Los números de 2014

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2014 de este blog.

Aquí hay un extracto:

Un teleférico de San Francisco puede contener 60 personas. Este blog fue visto por 620 veces en 2014. Si el blog fue un teleférico, se necesitarían alrededor de 10 viajes para llevar tantas personas.

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Not My Highschool Sweetheart +Capítulo 3+

Tres son multitud

 

Escuché el teléfono entre sueños y presioné los parpados, el sonido constante del teléfono me molestaba. Me terminé sentando de golpe y tocando mi temporal con fuerza. Pero que dolor tenía. Parpadee un par de veces y el teléfono seguía sonando sin ser contestado. Miré a mi alrededor, estaba en el pequeño sillón de la sala, frente a mi Taec roncaba con fuerza aun completamente dormido, parecía como si el fastidioso sonido no pudiese alcanzarlo. Me levanté tropezando un poco con el cuerpo que estaba dormido sobre la alfombra, pero aun así me las arreglé para llegar hasta el teléfono.

-Buenos días- dije con la voz adormilada y después fue acompañado por un bostezo.

-¿Cómo estuvo la sesión fotográfica? – La voz de Onew retumbó en mi cabeza.

-Bastante bien, aunque de último momento – mi cabeza dolía tanto que me tomó un momento notar que algo andaba raro – ¿Cómo supiste? – Dije cuando noté que no había hablado con mi hyung desde la tarde de ayer.

-Lo estuve leyendo en los estados de Key, parece que los tuvo trabajando en exceso. – Solo Key encontraría tiempo para contar a todos por internet todo lo que sucedía mientras trabajábamos como locos.

-Es mejor que Jonghyun no se entere. – Reí y me acerqué al refrigerador para conseguir algo de agua. Otra vez sufría de una cruda horrible, mi boca estaba seca, me sentía enfermo y la cabeza me estaba por explotar.

-¿Ayer hicieron fiesta? – Onew me preguntó y recordé como había empezado el final. Primero Jonghyun sacó una botella para acompañar el helado y luego Key llegó gritando que lo había logrado y luego se quejó de que Jonghyun era un ebrio pero comenzó a tomar también. De un rato a otro a había varias botellas y Taec bailaba sobre la mesa mientras Jonghyun cantaba karaoke y Key reía con intensidad mientras tomaba fotos.

-Algo parecido – dije mirando las botellas vacías esparcidas en la cocina.

-¿El alto de las fotos es el modelo que consiguieron? – Solo Onew podía ser tan curioso de la vida de alguien.

-Sí, su nombre es Taec – comencé a tirar las botellas en una bolsa de plástico.

-¿A qué hora se fueron a su casa?

-Nadie se fue, todos se quedaron a dormir aquí hyung.

-¿Hasta Key?-

-Sí, él está en el cuarto de Jonghyun.-

-¿Con Jonghyun? –

-Disculpa – una voz interrumpió en la cocina y dirigí la mirada a su procedencia. En el marco de la puerta blanca se encontraba Choi Minho con un aspecto impecable, parecía que ya se había duchado, peinado y traía un traje limpio -¿Iras al trabajo o algo así?- Abrí los ojos ampliamente y levanté mi vista al reloj de la pared.

-¡DEMONIOS! – Tiré la bolsa deprisa y tomé el teléfono – Perdona hyung, llegaré tarde.

-¡Espera Taemin! ¡No me has contestado! – Colgué deprisa y salí corriendo mientras el alto se movía de mi camino.

-¡KIBUM! – Corrí hasta el cuarto de Jonghyun pisando a este último que seguía sobre la alfombra.

-AIGOOO – Jonghyun se quejó sentándose completamente despeinado y miro alrededor para luego volver a acostarse abrazando uno de los cojines. –Aún es muy temprano nena.-

-¡Llegarás tarde al trabajo Key! – Lo sacudí un poco y el parpadeo un par de veces.

-¡WAAAA! ¿Qué hora es? – Key saltó de la cama y salió a la sala.

-Son las 8:15 – Minho habló mientras pateaba a Taec que parecía aún no notar nada.

-¡RAYOS! – Key tomó varias ropas que habían quedado regadas. -Préstame tu baño Taemin – Afirmé y luego lo vi correr y encerrarse en el baño.

-¿Cuánto va a tardar?- Taec preguntó con los ojos cerrados.

-Tratándose de Key – pensé un momento – posiblemente 40 minutos o más.

-Entonces está decidido, hoy llamaré para decir que estoy enfermo – Taec volvió a hablar y luego se acomodó en el sillón.

-¿Y él? – Minho señaló a Jonghyun que seguía aferrándose al cojín.

-Él no trabaja – pisé el estómago de Jonghyun y este solo se giró. – Creo que anoche trabajó por toda su vida.

-¿Y tú? ¿A qué hora debes estar? –Miré al alto.

-Yo entro a las 8:30 –miré el reloj de nuevo – mejor corro a vestirme.

-Te puedo llevar, yo entro a las 9:00.

-Está bien, no es necesario, queda cerca – me dirigí a mi cuarto y cerré la puerta detrás de mí. Ya era demasiado ahora Choi Minho era con el primero en cruzar palabras en la mañana, dormía en mi habitación y le seguía debiendo cada vez más favores.

Tras cambiarme en pocos minutos solo acomodé mi cabello y me dediqué a salir. Podría arreglarme en el baño del trabajo sin problemas, así que aun llegaría a tiempo si alcanzaba el autobús. Tomé mi mochila y puse mis gafas de una vez. En esos días era cuando fácilmente las olvidaba.

-¿Listo? – Escuché a alguien preguntar mientras salía y observé que Minho aún seguía ahí. –Vamos entonces, llegarás con más tiempo si te llevo – tomó sus llaves y saco.

-No es necesario – me volteó a ver y luego sonrió para ponerse detrás de mí y empujarme hacía la puerta.

-Yo digo que lo es – abrió la puerta y me hizo salir con él.- Además terminé durmiendo en tu habitación, solo fui un inquilino incómodo.

-El más incómodo de todos – dije mientras bajamos las escaleras.

-Por eso debo hacer las cosas convenientes ahora – dijo amenamente y llegamos hasta el lobby.

-Vamos – dijo y avanzó, solo pude quedarme observando su amplia espalda y seguro caminar. – Me volteo a ver y comencé a caminar de nuevo. Ya no hablamos, solo subimos a su auto y di las direcciones para quedarme observando el camino en silencio mientras íbamos en el coche de lujo.

-Llegamos – Mencionó y sacudí mi cabeza para despertar de mis pensamientos. Comencé a abrir la puerta.

-No lo soy – dije deprisa y el me volteo a ver con cara de confusión. – No soy nada seguro de mí mismo, de hecho esta experiencia ha sido incómoda y dolorosa. – Me bajé y él se bajó también del otro lado.

-¿Taemin?- Con solo decir mi nombre sabía que las cosas no estaban nada bien.

-Solo pretendía para no seguir siendo un perdedor ante ti, pero solo me da más y más coraje, por lo menos podrías haber sido fracasado o feo para que tuviese suficiente valor. Pero solo sigues mostrándote como alguien superior. – Me giré con dirección a mi edificio.- Sé que nos hemos encontrado por casualidades y yo te busqué una vez, pero prefiero que no nos volvamos a encontrar.-

Avancé todo el camino hasta la entrada pasé deprisa y llegué hasta el elevador. Suspiré y me miré en el espejo que formaba la pared trasera del estrecho espacio, con mis gruesas gafas. –No has cambiado nada Taemin miré al piso. Esos días había pensado que me podría enfrentar contra Choi Minho sin problema, pero él me había sobrepasado. Se había vuelto aún más brillante.

 

 

 

-PFF ¡Apestas a alcohol! – Jen tapó su nariz con sus dedos mientras yo pasaba a sentarme a mi cubículo.

-Anoche fue de locos.

-Sí, vi algunas fotografías en el Facebook de Key – dijo haciendo clic un par de veces en su computadora. – Aquí estas bailando con un chico alto, y aquí con un chico rubio y Key tiene miles de selfies.

-¡¿QUÉ?!- Me levanté deprisa para ver lo que estaba diciendo Jen. – Demonios, Key es un posteador ebrio – dije mirando todas las fotos y luego noté una en el grupo -¿Qué es eso?

– Jajajajaja posteador – se mofó de mi elevado uso de vocabulario – ¿Esto? – Jen seleccionó la foto que estaba señalando y al instante pude notar. –Es un chico durmiendo, no lo vi en ninguna otra foto ¿Qué está abrazando?

Me acerqué a ver la fotografía y me quedé mirando fijamente a las sombras obscuras.

-Parece… – Creí identificar lo que se trataba pero en ese momento mis pensamientos fueron interrumpidos.

-¡Ahí viene la jefa! – Corrí a sentarme mientras Jen cerraba la página deprisa.

Los peores días de trabajo definitivamente son aquellos donde debes luchar contra la cruda y el malestar mientras trabajas. Más si tus compañeras tienen una dieta rara de pescado y tofu apestoso. Deseaba no volver a beber nunca jamás pero sabía que no funcionaría hace unos días me lo había propuesto y al final había sido arrastrado de nuevo.

 

El día pasó tranquilo en el trabajo mientras veía la pantalla un poco más repuesto sin dejar de beber un vaso de agua tras otro. Voltee a ver mi celular que había estado apagado por un largo tiempo debido a que había olvidado conectarlo entre todo el ajetreo nocturno.

-22 llamadas perdidas – Jen mencionó mientras también observaba la pantalla -¿Dejaste embarazada a alguien?

-¡¿QUÉ?! – Le pregunté alarmado mientras desconectaba el teléfono y miraba la lista.

-No es posible – La chica del cubículo contiguo se asomó – Taemin no es así.

La miré desconcertado.

-¿Cómo es…? –Jen preguntó haciendo una cara de molestia después de mirarme observarla sin entender lo que sucedía.

-Pues me refiero… – Miró a otro lado donde alguien más se asomaba – es qué…

-Ella se refiere a…- la chica que se había asomado interrumpió – a que Taemin es un buen chico – dijo después de la pausa lo que me hizo quedar aún más desconcertado. Nunca había interactuado bien en situaciones sociales así que solo me limité a sonreír nerviosamente y luego me gire a mirar mi celular.

Jen se asomó por mi hombro y de reojo pude ver como una chica jalaba a la otra.

-No les hagas caso – Jen dijo suave y cambió el tema antes de que pudiese mencionar algo – todas son de Jonghyun.-

-¿Se habrá peleado con Key? – Pregunté mientras marcaba al celular de mi compañero. – ¿Jonghyun hyung? – Dije tan pronto se conectó la llamada algo preocupado.

-¡Taemin! – Soltó con fuerza mi compañero de casa por el teléfono – debes venir pronto.

-¿Sucedió algo? – Interrogué aún más intranquilo.

-Sí, se puede decir que sucedió algo grande, ya no tardes – colgó rápido y comencé a guardar mis cosas.

-¿Qué pasó? – Jen me miró alterada.

-No lo sé – tomé mi mochila – parece ser importante. Te cuento mañana – me levanté y me despedí con una reverencia antes de salir corriendo.

 

 

Llegué en un parpadeo afuera de mi edificio y me recargué en mis rodillas con ambas manos agachándome para tomar aire, después de tremenda corrediza. Tomé tres largos respiros y me adentré hacía las escaleras para subir con prisa. Seguí por el pasillo hasta la puerta y cuando la abrí el departamento se veía limpio de nuevo.

Inspeccioné alrededor esperando cualquier cosa que estuviese fuera de su lugar, parecía que el problema no residía ahí. Tal vez se trataba algo que había pasado a Jonghyun.

Entré a la cocina y tampoco pude verle. Miré hacía su puerta y me dirigí hacía ella, toqué un par de veces, pero como no hubo respuesta la abrí para encontrarme con la habitación vacía y más desordenada de lo acostumbrado. Giré de nuevo para ver alrededor, no entendía lo que sucedía. Jonghyun me había apresurado pero ni estaba ahí.

Me quité la mochila y me dirigí a mi habitación para dejar las cosas y tomar ropa fresca. Ya que Jonghyun no estaba y había salido algo temprano podía tomarme un baño para refrescarme y quitar el olor a alcohol de mi cuerpo. Luego podría hablarle.

Me desvestí sin problemas y salí con la toalla amarrada en mi cintura hacía el baño. El agua caliente me sentó muy bien mientras golpeaba mi espalda después de tallarme y lavarme salí del baño y usé la bata mientras me secaba el cabello.

Aún no había nadie alrededor cuando salí del baño, me dirigí a la cocina aún en bata y con la toalla en mi cabeza y abrí el refrigerador con la idea de tomar un poco de agua. Pero la lata de cerveza llamó más mi atención, no había nada mejor después de un baño caliente. Abrí la lata y me dejé caer en el sillón tomando mi celular para llamar a Jonghyun.

Pero luego una extraña idea llegó a mi mente y no pude librarme de ella mientras presionaba el celular entre mis dedos. Lleno de curiosidad me dirigí a mi habitación dejando el celular de lado.

Entré y me agaché debajo de la cama jalando la caja que había revuelto hace unos días buscando cualquier cosa que me conectara con mi Noona.

Pude ver mis viejos anuarios, fotografías, mis zapatillas de la escuela y luego miré el objeto que me había intrigado desde esa mañana. Tomé la chaqueta de mi uniforme de preparatoria y recordé la foto que me había enseñado Jen esa mañana.

-Estoy seguro que era esto – Miré la caja de nuevo, no podría saber si alguien había movido algo por que había revuelto todo hace unos días. Pero aun así esa foto aunque estaba obscura se podía ver a Choi Minho abrazando algo como esto. La caja estaba lejos del borde de la cama. – No creo que se estirara y la tomara – miré hacía el lugar donde se había quedado dormido, la caja estaba en el centro debajo de la cama, más hacía los pies -¡Waaaaa! – Desacomodé mi cabello con ambas manos – esto no tiene sentido – me dije volviendo a mirar la cama -¿Qué es lo que tramas Choi Minho?-

Volví a ver la caja esperando encontrar otra pista pero en ese momento la puerta del departamento anunció la llegada de alguien. Corrí hacía la sala esperando que se tratase de Jonghyun y me explicase lo que estaba pasando.

-¿Qué sucedió? – Pregunté al notar que el abría la puerta y luego se hacía a un lado.

-Ya no pasó nada – dijo con una sonrisa y luego miré asombrado al chico que le seguía cargando torpemente un bonche de bolsas con alimentos – he solucionado todo. – Dijo con orgullo y cerró la puerta después de que el chico de cabello castaño entró intentando no dejar caer nada – te presento a nuestra nueva criada.

-¡Oye! – El chico reclamó y varias de las bolsas se cayeron.

-¿Onew hyung? – Pregunté intrigado al verlo ahí mientras intentaba volver a levantar las bolsas sin soltar las otras.

 

 

 

 

 

-¿Por qué estás aquí hyung? –Pregunté mientras guardábamos todas las cosas en la cocina y el mayor solo me sonrió.

-Dile qué fue lo que hiciste esta mañana – Jonghyun dijo poniéndose junto a él su rostro lleno de alegría y abriendo la boca como siempre lo hacía cuando algo le parecía interesante.

-Renuncié a mi trabajo – dijo sonriendo y mi compañero afirmó mientras que abría amplio los ojos.

-Y… ¿Cuáles son tus planes ahora? – Jonghyun simuló acercar un micrófono cerca de la boca de mi primo. Este solo pudo subir su mano a su cabeza para rascar su nuca con una enorme sonrisa.

-Deseo abrir mi propio restaurante de pollo – terminó diciendo con anhelo.

-¿Pollo? – Pregunté sin saber que pensar.

-Sí, el mejor de la ciudad – dijo Jonghyun pasando el brazo por los hombros de mi primo.

-¿De esta ciudad? – Ambos afirmaron.

-Por eso se quedará con nosotros – Jonghyun  dijo sonriendo.

-¿Con nosotros? – Seguía sin poder conectar los puntos, el siempre responsable Jinki había renunciado a su trabajo y se había mudado de la nada en un abrir y cerrar de ojos.

-Solo es por un tiempo Taemin – dijo sonriendo y tomó un paquete de leche de banana para acercarlo a mí. Tomé la bebida de sus manos recordando cómo se había vuelto una costumbre de que comprara cosas como esa para mí desde niños.-Tengo ya mi primera inversión y no quiero gastar mucho tiempo buscando un departamento mientras abro el restaurante. Además hice un trato con Jonghyun.

-¿Un trato? – Pregunté al escucharlo mientras rompía el sello de la leche con una delgada pajilla y luego miré hacía la persona que empezaba a escabullirse por la puerta de la cocina -¿Qué trato hyung?- Volví a preguntar con una mirada aguda mientras sorbía de la leche.

-Eso… es – Jonghyun rio nerviosamente.

-Yo pagaré toda la renta mientras me quede aquí y haré las tareas de la casa – Onew dijo con orgullo.

-Hyung – Dije con voz firme y Jonghyun salió corriendo deprisa. Mi reacción fue seguirlo tan rápido como pudiese. Atravesó la puerta que daba al pasillo y le seguí sin detenerme, corrí tan rápido tras el intentando detenerle antes de que llegase a las escaleras al otro lado del estrecho recinto.

Estuve por alcanzarlo pero llegó antes a la puerta de las escaleras, para mi suerte rebotó después abrir la puerta cayendo de sentón en el piso como si hubiese golpeado contra un muro.

-Lo siento- se escuchó una voz hablar desde la puerta y me acerqué a ver de quién se trataba.

-Taec hyung- dije sonriendo al ver quien había detenido al fugitivo.

-¿De que estas hecho? – Jonghyun sobaba su nariz – ¿Acaso eres de ladrillo? – El alto extendió su mano y ayudó a mi compañero a levantarse -¿Qué te trae por aquí? – Jonghyun preguntó y luego miré que Taec sacaba su celular y lo dirigía hacia mí.

-Vine a entregar algo – el flash me cegó por un momento y luego sacudí mi cabeza.

-¡Oye! – Me quejé y luego me di cuenta que aún seguía en bata -¡Borra eso! – Intenté quitarle en celular pero el rápidamente lo metió en su traje.

-Es una moda interesante bailarín– dijo riendo – traigo algo de comer – enseño una bolsa de plástico que cargaba en su mano izquierda. –  Vamos, vamos.-

 

 

 

Cuando terminé de cambiarme salí a la sala donde estaban todos reunidos atacados de risa por las fotos de la noche anterior.

-No recuerdo haber usado esa cacerola de sombrero. – Dijo Jonghyun mientras pasaban las fotos.

-Yo no recuerdo haber bailado con Taemin – siguió mientras mostraba la imagen del celular.

Onew se asomó a verla y luego se recargó en el respaldo para seguir riéndose con fuerza.

-Yo no puedo creer que Key haya podido tomar y subir todas esas fotos después de beber tanto – dije mirando la pequeña pantalla.

-Es un fotógrafo experto – Taec dijo riendo.

-Una de las miles habilidades de Key – Onew agregó y todos lo volteamos a ver un momento deteniendo nuestras risas.

-Es cierto. – Interrumpí después de un momento -¿Qué era lo que venías a traer?-

-Aaaaa – buscó dentro del bolsillo interno de su traje, sacó un bolígrafo y lo acercó a mí.

-Mi pluma – dije tomándola con curiosidad.

-Minho me dijo que la entregara, al parecer se quedó en el coche esta mañana. –Agregó y afirmé, no me había dado cuenta que no tenía ese bolígrafo conmigo. A veces solo los dejaba perder.

-Gracias – dije un poco ido ¿Taec había venido solo para eso?

-No hay de qué – se puso de pie y tomó sus cosas. – Ya es hora de que vaya al gimnasio. – Se levantó y me miró de una forma rara. –Taemin ¿Me acompañas a la salida?

Lo miré confundido y afirmé. Jonghyun estaba por seguirme pero Onew lo detuvo pidiendo que le ayudar a terminarse los bocadillos. Salí con el alto sin entender lo que sucedía se había puesto algo serio. Bajamos el primer grupo de escaleras y en el descanso se detuvo por completo.

-¿Taec hyung? – Interrogué mientras lo veía congelado ahí.

-Taemin – habló con cierto nivel de seriedad – te lo diré amablemente porque me agradas. – Me quedé petrificado al escuchar eso. – No sé qué le hayas dicho a Minho, pero te aseguro que si lo vuelvo a ver así, no te lo perdonaré.

Después de eso me quedé petrificado en ese lugar, Taec se alejó en algún momento pero me quedé ahí, sin entender lo que había sucedido. No sé cuánto tiempo pasó pero cuando escuché pisadas en los escalones inferiores solo subí deprisa para volver al pasillo.

Me quedé fuera de la puerta un momento, en algún momento había dejado de pensar en lo que Taec había dicho y me había centrado en mis propios recuerdos.

 

Flashback

Estaba ahí, parado frente a ese chico con cabello negro algo largo, yo no le conocía.

-¿Qué quieres mocoso? – Preguntó mientras yo tomaba aire, había corrido por toda la escuela solo para encontrarlo.

-No te conozco. – Comencé y el chico me miró raro – tampoco sé lo que hiciste. –Seguí con un poco más de confianza – pero si vuelves a dañar a Kibum, tendré que hacer algo al respecto-.

El chico se mofó de mí y miró hacia otra dirección.

-¿También tú has caído en su acto de inocente? – Dijo sin volver a verme.

-No – dije con seguridad y dirigió su mirada a mí – él se ha vuelto en un amigo que quiero proteger.

-No gastes tu tiempo en personas como esa – se giró y comenzó a caminar. Lo odié en ese momento ¿Quién era él para decirme en quien debía gastar mi tiempo? ¿Por qué todos se guiaban por la apariencia que se le había dado a Key? ¿Por qué nadie se tomaba el tiempo para saber cuál era la realidad?

Fin del Flashback

 

Esas preguntas no dejaron mi cabeza, pero nunca pude abrir la puerta hacia mi apartamento. Una parte de mí bien sabía que debía ir a otro lugar. Me empecé a odiar a mí mismo mientras caminaba por la calle sin poder detenerme, sabiendo que no me gustaba el destino al que me dirigía. Pero una fuerza aún más poderosa que mi disgusto y mi pasado me seguían jalando.

Me pegunté varías veces que haría el héroe de mis historias, de seguro indagaría más en el asunto. También buscaría la bondad en aquello que parecía ser vil y ruin.

Pero esas solo eran historias ¿Verdad Noona? Este mundo si tenía villanos odiosos, no aquellos con una profunda carga emocional que justificaba sus acciones. Suspiré cuando noté que estaba afuera de esa elegante puerta en el amplio pasillo.

-Él no es tan malo- escuché la suave voz, aquella que me daba calor mientras acariciaba mi cabeza intentando consolarme después de ser golpeado. Pero no quería escuchar eso, la heroína de mi historia debía siempre salvarme a mí y mi orgullo masculino era pisoteado una y otra vez mientras me cuidaba como una hermana mayor.

-Él no es tan malo – volvió a resonar en mi cabeza y eso me indujo a tocar la puerta un par de veces. Por un momento no hubo ningún sonido pero después de un rato pude escuchar como los cerrojos de la puerta comenzaban a moverse.

-¿Taemin? – La persona detrás de la puerta preguntó lleno de asombro mientras sus ojos estaban rojos, posiblemente por el cansancio y se encontraba con pijama – ¿Todo está bien? – Preguntó preocupado y  se hizo un lado para que pasara al interior del amplio departamento – ¿Viniste caminando? – Volvió a preguntar aun sin obtener respuesta de mí.

Todo al interior del departamento estaba a obscuras apenas se podía ver unos cuantos hilos de luz atravesando por las ventanas. Ya era bastante tarde, me tomó mucho tiempo darme cuenta que habían pasado horas desde que Taec me había confrontado.

-¿Quieres algo de tomar? – Se dirigió hacia la cocina y lo detuve con el primer sonido de mi voz.

-Perdona- es todo lo que pude decir. No era nada bueno con las palabras, pero eso era todo lo que podía decir. Había odiado la forma brusca en que le había pedido que me evitara. Y le había culpado por nuestros encuentros que solo habían sucedido por casualidad.  Me estaba comportando como un malcriado como si todos los problemas fueran para mí y mi mayor odio era que él me estaba agradando, mi enemigo jurado, la persona que más debía odiar, ya no era tan mala persona. Simplemente temía por su brillo, porque debía ser así con alguien que cambió para bien. Podía seguir odiando al universo por no castigarlo pero eso no solucionaría nada.

-No debes disculparte- dijo sonriendo y siguió a la cocina. Como lo odiaba, definitivamente lo odiaba -¿Quieres algo de comer? – Se asomó antes de entrar.

-Te odio Choi Minho – Dije bajo y él se quedó en silencio mientras tomaba cosas del refrigerador – Dije que te odio – subí un poco la voz.

-Escuché a la primera – dijo tranquilo y comenzó a cortar fruta.

-Por lo menos debes decir algo – me acerqué a él lleno de ira. Porque no solo me confrontaba, porque debía seguir con esa falsa amabilidad. Soltó el cuchillo y me volteó a ver.

-Si eres seguro de ti mismo, nunca has sido un perdedor – comenzó a levantar la voz – ¡No soy nadie superior a ti! ¡Y también te odio!-

-¡YO TE ODIO MÁS! –Respondí deprisa – ¡ODIO QUE MUESTRES ESA FALSA SONRISA Y PRETENDAS SER AMABLE!-

-¡YO ODIO QUE TE MUESTRES COMO UNA VÍCTIMA TODO EL TIEMPO!- Se alejó de la mesa y tomó el cuello de la camisa.

-¡TU FUISTE QUIÉN ME VOLVIÓ LA VÍCTIMA! –Dije sin contenerme con el deseo ferviente de seguirle gritando a Choi Minho.

-¡NO TIENES NINGUN DERECHO A DECIRME QUE YA NO TE VEA! – Dijo avanzando, empujando mi cuerpo contra la pared.

-¡ES MI ÚNICA MANERA DE LUCHAR CONTRA TI! –Tomé el cuello de su camisa de la misma forma que él tomaba el mío.

-¡YO NUNCA HE PODIDO LUCHAR CONTRA TI! – Se quedó anonadado y pude ver cómo me miraba fijamente fue soltando el agarre de mi cuello despacio y poco a poco bajó sus manos. –No puedo luchar contra mí – agregó suave.

-Tonto – solo pude decir eso y solté su cuello – ambos pensamos que debíamos luchar el uno contra el otro. – Me senté en una silla y él pasó a sentarse al otro lado de la mesa para quedarnos en silencio un momento.

-Me volví amable por tu culpa – dijo después de un momento y lo miré asombrado. – Siempre envidié tu absurda y molesta amabilidad, la veía tan falsa. Pero al final solo quise ser así de amable.

Me burlé de él por un momento y luego volví a hablar – yo imité tu odiosa confianza en ti mismo y el deseo de ponerme primero ante todos los demás. – El comenzó a reír y le miré confundido.

-Odiamos la parte de nosotros que hay en el otro – dijo sin dejar de reír y después de razonarlo también comencé a reír. De verdad odiaba esa amabilidad porque sentía que lo hacía débil y no podía confrontarlo, era aquello que siempre había odiado de mí.

Reímos por un buen rato, frustrados de que no podíamos enfrentarnos a nuestros pasados yo por qué ya no existían y exasperados porque habíamos dedicado tanto tiempo en esa extraña meta. Después comenzamos a comer mientras seguíamos enunciando tonterías que habíamos cometido, éramos tan estúpidos los dos, pero Choi Minho me ganaba.

-¿Entonces de verdad no me pudiste reconocer en el club? – Dije tomando del té que había servido el alto. El miró en otra dirección antes de contestar.

-Tu cabello cambia de color ¿Cómo quieres que te reconozca todo el tiempo?-

-Vaya forma de herir mi orgullo, por lo menos debías recordar mejor a tus víctimas.- Pensé por un momento y dejé la taza caer en la mesa con un golpe -¡Pero reconociste al instante a Key!-

-Key es peculiar por todos lados –se atrevió a agregar y solo pude reír, estábamos simples desde que habíamos descubierto nuestra torpeza. Mi risa se detuvo un instante mientras bostezaba ampliamente, el cansancio me había alcanzado.

-Debemos dormir – el chico se puso de pie – puedes quedarte en mi cuarto, dormiré en el sillón. – Negué en ese mismo instante.

-No seas amable- me levanté y caminé hacía la puerta.

-No seas orgulloso – me miró fijamente y luego se giró.

-Duerme en el sillón mosca, luego me culparás si te pasa algo en la calle mientras vas a casa – sonreí al escuchar ese tono.

-En ese caso dormiré bien – corrí y me dejé caer en el sillón estirándome a lo largo – si me haces algo mientras duermo me las pagarás Choi Minho.

-Lo mismo digo Lee Taemin – dijo entrando a su habitación y cerrando la puerta.

-Descansa Minho – agregué suave mientras cerraba los ojos.

 

 

 

-¡Por fin! ¡Llegó el fin de semana! – Jonghyun gritó el viernes en la noche al salir de la regadera solo con una toalla en la cintura. Mi primo Onew y yo volteamos a verlo un momento por el escándalo que había armado y luego regresamos a ver la televisión mientras comíamos galletas.

-¡Anímense chicos! – Dijo parándose frente a nosotros bloqueando la tele y ambos solo movimos la cabeza a un lado para seguir viendo. -Vamos, tenemos que estar pronto en el bar.

-¿Tenemos? – Pregunté sin dejar de ver el programa.

-Sí, hoy es importante, andemos – Jonghyun se movió – yo iré, primero espero verlos ahí a las 10:00.

Ambos escuchamos eso, pero estábamos molidos. Miré el reloj y apenas eran las 6:00 así que decidí esperar. Jonghyun se arregló y salió del departamento después de una hora y nosotros nos quedamos ahí. Esa semana había dormido mal dos días y luego había ayudado a Onew corriendo de un lado a otro buscando una buena locación para su restaurant.

El teléfono sonó después de un rato mientras seguíamos viendo la televisión.

-Bueno- levanté mi celular mientras estaba recargado en el sillón  y Onew estaba sentado en el piso frente la mesita.

*¿Ya vienen?* La voz de Key preguntó desde un lugar bastante ruidoso.

-¿A dónde? – Dije medio ido.

*Pues aquí, al bar* Parpadee un par de veces al escuchar eso *Jonghyun se presenta a las 11:00*

-¡La canción de Jonghyun! – Dije levantando la voz y miré a Onew que me observaba con una galleta en la boca confundido -¿Qué hora es? – Pregunté mientras corría a la puerta a ponerme los zapatos.

-Son 10:15, me dijo que estarían aquí a las 10:00 para ayudarle – miré hacia Onew y le empecé a hacer señas con las manos para que se apresurara.

-Llegamos en 15 minutos Key – Onew se apresuró al escuchar y solo tomé las llaves antes de salir del departamento.

Corrimos a buscar un taxi en la calle frente a los departamentos. Era algo difícil para un viernes en la noche, pero no había mucho tiempo. Al final detuvimos uno en la parada del autobús y con el tráfico tardamos aproximadamente treinta minutos en llegar.

Entré corriendo al bar para notar que debía regresar porque mi primo se había tropezado. Tras ayudar a Onew volvimos a entrar.

-¿Dónde se habían metido? – Key preguntó tan pronto nos acercamos a la mesa en donde estaba.

-Es una historia complicada – dije algo avergonzado intentando no tener que explicar que nos habíamos quedado viendo tele y olvidado el asunto por completo.

-Nos quedamos viendo tele – mi primo soltó sin vergüenza y solo pude apenarme. Kibum me lanzó una fuerte mirada y luego miró hacía Onew.

-Si serán primos – se quejó y las luces del bar bajaron en intensidad y las del escenario fueron encendiéndose.

El escenario era pequeño y estrecho, cuando se presentaba una banda apenas había espacio para la batería. Pero ahora había solo un banquito y un micrófono.

-¿Va de solista? – Key me preguntó acercándose a mi oído y afirmé. Le estaba por decir que había dejado su banda cuando Jonghyun entró al escenario dejándome asombrado. No tenía su look rockero, ahora traía una camisa y pantalones pegados. Estaba de azul marino y blanco y había cambiado su peinado por algo más suave.

Hizo una reverencia y se pasó a sentar con su guitarra acústica. Miré alrededor y noté que también los asistentes eran diferentes a lo normal. Siempre que había estado ahí para una presentación de Jonghyun las personas que estaban en el lugar tenían una vibra más pesada y había mucho cuero negro, ahora todo se veía más bohemio y tranquilo, hasta Key encajaba en ese lugar.

-¿Es un nuevo género para él? – Onew preguntó y me asombré al verlo ahí, en algún momento se había movido entre Key y yo.

-Sí, es la primera vez que compone una canción así – dije sonriendo al escuchar sonar el primer acorde de una suave melodía.

-¿Lo es? – Key preguntó asombrado y miró fijamente al escenario, la música era suave y agradable. Me costaba pensar en pasos de baile para ella, pero la letra sonaba tan sincera y hermosa.

Por un rato pensé que si las heroínas de mis libros tuviesen un tema musical sería algo así. Con leves notas suaves y una voz fuerte insistente en el deseo de poder hacer que sus sentimientos alcancen a esa persona que hasta ahora solo ha aparecido en sus sueños.

Solo fue una canción pero al final todos aplaudieron como si se hubiese tratado de un concierto completo. Jonghyun hizo una reverencia y salió sonriendo mientras sujetaba su guitarra con fuerza.

-Tiene muy buena voz – mi primo mencionó mientras nos volvíamos a sentar después de haber aplaudido de pie. Noté que Key no se había sentado y seguía observando hacía donde Jonghyun había salido. – Vamos por una cerveza –Onew tomó de los hombros a Key y se acercaron a la barra, volví a ver hacía el escenario. Tal vez debía ir a felicitar a Jonghyun, no sabía cuánto tiempo estaría ahí.

Me levanté pero no tardé en chocar contra alguien debido a que me dedicaba a ver hacia el escenario. -Cuidado bailarín – el muro contra el que choqué dijo alegre.

-Taec hyung – sonreí al verle – voy a felicitar a Jonghyun.

-Yo tengo una cita justo ahora – señaló hacia la puerta donde una chica con un vestido rojo apretado esperaba con los brazos cruzados – ¿Le puedes decir que estuvo genial? – Afirmé entre el bullicio de la gente hablando y luego me despedí solo moviendo la mano.

Logré llegar hasta detrás del escenario, pasando entre varias chicas. Esto de seguro se le subiría a la cabeza a Jonghyun, volvía chocar entre la multitud.

-Perdón- disculparme fue mi primer reacción pero luego levanté mi vista.

-Ya estás agrediéndome mosca- Minho estaba parado contra la pared del estrecho pasillo y había chocado directamente con él.

-Solo es una más de las que te debía – me recargué a su lado también recargándome contra la pared – ¿Has visto a Jonghyun?

-Se está cambiando – miró alrededor a todas las chicas que esperaban – parece como si ya fuese una superestrella.

