Publicaciones etiquetadas con: Comedia

Not My Highschool Sweetheart +Capítulo 02+

Dos cabezas piensan mejor que una

-Subí cojeando las escaleras que guiaban al piso de mi departamento, maldecía internamente porque el ascensor estaba averiado. No tardé en empezar a escuchar algunos gritos cuando alcancé el pasillo que dirigía a la puerta numerada.

-¡Tenemos que encontrarlo!- Una voz aguda retumbó en el pasillo y luego un estruendo

-¡Ya deja de correr de un lado al otro, estás haciendo un desastre!- la segunda voz volvió a sonar.

-¡Pero no llega! ¡Pudo pasarle cualquier cosa!

-¡No me jales! ¡Tú fuiste quién lo perdió!

-¡Solo lo dejé de ver por un segundo!

-¡De seguro estabas coqueteando con alguien!… – Un silencio incómodo se emitió entre los gritos mientras alcanzaba la perilla de la puerta con el número 35.

-¡¿Lo abandonaste por estar coqueteando?!- Tomé mis llaves mientras sonreía, de verdad eran peculiares mis amigos.

-¡Lo dices como si tu no coquetearas todo el tiempo! – Key alzó el tono de nuevo y abrí la puerta intentando esconder mi sonrisa.

-¡Vez! Ahí está – Señaló Jongyun hacía la puerta y se dejó caer en el sillón y Kibum corrió hacia mí y sujetó mis hombros.

-¿Dónde te habías metido? ¿Por qué llegas hasta la 1? –Miró su reloj – ¿Te hicieron algo? – Comenzó a verme alrededor.

-Yo … – intenté explicar pero fui interrumpido.

-¿Conociste una chica? – Jonghyun se acercó sonriendo – ¿Estaba buena?

-No –negué rápido con las manos.

-¿No estaba buena? Entonces solo fue para liberar la calentura – volví a negar.

-¿Pero qué estás diciendo? –Key me alejó de Jonghyun – Taemin solo llega a ese punto con una chica cuando la conoce bien – volví a negar sin que me dejasen hablar -¡¿Tú también eres como esté?!- Key señaló a Jonghyun inquisidoramente.

-¿Cuál este? –Jonghyun empujó su mano – ¡Yo tengo un nombre!

-¡Ya basta! – Me puse en medio de ellos.

-¿En casa de que chica estuviste anoche? – Jonghyun me volvió a preguntar.

-No estuve en casa de una chica – dije dejándome caer en un sillón.

-Entonces, ¿de un chico? – Key se me acercó sentándose a mi lado y yo afirmé suspirando un poco.

-¡WAAAAA! – Jonghyun comenzó a despeinarse – ¡Ya lo descompusiste!

-¡Yo no he descompuesto a nadie! – Key volvió a verme después de gritarle – Taemin ¿Desde qué momento sentiste este tipo de inquietud?

-No, no, no – reí mientras negaba- me quedé en casa de un chico, pero no de esa forma.

-¿Entonces? – Key me miró y Jonghyun se agachó frente a mí para ver mi cabizbajo rostro.

-Ayer me puse bastante mal y alguien me ayudó. Como no supo dónde vivía me llevó a su casa.

-Eso es muy peligroso – Key dijo mirándome con preocupación.

-Tienes suerte de haber encontrado a alguien tan amable – suspiré de nuevo ante las palabras de Jonghyun.

-Es cierto, es demasiada amabilidad – suspiré pesadamente – tanto que no me lo creo.

-¿Revisaste tu cuerpo? – Key mencionó y levantó mi rostro para ver mi cuello – ¿No te habrán hecho algo? – Negué mientras este levantaba mis mangas y veía mis brazos, de seguro buscaba cualquier indicio de agujas, drogas, marcas o cualquier otra cosa que su fatalista mente imaginara.

-Existen las personas amables – Jonghyun dijo a Key.

-No seas un confianzudo, eso es extremadamente raro –Key mencionó y volvió su mirada a mí.

-Lo más raro – hice una pausa al decir esto – es que era Choi Minho – Key me soltó y se hizo un poco para atrás.

-¿Choi Minho?- Preguntó y luego nos quedamos en silencio.

 

-¿Este Choi Minho es quien te molestaba en preparatoria? – Jonghyun tomó un sorbo de café. Nos habíamos movido a la cocina y Key estaba preparando de comer después de servirnos tazas de café. Key tendía a cocinar cuando estaba nervioso o preocupado.

-Este chico molestaba a todos en la preparatoria– Key dijo y soltó algo en el aceite causando un fuerte sonido. – Solo nos hacía los días insoportables.

-¿A ti también te molestaba? – Key se quedó en silencio.

-No tanto como a Taemin- dijo y encajó el cuchillo con fuerza en la tabla – molestarme a mí solo era el pan de cada día en esa escuela. Pero a Taemin nadie más que Choi Minho podía molestarlo, se volvió su juguete preferido.

-¿Y eso por qué? – Jonghyun preguntó tomando una galleta de las que estaban al centro de la mesa.

-Estaba loco – Key dijo como si esa fuera la única razón.

-Creo que es porque le agradaba a noona – dije razonando, por mucho tiempo para mi esa era la razón. Pero no pensaba alejarme de ella solo porque Minho me molestara.

-Pero eso fue hace mucho, suena como que ahora está arrepentido de todo – Jonghyun dijo y Key giró para verle molesto.

-No tiene perdón – Key sentenció y puso dos platos en la mesa con un fuerte golpe. –Ahora coman, luego me encargaré de él.

-No hagas nada Key – sonreí – creo que ese ha sido el cierre para mí – dije con orgullo y comencé a devorar la comida. Me hacía tanta falta, parecía que mi apetito se había agrandado tras el desayuno en la casa del saca-mocos.

Si hay un día que odio por excelencia, es el lunes. Los lunes en la mañana son tan insípidos y dolorosos que hasta tomar el desayuno cuesta, el tiempo nunca alcanza y todos tienen esa cara de pocos amigos.

De algún modo llegaba a mi escritorio en la abarrotada oficina y dejaba el maletín al lado para comenzar a llenar números en la computadora tras ponerme mis gafas.

-¡Taemin! – Escuché una alegre voz y la chica de traje gris con una falda algo corta se sentó en mi pequeño escritorio. – Tengo una duda sobre algo que hace mi novio – la voltee a ver y la chica del cubículo contiguo se asomó.

-¿Qué sucede? – Pregunté sin dejar de ver la computadora  y seguí agregando los números en las celdas.

– Descubrí un mensaje algo perturbador en el celular de mi novio

-¿No es ya la segunda vez? – Dije un poco fastidiado, algunas de esas chicas nunca aprendían, salían con completos bastardos

-¿Cómo lo descubriste? – La pelirroja del cubículo contiguo se asomó.

-Dejó su celular en la cocina y no pude evitarlo – dijo bajando la mirada hacia sus piernas y yo me separé de la computadora, me recargué en el respaldo de la silla y bajé un poco mis lentes para clavarle la mirada.

-Creo que cuando has perdido la confianza es imposible que vuelva ¿Por qué le diste otra oportunidad?- Mi compañera de área se paró detrás de mí y otras comenzaron a acercarse poco a poco.

-No sabes lo difícil que es encontrar a alguien en estos tiempos, todos los chicos quieren estar con mujeres que parecen modelos. Por lo menos él me ha considerado a mí.

-¡Queeeeeee bobaaaa! – La peliroja dijo y se regresó a su cubículo.

-No seas así Jen – reí un poco mientras intentaba fingir un regaño a mi compañera. – Creo que no te estás considerando a ti misma, no tienes por qué ser la carta segura de este chico.

-Taemin tiene razón – otra chica se acercó y le puso una mano en el hombro – no vale la pena si te engaña dos veces.

-¡No vale la pena si te engaña aunque sea una! – Corregí cruzando los brazos – es mejor que esta vez sí lo termines, no importa cuántas flores o si te hace sentir culpable por leer su celular.

-¿Pudo ser un mensaje qué llegó a un número equivocado? – Otra se acercó a preguntarle mientras la chica comenzaba a sollozar.

-Tenía su nombre y no solo era uno de ese número – suspiré y me puse de pie tomando un pañuelo y se lo entregué con cuidado – creo que desde que decidiste ver en el celular ya sabías que era tiempo de terminar todo. – Le dije con una sonrisa.

-No quiero estar sola – la chica limpió sus lágrimas.

-Mejor estar sola que mal acompañada – las demás afirmaron y siguieron consolándola.

-Lo que tú necesitas – la pelirroja se volvió a asomar – es una pieza de avanzada tecnología. – Todas la voltearon a ver de nuevo. – Me acaba de llegar nueva mercancía, consoladores de alta calidad que responden al sonido, entre más fuerte hables más rápido vibrarán.

Unas voltearon a verla con cara de asco y otras se acercaron a ella -¿De verdad? – Jen afirmó.

-Ahora les muestro el catálogo – abrió su cajón y sacó una revista algo gruesa.

-¿Qué pasa si gritas de dolor si algo salió mal? – Pregunté riendo un poco.

-Que miedo Taemin – una de las chicas que tenían el catálogo dijo mientras que veía el catálogo.

-No habría razón para gritar de dolor, viene con un manual, no teman – Jen sostuvo una mirada asesina. – Los hombres ya no son necesarios para nada.

-¡La jefa! – Me volví a sentar deprisa cuando mi compañera corrió al lugar, las que quedaban se alejaron del escritorio y Jen corrió a guardar el catálogo.

Se suponía que esta semana estoy libre de mi sesión pero aun así creo que puedo dedicar unas palabras a Jen. Puede que sea la persona con quien más tiempo paso. Ella es… rara, creo que es la palabra perfecta para describirla.

Una mujer fuerte y decida, una femenista extrema y tiene su propia tienda para adultos. Cuando la conocí tuve miedo por algún tiempo, era muy sería y cada vez que me reía por algo parecía molestarse por que toma su trabajo muy serio.

Poco a poco me di cuenta que era una persona muy atenta, muy amable y se preocupaba por todos en el trabajo. Las chicas siempre terminaban en nuestra área de labor por que necesitaban un regaño para seguir con sus vidas.

Ella siempre me ayuda con los pendientes, almorzamos juntos muchas veces y somos quienes se quedan en los proyectos hasta tarde. También se puede decir que ella me salvó la vida.

-¿Tienes libre el día de hoy? – Afirmé mientras comía grandes bocados de arroz. – Eso es bueno, has estado yendo al psicólogo demasiado.

-Solo han sido unos días – sonreí después de tragar todo dando un par de golpes en mi pecho.

-Pero aun así, parece que has avanzado mucho últimamente – Jen dijo y dio un sorbo a su té.

-Creo que es porque cerré un ciclo – la chica sonrió.

-Por un momento me preocupaste mucho – siguió mientras miraba al exterior.

-No fue mi intención – miré hacía el piso arrepentido, creo que había causado más problemas de los necesarios por mi infantil decisión.

-Sé que no fue tu intención, pero siempre estás diciendo a todas las chicas que se aprecien y que son muy importantes.

-Lo sé, lo sé – rezongué como adolescente a su madre.

-¿Has pensado en salir con alguien? – Me preguntó acercando su mirada hacía mí. – Muchas chicas en el trabajo creen que eres asombroso y muy lindo.

-Yo creo – suspiré y miré hacía la puerta- que aún no estoy listo.

-Yo creo que sí, pero quieres que la chica de tu pasado te dé su permiso.

-¿Permiso? –Le miré curioso.

-Si algo como hablar con ella, jurarle que no la vas a olvidar y que harás de todo a su lado aunque no estén cerca.

– Pero está en el extranjero –dije recordando el día que la vi subirse en aquel avión.

-Puedes hablar con ella aunque no esté – me sonrió – si tienes un objeto u foto de ella solo dile cómo te sientes.

Era verdad, había leído esta receta varias veces en los libros, películas y demás que leía. Solo debía vivir una vida digna siempre honrándola y así poco a poco podría ir siguiendo por ambos.

-Ya vámonos, no podemos volver tarde al trabajo – se levantó deprisa dejando las cosas en la basura.

-¡Espera Noona! – Me levanté deprisa intentando alcanzarle.

-¿Cuál Noona? – Ella siguió con el paso rápido bastante molesta.

