnos deprisa.

-No pueden irse – la pequeña rana habló un poco más fuerte.

-Tú no puedes detenernos – Jonghyun comenzó a avanzar mientras un ruido se empezó a escuchar detrás de él.

-Jonghyun – Taemin habló mirando hacía atrás nervioso. Jonghyun se giró deprisa y alcanzó a ver como el pequeño animal seguía expandiéndose tomando el tamaño de un automóvil y luego abría la boca.

-¡Muévete! – Empujó a Taemin a un lado y la rosada lengua del animal casi los golpea al salir con fuerza y derrumbar un árbol con un solo golpe. – Se está poniendo peligroso – miró alrededor y luego bajó la voz.- Intentaré distraerlo, tú debes correr.

-Pero … – Taemin miró de nuevo a la criatura- ¡Cuidado! – Giró con el moreno sobre la hierba y un segundo árbol cayó en una estruendosa acción.

-Ningún pero – Jonghyun se sacudió y se puso de pie- ¡Por aquí rana rara! – Corrió hacía la otra dimensión y Taemin se le quedó viendo. Intentó alejarse despacio pero la lengua bloqueo su paso con rapidez y atrapó un árbol sacándolo de la raíz y poniéndolo en medio.

-Yo no me marcharía si fuera usted señor Taemin – dijo antes de golpear con la lengua a Jonghyun y sacarlo volando – el señor Minho está por llegar.

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