Cada vez que la puerta se abría las chicas se empezaban a empujar de un lado al otro y armaban un escándalo. Varias veces intentamos evitar ser golpeados, pero al final una chica empujó a otra contra nosotros.

-¡Fíjate! – Empezó a decirme y luego levantó la vista hacía Minho. –Perdón oppa – agregó en un tono de voz diferente.

-Espera – la miré fijamente – tu estuviste en nuestro departamento.-

-¿Taemin? – Se acercó a verme y yo afirmé. Ella había estado una mañana ahí y había desayunado conmigo hotcakes mientras Jonghyun estaba desaparecido.

-¿Se conocen? –El alto nos preguntó y ambos afirmamos.

-Conocí a Taemincito cuando salía con Jonghyun – acarició mi cabeza como si fuese un cachorro o algo así.

-Taemincito – crucé los brazos simulando estar molesto y Minho se atacó de risa.

-Taemincito – se volvió a reír con fuerza después de pausar un momento para soltar el apodo.

-Aaaa – la chica se giró – Jonggie está por salir – la puerta se volvió a abrir y todas las chicas se abalanzaron.

-Mejor deberíamos felicitarlo luego – Minho dijo con sabiduría y yo afirmé.

-¿Qué es este escándalo? – Alguien preguntó junto a nosotros.

-Quieren ver al cantante de hoy – el alto contestó y volví a afirmar. Para luego voltear y darme cuenta que se trataba de Jonghyun.

-¿Qué haces aquí? – Pregunté asombrado al verlo con su ropa común y su peinado regular, junto a nosotros.

-¿Cómo qué qué hago aquí? –Me dijo tranquilo. – Me acabo de presentar.

-Shhh – Minho cubrió su boca – tus fans te van a hacer pedacitos. – El bajito movió la mano del alto de su boca.

-¿Mis fans? – Jonghyun miró al grupo que seguía dando empujones para pasar por la puerta.

-¡Jonghyun! – Una chica grito y varias se giraron.

-Aaaaa – Jonghyun afirmó un par de veces – esas no son fans – tomó la guitarra que estaba recargada en la pared deprisa – son exes – y salió corriendo después de eso hacía la puerta al final del pasillo que daba hacía el callejón.

Varias del grupo de chicas no tardaron en seguirlo y otras se quedaron ahí como derrotadas.

-¿Tantas exes? – El alto preguntó mientras nos dirigíamos de regreso a las mesas del bar y afirmé.

-¿Taemin? – Alguien más me llamó y me giré para ver que se trataba otra de las chicas, me asombró que no hubiese notado que conocía a varias en el grupo.

-Hola Noona – hice una reverencia a la chica y esta me imitó.

-¿Cómo ha estado todo? – Preguntó con cierto cuidado y me vino a la mente que tenía tiempo sin verla, ella había salido con Jonghyun cuando… mi mente pasó de un lugar a otro -¿Taemin? – Volvió a preguntar  y me sacó de mis pensamientos.

-Lo siento, todo ha estado mucho mejor – dije sonriendo nerviosamente y ella me sonrió.

-Quería saber si podría pedirte una cita – incliné un poco la cabeza.

-¿Con Minho? – Señale al chico alto que estaba tras de mí.
-No – la chica negó nerviosamente – me refiero…-

-No seas tonto – Minho me pegó en la nuca pero no con fuerza – quiere una cita contigo-.

-¿Conmigo? –Me señalé confundido y la chica afirmó con la cara roja. Me sentí un poco avergonzado por ponerla en esa situación -¿Está bien el próximo fin  de semana? – Pregunté sin saber que más decirle.

-Claro – la chica tomó mi teléfono de mi mano y empezó a escribir su número. –Me llamas luego para decidir a donde vamos – me sonrió y volvió a hacer otra reverencia antes de irse despidiéndose alegremente.

Minho comenzó a avanzar –tomemos una cerveza – dijo algo serio y afirmé sonriendo. Fuimos hasta el bar por las bebidas y luego volvimos a la mesa donde estaban Key y Onew platicando tranquilamente.

-¿Dónde te habías metido? – Key preguntó demandante y luego le lanzó una mirada a Minho de desagrado.

-Fuimos a felicitar a Jonghyun, pero fue algo imposible- me senté y bebí de la espuma sonriendo.

-Y luego la mosca consiguió una cita – Minho agregó antes de tomar un largo trago a su cerveza.

-¿Con quién? – Key miró alrededor analizando a todas las chicas del bar.

-Es una Noona que conozco – dije tranquilo, no pensaba darle tanta importancia. Solo deseaba mostrarle a ella que me encontraba bien.

-¿La conozco? – Afirmé y suspire un poco mirando las pequeñas burbujas de la cerveza moverse. -¿De dónde? – Key siguió interrogando.

-La viste en el hospital – dije serio y suave dejando a Key en silencio.

-Deberíamos comer algo – Onew cambió el tema e intenté mirar hacia el lado discretamente, para saber si Minho había puesto alguna cara de curiosidad ante el tema que todos los demás entendíamos sin tantas palabras y del cual no se permitían hablar frente a mí.

-Creo que deberíamos ir a un club mejor – Key dijo lleno de energía.

-Yo paso – formé una cruz con mis brazos – la última vez que fui a un club desperté en la cama de un tipo arrogante.

-Yo también, la última vez que estuve en un club un tipo terminó vomitándome – el alto agregó tranquilo y decidí darle un codazo en las costillas.

-En ese caso iré solo –Key se puso de pie.

-Yo también voy – Jonghyun dijo riendo recargándose en mi hombro y el de Minho.

-Wow, sobreviviste – Minho agregó y bebió más de su cerveza.

-Es mi habilidad especial – Jonghyun sonrió -¿A dónde vamos?-

-A un club – Key se puso sus lentes obscuros.

-Yo también voy – Onew se levantó rápido y miré a todos listos.

-Rayos, vamos pues – dije bebiendo rápido mi cerveza y levantándome.

-¿Y tú altote? – Jonghyun miró a Minho con ojos suplicantes.

-Ya qué – se levantó. –Aunque no estoy vestido para ir a un club.

-Yo tampoco – me atreví a decir antes de que Key lo señalara.

-Ni Onew – nuestro fashionista amigo se fue contra la última víctima que quedó.

-Wow ¿Entonces califico como vestido? – Kibum comenzó a avanzar.

-No, pero para ti ya no existe ninguna esperanza-.

 

 

Al final había sucedido de nuevo, me habían dejado solo en la pista de baile. No sé por qué seguía intentando ir a clubs con Kibum. El primero en desaparecer había sido Jonghyun que se había ido tras una chica, luego había llegado otra de vestido negro corto y había jalado a Minho del cuello de la camisa.

Key no tardó en encontrar un chico con quien coquetear y Onew… creo que mi primo era más lamentable que yo, solo había ido tras de Kibum para vigilar que estuviese bien. De un momento a otro me sentí cansado, no había parado de bailar desde que habíamos llegado y me había comportado bastante bien. No había bebido nada ahí, parecía que era el momento de marcharme.

Pero no pude alejarme del lugar porque alguien tomó mi muñeca, me giré rápido a ver y se trataba de Minho quien sonreía amplio.

-¿Estás bien sacamocos? – Pregunté acercándome a su oído notando lo enrojecido de sus mejillas. El negó aun con una sonrisa. Miré alrededor y lo jalé para salir de la pista.

-¿Tomaste demasiado? – Dije cuando entramos al baño.

-Mira, estamos otra vez en un baño – por alguna razón eso me causo un poco de gracia.

-Mójate la cara chico que remarca lo obvio – él se acercó al lavabo y abrió la llave solo para terminar vomitando ahí. –Rayos – maldije mientras lo movía de ahí pasando su brazo por mis hombros para ponerlo en el siguiente lavabo y limpiarlo un poco -¿Me éstas haciendo pagar por la de la otra vez? – Interrogué mientras limpiaba su rostro con papel de baño y agua.

-No, no más que pagar, aún debo mucho – empujó mi mano.

-Muy bien, hora de marcharnos –volví a pasar su brazo por mi hombro y lo llevé hasta la salida. Lo senté en una de las bancas que estaban en la calle y empecé a buscar un taxi.

-Waaa, por que no pasa ninguno – dije exasperándome y sentándome junto a Minho que estaba ya casi dormido.

-Soy un fenómeno – habló suave y luego comenzó a llorar – soy un engendro – empezó a golpear su pecho.

-Hey, deja eso – intenté detenerle.

-Lo soy – empujó mis manos – hasta esa chica lo dijo.

-No debes hacer caso a lo que digan  – dije volviendo a levantarme para seguir buscando un taxi.

-Tú no sabes, tu eres normal –miré a Minho retorcerse en la banca. – Siempre es tan vergonzoso… perdona soy gay… ¿Por qué debo decir perdón? – Me acerqué a él y me puse de cuclillas mientras lo veía seguir presionando su cabeza con ambas manos, sin dejar de llorar. – Debo disculparme porque soy una aberración, ya no tengo ni una pisca de orgullo.

-¡Nadie es una aberración! – Lo regañé fuerte y claro, y él alzó su vista para verme fijamente. – Tu mismo estás hiriendo tu orgullo – dije un poco más suave – seas lo que seas no tiene nada de malo. – Me abrazó tan rápido que me quedé sorprendido, simplemente se quedó sentado en la banca y apoyándose en mi cuerpo aun en cuclillas. – Te guste lo que te guste siempre serás el sacamocos Choi Minho – dije dando un par de golpecitos en su espalda. Y luego lo escuché roncar sobre mi hombro. –Desgraciado Choi Minho, como te odio-.

 

 

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Not My Highschool Sweetheart +Capítulo 02+

Dos cabezas piensan mejor que una

-Subí cojeando las escaleras que guiaban al piso de mi departamento, maldecía internamente porque el ascensor estaba averiado. No tardé en empezar a escuchar algunos gritos cuando alcancé el pasillo que dirigía a la puerta numerada.

-¡Tenemos que encontrarlo!- Una voz aguda retumbó en el pasillo y luego un estruendo

-¡Ya deja de correr de un lado al otro, estás haciendo un desastre!- la segunda voz volvió a sonar.

-¡Pero no llega! ¡Pudo pasarle cualquier cosa!

-¡No me jales! ¡Tú fuiste quién lo perdió!

-¡Solo lo dejé de ver por un segundo!

-¡De seguro estabas coqueteando con alguien!… – Un silencio incómodo se emitió entre los gritos mientras alcanzaba la perilla de la puerta con el número 35.

-¡¿Lo abandonaste por estar coqueteando?!- Tomé mis llaves mientras sonreía, de verdad eran peculiares mis amigos.

-¡Lo dices como si tu no coquetearas todo el tiempo! – Key alzó el tono de nuevo y abrí la puerta intentando esconder mi sonrisa.

-¡Vez! Ahí está – Señaló Jongyun hacía la puerta y se dejó caer en el sillón y Kibum corrió hacia mí y sujetó mis hombros.

-¿Dónde te habías metido? ¿Por qué llegas hasta la 1? –Miró su reloj – ¿Te hicieron algo? – Comenzó a verme alrededor.

-Yo … – intenté explicar pero fui interrumpido.

-¿Conociste una chica? – Jonghyun se acercó sonriendo – ¿Estaba buena?

-No –negué rápido con las manos.

-¿No estaba buena? Entonces solo fue para liberar la calentura – volví a negar.

-¿Pero qué estás diciendo? –Key me alejó de Jonghyun – Taemin solo llega a ese punto con una chica cuando la conoce bien – volví a negar sin que me dejasen hablar -¡¿Tú también eres como esté?!- Key señaló a Jonghyun inquisidoramente.

-¿Cuál este? –Jonghyun empujó su mano – ¡Yo tengo un nombre!

-¡Ya basta! – Me puse en medio de ellos.

-¿En casa de que chica estuviste anoche? – Jonghyun me volvió a preguntar.

-No estuve en casa de una chica – dije dejándome caer en un sillón.

-Entonces, ¿de un chico? – Key se me acercó sentándose a mi lado y yo afirmé suspirando un poco.

-¡WAAAAA! – Jonghyun comenzó a despeinarse – ¡Ya lo descompusiste!

-¡Yo no he descompuesto a nadie! – Key volvió a verme después de gritarle – Taemin ¿Desde qué momento sentiste este tipo de inquietud?

-No, no, no – reí mientras negaba- me quedé en casa de un chico, pero no de esa forma.

-¿Entonces? – Key me miró y Jonghyun se agachó frente a mí para ver mi cabizbajo rostro.

-Ayer me puse bastante mal y alguien me ayudó. Como no supo dónde vivía me llevó a su casa.

-Eso es muy peligroso – Key dijo mirándome con preocupación.

-Tienes suerte de haber encontrado a alguien tan amable – suspiré de nuevo ante las palabras de Jonghyun.

-Es cierto, es demasiada amabilidad – suspiré pesadamente – tanto que no me lo creo.

-¿Revisaste tu cuerpo? – Key mencionó y levantó mi rostro para ver mi cuello – ¿No te habrán hecho algo? – Negué mientras este levantaba mis mangas y veía mis brazos, de seguro buscaba cualquier indicio de agujas, drogas, marcas o cualquier otra cosa que su fatalista mente imaginara.

-Existen las personas amables – Jonghyun dijo a Key.

-No seas un confianzudo, eso es extremadamente raro –Key mencionó y volvió su mirada a mí.

-Lo más raro – hice una pausa al decir esto – es que era Choi Minho – Key me soltó y se hizo un poco para atrás.

-¿Choi Minho?- Preguntó y luego nos quedamos en silencio.

 

-¿Este Choi Minho es quien te molestaba en preparatoria? – Jonghyun tomó un sorbo de café. Nos habíamos movido a la cocina y Key estaba preparando de comer después de servirnos tazas de café. Key tendía a cocinar cuando estaba nervioso o preocupado.

-Este chico molestaba a todos en la preparatoria– Key dijo y soltó algo en el aceite causando un fuerte sonido. – Solo nos hacía los días insoportables.

-¿A ti también te molestaba? – Key se quedó en silencio.

-No tanto como a Taemin- dijo y encajó el cuchillo con fuerza en la tabla – molestarme a mí solo era el pan de cada día en esa escuela. Pero a Taemin nadie más que Choi Minho podía molestarlo, se volvió su juguete preferido.

-¿Y eso por qué? – Jonghyun preguntó tomando una galleta de las que estaban al centro de la mesa.

-Estaba loco – Key dijo como si esa fuera la única razón.

-Creo que es porque le agradaba a noona – dije razonando, por mucho tiempo para mi esa era la razón. Pero no pensaba alejarme de ella solo porque Minho me molestara.

-Pero eso fue hace mucho, suena como que ahora está arrepentido de todo – Jonghyun dijo y Key giró para verle molesto.

-No tiene perdón – Key sentenció y puso dos platos en la mesa con un fuerte golpe. –Ahora coman, luego me encargaré de él.

-No hagas nada Key – sonreí – creo que ese ha sido el cierre para mí – dije con orgullo y comencé a devorar la comida. Me hacía tanta falta, parecía que mi apetito se había agrandado tras el desayuno en la casa del saca-mocos.

Si hay un día que odio por excelencia, es el lunes. Los lunes en la mañana son tan insípidos y dolorosos que hasta tomar el desayuno cuesta, el tiempo nunca alcanza y todos tienen esa cara de pocos amigos.

De algún modo llegaba a mi escritorio en la abarrotada oficina y dejaba el maletín al lado para comenzar a llenar números en la computadora tras ponerme mis gafas.

-¡Taemin! – Escuché una alegre voz y la chica de traje gris con una falda algo corta se sentó en mi pequeño escritorio. – Tengo una duda sobre algo que hace mi novio – la voltee a ver y la chica del cubículo contiguo se asomó.

-¿Qué sucede? – Pregunté sin dejar de ver la computadora  y seguí agregando los números en las celdas.

– Descubrí un mensaje algo perturbador en el celular de mi novio

-¿No es ya la segunda vez? – Dije un poco fastidiado, algunas de esas chicas nunca aprendían, salían con completos bastardos

-¿Cómo lo descubriste? – La pelirroja del cubículo contiguo se asomó.

-Dejó su celular en la cocina y no pude evitarlo – dijo bajando la mirada hacia sus piernas y yo me separé de la computadora, me recargué en el respaldo de la silla y bajé un poco mis lentes para clavarle la mirada.

-Creo que cuando has perdido la confianza es imposible que vuelva ¿Por qué le diste otra oportunidad?- Mi compañera de área se paró detrás de mí y otras comenzaron a acercarse poco a poco.

-No sabes lo difícil que es encontrar a alguien en estos tiempos, todos los chicos quieren estar con mujeres que parecen modelos. Por lo menos él me ha considerado a mí.

-¡Queeeeeee bobaaaa! – La peliroja dijo y se regresó a su cubículo.

-No seas así Jen – reí un poco mientras intentaba fingir un regaño a mi compañera. – Creo que no te estás considerando a ti misma, no tienes por qué ser la carta segura de este chico.

-Taemin tiene razón – otra chica se acercó y le puso una mano en el hombro – no vale la pena si te engaña dos veces.

-¡No vale la pena si te engaña aunque sea una! – Corregí cruzando los brazos – es mejor que esta vez sí lo termines, no importa cuántas flores o si te hace sentir culpable por leer su celular.

-¿Pudo ser un mensaje qué llegó a un número equivocado? – Otra se acercó a preguntarle mientras la chica comenzaba a sollozar.

-Tenía su nombre y no solo era uno de ese número – suspiré y me puse de pie tomando un pañuelo y se lo entregué con cuidado – creo que desde que decidiste ver en el celular ya sabías que era tiempo de terminar todo. – Le dije con una sonrisa.

-No quiero estar sola – la chica limpió sus lágrimas.

-Mejor estar sola que mal acompañada – las demás afirmaron y siguieron consolándola.

-Lo que tú necesitas – la pelirroja se volvió a asomar – es una pieza de avanzada tecnología. – Todas la voltearon a ver de nuevo. – Me acaba de llegar nueva mercancía, consoladores de alta calidad que responden al sonido, entre más fuerte hables más rápido vibrarán.

Unas voltearon a verla con cara de asco y otras se acercaron a ella -¿De verdad? – Jen afirmó.

-Ahora les muestro el catálogo – abrió su cajón y sacó una revista algo gruesa.

-¿Qué pasa si gritas de dolor si algo salió mal? – Pregunté riendo un poco.

-Que miedo Taemin – una de las chicas que tenían el catálogo dijo mientras que veía el catálogo.

-No habría razón para gritar de dolor, viene con un manual, no teman – Jen sostuvo una mirada asesina. – Los hombres ya no son necesarios para nada.

-¡La jefa! – Me volví a sentar deprisa cuando mi compañera corrió al lugar, las que quedaban se alejaron del escritorio y Jen corrió a guardar el catálogo.

Se suponía que esta semana estoy libre de mi sesión pero aun así creo que puedo dedicar unas palabras a Jen. Puede que sea la persona con quien más tiempo paso. Ella es… rara, creo que es la palabra perfecta para describirla.

Una mujer fuerte y decida, una femenista extrema y tiene su propia tienda para adultos. Cuando la conocí tuve miedo por algún tiempo, era muy sería y cada vez que me reía por algo parecía molestarse por que toma su trabajo muy serio.

Poco a poco me di cuenta que era una persona muy atenta, muy amable y se preocupaba por todos en el trabajo. Las chicas siempre terminaban en nuestra área de labor por que necesitaban un regaño para seguir con sus vidas.

Ella siempre me ayuda con los pendientes, almorzamos juntos muchas veces y somos quienes se quedan en los proyectos hasta tarde. También se puede decir que ella me salvó la vida.

-¿Tienes libre el día de hoy? – Afirmé mientras comía grandes bocados de arroz. – Eso es bueno, has estado yendo al psicólogo demasiado.

-Solo han sido unos días – sonreí después de tragar todo dando un par de golpes en mi pecho.

-Pero aun así, parece que has avanzado mucho últimamente – Jen dijo y dio un sorbo a su té.

-Creo que es porque cerré un ciclo – la chica sonrió.

-Por un momento me preocupaste mucho – siguió mientras miraba al exterior.

-No fue mi intención – miré hacía el piso arrepentido, creo que había causado más problemas de los necesarios por mi infantil decisión.

-Sé que no fue tu intención, pero siempre estás diciendo a todas las chicas que se aprecien y que son muy importantes.

-Lo sé, lo sé – rezongué como adolescente a su madre.

-¿Has pensado en salir con alguien? – Me preguntó acercando su mirada hacía mí. – Muchas chicas en el trabajo creen que eres asombroso y muy lindo.

-Yo creo – suspiré y miré hacía la puerta- que aún no estoy listo.

-Yo creo que sí, pero quieres que la chica de tu pasado te dé su permiso.

-¿Permiso? –Le miré curioso.

-Si algo como hablar con ella, jurarle que no la vas a olvidar y que harás de todo a su lado aunque no estén cerca.

– Pero está en el extranjero –dije recordando el día que la vi subirse en aquel avión.

-Puedes hablar con ella aunque no esté – me sonrió – si tienes un objeto u foto de ella solo dile cómo te sientes.

Era verdad, había leído esta receta varias veces en los libros, películas y demás que leía. Solo debía vivir una vida digna siempre honrándola y así poco a poco podría ir siguiendo por ambos.

-Ya vámonos, no podemos volver tarde al trabajo – se levantó deprisa dejando las cosas en la basura.

-¡Espera Noona! – Me levanté deprisa intentando alcanzarle.

-¿Cuál Noona? – Ella siguió con el paso rápido bastante molesta.

-Lo siento Jen – dije mientras me apresuraba –no te volveré a decir noona, lo prometo.

Al terminar en el trabajo corrí a casa tan rápido como pude. Entré dando un portazo y llegué hasta mi habitación para arrastrar una gran caja de cartón.

-¿Dónde está? – Me pregunté mientras introducía mitad de mi cuerpo buscando entre mis viejas pertenencias de recuerdos lejanos.

-¿Por qué tanto ruido? – Jonghyun llegó tallando sus ojos, de seguro acababa de despertar.

-Busco cualquier cosa que pueda servir para establecer una conexión.

-¿Conexión? – Me senté en el piso y suspiré.

-Pero no tengo nada, todo era doloroso de tener cerca.

-No sé qué buscas, pero cuando yo necesito algo siempre hay alguien más que puede tenerlo o conseguirlo ¿Si es algo de tu pasado puede ser Key?

Negué – Key prefirió no guardar nada de la preparatoria, dijo que ellos no lo valían.

-Yo creo que sigo viviendo en la prepa con mis mismos amigos, supongo que hay algún compañero también enfrascado en ese momento.

-¡Tienes razón! – Me puse de pie deprisa lo cual causó que Jonghyun se fuese para atrás – hay alguien que tiene más conexión. –Tomé mi mochila – no tardaré.

-¿QUÉ? – Salí corriendo mientras Jonghyun seguía en el piso mirándome y preguntándose qué había sucedido.

Volví a ver el reloj, llevaba un largo rato sentado en el mismo lugar. Miraba la alfombra roja de ese pasillo y las masetas con plantas que parecían ser tropicales.
-Este lugar parece caro – volví a ver el reloj y solo había pasado un minuto más. Ya tenía tres horas frente a la puerta de madera de ese edificio con paredes de mármol. Miré por la ventana y la lluvia azotaba con fuerza. Ahora hasta volver a casa parecía una locura, no me había fijado en el cielo y parecía que la lluvia no dejaría de caer pronto.

La aguda campanilla del ascensor me hizo voltear, me la había pasado mirando a ese punto esperando que el dueño del departamento en el cual había estado recargando llegase. Al notar que por fin se trataba de la persona que había estado esperando esas tres horas me puse de pie. Lo miré con traje negro y la corbata desanudada, sus largos pantalones estaban mojados en el borde y sus zapatos rechinaban por el agua.

-¿Taemin? – Preguntó notando mi presencia cuando había alcanzado la alfombra y abrió amplio los ojos dejando caer la sombrilla empapada sobre la roja superficie. Me incliné notando que había sido una locura estar ahí.

-Perdona la molestia – dije aun sin poder levantarme. Pensé que nunca volvería a ver a Choi Minho y mucho menos que yo lo iría a buscar, pero ahora lo sentía como necesario.

-Está bien – se agachó tomando el paraguas – es más una sorpresa – empezó a buscar en sus bolsillos y el tintineo de las llaves resonó el pasillo. No volvió a verme pero se dirigió a la puerta con prisa y la abrió sin vacilar. – Pasa – mandó mientras entraba y encendía la luz.

Entré dejando los zapatos cerca de la puerta mientras que Minho pasaba hasta el sillón y se quitaba los zapatos y calcetines. Le miré, seguía siendo tan alto y con piernas tan largas. Si no fuese un verdadero demonio se podría decir que era el chico ideal. Y así lo fue, todas las chicas de preparatoria lo veían a él como el hombre perfecto.

-¿Te preparo algo? – Preguntó poniéndose de pie y desabrochando sus pantalones.

-No es necesario – dije mientras le miraba fijamente y al notar mi mirada se giró.

-Voy a cambiarme rápido – dijo alejándose hacía la puerta donde recuerdo que estaba la habitación.

-De acuerdo – dije sin alejarme de la puerta mientras veía alrededor. Ya había investigado el blanco departamento pero ahora sin la fuerte cruda que me había cargado la última vez era más fácil ver cada detalle.

Me acerqué a la vitrina donde estaba la fotografía que había llamado mi atención la última vez. Y entre las cosas había también una medalla.

-¿Ya hiciste tu servicio militar? – Hablé alto mientras observaba la medalla en la vitrina.

-¡Si! ¡Acabé hace 3 meses!- ¿Hace tres meses? Pregunté para mí mismo y miré la medalla. Hace tres meses pasaron muchas cosas, me dije a mi mismo y luego sentí alguien detrás de mí.

-¿Estás bien? – El alto dijo mientras me giraba alterado.

-Sí, yo solo… – miré a Minho que ahora traía unos pantalones que parecían ser demasiado cortos para sus piernas – estaba viendo – terminé la frase que había comenzado.

-¿Quieres algo? –Negué de nuevo mientras el entraba a la cocina y tomaba una taza.

-Solo vine por algo – dije mientras él se servía de la cafetera.

-¿Ha decirme saca-mocos otra vez? – Sonrió un poco y me miró con ironía.

-No – miré al piso – sé que esto sonará raro pero quería saber si puedo tener una foto u objeto de noona.

-¿Una foto?- El alto de cabello negro me miró sorprendido.

-Solo es para tener algo de ella – dije mirándole. Tal vez me estaba metiendo en líos de nuevo, pero ahora quería seguir dando todo de mí.

-Está bien, supongo que te la debo – El chico dejó su café sobre la mesa y se dirigió a donde estaba la vitrina, abrió unos de los cajones y sacó un grueso álbum.

-Puedes tomar las que quieras – dejó el álbum frente a mí con un estruendoso golpe.

Abrí el álbum mirándole sorprendido. – Estás siendo muy amable.

-Esperabas que te encerrara en el baño o algo así – se rio un poco y lo miré algo molesto.

-Eso no es gracioso mugroso de Minho – dije pasando las páginas llenas de fotos de la preparatoria.

-Perdón – se sentó con cara de derrota frente a mí y continuó bebiendo su café.

Siguió callado mientras pasaba las páginas de sus tres años de preparatoria. Las imágenes de mi Noona estaban en todos lados, con su cabello largo y lacio en un tono castaño claro, su alegre y contagiosa sonrisa, sus mejillas algo rosas y sus ojos grandes y profundos.

-Siempre te gustó mucho – el pelinegro se atrevió a hablar después de observarme por tanto tiempo.

-No lo voy a negar, aunque tú siempre lo supiste – seguí mirando – por eso siempre me molestaste ¿Verdad?

-En parte si – soltó un fuerte suspiro y dejó caer su cabeza sobre la mesa – tú también le gustabas.

Le miré aún más molesto, no estaba para sus bromas pesadas, pero él siguió recostado sobre la mesa sin notar mi enojo.

Al llegar a las fotos del segundo año vi a mi Noona como tal la recordaba, con el cabello un poco más corto y con el flequillo de lado.

-¿Puedo tomar una de estas? – El levantó su mirada y notó las que señalaba.

-¿De nuestro segundo año?

-¡Mira! – Interrumpí señalando detrás de donde Minho y Noona aparecían –aquí salgo yo.

-Es verdad – se acercó a ver – sales al fondo – fijó la vista donde estaba. -Puedes tomarla- sonrió un poco.

-Gracias – saqué la fotografía de la capa protectora y la tomé con cuidado. – Con esto basta.- Dije poniéndome de pie. – Ya te debo dos mugroso Minho.-

-No creo que me debas algo – se puso de pie también – pero puedes venir cuando gustes si necesitas ver más fotos.

-Está bien – le sonreí y guardé la fotografía con extremo cuidado en la mochila- por fin tendré mi cierre – dije con orgullo mientras me acercaba la puerta y ponía los zapatos.

-¿Cierre? – Minho me observó inclinando un poco la cabeza.

-Voy a dejar atrás todo lo que pasó en la preparatoria  – tomé la perilla y abrí la puerta – no temas – salí del lugar – no volveré a molestarte más.

Cerré la puerta tras de mí y caminé por el pasillo orgulloso. Estaba feliz de que Minho hubiese madurado, de seguro a Noona le agradaría mucho más ahora. Ahora era mi turno de volverme más maduro y listo para lo que vendría

Salí hasta la calle y  noté que la lluvia aun caía constantemente. – Rayos – quité mi suéter para cubrirme – olvidé que llovía. Las calles estaban empapadas y la gente corría de un lado al otro con paraguas.

Respiré profundo y me decidí a salir pero tan pronto me aventuré a la lluvia ninguna gota pegó en mis brazos o en el suéter. –No te deberías mojar – la alta figura de cabello obscuro estaba parada junto a mí, sosteniendo el paraguas que se le había caído en el pasillo hace unos momentos.

-Está bien, no vivo lejos – seguí avanzando pero él me siguió cubriéndome.

-Puedo llevarte en el auto – dijo mientras yo caminaba hasta un pequeño toldo.

-No es necesario – dije mirando hacía la calle viendo si algún taxi pasaba.

-Por lo menos toma el paraguas- me puso el paraguas en la mano y salió corriendo de regreso entre la lluvia. Me quedé viendo el paraguas y luego me fijé en la figura alta y delgada que se había quedado bajo el agua. – Nos vemos luego – dijo con una sonrisa y se apresuró al edificio apartamental en el que residía.

Miré asombrado a la figura alejándose y sujeté el paraguas con bastante enojo ¿Por qué debía ser tan amable? En qué momento Choi Minho había pasado de ser un demonio a una persona decente y lo que más me dolía es que yo seguía estancado en el mismo lugar, sin haber recibido un cambio.

Aún tenía la misma actitud y seguía sufriendo tanto por el pasado, llorando por los mismos tristes instantes y lastimándome a mí mismo con los recuerdos.

*Entonces fue extremadamente amable*  La voz de Onew hyung sonó con fuerza en el teléfono con un toque de incertidumbre e incredulidad.

-Sí, para nada era como Minho – Dije mientras me sentaba en la mesa de la cocina.

-No tenemos nada de comer – Jonghyun se asomó desde detrás de la puerta del refrigerador blanca. – Deberías invitar a Key – Jonghyun arrastró la silla frente la mía para sentarse.

*¿Key hará de comer?* -No Onew hyung, Jonghyun solo está de flojo- dije riendo. –Creo que pediremos algo de comer, debo usar el teléfono.

*Está bien, pidan pollo* Jonghyun se acercó al teléfono – Wow este tipo siempre está comiendo pollo.
*Ese sería mi sueño hecho realidad* reí. – Nos vemos luego Onew hyung

*Nos vemos Taemin, cuídate mucho, nos vemos Jonghyun* -¡Adiós hombre pollo! – Jonghyun agregó antes de que colgara. -El hombre pollo debería venir aunque sea una vez, suena gracioso.

-Es bastante genial- dije sonriendo y tomé el directorio – ¿Qué quieres de comer?

-Se me antojan unos fideos negros – le miré raro.

-¿Terminaste con otra chica? – Dije mientras que empezaba a marcar.

-¿Cómo lo supiste? – Me miró curioso mientras hacía el pedido de dos platillos de fideos negros.

-Porque siempre cuidas mucho lo que comes hasta que te dejan o dejas a alguien.

-Soy una persona sensible – dijo recostándose en la mesa y estirando los brazos.

-Mientras no empieces a llorar está bien – dije riendo y me levante a tomar un vaso.

– No lo menciones – soltó un sollozo. Me golpee la frente contra el refrigerador antes de sacar el agua. – Solo lo dices y me dan ganas de… – ese sonio familiar comenzó. Solo Jonghyun podía ser un playboy super-sensible. Ningún otro lloraría al dejar una chica por otra o recordar amores pasados.

-Ya no tardan los fideos – suspiré, me costaba mucho consolar a alguien como él -¿Qué harás este fin de semana? – Lo más sencillo era cambiar el tema.

Levantó su cabeza y sonrió aun con los ojos llorosos – La tienda de música de la siguiente cuadra tiene una nueva empleada que es una bomba – se levantó y me quitó el vaso de la mano.

-¡Oye! – Repelé pero él ya estaba tomando el agua.

-Creo que la invitaré al bar, este fin de semana me toca presentarme – sonrió – también deberías venir tengo una nueva canción.

-¿Sobre qué?- Le miré un poco fastidiado, cuando tocaba con su banda eran sobre temas extraños como beber la sangre de alguien o los mosaicos en baños asquerosos.
-Es algo que compuse como solista – sonrió – no es rock, pero me dejarán presentarme.

-¿Y tú banda? – Miré asombrado, Jonghyun siempre había sido fiel a su banda, lo cual era un error desde mi punto de vista ya que tenían un estilo muy extraño.

-Rick el baterista dejó la banda –suspiró- creo que cada quien tomará su propio camino.- Le vi algo deprimido, Jonghyun era una persona que podía modificar tan rápido sus emociones pero si varias cosas tristes se acumulaban se volvía demasiado para el mismo salir de ello.

-Puede que sea bueno para todos – dije mientras tomaba una segunda botella de agua.

-Da algo de miedo – suspiró – nunca he tocado sin ellos – levantó la vista y me miró fijamente -¿Cómo le hiciste para deshacerte de tu miedo? – Abrí grande los ojos mientras daba un ligero sorbo de la fresca agua.

-¿De mi miedo? – Pregunté aún asombrado.

-¿No le tenías miedo a ese chico y manejaste la situación para conseguir lo que querías? – Dijo con una sonrisa de padre orgulloso y me quedé anonadado viendo el agua mecerse de un lado al otro en la botella.

En algún momento de mi vida le había dejado de temer a Choi Minho. – Creo que el miedo había desaparecido hace bastante- me atreví a decir y tomé otro poco más de agua – solo quedaban dolorosos recuerdos y rencor – Jonghyun clavó con intensidad su mirada en mí y luego el timbre sonó.