-Lo siento Jen – dije mientras me apresuraba –no te volveré a decir noona, lo prometo.

Al terminar en el trabajo corrí a casa tan rápido como pude. Entré dando un portazo y llegué hasta mi habitación para arrastrar una gran caja de cartón.

-¿Dónde está? – Me pregunté mientras introducía mitad de mi cuerpo buscando entre mis viejas pertenencias de recuerdos lejanos.

-¿Por qué tanto ruido? – Jonghyun llegó tallando sus ojos, de seguro acababa de despertar.

-Busco cualquier cosa que pueda servir para establecer una conexión.

-¿Conexión? – Me senté en el piso y suspiré.

-Pero no tengo nada, todo era doloroso de tener cerca.

-No sé qué buscas, pero cuando yo necesito algo siempre hay alguien más que puede tenerlo o conseguirlo ¿Si es algo de tu pasado puede ser Key?

Negué – Key prefirió no guardar nada de la preparatoria, dijo que ellos no lo valían.

-Yo creo que sigo viviendo en la prepa con mis mismos amigos, supongo que hay algún compañero también enfrascado en ese momento.

-¡Tienes razón! – Me puse de pie deprisa lo cual causó que Jonghyun se fuese para atrás – hay alguien que tiene más conexión. –Tomé mi mochila – no tardaré.

-¿QUÉ? – Salí corriendo mientras Jonghyun seguía en el piso mirándome y preguntándose qué había sucedido.

Volví a ver el reloj, llevaba un largo rato sentado en el mismo lugar. Miraba la alfombra roja de ese pasillo y las masetas con plantas que parecían ser tropicales.
-Este lugar parece caro – volví a ver el reloj y solo había pasado un minuto más. Ya tenía tres horas frente a la puerta de madera de ese edificio con paredes de mármol. Miré por la ventana y la lluvia azotaba con fuerza. Ahora hasta volver a casa parecía una locura, no me había fijado en el cielo y parecía que la lluvia no dejaría de caer pronto.

La aguda campanilla del ascensor me hizo voltear, me la había pasado mirando a ese punto esperando que el dueño del departamento en el cual había estado recargando llegase. Al notar que por fin se trataba de la persona que había estado esperando esas tres horas me puse de pie. Lo miré con traje negro y la corbata desanudada, sus largos pantalones estaban mojados en el borde y sus zapatos rechinaban por el agua.

-¿Taemin? – Preguntó notando mi presencia cuando había alcanzado la alfombra y abrió amplio los ojos dejando caer la sombrilla empapada sobre la roja superficie. Me incliné notando que había sido una locura estar ahí.

-Perdona la molestia – dije aun sin poder levantarme. Pensé que nunca volvería a ver a Choi Minho y mucho menos que yo lo iría a buscar, pero ahora lo sentía como necesario.

-Está bien – se agachó tomando el paraguas – es más una sorpresa – empezó a buscar en sus bolsillos y el tintineo de las llaves resonó el pasillo. No volvió a verme pero se dirigió a la puerta con prisa y la abrió sin vacilar. – Pasa – mandó mientras entraba y encendía la luz.

Entré dejando los zapatos cerca de la puerta mientras que Minho pasaba hasta el sillón y se quitaba los zapatos y calcetines. Le miré, seguía siendo tan alto y con piernas tan largas. Si no fuese un verdadero demonio se podría decir que era el chico ideal. Y así lo fue, todas las chicas de preparatoria lo veían a él como el hombre perfecto.

-¿Te preparo algo? – Preguntó poniéndose de pie y desabrochando sus pantalones.

-No es necesario – dije mientras le miraba fijamente y al notar mi mirada se giró.

-Voy a cambiarme rápido – dijo alejándose hacía la puerta donde recuerdo que estaba la habitación.

-De acuerdo – dije sin alejarme de la puerta mientras veía alrededor. Ya había investigado el blanco departamento pero ahora sin la fuerte cruda que me había cargado la última vez era más fácil ver cada detalle.

Me acerqué a la vitrina donde estaba la fotografía que había llamado mi atención la última vez. Y entre las cosas había también una medalla.

-¿Ya hiciste tu servicio militar? – Hablé alto mientras observaba la medalla en la vitrina.

-¡Si! ¡Acabé hace 3 meses!- ¿Hace tres meses? Pregunté para mí mismo y miré la medalla. Hace tres meses pasaron muchas cosas, me dije a mi mismo y luego sentí alguien detrás de mí.

-¿Estás bien? – El alto dijo mientras me giraba alterado.

-Sí, yo solo… – miré a Minho que ahora traía unos pantalones que parecían ser demasiado cortos para sus piernas – estaba viendo – terminé la frase que había comenzado.

-¿Quieres algo? –Negué de nuevo mientras el entraba a la cocina y tomaba una taza.

-Solo vine por algo – dije mientras él se servía de la cafetera.

-¿Ha decirme saca-mocos otra vez? – Sonrió un poco y me miró con ironía.

-No – miré al piso – sé que esto sonará raro pero quería saber si puedo tener una foto u objeto de noona.

-¿Una foto?- El alto de cabello negro me miró sorprendido.

-Solo es para tener algo de ella – dije mirándole. Tal vez me estaba metiendo en líos de nuevo, pero ahora quería seguir dando todo de mí.

-Está bien, supongo que te la debo – El chico dejó su café sobre la mesa y se dirigió a donde estaba la vitrina, abrió unos de los cajones y sacó un grueso álbum.

-Puedes tomar las que quieras – dejó el álbum frente a mí con un estruendoso golpe.

Abrí el álbum mirándole sorprendido. – Estás siendo muy amable.

-Esperabas que te encerrara en el baño o algo así – se rio un poco y lo miré algo molesto.

-Eso no es gracioso mugroso de Minho – dije pasando las páginas llenas de fotos de la preparatoria.

-Perdón – se sentó con cara de derrota frente a mí y continuó bebiendo su café.

Siguió callado mientras pasaba las páginas de sus tres años de preparatoria. Las imágenes de mi Noona estaban en todos lados, con su cabello largo y lacio en un tono castaño claro, su alegre y contagiosa sonrisa, sus mejillas algo rosas y sus ojos grandes y profundos.

-Siempre te gustó mucho – el pelinegro se atrevió a hablar después de observarme por tanto tiempo.

-No lo voy a negar, aunque tú siempre lo supiste – seguí mirando – por eso siempre me molestaste ¿Verdad?

-En parte si – soltó un fuerte suspiro y dejó caer su cabeza sobre la mesa – tú también le gustabas.

Le miré aún más molesto, no estaba para sus bromas pesadas, pero él siguió recostado sobre la mesa sin notar mi enojo.

Al llegar a las fotos del segundo año vi a mi Noona como tal la recordaba, con el cabello un poco más corto y con el flequillo de lado.

-¿Puedo tomar una de estas? – El levantó su mirada y notó las que señalaba.

-¿De nuestro segundo año?

-¡Mira! – Interrumpí señalando detrás de donde Minho y Noona aparecían –aquí salgo yo.

-Es verdad – se acercó a ver – sales al fondo – fijó la vista donde estaba. -Puedes tomarla- sonrió un poco.

-Gracias – saqué la fotografía de la capa protectora y la tomé con cuidado. – Con esto basta.- Dije poniéndome de pie. – Ya te debo dos mugroso Minho.-

-No creo que me debas algo – se puso de pie también – pero puedes venir cuando gustes si necesitas ver más fotos.

-Está bien – le sonreí y guardé la fotografía con extremo cuidado en la mochila- por fin tendré mi cierre – dije con orgullo mientras me acercaba la puerta y ponía los zapatos.

-¿Cierre? – Minho me observó inclinando un poco la cabeza.

-Voy a dejar atrás todo lo que pasó en la preparatoria  – tomé la perilla y abrí la puerta – no temas – salí del lugar – no volveré a molestarte más.

Cerré la puerta tras de mí y caminé por el pasillo orgulloso. Estaba feliz de que Minho hubiese madurado, de seguro a Noona le agradaría mucho más ahora. Ahora era mi turno de volverme más maduro y listo para lo que vendría

Salí hasta la calle y  noté que la lluvia aun caía constantemente. – Rayos – quité mi suéter para cubrirme – olvidé que llovía. Las calles estaban empapadas y la gente corría de un lado al otro con paraguas.

Respiré profundo y me decidí a salir pero tan pronto me aventuré a la lluvia ninguna gota pegó en mis brazos o en el suéter. –No te deberías mojar – la alta figura de cabello obscuro estaba parada junto a mí, sosteniendo el paraguas que se le había caído en el pasillo hace unos momentos.

-Está bien, no vivo lejos – seguí avanzando pero él me siguió cubriéndome.

-Puedo llevarte en el auto – dijo mientras yo caminaba hasta un pequeño toldo.

-No es necesario – dije mirando hacía la calle viendo si algún taxi pasaba.

-Por lo menos toma el paraguas- me puso el paraguas en la mano y salió corriendo de regreso entre la lluvia. Me quedé viendo el paraguas y luego me fijé en la figura alta y delgada que se había quedado bajo el agua. – Nos vemos luego – dijo con una sonrisa y se apresuró al edificio apartamental en el que residía.

Miré asombrado a la figura alejándose y sujeté el paraguas con bastante enojo ¿Por qué debía ser tan amable? En qué momento Choi Minho había pasado de ser un demonio a una persona decente y lo que más me dolía es que yo seguía estancado en el mismo lugar, sin haber recibido un cambio.

Aún tenía la misma actitud y seguía sufriendo tanto por el pasado, llorando por los mismos tristes instantes y lastimándome a mí mismo con los recuerdos.

*Entonces fue extremadamente amable*  La voz de Onew hyung sonó con fuerza en el teléfono con un toque de incertidumbre e incredulidad.

-Sí, para nada era como Minho – Dije mientras me sentaba en la mesa de la cocina.

-No tenemos nada de comer – Jonghyun se asomó desde detrás de la puerta del refrigerador blanca. – Deberías invitar a Key – Jonghyun arrastró la silla frente la mía para sentarse.

*¿Key hará de comer?* -No Onew hyung, Jonghyun solo está de flojo- dije riendo. –Creo que pediremos algo de comer, debo usar el teléfono.

*Está bien, pidan pollo* Jonghyun se acercó al teléfono – Wow este tipo siempre está comiendo pollo.
*Ese sería mi sueño hecho realidad* reí. – Nos vemos luego Onew hyung

*Nos vemos Taemin, cuídate mucho, nos vemos Jonghyun* -¡Adiós hombre pollo! – Jonghyun agregó antes de que colgara. -El hombre pollo debería venir aunque sea una vez, suena gracioso.

-Es bastante genial- dije sonriendo y tomé el directorio – ¿Qué quieres de comer?

-Se me antojan unos fideos negros – le miré raro.

-¿Terminaste con otra chica? – Dije mientras que empezaba a marcar.

-¿Cómo lo supiste? – Me miró curioso mientras hacía el pedido de dos platillos de fideos negros.

-Porque siempre cuidas mucho lo que comes hasta que te dejan o dejas a alguien.

-Soy una persona sensible – dijo recostándose en la mesa y estirando los brazos.

-Mientras no empieces a llorar está bien – dije riendo y me levante a tomar un vaso.

– No lo menciones – soltó un sollozo. Me golpee la frente contra el refrigerador antes de sacar el agua. – Solo lo dices y me dan ganas de… – ese sonio familiar comenzó. Solo Jonghyun podía ser un playboy super-sensible. Ningún otro lloraría al dejar una chica por otra o recordar amores pasados.

-Ya no tardan los fideos – suspiré, me costaba mucho consolar a alguien como él -¿Qué harás este fin de semana? – Lo más sencillo era cambiar el tema.

Levantó su cabeza y sonrió aun con los ojos llorosos – La tienda de música de la siguiente cuadra tiene una nueva empleada que es una bomba – se levantó y me quitó el vaso de la mano.

-¡Oye! – Repelé pero él ya estaba tomando el agua.

-Creo que la invitaré al bar, este fin de semana me toca presentarme – sonrió – también deberías venir tengo una nueva canción.

-¿Sobre qué?- Le miré un poco fastidiado, cuando tocaba con su banda eran sobre temas extraños como beber la sangre de alguien o los mosaicos en baños asquerosos.
-Es algo que compuse como solista – sonrió – no es rock, pero me dejarán presentarme.