-Wow, eso fue rápido – dije dejando la botella en la mesa de la cocina contento de poder zafarme de eso – voy por los fideos – me dirigí con prisa a la puerta para recibir nuestro pedido pero al abrirla descubrí algo muy diferente.
-¡Tenemos una emergencia! – Key entró empujando la puerta y cargando varias bolsas de ropa colgando de diversos ganchos.

-¿Qué pasó? – Le miré alarmado.

-¡Asombroso! – Jonghyun se asomó y corrió a tomar una de las prendas abriendo el cierre que la cubría – cuantas cosas.

-Deja ahí – Key le dio un manotazo – no terminé a tiempo mi exposición y los modelos tenían otras cosas que hacer, debo mandar las fotos antes de medianoche.

-¡Yo puedo modelar! – Jonghyun levantó la mano y volvió a tomar la prenda.

-¿Tú? – Key bajó la mirada y la fue subiendo poco a poco por el cuerpo de Jonghyun – Primero debes crecer otros 10 centímetros – le arrebató la ropa que sostenía en sus manos.

-¡OYE! – Jonghyun se acercó. – No se trata así a las personas que quieren ayudarte.

-Tú solo quieres ropa gratis, sé que si me descuido saldrás a un bar con ella – Jonghyun se quedó en silencio.

-Fui atrapado – se puso a reír mientras rascaba su nuca.

-¡No tienes vergüenza!- Key se comenzó a exasperar, lo cual lo hacía más volátil y peligroso.

-Yo tampoco soy tan alto – dije tomando unos de los pantalones – puede que algunas cosas me queden, pero el resto parece ser mucho más alto.

-No es posible – Key se dejó caer en el sillón – mi primer oportunidad para entrar al mundo de la moda de verdad y la arruiné.

-Aún es temprano – el timbre sonó y Jonghyun se dirigió a la puerta diciendo – comeremos y luego saldremos a las calles a buscar gigantones.

Suspiré pensando cuantos tipos altos conocía, tal vez había muchos en las revistas y televisión pero en las calles no era normal encontrarlos.

-Lástima – Jonghyun dijo tomando los platos de fideos negros de las manos del repartidor – no eres muy alto.

-Mire quien lo dice. – El repartidor tomó la propina bastante molesto y se fue refunfuñando.

-¿Y ahora qué hice? – Jonghyun se preguntó antes de cerrar la puerta y Key se empezó a reír con intensidad.

– Nunca pensé que alguien pudiese ser tan torpe socialmente – dijo aun riendo.

Tras comer los tres decidimos salir a la calle, teníamos pocas horas para la sesión  de fotos y tener el portafolio de Key listo para ser mandado a la empresa que tendría el concurso de diseño.

-Lo bueno es que es un portafolio electrónico – Jonghyun dijo entendiendo mejor ahora que Key había explicado con detalle todo lo que estaba pasando. -Muy bien separémonos a buscar –dijo señalando al frente y me obligó a mirar en esa dirección.

-Bien, yo iré a la zona de comida, muchos estudiantes se reúnen ahí – Key se alejó rápido, de verdad estaba más que preocupado. Rara vez algo así le sucedía al perfeccionista Key.

-Iré a las empresas, en los doramas siempre hay muchos chicos altos y con piernas largas trabajando en esos lugares – Jonghyun tomó su mochila. – Buena suerte en el parque Taemin –mi hyung levantó su mano con la palma extendida en señal de despedida y se alejó mientras comenzaba a ver de un lado al otro entre las personas que corrían o descansaban en el parque un  chico que tuviese buenos rasgos y gran altura.

-¿Disculpe no le gustaría ser parte de una sesión fotográfica? – Era la octava vez que preguntaba, las personas se alejaban rápido al escuchar eso o me preguntaban por el salario y al escuchar lo escaso que era parecían bastante desinteresados.

-No compro nada. – Me respondió cortantemente y se alejó deprisa siguiendo su trote a través de la pista.

-WAAAAA – Me despeiné y miré a mi alrededor – ya no sé a quién más preguntarle – me dejé caer al pasto y miré al cielo tonos de rosa y naranja comenzaban a aparecer. – No te rindas Taemin – me senté deprisa y volví a mirar alrededor.

-Ahí hay alguien – enfoqué mi vista hacia la cancha de baloncesto donde un chico alto de cabello negro y playera sin mangas parecía estar ejercitándose.

-¡Disculpe! – Me acerqué corriendo con prisa, no debería rendirme tan fácil. Pero noté mi error al instante.

-¿Qué pasó? – El chico de voz grave se giró y me quedé petrificado al borde de la cancha  -¿Sucede al… – Comenzó a preguntar mientras volteaba a sus lados como si algo hubiese pero luego me miró fijamente – ¡Oh! ¡El sacamocos!

-¡Yo no soy el sacamocos! – Dije  con fuerza, de todas las personas me vine a encontrar con el amigo de Choi Minho. Algo era seguro, yo era un ser humano con una suerte muy extraña.

-Es cierto – comenzó a hacer saltos abriendo y cerrando las piernas mientras juntaba y separaba las manos – el sacamocos es Minho – volvió a reír mientras continuaba. – ¿Qué sucede nemesis del sacamocos? – Intenté decir que no estaba pasando nada, que lo había confundido con alguien y alejarme antes de que la situación se volviese más ridícula.

-Estoy buscando un modelo con urgencia – dije tragándome lo poco que me quedaba de orgullo. Este había sido destrozado cuando tuve que pedir ayuda en la puerta de Choi Minho y ahora los tristes pedazos eran pisados de nuevo. Pero no tenía otra opción debía hacerlo por Key.

-¿Para qué? – Se sentó en el piso y comenzó a hacer abdominales.

-Son algunas prendas de la línea de un amigo, entrará a un concurso y tenemos que hacer la sesión fotográfica esta misma tarde – dije mirándole mientras subía y bajaba constantemente.

-Creo que una amiga también estaba en lo mismo – dijo amenamente sin parar.

-Solo sería por un par de horas, hay un salario aunque acepto que no es mucho – dije pensando que no estaría interesado, parecía que solo era una molestia minúscula mientras hacía su ejercicio. Se quedó en silencio mientras seguí y suspiré algo decepcionado –gracias de todos modos.

Comencé a alejarme algo derrotado -¡Espera! – Me detuve y lo miré con asombro – ¡Estoy dentro! – Sonrió amplio y se acercó a mí pasando su brazo por mi hombro. – Siempre trabajo tanto en mi cuerpo, creo que es hora de mostrar esta belleza al mundo.

No pude evitar reír y el me miró algo serio lo que me hizo parar. Pero luego rio también y solo pude volver a soltar la carcajada.

-Entonces Taemin ¿Verdad? –Afirmé.

-Mucho gusto – me alejé un poco para saludar inclinándome.

-Puedes llamarme Taec – extendió su mano y saludó con fuerza.

-Gracias Taec – dije y tomé el celular para mandar un mensaje a los chicos, aun teníamos suficiente tiempo para acabar bien.

 

 

-¡¿Dónde está Jonghyun?! – Key se quejaba mientras esperábamos en la estatua cerca del parque donde nos habíamos separado.

-Dijo que había encontrado a alguien – me paré sobre un borde elevado intentando ver entre la ajetreada calle.

-Es tan enano que no lo podrás ver desde ahí – Key agregó subiéndose también.

-¿El chico que encontraste dijo que nos vería en el departamento? – Mi mortificado amigo preguntó cruzando los brazos.

-Sí, estaba sudado de hacer ejercicio – dije mientras seguía buscando la cabellera rubía de Jonghyun eso lo distinguía de los demás sin duda.

-¿Estaba bueno? – Me giré curioso mirándole con los ojos muy abiertos. – Me  refiero a qué si tenía pinta de modelo.

-Aaaaaahhhh – dije algo más comprensivo – sí, es alto y tiene buen cuerpo.

-Grrr – gruño suave-  me gustan los chicos con buen cuerpo.

-¡KEY! – Rezongué con fuerza – ¡Te estamos buscando un modelo, no un novio!

-Matamos dos pájaros de un tiro si son los dos, además es mi deseo que mi novio se vuelva mi modelo – sonrió – algo así como mi musa.

-¡UN MUSO! – Reí al escuchar al recién llegado que había pasado desapercibido entre la muchedumbre.

-¡Tardaste años! – Key dijo molesto y golpeo suave la cabeza de Jonghyun.

-Es que estaba conociendo a mi musa – el bajito sonrío desvergonzadamente.

-¡TU! – Key lo empujó con fuerza – ¡Si llegamos y el chico está ahí tu cabeza será la que rodará!

-Chicos – dijo sonriendo mientras comenzaba a caminar dándonos la espalda con las manos en la nuca. – También encontré a alguien se giró un poco y nos sonrió.

-¡Excelente! – Empujé a Key de ambos hombros. – Ahora preparemos la mejor sesión fotográfica. – El ánimo era bueno y parecía que todo iría sobre ruedas en ese momento, pero estaba bastante equivocado.

 

-¡Levanta más la sábana! –Key seguía lanzando las órdenes a Jonghyun – ¿Ya terminaste de cambiarte Taemin?  – Yo luchaba en mi habitación para entrar en los pantalones ajustados.

-¡Key! No hay ninguna camisa o playera en lo que me diste – dije mientras saltaba para cerrar los pantalones y buscaba entre las cosas.

-¡Va sin camisa! – Gritó y miré aterrado a las prendas, esta no era la primera vez que Key me pedía que posara sin camisa, pero era para un concurso nacional.

-¡¿Estás seguro de que debo salir yo?! – Me puse la chaqueta encima y salí.

-Claro así agilizaremos las cosas, además los otros dos no llegan – Key volteo a ver dónde Jonghyun estiraba hacía el techo de puntitas en una escalera  -¡TE DIGO QUÉ MÁS ALTO!

-¡WAAA! – Jonghyun saltó de la escalera – !Si lo quieres más alto anda y pídeselo a tu novio modelo¡ – luego sonrió pícaramente – Aaaa, espera, no lo tienes.

-Lo dice quién no puede estar con una chica por más de una semana – Key se giró y cruzó los brazos – ¿Acaso a todas les pareces un enanito?

-¡Me las pagarás! – Mi compañero de cuarto se acercó peligrosamente a mi amigo y me puse en medio.

-¿Chicos? – Dije suave intentando recordar algún chiste pero fui salvado por el timbre.

-¡Ya llegaron! – Key corrió hacía la puerta.

-Tranquilo Jonghyun, solo está estresado – Dije intentando calmarlo.

-Lo sé – Jonghyun se sentó en el sillón y sacudió su cabello, – pero sabe exactamente que botones presionar. – Luego me volteó a ver  y me señaló atacándose de risa – eres como un palito.

-¡Callate! – Cerré un poco la chaqueta intentando cubrirme.

-Es tan raro, porque tienes como chibi-músculos y una cinturita –seguía riendo y  mi solución fue arrojarle un cojín.

-¡Oy….! – Jonghyun no pudo terminar de hablar por que escuchamos una conmoción en la puerta.

-¡TU NO ERES BIENVENIDO AQUÍ! – Nos volteamos a ver y salimos corriendo al lugar.

-Espera – Taec estaba junto a Key que empujaba la puerta.

-¿Qué sucede? – Me acerqué al alto que intentaba abrir la puerta mientras Key seguía empujando.

-¡Taemin regresa a tu cuarto a probarte lo demás! – Key demandó mientras Jonghyun se asomaba por lo que quedaba abierto de la puerta.

-¡Es el chico que conseguí! – Dijo y luego miró a quien jalaba la puerta.

-Supuse que algo así harías tú, no se te puede encargar ni una pequeña labor.- Miré a Taec que seguía con una incómoda risa y al instante supe que había sucedido. Solo a mí me podía pasar algo así.

-Déjalo pasar Key – me acerqué y se lo dije mientras tocaba su mano que sostenía la perilla.

-Pero… – Me miró con dolor y le sonreí.

-Se quién es, recuerda que soy Taemin, siempre sufro de las situaciones más incómodas – dije tranquilo.

-¿Eres otro fan de Minho? – Taec preguntó sonriendo y Key soltó la perilla. En ese momento abrí la puerta mientras Key miraba al piso.

-Puedes pasar – dije mientras él me miraba fijamente, posiblemente asombrado de que estuviese ahí. – Nuestro amigo nos ayudó a buscar a alguien que modelara para nosotros – me hice a un lado sosteniendo la puerta para que entrara – nunca pensó que fuese alguien que habíamos conocido antes.

-Perdonen – el alto entró haciendo una reverencia – si gustan me marcho, solo deseaba disculparme con Kibum cuando lo vi.

-Es Key. – El chico apretó sus puños sin dejar de ver el suelo y cerré la puerta.

-Es cierto, Key – Minho dijo y Jonghyun se quedó estático intentando atar los cabos.

-¿Eres El Choi Minho? – Jonghyun se acercó a preguntar.

-¿Cómo eras en la preparatoria? – Taec se acercó y le pegó en la frente. Minho levantó su vista y luego giró por el salón donde Jonghyun le veía con mirada inquisidora, Key seguía cabizbajo y yo le observaba curioso. – Lo menos que puedes hacer es ayudarlos ahora. – Taec se acercó a Key y se inclinó frente a él. – Por favor déjanos hacer esta sesión.

El diseñador se quedó asombrado y lo miraba fijamente, luego Minho se inclinó también y Key lo observó también.

-De acuerdo – cruzó los brazos – pero solo acepto porque es una emergencia.

-Los llevaré a que se cambien – me dirigí hacía mi habitación donde Key había puesto todas las ropas y Taec me siguió al instante. Minho se quedó estático un momento mirando a Kibum y luego se giró para seguirme.

-Espero que nadie se pase de listo – Jonghyun dijo al aire y luego sonrió – tengo que poner más alto esa sábana.

Cuando ambos llegaron al cuarto comencé a tomar las ropas que Key había separado conforme las descripciones que habíamos hecho. Nunca pensé que por la descripción de Jonghyun se tratase de Minho, ni siquiera le había preguntado su nombre.

-Estas cosas son las que deben usar, la colección de Key tiene diez atuendos, cada uno de ustedes usaran 4 – dije seriamente – Taec estos son los tuyos – sonreí y le señalé los que estaban en la cama.

-Gracias TaeTae – Reí ante el extraño apodo.

-Y mugroso Minho – miré al alto que seguía callado observándome – creo que con esta te deberé tres, es un fastidio.

-Parece que aún son inseparables – se acercó a mí y tomó una de las prendas. Le miré curioso. –Tú y Key, siempre estaban juntos.

-Teníamos un enemigo en común – le miré con malicia y luego sonreí. – Apúrense, tenemos hasta la media noche – me dirigí a la puerta. – Los espero en la sala.

Salí y suspiré, para luego ver lo que traía puesto y sentirme aún más apenado. Había estado con las ropas extravagantes y sin camisa todo el tiempo, nunca podría verme genial ante Choi Minho pero esto era aún peor, de seguro sería la burla de ese par luego.

Ante la curiosidad de si ya se estaban burlando de mí acerqué mi oído a la puerta.

-¿Cuántas personas molestaste en la preparatoria? – La voz de Taec rompió el silencio.

-No me enorgullezco de ello – el alto replicó – pero justamente conociste a quienes molesté más.

-Nunca esperé que el carismático y agradable Minho tuviese esa clase de pasado.

-Nunca esperé encontrarme con mi pasado de esta manera.

-Más vale que esto salga excelente, así por lo menos obtendrás algo de su perdón – Taec habló con un tono ameno y luego un largo silencio quedó.

-No merezco su perdón – esto último sonó en un tono tan tétrico – mucho menos de Taemin.

Me alejé de la puerta despacio intentando no hacer ruido entre espantado y confundido. Tal vez Choi Minho también era atormentado por el pasado, pero ese tono tan perturbante solo lo había escuchado una vez. La vez que me inundé en mi propia tristeza.

-Taemin- Key me llamó y me arrastró fuera de mis recuerdos – empecemos contigo. – Afirmé con la cabeza y corrí a pararme frente la sábana.

 

-¡Jonghyun! – Ya habían pasado 2 horas y todo avanzaba lento por el perfeccionismo de Key – ¡Rápido mueve ese sillón a la derecha!

-Yo te moveré a la derecha marica nazi – Jonghyun masculló bajo y provocó que riéramos.

-¿Qué dijiste? – Key anunció dejando de mover las lentes de su cámara.

-Yo, nada – Jonghyun dijo con una sonrisa -¿Aquí se ve bien?  – Key se hizo un poco hacía atrás y miró el sofá blanco sobre la sábana.

-Mejor a la izquierda – regresó a su cámara.

-A la izquierda tu abuela afeminado – Jonghyun volvió a decir mientras empujaba el sillón, sonreí por su pasiva-agresiva actitud.

-Taemin- Taec me llamó y lo voltee a ver. Estábamos con los últimos vestuarios, algo formales con corbatas y el tema principal era negro pero eran compuestos de triángulos de diversos tipos de telas -¿Tus dos atuendos fueron hechos a tu medida verdad?-

Miré mi chaleco corto y pantalones, era cierto, estos me quedaban exactamente. También con los otros parecían tener la misma forma que mis piernas.

-Key lleva años haciendo ropa para Taemin- Minho habló mientras cerraba su chaleco largo al cual se le habían agregado pinzas y Taec debía posar con su saco abierto debido a que era muy ancho para él.

-Es cierto, Key tiende a encontrar el estilo de cada persona –dije con una sonrisa.

-¿Entonces tenía planeado que tu estuvieses en esta sesión? – Taec preguntó.

-¡A sus lugares! – Key llamó a todos y corrimos a ponernos como se nos había especificado. -¡Minho alza más tu barbilla! ¡Taec recargate más en el sillón! ¡Taemin si no te enderezas te ataré a un poste! – El estrés había aumentado bastante a lo largo de esas horas pero todos intentábamos seguir las exigencias de Key -¡Jonghyun!

-¡¿AHORA QUÉ?!- Jonghyun se quejó desde la cocina.

-¡No mástiques tan fuerte que me desconcentras!

-¡Pero es sopa!

-¿Siempre son así de divertidos? –Taec preguntó mientras reía y yo solo pude afirmar mientras intentaba aguantarme la risa.

-Gracias por la comida chicos – dije mientras Key seguía gritándole a Jonghyun sobre la manera más propia de comer sopa.

-No hay problema, también teníamos hambre – Taec contestó y noté que Minho había hablado poco esa noche, solo se limitaba a afirmar o negar. Tal vez daba un pequeño comentario por aquí y por allá, pero no se atrevía a formular frases largas o preguntas. Le miré fijamente por un momento tenía toda la finta de modelo, el popular Choi Minho seguía siendo como de portada de revista. Uno desearía que hubiese engordado y comenzara a quedarse calvo, pero no era posible, eso sería demasiado malo… Más bien quiero decir bueno, o quiero decir afortunado, no le deseaba mal, pero por lo menos así me costaría menos afrontarlo.

-¡Taemin debes mirar hacía la cámara! – La voz de Key me despertó de nuevo.

-Sí – Me giré rápido y tras varias poses terminamos las fotos grupales.

-Taemin puedes ir a cambiarte – el fotógrafo enunció y afirmé dirigiéndome a mi cuarto. -Ahora solo un par de fotos individuales y terminaremos.

Corrí cambiándome a mis ropas habituales y luego salí para conectar la computadora y comenzar a arreglar algunas de las fotos tomadas con anterioridad.

-¡Jonghyun! – Jong estaba sentado a mi lado y se levantó deprisa.

-¡Si señor, diseñador señor! – Saludó como militar.

-¡Quita este sillón de aquí!

-¡A la orden señor! – Se acercó a mi oreja – tendrá que cocinarnos algo delicioso por todo esto, y algo más porque he detenido mis intentos de asesinato. – Volví a reír y Jonghyun corrió a mover el sillón.

Después de unos minutos Minho llegó a sentarse dónde había estado el asistente de piso en esta situación. -¿Terminaremos a tiempo? – Preguntó después de un largo silencio.

-Yo creo que lo lograremos – Dije tranquilo mientras que veía que la mayoría de las fotografías no necesitaban mucha edición.

-Me alegra – dijo con formalidad.

-No debes hablar tan formal ni estar tan callado – dije arreglando el tono de piel en una de las fotos.

-¿Cómo debo hablar entonces? – Preguntó mirándome con curiosidad y me voltee a verle.

-Pues como hablaste cuando estaba en tu casa por lo menos, puedes hacer bromas y también sentarte relajado. – Dije mirándole molesto. -Mugroso Minho, no te va ser tan callado. – Sonreí un poco, de verdad le incomodaba estar cerca de Key.

-Yo nunca te imaginé tan seguro de ti mismo y llamándome mugroso – suspiró haciendo su cabeza hacía atrás – también me costó reconocerte cuando nos volvimos a ver. A diferencia de Key que sigue siendo muy parecido y parece que él tiempo no pasa por él.

-Si le dices eso de seguro ganas muchos puntos para que te perdone – dije mientras guardaba otro archivo. Otra vez se llenó de silencio

-¿Lo de la fotografía sirvió? – Preguntó y me quedé estático.

-Aún no lo intento – dije volviendo a hacer clic con el mouse.

-Me dices si funciona, también podría intentar algo similar – intenté voltear a verlo pero no pude solo me quedé mirando la pantalla pretendiendo no haber escuchado.

-¡Terminamos! – Key dijo con voz más entusiasta y Taec aplaudió.

-Excelente, aún tenemos una hora – Jonghyun agregó.

-Ya pueden cambiarse chicos, muchas gracias. – El diseñador responsable habló como profesional.

-No hay de qué, cuando gusten, esto fue bastante divertido – Taec agregó y se dirigió al cuarto – vamos Minho – le hizo una seña al chico que seguía sentado cerca de mí y este se levantó.

-Gracias Taemin, yo puedo seguir – Key se acercó a mí y me levanté para dejarle la computadora -¡Jonghyun!-

-Waaa, no grites, estoy justo aquí.-

-Ve a recoger y acomodar la ropa – Jonghyun se acercó atrás de él y levantó las manos con dirección a su cuello mientras su víctima se concentraba en la computadora.

-Yo voy – dije dirigiéndome al cuarto – Jonghyun, tal vez debas sacar un postre – sonreí y me acerqué a mi puerta. Estaba por tocar pero una vez más estaba escuchando una conversación ajena.

-Ya sabes, si te encuentras tres veces a una persona por casualidad es el destino – Taec habló relajadamente.

-No sigas con esa teoría además la segunda vez no fue casualidad – Minho respondió tranquilo –además no tengo el derecho de verle directamente y él no quiere saber nada de mí.

-Yo creo que es una señal, debes tener un cierre como dices, solo dile todo a Taemin y termina con tu absurda culpa- Taec dejó su tono alegre de lado y soltó estas palabras como regaño.

-Si él se entera me odiará aún más.

-No creo que alguna de estas pueda odiarte más, todos ellos están en su tope de odio hacia ti.

Toqué la puerta por inercia, no quería seguir escuchando, ya había sido demasiado. También temía por aquello que haría que odiase más a Choi Minho, simplemente no deseaba saber más. Solo quería alejarme pero seguía siendo arrastrado a él.

-¡Adelante! – Minho contestó con prisa.

-Vengo por la ropa – dije mientras me asomaba por la puerta.

-Claro, te ayudamos – ambos comenzaron a poner todo junto, parecía que yo había sido el único que había aventado todo por todos lados.

-¡Taec, Tae, Mugroso Minho! – Jonghyun se asomó.

-¿Por qué yo soy mugroso? – El alto preguntó mientras colgaba sus prendas ya en sus respectivas bolsas protectoras.

-Así te dijo Tae y me gustó – sonrió – venía a decirles que hay nieve por si gustan, Key parece que se ha entretenido en la computadora y nos dejará descansar ahora sí.

-Me parece perfecto – Taec se levantó.

-Ahora los alcanzo, debo terminar de arreglar – dije mientras recogía las ropas.

-Te ayudo – Minho se acercó.

-No seas tan amable, es tétrico – dije y el alto me miró haciendo una mueca.

-Entonces me sentaré despreocupadamente aquí mirando lo que haces – se dejó caer en la cama y se recostó.

-Eso no es sentarse – seguí guardando las cosas.

-¿Escuchaste verdad? – Preguntó y me quedé en silencio intentando pretender de nuevo. – Eso que dijimos…

-No necesito saber – dije deprisa.

-No temas, creo que no podría decírtelo de todos modos. – Bostezó y se giró en la cama.

-No me lo digas entonces, ni lo menciones – dije algo agresivo y lo voltee a ver para notar que se había quedado dormido. – Tenías que dormirte en mi cama Choi Minho – suspiré – supongo que el destino me castiga solo a mí en realidad – colgué la ropa y me dirigí a la puerta para volver la mirada al chico alto que dormía en mi cama. –Demonios, si nos encontramos tres veces por casualidad, la tercera para mí fue la primera para ti. – Apagué la luz y me dirigí a la cocina sonriendo, que clase de persona sede ante el sueño a las 11:30.

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Tu mirada en la obscuridad +Final+

Epílogo
Ese parque no había cambiado nada, bueno si había cambios pero no tantos como uno esperaría. Las nuevas bancas de acero inoxidable y con aspecto moderno sustituían a esas mesitas de madera que habían estado por un largo periodo.
-¡Ya mueve! – Me había vuelto a perder en el tren de mis recuerdos que me obligaba a reconocer cualquier rastro del pasado.
-Lo siento viejo amigo, a veces me llama la nostalgia – respondí alegremente moviendo una pieza de ajedrez con mi mano aun firme pero algo arrugada.
-Siempre caes en la misma jugada – movió su pieza con agilidad – la gente ha de pensar que es raro que juegue con un vejestorio.
-¡Vejestorio! – Dije para atacarme de risa. – Cuidado con lo que dices que no tenemos tanta diferencia de edad.
-Pero eso no es lo que la gente ve, para ellos somos un adolescente y un anciano jugando ajedrez, hacke– me dijo el chico delgado con piel de porcelana y ojos alargados mientras se acomodaba su nuevo corte.
-Lo que la gente ve – dije mirando alrededor – es que estoy jugando con un famoso modelo. Han de pensar que soy tu abuelo o algo así.
-¡Hacke mate! – Dejé de ver alrededor para mirar asombrado al tablero. Luego sin más tire la pieza que representaba a mi rey.
-No es justo Kibum – dije mirando otra vez al chico que giraba los anillos que tenía en su mano – me iba mejor cuando jugábamos Mahjong.
-Pero ahora no es tan divertido, solo somos dos Onew –su rostro fue invadido por la tristeza.
-¿Aún lo extrañas? – Dije mirando al frente, por lo general me prohibía hasta decir MahJong, por que la simple palabra le traía dolorosos recuerdos.
-Lo extraño – dijo mirando a la chica que corría alegremente por la hierba mirando las nubes.
-¿Cuánto tiempo más va a quedarse? – Pregunté observando a la angelita que se había quedado inmóvil viendo al cielo – ya pasaron 3 años.
-No lo sé, pero espero que se quede más tiempo, me hace bien su compañía y me recuerda constantemente que Jonghyun está bien – su rostro se volvió rojo.
-Creo que también lo extraño, era un hombre divertido – dije con una sonrisa intentando acompañar en su dolor al chico que nunca había envejecido.
-Lo que 50 años le hacen a uno – dijo poniendo su mano en mi rostro – no entiendo como los ancianos pueden ser tan tiernos cuando sonríen.
-Solo tengo 70 – dije molesto retirando su mano lentamente – y gozo de una perfecta salud.
-Yo no gozo de ella y tengo 67 y me veo mucho mejor que tu – dijo modelando con una pose divertida y me hizo reír, pero al final acabé tosiendo.
-¿Estás bien? – No me di cuenta en qué momento se había parado para dar ligeros golpes en mi espalda.
-Estoy perfecto – dije con otra sonrisa.
-No me asustes así – se regresó a sentar frente a mí y clavó su vista en el piso. – Así empezó Jonghyun, pero yo no le daba mucha importancia, simplemente me gustaba cuidar de él y que siguiéramos juntos a pesar de todo lo que decían.
-Bueno un magnate cantante de 60 y un jovencito que tiene eternamente 17 son razón para hablar – empecé a guardar las piezas.
-Siempre pensaron que yo lo embaucaba – dijo mirándome con los ojos vidriosos.- Pocos sabían que yo era el único, pero aun así crearon una extraña lista de amantes.
-Creí que ya no hablaríamos de esto – dije doblando el tablero de ajedrez – Jonghyun dijo que ya no lo mencionaras, te lo dijo en el hospital, que nada de eso importaba. Ya deja de sentirte mal por esas cosas y recuerda las buenas.
-Jinki – me miró llorando ya – tu nunca sabrás lo que se siente ver a todos los que conoces marchitarse e irlos perdiendo poco a poco. Sin Jonghyun mi vida carece de sentido, me hubiera gustado envejecer a su lado y no seguir aquí mucho tiempo después de su partida. También me hubiera gustado acompañarlo en la otra vida – hizo una pausa y tomó aire profundamente. – Pero fue mi decisión, ahora debo estar con eso.
-El todopoderoso Key parece tener las cosas muy difíciles – me rompía el corazón verlo así, pero en esos tres años se había recuperado un poco. Desde la vez que lo vimos en el hospital devastado y las muchas veces que había intentado matarse de muchas formas, pero sin lograr nada. Ahora se veía resignado pero aun así infeliz. Miré al parque de juegos y observé a la chica sobre el pasamanos viendo al cielo -¿Por qué mira tanto hacia arriba? – Ese ángel era muy diferente a todos los que había visto y siempre me causaba curiosidad.
-Está buscando a Jonghyun, dice que le gusta asomarse a ver como estamos.
-Es bastante peculiar – dije intentando ponerme de pie y Key corrió a ayudarme.
-Es mi familia – Key dijo con una sonrisa. – Esa chica es un ángel nuevo por así decirlo, era una niña que estudiaba en la secundaria con Jonghyun pero nunca se atrevió a hablarle. Inclusive estaba muy enamorada de él y siempre lo observaba, pero tenía una enfermedad así que sus últimos días lo veía desde la ventana de su hospital.
-Entonces ¿Por eso se volvió el ángel de Jonghyun? – Pregunté avanzando por el camino.
-Creo que fue por eso, ni ella misma lo entiende, tampoco sabe qué pasó con el ángel anterior, solo está ahí para proteger a Jonghyun y las personas que él quiere. – Dijo mirando a la chica y esta lo miró de regreso con una sonrisa para bajar con un salto y correr hasta donde estábamos. – Pero – susurró – este es un secreto, ella no quería que se lo dijera a Jonghyun, es algo tímida.
-Guardaré tu secreto – le dije sonriendo para cuando la chica había llegado.
-¿Te llevó? – Preguntó el chico modelo, esa era su tercer profesión, había sido diseñador de modas y luego repostero. Supuse que traería otro auto ahora, siempre estaba cambiado, el era millonario y a Jonghyun también le había ido bien. Pero creo que Key ayudaba a la familia de la hermana de Jonghyun tras su muerte y hacía obras de caridad. Otro de los grandes misterios de por qué los inmortales llegan a generar grandes cantidad de dinero con facilidad en realidad tenía una respuesta muy simple, es porque tienen tiempo.
-No, debo hacer ejercicio y caminar a casa está bien para mi viejo cuerpo – dije riéndome y despidiéndome del chico con corazón de oro que no palpitaba.
Las cosas cambian a lo largo del tiempo, yo había cambiado, hasta Key que parecía congelado en el espacio temporal sufrió de los cambios de las épocas. Ya era todo un anciano que no se daba cuenta de que tan lento podía llegar a ser y así fue como empecé a escuchar la gran cantidad de susurros que aparecían todas las noches.
-Ya están saliendo – dije intentando ver a las creaturas obscuras que existían, me había vuelto bueno viéndolos y luego había perdido mi vista normal pero aun podía ver todas las criaturas con claridad. El profesor siempre apoyaba mis habilidades aunque al final fue un secreto que se llevó a la tumba.
-Apesta a ángel- un demonio hablaba desde las sombras, pero era obvio que no me lo decía a mi o a mi ángel.
-Ya déjalo – una voz familiar me hizo detenerme – Ónix me pidió que lo acompañara así que lo acompañaré.
-Qué asco Amatista – tenía razón ese era el nombre de esa chica demonio, decidí acercarme un poco más a ver – ya deberías dejar a Ónix, te da tareas ridículas. – Me acerqué con discreción detrás de un poste, sabía que los demonios están dispuestos a matar y más a alguien como yo, que se mete en sus asuntos.
-¡Miren lo que encontré! – Una voz juguetona dijo detrás de mí y me provocó saltar asustado. Sostuve mi corazón pues su acción hacía que me faltara el aire – Lo siento hyung ¿Te encuentras bien? – Mi corazón se detuvo, un chico me ayudaba a ponerme de pie sus manos era suaves y cálidas, su cabello tenía el corte más tierno, sus ojos estaban llenos de inocencia y sus labios eran muy carnosos.
-¡Taemin! – La demonio gritó y me obligó a sostener sus hombros aun más incrédulo – ¡No recojas humanos de la calle, te va a dar algo! – El chico solo se comenzó a reír.
-¿Qué me puede dar si recojo a mi hermano de la calle Amatista? – La chica se paró en seco y comenzó a retroceder -¿Hyung de verdad estás bien? – Seguía incrédulo.
-¿Taemin? – Eso fue lo único que salió de mi boca después de inspeccionar su rostro con mis manos y peinar su cabello con suavidad.
-Si – afirmó con una sonrisa – te vez muy distinguido Jinki-hyung – dijo de frente y luego me dio un abrazo – te extrañé.
-¿Pero cómo? – Aun no entendía nada el estaba ahí, se podía tocar como a un humano, no tenía un aire demoniaco ni parecía algún tipo de espíritu.
-¿Y Amatista? – Levantó la cabeza para buscar al demonio que había desaparecido desde hace rato. – Iba a llevarme por leche de banana – puso una cara triste – ¿Quieres ir tu hyung? Junté suficiente dinero.
-¿Cómo es que estás aquí? – Seguía sin entender, pero el chico comenzó a avanzar tomándome de la mano y llevándome suavemente a donde quería.
-Minho me trajo, tenía que volver – dijo mirando de un lado al otro.-Ya no venden leche de banana donde mismo – se deprimió al momento.
-Hay una tienda electrónica adelante – dije señalando al lugar donde estaría la máquina donde pedías diversos productos.
-Gracias hyung – me jaló de nuevo al lugar, como cuando éramos jóvenes, parecía un sueño. Mi hermanito estaba ahí llevándome de un lado al otro. – Sentémonos por allá – señaló una barda de cemento baja que servía como banca.
-¿Creí que solo ibas por algo de tomar? – Una voz maquiavélica me despertó de mi fantasía y nos obligó a voltear antes de que llegáramos a sentarnos.
-¡Minho! – Me soltó y corrió al chico alto con grandes ojos que ahora tenía el cabello corto y usaba ropa deportiva. –Encontré a mi hermano – lo empezó a acercar a donde yo estaba.
-Ya me dijo Amatista – se notaba un poco molesto – ¿No venimos aquí por él? No quiero que te pongas como cuando la niña.
-Pero Sandy era muy agradable – parecía estar por llorar.
-Por eso te dije que no vinieras por personas que te agradan.
-Pero todos me llegan a agradar – se subió a la espalda del otro – además ahora solo vengo a dar un mensaje.
-Pues da tu mensaje y vámonos – lo sostuvo en su espalda y caminó hasta donde yo estaba.
-Pero me encontré con Jinki-hyung y quiero charlar un poco.
-¿Cómo es posible? – Detuve la escena antes de que Minho contestara. El me miró algo fastidiado y bajó a Taemin.
-No lo sé – dijo seriamente y luego se sentó en la barda. Yo me senté al lado de este mirándolo. Con el paso del tiempo tus miedos van cambiando – un día Taemin ya estaba así. Su alma se transformó en esto.
-¿Cómo están papá y mamá? – Taemin preguntó y yo lo miré tristemente.
-Taemin…
-Ellos están bien – mi ángel se hizo visible y habló, articulando palabras, nunca lo había visto hacerlo – tu madre está muy contenta todo el tiempo – la veía confundido.
-¿Puedes disculparte con mi padre? – La pregunta iba de nuevo a mi ángel – no estudié medicina como él quería y no me hubiese gustado estudiarla, me hubiera dedicado al baile o las artes. – El ángel asintió. –Gracias.
-Así es siempre – Minho volvió a hablar – es todo un misterio, nunca se a qué le está hablando, es un bocadillo bastante fastidioso.
-¿Qué es? – Mi confusión aumentaba.
-Tampoco lo sé – Minho volteo a ver a Taemin que hacía un puchero por lo último que este había dicho – el me dice a donde debemos ir y hace algunas cosas, luego vamos a otro lado. Así nos la pasamos. No come, solo si quiere probar algo o le invitan, no duerme, solo si cree que es cómodo un lugar para acurrucarse, tiene habilidades mayores que las de los humanos pero escazas para un demonio y siempre tiene mensajes o tareas del más allá.
-Solo tengo cosas que hacer y Minho me acompaña – dijo con una sonrisa.
-¿Cómo te va hyung? Hueles a niños ¿Tienes hijos? – Lo miré intrigado y él respondió ante mi reacción – por eso Minho ha estado en un solo lugar todo este rato. Has de oler a niños.
-Pues si tuve dos hijos un niño y una niña con mi esposa, le llaman Luna y es un encantó y ahorita ya vamos en nuestro tercer nieto, es un pequeño con corte de hongo al que llamarón Taemin.
-¡Genial! – Dio un grito de alegría -¿Puedo ir a conocerlos luego?
-Claro si Kibum quiere prestártelos por que insiste que son suyos – me reí y Taemin secundó mi risa Minho solo se nos quedó viendo.
-La vida de los humanos es muy rápida – dijo mirando al cielo – todo el tiempo que hemos estado Taemin y yo juntos parece solo unos minutos.
-Eso es porque no hacemos mucho Minho. Pero ahora debemos marcharnos debo de entregarle el mensaje de Jonghyun a Key.
-¿Eso es lo que tienes que hacer ahora? – Minho se puso de pie y le preguntó.
-Jonghyun me lo encargó.
-Pero que sea rápido, tengo ganas de dar otra probadita antes de que se te ocurra otra extraña misión.
-Está bien, pero debes llevarme en tus hombros – se puso de pie junto a él y no tardó en agacharse y subirlo a sus hombros.
-Lo hago porque esta noche pienso saborearte más –Taemin se sonrojó un poco y agarró la cabeza de Minho.
-Jinki-hyung luego pasó a visitarte, vete con cuidado, debo darle mi mensaje a Key – Minho empezó a caminar con él en los hombros y alejarlo poco a poco. El se despedía con una mano mientras giraba la cabeza para verme.
*Parece que Minho ya encontró su ángel* Miré a mi acompañante, volvía a hablar como siempre.
-¿No lo veo tan angelical? – Taemin ahora se movía sobre Minho haciendo que perdiera el equilibrio.
*Es porque es un ángel para un demonio, pero se puede sentir ese aire de bondad en él, el señor planeó grandes cosas para ellos* Los miré alejarse avanzando a entregar ese mensaje.
-Un demonio y un ser angelical, suena a tema para uno de mis libros – reí poniéndome de pie.
*Estas feliz de haber visto a tu hermano*
– Es más que obvio, se ve muy bien y sé que nos volveremos a ver – comencé a caminar con dirección a mi vieja casa donde mi adorable esposa me esperaba y cuando le contara esta historia no me creería por un momento y la terminaría convenciendo como siempre. Una vida feliz y productiva ahora se veía aun mejor por la presencia de mi hermano.
Taemin nunca dijo que mensaje tenía para Key, pero no pasó mucho tiempo para que las revistas y diarios anunciaran la muerte del joven modelo como todo un misterio. Como si el alma hubiese dejado el cuerpo.
Como dijo el volvió varias veces a mi casa a platicar o solo a pasar un rato alegre con los niños, a veces llevaba a Minho otra veces este lo esperaba fuera de la casa y así fue a lo largo de los años hasta la última vez que lo volví a ver, el día de mi muerte. El ángel de la muerte que vino por mí con una dulce sonrisa y promesas de la vida eterna y el paraíso.
Ese ángel de la muerte que aun vaga por el mundo de los humanos, protegido por un demonio, amando cada instante que pasa a su lado, sin importar la misión que venga.

 

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 15+

15.- Tu mirada en el amanecer

Pilares retorcidos, charcos negros, pastos secos de colores anormales, muros que parecían ondularse en el extraño ambiente rojizo. El aire se sentía ralo y pesado a la vez, ruidos industriales invadían mi cabeza. Me levanté poco a poco mirando árboles sin vida que rodeaban lo que parecía un patio muerto rodeado por los pilares zigzagueantes.
En el centro había una fuente, la cantera se encontraba destrozada y manchada y de la estatua de un pequeño diablillo salían borbotones de lava. El terror me invadió cuando el diablillo parpadeó dos veces y me lanzó una extraña sonrisa mostrándome sus colmillos retrocedí y tropecé con la hierba marchita. Aullidos y alaridos comenzaron a invadir el ambiente mientras un humo pesado hacía aparición a la distancia. Era la peor pesadilla de cualquiera, junté mis rodillas cerca del pecho y tapé mis oídos escondiendo mi rostro. El lugar generaba gran pánico en mi interior, todo el miedo que no había sentido en años o solo había sentido con Minho me invadió en ese momento.
Un asqueroso olor a podrido llegó y tapé al instante mi nariz, empecé a gatear mientras las nauseas me invadían buscando donde descargar el contenido de mi estómago y a gatas llegué atrás de unos de esos pilares tosiendo y convulsionándome por los espasmos del vómito. Y así fue como el delicioso café y pastelillo abandonaron mi estómago, ya no se veían nada deliciosos pero al fijarme bien detrás de ese pilar había huesos, huesos pequeños y con trozos de carne aun. Carne pútrida que no era de un animal.
-¡Un niño! – Grité retrocediendo de pie y luego choqué contra algo. Me giré aterrado y encontré a Minho, al instante como una acción simple lo abracé y comencé a llorar, estaba aterrado y el era lo único conocido.
-Tranquilo – me dijo abrazándome también – ese niño lleva siglos ahí – me dijo acariciando mi espalda y pegándose más a mi cuerpo. – Todo estará bien, solo nos quedaremos aquí por un momento.
-¿Dónde estamos? – Pregunté aun llorando enroscado contra su pecho.
-Estamos en el averno – tomó mis hombros y me separó suavemente – vengo a darle una lección a ese tipo y luego volvemos a casa.
Lo miré confuso mientras me sostenía ¿El averno no era su casa?
-Salgamos de este jardín – me dijo tomando mi mano y avanzando por las piedras que quemaban mis pies. Recordé el collar pero ya no estaba ahí. –Quité el collar porque necesitaba cargarte hasta este lugar – volvía a leer mi mente – fue algo complicado pero los torpes humanos siempre crean soluciones simples a sus tontos acertijos.
-El piso quema – miraba como las suelas de mis zapatos comenzaban a derretirse ante el contacto de las rojizas piedras.
-Es cierto – dijo girándose y de la nada puso una de sus manos debajo de mis piernas y la otra en mi espalda. Y en rápido movimiento me cargó en sus brazos.
-Está bien, bájame – dije al ver como comenzaba a avanzar rápidamente y salía del jardín a otro espacio similar con pilares también torcidos y esculturas que daban miedo mientras se iban deshaciendo – ¿No estoy pesado? – Me sentía mal siendo cargado por él. El solo se rió y luego giró su rostro para quedar frente al mío.
-Este delicioso bocadillo, se porta tan dulce asustado, te recomiendo que no me provoques en este lugar porque aquí no resistiría la necesidad de probarte – luego giró la cabeza hacía una estatua que estaba frente de nosotros – como ellos no resistieron la necesidad de afanarse por su soberbia y se convirtieron en estatuas de ellos mismos para ser afanados. – Miré bien a las estatuas y todas ellas eran tan diferentes, de diferentes épocas y con diferentes ropas, unas estaban más desechas que otras, en ellas se veía un enorme dolor, parecía ser el dolor de irse deshaciéndose poco a poco solo siendo admirada por otras estatuas que solo podían admirarse a ellas mismas.
Logramos salir mientras yo observaba el tétrico museo de figuras humanas sufriendo. Me bajó con delicadeza y comenzó a avanzar de nuevo
-En esta parte no hay ningún tipo de lava y erupción –se detuvo y se giró frente a mi – pero hay muchas otras cosas así que quédate detrás de mí. -Me pegué a su espalda y seguí sus rápidos pasos caminaba inspeccionando el ambiente las raras figuras que parecían mirarme. Luego sentí un crujido bajo mis pies y me quedé horrorizado al comprobar que había roto la caja torácica de alguien y luego vi más, huesos, todo el piso estaba tapizado de cráneos, fémures, costillas, humeros, falanges, todo tipo de huesos. Retrocedí un poco asustado por eso y sentí como una huesuda mano sujetaba mi zapato y otra subía hasta mi pierna encajando sus filosas falanges en ella. Quise gritarle a Minho pero el sonido se ahogó en mi garganta y las manos en mis piernas se empezaron a duplicar y jalarme hacía el piso.
-¡Deténganse! – Minho había vuelto y lucía molesto –No ven que él me pertenece – Hizo un elegante ademán con su mano y mi marca empezó a arder todas las manos que me sujetaban estallaron en llamas y me liberaron, había quedado de rodillas en el suelo y Minho me ofreció su mano para que me levantara.
-¿Qué fue eso? – Aun temblaba por el susto.
-Solo tienen hambre –dijo comenzando a caminar y tomándome la muñeca para que quedara detrás de él – la pereza los mantiene en este lugar, simplemente deciden quedarse aquí sin hacer nada hasta que quedan en ese estado, solo hacen otras cosas cuando se les presentan frente a ellos. No comen por que no desean moverse pero si se les presenta la oportunidad lo harán.
Volví a mirar el campo lleno de huesos y pude observar algunas personas que aun eran de carne, demacradas y delgadas que parecían pasar un rato placido sobre la hierba marchita.
-Estamos por salir del jardín de los pecados – me dijo mirándome fijamente – ahí afuera es más peligroso, por eso necesito que sostengas mi gabardina todo el tiempo bocadillo.
-Taemin – lo corregí, ya me había dicho otras veces por mi nombre, pero aun así no quería que me siguiera llamando de esa manera. El solo lanzó una picara sonrisa y continuó hablando.
-No te sueltes y nunca mires a los ojos de un demonio, es como si lo estuvieras retando y él sabrá todo lo relacionado contigo, TAEMIN- recalcó esta última palabra. Yo sujeté su gabardina y salimos a un lugar que parecía desértico con rocas grandes en pilares que rompían las leyes de la gravedad. Las arenas eran rojizas y despedían gases, volví a sentir nauseas, pero esta vez no quedaba nada en mi estómago que necesitara salir.
-Te estaba esperando – la chica de la cadena salió de la nada frente de nosotros – pero no esperaba que trajeras a tu cena contigo.
-Yo traigo y me llevo lo que me de la regalada gana – Minho contestó agresivamente a la chica de largo cabello que ahora tenía largar uñas afiladas y cuernos de borrego que resaltaban en su cabeza. –Vienes a llevarnos con él ¿Verdad? Supongo que este tipo de encargos son los que hacen que una mujer sumisa se moje.
-¡Minho! – Lo reprendí al instante al ver como la chica daba una cara de tristeza.
-Pero eso es lo que es, hace todo lo que alguien más quiere sin importar los medios, solo hace las tareas que se le encargan y es feliz siendo conformista. Solo es un asqueroso esclavo de alguien más – miré de nuevo y la chica se ponía aun más triste.
-No le hagas caso, cada quién decide lo que desea hacer – dije a la chica que solo se empezó a reír.
-Tu humano es muy gracioso Minho, si no es por que huele a muerte y sudor juraría que es un asqueroso ángel –la chica dio media vuelta y comenzó a caminar.
-Ángeles asquerosos – Minho volvió a hablar entre susurros – otros seres sumisos.
Avanzamos un poco más hasta llegar a una cueva muy parecida a la del parque. Entramos lentamente y yo no me solté para nada de la gabardina de Minho. Cuando entré versiones más demoniacas de los chicos de la tarde me veían con sus ojos, agaché la cabeza recordando las palabras del chico alto. Ese había sido el error de mi infancia quedarme prendado de esos grandes ojos rojos.
-Esperaba tu regreso – el fornido hombre que se hacía llamar avaricia ahora tenía amplios cuernos en la cabeza, no tenía cabello y su piel era de color grisáceo.
-Es la última vez que vuelvo – dijo molesto y empujándome otra vez detrás de él.
-Trajiste a tu linda mascota – se rió y se levantó del sillón – ¿Crees que si traes algo puro te permitirán volver al espacio de los humanos sin problemas? Ese chico no tiene ángel.
-Pero tiene el favor del de arriba – Minho presionó con fuerza mi muñeca y yo tomé su mano con mi mano libre para darle seguridad.
-¿Qué favor? Solo fueron abandonados por él, acéptalo Minho, aunque yo no hubiese aparecido hubieras terminado como un demonio solo porque nadie se dignó a darte un guardián – se volvió a sentar.
-Me volví un demonio porque tú me volviste así – Minho habló subiendo el tono de voz. – Me hiciste caer en tu juego y luego me trajiste aquí volviéndome en la abominable criatura que soy.
-Ahora el pequeño Icarios tiene moral – avaricia rió.
-¡No me llames así! – Minho gritó molesto.
-Tienes razón debería llamarte lujuria porque ese es el pecado que te trajo hasta mi y te volvió lo que eres.
-Me llamo Minho ahora – sacó fuego verde de su mano – y este chico me pertenece a mí, así que espero que no te vuelvas a meter con él y también me dejes a mí.
-Él se puede ir – dijo tranquilo ese ser que empezaba a dar algo de temor – me dan asco los seres tan buenos, pero tú y yo somos inseparables – empezó a caminar y tomó el rostro de Minho, luego sacó su larga lengua y lo lamió – recuerda que tu eres mío y yo soy tuyo.
-Yo no te quiero a ti – Minho contestó y el demonio empezó a presionar con su mano con fuerza. Yo reaccioné y lo empujé. Todos los demonios me miraron asombrados y luego comenzaron a acercarse.
-Interesante – dijo acercándose a mi – tienes el mismo potencial que mi oveja negra – tomó mi brazo y me levantó del piso – nuestro trato sigue en pie, aunque no es un trato que me agrade yo puedo hacer que sigas andando por ahí pero a cambio debes pertenecerme a mí – pataleaba intentando zafarme. Lo miré furioso directo a los ojos.
-No gracias – dije fuerte y claro.
-Piénsalo bien – chasqueó los dedos y vi como Minho era sujetado por todo el grupo de demonios – el me pertenece desde niño, así como lo hizo contigo. Sabes él no tenía una enfermedad como tú.
-¡Cállate! ¡No le cuentes a Taemin! – Todos los demonios lo sujetaban mientras que el chico de la playa y la chica de la cadena veían en silencio pegados a la roca de la cueva,
-El simplemente me decidió seguir por que le parecía genial, y así fue creciendo como un simple humano mientras yo le enseñaba los verdaderos placeres que los humanos podían tener – puso su otra mano en mi estómago y me estremecí – cuando llegó a la adolescencia ya había matado por placer, devorado carne humana, vivía de fiesta en fiesta y gozaba de todas las mujeres que caían en su redes, era un chico perfecto y nunca nadie me detuvo por que este niño no tenía un ángel. Empezó a subir su mano levantando mi playera.
-Pero este chico no se conformaría con eso, me juró lealtad eterna a cambio de que lo volviese un demonio como yo y cumplí mi parte del trato. Pero el aun así quería más y me pidió que lo hiciera completamente mío – sonrió de una forma asquerosa, cual pervertido fuera de una escuela secundaria de chicas. – Sabes qué me dijo, tírame rico, como solo tú sabes hacerlo así yo seré tuyo y tú serás mío. – Minho tenía una triste mirada, al escuchar estas palabras solo pude escupir en su rostro. El sacó su larga lengua y lamió el escupitajo – Delicioso, Minho sabe bien lo que está rico – dijo levantándome más y pasando su lengua por mi abdomen. Sentí la marca calentarse.- Esta marca es útil pero solo en el plano terrestre – de rió – sabes este chico es muy poderoso entre los humanos, pero aquí abajo es un inútil.
-Lo mismo para ti – respondí con una sonrisa triunfal – tienes muchos poderes aquí abajo, pero en el mundo necesitas de Minho, fui la carnada perfecta ¿No es así? – Lancé otra retadora mirada – Pero no tengo nada que perder, así que aceptaré nuestro trato, solo tu sales perdiendo – me miró molesto era obvio que solo quería asustarme y en realidad no esperaba que aceptara el trato.
-¿Sabes lo que significa? – Me miró molesto – de ahora en adelante me pertenecerás a mí y no a Minho – me bajó.
-Pero usted dejará a Minho en completa libertad – se sentó fastidiado.
-Estúpido humano que das tu vida por un demonio que la arruinó en un principio.
-Se equivoca – dije acercándome al sillón con decisión –yo estoy agradecido con él porque me dio más tiempo, porque conocí buenos amigos y porque cumplió su palabra.
-No sé cómo aguantaré a un asqueroso humano moralista como tu – giró su cabeza descontento.
-Pero necesita uno como yo si desea hacer maldades con su grupo en el mundo humano – dije triunfante, la situación había cambiado tanto en unos momentos – y es obvio que Minho ya no piensa obedecerlo como antes. Así que solo déjalo marcharse y confórmate conmigo.
¡Suelten a Minho! – El salió de la bola de demonios mirándome tristemente agaché la cabeza, no quería que el supiera que estaba aterrado – bien pero también deberás hacer otras cosas que él hacía por mí – sujetó mi cintura y pegó mi cuerpo al suyo quedando sobre él en el sillón rojo. Me aterraba la idea, pero estaba bien, solo debía aguantar esa actitud hasta que se fuera Minho.
-¡No lo pienses! – Llegó y me tomó la mano alejándome del asqueroso ser – Él ya me pertenece a mí, ni sueñes en volver a tocarlo.
-Minho ¿No es lo que querías? – Miró a Minho decidido, mi plan no había funcionado esperaba que el alto deseara más su libertad que a mí – tu libertad a cambio de un moribundo humano, es un trato perfecto ¿Verdad Taemin? – Me lanzó una mirada triunfante, como diciéndome el no me va a dejar.
-Si vuelves a mencionar su nombre te arrancaré tu asquerosa lengua y la incineraré aquí frente a todos – Minho me sujetó más fuerte y se dispuso a salir.
-No dejen que se lleve a Taemin – todos lo miraron asombrados – si tengo a Taemin, Minho no se irá de nuestro grupo, el muy idiota se ha vuelto a enamorar. – Minho se giró sorprendido. Todos nos comenzaron a rodear. Uno de ellos encajó sus largas uñas en mi brazo mientras me separaban de Minho.
-¡Minho! – Extendía mi mano mientras lo alejaban de mí. El giró a ver a avaricia mientras todos me sostenían cerca de la pared de la cueva.
-Exacto Minho, no dejarás a Taemin, siempre te pasa cuando te enamoras, das todo por ese ser – dijo riéndose – como te enamoraste de mí en tu pasado, como te enamoraste de ese estúpido ángel que te alejó de mí y como te has enamorado de este torpe humano que daría su vida por ti, definitivamente la más patética de tus historias. Creí que seguirías diciéndote a ti mismo que los demonios no podían amar – se rió con una sonora carcajada que retumbó por toda la cueva.
Miré a Minho furioso a mitad de la cueva.
-¡Minho vete! – Grité a todo pulmón- ¡Déjame aquí y lárgate! ¡No dejes que te tenga! – Me volteó a ver con decisión y luego dio un salto largo hacía el sillón. De la nada ya estaba recargado con las rodillas en el sillón y tomando la cara de el demonio grande. El otro solo abrió ampliamente los ojos y luego Minho con un ágil movimiento tomó su lengua y la cortó para sujetarla en su mano que se prendió en esas llamas verdes.
-Te dije que incineraría tu lengua si volvías a pronunciar su nombre – el otro demonio solo lanzó una mirada de odio y luego golpeó con fuerza el rostro de Minho, gritó sin sentido y comenzó a avanzar hasta donde había caído el cuerpo.
Lo empezó a golpear repetidamente, Minho parecía inconsciente por que no se movía, los golpes se repetían y repetían sobre la cabeza de Minho.
-¡Déjalo! – Grité intentado zafarme pero me sujetaron con más fuerza y alguien me mordió.
-¡Suéltenlo! – Alguien más llegó gritando y para mi sorpresa Onew estaba empujando a todos los demonios y los espantaba con una luz blanca que salía de su mano.
-Jinki-hyung – lo abracé con fuerza cuando llegó hasta mí mientras éramos rodeados por los demonios.
-¿Estás bien Taemin? – Me alegré y asentí rápidamente.
-¿Cómo llegaste aquí? – Key encontró la entrada y me guió con ayuda de esto, me mostró una pluma.
*¿Encontraste a Taemin? * La pluma vibró y habló.
-Sí, está a mi lado.
*Dice el ángel que puedes herir a los demonios con la luz de tu mano, pero no serán heridas muy graves*
-Eso me basta – Jinki se portaba muy valiente, lo cual era raro en él. Empujaba a los demonios para abrirnos paso, estábamos cerca de la salida.
-Espera falta Minho – le dije señalando a donde el demonio aun golpeaba con ira el cuerpo.
-Déjalo Taemin – Jinki me jaló – No podemos rescatarlo, además es un demonio.
-¡No! – Grité y me solté para llegar al frente empujando algunos demonios. Pero estos no tardaron en atraparme de nuevo, luego escuché una cadena y una chica apareció a mi lado golpeando y rasguñando demonios -¡Corre por él torpe humano! – Asentí y seguí corriendo hasta empujar a avaricia y alejarlo del cuerpo de Minho. Lo tomé con mis brazos y al ver que el demonio se acercaba de nuevo lo protegí con mi cuerpo. El empezó a golpearme pero no pensaba moverme.
-¡Muévete bocadillo! – Minho estaba consiente sonreí y negué con la cabeza mientras sentía los puñetazos en mi espalda.
-Ya no estás solo – le dije, todo este tiempo temía estar solo, ese era su mayor temor, al contrario del mío que era estar con alguien, pero ambos habíamos fallado. Los golpes se detuvieron y levanté rápido la cabeza para ver al chico de la playa golpeando de regreso al enorme demonio.
-¡Llévatelo!
-¿Pero tú? – Dije mientras recogía a Minho del piso.
-No necesito que un estúpido humano se preocupe por mi – dijo encajando sus filosas uñas en el pecho del demonio mientras se apoyaba con sus pies en él. – Además ya no tiene lengua ya no tiene ningún poder ¡Amatista! – La chica de la cadena se giró a verlo – Sácalos de aquí – se acercó a nosotros y abrió paso, rápidamente salimos de la cueva con ayuda de Jinki que sujetó el otro brazo de Minho.
-Por aquí está el portal – dijo ella caminando hasta donde unas rocas negras se curvaban en arco sobre la roja arena.
-Key ya vamos a salir – Jinki habló con la pluma.
Recosté a Minho en el piso, parecía que sus heridas sanaban rápido.
-Eres demasiado interesante bocadillo – dijo al ver que yo me sentaba en una piedra al lado de él.
-Taemin – dije fingiendo enojo – no hay de qué – agregué mientras recuperaba mi respiración.
Jinki me vio y caminó hasta donde estaba, cuando llegó se hincó frente a mí y tomó mis manos.
-Yo cerraré mis ojos un rato – Minho anunció y lo miré curioso.
-¿Estás bien? – Asentí, me agradaba que mi hermano se preocupara por mí -¿No te duele? – Miró donde estaba la mordida.
-No, solo se ve más fea de lo que es.
-No te vuelvas a ir de esa manera – recargó su cabeza sobre mis manos que aun sujetaba sobre mi regazo.
-Todo está bien Jinki – dije sonriendo.
-Sí, creo que está bien – dijo levantando el rostro – eres mi hermanito y te quiero – Jinki parecía triste al decirlo – estoy orgulloso de tus decisiones, pero no quiero que me dejes, no sería lo mismo sin ti. – Solté una mano y acaricié su cabeza.
-Tienes un brillante futuro por delante – lo abracé – te quiero hermano – dije apretándolo con fuerza.
-Te quiero Taemin, más de lo que crees – me dijo sujetándome.
*El portal está listo* La pluma volvió a hablar.
Y así fue como abandonamos el averno los tres mientras que la chica corría de regreso para ayudar al otro demonio en la cueva. Nos reunimos con todos en la vista nocturna del parque, la verdad se sentía bien respirar el aire del plano terrestre de nuevo.
Caminamos de regreso a casa llevando a Minho con nosotros. Era una ventaja que le agradara a nuestra madre.
*Dios tenía un plan para ustedes, el nunca los abandonaría* Esas fueron las últimas palabras del ángel de Jinki antes de desaparecer de la vista de los demás, yo lo seguía viendo por que estaba muriendo. Me pregunté cuánto tiempo más me quedaba mientras recostábamos a Minho en mi cama y Jinki salía agotado a su cuarto.
-Ten cuidado Taemin – me dijo mientras entraba a su habitación – no se te olvide que es un demonio.
-No temas Jinki – le dije brindándole una sonrisa y haciendo que se sonrojara.
Entré al cuarto después de haber ido a la cocina por un tentempié, la verdad me moría de hambre y al día siguiente debíamos aguantar el regaño de nuestra madre por haber llegado tan tarde a casa.
Minho se removió en la cama y abrió los ojos para verme comer.
-¿Gustas un poco? – Pregunté al ver como se quedaba mirándome fijamente.
-Yo no como asquerosa comida humana – dijo sentándose en la cama y tocándose la cabeza por el dolor.
-¿Estás bien? – Pregunté al verlo adolorido.
-Estoy con eso basta – me volvió a ver – lo que escuchaste en la cueva, olvídalo – dijo como una orden – se que nadie me ha correspondido antes y tu no debes hacer solo por tu apestosa bondad – me levanté del piso y me senté a su lado en la cama.
-Lo olvidaré entonces – dije mordiendo el pan y dando un trago a la leche de plátano – es imposible que un demonio se enamore de un humano – dije brindándole una sonrisa – en especial si el humano se ha enamorado de él – abrió grandes los ojos.
Y nos quedamos en silencio sentados en esa cama un buen rato.
-Quiero ver el amanecer – dije medio adormilado cayendo en su hombro.
-¿Duele? – Preguntó al verme sudando y respirando con dificultad, era obvio que la hora había llegado y él se había dado cuenta de que me estaba doliendo.
-No tanto como pensé que dolería – tomó mi rostro con sus manos y me giró frente a él – déjame llevarme tu dolor.- Sus labios impactaron con los míos en un suave choque, el comenzó buscar los bordes de mis labios con su lengua mientras yo hacía conciencia de mis propios labios. Me abrazó fuerte y yo abrí mi boca para sentir mejor ese beso. También lo rodeé con mis brazos, no quería perder más tiempo, sabía que no me quedaba.
Ya me había besado antes pero esta vez era diferente. La guerra entre nuestras lenguas tuvo que ser interrumpida por nuestra necesidad de respirar y tomar algo de aire.
-De verdad eres un suculento bocadillo – dijo recostándome en la cama con suavidad y comenzó a besarme el cuello con un suave y cálido tacto, lenta y placenteramente. Empezó a desabrochar mi pijama mientras yo subía su remera negra con mis manos mientras disfrutaba su marcado abdomen. Minho me había hecho sentir tantas cosas y vivir tantas cosas, y aun así parecía darme más.
-Déjame probarte – dijo cuando me despojó de la parte superior de mi pijama y yo solo asentí. Empezó a besar y morder mi pecho suavemente, yo comencé a sentir la necesidad de sus roces, su lengua jugando con mis pezones, todo me llevaba al completo éxtasis y me inundaba de felicidad. Bajó hasta mi ombligo y sentí como sus manos acariciaban mi entre pierna y bajaban el pantalón lentamente.
-También probaré esto – dijo esto antes de empezar a lamer mi miembro latente y excitado, sin aviso alguno lo metió a su boca. Me sentí llenó de placer y empecé a lanzar gemidos. Me quitó por completo los pantalones y se bajó los suyos, volvió a besarme. Y luego fue hasta mis piernas y sacó su larga lengua para meterla por mi entrada, al principio sentí una punzada, pero luego sus movimientos hicieron que me fuera acostumbrando.
-Dame tu cuerpo – dijo otra vez acercándose a mi rostro.
-Creí que mi cuerpo ya era tuyo – le contesté con una sonrisa y el ensartó su miembro en mi interior me aferré a él sintiendo algo de dolor, encajé mis uñas en su espalda y presioné con fuerza su cuerpo contra el mío. Se comenzó a mover después de un rato besando mi hombro, lamiendo y mordiendo mientras el vaivén de nuestros cuerpos hacía que cada vez estuviera más profundo en mí. Sentí un choque eléctrico después de compartir tanto placer y me corrí sobre su abdomen el continuó por unos segundos más hasta que también curvó la espalda en un choque eléctrico y se dejó caer con espasmos sobre la cama sosteniendo mi cuerpo.
Me acurruqué a su lado mientras el observaba por la ventana.
-De verdad eres delicioso – dijo besando mi cuello – pero mejor vístete – me dijo mientras él se sentaba en la cama con la sabana cubriéndolo. Lo miré curioso, yo lo quería seguir abrazando, además me dolía – el amanecer está por aparecer- seguía con su mirada clavada en la ventana. Torpemente me puse la pijama y me senté a su lado recargado en la pared, él me jaló y me acomodó entre sus piernas. Luego puso sus brazos sobre mis hombros y me abrazó por detrás.
-Gracias por el amanecer Minho – dije recargándome en sus brazos y sosteniéndolos con mis manos.
-Ahora me vas a agradecer por cosas que yo no hice, he de ser el demonio más patético de todos y solo por el dulce aroma de un suculento bocadillo – dijo en mi oreja.
-Enserio de verdad muchas gracias – volví a decir mientras el sol salía lentamente y lo veía alegre desde mi ventana. Sosteniendo al ser del que me había enamorado y me había regalado hermosos momentos, de eso se trataba la vida de hermosos momentos que podíamos compartir, gozar y comparar con los amargos momentos que también la formaban.