-¿Y tú banda? – Miré asombrado, Jonghyun siempre había sido fiel a su banda, lo cual era un error desde mi punto de vista ya que tenían un estilo muy extraño.

-Rick el baterista dejó la banda –suspiró- creo que cada quien tomará su propio camino.- Le vi algo deprimido, Jonghyun era una persona que podía modificar tan rápido sus emociones pero si varias cosas tristes se acumulaban se volvía demasiado para el mismo salir de ello.

-Puede que sea bueno para todos – dije mientras tomaba una segunda botella de agua.

-Da algo de miedo – suspiró – nunca he tocado sin ellos – levantó la vista y me miró fijamente -¿Cómo le hiciste para deshacerte de tu miedo? – Abrí grande los ojos mientras daba un ligero sorbo de la fresca agua.

-¿De mi miedo? – Pregunté aún asombrado.

-¿No le tenías miedo a ese chico y manejaste la situación para conseguir lo que querías? – Dijo con una sonrisa de padre orgulloso y me quedé anonadado viendo el agua mecerse de un lado al otro en la botella.

En algún momento de mi vida le había dejado de temer a Choi Minho. – Creo que el miedo había desaparecido hace bastante- me atreví a decir y tomé otro poco más de agua – solo quedaban dolorosos recuerdos y rencor – Jonghyun clavó con intensidad su mirada en mí y luego el timbre sonó.

-Wow, eso fue rápido – dije dejando la botella en la mesa de la cocina contento de poder zafarme de eso – voy por los fideos – me dirigí con prisa a la puerta para recibir nuestro pedido pero al abrirla descubrí algo muy diferente.
-¡Tenemos una emergencia! – Key entró empujando la puerta y cargando varias bolsas de ropa colgando de diversos ganchos.

-¿Qué pasó? – Le miré alarmado.

-¡Asombroso! – Jonghyun se asomó y corrió a tomar una de las prendas abriendo el cierre que la cubría – cuantas cosas.

-Deja ahí – Key le dio un manotazo – no terminé a tiempo mi exposición y los modelos tenían otras cosas que hacer, debo mandar las fotos antes de medianoche.

-¡Yo puedo modelar! – Jonghyun levantó la mano y volvió a tomar la prenda.

-¿Tú? – Key bajó la mirada y la fue subiendo poco a poco por el cuerpo de Jonghyun – Primero debes crecer otros 10 centímetros – le arrebató la ropa que sostenía en sus manos.

-¡OYE! – Jonghyun se acercó. – No se trata así a las personas que quieren ayudarte.

-Tú solo quieres ropa gratis, sé que si me descuido saldrás a un bar con ella – Jonghyun se quedó en silencio.

-Fui atrapado – se puso a reír mientras rascaba su nuca.

-¡No tienes vergüenza!- Key se comenzó a exasperar, lo cual lo hacía más volátil y peligroso.

-Yo tampoco soy tan alto – dije tomando unos de los pantalones – puede que algunas cosas me queden, pero el resto parece ser mucho más alto.

-No es posible – Key se dejó caer en el sillón – mi primer oportunidad para entrar al mundo de la moda de verdad y la arruiné.

-Aún es temprano – el timbre sonó y Jonghyun se dirigió a la puerta diciendo – comeremos y luego saldremos a las calles a buscar gigantones.

Suspiré pensando cuantos tipos altos conocía, tal vez había muchos en las revistas y televisión pero en las calles no era normal encontrarlos.

-Lástima – Jonghyun dijo tomando los platos de fideos negros de las manos del repartidor – no eres muy alto.

-Mire quien lo dice. – El repartidor tomó la propina bastante molesto y se fue refunfuñando.

-¿Y ahora qué hice? – Jonghyun se preguntó antes de cerrar la puerta y Key se empezó a reír con intensidad.

– Nunca pensé que alguien pudiese ser tan torpe socialmente – dijo aun riendo.

Tras comer los tres decidimos salir a la calle, teníamos pocas horas para la sesión  de fotos y tener el portafolio de Key listo para ser mandado a la empresa que tendría el concurso de diseño.

-Lo bueno es que es un portafolio electrónico – Jonghyun dijo entendiendo mejor ahora que Key había explicado con detalle todo lo que estaba pasando. -Muy bien separémonos a buscar –dijo señalando al frente y me obligó a mirar en esa dirección.

-Bien, yo iré a la zona de comida, muchos estudiantes se reúnen ahí – Key se alejó rápido, de verdad estaba más que preocupado. Rara vez algo así le sucedía al perfeccionista Key.

-Iré a las empresas, en los doramas siempre hay muchos chicos altos y con piernas largas trabajando en esos lugares – Jonghyun tomó su mochila. – Buena suerte en el parque Taemin –mi hyung levantó su mano con la palma extendida en señal de despedida y se alejó mientras comenzaba a ver de un lado al otro entre las personas que corrían o descansaban en el parque un  chico que tuviese buenos rasgos y gran altura.

-¿Disculpe no le gustaría ser parte de una sesión fotográfica? – Era la octava vez que preguntaba, las personas se alejaban rápido al escuchar eso o me preguntaban por el salario y al escuchar lo escaso que era parecían bastante desinteresados.

-No compro nada. – Me respondió cortantemente y se alejó deprisa siguiendo su trote a través de la pista.

-WAAAAA – Me despeiné y miré a mi alrededor – ya no sé a quién más preguntarle – me dejé caer al pasto y miré al cielo tonos de rosa y naranja comenzaban a aparecer. – No te rindas Taemin – me senté deprisa y volví a mirar alrededor.

-Ahí hay alguien – enfoqué mi vista hacia la cancha de baloncesto donde un chico alto de cabello negro y playera sin mangas parecía estar ejercitándose.

-¡Disculpe! – Me acerqué corriendo con prisa, no debería rendirme tan fácil. Pero noté mi error al instante.

-¿Qué pasó? – El chico de voz grave se giró y me quedé petrificado al borde de la cancha  -¿Sucede al… – Comenzó a preguntar mientras volteaba a sus lados como si algo hubiese pero luego me miró fijamente – ¡Oh! ¡El sacamocos!

-¡Yo no soy el sacamocos! – Dije  con fuerza, de todas las personas me vine a encontrar con el amigo de Choi Minho. Algo era seguro, yo era un ser humano con una suerte muy extraña.

-Es cierto – comenzó a hacer saltos abriendo y cerrando las piernas mientras juntaba y separaba las manos – el sacamocos es Minho – volvió a reír mientras continuaba. – ¿Qué sucede nemesis del sacamocos? – Intenté decir que no estaba pasando nada, que lo había confundido con alguien y alejarme antes de que la situación se volviese más ridícula.

-Estoy buscando un modelo con urgencia – dije tragándome lo poco que me quedaba de orgullo. Este había sido destrozado cuando tuve que pedir ayuda en la puerta de Choi Minho y ahora los tristes pedazos eran pisados de nuevo. Pero no tenía otra opción debía hacerlo por Key.

-¿Para qué? – Se sentó en el piso y comenzó a hacer abdominales.

-Son algunas prendas de la línea de un amigo, entrará a un concurso y tenemos que hacer la sesión fotográfica esta misma tarde – dije mirándole mientras subía y bajaba constantemente.

-Creo que una amiga también estaba en lo mismo – dijo amenamente sin parar.

-Solo sería por un par de horas, hay un salario aunque acepto que no es mucho – dije pensando que no estaría interesado, parecía que solo era una molestia minúscula mientras hacía su ejercicio. Se quedó en silencio mientras seguí y suspiré algo decepcionado –gracias de todos modos.

Comencé a alejarme algo derrotado -¡Espera! – Me detuve y lo miré con asombro – ¡Estoy dentro! – Sonrió amplio y se acercó a mí pasando su brazo por mi hombro. – Siempre trabajo tanto en mi cuerpo, creo que es hora de mostrar esta belleza al mundo.

No pude evitar reír y el me miró algo serio lo que me hizo parar. Pero luego rio también y solo pude volver a soltar la carcajada.

-Entonces Taemin ¿Verdad? –Afirmé.

-Mucho gusto – me alejé un poco para saludar inclinándome.

-Puedes llamarme Taec – extendió su mano y saludó con fuerza.

-Gracias Taec – dije y tomé el celular para mandar un mensaje a los chicos, aun teníamos suficiente tiempo para acabar bien.

 

 

-¡¿Dónde está Jonghyun?! – Key se quejaba mientras esperábamos en la estatua cerca del parque donde nos habíamos separado.

-Dijo que había encontrado a alguien – me paré sobre un borde elevado intentando ver entre la ajetreada calle.

-Es tan enano que no lo podrás ver desde ahí – Key agregó subiéndose también.

-¿El chico que encontraste dijo que nos vería en el departamento? – Mi mortificado amigo preguntó cruzando los brazos.

-Sí, estaba sudado de hacer ejercicio – dije mientras seguía buscando la cabellera rubía de Jonghyun eso lo distinguía de los demás sin duda.

-¿Estaba bueno? – Me giré curioso mirándole con los ojos muy abiertos. – Me  refiero a qué si tenía pinta de modelo.

-Aaaaaahhhh – dije algo más comprensivo – sí, es alto y tiene buen cuerpo.

-Grrr – gruño suave-  me gustan los chicos con buen cuerpo.

-¡KEY! – Rezongué con fuerza – ¡Te estamos buscando un modelo, no un novio!

-Matamos dos pájaros de un tiro si son los dos, además es mi deseo que mi novio se vuelva mi modelo – sonrió – algo así como mi musa.

-¡UN MUSO! – Reí al escuchar al recién llegado que había pasado desapercibido entre la muchedumbre.

-¡Tardaste años! – Key dijo molesto y golpeo suave la cabeza de Jonghyun.

-Es que estaba conociendo a mi musa – el bajito sonrío desvergonzadamente.

-¡TU! – Key lo empujó con fuerza – ¡Si llegamos y el chico está ahí tu cabeza será la que rodará!

-Chicos – dijo sonriendo mientras comenzaba a caminar dándonos la espalda con las manos en la nuca. – También encontré a alguien se giró un poco y nos sonrió.

-¡Excelente! – Empujé a Key de ambos hombros. – Ahora preparemos la mejor sesión fotográfica. – El ánimo era bueno y parecía que todo iría sobre ruedas en ese momento, pero estaba bastante equivocado.

 

-¡Levanta más la sábana! –Key seguía lanzando las órdenes a Jonghyun – ¿Ya terminaste de cambiarte Taemin?  – Yo luchaba en mi habitación para entrar en los pantalones ajustados.

-¡Key! No hay ninguna camisa o playera en lo que me diste – dije mientras saltaba para cerrar los pantalones y buscaba entre las cosas.

-¡Va sin camisa! – Gritó y miré aterrado a las prendas, esta no era la primera vez que Key me pedía que posara sin camisa, pero era para un concurso nacional.

-¡¿Estás seguro de que debo salir yo?! – Me puse la chaqueta encima y salí.

-Claro así agilizaremos las cosas, además los otros dos no llegan – Key volteo a ver dónde Jonghyun estiraba hacía el techo de puntitas en una escalera  -¡TE DIGO QUÉ MÁS ALTO!

-¡WAAA! – Jonghyun saltó de la escalera – !Si lo quieres más alto anda y pídeselo a tu novio modelo¡ – luego sonrió pícaramente – Aaaa, espera, no lo tienes.

-Lo dice quién no puede estar con una chica por más de una semana – Key se giró y cruzó los brazos – ¿Acaso a todas les pareces un enanito?

-¡Me las pagarás! – Mi compañero de cuarto se acercó peligrosamente a mi amigo y me puse en medio.

-¿Chicos? – Dije suave intentando recordar algún chiste pero fui salvado por el timbre.

-¡Ya llegaron! – Key corrió hacía la puerta.

-Tranquilo Jonghyun, solo está estresado – Dije intentando calmarlo.

-Lo sé – Jonghyun se sentó en el sillón y sacudió su cabello, – pero sabe exactamente que botones presionar. – Luego me volteó a ver  y me señaló atacándose de risa – eres como un palito.

-¡Callate! – Cerré un poco la chaqueta intentando cubrirme.

-Es tan raro, porque tienes como chibi-músculos y una cinturita –seguía riendo y  mi solución fue arrojarle un cojín.