Key
Pasaron dos días desde que recibimos la noticia de Onew y ahora estaba destrozado en esa colina observando como todos entraban a la blanca iglesia de debajo, sollozando a ratos y golpeando el suelo con fuerza e otros, me dejé caer en el pasto. Y empecé a tener recuerdos, bellos recuerdos de cuando lo conocí, de cuando lo vi desesperado abriendo mi ataúd de cuando jugábamos videojuegos o cocinaba para él. Cuando fuimos de campamento, todo inundaba mi mente. Pero el momento más presente fue cuando Onew llegó lleno de lágrimas a nuestro departamento.
-Ya no está – fue lo único que pudo articular y luego la madre de Taemin llamó a Jonghyun.
Taemin había muerto, habían encontrado su cuerpo la mañana siguiente que había regresado junto con Jinki y Minho, estaba dormido en su cama pacíficamente cual ángel. Sin respirar, sin moverse ni un centímetro, lo había llamado varias veces y no se había despertado. En un último intento había pegado su cabeza al pecho de su hijo buscando señal de cualquier latido.
Los gritos de una madre desesperada hicieron que Jinki fuera a la pieza para encontrar a su madre sacudiendo con fuerza el cuerpo de su hijo y llamándolo. La ambulancia no tardó en llegar después de la llamada de Onew y se llevaron el cuerpo de Taemin sin vida tratando de consolar a la mujer.
-Una enfermedad incurable – El doctor dio el veredicto mientras Jonghyun sostenía las manos de esa mujer, yo solo escuchaba todo desde la esquina del pasillo. Con una gorra y lentes esperando que él estuviera sonriendo en una cama de hospital, pero todos lo sabíamos era demasiado tarde.
Vi entrar a la desconsolada mujer y a su esposo sosteniéndola a la capilla detrás de ella iba Jonghyun que jalaba a Onew en un estado autista, luego seguía el profesor Minwoo y otros amigos de la escuela, parientes y demás.
-Nos dejaste Taemin, qué esperabas que hiciéramos sin ti –dije sollozando otra vez – ni siquiera puedo estar cerca de ti para darte mis respetos ¿Por qué te fuiste? Se suponía que irías a mi graduación, que comeríamos con Jonghyun, que volveríamos a ir a acampar. Que viviríamos juntos en la ciudad en el futuro ¿Por qué nunca consideraste que yo quería eso?
Volví a ver como todos los invitados vestidos de negro entraban, de seguro estaban observando el angelical cuerpo inerte en ese ataúd. Error Taemin había sido crenado, lo recordé, ya nunca lo vería de nuevo en una pieza, ya no podría regañarlo ni consentirlo.
-Un cadáver en medio de un montón de cadáveres – esa voz me hizo girar la cabeza.
-Ah – dije desanimado – solo eres tu – lo odiaba pero en ese momento no tenía ganas de discutir.
-Vaya forma de saludar a tu amo y señor – dijo recargándose en uno de los árboles – demasiados humanos – dijo mirando la escena.
-Todos querían a Taemin y tú te lo llevaste – estaba molesto pero ya no tenía fuerzas, solo lágrimas abandonaban mis ojos.
-También lo traje a ver – dijo mientras sacaba algo de su gabardina, yo volteé a verlo incrédulo.
En sus manos tenía una esfera brillante, no era sólida solo estaba hecha de luz, como una estrella que parpadeaba.
-Está contento de estar aquí y verte – dijo sosteniendo la luz con delicadeza – es un bocadillo muy extraño.
-¿Eso es Taemin? – Pregunté mientras me ponía de pie y me acercaba a la luz.
-¿Qué más podría ser? No-muerto ignorante – dijo acercando la luz a mí como para enseñarme.
-Taemin – hablé y la luz se expandió y contrajo – te extraño Taemin – dije al destello que era ahora en la mano del demonio. Sentí un cálido momento y luego la luz volvió a expandirse y contraerse.
-No soy tu traductor, ni pienses que te haré el favor de decirle – Minho discutió con ese cálido brillo.
-Dime por favor – sostuve el brazo del demonio pidiendo suplicante.
-Pero tienes que darme algo a cambio – dijo mientras me analizaba de arriba abajo. Yo afirmé – Esa foto de tu bolsillo, entrégamela.
-Aquí tienes – le entregué mi preciada fotografía de los álbumes de Taemin, Jonghyun se había puesto a coleccionarlas después de la muerte del pequeño, era su forma de recordarlo y yo me había quedado con esta donde sonreía felizmente después de nuestra clase de baile, poco tiempo después de habernos conocido. El recuerdo estaría por siempre, no necesitaba la foto más que las palabras de Taemin. Minho la observó por un momento y luego la guardó con cuidado en su gabardina mientras sostenía delicadamente el alma de Taemin con la otra.
-Dice que él está muy bien, que los extraña y les agradece por todo, peo que no se preocupen más porque está con quien ama – Minho se sonrojó y lo miré intrigado – ¿Contento? ¿Podrías no hacerme decir cosas tan vergonzosas? – Se empezó a alejar y las lágrimas invadieron mi rostro.
-¡Maldito demonio! – Grité haciendo que se volteara – ¡Mas te vale que cuides a Taemin! ¡Si no lo haces te perseguiré eternamente! ¡Y créeme que puedo! ¡Tú me hiciste eterno! ¡Cuídalo o sufrirás las consecuencias! – El chico alto de gabardina negra y grandes ojos se giró y solo levantó la mano de espaldas despidiéndose y llevándose a mi mejor amigo en sus manos.
Yo con el corazón roto me volví a tirar en el piso aun sollozando por la perdida, Jonghyun llegó corriendo después de un rato y me abrazó también llorando. Hasta que me calmé y el calló dormido en mis piernas de tanto llorar pensé en las palabras de Taemin.
-Niño tonto, yo debería ser quien te agradeciera a ti – dije mirando el tranquilo y melancólico rostro de Jonghyun que descansaba en mi regazo.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo14.2+

Ahora me preguntaba quién era el zombi y quién no, ambos caminábamos de forma automática, no parecíamos ni siquiera fijarnos en lo que nos rodeaba. Me tardé en darme cuenta que mi chaqueta se había rasgado supongo que cuando había bajado por el árbol. Era una linda chaqueta que había comprado con el dinero del concurso y ahora estaba arruinada. Pero seguía sin importarme, la verdad ahora no me importaba lo que era, si no lo que estaba por pasar.
No nos dirigimos ni una palabra, caminamos silenciosos por las estrechas escaleras de concreto. Me quedé pasmado mientras mi compañero sacaba las llaves y abría la puerta del departamento que se trababa por lo viejo del edificio. La puerta roja cedió al tercer empujón y ambos pasamos sin una mirada, sin una palabra, sin un sonido.
Arrastré los pies hasta llegar al comedor, seguía triste e impactado. Me dejé caer en la silla no sabía qué hacer. Llorar no era una opción tampoco quería quedarme con los brazos cruzados esperando. Jonghyun se sentó de golpe en el sofá y lo volteé a ver. Ambos seguíamos procesando lo que acababa de pasar.
-No lo entiendo – Jonghyun rompió el silencio con estas palabras que también describían mi situación.- Por que quiere morir, por qué de la peor manera – golpeó con fuerza la mesa.
-Tampoco lo sé Jong – dije al borde de llanto. Nuestro amigo había dicho frente a nosotros que solo quería morir tranquilo y por el camino que ya había decidido.
-Es culpa de esa cosa – se puso de pie y caminó con una pisada pesada hasta la cocina. Empezó a abrir y cerrar gabinetes con fuerza – Ni siquiera descansará en paz, escogió a ese demonio, cuando lo vea te juro…
-¡Detente! – Sostuve su brazo al ver como seguía golpeando desesperado buscando algo.
-¡Dejame! – Jaló su brazo con fuerza tirándome al piso de la cocina – ¿Dónde está el alcohol? ¿Qué hiciste con mis cosas? – Preguntaba molesto mientras su rostro se enrojecía y sus ojos se volvían cristalinos – ¿Cómo es que lo soportas? ¿Cómo soportas saber que por tu culpa tu mejor amigo desaparecerá de una horrible manera?
-¿Crees que lo soporto? – Me levanté y grité molesto.
-No me refería a ti – dijo bajando el tono de voz y su mirada.- Todo fue mi culpa.
-¿Qué dices? – Me acerqué aún molesto y confundido – Yo fui quien tomo su vida a cambio de la mía.
-Tú no tienes la culpa – dijo abrazándome en un rápido movimiento que lo impactó – Yo lo arrinconé a hacerlo, llegué desecho a su casa y sufriendo por mi anhelo. Me destrocé a mi mismo sin pensar que afectaría a los demás. Así como lo hace Taemin ahora, me rendí de la vida y decidí buscar otra salida. Debí saber que Taemin era demasiado bueno, que se preocuparía que desearía evitar mi sufrimiento, pero solo estaba de egoísta pensando en ti – me estremecí cuando escuché esto y me aferré a su espalda.
-No fue culpa de nadie – dije aspirando su aroma en su hombro – todos nos dejamos llevar por nuestros propios deseos sin pensar en los demás. El único que vio por otros fue mi niño -empecé a llorar en su hombro, mientras el también hacía lo mismo. – Y ahora deseo ver por él, pero soy un inútil.
-Eres más útil que yo – Jonghyun dijo con una risita y separó su cabeza de mi hombro – creí haberte dicho que me culparas a mí y no te siguieras torturando – sus palabras hicieron que viera su rostro.
-Yo… – no me dejó terminar por que en ese momento había aprisionado mis labios con sus carnosos bordes. Un beso profundo y más intenso que el que nos habíamos dado antes. Sus labios estaban tan suaves, hasta sentía que mis labios estaban resecos comparados con la jugosa boca que los movía suavemente, al ritmo de su respiración parecía sincronizarse y acelerarse con ese beso.
Busqué cualquier grieta en sus labios sin tener éxito, el empezó a hacer lo mismo sobre los míos con su lengua, al pasar por la comisura de mi boca no la quise detener y abrí mis labios para que siguiera su camino. Por un momento chocó con mi lengua pero luego ambas cedieron el paso y avanzaron hasta la cavidad del frente. Por un rato imité como el músculo se movía y acariciaba mis encías y mi paladar dándome un placer en la boca que poco a poco cortaba su respiración, pero no quería que se detuviera. Simplemente deseaba seguir comunicando la desesperación, el acongojo y la tristeza de Jonghuyn en ese beso, era sentirlo de una nueva manera.
No pudo más y nos separamos para que respirara. Su cristalina mirada se encajó en mis ojos mientras exasperado robaba el aire de la cocina. Sus manos aun rodeaban mi cuerpo, y yo en algún momento había acomodado las mías sobre sus hombros y rodeado su cuello. Estaba tan concentrado en el beso que no había notado mi propio cuerpo apretándose contra el de Jong, tan firme y trabajado. Los malos pensamientos invadieron de nuevo mi mente y la voz en mi cabeza retumbó… Te he escogido por tu lujuria…
Desvié la mirada del perfecto rostro del chico melancólico frente a mí y decidí separarme. Pero los brazos que me rodeaban me lo impidieron. Como si se tratase de un acto reflejo al alejarlo Jonghyun se acercó a mi cuello y empezó a rosarlo con su punta de la nariz era cálido, se sentía bien sobre mi fría piel sin vida. Su nariz pasó por mi piel mientras su respiración seguía acelerada, lo atraje más a mí y me rendí ante ese sentimiento. Cuando sintió que lo abrazaba más del cuello y ponía mis manos en su nuca para jugar con su cabello su boca tocó mi cuello. Era aun más cálida y placentera que la nariz, daba pequeños besos y roses llegando hasta mi clavícula. A ratos deba mordiscos que se sentían bien en la piel.
Volvió a levantar su mirada y yo bajé mi rostro, no besamos de nuevo y avanzábamos entre besos hasta su cuarto. El sujetó mis caderas por un momento y luego bajó sus manos para apretar mis glúteos, ante tal acción di un empujón a mi rostro y mordí su labio. El me separó y me observó con unos ojos de complicidad y decisión. Lo veía en su mirada, algo en ella decía, ahora me has permitido hacer todo. Y eso no era mentira yo le permitiría hacer todo. Avanzó un poco más hasta que en mis torpes pasos de espaldas choque contra el borde de la cama y caí sobre ella doblando mis piernas. Jonghyun siguió mi rostro con su mirada todo el tiempo y subió a la cama con sus rodillas posicionándose sobre mí sin tocar mi cuerpo. Agachó la cabeza para alanzar mi rostro y posicionó sus antebrazos a ambos lados de mi cabeza para mantener el equilibrio sobre mí. Siguió compartiéndome el néctar de sus labios y en un momento movió sus manos para deshacerse de mi chaqueta rasgada color púrpura, sin separarse. Yo no dejaba de absorber y disfrutar mi nuevo placer que se encontraba dentro de su boca. Su chamarra de cuero también salió después de un momento mientras él seguía a gatas sobre mí. Comencé a retroceder en la cama, me estaba cansando de estar en el borde así que subí mis piernas y las use para impulsarme hasta la cabecera mientras Jonghyun me seguía gateando y no se separaba de mi rostro y mi cuello. Besaba y lamía sabroso, había encontrado mi cielo personal. Sus labios, sus caricias, su roce hacían que todo se sintiera correcto.
Toqué la cabecera y detuvimos nuestro avanzar, la mano de Jonghyun ahora pasó a mi estómago y comenzó a acariciar mi abdomen frió subiendo lentamente. Levantando la playera blanca. Yo no me quedé atrás y comencé a pasar mis manos por su cálido y sudado cuerpo desde la espalda donde levantaba la playera negra ajustada. El estaba caliente tan caliente que mi frio cuerpo no tardaría en derretirse. Me despojó de la playera extendiendo mis brazos hacia atrás y luego pegó su nariz a mi torso. Su perfecta nariz que me volvía loco. Me sentí apenado al ver su mirada clavada en mi rostro mientras comenzaba a besar mi abdomen y jugar con su lengua en el. Me sentí mal por un momento, mis manos en su espalda hasta donde había levantado su remera me hacían notar la diferencia de un cuerpo vivo y saludable y un frio cadáver. Se debía sentir como si estuviera besando y acariciando a una fría muñeca. Solté su espalda por un momento, ante mi inseguridad pero él no tardó en hablar.
-Eres tan refréscate – dijo mientras lamía y saboreaba uno de mis pezones que disfrutaba el contacto. Traté de responder algo pero de mi boca solo salió un gemido que asemejaba al sonido de un gato. Su playera no tardó en desaparecer y me dedique a recorrer su perfecta espalda con mis manos mientras él me llenaba de placer.
Su mano que jugaba en mi abdomen descendió hasta mi pantalón y tocó mi despierto bulto. Me estremecí y levanté mi rodilla en un reflejo. Pero mi rodilla ahora rosaba también con su bulto, el comenzó acariciar en círculos mientras yo soltaba más sonidos curiosos que le hacía mostrar sonrisas mientras jugaba con mi ombligo.
-No… te…burles… – logré articular esas palabras pero luego un sonido más fuerte y erótico surgió de mi garganta. El rió abiertamente al oírme y yo en venganza comencé a mover mi rodilla en círculos haciendo que su extensión creciera al ritmo de la mía.
-¿Quieres jugar? – Dijo con la respiración cortada intentando sonar como una amenaza, pero se ahogaba entre sus propios gemidos a ratos roncos y a ratos agudos. Subió su mano hasta mi cinturón y lo abrió sin problemas, luego se concentró en el pantalón. Bajándolo lentamente haciendo que muriera (de nuevo) de las ansias poco a poco. Mi rodilla se detuvo cuando vi que su mano entraba a mi bóxer para seguir acariciando un momento y luego sacar mi miembro de su escondite. Lo sobó con el pulgar cerca de la punta, luego bajó lentamente con el índice. Me lanzó una mirada y al instante supe lo que tenía pensado hacer.
Antes de que pudiera decir algo su lengua ya se paseaba por la base de mi miembro, era húmeda y cálida se sentía demasiado bien, demasiado. En mi cabeza había explosiones causadas por el placer y mi cuerpo se retorcía ante el sentimiento. Su lengua comenzó a recorrer la extensión de abajo hacia arriba y de arriba abajo, yo sentía como si me faltara el aire, aunque era imposible ya que no necesitaba respirar, pero aun así lo deseaba tanto en ese momento. Sin aviso su lengua se detuvo y sus labios se abrieron para tomar todo de un bocado. Ahora su cavidad albergaba mi despierto miembro que palpitaba ante el subir y bajar de sus labios, su lengua aun jugaba con mi punta desde el interior. Los movimientos de su boca y el vaivén de esta se cordinaron con mis propios espasmos y mis caderas. Un esalofrío recorrió mi cuerpo, mi columna se dobló y levanté mi cadera.
Me había venido y en la boca de Jonghyun, lo miré asombrado. Y el lanzó una mirada llena de lujuria, saco mi miembro de su boca y tragó el contenido.
-Refrescante dijo mientras agachaba el cuerpo en una curva para llegar a mi boca y besarme, luego lamió mi cuello de nuevo. Mientras hacía esto pude escuchar el sonido de su cinturón al ser desabrochado y el zipper de sus pantalones bajarse. Ahora el estaba hincado entre mis piernas bien abiertas. Regresó hacia atrás y remojó varios de sus dedos en su boca, estaba por bajar la mano pero la detuve.
-No puedo sentir dolor – dije tomando su mano y sentándome para quedar cerca de su rostro.
-No te quiero hacer daño – me dijo de cerca, yo bajé mi mano hasta su bóxer para sentir el enorme, caliente y palpitante bulto.
-No me puedes hacer daño, no temas por eso –lo besé buscando otra vez ese néctar y ese calor, comencé a masajear su miembro con una mano mientras la otra se introducía dentro del bóxer para sacarlo. –Solo hazlo – dije recostándome de nuevo y abriendo más las piernas.
Me miró y le lancé una mirada sensual en respuesta, el tomó su miembro con una mano y la otra la apoyó en el colchón. Y lo introdujo lentamente, lo miré fingiendo molestia pero me había inundado de placer al instante al sentirlo tan engrosado dentro de mí.
Exhalé un gemido y me acerqué más a su cuerpo él en respuesta tomó una de mis piernas y la puso en su hombro para introducirse mejor. Gocé el momento en que comenzó a mecerse, sus caderas llevaban un ritmo suave al principio pero se fueron acelerando. Se dejó de recargar en el colchón y sus dedos pasaron a mi miembro que se había vuelto a despertar por el movimiento de Jonghyun y del colchón.
El rechinido de la cama era opacado por nuestros gemidos y el choque de nuestros cuerpos. Martilleaba y martilleaba, lo sentía fuerte dentro de mi cuerpo e inundaba mis oídos. Mis caderas también comenzaron a moverse mientras el miembro del chico de mis sueños rosaba mis paredes internas y masturbaba con rapidez y demencia mi miembro. El vaivén se volvió constante, todos nos sincronizamos al mismo tiempo, el colchón, Jonghyun y yo ahora seguíamos ese ritmo. Me doble para alcanzar su cuello y besarlo mientras todo pasaba. Mientras me inundaba de placer y los espasmos de nuestras caderas nos indicaban que nos acercábamos al momento deseado.
Continuó moviéndose a ese ritmo que me enloquecía, luego el escalofrío delirante volvió mientras lo acompañaban nuestros sonidos de éxtasis. Me curvé y lancé un grito ahogado y me corrí sobre nuestros vientres en la mano de Jonghyun, el se aferró a mi cuerpo y tomó mi hombro con sus dientes mientras su cuerpo temblaba ante lo inminente. Y no pasó ni un segundo cuando sentí la cálida semilla de Jonghyun en mi interior.
Caí rendido en la cama aun con algunos espasmos del momento, Jong cayó sobre mí. Nos esperamos hasta que recuperara la respiración y dejara de estremecerse con ese ritmo que me había vuelto loco y luego salió de mí. Acurrucándose a mi lado.
-Desearía que Taemin lo viera – dijo con la respiración aun cortada acomodándose en la almohada y extendiendo un brazo.
-¿Qué? – Me levanté para verlo mejor y con una mirada incrédula.
-No esto – dijo riéndose levemente – me refiero al deseo y la felicidad de sentirse vivo – me calmé y me acosté sobre su brazo acurrucándome con su bien formado pecho. – Como uno se llena de vida y es feliz por pequeñas cosas.
-¿Quieres convencerlo de que quiere vivir para qué él demonio acepte nuestro trato? – Pregunté empezando a descubrir su plan.
-Quiero que el desee vivir – afirmó con su cabeza – que sienta como me siento vivo cuando estamos todos juntos riendo o discutiendo, que sienta como me siento lleno de vida cuando sonríes, como disfruto cada momento a tu lado, como me llena de vida cuando cocinas para mí y como me siento en el paraíso cuando hacemos cosas como esta – me abrazó.
-No creo que Taemin sienta lo mismo – dije sonriendo – pero sé que disfruta cuando come sus cosas favoritas, cuando charlamos todos, cuando le acaricias la cabeza y cuando lo haces reír- Dije mirándole – mañana mismo tenemos que mostrarle todo eso. Debemos enseñarle lo felices que somos juntos, como disfrutamos de la vida y lograr que quiera quedarse aunque sea en manos del demonio.
-Prometo no llorar mañana – Jonghyun me abrazó aun más fuerte – pasaremos todo el día a su lado enseñándole las cosas buenas de la vida – empezó a llorar.
-Más te vale que no llores frente a mi niño – le pique la pansa haciendo que se retorciera por las cosquillas y luego me puse serio.- Jonghyun.
-Dime Key– me miró también con seriedad. – Estoy dispuesto a dar mi nueva vida por Taemin – retrocedí un poco para verlo mejor – se que yo ya debería estar muerto, pero mañana haré todo con decisión por el pequeño. Solo te pregunto qué estás dispuesto a dar tu para saber si detenerte – me miró asombrado y luego se acercó a mi rostro.
-Estoy dispuesto a darlo todo, hasta mi vida – dijo rozando nuestras narices – así que deberás intentar detenerme, pero no puedo asegurarte que lo logres – me besó en ese instante tierna y cálidamente. Diciéndome que no me dejaría solo, que éramos los dos o nada, pero aun así haría todo para que él se viera involucrado. Tras el beso no tardó en caer rendido entre mis brazos. Me quedé ahí toda la noche observándolo tan angelical y pacífico. Cuando pensé esto giré mi cabeza y vi la razón de mi alarma. La angelita estaba parada cerca de los pies de la cama observándonos. Me apené al instante y me cobijé con las sabanas escondiendo mi rostro en el pecho de Jonghyun. ¿De verdad había visto todo? ¿Qué pensaba un ángel de eso?
La vergüenza me dejó congelado en ese lugar hasta la mañana siguiente cuando nuestro plan para que Taemin conociera la alegría de estar vivo fuera llevado a cabo.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 14+

14.-Es aun más dulce, que la misma miel.

En la escuela todos me veían de una forma extraña. Decidí ir a clases por que ya había faltado bastante y ahora mi hermano simplemente no deseaba hablarme desde que la noche anterior había dicho que no me importaba morir y esta mañana solo me lanzaba miradas llenas de odio mientras desayunábamos y no se atrevió a cruzar ni una sola palabra conmigo. También lo había oído gritarle a su ángel varias veces, pidiendo que se alejara, que todo era su culpa y que ahora no podía hacer nada. La chica solo repetía que no podía que lo que más amaba en ese momento era a Lee Jinki y abandonarlo era contra su ley divina. La noche anterior había sido demasiado intensa, pero se sentía bien, hablar con ángeles te llena de paz y seguridad. Los pensamientos lo invadían mientras los murmullos rodeaban la escena. Hablar con Minho por el contrario te llenaba de inquietud y te ponía demasiado nervioso.
-Ignóralos – Jonghyun llegó a mi salón y ahora estaba delante de mí.
-No me preocupa lo que digan – dije con una sonrisa – era de esperarse que dijeran algo si la policía vino a interrogarlos y a preguntar sobre mí.
-Aun así no deberían de andar de chismosos – ahora levantó la voz y varios de mis compañeros se quedaron viendo –vamos a casa.
Lo seguí mientras me contaba lo que había pasado en la escuela esos últimos días, el también había faltado un día, pero tenía la habilidad de ponerse a l corriente. Él y Kibum respetaban mi decisión, pero ahora Jonghyun parecía evadir el tema.
-Acompáñame al frente – dijo cuando salíamos de la escuela – Kibum nos espera ahí.
-Solo por un momento porque sigo castigado – también deseaba aparentar.
Llegamos a una pequeña cafetería frente a la escuela donde Kibum nos esperaba ahora con el cabello rubio y lentes obscuros en una esquina del cafetín.
-¿No quieren tomar nada? – Sonrió mientras nos sentábamos.
-No puedo quedarme mucho tiempo, se supone que estoy castigado – dije sonriendo.
-No puedo creer que llegaría el día en que vería a mi niño castigado – dijo Kibum en su sentido maternal – y siempre pensé que sería culpa de Jonghyun.
-¡Oye! ¿Por qué todo termina siendo mi culpa?
-No puedes negar que eres una mala influencia. Mis padres siempre lo decían.
-Tu tampoco eres tan buena influencia
Sus pleitos me hicieron reír un buen rato.
-¿No quieres venir a comer a nuestro departamento? – Jonghyun preguntó con algo de nostalgia – Key preparará algo delicioso.
-No puedo – dije con algo de tristeza – ¿Ahora es el departamento de los dos?
-Ya ves Jonghyun estás diciendo cosas innecesarias – Key le dio un codazo.
-Pero quedamos que de ahora en adelante viviríamos juntos – Key se sonrojó al instante y le lanzó un pisotón. Yo solo pude reír.
-Vamos pídele a tu madre que te deje ir – Key me dijo de frente – cocinaré tus platillos favoritos. Yo la llamaría pero no creo que quiera recibir una llamada de ultratumba.
-Está bien – parecía que insistían mucho.
-Excelente, luego podemnos ir al karaoke – Jonghyun habló alto y entusiasmado – y también al cine, hay muchas películas por ver en esta vida – dicho esto Key le dio otro codazo.
-¿Qué tal estuvo la playa? – Kibum cambió el tema.
-Fue muy lindo, el mar es enorme – sonaba como un niño pequeño – la noche anterior fui a bailar a un club como los que a ti te gustan – dije contento de contarle a mi umma mi aventura.
-Yo también quiero ir, la próxima vez deberíamos ir juntos – dijo otra vez con una sonrisa, por alguna razón me dolía.
-La próxima vez no vayan a un club de fresas, deberían ir a una buena fiesta en casa de TaePong – dijo Jonghyun- creo que habrá una en una semana, deberíamos ir los tres.
-No quiero ir con tus extraños amigos – Kibum dijo en su tono de diva dando sorbos al café – no creo que ni siquiera sepan de la existencia del jabón. Y déjame te digo que fue uno de los primeros descubrimientos del hombre.
-No empieces Key – Jonghyun hizo un puchero – yo quiero verte bailar y no pienso ir a un club de fresitas – cuando dijo esto el rostro de Kibum se sonrojó por completo.
-Me alegra poder verlo – dije muy bajo, reconociendo que mi trato con Minho estaba hecho. De verdad eran el uno para el otro, me tomó demasiado tiempo aceptarlo, pero ahora que lo veía me podía ir sin arrepentimiento. Por lo menos mi corta vida había traído algo bueno. Me dolía haberle hecho daño a Kibum y alejarlo de la vida eterna y la salvación como decía el ángel. Por eso cumpliría una condena parecida, eso estaba bien para mi.
-Taemin- levanté mi mirada, se había clavado en el vaso del frapuchino con chocolate blanco y amargo con la gran montana de crema y chispas de chocolate que tanto me gustaba, al lado estaba mi pastelillo de chocolate favorito. Tenía un relleno de chocolate derretido, seguido de una capa de pastel mármol, mezcla de chocolate y vainilla, se cubría de una capa de betún de chocolate y trozos de chocolate que formaban un mosaico en triángulos y el toque perfecto una fresa cubierta en chocolate -¿Te encuentras bien? Estabas murmurando algo – me encontré con el rostro de Key.
-Umma debo hablar con mi otra umma – dije con una sonrisa poniéndome de pie – no debiste pedir todo esto – dije señalando las cosas mientras acomodaba la silla para salir. Me vas a poner gordo – salí a la calle para hablar por teléfono. Mientras salía la voz de Jonghyun retumbó.
-¡No digas mentiras Taemin, sabemos que es imposible ponerte gordo!
Hablé con mi madre, parecía bastante tranquila con el hecho de que saliera con Jonghyun a comer. Aunque se suponía que estaba castigado, parecía que mi madre no sabía cómo castigar a alguien.
Cuando regresé a la cafetería pude ver a Jonghyun llorando mientras que Kibum lo consolaba acariciando su espalda. Cuando me vió acercarme, le dio un codazo para que el chico pasara a limpiar su rostro.
-¿Te dio permiso? – Preguntó rápidamente antes de que yo preguntara que había sucedido.
-Si – dije lanzando una mira a Jonghyun que escondía su rostro.
Después de esa impresión todo en el café continuó con su curso normal. Reímos y comimos, luego pagamos y salimos a caminar hacía el departamento. Mientras pasábamos por el parque observe el camino por el que Minho me había arrastrado.
Me empecé a preguntar donde se había metido, no lo había visto, por lo general fastidiaba todo el tiempo, al principio me asustaba demasiado, ahora solo lo veía en momentos incómodo, pero me gustaba preguntarle cosas y que me respondiera con mentiras o verdades.
-¿Taemin? – Key se había detenido y ahora volteaba hacía mi.
Giré mi cabeza a un lado y traté de hacer una sonrisa.
-Umma – dije después de un rato de verlo – creo que no puedo ir – Jonghyun se giró a verme asombrado – desde pequeño pensé que era mejor no tener amigos y no apegarme a nadie, simplemente sabía que llegaría este día. Pero ahora me hago daño, perdonen mi egoísmo, pero me duele ser tan feliz – Jonghyun comenzó a llorar.
-Ya no puedo más Key – dijo con mucho sentimiento.
-Lo sé – Kibum lo miró y luego caminó hacia mí. – Nuestro pequeño no lo hace más difícil – me abrazó y sus sollozos inundaron mis oídos. Jonghyun también avanzó a donde estábamos y nos abrazó a los dos.
-Se suponía que tendrías un día muy divertido con nosotros – Jonghyun lloraba – se suponía que aparentaríamos que todo estaba bien. Se suponía que te convenceríamos que la vida es muy buena y que hay mucho por hacer en ella, que te quedarías con nosotros.
-Jonghyun, no tienes por que convencerme de eso, se que la vida es genial y deseo quedarme con ustedes – las lágrimas me invadieron a mi también, por fin era honesto. – No me quiero ir, no quiero desaparecer tan fácil, quiero estar con ustedes, por favor, quiero vivir – el sentimiento de descontrol me invadió, me abrazaron con más fuerza – Ummaaa – sentí mis lágrimas recorrer el rostro – por favor ayúdame, quiero quedarme no quiero desvanecerme, quiero vivir, quiero vivir – empecé a repetir esa frase más de una vez.
-Está bien mi niño – presionó mi cabeza contra su pecho – yo también quiero que vivas, no quiero perderte.
-¿De verdad deseas vivir? – Una nueva voz retumbó en los oídos de todos. Giramos nuestras cabezas con asombro.
Recargado en un tronco se veía al chico que había visto en la playa, esta vez no sostenía la cadena, pero también estaba de negro como la vez pasada y nos observaba con su mirada.
-¿Quién eres tú? – Jonghyun se puso enfrente de nosotros.
-¿De verdad deseas vivir? – Volvió a preguntar ignorando a Jonghyun.
Asentí y Key me miró sorprendido. Yo sabía que ese chico era un demonio como Minho pero Key y Jonghyun solo me miraban confundidos.
-Bien humano de mierda – dijo acercándose provocando que Jonghyun se pusiera en pose para golpearlo – es tu día de suerte – siguió avanzando hasta acercarse mucho a mí. Él desea verte.

Caminamos por el bosque hasta una cueva, en el camino les fui explicando a Key a Jonghyun quien era él o más bien lo poco que sabía de él. Observamos asombrados al entrar, parecía una guarida de unos adolescentes o vándalos.
Solo había unos viejos muebles en el interior, las paredes estaban pintadas con grafiti de todo tipo y le piso estaba lleno de botellas de cerveza. Pudimos ver como un grupo de chicos y chicas que descansaban en los sillones se iban poniendo de pié ante nuestra presencia.
Kibum se movió a un lado de repente y vi como tomaba la mano del ángel de Jonghyun, no sabía que se podían tocar a los ángeles, pero ella en ese momento parecía más una chica que un ángel. Se veía aterrada y debía estarlo, por lo menos había doce personas ahí y no podría llamarlas personas, definitivamente eran demonios.
-¿Todos ellos son..? – Jonghyun no terminó la pregunta por qué al instante asentí.
-Señor ya lo traje – el chico que nos acompañaba se adelantó y camino hasta un hombre que estaba en un sillón
-Huelen bien – una chica se acercó a Jonghyun y a mi. Parecía estarnos olfateando de forma inofensiva hasta que de la nada su mandíbula se expandió alargando su boca y de ella aparecieron una fila de finos y delgados colmillos, estuvo por morder a Jonghyun pero la chica que había visto varias veces con el cabello largo y la cadena la detuvo.
-Esa no es forma de tratar a la visitas – dijo el hombre del sillón – me presentaría humanos, pero no tengo un nombre, no tengo la necesidad de uno como ustedes. Pero para que no haya inconvenientes llámenme Avaricia – Jonghyun rió.
-¿De qué te ríes humano? – Un chico alto y moreno con cabellos azules se adelanto frente a Jonghyun algo molesto.
-Avaricia suena a nombre de Taibolera – Jonghyun seguía riendo. El demonio estuvo más cerca de él de forma amenzante, pero parecía que Jong no se detendría.
-¡Jonghyun! – Kibum llamó desde atrás, junto al ángel, donde nadie le prestaba atención – Es mejor que cuides tus acciones aquí – La mirada de Key logro que Jonghyun parara de reír y luego afirmó con la cabeza.
-Un grupo interesante de humanos – dijo el hombre del sillón – pero yo solo pedí al niño sin ángel.
-Disculpe señor, pero ellos querían hacer un trato con usted – el chico que nos trajo hablaba con respeto.
-Un trato – sonrió mostrando unos filosos dientes – Minho es el de los tratos – dijo mirándonos- es verdad es un humano sin ángel, ni siquiera tiene la marca de haber tenido alguno una vez.
Todos me voltearon a ver, me sentí incómodo, aunque me asombraba escuchar que no tenía un ángel, era obvio que Jonghyu tenía y Key había tenido, y mis sospechas aumentaron con las penetrantes miradas demoniacas.
-Lee Taemin- pronunció mi nombre y se puso de pie, yo simplemente me quedé petrificado – el chico abandonado por el de arriba, me puedes decir que te hace tan importante como para que uno de mis demonios decida esconderse de mí en una cárcel humana.
-¿Minho está en la cárcel? – Pregunté asombrado.
-Y aun así desconoces todo lo que causas, inocencia e ignorancia – dijo avanzando hacía mi – se que a Minho le gusta eso, pero a mí no me prende. Se suponía que su castigo se levantaría cuando se comiera a su hermano, pero no lo hizo, se suponía que le devolvería sus poderes cuando hicieran el trato y te arrastrara hasta aquí, pero no lo hizo. Se suponía que si te tomaba a la fuerza como cualquier demonio volvería a confiar en él, pero al final fue un cobarde- Tomó mi rostro – No solo se dejó atrapar en su tonto ritual, sino que además fue a divertirse como si gozara de su libertad con tantas cuentas pendientes. Debería tomarte para mi, deberías pertenecerme ahora, hacer todo lo que no hizo, desangrarte y morderte mientras satisfago mis necesidades, yo pienso tomarte al instante, para mi tirarme a un niño bonito como tú solo es una tarea cotidiana ¿Qué dices todo terminará más pronto a mi lado? – Escuchaba su mano quemarse al contacto de mi piel, podía ver el humo salir, pero parecía no importarle. Cerré los ojos y luego l marca empezó a arder y una luz destelló, y el fuego verde comenzó a salir de su mano que me había tocado. La apartó deprisa y nos miró con recelo.
-No puede tocarlo – Kibum habló, parecía que se comunicaba con la chica – tiene la marca del demonio y eso quiere decir que solo él puede tocarlo.
-Qué angelita tan atrevida – dijo sacudiendo su mano para apagarla – por lo visto tampoco puedo tocar a tu humano y aquel chico es un recipiente nada más. Que grupo tan aburrido – se volvió a sentar en el sillón.
-Señor, el niño sin ángel quiere vivir – cuando dijo el chico de la ropa negra esto el otro se giró a nosotros con interés – podría hacer que Minho volviera.
-¿Qué te hace pensar que lo quiero de regreso? – Dijo molesto.
-Lo quiere de regreso – dije mientras observaba como me volvía a ver con odio – por eso me trajo hasta aquí y pensó tomarme – mi estómago se revolvió – quiere que Minho venga.
-No digas pendejadas humano, tu inteligencia no da para más.
-Le dio demasiadas oportunidades al tipo como para que no desee que esté aquí – Jonghyun habló y él lo miró de nuevo.
-Ya cállense –se levantó – aunque quieras vivir, ya no puedes hacerlo – me observó – ya es demasiado tarde, tu trato está hecho y tu enfermedad te atacará. Tu cuerpo humano es inservible, ni siquiera sería un buen recipiente como el de aquel chico – señaló a Kibum.
-Pero aun así puede hacer algo – dije tragándome el miedo.
-Yo puedo hacerlo todo – dijo con una sonrisa de lado haciendo que sus colmillos destellaran – solo necesito saber que estás dispuesto a darme a cambio.
-Yo me doy a cambio – Jonghyun dijo alto levantando la mano y lo volteé a ver asombrado.
-Yo también – dijo Key detrás de nosotros.
-Yo no los quiero a ustedes, un humano con un ángel que no lo permitirá, me es inútil y un contenedor tiene mal sabor para los demonios – dijo volviendo a verme.- Déjame tenerte, el niño abandonado por el de arriba, tu también podrías servirme, eres demasiado bueno, pero te enseñaré lo divertido, lo incorrecto, lo impuro, será divertido. Debes considerarte afortunado, me encantará enseñarle a ese que te abandonó lo que puedo llegar a hacer contigo.
-No siga, Dios no lo abandonó – una voz de chica nos hizo voltear – en la mano de Key el ángel temblaba y parecía cada vez más humano.
-¿Tu como puedes saberlo? Tienes a lo mucho 4 años humanos siendo ángel – una chica con ropa entallada y medias de red habló.
-Usted quiere a Taemin aquí para retener a eso – Jonghyun habló otra vez – pero como piensa retenerlo.
-Se volverá un ser perfecto como nosotros – dijo señalando a la sala – no querían vida para él. Pues obtendrá algo mejor.
-Se equivoca – me di cuenta de algo – yo no quiero vivir por vivir, quiero vivir por mis amigos y mi familia. Quiero estár junto a ellos y no hacer nada que los defraude. Si esta es la opción que me dá prefiero morir.
-¿Entonces por qué no escogiste la salvación? – Preguntó mientras me giraba.
-Porque no me la merezco – empecé a avanzar – por que hice un trato con Minho y el cumplió su parte ahora es mi turno y cumpliré la mía – salí de la cueva con decisión y Key y Jonghyun siguiéndome.
-Ha de haber otra forma – dijo Kibum algo decaído.
-Vamos a buscar a eso– Jonghyun habló – dijeron que estaba en prisión. Dijo que podría hacer algo si Taemin quería vivir.
-Minho pedirá también algo a cambio o dirá eso de que su cuerpo ya no sirve – Key se veía abatido
-Los demonios mienten – dije suavemente y luego se me ocurrió un posible lugar para encontrar a Minho.