-¡Oy….! – Jonghyun no pudo terminar de hablar por que escuchamos una conmoción en la puerta.

-¡TU NO ERES BIENVENIDO AQUÍ! – Nos volteamos a ver y salimos corriendo al lugar.

-Espera – Taec estaba junto a Key que empujaba la puerta.

-¿Qué sucede? – Me acerqué al alto que intentaba abrir la puerta mientras Key seguía empujando.

-¡Taemin regresa a tu cuarto a probarte lo demás! – Key demandó mientras Jonghyun se asomaba por lo que quedaba abierto de la puerta.

-¡Es el chico que conseguí! – Dijo y luego miró a quien jalaba la puerta.

-Supuse que algo así harías tú, no se te puede encargar ni una pequeña labor.- Miré a Taec que seguía con una incómoda risa y al instante supe que había sucedido. Solo a mí me podía pasar algo así.

-Déjalo pasar Key – me acerqué y se lo dije mientras tocaba su mano que sostenía la perilla.

-Pero… – Me miró con dolor y le sonreí.

-Se quién es, recuerda que soy Taemin, siempre sufro de las situaciones más incómodas – dije tranquilo.

-¿Eres otro fan de Minho? – Taec preguntó sonriendo y Key soltó la perilla. En ese momento abrí la puerta mientras Key miraba al piso.

-Puedes pasar – dije mientras él me miraba fijamente, posiblemente asombrado de que estuviese ahí. – Nuestro amigo nos ayudó a buscar a alguien que modelara para nosotros – me hice a un lado sosteniendo la puerta para que entrara – nunca pensó que fuese alguien que habíamos conocido antes.

-Perdonen – el alto entró haciendo una reverencia – si gustan me marcho, solo deseaba disculparme con Kibum cuando lo vi.

-Es Key. – El chico apretó sus puños sin dejar de ver el suelo y cerré la puerta.

-Es cierto, Key – Minho dijo y Jonghyun se quedó estático intentando atar los cabos.

-¿Eres El Choi Minho? – Jonghyun se acercó a preguntar.

-¿Cómo eras en la preparatoria? – Taec se acercó y le pegó en la frente. Minho levantó su vista y luego giró por el salón donde Jonghyun le veía con mirada inquisidora, Key seguía cabizbajo y yo le observaba curioso. – Lo menos que puedes hacer es ayudarlos ahora. – Taec se acercó a Key y se inclinó frente a él. – Por favor déjanos hacer esta sesión.

El diseñador se quedó asombrado y lo miraba fijamente, luego Minho se inclinó también y Key lo observó también.

-De acuerdo – cruzó los brazos – pero solo acepto porque es una emergencia.

-Los llevaré a que se cambien – me dirigí hacía mi habitación donde Key había puesto todas las ropas y Taec me siguió al instante. Minho se quedó estático un momento mirando a Kibum y luego se giró para seguirme.

-Espero que nadie se pase de listo – Jonghyun dijo al aire y luego sonrió – tengo que poner más alto esa sábana.

Cuando ambos llegaron al cuarto comencé a tomar las ropas que Key había separado conforme las descripciones que habíamos hecho. Nunca pensé que por la descripción de Jonghyun se tratase de Minho, ni siquiera le había preguntado su nombre.

-Estas cosas son las que deben usar, la colección de Key tiene diez atuendos, cada uno de ustedes usaran 4 – dije seriamente – Taec estos son los tuyos – sonreí y le señalé los que estaban en la cama.

-Gracias TaeTae – Reí ante el extraño apodo.

-Y mugroso Minho – miré al alto que seguía callado observándome – creo que con esta te deberé tres, es un fastidio.

-Parece que aún son inseparables – se acercó a mí y tomó una de las prendas. Le miré curioso. –Tú y Key, siempre estaban juntos.

-Teníamos un enemigo en común – le miré con malicia y luego sonreí. – Apúrense, tenemos hasta la media noche – me dirigí a la puerta. – Los espero en la sala.

Salí y suspiré, para luego ver lo que traía puesto y sentirme aún más apenado. Había estado con las ropas extravagantes y sin camisa todo el tiempo, nunca podría verme genial ante Choi Minho pero esto era aún peor, de seguro sería la burla de ese par luego.

Ante la curiosidad de si ya se estaban burlando de mí acerqué mi oído a la puerta.

-¿Cuántas personas molestaste en la preparatoria? – La voz de Taec rompió el silencio.

-No me enorgullezco de ello – el alto replicó – pero justamente conociste a quienes molesté más.

-Nunca esperé que el carismático y agradable Minho tuviese esa clase de pasado.

-Nunca esperé encontrarme con mi pasado de esta manera.

-Más vale que esto salga excelente, así por lo menos obtendrás algo de su perdón – Taec habló con un tono ameno y luego un largo silencio quedó.

-No merezco su perdón – esto último sonó en un tono tan tétrico – mucho menos de Taemin.

Me alejé de la puerta despacio intentando no hacer ruido entre espantado y confundido. Tal vez Choi Minho también era atormentado por el pasado, pero ese tono tan perturbante solo lo había escuchado una vez. La vez que me inundé en mi propia tristeza.

-Taemin- Key me llamó y me arrastró fuera de mis recuerdos – empecemos contigo. – Afirmé con la cabeza y corrí a pararme frente la sábana.

 

-¡Jonghyun! – Ya habían pasado 2 horas y todo avanzaba lento por el perfeccionismo de Key – ¡Rápido mueve ese sillón a la derecha!

-Yo te moveré a la derecha marica nazi – Jonghyun masculló bajo y provocó que riéramos.

-¿Qué dijiste? – Key anunció dejando de mover las lentes de su cámara.

-Yo, nada – Jonghyun dijo con una sonrisa -¿Aquí se ve bien?  – Key se hizo un poco hacía atrás y miró el sofá blanco sobre la sábana.

-Mejor a la izquierda – regresó a su cámara.

-A la izquierda tu abuela afeminado – Jonghyun volvió a decir mientras empujaba el sillón, sonreí por su pasiva-agresiva actitud.

-Taemin- Taec me llamó y lo voltee a ver. Estábamos con los últimos vestuarios, algo formales con corbatas y el tema principal era negro pero eran compuestos de triángulos de diversos tipos de telas -¿Tus dos atuendos fueron hechos a tu medida verdad?-

Miré mi chaleco corto y pantalones, era cierto, estos me quedaban exactamente. También con los otros parecían tener la misma forma que mis piernas.

-Key lleva años haciendo ropa para Taemin- Minho habló mientras cerraba su chaleco largo al cual se le habían agregado pinzas y Taec debía posar con su saco abierto debido a que era muy ancho para él.

-Es cierto, Key tiende a encontrar el estilo de cada persona –dije con una sonrisa.

-¿Entonces tenía planeado que tu estuvieses en esta sesión? – Taec preguntó.

-¡A sus lugares! – Key llamó a todos y corrimos a ponernos como se nos había especificado. -¡Minho alza más tu barbilla! ¡Taec recargate más en el sillón! ¡Taemin si no te enderezas te ataré a un poste! – El estrés había aumentado bastante a lo largo de esas horas pero todos intentábamos seguir las exigencias de Key -¡Jonghyun!

-¡¿AHORA QUÉ?!- Jonghyun se quejó desde la cocina.

-¡No mástiques tan fuerte que me desconcentras!

-¡Pero es sopa!

-¿Siempre son así de divertidos? –Taec preguntó mientras reía y yo solo pude afirmar mientras intentaba aguantarme la risa.

-Gracias por la comida chicos – dije mientras Key seguía gritándole a Jonghyun sobre la manera más propia de comer sopa.

-No hay problema, también teníamos hambre – Taec contestó y noté que Minho había hablado poco esa noche, solo se limitaba a afirmar o negar. Tal vez daba un pequeño comentario por aquí y por allá, pero no se atrevía a formular frases largas o preguntas. Le miré fijamente por un momento tenía toda la finta de modelo, el popular Choi Minho seguía siendo como de portada de revista. Uno desearía que hubiese engordado y comenzara a quedarse calvo, pero no era posible, eso sería demasiado malo… Más bien quiero decir bueno, o quiero decir afortunado, no le deseaba mal, pero por lo menos así me costaría menos afrontarlo.

-¡Taemin debes mirar hacía la cámara! – La voz de Key me despertó de nuevo.

-Sí – Me giré rápido y tras varias poses terminamos las fotos grupales.

-Taemin puedes ir a cambiarte – el fotógrafo enunció y afirmé dirigiéndome a mi cuarto. -Ahora solo un par de fotos individuales y terminaremos.

Corrí cambiándome a mis ropas habituales y luego salí para conectar la computadora y comenzar a arreglar algunas de las fotos tomadas con anterioridad.

-¡Jonghyun! – Jong estaba sentado a mi lado y se levantó deprisa.

-¡Si señor, diseñador señor! – Saludó como militar.

-¡Quita este sillón de aquí!

-¡A la orden señor! – Se acercó a mi oreja – tendrá que cocinarnos algo delicioso por todo esto, y algo más porque he detenido mis intentos de asesinato. – Volví a reír y Jonghyun corrió a mover el sillón.

Después de unos minutos Minho llegó a sentarse dónde había estado el asistente de piso en esta situación. -¿Terminaremos a tiempo? – Preguntó después de un largo silencio.

-Yo creo que lo lograremos – Dije tranquilo mientras que veía que la mayoría de las fotografías no necesitaban mucha edición.

-Me alegra – dijo con formalidad.

-No debes hablar tan formal ni estar tan callado – dije arreglando el tono de piel en una de las fotos.

-¿Cómo debo hablar entonces? – Preguntó mirándome con curiosidad y me voltee a verle.

-Pues como hablaste cuando estaba en tu casa por lo menos, puedes hacer bromas y también sentarte relajado. – Dije mirándole molesto. -Mugroso Minho, no te va ser tan callado. – Sonreí un poco, de verdad le incomodaba estar cerca de Key.

-Yo nunca te imaginé tan seguro de ti mismo y llamándome mugroso – suspiró haciendo su cabeza hacía atrás – también me costó reconocerte cuando nos volvimos a ver. A diferencia de Key que sigue siendo muy parecido y parece que él tiempo no pasa por él.

-Si le dices eso de seguro ganas muchos puntos para que te perdone – dije mientras guardaba otro archivo. Otra vez se llenó de silencio

-¿Lo de la fotografía sirvió? – Preguntó y me quedé estático.

-Aún no lo intento – dije volviendo a hacer clic con el mouse.

-Me dices si funciona, también podría intentar algo similar – intenté voltear a verlo pero no pude solo me quedé mirando la pantalla pretendiendo no haber escuchado.

-¡Terminamos! – Key dijo con voz más entusiasta y Taec aplaudió.

-Excelente, aún tenemos una hora – Jonghyun agregó.

-Ya pueden cambiarse chicos, muchas gracias. – El diseñador responsable habló como profesional.

-No hay de qué, cuando gusten, esto fue bastante divertido – Taec agregó y se dirigió al cuarto – vamos Minho – le hizo una seña al chico que seguía sentado cerca de mí y este se levantó.

-Gracias Taemin, yo puedo seguir – Key se acercó a mí y me levanté para dejarle la computadora -¡Jonghyun!-

-Waaa, no grites, estoy justo aquí.-

-Ve a recoger y acomodar la ropa – Jonghyun se acercó atrás de él y levantó las manos con dirección a su cuello mientras su víctima se concentraba en la computadora.

-Yo voy – dije dirigiéndome al cuarto – Jonghyun, tal vez debas sacar un postre – sonreí y me acerqué a mi puerta. Estaba por tocar pero una vez más estaba escuchando una conversación ajena.

-Ya sabes, si te encuentras tres veces a una persona por casualidad es el destino – Taec habló relajadamente.

-No sigas con esa teoría además la segunda vez no fue casualidad – Minho respondió tranquilo –además no tengo el derecho de verle directamente y él no quiere saber nada de mí.

-Yo creo que es una señal, debes tener un cierre como dices, solo dile todo a Taemin y termina con tu absurda culpa- Taec dejó su tono alegre de lado y soltó estas palabras como regaño.

-Si él se entera me odiará aún más.

-No creo que alguna de estas pueda odiarte más, todos ellos están en su tope de odio hacia ti.

Toqué la puerta por inercia, no quería seguir escuchando, ya había sido demasiado. También temía por aquello que haría que odiase más a Choi Minho, simplemente no deseaba saber más. Solo quería alejarme pero seguía siendo arrastrado a él.

-¡Adelante! – Minho contestó con prisa.

-Vengo por la ropa – dije mientras me asomaba por la puerta.

-Claro, te ayudamos – ambos comenzaron a poner todo junto, parecía que yo había sido el único que había aventado todo por todos lados.

-¡Taec, Tae, Mugroso Minho! – Jonghyun se asomó.

-¿Por qué yo soy mugroso? – El alto preguntó mientras colgaba sus prendas ya en sus respectivas bolsas protectoras.

-Así te dijo Tae y me gustó – sonrió – venía a decirles que hay nieve por si gustan, Key parece que se ha entretenido en la computadora y nos dejará descansar ahora sí.

-Me parece perfecto – Taec se levantó.

-Ahora los alcanzo, debo terminar de arreglar – dije mientras recogía las ropas.

-Te ayudo – Minho se acercó.

-No seas tan amable, es tétrico – dije y el alto me miró haciendo una mueca.

-Entonces me sentaré despreocupadamente aquí mirando lo que haces – se dejó caer en la cama y se recostó.

-Eso no es sentarse – seguí guardando las cosas.

-¿Escuchaste verdad? – Preguntó y me quedé en silencio intentando pretender de nuevo. – Eso que dijimos…

-No necesito saber – dije deprisa.

-No temas, creo que no podría decírtelo de todos modos. – Bostezó y se giró en la cama.

-No me lo digas entonces, ni lo menciones – dije algo agresivo y lo voltee a ver para notar que se había quedado dormido. – Tenías que dormirte en mi cama Choi Minho – suspiré – supongo que el destino me castiga solo a mí en realidad – colgué la ropa y me dirigí a la puerta para volver la mirada al chico alto que dormía en mi cama. –Demonios, si nos encontramos tres veces por casualidad, la tercera para mí fue la primera para ti. – Apagué la luz y me dirigí a la cocina sonriendo, que clase de persona sede ante el sueño a las 11:30.

Categorías: Not My Highschool Sweetheart | Etiquetas: , , | Deja un comentario

Not My Highschool Sweetheart +Capítulo 01+

Amor de preparatoria… Es difícil de explicar. Muchas veces es el primer amor, vergonzoso, nervioso, diferente. Estamos fascinados por él, viendo tantas historias que lo representa, leyendo  las palabras sobre jóvenes adolescentes superando sus inseguridades y buscando un amor que va a paso lento y lleno de curiosidad.

Si, así debe ser el amor de preparatoria, lleno de primeras veces y esperando las cosas con manos temblorosas y preguntándonos si estamos listos. Eso es lo que se busca en las historias de adolescentes el sentir otra vez esa incertidumbre de nuestro pasado… Pero muchas otras veces se busca el sentir algo que uno piensa que no sentirá en su vida, no se te perdonará estar avergonzado, nervioso o hacer las cosas a un paso diferente de nuevo, después de la preparatoria pierdes la oportunidad de ir dando tumbos por la vida sin saber a lo que te estas enfrentando.

Mi nombre es Taemin y al final me volví un aficionado de las historias de primeros amores, tan sencillos, donde un abrazo o tomarse la mano eran aquello que podía dar una profunda dicha a una persona y el primer beso era como tocar el cielo y fundirse con él poco a poco hasta volverse una nube. No sé cuándo mi fascinación comenzó, creo que pudo ser en la preparatoria, empecé leyendo en el rincón alejado de la biblioteca cerca de la ventana donde podía ver a la persona que me gustaba, pero fue imposible para mí hacer cualquier contacto. Por el contrario me sumergí más y más en los libros imaginando que podía ser yo algunas veces otras enojando con el protagonista por ser tan terco con sus propios sentimientos.

Pasé a ver películas yo solo en mis ratos libres, las series vinieron luego, después buscaba cualquier escrito sobre esto. En un momento ya estaba saliendo del trabajo en la oficina y llegando a mi departamento a buscar sobre cualquier historia que fuese alegre o triste sobre un amor sencillo y sin problemas o complicaciones graves.

Mi extraña obsesión no quedó como secreto y de un momento a otro mis compañeras de trabajo me empezaron a preguntar cómo podían saber si un chico podría ser un buen novio, que significaba cada gesto o que opinaba de ellos. Me decían que las regañara si escogían a una mala persona o sentían un flechazo por algún mujeriego.

No podía entender la razón pero que me pidieran cosas así me dolía, no deseaba ser tratado como un analista de personas y mucho menos dar consejos de amor cuando era un verdadero inexperto en ello. Pero al final no podía más que ayudarlas a notar si los chicos eran posesivos o tenían ideas retrogradas o fingían ser algo que no eran ante los ojos de ellas. Soy demasiado blando y no soporto verlas heridas por jugadores que usan bellas palabras o gestos para engatusarlas, así no son los protagonistas de las historias. Siempre se muestran como son aunque sean odiosos y uno encuentra las cualidades de ellos con el tiempo, tampoco intentan cortar las alas de sus contrapartes y aunque sus sentimientos tarden demasiado en ser expuestos no dañan gravemente a las chicas ni hacen movimientos si no están seguros.

-Pero a veces les dañan o dicen cosas crueles para protegerles.

-Pero en esos casos es por algún pasado obscuro o una inevitable batalla, entonces creo que en ese momento es un acto noble.

-Me asombras Taemin – Sonreí volteando a ver a quien sonreía sobre mi hombro – ¿Esto es parte de tu terapia?

-Afirme y guardé el documento mientras cerraba la computadora- Ya que me cuesta hablarle y le dije que escribía también me mencionó que escribiese sobre mis inquietudes e analizara cuando empezó a afectarme tanto. – El chico con el que hablaba tomó la toalla que estaba en sus hombros y la pasó por su cabello intentando secarlo un poco más antes de ir al refrigerador a tomar una botella de agua.

-¿Cuándo empezó a afectarte? – Preguntó mientras la abría lanzando una mirada de lado mientras yo me sentaba en la barra.

-Supongo que fue en mi último cumpleaños, cuando noté que sería ridículo tener un primer amor a mi edad y me di por vencido.

-Tooooooontoooooo – alargó la palabra después de dar un trago de agua – no importa la edad.

-Sonreí afirmando, eso también lo había leído en miles de historias y aunque mi lógica me decía que si era cierto, algo en mi interior había muerto hace tiempo dejándome con la sensación de que nunca me llegaría a pasar.  – Pero tu evades a las vírgenes – dije agregando al argumento y noté en su mirada que mis palabras me habían hecho ganar esta discusión.

-Es mejor alguien con más experiencia – me volteó a ver – pero eso sirve solo con cerdos como yo –se señaló sonriendo -¿Saldrás hoy? – Negué  en silencio con una sonrisa, eso significaba que él saldría. Si tuviese que definir a mi compañero de departamento sonaría como el antagonista de mis historias, mujeriego, directo, burlón, buscando solo divertirse y nada alto.

Es una historia graciosa de como empezamos a vivir juntos.

Flashback

-Nos dividiremos la renta a la mitad y muchas veces tú podrás cocinar y acomodarte como gustes por que no estaré en casa todo el tiempo.

-Afirmé-

-Aquí están las llaves- sonrió entregándome las llaves sin ninguna preocupación.

Fin del Flashback

De acuerdo, comenzamos a vivir juntos de una forma muy normal, fue cuando lo fui conociendo que las situaciones raras empezaron. Como ver a una chica diferente cada vez salir de su habitación y compartir el desayuno conmigo mientras mi compañero se arreglaba. La vez más asombrosa fue cuando salió una chica con una camisola y al verme me empezó a preguntar si era el hermanito de la casa.  Mientras realizaba sus preguntas una segunda salió solo en ropa interior con dirección a la cocina y cuando la observaba asombrado bostezar y tambalearse en busca de agua una tercera apareció ya arreglada y maquillada preguntando por el café. Ese día intenté hablar con Jonghyun, pero descubrí que había huido en medio de la noche y me había dejado en esa situación.

Si así se llama… Jonghyun… el chico raro con el que vivo, no es mala persona, pero definitivamente no le presentaré a ninguna de mis amigas por más que me insista.


 

-JAJAJAJAJAJA- Las fuertes carcajadas retumbaron por la habitación- Ese Jonghyun parece ser todo un personaje – volvió a decir entre risas la mujer cuarentona con traje gris y blusa turquesa que se había vuelto mi terapeuta. – Debes pasarme su número – dijo levantándose hacía una mesita con una cafetera eléctrica donde llenó su taza sin dejar de reír, pero ahora suave.

-¿Usted quiere conocer a Jonghyun? – Dije asombrado mirando su espalda, la terapeuta podía ser del tipo de Jonghyun, aún se veía joven, tenía un cuerpo esbelto y bien formado, además ya había visto mujeres mayores en el apartamento, ellas me preparaban el desayuno cuando aparecían.

-Acabo de pasar por un divorcio, a veces nosotros escogemos nuestra propia terapia y forma de sanar – se volvió a sentar y me sonrió. – Para ti ha de sonar algo extraño porque ves las relaciones de una forma pura y honesta. – Agaché la mirada algo decepcionado de mí, ya no era un niño para pensar así. – Pero creo que tu estas en lo correcto y Jonghyun y yo somos los que estamos heridos por algo y no podemos ser sinceros con nosotros. – Me brindó una sonrisa y la miré algo asombrado, me había enterado de muchas cosas de ella y no creo haber dicho tanto de mí, pero por alguna razón me inspiraba confianza.

-Nos vemos la próxima semana – dijo poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta- esta vez quiero que escribas de la persona que admirabas desde la biblioteca ¿Me harías ese favor?

Negué- Aun no puedo – miré al piso algo abatido.

-En ese caso que sea sobre tus buenos amigos – volvió a sonreírme – iremos a tu paso, no debes preocuparte por nada. – Afirmé ansioso y tomé mis cosas para salir por la puerta que acababa de abrir- Mándame al que sigue por favor – le dijo a la secretaria y esta mencionó un nombre – seguí caminando cerrando mi mochila cuando me topé con  alguien.

-Lo siento – dije inclinándome.

-No hay problema, creo que ambos íbamos distraídos – reconocí la voz y me congelé aun inclinado mirando hacia el piso. No podía tener la misma voz, habían pasado años. No me atreví a mirar, pero sentí como la persona se agachó para verme y cerré los ojos aterrado.

-Por favor pasa- la voz de la doctora sonó detrás de mí. – Si, gracias – esa voz que retumbaba en mis oídos contestó y pasó a mi lado – perdón por chocar – dijo en tranquilidad y me quedé inmóvil hasta que la puerta cerró detrás de mí.


 

-¿Estás seguro que era esa persona? – Preguntó en un tono alto en medio del centro comercial mientras yo seguí aumentando el rojo en mis mejillas, lo sentía por la forma en que se calentaba mi rostro. No quería hablar de este tema en medio de tantas personas, pero comer algo sonaba bien después de ser arrastrado contra mi voluntad por el centro comercial.

-No estoy seguro – dije bajo apretando con mis manos cerradas sobre mis rodillas – no pude levantar la mirada.

-Es imposible – dijo antes de beber de su malteada – hasta se fue al extranjero, no lo pienses demasiado y sigue tranquilo. – Levantó la mirada –luego tenemos que ir a esa tienda- señaló y giré a ver otra tienda de ropa, no tenía problemas en el comprar ropa, pero si eran más de 4 horas en ello intentaba como zafarme.

Todo era culpa de mi mejor amigo desde la preparatoria, aunque era un año mayor que yo siempre encontraba como arrastrarme para que cargara todas sus compras. – Necesitaré una chaqueta que combine con los zapatos que acabamos de comprar – suspiré y bebí de mi refresco. Mi amigo Kibum, difícil de describir, pero aun así debo hacerlo, si busco en mi vida, tengo pocos amigos. Una de las chicas del trabajo la considero mi mejor amiga, uno de mis primos y Kibum, son las personas con las que más comparto y mejor me llevo. Primero describiré a Kibum, creo que si no lo pusiese primero podría causar una crisis como cuando perdió el premio a la popularidad en nuestra escuela.