Key
Vi como Jonghyun y Taemin se adelantaban y luego regresé al teléfono celular de Jong que utilizaba estos días. Llevaba buen rato en esa llamada, solo esperaba que hubiese escuchado. Acerqué la bocina a mi oído y me dedique a hablar.
-¿Escuchaste? – No obtuve respuesta en ese momento – de todos modos ya sabes a donde vamos, iremos con la policía, no puedes seguir molesto con tu hermano más tiempo, ya dijo lo que querías que dijera – dije algo molesto. El día anterior Onew se había comportado como un idiota y le había gritado a Taemin, a nosotros e inclusive a la chica que nos había contado la historia. Nos trató como basura por apoyar a Taemin en su idea de rendirse y luego le había echado toda la culpa al ángel. Pero aun así después de todas sus estupideces quise que escuchara por el bien de Taemin.
-Gracias Key – por fin escuché algo después de una larga espera – intentaré averiguar lo del ángel. Los alcanzaré más tarde, no creo que Taemin quiera verme – colgó después de eso y yo corrí para alcanzar a los otros dos que se me habían adelantado.

-Ya me canseeeeeeeeeé .
-Ya deja de quejarte Jonghyun – tenía rato escuchando sus quejas y me empezaba a fastidiar.
-Pero ya es la cuarta estación de policía en la que estamos – se sentó en una de las sillas de plástico junto a la puerta – no podemos saber si está aquí y tal vez ya terminó en la cárcel.
-Lo dudo, aparenta ser menor de edad – dije sentándome en la silla de al lado – aunque no podemos sacarlo sin un tutor, ni siquiera podemos saber dónde está.
-Estoy arto de esperar a que nos hagan caso solo para preguntar si está aquí – Jonghyun se desparramó en la silla fastidiado.
-Ya baja la voz – le di un codazo viendo que Taemin se acercaba.
-Me dijo el sargento que podemos pasar después de esa mujer – señaló a una señora que lloraba desconsoladamente.
-Creí que ya nos tocaba – Jonghyun se adelantó en la silla molesto.
-Yo la dejé pasar hyug – Taemin agachó la cabeza apenado – dice que perdió a su hijo y le dijeron que volviera en 48 horas y luego pidieron que llenara unos papeles.
-¿Pero que le pasa a la gente? – Grité algo molesto y todos voltearon a verme, Jonghyun jaló mi manga para que me volviera a sentar.
-¿Entonces primero preguntaremos si está aquí –Jonghyun buscaba saber si procederíamos como en las otras tres cedes policiacas – y luego intentaremos que nos dejen verlo?
-Bueno hyung – Taemin empezó a hablar pero luego dos policías panzones pasaron hablando detrás de nosotros.
-Ese chico no come ni duerme, te lo aseguro.
-Ya trabajaste demasiado.
-Enserio además me dice humano y sus ojos están hechos de azufre ardiendo.
-Deberías dormir más – le dio una palmada en la espalda – vamos por esos pastelillos, alejarte de las celdas te hará sentir mejor.
-Bueno creo que lo encontramos – me levanté y caminé al escritorio viendo como se iba la mujer aun en llanto con otro policía.
-Espérame Key – Taemin me siguió – ¿Qué piensas hacer?
-Sacarlo – dije como si nada y me acerqué al sargento sentado detrás del alto escritorio. – Buenas tardes, venimos a sacar a nuestro amigo – dije con aire de superioridad.
-¿Quién es su amigo? – El hombre alzó una ceja y mostró una cara de inconformidad.
-Minho – dijo Taemin algo nervioso.
-Díganme el nombre completo – dijo molesto – aun así si no viene un adulto no pueden sacarlo.
-No creo que usted conozca el nombre completo – dije otra vez superiormente – venimos por un chico arrogante, alto, con cabello castaño obscuro y ojos grandes y tétricos – su cara de disgusto pasó a ser de miedo.
-¡Teniente! – Gritó – Vinieron por el chico, tráigalo.
-Claro, en lo que canta un gallo – parecían contentos de librarse de él.
-Entre más pronto se lo lleven de aquí, mejor para nosotros, no levantaremos cargos.
-Gracias oficial – me alejé triunfante del escritorio.
-¿Qué tal salió? – Preguntó Jonghyun cuando regresaba a donde habíamos estado sentados.
-Key umma estuvo asombroso – Taemin alimentó mi ego – En un momento lo van a traer.
-¿Y luego que haremos con él? – Jonghyun tenía razón, nos habíamos concentrado en saber donde estaba que ahora no sabíamos que era lo que seguía.
Escuchamos ruidos de pelea y algunos gritos en la parte de atrás.
-Señor el chico se niega a salir dice que se quedará aquí – el teniente regresó corriendo aterrado.
-Díganle que sus amigos vinieron – el sargento se puso de pie.
-No – dije serió y luego lancé una sonrisa – Díganle que Taemin está aquí, solo digan eso.
El teniente salió corriendo y Minho no tardó en salir de la parte de atrás caminando como si nada. Todos le iban abriendo paso y lo miraban algo asustados.
-No muevan mi celda – dio la orden mientras pasaba al vestíbulo de la comisaría – pienso volver.
Todos se lanzaron miradas asombrados, y luego el chico alto nos volteo a ver.
-Mi delicioso bocadillo vino a buscarme – Taemin se movió con un ligero escalofrío. – Parece que por fin me dejará probarlo.
Jonghyun se puso delante de nosotros y luego le lanzó una mirada.
-Vámonos de aquí – dije dándome la vuelta para salir. Supe que los demás me siguieron y así avanzamos hasta el parque.
-¿Seguirán sin decirme porque me fueron a buscar? – Minho habló rompiendo el silencio -¿O es que quieren que me meta en su mente otra vez?
-Dame más tiempo – Taemin dio un paso al frente y habló con fuerza.
-Ya te di mucho, nuestro trato ha terminado, tú me perteneces, qué más puedo obtener de ti – Taemin agachó la cabeza.
-Debes hacer algo por él – Jonghyun se adelantó molesto.
-Ya hice mucho por él – Minho se dio vuelta – ya no quiero seguir haciendo cosas por un simple humano, me he vuelto patético.
-¡Dale más tiempo! – Alguien gritó desde el otro lado del claro donde estábamos parados.
Todos giramos la cabeza y encontramos a Onew seguido por el profesor. Corrió hasta donde estábamos y se tropezó y rodó en la yerba.
-Ya te dije que ya no quiero nada de ustedes – Minho le dijo cuando llegó rodando a sus pies.
*Yo puedo darte algo* La voz retumbó de nuevo en nuestras cabezas. Pude ver de nuevo al ángel de Onew mirando con decisión al demonio.
-Tú no puedes darme nada – dijo dándose vuelta.
*Quieres obtener lo que te quitó ese demonio por tu traición al grupo* – Minho comenzó a hacer su carcajada profunda y molesta.
-Ya no deseo nada de él, ya no deseo nada de nadie – dijo aun entre risas – no soy tan patético para seguir con esos perdedores y mucho menos para que un ángel se apiade de mí. De ahora en adelante me dedicaré a vagar por el mundo de los humanos sin volver al averno.
-Creí que si los demonios no volvían perdían gran parte de sus poderes – el profesor habló mientras veía asombrado.
-No necesito esos poderes – rió de nuevo – soy mejor que eso. Ahora regresaré a donde estaba, esperaba algo mejor bocadillo, la próxima vez que me vuelvas a ver espero que no tengas ese medallón y me dejes disfrutarte. No vengas a verme para pedirme cosas, ya se agotó tu tiempo.
-¡Tu agotaste su tiempo! – Jonghyuj volvió a gritar.
-¡Yo no agoté su tiempo! – Minho gritó con una voz con eco – fueron los suyos los que no le dieron tiempo desde un principio – señaló a los ángeles.
-El chico abandonado por Dios – dije recordando lo que había pasado en la cueva.
*No fue abandonado* El ángel volvió a hablar.
-No le dieron un ángel – dijo el profesor– solo hay dos maneras de volverse un demonio, la primera es que un ángel se revele del de arriba y la segunda es que un espíritu en tormento atrapado en este mundo se llene de rencor. Si un ángel no lo guía se queda atrapado en este mundo.
-¿Mi hermano se quedaría atrapado en este mundo? –Onew preguntó sorprendido.
*Como Minho*Todos miramos al ángel sorprendidos.
-Por eso ese demonio tenía interés en Taemin solamente – Jonghyun habló y Minho lo vio alzando una ceja.
-¿Qué demonio? – Se adelantó con un movimiento fugaz hasta Jonghyun.
-El de la cueva en el parque – Jonghyun intentó recordar – dijo que lo llamáramos A… aa…aaaa.
-Avaricia – dije molesto –Avaricia Jonghyun ¿No te reíste de eso?
-Ese maldito – se giró a Taemin -¿Intentó tocarte? – Taemin lo miró confundido -¿Intentó tocarte? – subió el tono de voz asustando a Taemin. El solo asintió. – Vamos – dijo tomando su muñeca y vimos como su mano ardía al contacto con Taemin – me las pagará.
De un momento a otro una llama verde surgió del piso y luego Taemin y Minho desaparecieron ante nuestros ojos. Onew corrió hasta ese lugar y luego giró de un lado al otro buscándolos.
*Se fueron al averno* El ángel habló *Minho odia ir al averno, solo está con ese grupo de demonios cuando están en el mundo humano*
-¡La cueva! – Jonghyun gritó.
*Ya no están ahí* Ahora una voz dulce habló, miré y era la pequeña angelita. *Se fueron todos, sabían que iría a buscarlos*
*Esto está mal* El otro ángel volvió a hablar *Minho es más poderoso en el mundo de los humanos, que en el averno, por eso necesita estar cerca de ese grupo de demonios*
-Tienen que llevarnos – Jonghyun habló.
*Nosotros no podemos entrar* *Solo algunos humanos y seres obscuros*
-Entonces yo puedo ir – me adelanté hacía el ángel.
*Pero si vas puedes terminar volviéndote un demonio*
-No es mucha diferencia de lo que soy ahora – dije con una sonrisa.
-No Key tu eres bueno- Jonghyun se adelantó – No eres como un demonio.
*El tiene razón aun tienes moral y una conciencia, perderías todo si fueras al averno*
*No quiero que Kibum vaya* La angelita tomó mi mano y me detuvo.
-No lo hagas, no quiero perderte – Jonghyun me abrazó por la espalda.
-Yo voy – Onew se adelantó – los traeré a ambos de vuelta.
*Nosotros no podemos guiarte*
-Pero yo conozco una entrada, en el cobertizo del parque – dije recordando el lugar al que había ido.
-Te acompañaré Jinki – el profesor puso su mano en el hombro del chico.
*Lo siento profesor, pero no tiene las habilidades de Jinki* Buscó confundido, era obvio que no podía ver al ángel. *El señor le dio esas habilidades para ayudar a su hermano* *Te protegeré desde aquí y Kibum me ayudará a mantener la puerta abierta, pero todo dependerá de ti*
Comencé a avanzar pero luego me fijé que el ángel no nos seguía.
*Jinki, no caigas ante tus demonios personales, por favor recuerda que tu hermano es tu sangre, tu hermano es solo tu hermano* Onew la miró sorprendido.

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Not My Highschool Sweetheart +Capítulo 01+

Amor de preparatoria… Es difícil de explicar. Muchas veces es el primer amor, vergonzoso, nervioso, diferente. Estamos fascinados por él, viendo tantas historias que lo representa, leyendo  las palabras sobre jóvenes adolescentes superando sus inseguridades y buscando un amor que va a paso lento y lleno de curiosidad.

Si, así debe ser el amor de preparatoria, lleno de primeras veces y esperando las cosas con manos temblorosas y preguntándonos si estamos listos. Eso es lo que se busca en las historias de adolescentes el sentir otra vez esa incertidumbre de nuestro pasado… Pero muchas otras veces se busca el sentir algo que uno piensa que no sentirá en su vida, no se te perdonará estar avergonzado, nervioso o hacer las cosas a un paso diferente de nuevo, después de la preparatoria pierdes la oportunidad de ir dando tumbos por la vida sin saber a lo que te estas enfrentando.

Mi nombre es Taemin y al final me volví un aficionado de las historias de primeros amores, tan sencillos, donde un abrazo o tomarse la mano eran aquello que podía dar una profunda dicha a una persona y el primer beso era como tocar el cielo y fundirse con él poco a poco hasta volverse una nube. No sé cuándo mi fascinación comenzó, creo que pudo ser en la preparatoria, empecé leyendo en el rincón alejado de la biblioteca cerca de la ventana donde podía ver a la persona que me gustaba, pero fue imposible para mí hacer cualquier contacto. Por el contrario me sumergí más y más en los libros imaginando que podía ser yo algunas veces otras enojando con el protagonista por ser tan terco con sus propios sentimientos.

Pasé a ver películas yo solo en mis ratos libres, las series vinieron luego, después buscaba cualquier escrito sobre esto. En un momento ya estaba saliendo del trabajo en la oficina y llegando a mi departamento a buscar sobre cualquier historia que fuese alegre o triste sobre un amor sencillo y sin problemas o complicaciones graves.

Mi extraña obsesión no quedó como secreto y de un momento a otro mis compañeras de trabajo me empezaron a preguntar cómo podían saber si un chico podría ser un buen novio, que significaba cada gesto o que opinaba de ellos. Me decían que las regañara si escogían a una mala persona o sentían un flechazo por algún mujeriego.

No podía entender la razón pero que me pidieran cosas así me dolía, no deseaba ser tratado como un analista de personas y mucho menos dar consejos de amor cuando era un verdadero inexperto en ello. Pero al final no podía más que ayudarlas a notar si los chicos eran posesivos o tenían ideas retrogradas o fingían ser algo que no eran ante los ojos de ellas. Soy demasiado blando y no soporto verlas heridas por jugadores que usan bellas palabras o gestos para engatusarlas, así no son los protagonistas de las historias. Siempre se muestran como son aunque sean odiosos y uno encuentra las cualidades de ellos con el tiempo, tampoco intentan cortar las alas de sus contrapartes y aunque sus sentimientos tarden demasiado en ser expuestos no dañan gravemente a las chicas ni hacen movimientos si no están seguros.

-Pero a veces les dañan o dicen cosas crueles para protegerles.

-Pero en esos casos es por algún pasado obscuro o una inevitable batalla, entonces creo que en ese momento es un acto noble.

-Me asombras Taemin – Sonreí volteando a ver a quien sonreía sobre mi hombro – ¿Esto es parte de tu terapia?

-Afirme y guardé el documento mientras cerraba la computadora- Ya que me cuesta hablarle y le dije que escribía también me mencionó que escribiese sobre mis inquietudes e analizara cuando empezó a afectarme tanto. – El chico con el que hablaba tomó la toalla que estaba en sus hombros y la pasó por su cabello intentando secarlo un poco más antes de ir al refrigerador a tomar una botella de agua.

-¿Cuándo empezó a afectarte? – Preguntó mientras la abría lanzando una mirada de lado mientras yo me sentaba en la barra.

-Supongo que fue en mi último cumpleaños, cuando noté que sería ridículo tener un primer amor a mi edad y me di por vencido.

-Tooooooontoooooo – alargó la palabra después de dar un trago de agua – no importa la edad.

-Sonreí afirmando, eso también lo había leído en miles de historias y aunque mi lógica me decía que si era cierto, algo en mi interior había muerto hace tiempo dejándome con la sensación de que nunca me llegaría a pasar.  – Pero tu evades a las vírgenes – dije agregando al argumento y noté en su mirada que mis palabras me habían hecho ganar esta discusión.

-Es mejor alguien con más experiencia – me volteó a ver – pero eso sirve solo con cerdos como yo –se señaló sonriendo -¿Saldrás hoy? – Negué  en silencio con una sonrisa, eso significaba que él saldría. Si tuviese que definir a mi compañero de departamento sonaría como el antagonista de mis historias, mujeriego, directo, burlón, buscando solo divertirse y nada alto.

Es una historia graciosa de como empezamos a vivir juntos.

Flashback

-Nos dividiremos la renta a la mitad y muchas veces tú podrás cocinar y acomodarte como gustes por que no estaré en casa todo el tiempo.

-Afirmé-

-Aquí están las llaves- sonrió entregándome las llaves sin ninguna preocupación.

Fin del Flashback

De acuerdo, comenzamos a vivir juntos de una forma muy normal, fue cuando lo fui conociendo que las situaciones raras empezaron. Como ver a una chica diferente cada vez salir de su habitación y compartir el desayuno conmigo mientras mi compañero se arreglaba. La vez más asombrosa fue cuando salió una chica con una camisola y al verme me empezó a preguntar si era el hermanito de la casa.  Mientras realizaba sus preguntas una segunda salió solo en ropa interior con dirección a la cocina y cuando la observaba asombrado bostezar y tambalearse en busca de agua una tercera apareció ya arreglada y maquillada preguntando por el café. Ese día intenté hablar con Jonghyun, pero descubrí que había huido en medio de la noche y me había dejado en esa situación.

Si así se llama… Jonghyun… el chico raro con el que vivo, no es mala persona, pero definitivamente no le presentaré a ninguna de mis amigas por más que me insista.


 

-JAJAJAJAJAJA- Las fuertes carcajadas retumbaron por la habitación- Ese Jonghyun parece ser todo un personaje – volvió a decir entre risas la mujer cuarentona con traje gris y blusa turquesa que se había vuelto mi terapeuta. – Debes pasarme su número – dijo levantándose hacía una mesita con una cafetera eléctrica donde llenó su taza sin dejar de reír, pero ahora suave.

-¿Usted quiere conocer a Jonghyun? – Dije asombrado mirando su espalda, la terapeuta podía ser del tipo de Jonghyun, aún se veía joven, tenía un cuerpo esbelto y bien formado, además ya había visto mujeres mayores en el apartamento, ellas me preparaban el desayuno cuando aparecían.

-Acabo de pasar por un divorcio, a veces nosotros escogemos nuestra propia terapia y forma de sanar – se volvió a sentar y me sonrió. – Para ti ha de sonar algo extraño porque ves las relaciones de una forma pura y honesta. – Agaché la mirada algo decepcionado de mí, ya no era un niño para pensar así. – Pero creo que tu estas en lo correcto y Jonghyun y yo somos los que estamos heridos por algo y no podemos ser sinceros con nosotros. – Me brindó una sonrisa y la miré algo asombrado, me había enterado de muchas cosas de ella y no creo haber dicho tanto de mí, pero por alguna razón me inspiraba confianza.

-Nos vemos la próxima semana – dijo poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta- esta vez quiero que escribas de la persona que admirabas desde la biblioteca ¿Me harías ese favor?

Negué- Aun no puedo – miré al piso algo abatido.

-En ese caso que sea sobre tus buenos amigos – volvió a sonreírme – iremos a tu paso, no debes preocuparte por nada. – Afirmé ansioso y tomé mis cosas para salir por la puerta que acababa de abrir- Mándame al que sigue por favor – le dijo a la secretaria y esta mencionó un nombre – seguí caminando cerrando mi mochila cuando me topé con  alguien.

-Lo siento – dije inclinándome.

-No hay problema, creo que ambos íbamos distraídos – reconocí la voz y me congelé aun inclinado mirando hacia el piso. No podía tener la misma voz, habían pasado años. No me atreví a mirar, pero sentí como la persona se agachó para verme y cerré los ojos aterrado.

-Por favor pasa- la voz de la doctora sonó detrás de mí. – Si, gracias – esa voz que retumbaba en mis oídos contestó y pasó a mi lado – perdón por chocar – dijo en tranquilidad y me quedé inmóvil hasta que la puerta cerró detrás de mí.


 

-¿Estás seguro que era esa persona? – Preguntó en un tono alto en medio del centro comercial mientras yo seguí aumentando el rojo en mis mejillas, lo sentía por la forma en que se calentaba mi rostro. No quería hablar de este tema en medio de tantas personas, pero comer algo sonaba bien después de ser arrastrado contra mi voluntad por el centro comercial.

-No estoy seguro – dije bajo apretando con mis manos cerradas sobre mis rodillas – no pude levantar la mirada.

-Es imposible – dijo antes de beber de su malteada – hasta se fue al extranjero, no lo pienses demasiado y sigue tranquilo. – Levantó la mirada –luego tenemos que ir a esa tienda- señaló y giré a ver otra tienda de ropa, no tenía problemas en el comprar ropa, pero si eran más de 4 horas en ello intentaba como zafarme.

Todo era culpa de mi mejor amigo desde la preparatoria, aunque era un año mayor que yo siempre encontraba como arrastrarme para que cargara todas sus compras. – Necesitaré una chaqueta que combine con los zapatos que acabamos de comprar – suspiré y bebí de mi refresco. Mi amigo Kibum, difícil de describir, pero aun así debo hacerlo, si busco en mi vida, tengo pocos amigos. Una de las chicas del trabajo la considero mi mejor amiga, uno de mis primos y Kibum, son las personas con las que más comparto y mejor me llevo. Primero describiré a Kibum, creo que si no lo pusiese primero podría causar una crisis como cuando perdió el premio a la popularidad en nuestra escuela.

Kibum, prefiere que le diga Key, es una persona egocéntrica, que cree que siempre tiene la razón, le importa mucho las apariencias y puede hacer menos a los demás sin problema. Creí que era una persona horrible al principio, no mentiré, lo veía como todos lo veían y escuchaba los rumores sobre él. Fue uno de esos rumores por lo que llegué a conocerlo. Tras de escuchar que estaba saliendo con uno de los profesores solo me dirigí a mi punto en la biblioteca a ver la clase de educación física de los de segundo año y ahí estaba Key con otro chico.

-¡ESTOY CANSADO DE ESTO KIBUM! – La voz masculina resonó y miré alrededor notando que la biblioteca estaba tristemente vacía como siempre.

-No – la voz que contestaba era suave y llena de tristeza, se quebraba a cada momento – no es verdad, yo no he estado con nadie más.

-¡CALLA! Nada de lo que digas mejorará, te hice caso porque pensé que eras honesto, pero solo me harás la burla de todos, tenía que estar con un puto marica como tú, solo buscas a quien coger – el llanto sonó un poco más fuerte y quise asomarme, estaba siendo demasiado cruel, aunque no entendía sobre ese tipo de amor, era muy cruel.

Cuando me asomé el chico contra la mesa pasó su manga sobre sus ojos  y luego avanzó hacía el chico de tercero que estaba frente a él. –Creí que eras más genial – dijo con firmeza y una voz fuerte antes de propinar un duro puñetazo sobre su mejilla.  Retrocedí un poco y miré más que asombrado, el tal Kibum no era tan femenino como decían, en ese momento se vio tan fuerte y prepotente. Me volteó a ver y un escalofrío corrió por mi espina dorsal.

-Querido – dijo hacia donde me encontraba y me quedé perplejo. – Tardaste mucho en llegar bonito – se acercó a mí y pasó su brazo por mis hombros.

-¿Pero qué? – El chico de cabello negro se levantaba del piso con la mano sobre su rostro. Kibum tomó mi mentón  y acercó su rostro. Yo aún estaba congelado pensando en la palabra querido y peguntándome en que me había involucrado.

-Los chicos jóvenes son lo que está de moda – dijo Key y besó mi mejilla- una ternurita como esta es lo que necesito.

– Estás enfermo – el otro chico dijo avanzando hacia nosotros.

-Creo que lo estoy – lamió mi mejilla y rozó con su nariz por mi pómulo cerrando los ojos – los ukesitos huelen tan bien – Abrí grande los ojos.- Después de todo solo soy un marica que quiero coger – lo volteo a ver sin separarse de mi pegando su mejilla a la mía. El chico solo pudo darse la vuelta.

-Está bien, así no seré la burla de nadie – dijo comenzando a avanzar. Pasó un momento después de que desapareció y Kibum me soltó despacio.

-Perdona- dijo suave mientras estaba cabizbajo – solo quería tener un poco de orgullo de mi lado, por lo menos eso – dijo mientras pequeños brillos caían al piso salpicando en silencio en la obscura biblioteca.

-Lo entiendo – dije intentando ignorar que había sido llamado Uke, ternurita y bonito, las palabras que más me dolían, desde la secundaria se habían vuelto tabú para mí y sin embargo siempre terminaban persiguiéndome. Pero no podía ignorar que el chico que estaba a mi lado estaba quebrando su dura fachada impuesta para no quedar mal. – Él fue muy cruel- me atreví a decir no sabiendo que más hacer para consolarlo.

-Lo fue – el chico levantó el rostro- pero yo puedo serlo más.- Le miré mientras forzaba una sonrisa.

-Tu maquillaje se corrió – dije señalando y el rápidamente sacó un espejito de su saco.

-Con un demonio, decía que era a prueba de agua – en ese momento no pude contenerme y solo pude comenzar a carcajearme mientras el intentaba limpiar las marcas obscuras debajo de sus ojos. El chico se me quedó viendo y luego sonrió. – Soy Key y por tu ayuda te llevaré de compras.

-¿De compras? – Pregunté inclinando la cabeza.

-Claro – tomó su mochila que estaba en el piso – tengo muchos planes para ti… – cortó en silencio y dirigió su mirada para mi – ¿Cuál es tu nombre?

-Taemin – dije algo nervioso y el me brindó una sonrisa. Su sonrisa cuando era honesta era tan cálida y maternal, se sentía agradable, simplemente me llenó de confianza y desde entonces fui su conejillo de indias para probar nuevos estilos.

Cuando de Key se trataba parecía que el amor solo estaba para maltratarlo, me gusta consolarlo, porque el siempre desea lo mejor pero al final siempre encuentra cada bastardo que solo termina lastimándole más. Pero aun así tengo gran respeto y asombro por él, ha pasado por todo y aun así nunca se rinde. Me dice que el amor verdadero está ahí y que él llegará a encontrarlo.  Yo no he sido lastimado y nunca me he atrevido a buscar como Key, pero deseo que él lo logre.


 

Un leve sonido surgió de los labios de mi terapeuta mientras leía la última hoja de lo que había escrito y luego pasó esa hoja hasta la parte de atrás del manojo de páginas dejándolas consecutivamente en la mesita frente al sofá. – Tu amigo Kibum parece ser otro personaje muy diferente a tí– afirmé – Key – corregí casi automáticamente debido a que me tenía bastante condicionado.

-Pienso que te rodeas de muchas personalidades fuertes – tomó su taza de café y le dio un suave sorbo para luego dirigir su mirada hacía mi – ¿Qué sentiste cuando se te acercó es vez? – Mire a la doctora curioso por la pregunta.

-Creo que algo confundido y un poco molesto – La mujer de cabello negro tomó una libreta y anotó algo -¿Por qué confundido? – Continuó mientras volvía a verme.

-Porque no esperaba que se llegara a pegar a mí, creo que pensé que se quedaría llorando en el lugar – eché la cabeza hacía atrás y me puse a pensar – tampoco creí que yo fuese bueno para eso, no creo que sea atractivo para nadie y mucho menos para darle celos a otra persona – dije tragando saliva, ser honesto con uno mismo duele.

-¿Entonces por eso no hubo un gran enojo de tu parte? – Incliné la cabeza mirándole y ella sonrió – puede que otro chico simplemente lo hubiese golpeado o empujado, tan solo por ser utilizado de esa manera.

-No fui utilizado – respondí deprisa – creo que le di a entender que quería ayudar cuando me miró. – La terapeuta soltó una gran carcajada.

-¿Entonces por qué llegaste a sentirte molesto? – Siguió riendo intentando escribir en su libretita.

-Porque dijo que era bonito – presioné mis labios algo molesto por su riza – es algo que me enoja desde pequeño, la gente dice eres tan bonito como una niña. Hasta mis compañeras de trabajo me tratan de esa forma, como si fuese una chica más – la mujer afirmó seria y anotó esto.

-¿Qué tipo de chica te gusta? – Preguntó y en ese mismo instante bajé la mirada.

-Solo me ha gustado una – no pude dejar de mirar hacia abajo – no quiero hablar de eso aún.

-Lo entiendo, pero supongo que son chicas muy femeninas  – dijo mirándome y yo solo pude afirmar.

-¿Por eso crees que tu apariencia no es la indicada? – Volví a afirmar y agregué: – En parte – ella afirmó también y volvió a anotar en su libreta.

-Qué tal si para nuestra próxima sesión escribes sobre otro de tus amigos – afirmé un poco más tranquilo, porque las preguntas directas se habían detenido. – En ese caso, nos vemos en una semana – dijo mientras nos poníamos ambos de pie y me dirigía hacía la puerta – ¿Le puedes decir a la recepcionista que pase al siguiente?

-Claro – sonreí tomando mi mochila y fui en dirección hacia la puerta- nos vemos – hice una reverencia y salí poniendo la mochila sobre mis hombros. Pasé hasta el escritorio alto donde se encontraba la recepcionista revisando su Facebook en la computadora y le dije algo tímido – la doctora quiere ver al próximo – ella afirmó y abrió una agenda negra donde tenían  todas las citas.

-¿Gustas un dulce? – Preguntó acercándome el tazón con diversos caramelos y mentas y me puse a buscar mi favorito mientras la escuché decir el próximo nombre – Choi Minho, la doctora está lista para verlo – me volví a congelar, la seguridad de Key me había convencido de que no podía ser la misma persona.

-Gracias –dijo con su voz inconfundible y me quedé presionando los dulces aun con la mirada abajo, deseando que pasara deprisa por el pasillo que guiaba hasta el pequeño consultorio. No quise levantar la mirada para nada por lo que en mi mente comencé a contar el tiempo que tomaba salir de la recepción y recorrer el pasillo. Cuando pasó suficiente tomé varios dulces y salí deprisa, sin decir nada, sin mirar a mí alrededor, solo intentado alejarme tan rápido como pudiese.


 

-¿Estás seguro de qué es el mismo? – Volvió a preguntar la cara alegre de mi primo mientras comíamos –afirmé mientras le seguía el paso intentando no quedarme sin comida – ahora estoy más que seguro, Key me dijo que él investigaría si había vuelto a Corea, pero si estoy seguro que es él-

Mi primo dio un par de golpes en su pecho -¿Cómo está Key? – Le miré un poco molesto. – No es momento que me preguntes sobre eso – él sonrió rascando su nuca. – Ya sabes que siempre quiero saber cómo está.

-Lo sé – dije aún molesto girándome a ver por la ventana mientras veía a un grupo de chicas de preparatoria pasar riendo mientras veían la pantalla del celular de una de ellas y detrás, no muy lejos de ellas venía un chico solitario que fingía estar entretenido en el teléfono pero en realidad las veía de reojo.

-Me trae recuerdos – Mi primo mencionó y comió otro trozo de pollo – tu siempre estabas cuidando de ella.

-No puedo decir que la estaba cuidando – suspiré y miré como las chicas cruzaban y dejaban al muchacho del otro lado de la calle – ni siquiera podía cuidar de mí mismo.-

Me levanté y mi primo me vio algo asombrado, tomó la charola de la comida y corrió hasta el basurero para dejarla tomando la última pieza de pollo para dirigirse a mí tropezando con una silla y poniéndose de pie deprisa. Sonreí un poco – debes tener más cuidado hyung – el afirmó mientras seguía sonriente mordiendo el trozo de pollo.

Mi primo… es una persona difícil de describir, el no viene en Seúl, de hecho se mudó a Busan por su trabajo, pero aun así venía a verme. Es alegre, sonriente, cálido y la persona más torpe y con más mala suerte que te puedas imaginar.

Pero también es la persona que mejor me conoce y siempre cuida de mí. Es simplemente mi primo Onew, siempre está ahí. Más si parece que algo va mal cuando hablamos por teléfono, con seguridad él se aparecerá al día siguiente en la estación diciéndome que vayamos a comer antes de que deba volver al trabajo.

No puedo decir como lo conocí ya que está ahí desde que tengo memoria, sus padres también eran alegres personas, las recuerdo de mi infancia, pero trágicamente murieron cuando Onew hyung estaba en secundaria, como resultado el comenzó a vivir con nosotros.

Por un tiempo el no habló, mis padres estaban bastante preocupados por ello y yo intentaba hacerle conversación, pero el solo me sonreía y me daba un dulce. No podía entender por qué el silencio lo había invadido más porque solo estaba en primaria.

Todo parecía estar bien, pero no había palabra o sonido que saliera de sus labios, hasta que el último día de la secundaria después de recibir su diploma simplemente estalló en palabras, yo en ese momento ya estaba en primero de secundaria y pude ver como decía cosas sin sentido en medio del auditorio.

-¡Pollo frito! ¡Debemos ir a la playa! ¡Siempre quise probar el de mango! ¡Tu mamá! – Señaló hacia un compañero que retrocedió un poco -¡El profesor de ciencias es un enfermo mental! – los profesores tuvieron que bajarlo del escenario mientras seguía soltando toda clase de frases y palabras.

No pude evitar salir corriendo hasta la sala de maestros donde estaba sentado en una silla rodeado por varios profesores que cuchicheaban entre ellos -¿Hyung? – pregunté y el volteó a verme con una sonrisa – lo logré Taemin – me dijo feliz – no hablé hasta recibir mi diploma.

-¿Qué? –Pregunté asombrado mientras todos los maestros dirigían la mirada. – Mi mamá me dijo que no fuese tan perico para recibir mi diploma de la secundaria – no pude evitar reír un poco algo enternecido – Hyung, eso significa que no platicaras tanto en clases, pero no debías hacer un voto de silencio – seguí riendo con un poco más de fuerza y el me miró asombrado – ¿Enserio? – Todos los profesores se atacaron de risa en ese momento también mientras yo afirmaba entre carcajadas, al final todos estaban preocupados por él y fue tan refrescante escuchar su voz.