Kibum, prefiere que le diga Key, es una persona egocéntrica, que cree que siempre tiene la razón, le importa mucho las apariencias y puede hacer menos a los demás sin problema. Creí que era una persona horrible al principio, no mentiré, lo veía como todos lo veían y escuchaba los rumores sobre él. Fue uno de esos rumores por lo que llegué a conocerlo. Tras de escuchar que estaba saliendo con uno de los profesores solo me dirigí a mi punto en la biblioteca a ver la clase de educación física de los de segundo año y ahí estaba Key con otro chico.

-¡ESTOY CANSADO DE ESTO KIBUM! – La voz masculina resonó y miré alrededor notando que la biblioteca estaba tristemente vacía como siempre.

-No – la voz que contestaba era suave y llena de tristeza, se quebraba a cada momento – no es verdad, yo no he estado con nadie más.

-¡CALLA! Nada de lo que digas mejorará, te hice caso porque pensé que eras honesto, pero solo me harás la burla de todos, tenía que estar con un puto marica como tú, solo buscas a quien coger – el llanto sonó un poco más fuerte y quise asomarme, estaba siendo demasiado cruel, aunque no entendía sobre ese tipo de amor, era muy cruel.

Cuando me asomé el chico contra la mesa pasó su manga sobre sus ojos  y luego avanzó hacía el chico de tercero que estaba frente a él. –Creí que eras más genial – dijo con firmeza y una voz fuerte antes de propinar un duro puñetazo sobre su mejilla.  Retrocedí un poco y miré más que asombrado, el tal Kibum no era tan femenino como decían, en ese momento se vio tan fuerte y prepotente. Me volteó a ver y un escalofrío corrió por mi espina dorsal.

-Querido – dijo hacia donde me encontraba y me quedé perplejo. – Tardaste mucho en llegar bonito – se acercó a mí y pasó su brazo por mis hombros.

-¿Pero qué? – El chico de cabello negro se levantaba del piso con la mano sobre su rostro. Kibum tomó mi mentón  y acercó su rostro. Yo aún estaba congelado pensando en la palabra querido y peguntándome en que me había involucrado.

-Los chicos jóvenes son lo que está de moda – dijo Key y besó mi mejilla- una ternurita como esta es lo que necesito.

– Estás enfermo – el otro chico dijo avanzando hacia nosotros.

-Creo que lo estoy – lamió mi mejilla y rozó con su nariz por mi pómulo cerrando los ojos – los ukesitos huelen tan bien – Abrí grande los ojos.- Después de todo solo soy un marica que quiero coger – lo volteo a ver sin separarse de mi pegando su mejilla a la mía. El chico solo pudo darse la vuelta.

-Está bien, así no seré la burla de nadie – dijo comenzando a avanzar. Pasó un momento después de que desapareció y Kibum me soltó despacio.

-Perdona- dijo suave mientras estaba cabizbajo – solo quería tener un poco de orgullo de mi lado, por lo menos eso – dijo mientras pequeños brillos caían al piso salpicando en silencio en la obscura biblioteca.

-Lo entiendo – dije intentando ignorar que había sido llamado Uke, ternurita y bonito, las palabras que más me dolían, desde la secundaria se habían vuelto tabú para mí y sin embargo siempre terminaban persiguiéndome. Pero no podía ignorar que el chico que estaba a mi lado estaba quebrando su dura fachada impuesta para no quedar mal. – Él fue muy cruel- me atreví a decir no sabiendo que más hacer para consolarlo.

-Lo fue – el chico levantó el rostro- pero yo puedo serlo más.- Le miré mientras forzaba una sonrisa.

-Tu maquillaje se corrió – dije señalando y el rápidamente sacó un espejito de su saco.

-Con un demonio, decía que era a prueba de agua – en ese momento no pude contenerme y solo pude comenzar a carcajearme mientras el intentaba limpiar las marcas obscuras debajo de sus ojos. El chico se me quedó viendo y luego sonrió. – Soy Key y por tu ayuda te llevaré de compras.

-¿De compras? – Pregunté inclinando la cabeza.

-Claro – tomó su mochila que estaba en el piso – tengo muchos planes para ti… – cortó en silencio y dirigió su mirada para mi – ¿Cuál es tu nombre?

-Taemin – dije algo nervioso y el me brindó una sonrisa. Su sonrisa cuando era honesta era tan cálida y maternal, se sentía agradable, simplemente me llenó de confianza y desde entonces fui su conejillo de indias para probar nuevos estilos.

Cuando de Key se trataba parecía que el amor solo estaba para maltratarlo, me gusta consolarlo, porque el siempre desea lo mejor pero al final siempre encuentra cada bastardo que solo termina lastimándole más. Pero aun así tengo gran respeto y asombro por él, ha pasado por todo y aun así nunca se rinde. Me dice que el amor verdadero está ahí y que él llegará a encontrarlo.  Yo no he sido lastimado y nunca me he atrevido a buscar como Key, pero deseo que él lo logre.


 

Un leve sonido surgió de los labios de mi terapeuta mientras leía la última hoja de lo que había escrito y luego pasó esa hoja hasta la parte de atrás del manojo de páginas dejándolas consecutivamente en la mesita frente al sofá. – Tu amigo Kibum parece ser otro personaje muy diferente a tí– afirmé – Key – corregí casi automáticamente debido a que me tenía bastante condicionado.

-Pienso que te rodeas de muchas personalidades fuertes – tomó su taza de café y le dio un suave sorbo para luego dirigir su mirada hacía mi – ¿Qué sentiste cuando se te acercó es vez? – Mire a la doctora curioso por la pregunta.

-Creo que algo confundido y un poco molesto – La mujer de cabello negro tomó una libreta y anotó algo -¿Por qué confundido? – Continuó mientras volvía a verme.

-Porque no esperaba que se llegara a pegar a mí, creo que pensé que se quedaría llorando en el lugar – eché la cabeza hacía atrás y me puse a pensar – tampoco creí que yo fuese bueno para eso, no creo que sea atractivo para nadie y mucho menos para darle celos a otra persona – dije tragando saliva, ser honesto con uno mismo duele.

-¿Entonces por eso no hubo un gran enojo de tu parte? – Incliné la cabeza mirándole y ella sonrió – puede que otro chico simplemente lo hubiese golpeado o empujado, tan solo por ser utilizado de esa manera.

-No fui utilizado – respondí deprisa – creo que le di a entender que quería ayudar cuando me miró. – La terapeuta soltó una gran carcajada.

-¿Entonces por qué llegaste a sentirte molesto? – Siguió riendo intentando escribir en su libretita.

-Porque dijo que era bonito – presioné mis labios algo molesto por su riza – es algo que me enoja desde pequeño, la gente dice eres tan bonito como una niña. Hasta mis compañeras de trabajo me tratan de esa forma, como si fuese una chica más – la mujer afirmó seria y anotó esto.

-¿Qué tipo de chica te gusta? – Preguntó y en ese mismo instante bajé la mirada.

-Solo me ha gustado una – no pude dejar de mirar hacia abajo – no quiero hablar de eso aún.

-Lo entiendo, pero supongo que son chicas muy femeninas  – dijo mirándome y yo solo pude afirmar.

-¿Por eso crees que tu apariencia no es la indicada? – Volví a afirmar y agregué: – En parte – ella afirmó también y volvió a anotar en su libreta.

-Qué tal si para nuestra próxima sesión escribes sobre otro de tus amigos – afirmé un poco más tranquilo, porque las preguntas directas se habían detenido. – En ese caso, nos vemos en una semana – dijo mientras nos poníamos ambos de pie y me dirigía hacía la puerta – ¿Le puedes decir a la recepcionista que pase al siguiente?

-Claro – sonreí tomando mi mochila y fui en dirección hacia la puerta- nos vemos – hice una reverencia y salí poniendo la mochila sobre mis hombros. Pasé hasta el escritorio alto donde se encontraba la recepcionista revisando su Facebook en la computadora y le dije algo tímido – la doctora quiere ver al próximo – ella afirmó y abrió una agenda negra donde tenían  todas las citas.

-¿Gustas un dulce? – Preguntó acercándome el tazón con diversos caramelos y mentas y me puse a buscar mi favorito mientras la escuché decir el próximo nombre – Choi Minho, la doctora está lista para verlo – me volví a congelar, la seguridad de Key me había convencido de que no podía ser la misma persona.

-Gracias –dijo con su voz inconfundible y me quedé presionando los dulces aun con la mirada abajo, deseando que pasara deprisa por el pasillo que guiaba hasta el pequeño consultorio. No quise levantar la mirada para nada por lo que en mi mente comencé a contar el tiempo que tomaba salir de la recepción y recorrer el pasillo. Cuando pasó suficiente tomé varios dulces y salí deprisa, sin decir nada, sin mirar a mí alrededor, solo intentado alejarme tan rápido como pudiese.


 

-¿Estás seguro de qué es el mismo? – Volvió a preguntar la cara alegre de mi primo mientras comíamos –afirmé mientras le seguía el paso intentando no quedarme sin comida – ahora estoy más que seguro, Key me dijo que él investigaría si había vuelto a Corea, pero si estoy seguro que es él-

Mi primo dio un par de golpes en su pecho -¿Cómo está Key? – Le miré un poco molesto. – No es momento que me preguntes sobre eso – él sonrió rascando su nuca. – Ya sabes que siempre quiero saber cómo está.

-Lo sé – dije aún molesto girándome a ver por la ventana mientras veía a un grupo de chicas de preparatoria pasar riendo mientras veían la pantalla del celular de una de ellas y detrás, no muy lejos de ellas venía un chico solitario que fingía estar entretenido en el teléfono pero en realidad las veía de reojo.

-Me trae recuerdos – Mi primo mencionó y comió otro trozo de pollo – tu siempre estabas cuidando de ella.

-No puedo decir que la estaba cuidando – suspiré y miré como las chicas cruzaban y dejaban al muchacho del otro lado de la calle – ni siquiera podía cuidar de mí mismo.-

Me levanté y mi primo me vio algo asombrado, tomó la charola de la comida y corrió hasta el basurero para dejarla tomando la última pieza de pollo para dirigirse a mí tropezando con una silla y poniéndose de pie deprisa. Sonreí un poco – debes tener más cuidado hyung – el afirmó mientras seguía sonriente mordiendo el trozo de pollo.

Mi primo… es una persona difícil de describir, el no viene en Seúl, de hecho se mudó a Busan por su trabajo, pero aun así venía a verme. Es alegre, sonriente, cálido y la persona más torpe y con más mala suerte que te puedas imaginar.

Pero también es la persona que mejor me conoce y siempre cuida de mí. Es simplemente mi primo Onew, siempre está ahí. Más si parece que algo va mal cuando hablamos por teléfono, con seguridad él se aparecerá al día siguiente en la estación diciéndome que vayamos a comer antes de que deba volver al trabajo.

No puedo decir como lo conocí ya que está ahí desde que tengo memoria, sus padres también eran alegres personas, las recuerdo de mi infancia, pero trágicamente murieron cuando Onew hyung estaba en secundaria, como resultado el comenzó a vivir con nosotros.

Por un tiempo el no habló, mis padres estaban bastante preocupados por ello y yo intentaba hacerle conversación, pero el solo me sonreía y me daba un dulce. No podía entender por qué el silencio lo había invadido más porque solo estaba en primaria.

Todo parecía estar bien, pero no había palabra o sonido que saliera de sus labios, hasta que el último día de la secundaria después de recibir su diploma simplemente estalló en palabras, yo en ese momento ya estaba en primero de secundaria y pude ver como decía cosas sin sentido en medio del auditorio.

-¡Pollo frito! ¡Debemos ir a la playa! ¡Siempre quise probar el de mango! ¡Tu mamá! – Señaló hacia un compañero que retrocedió un poco -¡El profesor de ciencias es un enfermo mental! – los profesores tuvieron que bajarlo del escenario mientras seguía soltando toda clase de frases y palabras.

No pude evitar salir corriendo hasta la sala de maestros donde estaba sentado en una silla rodeado por varios profesores que cuchicheaban entre ellos -¿Hyung? – pregunté y el volteó a verme con una sonrisa – lo logré Taemin – me dijo feliz – no hablé hasta recibir mi diploma.