Después de eso no se volvió a callar, sus palabras podían ser cruelmente honestas o vagamente importantes, pero era grato escucharlo y era mi modelo a seguir durante la preparatoria. Aunque al terminar decidió mudarse fuera de la casa y conseguir trabajo, no quería ser una carga para mis padres. Pero siempre iba los fines de semana o días libres a ayudar con las tareas del hogar.

Onew hyung es mi piedra, eso puedo decir de él, alguien en quien confió y me ayuda desde las sombras.

-¿Por qué no le dices a tu terapeuta que cambie tu horario? – Dijo tranquilo mientras nos dirigíamos a la estación.

-¿No sería como estar huyendo aún? – Pregunté asombrado mientras avanzaba un poco delante de él.

-Sé que no estás listo para enfrentarlo – dijo con su brutal honestidad- puedo ver en tus ojos que aún te llena de miedo con solo escuchar su voz.

Afirmé decepcionado de mí mismo y el me brindó una sonrisa despidiéndose antes de subir al tren. Tantos años habían pasado y mis temores eran los mismos, podría que hasta fuesen más profundos ya que ahora ni podía sostener la mirada contra él.


 

-Consultorio de la Doctora Park- La aguda voz de la recepcionista contestó el teléfono- Buenas Tardes – dije tragando saliva – soy Lee Taemin, deseo cambiar mi cita de mañana.

-Estamos algo apretados ya que la doctora saldrá la siguiente semana  – sentí presión, no sabía por cuánto tiempo más podría seguir ocultando mi rostro de él – ¿Puede venir el día de hoy a las 8:00? – Sonreí amplio ante esa pregunta- ¡Claro! Ahí estaré –dije feliz por poder mover la fecha, así podría evitarlo un poco más – está arreglado, nos vemos en unas horas.- La chica cortó la llamada y yo colgué comenzando a bailar de alegría.

-Parece que funcionó – Afirmé a Jonghyun que salía de su cuarto cargando su casco – ¿Tienes una entrega? – Pregunté acercándome deteniendo mi baile. – Si debo ir a dejar una canción al estudio ¿Saldrás hoy?

-Si – afirmé sonriendo – hoy tengo terapia.

-Deberías hacer más que eso, sé que te pidieron que fueses de parte del trabajo pero también ayuda salir con amigos – pasó su brazo por mi hombro – salir con chicas también es una gran forma de liberar el estrés.

-¿Está chica quiere que le consigas pareja a su amiga? – Pregunté entrecerrando los ojos, conocía bien a Jonghyun, de vez en cuando aparecían una chica que quería salir en grupo.

-No cómo crees – dijo riendo – quiere que lleve a dos de mis amigos para sus amigas.

-Lo sabía – dije alejándome – tengo cosas que hacer, no puedo.

-Debes ayudarme – se hincó frente a mí – ella puede ser la indicada.

-No volveré a caer en esa, a la mañana siguiente ya no lo será y tendré que arreglar tus platos rotos.

-Vamos Taemin, solo esta vez, te dejaré jugar mi nuevo juego – suspiré porque sabría que no se detendría y al final lo único que tenía que hacer era llevarme a la chica tímida, rara o sobreprotectora lejos. Negué en mi interior, sabía que mis protagonistas estaban completamente contra esto, no era la forma correcta.

-Está bien- no pude negarme más cuando hizo sus ojos de perrito.

-En ese caso te veo a las 10:00 en el bar de la quinta avenida dónde siempre.

-¿No puedes llevarlas a otro lugar? – Jonghyun era una criatura de hábitos muy acostumbrado a repetir lo mismo una y otra vez.

-No, ya quedamos ahí – abrió la puerta – por cierto, debes encontrar a la tercer persona, mis amigos estaban algo ocupados.

-¡¿QUÉ?!- Pregunté entre gritando mientras cerraba la puerta sonriendo pícaramente. Ahora parecía que debería ir por un rehén más para la misión nada noble de Jonghyun, definitivamente él había transformado mis días tranquilos en situaciones cada vez más torcidas.


 

-¿Por qué quisiste cambiar el día? – La doctora preguntó mientras seguía leyendo las hojas que había entregado.

-Tuve un asunto personal – dije y me volteó a ver de reojo mientras seguía leyendo.

-¿Tu primo es la persona más cercana que tienes? – Dijo pasando sus ojos rápidamente por el papel.

-Sí, eso creo – dije tranquilamente mirando alrededor del consultorio.

-¿Qué es lo que estás ocultando tan seriamente? – La doctora dejó las hojas de lado y se inclinó un poco para acercarse a mí, mientras la veía asombrado. – Parece como si hubiese un secreto muy obscuro que no deseas que llegue a averiguar.

-No es eso – bajé la mirada – más bien me da vergüenza tener que decirlo.

-¿Por qué vergüenza? – Tomó su libreta.

-Porque es algo a lo que soy impotente, me siento débil, torpe y completamente inútil cuando se trata sobre ello.

-¿Eras el más pequeño de tu clase?  – Negué rápido – Entonces, ¿es por tu apariencia delicada? – Afirmé al sentir que estaba en lo correcto.

-¿Alguien te molestaba por ello? – Suspiré temiendo esa pregunta, pero al final tenía que cubrir mis 10 sesiones con la terapeuta debido a un evento en el trabajo además sentía que me había ayudado en otros aspectos escribir sobre lo que me agradaba. Pero llegué al punto donde no todo en la vida son rosas, siempre hay un punto en las historias románticas donde el drama aparece y sientes lo amargo de la vida.

-Varios me molestaban, pero había alguien en específico. – Me quedé en silencio mientras ignoraba la mirada de la terapeuta y me quedaba suprimiendo recuerdos.

-Ya se, hagamos un trato, la siguiente semana ambos descansamos, pero la que sigue es la quinta cita, así que quiero que escribas que sentimientos te provoca esta persona, no quiero que me digas cosas específicas, solo deseo saber cómo te hacía sentir. Creo que podemos avanzar bastante con solo eso, si deseas escribir más cosas para desahogarte también estaría bien, pero no te presiones. – Afirmé con una sonrisa, definitivamente escribir como me sentía no era tan grave, además no debía decir quién era ni nada así. En este momento podría superarlo y seguir con mi vida sin que me volviese a afectar.

-En ese caso nos vemos hasta la próxima semana – se levantó y dirigió a la puerta – sigue confiando en tu primo – me volteo a ver – te aseguro que no eres una carga para él. – Le miré asombrado, ¿lo habría notado por mi forma de escribir? –Con esta pregunta en mi mente salí hasta el pasillo y me despedí tranquilo de la recepcionista, alegre de haber cambiado el día.

 


 

¡Llegas tarde! – Ese fue el primer regaño de Jonghyun tan pronto bajé del taxi con mis pantalones rojos y chaleco negro, selección de Key. A sí… en ese momento llegó el segundo regaño -¿Qué hace el aquí?

-Me dijiste que trajera a alguien más – dije mientras Key pagaba el taxi y salía con paso constante y seguro a reunirse con nosotros mientras vestía con chaqueta rosa y lentes obscuros de marco azul en plena noche.

-Pero él… – le señaló y Kibum se quitó los lentes mirándole fijamente.

-Por fin te veo en persona – pasó su mirada de arriba abajo – no hay mucho que ver – Key se giró cruzando los brazos.

-¡Tú…! – Sostuve a Jonghyun quien intentaba alcanzar a Key mientras este le ignoraba.

-Llevémonos bien por esta noche – intenté calmarlo- tu necesitabas un tercer chico y Key es muy bueno entendiendo a las chicas.

-Está bien – Jonghyun se calmó y arregló su chaqueta de cuero negro – pero ante cualquier cosa lo mato.

-Como si una pequeña pulga pudiese matarme – Key comenzó a avanzar y Jonghyun le siguió deprisa rezongando que su estatura no estaba mal y que la genética le había jugado una broma.

No había pensado esto correctamente, pero tan pronto Jonghyun salió decidí preguntarle a Key por otro chico y él dijo que sería divertido hacerle la conquista imposible a mi compañero. Ellos nunca habían interactuado de frente, pero ya los había descubierto varias veces peleando en el teléfono de cuando Key llamaba a casa. Aún no sé cómo comenzó, pero tan pronto Jonghyun contestaba una ola de insultos salían de ambos, a veces tardaban bastante en pasarme el teléfono.

Cuando le pregunté a Kibum por qué lo hacía, dijo que era divertido romper la perfecta burbuja de cerdos como él y que era muy gracioso por que intentaba defenderse.

Creo que Key disfruta molestar a Jonghyun por que se parece a muchos de sus anteriores novios que terminaron lastimándolo y Jonghyun… creo que a él no le agrada nada esto.

 


 

Llegamos hasta el lugar de encuentro y las chicas ya estaban esperándonos enfrente del bar que Jonghyun adoraba porque tenía música en vivo y un ambiente bohemio a más no poder.

-Hola Yoo Hwa – Jonghyun se acercó a una de ellas con un vestido blanco y chamarra de mezclilla, su cabello tenía un tono rojizo, pero se veía bastante inocente comparada con otras chicas de Jonhyun. La chica nos volteó a ver y Jonghyun se hizo a un lado – Estos son mis amigos – Taemin y Kibum.

-Key – Kibum corrigió rápido- díganme Key, por favor.

-¡Qué cool! – Una de las chicas habló – soy MinAh y ella es Robin.

-¿Robin? – Pregunté asombrado a ver la chica que estaba toda vestida de cuero negro mirándonos de reojo.

-Robin es la hermana mayor de Yoo Hwa, le gusta que usen su nombre americano, ellas crecieron en California.

-Eso suena bien, yo estuve estudiando un tiempo en California- Key comenzó a hablar tranquilamente como siempre y Jonghyun me miró asombrado con una cara de ¿Enserio? Y yo solo pude afirmar, una de las habilidades de Key era saber conversar.

-Yoo Hwa, mucho gusto – dije sonriendo intentando ser amable, aunque ser social no se me daba, pero si nos íbamos a sentar en el bar; Jonghyun terminaría besuqueándose con una de ellas en la esquina mientras los otros intentábamos hacer conversación incómodamente.

-Deberíamos ir a bailar – Key soltó deprisa esas palabras y lo miré con atención.

-Secundo la noción – MinAh levantó la mano, era una chica bastante alta, traía pantalones blancos con una playera de color plateado y su cabello era negro y corto.

-Pero… -Jonghyun estaba por decir algo aunque fue interrumpido por MinAh.

-Yoo Hwa, vamos a bailar ¿Si? – La chica afirmó sonriéndole – ¿Qué dices Robin?

-Prefiero bailar – la chica miró el lugar.

-¿Tú Taemin? – Jonghyun me miró con ojos suplicantes, pero aun así no me convencería.

-Muero por ir a bailar – dije entusiasmado, por fin algo bueno salía de esto, después del largo tiempo de Key planchando mi cabello y los diferentes cambios para tener que ir a un bar, parecía que Key lo había planeado desde el principio.


 

El club estaba bastante lleno para ser tan temprano, la música resonaba en cada rincón haciendo imposible la plática. Aunque nos sentamos por un momento no pasó mucho hasta que MinAh se puso de pie.

-¡Vamos a bailar Taemin! – Levantó la voz para que la escuchara y afirmé levantándome.

-¡Vamos Yoo Hwa! – Key extendió su mano galantemente y la chica afirmó algo sonrojada. Jonghyun solo se quedó boquiabierto mientras nos alejábamos los cuatro a bailar y lo dejábamos con Robin en la mesa.

Cuando llegamos a un espacio en la pista simplemente comenzamos a bailar sin detenernos, me gustaba ese sentimiento de ser invadido en todo el cuerpo y sin poder detenerme, sin darme cuenta de lo que pasaba a mí alrededor. En algún momento dejaron la pista y volvieron con cervezas, yo seguí bailando mientras tomaba. Sentía que mucho de mi estrés me abandonaba.

No sé cuántas veces fueron a recoger cervezas a la barra, ya no las contaba pero en un momento dijeron que fuéramos a descansar y al llegar a la mesa las cosas pasaron de ser ligeras y divertidas a todo un alboroto.

Cuando llegamos Robin estaba en las piernas de Jonghyun besándolo, Yoo Hwa salió corriendo y MinAh fue tras ella, Jonghyun nos miró asombrado y empujó a Robin.

-¡Yoo Hwa! – Gritó sordamente entre la fuerte música y desapareció entre la gente como las otras dos. Entonces lo más raro sucedió, Key se acercó a Robin que sonreía siniestramente y la abofeteo.

-Niña mala – dijo mientras me acerqué más para oírles y la tomó de la muñeca para jalarla detrás de él, en medio de la confusión decidí seguirlos hasta el exterior donde Key la sentó en una de las jardineras en la calle.

-¿Si sabías que haría eso porque me dejaste a solas con él? – Ella preguntó con una sonrisa.

-Quería confiar en tus palabras – Key dijo cruzando los brazos como si regañara a una niña pequeña.

-¿Palabras? – Pregunté mientras que ambos estaban en silencio.

-Este idiota me creyó cuando le dije que quería estar a solas con él para amenazarlo para que cuidara de mi hermana – volvió a reír y luego le miró – eres un crédulo “KEY” – entonó su nombre fingiendo dulzura.

-No entiendo ¿Lo querías para ti o solo deseabas romper el corazón de tu hermana? – Key preguntó serio mientras la chica seguía con su tétrica sonrisa.

-Yo para que querría a un enano mujeriego como ese – la miré espantado, pocas chicas de las que había conocido podían ser así.

-Entonces eso nunca se te perdona – Key volvió a levantar la mano pero esta fue abruptamente detenida -¿Jonghyun?- Preguntó al girarse para ver quién lo bloqueaba. Jong sonrió y soltó suavemente a Key.

-Perdona Robin – hizo una reverencia a la chica que estaba sentada – no sé qué me pasó, estoy interesado en Yoo Hwa.

-Bastardo – la chica se levantó poniéndose de pie – eres simplemente un inútil. –Robin caminó alejándose por la calle.

-Ella tiene razón, eres un inútil – Key dijo mirándole con los ojos enrojecidos.

-Yo fui quién cometió el error – Jonghyun sonrió – no es culpa de ella.

-Tonto – Key lo empujó y tomó mi muñeca- vamos Taemin, sigamos bailando, si te juntas con gente tan boba se te pegará la idiotez.

-¿Qué idiotez? – Jonghyun alcanzó a preguntar antes de que volviésemos al interior dónde la música ahogó cualquier palabra y donde fui arrastrado a la mitad de la pista. Key parecía entre molesto y asombrado, me costaba entender todo lo que había sucedido. En gran parte debido a la cantidad de alcohol en mi sangre. Pero cuando mi acompañante empezó a bailar, yo también, poco a poco decidí hacer lo que él y olvidar lo que acababa de pasar bailando.

Pasó algo de tiempo y no pude ver a Key, intenté buscarlo pero no podía ver nada, parecía que el club estaba en su máxima capacidad, me sentía bastante mareado y decidí alejarme de la pista. Pero en un momento todo se puso negro y simplemente sentí como el aire se me escapaba, podía oír la fuerte música y sentí el piso golpear contra mi espalda, pero tras eso, ya no pude ver, escuchar o sentir nada, el conocimiento me había abandonado.

 


 

Desperté cuando sentí un suave aroma, acompañado de golpes graves y agudos, definitivamente alguien estaba preparando el desayuno. Presioné mis ojos intentando abrirlos despacio, sintiendo el fuerte dolor de cabeza mientras olfateaba el dulce aroma de la comida en cocción.

Miré el techo blanco y me senté de golpe. Esa no era mi habitación, las cortinas amplias, alguna ropa apilada en la iluminada alcoba y las blancas sábanas fueron lo primero que pude notar. Giré la cabeza de un lado al otro, los espejos del closet, el marco de metal de la ventana, el piso de madera pulida, todas las imágenes seguían llenando mi mente y llevándome a la desesperación.

Lo siguiente que hice fue sacar la sábana de golpe, tenía que ver si estaba vestido ¿Qué tan lejos había llegado? Ufff, mi ropa aún estaba en su lugar, ahora debía saber cómo había llegado ahí. Busqué mis zapatos alrededor pero supongo que terminaron cerca de la puerta, tomé mi cartera y celular que estaban en la mesita junto a la cama. La billetera tenía todo el dinero y tarjetas en su interior, intenté encender mi celular pero este se quedó estático. –Sin batería- dije mientras me acercaba al borde de la cama para levantarme tirando lo que parecía un despertador y haciendo bastante ruido. “Rayos” dije en mi mente y miré hacia la puerta, de seguro había sido escuchado.

-¿Ya despertaste? – Escuché esa voz y abrí grande los ojos, sentí un aire helado recorrerme y comencé a retroceder mientras los pasos retumbaban a la entrada. – Hice el desayuno – se asomó el origen de esa voz, el chico alto de amplios ojos y labios gruesos que causaba dolor solo verle -¿Qué pasa? – Preguntó acercándose con su odiosa sonrisa y se agachó para tomar el despertador y ponerlo en la mesita – ¿Te duele algo?

-¡¿TU?! – Le señalé y miré con odio, sentía como me quemaba por dentro la sensación de causarle pena y dolor.

-¿Vamos con esto de nuevo? – Preguntó mientras me observaba inclinando la cabeza.

-¿De nuevo? – Pregunté aun molesto y retrocedí otro poco.

-Ayer también me señalaste y comenzaste a llamarme de todas formas – entrecerré los ojos intentando no creerle y me presioné un poco para recordar.

 

Flashback

Sentí agua salpicando mi rostro – ¿Estás bien? – Una voz conocida me preguntó mientras recobraba  mi conocimiento. – Omo – le señale – es el saca-mocos de Minho – reí- nunca creí verme con el pervertido de Minho aquí.

-¿Sacamocos pervertido? – Un chico de cabello negro preguntó riendo.

-Anio – negué empujando su cara suave – es el sacamocos, pervertido, desgraciado, violador, masoquista de Minho por lo menos.

-¿Qué te crees? – El chico alto al que llamaba de esa manera mostró algo de enojo mientras el otro se atacaba de risa.

-Solo te pasa a ti Minho, salvas a alguien de morir aplastado y te llama como puede.

-Anio anio – negué con la mano recargándome en la pared- prefiero morir que ser salvado por el asqueroso y apestoso de Minho.

-Está bien – el chico me soltó – arréglatelas solo.

-Si – me puse de pie tambaleando – me las arreglaré solo, siempre he podido solo no necesito al tonto de Minho para ello, el solo hace la vida insoportable para todos.

-¿De dónde lo conoces? – El chico preguntó mientras se empezaban a alejar y noté que me encontraba en el baño junto a los lavabos.

-No sé…

-Pero sabe tu nombre.

-No tengo ni la menor idea – dijo y todo mi enojo se fue contra él cuando lancé una barra de jabón con todas mis fuerzas.

-Exacto el egoísta de Minho no le importan los demás – me volteó a ver algo molesto – solo le interesa el mismo. – Se acercó a mí y tomó el cuello de mi chaleco levantándome un poco.

-Pero, ¿qué te crees? – Levantó su puño acercándolo a mi rostro y yo solo pude reír.

-Claro, el petulante de Minho no sufre como yo – seguí riendo – solo yo soy castigado con el recuerdo del maldito de Minho cada día desde que hizo mi vida imposible en preparatoria. Vamos golpéame bastardo, por los buenos tiempos. – Me soltó de golpe y sentí como arremetía con la pared.

-¡Sacamocos! ¡Chupadedos! – Seguí con los insultos, solo dejando salir todo lo que me había guardado mientras que en el fondo la risa del chico musculoso que lo acompañaba seguía.

-Suena como pelea de primaria – dijo aun riendo.

-Sí, es muy gracioso – miré al alto que seguía asombrado al verme – siempre que Minho golpea a alguien todos ríen – el chico detuvo su risa y volteo a ver el rostro espantado del contrario – más si se trata de mí – dije recargándome en la fría pared intentando mantenerme despierto.

-¿Lee Taemin? – Preguntó agachándose y acercándose a mí.

-El mismo diablo en persona – sonreí al sentirme reconocido – frente a su pesadilla Minho.

-Te llevaré a casa – dijo tomando mi brazo.

-No quiero – intenté zafarme pero una presión interior corrió desde mi estómago quemando mi esófago y terminó sobre la ropa del alto moreno que solo me veía con horror. Reí al ver mi vomito cubriéndole.

-Mira ahora Minho si está asqueroso y apestoso – dije mientras comenzaba a perder el conocimiento de nuevo contra la pared del baño.

Fin del flashback
Presioné mi cabeza- Aigoo – era horrible recordar de esa manera. Tanto tiempo queriendo vengarme para que al final perdiera el conocimiento mientras lo intentaba.

-¿Ya recordaste?- Preguntó mientras tendía la cama y le volteé a ver algo molesto.

-¿Por qué me trajiste aquí? – Demandé al instante.

-Ayer busqué información, pero tu celular no tenía batería y tus identificaciones carecen de dirección – abrí mi cartera de nuevo y me di cuenta que tenía razón.

-Debiste dejarme ahí – dije aún molesto.

-No creo que sea buena idea dejarte ahí, te confundieron varias veces con una chica y no tenías ni una pisca de conocimiento.

-No me importa, no quiero estar aquí. – Rezongué deprisa, pudiese que tuviese razón, pero para mí era caer muy bajo si él me ayudaba.

-Porque prefieres morir a ser ayudado por el asqueroso de Minho – dijo mirando al piso y me sentí un poco mal.

-Solo no quiero involucrarme más contigo – giré el rostro hacia la ventana. – No son gratos recuerdos.

-Lo entiendo – le escuché suspirar. – De todos modos desayuna algo antes de salir, ayer te pusiste bastante mal.

Salió en silencio del cuarto y yo me asomé siguiéndole. Su apartamento era amplio y muy iluminado, llegamos hasta la gran cocina que se veía bastante cómoda y en la mesa había varios platos servidos.

-Adelante, come – dijo con una nostálgica sonrisa- voy a correr, la puerta está abierta, puedes salir cuando termines.

Me miró y giré mi cabeza indignado. Él tomó una maleta después de meter una botella con agua en su interior y salió deprisa.

Miré los platos pensando no comer, pero moría de hambre así que comencé a probar todas las cosas con mi tazón de arroz.  Caminé alrededor mientras comía mirando las pinturas, jarrones y demás decoraciones de la casa.

-Minho ha de ganar bien – dije un poco celoso, uno siempre desea que su abusivo de la preparatoria sea alguien desempleado viviendo en una caja de cartón.

Comencé a observar las fotos y encontré una que llamó mi atención. No pude evitar sonreír al verla ahí estaba mi amor de preparatoria con su traje de educación física junto a Minho.

-Siempre lo tendrás todo- entoné suave y noté que mi arroz se había terminado. – Pero yo no soy un monstruo como tú – me dije a mi mismo y le volví a sonreír a la foto, era tan dulce ver a mi Noona tan feliz.

Tras acabar de comer tomé mi billetera y salí de la casa en busca de una tienda. Tenía que agradecerle de algún modo ya que no volveríamos a vernos. Compré algunos helados que le veía comer cuando estaba en la preparatoria y los llevé a su departamento. Sonreí dejándolos en la nevera y además agregando otros bocadillos que me gustaban.

“Para el asqueroso sacamocos de Minho, si gustas algo más fresco abre la nevera” – Terminé de escribir y tomé uno de los helados.

-Solo hago esto porque no tienes fotos de ninguna otra novia aquí – sonreí – me alegra que lleves su recuerdo así como lo hago yo. –Salí comiendo la paleta por alguna razón eso me había animado y ahora creo que borraría a Choi Minho de mis pesadillas recurrentes.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 13+

13.- El aroma nocturno, que desprende tu piel

Key
El profesor logró hacer que el doctor se retirara aunque fue algo complicado, pero teníamos que armar un plan.
-La marca ha salvado a Taemin todos estos años – Jonghyun fue el primero en decir lo que nadie quería decir.
-Es la misma cosa inexplicable que hace que Key ande por ahí –el profesor habló y lo miré molesto por la forma en que lo dijo – lo siento – entendió mi mirada. – Pero es la verdad. Hasta el momento no sabemos como ocurre todo esto y que es lo que esa criatura quiere en verdad.
-Es obvio esa cosa quiere a Tae – dijo Jonghyun algo molesto – pero primero quiere hacerlo sufrir.
-No me parece tan obvio – dije interrumpiendo – si quería a Taemin pudo tomarlo desde pequeño por lo que nos han contado, sin embargo parece que también quiere a Onew, pero con él es más complicado. Si no, simplemente no hubiese deseado hacer un trato conmigo por él. Por otro lado le dio más tiempo de vida a Taemin, es algo que simplemente no puedo llegar a comprender.
-Tal vez le gustan más los adolescentes o era demasiado pequeño para tocarlo – Jonghyun me respondió.
-Es un demonio, según los relatos no importa la edad, además si los mismos humanos violamos a niños pequeños no entiendo porque un demonio no lo haría – el profesor habló, haciendo que deseara que se pudiera revolver mi estómago por tan cruel realidad – si lo que desea es a Taemin creo que tenía las capacidades para llevárselo hace mucho tiempo, creo que lo que desea es la decisión de Taemin.
-Libre albedrio – dije mientras miraba un punto fijo – el hizo lo mismo conmigo, me dio a entender que todo era mi elección. Parecía que disfrutaba que uno escogiera el camino que él quería.
-¿Pero qué quiere que haga Taemin? – Jonghyun se puso frente a mí y me preguntó con una triste mirada.
-No sé que quiera, pero creo que hay algo más, porque los sucesos de ayer no cuadran con su forma de actuar – el profesor tenía razón – ayer atacó a Taemin sin darle una opción y sin su modus operandi común.
-¿Sin su modus… qué? – Jonghyun interrumpió.
-Sin la manera que siempre lo hace – me molesté por un momento ante la ignorancia de Jonghyun.
-Lo siento, no todos preferimos estudiar que ir a divertirnos – Jonghyun se quejó.
-Debo buscarlo – dije cuando vi el rostro quejumbroso de Jonghyun – se que si lo llamo vendrá, después de todo me trata como si fuera de su propiedad.- Salí corriendo a toda prisa de la casa.
-Espérame voy contigo – Jonghyun me siguió mientras avanzaba por la calle con dirección al parque. Por alguna razón sabía que debía ir a un lugar obscuro y conocía el lugar perfecto.
Corrí entre los árboles hasta llegar al pequeño cobertizo intentando idear un plan de cómo llamarlo. Jonghyun no tardó en alcanzarme en ese lugar junto a su ángel que me veía muy asustada por el lugar en que nos encontrábamos.
-¡Hey tu! ¡Ven aquí! ¿No ves que te tengo un trato? ¿Qué pasó con eso de que siempre sabías todo y veías todo? – Seguía gritando y mirando en todas direcciones.
-Deja de gritar, apenas pasaron las tres de la tarde y aun no me recupero – una voz que me inquietaba se alzó suavemente de una de las esquinas más obscuras – ¿Qué es ese trato?
-Sé lo que tiene Taemin – me aventuré a decir.
-Sé que sabes, ya era hora de que alguien se diera cuenta, esperé demasiado para que algún humano ignorante lo notara – dijo saliendo de las sombras cruzando los brazos y recargándose en el pared.
-¿Cómo querías que lo notaran si ocultaste todos los síntomas? – Jonghyun dio un paso mientras tenía una voz llena de ira.
-No hubiese durado mucho si no hacía eso, de por si la vida de los humanos ya es fugaz – dijo sin moverse de esa pared. Jonghyun estaba por responderle pero lo interrumpí.
-¿Por qué lo hiciste? – Giró la cabeza para verme -¿Por qué le diste más tiempo?
-Para entretenerme más – pude sentir esas mentiras al instante.
-¡Mientes! – Dije en un solo grito haciendo que me mirara con mayor interés.
-Mentir es algo común en mí, pero también lo es aferrarme a aquello que quiero poseer y Taemin es algo que deseo poseer – dijo con un poco de honestidad, pero no podría saberlo, todo el tiempo parecía estar mintiendo.
-Eres un maldito – Jonghyun intentó golpearlo pero parecía que ahora no podía hacerlo.
-En este lugar esa chica no puede hacer nada, se considera maldito- el dijo caminando hacía mi – buena elección Kibum – estaba por tocar mi rostro pero Jonghyun se puso entre nosotros.
-Déjalo – ahora lo miraba con ira.
-¿De qué trato querías hablar? – Dijo retrocediendo un poco.
-Quiero cambiar – dije pasando frente a Jonghyun – mi vida por la de Taemin.
-Tu vida no vale tanto – dijo al instante.
-Pero ese fue el primer cambio ¿No es así? ¿No puedo invertirlo? – Me sentía impotente en esta circunstancia.
-Ese no fue el primer cambio – dijo tranquilo – además la vida de un humano vale más que la de un pseudo-demonio – ahora me miraba dando a entender que de verdad ya no era humano.
-Además el no se quiere quedar, si él no lo desea no puedo hacer nada, ya intenté convencerlo pero el chico está preparado desde pequeño para esfumarse.
-Espera, Taemin ha de tener razones para quedarse – Jonghyun habló – danos tiempo para convencerlo y luego te puedes llevar mi vida a cambio.
-¿Para qué quiero la vida de un fastidioso humano? – Ante esta respuesta Jonghyun se empezó a irritar.
-Dinos, te daremos lo que quieras – dije empezando a llorar.
-Por ahora solo quiero a su hermano, pero ninguno de ustedes está dispuesto a dármelo y Taemin no aceptará irse a cambio de él. Así que es hora de resignarnos y entender que ustedes nunca pueden ganar.
-Tu tampoco ganas todo – Jonghyun lo enfrentó – no estás obteniendo lo que quieres.
-Cuida tus palabras chico, recuerda que Kibum aun me pertenece – la amenaza lo hizo retroceder. “Eso” empezó a caminar hacia la puerta – No crean que vine ayudar, ni hice un acto de bondad, soy un demonio, tampoco me llamen con tanta falta de respeto, si quieren verme llámenme por mi nombre, es Minho – abrió la puerta para salir – y el cambio que hizo ese chico es porque ustedes estuvieran juntos, par de idiotas como si pudieran separarse, ya es demasiado tarde – simplemente salió y me dejé caer en el piso llorando amargamente.
-Tranquilo, encontraremos una solución – Jonghyun se puso junto a mí y me rodeo con sus brazos.
-No debí hacer que mis padres discutieran – empecé a llorar más fuerte – nada de esto hubiese pasado.
-Fue un accidente, no fue tu culpa ni la de nadie, todo pasó por un descuido – ahora me acariciaba la espalda.
-Siempre lo supieron, sabían cómo te veía y cuando me vieron en ese lugar contigo estallaron – seguía lleno de culpa, desde el momento de mi muerte, no lo había notado.
-No te culpes más, cúlpame a mí, por abrazarte en ese momento, por no entender lo que sentía, por estar a punto de besarte y tu madre me descubrió, no fue tú culpa, yo fui quien causó todo. No quiero que te sigas torturando, por favor tortúrame a mí, no te dañes más.
Lo miré sorprendido, aun no podía pensar que esas palabras salían de su boca, estaba por besarme, mis padres no se enojaron por el simple abrazo. Por un momento olvidé el accidente, simplemente la culpa desapareció, no fue nadie y a la vez fuimos todos, muchas causas y muchos efectos, pero así es la vida llena de causas y muchos efectos que le siguen. Levanté mi rostro para encontrarme con su bello rostro con piel perfecta.
El ya me esperaba con su mirada, si hubiese levantado mi rostro ese día, me pregunto si hubiera sido de la misma manera. No tarde en sentir la presión de sus labios sobre los míos, sus cálidas manos recorriendo mi fría espalda. Rodé su cuello son mis manos y me puse jugar con su cabello mientras empujaba su cabeza para sentir mayor presión en mis labios. Nos separamos asombrados y se sentó a mi lado.
-Disculpa, yo… – no dejé que dijera nada más, tomé su mano y me levanté.
-Debemos irnos de aquí – le dije ahora con nuevas esperanzas, aun debíamos hablar con Taemin, sabía que podría haber una solución, yo había vuelto de la muerte – a ella le afecta mucho este lugar – dije señalando a la esquina junto a la ventana donde se encontraba la pequeña ángel asustada.
-¿Cómo es ella? – Me preguntó poniéndose de pie y ayudándome a pararme.- Quiero poder verla como tú.
-Es muy tierna – era la única forma de describirla por el momento – y creo que ya la has visto, pero por luego te la enseñaré, por ahora debemos ir a casa de Taemin.