-¿Qué? –Pregunté asombrado mientras todos los maestros dirigían la mirada. – Mi mamá me dijo que no fuese tan perico para recibir mi diploma de la secundaria – no pude evitar reír un poco algo enternecido – Hyung, eso significa que no platicaras tanto en clases, pero no debías hacer un voto de silencio – seguí riendo con un poco más de fuerza y el me miró asombrado – ¿Enserio? – Todos los profesores se atacaron de risa en ese momento también mientras yo afirmaba entre carcajadas, al final todos estaban preocupados por él y fue tan refrescante escuchar su voz.

Después de eso no se volvió a callar, sus palabras podían ser cruelmente honestas o vagamente importantes, pero era grato escucharlo y era mi modelo a seguir durante la preparatoria. Aunque al terminar decidió mudarse fuera de la casa y conseguir trabajo, no quería ser una carga para mis padres. Pero siempre iba los fines de semana o días libres a ayudar con las tareas del hogar.

Onew hyung es mi piedra, eso puedo decir de él, alguien en quien confió y me ayuda desde las sombras.

-¿Por qué no le dices a tu terapeuta que cambie tu horario? – Dijo tranquilo mientras nos dirigíamos a la estación.

-¿No sería como estar huyendo aún? – Pregunté asombrado mientras avanzaba un poco delante de él.

-Sé que no estás listo para enfrentarlo – dijo con su brutal honestidad- puedo ver en tus ojos que aún te llena de miedo con solo escuchar su voz.

Afirmé decepcionado de mí mismo y el me brindó una sonrisa despidiéndose antes de subir al tren. Tantos años habían pasado y mis temores eran los mismos, podría que hasta fuesen más profundos ya que ahora ni podía sostener la mirada contra él.


 

-Consultorio de la Doctora Park- La aguda voz de la recepcionista contestó el teléfono- Buenas Tardes – dije tragando saliva – soy Lee Taemin, deseo cambiar mi cita de mañana.

-Estamos algo apretados ya que la doctora saldrá la siguiente semana  – sentí presión, no sabía por cuánto tiempo más podría seguir ocultando mi rostro de él – ¿Puede venir el día de hoy a las 8:00? – Sonreí amplio ante esa pregunta- ¡Claro! Ahí estaré –dije feliz por poder mover la fecha, así podría evitarlo un poco más – está arreglado, nos vemos en unas horas.- La chica cortó la llamada y yo colgué comenzando a bailar de alegría.

-Parece que funcionó – Afirmé a Jonghyun que salía de su cuarto cargando su casco – ¿Tienes una entrega? – Pregunté acercándome deteniendo mi baile. – Si debo ir a dejar una canción al estudio ¿Saldrás hoy?

-Si – afirmé sonriendo – hoy tengo terapia.

-Deberías hacer más que eso, sé que te pidieron que fueses de parte del trabajo pero también ayuda salir con amigos – pasó su brazo por mi hombro – salir con chicas también es una gran forma de liberar el estrés.

-¿Está chica quiere que le consigas pareja a su amiga? – Pregunté entrecerrando los ojos, conocía bien a Jonghyun, de vez en cuando aparecían una chica que quería salir en grupo.

-No cómo crees – dijo riendo – quiere que lleve a dos de mis amigos para sus amigas.

-Lo sabía – dije alejándome – tengo cosas que hacer, no puedo.

-Debes ayudarme – se hincó frente a mí – ella puede ser la indicada.

-No volveré a caer en esa, a la mañana siguiente ya no lo será y tendré que arreglar tus platos rotos.

-Vamos Taemin, solo esta vez, te dejaré jugar mi nuevo juego – suspiré porque sabría que no se detendría y al final lo único que tenía que hacer era llevarme a la chica tímida, rara o sobreprotectora lejos. Negué en mi interior, sabía que mis protagonistas estaban completamente contra esto, no era la forma correcta.

-Está bien- no pude negarme más cuando hizo sus ojos de perrito.

-En ese caso te veo a las 10:00 en el bar de la quinta avenida dónde siempre.

-¿No puedes llevarlas a otro lugar? – Jonghyun era una criatura de hábitos muy acostumbrado a repetir lo mismo una y otra vez.

-No, ya quedamos ahí – abrió la puerta – por cierto, debes encontrar a la tercer persona, mis amigos estaban algo ocupados.

-¡¿QUÉ?!- Pregunté entre gritando mientras cerraba la puerta sonriendo pícaramente. Ahora parecía que debería ir por un rehén más para la misión nada noble de Jonghyun, definitivamente él había transformado mis días tranquilos en situaciones cada vez más torcidas.


 

-¿Por qué quisiste cambiar el día? – La doctora preguntó mientras seguía leyendo las hojas que había entregado.

-Tuve un asunto personal – dije y me volteó a ver de reojo mientras seguía leyendo.

-¿Tu primo es la persona más cercana que tienes? – Dijo pasando sus ojos rápidamente por el papel.

-Sí, eso creo – dije tranquilamente mirando alrededor del consultorio.

-¿Qué es lo que estás ocultando tan seriamente? – La doctora dejó las hojas de lado y se inclinó un poco para acercarse a mí, mientras la veía asombrado. – Parece como si hubiese un secreto muy obscuro que no deseas que llegue a averiguar.

-No es eso – bajé la mirada – más bien me da vergüenza tener que decirlo.

-¿Por qué vergüenza? – Tomó su libreta.

-Porque es algo a lo que soy impotente, me siento débil, torpe y completamente inútil cuando se trata sobre ello.

-¿Eras el más pequeño de tu clase?  – Negué rápido – Entonces, ¿es por tu apariencia delicada? – Afirmé al sentir que estaba en lo correcto.

-¿Alguien te molestaba por ello? – Suspiré temiendo esa pregunta, pero al final tenía que cubrir mis 10 sesiones con la terapeuta debido a un evento en el trabajo además sentía que me había ayudado en otros aspectos escribir sobre lo que me agradaba. Pero llegué al punto donde no todo en la vida son rosas, siempre hay un punto en las historias románticas donde el drama aparece y sientes lo amargo de la vida.

-Varios me molestaban, pero había alguien en específico. – Me quedé en silencio mientras ignoraba la mirada de la terapeuta y me quedaba suprimiendo recuerdos.

-Ya se, hagamos un trato, la siguiente semana ambos descansamos, pero la que sigue es la quinta cita, así que quiero que escribas que sentimientos te provoca esta persona, no quiero que me digas cosas específicas, solo deseo saber cómo te hacía sentir. Creo que podemos avanzar bastante con solo eso, si deseas escribir más cosas para desahogarte también estaría bien, pero no te presiones. – Afirmé con una sonrisa, definitivamente escribir como me sentía no era tan grave, además no debía decir quién era ni nada así. En este momento podría superarlo y seguir con mi vida sin que me volviese a afectar.

-En ese caso nos vemos hasta la próxima semana – se levantó y dirigió a la puerta – sigue confiando en tu primo – me volteo a ver – te aseguro que no eres una carga para él. – Le miré asombrado, ¿lo habría notado por mi forma de escribir? –Con esta pregunta en mi mente salí hasta el pasillo y me despedí tranquilo de la recepcionista, alegre de haber cambiado el día.

 


 

¡Llegas tarde! – Ese fue el primer regaño de Jonghyun tan pronto bajé del taxi con mis pantalones rojos y chaleco negro, selección de Key. A sí… en ese momento llegó el segundo regaño -¿Qué hace el aquí?

-Me dijiste que trajera a alguien más – dije mientras Key pagaba el taxi y salía con paso constante y seguro a reunirse con nosotros mientras vestía con chaqueta rosa y lentes obscuros de marco azul en plena noche.

-Pero él… – le señaló y Kibum se quitó los lentes mirándole fijamente.

-Por fin te veo en persona – pasó su mirada de arriba abajo – no hay mucho que ver – Key se giró cruzando los brazos.

-¡Tú…! – Sostuve a Jonghyun quien intentaba alcanzar a Key mientras este le ignoraba.

-Llevémonos bien por esta noche – intenté calmarlo- tu necesitabas un tercer chico y Key es muy bueno entendiendo a las chicas.

-Está bien – Jonghyun se calmó y arregló su chaqueta de cuero negro – pero ante cualquier cosa lo mato.

-Como si una pequeña pulga pudiese matarme – Key comenzó a avanzar y Jonghyun le siguió deprisa rezongando que su estatura no estaba mal y que la genética le había jugado una broma.

No había pensado esto correctamente, pero tan pronto Jonghyun salió decidí preguntarle a Key por otro chico y él dijo que sería divertido hacerle la conquista imposible a mi compañero. Ellos nunca habían interactuado de frente, pero ya los había descubierto varias veces peleando en el teléfono de cuando Key llamaba a casa. Aún no sé cómo comenzó, pero tan pronto Jonghyun contestaba una ola de insultos salían de ambos, a veces tardaban bastante en pasarme el teléfono.

Cuando le pregunté a Kibum por qué lo hacía, dijo que era divertido romper la perfecta burbuja de cerdos como él y que era muy gracioso por que intentaba defenderse.

Creo que Key disfruta molestar a Jonghyun por que se parece a muchos de sus anteriores novios que terminaron lastimándolo y Jonghyun… creo que a él no le agrada nada esto.

 


 

Llegamos hasta el lugar de encuentro y las chicas ya estaban esperándonos enfrente del bar que Jonghyun adoraba porque tenía música en vivo y un ambiente bohemio a más no poder.

-Hola Yoo Hwa – Jonghyun se acercó a una de ellas con un vestido blanco y chamarra de mezclilla, su cabello tenía un tono rojizo, pero se veía bastante inocente comparada con otras chicas de Jonhyun. La chica nos volteó a ver y Jonghyun se hizo a un lado – Estos son mis amigos – Taemin y Kibum.

-Key – Kibum corrigió rápido- díganme Key, por favor.

-¡Qué cool! – Una de las chicas habló – soy MinAh y ella es Robin.

-¿Robin? – Pregunté asombrado a ver la chica que estaba toda vestida de cuero negro mirándonos de reojo.

-Robin es la hermana mayor de Yoo Hwa, le gusta que usen su nombre americano, ellas crecieron en California.

-Eso suena bien, yo estuve estudiando un tiempo en California- Key comenzó a hablar tranquilamente como siempre y Jonghyun me miró asombrado con una cara de ¿Enserio? Y yo solo pude afirmar, una de las habilidades de Key era saber conversar.

-Yoo Hwa, mucho gusto – dije sonriendo intentando ser amable, aunque ser social no se me daba, pero si nos íbamos a sentar en el bar; Jonghyun terminaría besuqueándose con una de ellas en la esquina mientras los otros intentábamos hacer conversación incómodamente.

-Deberíamos ir a bailar – Key soltó deprisa esas palabras y lo miré con atención.

-Secundo la noción – MinAh levantó la mano, era una chica bastante alta, traía pantalones blancos con una playera de color plateado y su cabello era negro y corto.

-Pero… -Jonghyun estaba por decir algo aunque fue interrumpido por MinAh.

-Yoo Hwa, vamos a bailar ¿Si? – La chica afirmó sonriéndole – ¿Qué dices Robin?

-Prefiero bailar – la chica miró el lugar.

-¿Tú Taemin? – Jonghyun me miró con ojos suplicantes, pero aun así no me convencería.

-Muero por ir a bailar – dije entusiasmado, por fin algo bueno salía de esto, después del largo tiempo de Key planchando mi cabello y los diferentes cambios para tener que ir a un bar, parecía que Key lo había planeado desde el principio.


 

El club estaba bastante lleno para ser tan temprano, la música resonaba en cada rincón haciendo imposible la plática. Aunque nos sentamos por un momento no pasó mucho hasta que MinAh se puso de pie.

-¡Vamos a bailar Taemin! – Levantó la voz para que la escuchara y afirmé levantándome.

-¡Vamos Yoo Hwa! – Key extendió su mano galantemente y la chica afirmó algo sonrojada. Jonghyun solo se quedó boquiabierto mientras nos alejábamos los cuatro a bailar y lo dejábamos con Robin en la mesa.

Cuando llegamos a un espacio en la pista simplemente comenzamos a bailar sin detenernos, me gustaba ese sentimiento de ser invadido en todo el cuerpo y sin poder detenerme, sin darme cuenta de lo que pasaba a mí alrededor. En algún momento dejaron la pista y volvieron con cervezas, yo seguí bailando mientras tomaba. Sentía que mucho de mi estrés me abandonaba.