Tae
Desperté en mi cama algo mareado y confundido, sabía que había logrado llegar a casa antes de las 2:30 y por eso estaba vacía, también recordaba que había llegado demasiado cansado y Minho había desaparecido rápidamente.
-Hijo ¿Te encuentras bien? – Mi madre estaba sentada junto al borde de mi cama – Llevas dormido desde ayer, intenté despertarte varias veces, pero no pude, hasta tenías fiebre. Estuve muy preocupada, tú nunca te enfermas.
-Estoy bien mamá – dije algo cansado aun pero sentándome en la cama como si nada – no te preocupes.
-Me alegra porque estás castigado – su tono cambió drásticamente – ¿Qué pensabas en salirte así de la casa, como un ladrón? ¿Dónde te fuiste a meter? ¿Desapareciste y hasta la policía vino a buscarte?
-¿La policía? – Interrumpí a mi madre algo asombrado.
-Están locos, creen que tu profanaste la tumba de Kibum – dijo algo exasperada – te vinieron a buscar también cuando estabas enfermo, pero tu amigo Minho los echó al instante.
-¿Minho vino? – Las ansias de preguntar me ganaron, sabía que debía andar por ahí pero escuchar de que estaba era muy raro.
-También vino Jonghyun a buscarte, lo vi con otro chico en la entrada pero cuando llegué solo estaba él. Creo que me acostumbré a verlo con Kibum – me abrazó al instante – Se que ha sido difícil para ambos hijo pero deben apoyarse y no hacer cosas solo por su tristeza. No quiero perderte – sus lágrimas rodaban y las podía sentir caer en mi pijama.
-Tranquila mamá – dije abrazándola también – no me perderás – mentí para reconfortarla.
-Gracias mi niño – dijo separándose – ahora buscaré a tu hermano, estaba muy preocupado hasta permitió la visita de Minho, yo sé que no le agrada– eso último fue muy raro. Pero salió rápidamente del cuarto y no tardó en entrar mi hermano lentamente y se recostó a mi lado sobre la cama. No cruzó palabras por un buen rato, lo que me pareció muy curioso.
-No sé qué decirte primero – eso fue lo primero que pudo decir me acomodé a su lado.
-¿No piensas regañarme primero? – Ese podía ser un buen comienzo.
-Minho ya me contó lo que hicieron – me asombré bastante – creo que al que debería regañar es a él por hacer lo que hizo, pero no es como si pudiera ser de influencia para un demonio.
-No creo que nada pudiera influir en él – dije riendo.
-Taemin – dijo de forma seria en casi un susurro – estás muriendo – pude sentir como temblaba parecía por llorar.
-Eso lo sé, fue parte del trato – dije intentando calmarlo.
-No entiendes – seguía recostado ahí con un tono triste – estás muy enfermo, no te queda mucho tiempo, el trato es lo que te mantiene con vida. Más bien la marca.
-¿Esto? – Miré la marca central sobre mi pecho jalando de mi pijama – con que ese era el truco – mi hermano me volteó a ver asombrado, en sus ojos decía por qué no le das importancia. Pero algo en mí ya lo sabía, no es como si supiera de mi enfermedad, pero sabía que algo inevitable estaba en mí.
-No te preocupa, aunque logre liberarte morirás, no quiero que eso pase – mi hermano levantó su torso y se giró para verme.
-No me liberes – dije con una sonrisa – solo deja que las cosas pasen, de todos modos esperaba que pasara – dije tranquilo.
-Pero no podrás hacer nada más ¿No querías estudiar medicina? ¿Y tus amigos? ¿Y mamá? ¿Qué hay de mí? – Negué con la cabeza.
-Se que dejo a todos en buenas manos Jinki-hyung – dije sentándome.
-Por favor no te rindas – los ojos de mi hermano se llenaron de súplica.
-El tenía razón – dije mirando a la otra esquina de tu cuarto – tu ángel es hermoso hyung.
-¿A qué te refieres? – Jinki me veía confundido.
-Tienes un bello ángel que cuida de ti es una chica alta y bella – Jinki volteó al otro lado del cuarto con curiosidad – se que puedes verlo hyung – me miró curioso – tu puedes ver esas cosas, es solo que siempre vez las cosas malas. Pero si te fijas también hay muchas cosas buenas – él se sentó y clavó la vista hacia donde yo miraba.
-Tú siempre vez las cosas buenas, pero aun así tienes una actitud negativa hacia la vida –me regaño.
-Tú siempre vez el lado positivo, pero esta vez date el lujo de ver las cosas buenas y no buscar las malas para encontrar un punto de luz en la obscuridad, solo encuentra una luz que brilla más.- Dije tomando su cabeza con mis dos manos y girándola hacia una esquina del cuarto.
-Una luz tenue… – dijo mirando asombrado – es una figura borrosa… fue interrumpido por la llegada de alguien corriendo que se aventó directo a la cama.
-Ya era hora de que despertaras, estábamos muy preocupados por saber si te volverías a levantar – Jonghyun me presionaba la cabeza con fuerza.
-Estoy bien Jonghyun, deja de lastimarme – dije contento y luego vi a una chica que saltaba también por el cuarto, parecía un ángel pero se veía menos celestial y sus alas eran más pequeñas. Más si las comparabas con las del ángel de mi hermano. No tardó en notar que la estaba viendo y me dedicó una cálida sonrisa.
-Bien yo no diré nada, pero de seguro Kibum te va a regañar, abriré la ventana para que entre – se puso de pié y caminó hasta la ventana. No tardó en entrar Key con una cara de susto una vez que estuvo abierta.
-¿En qué pensabas por irte de esa forma y luego volver para dormitar varios días? – Ese fue su saludo inicial.
-Lo siento – dije esto al verlo serio y parado junto a la ventana. No pasó mucho tiempo a que corriera a abrazarme.
-No lo vuelvas a hacer – me dijo presionando mi cuerpo con fuerza, por un momento creí que me dejaría sin aire. – Y tu Jonghyun, si vuelves a sugerir que suba por un árbol créeme que te mato – giró su cabeza para verlo -Tenemos que hacer un nuevo plan – dijo aun sosteniéndome.
Todos nos acomodamos en la cama y me contaron todo lo ocurrido con el profesor, con Minho y la policía. La verdad se veían entusiastas en poder decidir como librarme de esto y las nuevas ideas del profesor.
No pueden hacer mucho>> Una voz se escuchó en mi cabeza y pude notar que todos la oyeron por que se detuvieron de hablar y miraban confundidos.
-Un ángel – dijo Kibum primero que nadie – pero no lo veo.
-Porque aún no se muestra – dije al notar que el ángel de mi hermano daba unos pasos al frente – y posiblemente Jonghyun no podrá verlo. –Desde hace rato notaba que Jonghyun no podía ver a la chica que se divertía en la habitación viendo la escena.
Todo fue mi culpa>> En ese momento el resplandor se hizo más fuerte y observé como Key clavaba la mirada a ese lugar. Mi hermano tampoco tardó en notarlo y se cayó del borde de la cama al instante.
Jonghyun seguía viendo confundido.
-¿Eres un ángel? – Mi hermano preguntó desde el piso.
Soy su ángel Lee Jinki>> Escuchamos otra vez en nuestras cabezas.
-No es justo también quiero verlo – dijo Jonghyun poniéndose de pie.
Discúlpeme, solo pocos pueden verme>> Jonghyun siguió mirando a todos lados Lo mismo pasa con mi joven compañera >> señaló al ángel de Jonghyun <>
También debo pedir una gran disculpa a todos ustedes>>
-¿Por qué? – Me asombre de ver un ángel disculparse.
Minho causó todos estos problemas por mi culpa>>
-¿A qué se refiere? – Kibum se levantó para preguntarle.
Su venganza era contra mí, ustedes fueron arrastrados por mi falta de experiencia y mi pasado>> La chica parecía muy triste, en ese momento Jinki se puso de pie también.
Les debo una explicación desde hace tiempo, pero no deseaba romper nuestras leyes ni atraerlos a nuestros conflictos>>
-¿Y ahora por qué es diferente? –Jonghyun preguntaba algo curioso desde el otro lado de la habitación.
Ahora tengo el permiso divino para pasar por algunas de nuestras leyes y contarles lo sucedido, por el momento Minho no se va a acercar así que acomódense no quiero incomodarlos con mi relato>>
Key y Onew se volvieron a sentar, Jonghyun solo se acomodó en la pared, yo solo seguía en la cama esperando.
No soy un ángel mayor solo soy un humilde siervo más del señor, por cuestiones del destino terminé conociendo a Minho el demonio mientras intentaba salvar al niño que cuidaba. Los demonios como Minho se alimentan de niños pequeños que están solos en la noche, pero yo rompí las reglas y protegí a mi humano presentándome ante él y pidiendo misericordia. Por ese momento funcionó y la verdad la curiosidad de ambos nos puso a hacernos preguntas, después de varios años en que me venía a preguntar cosas de ángeles y yo le preguntaba sobre los demonios el desarrollo una necesidad de hacerme caer en su juego>>
-Me asombra que no lo intentara durante años – Jonghyun habló en medio del silencio de la habitación porque todo ocurría en nuestras mentes.
Para los demonios los ángeles somos seres aburridos, solo aquellos que libran batallas o los ángeles mayores los entretienen>> Contestó con una sonrisa y luego prosiguió -Hacer caer a un ángel de la guarda es una tarea imposible, no sentimos deseo y solo amamos a quien cuidamos, no necesitamos nada más. Pero el seguiría intentando. Tras la muerte de la creatura del señor que había cuidado me debí quedar un tiempo más entre la familia para dar paz y esperanza, como dicta nuestra ley. En ese tiempo Minho intentó con más anhelo. Lamentablemente rompí la ley por segunda vez y sin alguien a quien dar amor incondicional terminé enamorándome del persistente demonio>>
Todos nos miramos asombrados, no esperábamos que un ángel pudiese contar una historia como esa. Bueno supongo que los demás no pensaban escuchar a un ángel contarles algo a lo largo de su vida.
Pero como ángel no siento deseo, la verdad me conformaba con verlo hacer excentricidades todo el tiempo, como no puedo mentir él se enteró de mis sentimientos e intentó con más anhelo intentar atraparme en su juego, pero eso era más que imposible>>
-Eso debió frustrarlo bastante, había influido en ti pero no de la manera que deseaba – Key dijo haciéndose para delante.
Estaba molesto, pero no parecía tan molesto, nunca supe lo que sentía, los ángeles tampoco no hacemos la ilusión de ser amados de regreso, nos conformamos solo con amar, como mi compañera>> Observó a la chica que también se veía inmersa en el relato.
-Es ese sentimiento de ver a la persona que amas feliz y no necesitas nada más – corroboró Kibum mientras lanzaba una mirada a Jonghyun que respondió al instante.
Amar sin nada a cambio, pero siguiendo siempre las órdenes de Dios. Y así fue, me asignaron a un nuevo humano y me marché, sin remordimientos ni ganas de quedarme solo porque era mi deber divino y estaba dispuesto a cumplirlo>>
-¿El se molestó porque lo dejaste? – Jinki habló por primera vez en todo el rato.
-El estaba herido por que lo dejaste – contesté, eso era lo que sentía de Minho cuando hablaba del tema –los demonios dicen que no pueden amar pero si desear, el te deseaba a su lado – Todos me voltearon a ver confundidos – Pero también están los otros demonios – dije mirándola.
Tienes razón Minho estuvo en problemas con otros de su grupo, eso nunca lo entendí pero parecían un grupo de demonios que se entretenían en el mundo y su líder se molestó bastante con él. No lo entendí hasta que apareció esa noche Minho debía llevarse al humano en mi cuidado como venganza para vagar libremente como antes y dar a entender a todos en su grupo que no había influido mi presencia en él, así que por eso vino por Lee Jinki>>
-¿Pero si me quería a mi por qué está molestando a Taemin? –Mi hermano se puso otra vez de pie.
No puedo explicarlo, pero esa noche el cambió de parecer>>
-¿No querría que Onew diera la vida por su hermano? Parece que le gusta hacernos elegir.
-¡No él no quiere eso! – Mi hermano gritó y todos volteamos a verlo –Intenté hacer el cambio pero él lo rechazó, ahora solo quiere a Taemin – temblaba y apretaba sus puños con fuerza.
No comprendo sus planes, no es como si antes los comprendiera, pero mis errores los han arrastrado a todos, me siento arrepentido, espero su perdón>>
-¿Pero hay algo que podamos hacer? – Jonghyun volvía a hablar – aun debe haber formas de salvar a Taemin.
-Tú debes conocer un modo de salvarlo ¿Cómo podemos hacer que viva? – Key también preguntaba, yo solo analizaba la historia, y me empezaba a preguntar si era cierto eso de que los demonios no podían amar.
Taemin ya perdió la vida, no queda nada por hacer conforme su muerte, pero puede alcanzar la salvación aun>>
-El aún puede ir a ese cálido lugar brillante – Key dijo absorto en otros pensamientos.
Exacto, aun puede entrar al paraíso si es lo que desea, perdóname Kibum, por no darte esa opción>>
-Esa fue mi decisión – dijo Key – no es necesario disculparse, pero no quiero que Taemin pierda esa oportunidad.
-¿Estás diciendo que piensas dejar morir a mi hermano solo para que valla al cielo? – Jinki gritó molesto.
-Cálmate Onew – Jonghyun intervino – no hay mucho que podamos hacer, Key solo intenta hacer lo único que podemos. A mí también me duele, pero ya oíste al doctor rechoncho ese, no hay muchas posibilidades para Taemin está en las manos de Minho y no quiero que se salga con la suya.
-No creo que nosotros debamos decidir – Key volteo a verme -¿Qué es lo que quieres Taemin? – Todos me miraron.
Solo tú puedes conseguir la salvación, es tu propia decisión>>
-Por favor – mi hermano volvió hablar aun muy alterado – deben ayudarlo – parecía dirigirse a los ángeles – el aun es muy joven, no hagan decidir como desea morir, eso es demasiado cruel – las lágrimas pasaban por sus mejillas, yo no pensaba en mi inminente muerte, si no en las razones de Minho.

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Tu mirada en la obscuridad +Capítulo 12+

12.-El trato está hecho

Tae
No llegamos a ver el amanecer en el océano, pero pudimos observar el sol de la mañana desde la playa. No había mucha gente y el sonido de las olas era muy agradable. Era el chico más feliz solo viendo la escena. Las gaviotas volaban sobre el tono azul con destellos producidos por ese claro sol. En algunos lugares el mar chocaba con las rocas produciendo columnas de espuma blanca que brillaba de forma alegre.
-¿Piensas quedarte todo el tiempo solo observando? –No me moví ante esa voz, en esos momentos ya no me importaba mucho lo que pensaba. –Mi bocadillo tiene gustos peculiares, siempre me dan tanta hambre las miradas llenas de ilusión y soñadoras, deseo probarte.
-No puedes – dije con seguridad sin dejar de clavar mi mirada en el paisaje. Seguía inmerso en mis pensamientos cuando alguien tropezó conmigo.
-¡Fíjate mocoso! – Un chico fornido que parecía venir a tomar el sol se veía bastante molesto. – No te quedes sentado en el medio del paso – dijo levantando su puño. De seguro planeaba golpearme. Más que nada para sorprender a la chica que tenía agarrada de su brazo, con cabello largo y lucía más joven que él.
-Disculpe – me apresuré a decir pero la chica se puso en frente de él.
-Noooo, opaaaaa – su voz sonaba fastidiosa mientras arrastraba las palabras. No sonaba tan curioso como cuando Key lo hacía, si no que era desagradable. – Mi lindo opaaaaa no debería molestarse por chicos torpes, mejor llévame por algo para desayunar.
-Claro que sí cariño – los dos comenzaron a avanzar, no caminaron muy lejos y luego el chico se tropezó y cayó sobre la arena con toda la cara, quise soltar una carcajada, pero ahora “eso” reía sin control.
-Jajajajaj, el pedazo de carne se lo merecía – seguía riendo junto a mí.
-¿Odias a las parejas felices? – Me limité a preguntar.
-Odio cualquier cosa feliz, me provoca arrancarle la felicidad a todas las cosas, pero lo que más odio son las cursilerías – dijo sentándose – por que no solo acepta la tipa que le atrae físicamente el pedazo de carne ese y el otro debería aceptar que se la quiere tirar.
-Muchas relaciones no se basan en eso – por alguna razón ahora era más fácil conversar con Minho, desde que estuvimos en el camión y él se sentó del otro lado del pasillo me gustaba discutir sus extrañas y algo tétricas ideas. Le agradecía al medallón que me había dado mi hermano, ahora entendía un poco más del ser que me arrancaría la vida.
-Pero todos los humanos están llenos de lujuria y solo buscan placer, cuando estás en una relación mueres por ser tocado, por sentir las yemas de los dedos acariciando el otro cuerpo, por saborear el dulce elixir de su boca, por morder cada tramo de su piel, el dulce aroma que desprende y el dulce sabor que te deja.- Me alejé un poco, pero hasta ahora parecía tener algo de sentido su discurso – y después de probarlo de esa manera, de haberlo disfrutado, de haberte inundado de placer, disfrutas su sangre y su carne y te dejas llevar por la deliciosa sensación de engullirlo.- Y Minho lo hacía de nuevo, me dejaba completamente trastornado.
-¿Qué pasa si quieres más? – Temí preguntar -¿Si te volvió completamente loco esa sensación? ¿Si deseas tener a esa persona a tu lado para siempre? ¿O si la deseas tanto pero simplemente la quieres más que tu deseo de tocarla?
-Toda una masa humana soñadora – dijo esto y me obligó a voltear – Los humanos debería solo dejar que los invada el placer y hacernos las cosas más fáciles. Pero es cierto y odio ese hecho, que muchos de ustedes quieren más, se conforman con estar a su lado como esa chica ilusa que se conforma con desayunar junto a su novio hecho de músculos. Lamentablemente por mucho que diga amar esa chica, ese hombre de carne solo busca otra cosa – lo miré sorprendido. Luego vi la pareja que estaba ya lo bastante lejos, deseé pararme y correr tras esa chica y decirle sobre su novio. – No puedes decirle nada, los humanos son tan idiotas y simples como para aferrarse a una ilusión y si se lo dices no te lo creerá.
-Pero alguien debe decírselo – musité algo molesto, deseaba decirle aunque no me creyera. Así que me paré deprisa pero su voz detuvo mi andar.
-¿Cuántas veces negaste los sentimientos de Jonghyun hacía Key? ¿Cuántas veces los negó él? –Abrí ampliamente mis ojos y luego me volví a dejar caer sobre la arena – Los humanos tienen ojos pero prefieren estar ciegos, prefieren no ser lastimados. Por eso los demonios somos seres superiores aquello que nos gusta lo tomamos, lastimamos pero nunca somos lastimados y no amamos. Amar es para las criaturas creadas por él.
-¿Entonces los demonios nunca se enamoran? – Por alguna razón quise preguntar.
-No, ese sentimiento es innecesario, los demonios deseamos – dijo y luego vio al cielo. Miré también el sol ya estaba en lo más alto, luego empecé a escuchar cantos con miles de voces coordinadas, sonaba hermoso y el brillo que rodeaba todo era pálido y placentero.
-¿Qué es eso? – Pregunté mientras veía a todos lados figuras brillantes que se detenían un momento a cantar. Para luego ver como Minho se presionaba el estómago como si sufriera dolor.
-Es hora del Ángelus – dijo retorciéndose – debo buscar una sombra.- Parecía que de verdad estaba sufriendo, no sabía qué hacer, también parecía que no podía moverse.
Busqué en todos lados hasta que vi un pequeño toldo cerca de un negocio cerrado. Por un momento pensé en tomar a Minho y llevarlo, pero luego recordé el medallón.
Lo volví a mirar, lanzaba quejidos de dolor mientras los cánticos aumentaban en volumen y las oraciones comenzaban, parecía dolerle y mucho. Tomé el medallón y vacilé un momento luego lo pasé por mi cabeza para librarme y tomar a Minho.
-Te ayudaré – le dije pasado su brazo por mi hombro – por allá hay un poco de sombra, es mejor que nada.- Su cara estaba llena de incredulidad y dolor. Logré levantarme junto con él y dimos pasos torpes hasta el toldo. Lo dejé sentarse en una esquina recargado a uno de los postes donde había bastante sombra.
-Estúpido bocadillo – dijo entre una respiración forzada – te podías haber librado de mi por un tiempo.
-Cada vez que pienso que me libro de ti regresas haciendo algo que me hace enojar más, así que no tiene ningún sentido dejarte sufriendo bajo el sol – dije sentándome a su lado al ver que su equilibrio fallaba.
-Las creaturas del de arriba son demasiado torpes – dijo recargándose en mi. Luego pasó su nariz por mi cuello. – Tienes un embriagante aroma, déjame aspirarlo solo hasta que pase. – En ese momento cerró los ojos y se quedó inmóvil. Solo por unos minutos pareció un chico normal. Pero cuando los cánticos y las oraciones terminaron sentí su lengua recorrer mi garganta hasta mi oreja.
Me paré rápidamente dejándolo caer sobre la arena y tomé el medallón de mi bolsillo para ponérmelo, el seguía acostado en la arena. Recargaba su cabeza en sus manos que se apoyaban en la blanca superficie con los codos, parecía que no pensaba detenerme. Sin perderlo de vista me puse el medallón.
-Bien hora de marcharnos – dijo poniéndose de pie –si me puse así en medio día no quiero que me veas a las tres de la tarde.
Simplemente seguía asombrado de su extraña actitud, a lo mejor no me había detenido ni hecho nada más como agradecimiento. Pero no creo que los demonios pudieran agradecer, todo era muy raro, mil preguntas rondaban en mi cabeza, y aunque había preguntado muchas cosas estás últimas horas solo tenía más dudas.
-¿Por qué pude oír los cánticos y ver la luz? – Esa fue la primera que se dignó a salir.
-Porque ahora puedes ver ángeles – contestó como si se tratara de lo más obvio.
-¿Pero porqué? – Dije confundido – Hasta anoche no podía verlos.
-No pienso decírtelo o si quieres te puedo dar una mentira, la mayor parte del tiempo contesto con mentiras – dijo avanzando como si nada hacía el andador junto a la playa. Me pregunté que había sido verdad y que era mentira de lo que me había contado. Pero mientras subíamos las escaleras una fuerte ráfaga me empujó.
Parecía que me iba a golpear pero sentí que alguien me sujetaba de la espalda y luego me vino el olor a quemado.
-¡Tus manos! – Pude decir después de analizar la situación mejor. Minho me sostenía al borde de las escaleras, se había movido aprisa y ahora me sujetaba mientras sus manos se quemaban al contacto con mi cuerpo. Pero el parecía ignorarme y lanzaba una mirada asesina al inicio de las escaleras donde había otro chico que tenía una cadena en su mano. Con rápido movimiento la jalo y la chica de la vez del parque apareció en el otro extremo.
Minho me acomodó al final de las escaleras sobre la arena, pero no dejó de ver al chico del otro lado. Su mirada indicaba que también era un demonio como él.
-Yo quería ayudarte para que terminaras pronto lo que se te había indicado – dijo avanzando un par de escalones jalando la cadena que sujetaba a la chica – pensé que si le rompía las piernas podrías cogértelo pronto y volver como se te había indicado.
-Como siempre ayudando a los demás – respondió Minho con una mirada llena de ira – pero no puedo ni tocarlo, ahora por tu culpa tardaré en sanar – dijo mostrando ambas palmas que parecían hechas de ceniza.
-Tu capacidad de sanar se ha vuelto una verdadera incomodidad para mí – dijo avanzando más en las escaleras llegando frente a mi alto compañero – se suponía que vendría a recoger tu cuerpo en un jodido estado después del ángelus.
-Lastima, parece que tengo más habilidades de las que crees – el chico lo miró con odio ante la respuesta de Minho.
-Minho, creí que aprenderías tu lección de no jugar con criaturas puras solo por tu deseo. Entiendo la necesidad de hacer caer a un ángel, pero un humano ¿Qué es lo que estás pensando?- Dijo volteando a verme y me causó un escalofrío.
-Me pregunto qué pensaré – dijo girando la cabeza al mar y hablando con un tono irónico como siempre – creo que no en la misma mierda que tu – dijo esto y el chico intentó golpearlo pero Minho dio un salto hacia atrás.
-Me estás provocando – dijo mirándolo bastante molesto y jaló la cadena para que la chica quedara frente a mí – creí que solo eras un demonio de lujuria, pero parece que quieres algo de mi ira.
-Sabes perfectamente que la ira no me va muy seguido – dijo como si nada y se dispuso a caminar escaleras arriba – yo decido como hacer las cosas con mis pertenencias y no me interesa lo que tu o él digan, para mí no tiene sentido que lo forcé y lo haga mío sin su voluntad, es más delicioso cuando el cae en el pecado ¡Vámonos Taemin!
Caminé un poco hacía la derecha para esquivar a la rara pareja y subir por las escaleras. Pero el chico sostuvo mi muñeca.
-Te castigarán otra vez Minho – dijo el sosteniendo con fuerza mi brazo – y todo por el alma de un chico insípido y moribundo. Te entendía mejor cuando se trataba de un ángel, pero un jodido humano de mierda, no te servirá de nada, solo te satisfacerá una vez y luego qué – su presión me dolía pero podía ver el humo saliendo de esa muñeca, se estaba haciendo daño por Minho y se veía algo de desesperación en sus ojos ¿A los demonios pueden importarle otros demonios?
-¡Detente! – La chica habló al fin y arrancó la mano del chico de cabello café y algo bajito de mi muñeca. – Te estás lastimando – dijo sujetando la mano con delicadeza – sabes que no puedes detener a Minho una vez que escogió una presa, ya déjalo, la vida del chico es corta, cuando termine el volverá.
-No creo volver – Minho habló ahora desde arriba de las escaleras – así que ya no vengan a buscarme y no vuelvan a tocar lo que me pertenece si no quieren que les arranque los brazos ¡Vamos Taemin!

El viaje de regreso fue algo incómodo, parecía que Minho se hundía en los recuerdos y miraba al exterior temiendo por las tres de la tarde. En cambio la conversación con los demonios me había dado un trago amargo. Sabía que iba a desaparecer pronto, pero el término moribundo me asustaba. Sabía lo que Minho deseaba de mí pero el simple hecho de oírlo de esa forma me causaba un sentimiento de inquietud. Pero esas cosas pasaron a segundo plano mientras intentaba descubrir el pasado del chico alto que se había vuelto a sentar del otro lado del pasillo con miedo a tocarme.
-Minho – decidí preguntarle, después de todo el autobús iba casi vacío – ¿Un ángel fue una de tus pertenencias, como nos llamas?
-El ángel nunca lo fue – dijo algo molesto – creí que había caído pero simplemente se fue – dijo suspirando y luego me volteó a ver con una sonrisa pícara – pero puedo comerme a cualquier ángel que yo quiera, solo que son tan poca cosa y no me llaman la atención.
En ese momento comencé a reír y él me miró asombrado.
-El ángel de esa mujer te miró como molesto – dije aun riendo – y luego dijo que si tú lograbas hacer un ángel caer con tus trucos él podía convertirte en un santo.
-Dile que se muestre al cobarde – dijo poniéndose de pie y todos en el autobús voltearon a verlo – siempre se esconden de nosotros – Me costó un buen rato para convencerlo de que se sentara.
-Es la primera vez que escucho un ángel hablar – dije después de un rato acomodándome en el sillón para tomar una siesta, el cansancio me invadía por completo.
-Parece que no queda mucho tiempo – dijo él y volteé algo cansado a verlo – si quieres estar más tiempo aquí, podemos hacer otro trato, puedes entregarme a tu hermano y te daré más tiempo – negué con la cabeza, sentía que estaba preocupado por mí, pero posiblemente solo se tratara del sueño que tenía en ese momento.
-No quiero más tratos – dije con palabras cansadas – menos por mi hermano.
-Pero no tienes mucho tiempo – dijo cambiándose de lugar para quedar a mi lado – solo un par de días. Puedo extender la marca y hacer que te quedes más, soy tan poderoso que puedo –volví a negar con mi cabeza y el sueño me ganó por completo.

Key
-Kibum, Kibum – escuchaba voces a mi alrededor que me llamaban y alguien me sostenía podía sentir un brazo debajo de mi cuello y una mano en mi hombro. Poco a poco abrí los ojos y mire a Jonghyun que me sostenía y Onew mirándome fijamente.
-¿Estás bien? – Onew preguntó primero.
-Sí – dije con una sonrisa. – Solo hablaba con una amiga – ahora confundí a los dos chicos.
-Onew creo que si se hizo daño – Jonghyun lo volteó a ver con curiosidad –el muerto viviente está diciendo disparates.
-No me hice daño Jonghyun – dije molesto e incorporándome aprisa – ella me quiso mostrar algo.
-¿Qué ella? – Onew preguntaba aun más asombrado.
-El ángel de Jonghyun – dije como si nada pasara y me puse de pie – ¿No teníamos que ir con el profesor? – dije caminando en la dirección que iban antes de introducirme en los recuerdos de esa chica. Llenos de un sentimiento cálido y tristeza.
-Espera Key – Jonghyun corrió a mi lado, llamándome Key. Eso era demasiado para mí -¿Tengo un ángel?
-Claro y ella cuida bien de ti – dije contento, pero no pensaba contarle sobre la historia de ella, parecía que no quería que se enterara. No por ahora – Ya casi es medio día, ya faltaste a clases Jonghyun, no hay mucho que podamos hacer por ahora más que ir a ver al profesor de Onew.
Onew afirmó y llegamos hasta ese lugar, claro en el camino fuimos discutiendo de todo como siempre lo hacíamos, pero ahora Jonghyun me trataba como un igual, aunque aun hacía los chistes de zombis, muertos vivientes y vampiros.
Al tocar el timbre salió el hombre que apenas conocía que nos había ayudado la última vez, cuando me desmayé. Era lato con cabello descuidado, llevaba lentes y estaba muy mal vestido, tanto que provocaba un deseo enorme de arrancarle las viejas ropas fuera de moda y quemarlas en el patio.
-Bienvenidos- saludó con una amplia sonrisa.
-Buenos días profesor – Onew saludó formalmente – ya tiene un nuevo plan para que probemos.
-Pasen primero – dijo abriendo la puerta y haciendo un ademán con su mano.
Nos sentó en la sala y nos invitó café por alguna razón acepté aunque aun no me acostumbraba a comer, simplemente nunca tenía apetito.
-Los resultados de Taemin llegaron esta mañana – dijo rompiendo una nueva discusión entre Jonghyun y yo sobre cómo debía comer cuando iba de visita.
-¿Y qué pasó? – Onew se puso de pie para preguntar -¿La marca le estaba quitando la vida? ¿Cuánto tiempo le queda?
-Aun no estoy seguro, el doctor dijo que vendría personalmente a explicarnos – dijo calmado dando un sorbo al café – por ahora quiero hacerle un examen médico al joven Kim Kibum, si él me lo permite, solo mientras llega el doctor.
-¿Para qué? – Jonghyun se puso de pie molesto – creí haberte dicho que lo dejaras en paz, Key no es ninguna rata de laboratorio.
-No deseo hacerle daño y sé que quieres que se quede contigo, pero tengo curiosidad de saber cómo funciona su cuerpo.
-No funciona – eso fue lo único que pude decir mientras veía a Jonghyun. Acababa de oír que deseaba que me quedara con él.
-Por eso solo haré un sencillo análisis médico, no tardará mucho y Jinki puede estar presente – decidí que no tenía nada de malo y terminé accediendo ante dicho examen médico. Aunque Jonghyun se molestó bastante y se quedó sentado en el sillón con los brazos cruzados.
-Haz lo que quieras – eso fue lo único que me dijo, no quería que se molestara así pero también tenía curiosidad.
-Primero quiero escuchar tus latidos – dijo tomando el estetoscopio. En ese momento solo pude reír.
-Mi corazón no late desde el día de mi muerte – dije aun entre risas y él se acercó deprisa para escucharlo. También descubrió que no respiraba, que no necesitaba comer ni dormir, para el todo era demasiado raro. Probó mis reflejos y eran perfectos, mis pupilas se dilataban de forma normal ente la luz, mis tímpanos aun percibían sonido.
Todo un misterio médico, mientras que el sufría por intentar entender mi cuerpo Onew solo se quedaba viendo su celular y revisaba la hora.
-No temas – dije mientras el profesor salía por comida para probar mi sentido del gusto –Taemin está bien, lo puedo sentir. – Dije al denotar su preocupación. – El dijo que regresaría por la tarde y así será.
-Aun así me preocupa, está con esa cosa y Taemin nunca había salido de noche y mucho menos pasaba la noche fuera de casa sin avisar y si no era contigo o con Jonghyun.
-Siempre lo envidié por eso – dije intentando llevar a Onew a otro tema, si seguía preocupándose así por su hermano se iba a desgastar – nunca pude quedarme a dormir con Jonghyun, nunca lo invité a mi casa y siempre decía que tenía algo más que hacer cuando me invitaba.
-¿Y eso por qué? – Me preguntó muy curioso, nunca le había podido decir esto a nadie, pero no sentía vergüenza, así que no importaba.
-Tenía ese sentimiento que me invadía, el deseo de querer tocarlo, de que me tocara, de que no podría parar si me lo ponían enfrente dormido e indefenso – por fin me liberaba de ese peso, se sentía muy bien decir los pecados.
-Pero eso es normal, uno piensa que no podrá detenerse, pero se asombra del autocontrol que puede llegar a tener – su respuesta me asombró bastante.
-Oh – lancé una risita -¿Onew –hyung tienes a alguien que te gusta? – El abrió grandes los ojos, como si hubiera descubierto su mayor secreto pero no obtuve ninguna respuesta por que el profesor entró con una charola con diferentes tipos de comida.
Las pruebas duraron un rato más hasta que apareció el doctor en la puerta bastante agitado y sosteniendo los papeles frente a él.
El doctor pasó como si nada a la sala y se sentó.
-Viejo amigo, tráeme un vaso con agua – mandó desde el sillón y luego preguntó -¿Quién es el chico?
-Mi hermano, pero no se encuentra aquí – dijo Onew algo molesto por la actitud de ese hombre.
-Pero debo llevármelo a la clínica en este mismo momento – al decir esto Jonghyun se levantó.
-Primero díganos usted lo que nos tiene que decir y luego nosotros decidiremos si lo llevamos o no – parecía exaltado por algo.
-Aquí está el agua – entró el profesor entregando el vaso y el hombre bajito y regordete lo tomó aprisa.
-El chico tiene una enfermedad terminal – fue lo primero que dijo, algo que no nos asombró tanto.
-Bueno eso ya nos lo suponíamos doctor Park, pero queríamos saber de qué se trata – dijo el profesor Kim bastante tranquilo, nosotros solo nos empezábamos a desesperar.
-No – el doctor se puso de pie – no entienden, el chico tiene una enfermedad terminal desde pequeño, una rara enfermedad en la que su sistema inmunológico ataca sus propios órganos, en este momento no debería ni poder moverse – ahora si nos había asombrado.
-¿A qué se refiere? – Onew fue el primero en hablar mientras todos nos lanzábamos miradas.
-A que es un defecto de nacimiento, las personas que la padecen rara vez llegan a los 8 años y es difícil detectarla porque tienen un alto número de defensas, pero la sangre de este chico está contaminada, el hígado, los riñones y hasta dudo que los pulmones estén funcionando, parece que viviera con otra cosa.
-Taemin nunca se enferma – Jonghyun habló primero y todos volteamos a verlo. Pero el tenía razón, todos sabíamos que era muy raro, pero Taemin nunca había tenido ni un simple resfriado, por lo menos eso nos contaba.
-¡La marca! – El profesor habló y corrió por un libro de estante, uno de los símbolos principales en la marca, en el pecho de Taemin es este. Levantó un libro sobre Egipto y en él se veía la cruz egipcia como todos la llamaban.
-Ank – Onew se levantó con dirección al libro – el símbolo de la inmortalidad, de la vida después de la muerte, de la vida eterna.- Parecía perdido dentro de las páginas.
-Creí que era una coincidencia porque de ella se bifurcaban más líneas y volutas – el profesor respondió y ahora el doctor era el que estaba confundido.
-Ahora me dirán que el chico sobrevive con una simple marca, Kim Minwoo deja esas tonterías y deja que el chico valla a la clínica, ha vivido más de lo que se esperaba, el doble de su tiempo pero aun así una falla cardiaca es inminente.- Me levanté en ese mismo instante al igual que Jonghyun.
-¿Quiere decir que Taemin de todos modos va a morir? – Me asustaba saberlo.
-¿Cuánto tiempo le queda? – Jonghyun preguntó un instante después de mí.
-El chico morirá a menos que le haga un trasplante, pero para entrar a la lista necesita estar en la clínica y en sus condiciones con todo y aquello que lleva reteniendo su colapso no tiene más que unos días – dijo sentándose como si perdiera las esperanzas – puedo convencerlos de que sea el primero en la lista porque en su sangre está una posible cura para esta enfermedad, pero aun así, las probabilidades son bajas.
-¡Ya basta! – Onew gritó – no quiero oír más.- Parecía dolido, el profesor empezó a acariciar su espalda pero Onew solo retiró su mano y se fue caminando de una forma lenta. Nadie pudo decir nada, el simplemente salió por la puerta lentamente mientras dejaba un camino de desesperación y tristeza.

Categorías: Tu mirada en la obscuridad | Etiquetas: , , , | Deja un comentario

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