No sé cuántas veces fueron a recoger cervezas a la barra, ya no las contaba pero en un momento dijeron que fuéramos a descansar y al llegar a la mesa las cosas pasaron de ser ligeras y divertidas a todo un alboroto.

Cuando llegamos Robin estaba en las piernas de Jonghyun besándolo, Yoo Hwa salió corriendo y MinAh fue tras ella, Jonghyun nos miró asombrado y empujó a Robin.

-¡Yoo Hwa! – Gritó sordamente entre la fuerte música y desapareció entre la gente como las otras dos. Entonces lo más raro sucedió, Key se acercó a Robin que sonreía siniestramente y la abofeteo.

-Niña mala – dijo mientras me acerqué más para oírles y la tomó de la muñeca para jalarla detrás de él, en medio de la confusión decidí seguirlos hasta el exterior donde Key la sentó en una de las jardineras en la calle.

-¿Si sabías que haría eso porque me dejaste a solas con él? – Ella preguntó con una sonrisa.

-Quería confiar en tus palabras – Key dijo cruzando los brazos como si regañara a una niña pequeña.

-¿Palabras? – Pregunté mientras que ambos estaban en silencio.

-Este idiota me creyó cuando le dije que quería estar a solas con él para amenazarlo para que cuidara de mi hermana – volvió a reír y luego le miró – eres un crédulo “KEY” – entonó su nombre fingiendo dulzura.

-No entiendo ¿Lo querías para ti o solo deseabas romper el corazón de tu hermana? – Key preguntó serio mientras la chica seguía con su tétrica sonrisa.

-Yo para que querría a un enano mujeriego como ese – la miré espantado, pocas chicas de las que había conocido podían ser así.

-Entonces eso nunca se te perdona – Key volvió a levantar la mano pero esta fue abruptamente detenida -¿Jonghyun?- Preguntó al girarse para ver quién lo bloqueaba. Jong sonrió y soltó suavemente a Key.

-Perdona Robin – hizo una reverencia a la chica que estaba sentada – no sé qué me pasó, estoy interesado en Yoo Hwa.

-Bastardo – la chica se levantó poniéndose de pie – eres simplemente un inútil. –Robin caminó alejándose por la calle.

-Ella tiene razón, eres un inútil – Key dijo mirándole con los ojos enrojecidos.

-Yo fui quién cometió el error – Jonghyun sonrió – no es culpa de ella.

-Tonto – Key lo empujó y tomó mi muñeca- vamos Taemin, sigamos bailando, si te juntas con gente tan boba se te pegará la idiotez.

-¿Qué idiotez? – Jonghyun alcanzó a preguntar antes de que volviésemos al interior dónde la música ahogó cualquier palabra y donde fui arrastrado a la mitad de la pista. Key parecía entre molesto y asombrado, me costaba entender todo lo que había sucedido. En gran parte debido a la cantidad de alcohol en mi sangre. Pero cuando mi acompañante empezó a bailar, yo también, poco a poco decidí hacer lo que él y olvidar lo que acababa de pasar bailando.

Pasó algo de tiempo y no pude ver a Key, intenté buscarlo pero no podía ver nada, parecía que el club estaba en su máxima capacidad, me sentía bastante mareado y decidí alejarme de la pista. Pero en un momento todo se puso negro y simplemente sentí como el aire se me escapaba, podía oír la fuerte música y sentí el piso golpear contra mi espalda, pero tras eso, ya no pude ver, escuchar o sentir nada, el conocimiento me había abandonado.

 


 

Desperté cuando sentí un suave aroma, acompañado de golpes graves y agudos, definitivamente alguien estaba preparando el desayuno. Presioné mis ojos intentando abrirlos despacio, sintiendo el fuerte dolor de cabeza mientras olfateaba el dulce aroma de la comida en cocción.

Miré el techo blanco y me senté de golpe. Esa no era mi habitación, las cortinas amplias, alguna ropa apilada en la iluminada alcoba y las blancas sábanas fueron lo primero que pude notar. Giré la cabeza de un lado al otro, los espejos del closet, el marco de metal de la ventana, el piso de madera pulida, todas las imágenes seguían llenando mi mente y llevándome a la desesperación.

Lo siguiente que hice fue sacar la sábana de golpe, tenía que ver si estaba vestido ¿Qué tan lejos había llegado? Ufff, mi ropa aún estaba en su lugar, ahora debía saber cómo había llegado ahí. Busqué mis zapatos alrededor pero supongo que terminaron cerca de la puerta, tomé mi cartera y celular que estaban en la mesita junto a la cama. La billetera tenía todo el dinero y tarjetas en su interior, intenté encender mi celular pero este se quedó estático. –Sin batería- dije mientras me acercaba al borde de la cama para levantarme tirando lo que parecía un despertador y haciendo bastante ruido. “Rayos” dije en mi mente y miré hacia la puerta, de seguro había sido escuchado.

-¿Ya despertaste? – Escuché esa voz y abrí grande los ojos, sentí un aire helado recorrerme y comencé a retroceder mientras los pasos retumbaban a la entrada. – Hice el desayuno – se asomó el origen de esa voz, el chico alto de amplios ojos y labios gruesos que causaba dolor solo verle -¿Qué pasa? – Preguntó acercándose con su odiosa sonrisa y se agachó para tomar el despertador y ponerlo en la mesita – ¿Te duele algo?

-¡¿TU?! – Le señalé y miré con odio, sentía como me quemaba por dentro la sensación de causarle pena y dolor.

-¿Vamos con esto de nuevo? – Preguntó mientras me observaba inclinando la cabeza.

-¿De nuevo? – Pregunté aun molesto y retrocedí otro poco.

-Ayer también me señalaste y comenzaste a llamarme de todas formas – entrecerré los ojos intentando no creerle y me presioné un poco para recordar.

 

Flashback

Sentí agua salpicando mi rostro – ¿Estás bien? – Una voz conocida me preguntó mientras recobraba  mi conocimiento. – Omo – le señale – es el saca-mocos de Minho – reí- nunca creí verme con el pervertido de Minho aquí.

-¿Sacamocos pervertido? – Un chico de cabello negro preguntó riendo.

-Anio – negué empujando su cara suave – es el sacamocos, pervertido, desgraciado, violador, masoquista de Minho por lo menos.

-¿Qué te crees? – El chico alto al que llamaba de esa manera mostró algo de enojo mientras el otro se atacaba de risa.

-Solo te pasa a ti Minho, salvas a alguien de morir aplastado y te llama como puede.

-Anio anio – negué con la mano recargándome en la pared- prefiero morir que ser salvado por el asqueroso y apestoso de Minho.

-Está bien – el chico me soltó – arréglatelas solo.

-Si – me puse de pie tambaleando – me las arreglaré solo, siempre he podido solo no necesito al tonto de Minho para ello, el solo hace la vida insoportable para todos.

-¿De dónde lo conoces? – El chico preguntó mientras se empezaban a alejar y noté que me encontraba en el baño junto a los lavabos.

-No sé…

-Pero sabe tu nombre.

-No tengo ni la menor idea – dijo y todo mi enojo se fue contra él cuando lancé una barra de jabón con todas mis fuerzas.

-Exacto el egoísta de Minho no le importan los demás – me volteó a ver algo molesto – solo le interesa el mismo. – Se acercó a mí y tomó el cuello de mi chaleco levantándome un poco.

-Pero, ¿qué te crees? – Levantó su puño acercándolo a mi rostro y yo solo pude reír.

-Claro, el petulante de Minho no sufre como yo – seguí riendo – solo yo soy castigado con el recuerdo del maldito de Minho cada día desde que hizo mi vida imposible en preparatoria. Vamos golpéame bastardo, por los buenos tiempos. – Me soltó de golpe y sentí como arremetía con la pared.

-¡Sacamocos! ¡Chupadedos! – Seguí con los insultos, solo dejando salir todo lo que me había guardado mientras que en el fondo la risa del chico musculoso que lo acompañaba seguía.

-Suena como pelea de primaria – dijo aun riendo.

-Sí, es muy gracioso – miré al alto que seguía asombrado al verme – siempre que Minho golpea a alguien todos ríen – el chico detuvo su risa y volteo a ver el rostro espantado del contrario – más si se trata de mí – dije recargándome en la fría pared intentando mantenerme despierto.

-¿Lee Taemin? – Preguntó agachándose y acercándose a mí.

-El mismo diablo en persona – sonreí al sentirme reconocido – frente a su pesadilla Minho.

-Te llevaré a casa – dijo tomando mi brazo.

-No quiero – intenté zafarme pero una presión interior corrió desde mi estómago quemando mi esófago y terminó sobre la ropa del alto moreno que solo me veía con horror. Reí al ver mi vomito cubriéndole.

-Mira ahora Minho si está asqueroso y apestoso – dije mientras comenzaba a perder el conocimiento de nuevo contra la pared del baño.

Fin del flashback
Presioné mi cabeza- Aigoo – era horrible recordar de esa manera. Tanto tiempo queriendo vengarme para que al final perdiera el conocimiento mientras lo intentaba.

-¿Ya recordaste?- Preguntó mientras tendía la cama y le volteé a ver algo molesto.

-¿Por qué me trajiste aquí? – Demandé al instante.

-Ayer busqué información, pero tu celular no tenía batería y tus identificaciones carecen de dirección – abrí mi cartera de nuevo y me di cuenta que tenía razón.

-Debiste dejarme ahí – dije aún molesto.

-No creo que sea buena idea dejarte ahí, te confundieron varias veces con una chica y no tenías ni una pisca de conocimiento.

-No me importa, no quiero estar aquí. – Rezongué deprisa, pudiese que tuviese razón, pero para mí era caer muy bajo si él me ayudaba.

-Porque prefieres morir a ser ayudado por el asqueroso de Minho – dijo mirando al piso y me sentí un poco mal.

-Solo no quiero involucrarme más contigo – giré el rostro hacia la ventana. – No son gratos recuerdos.

-Lo entiendo – le escuché suspirar. – De todos modos desayuna algo antes de salir, ayer te pusiste bastante mal.

Salió en silencio del cuarto y yo me asomé siguiéndole. Su apartamento era amplio y muy iluminado, llegamos hasta la gran cocina que se veía bastante cómoda y en la mesa había varios platos servidos.

-Adelante, come – dijo con una nostálgica sonrisa- voy a correr, la puerta está abierta, puedes salir cuando termines.

Me miró y giré mi cabeza indignado. Él tomó una maleta después de meter una botella con agua en su interior y salió deprisa.

Miré los platos pensando no comer, pero moría de hambre así que comencé a probar todas las cosas con mi tazón de arroz.  Caminé alrededor mientras comía mirando las pinturas, jarrones y demás decoraciones de la casa.

-Minho ha de ganar bien – dije un poco celoso, uno siempre desea que su abusivo de la preparatoria sea alguien desempleado viviendo en una caja de cartón.

Comencé a observar las fotos y encontré una que llamó mi atención. No pude evitar sonreír al verla ahí estaba mi amor de preparatoria con su traje de educación física junto a Minho.

-Siempre lo tendrás todo- entoné suave y noté que mi arroz se había terminado. – Pero yo no soy un monstruo como tú – me dije a mi mismo y le volví a sonreír a la foto, era tan dulce ver a mi Noona tan feliz.

Tras acabar de comer tomé mi billetera y salí de la casa en busca de una tienda. Tenía que agradecerle de algún modo ya que no volveríamos a vernos. Compré algunos helados que le veía comer cuando estaba en la preparatoria y los llevé a su departamento. Sonreí dejándolos en la nevera y además agregando otros bocadillos que me gustaban.

“Para el asqueroso sacamocos de Minho, si gustas algo más fresco abre la nevera” – Terminé de escribir y tomé uno de los helados.

-Solo hago esto porque no tienes fotos de ninguna otra novia aquí – sonreí – me alegra que lleves su recuerdo así como lo hago yo. –Salí comiendo la paleta por alguna razón eso me había animado y ahora creo que borraría a Choi Minho de mis pesadillas recurrentes.

Categorías: Not My Highschool Sweetheart | Etiquetas: , , | 4 comentarios

Blog de WordPress.com.